|
Los "Enlaces"
del Llano:
Los "ojos y oídos" de los guerrilleros
Es importante destacar la labor de los "enlaces"
y colaboradores del Maquis español, también conocidos como
"los del Llano":
Se calcula que unos 20.000 enlaces fueron detenidos, sufrieron cárcel
o murieron ejecutados en su misión de lucha contra la dictadura
franquista. Se estima también que en realidad un número
cuatro o cinco veces mayor participó en las redes de apoyo a la
insurgencia guerrillera.
Estos enlaces, se apoyaban en amigos y familiares, que como a los guerrilleros,
alimentaron vigorosas redes de apoyo a la Guerrilla que, conforme al territorio
de actuación, recibieron diferentes nombres: Comité
del Llano, Milicias Pasivas o Servicio de Información Republicano
(SIR),etc. Operaban en las ciudades y, sobre todo en pueblos y
aldeas.
Los enlaces, que eran los ojos y los oídos de los guerrilleros,
informaban por diferentes medios de los movimientos de las fuerzas represivas
y los puntos en los que situaban los "apostaderos" (puentes,
encrucijadas de caminos, laderas, cortijos o masías); también
transmitían a los de la Sierra las directrices de las diferentes
organizaciones políticas clandestinas ubicadas en las ciudades;
investigaban la ubicación y naturaleza de los objetivos de los
sabotajes guerrilleros: polvorines, cuarteles de la Benemérita,
líneas telefónicas, horario de trenes...; conseguían
la filiación de alcaldes, falangistas, somatenes y elementos fascistas
locales en general, que destacaban por su especial actividad en la represión
política de los habitantes de la zona.
Los del Llano también eran los elementos indispensables para la
realización de los golpes económicos (grandes propietarios,
atracos a entidades bancarias, etc). Además, se encargaban del
lavado o reparación de sus ropas, comprar comida, medicinas, equipo,
ropa y, en ocasiones, armamento y municiones o los útiles necesarios
para fabricarlas.
Niños, clérigos,
militares...incluso guardia civiles
"Empecé de pequeño como enlace, para el grupo
de mi padre, que estaba en el Monte, hasta que ya adolescente ingresé
en la guerrilla, donde allí supe que teníamos avarios guardia
civiles colaborando" Nos cuenta "Quico".
"Teníamos muchos enlaces que, a veces, para no despertar sospechas,
eran niños que iban a la escuela, algún clérigo y
hasta recuerdo un guardia civil que estaba identificado con nuestra lucha
contra la Dictadura", manifiestaba el veterano ex-guerrillero"Moncho".
"Me alojaba en Granada, en la casa de la exposa de un sub-oficial
de la Guardia Civil, donde podía trabajar elaborando propaganda
con la multicopista con toda tranquilidad", relata un ex-enlace
andaluz, Ramiro Fuentes. Enrique Urbano "Fermín" recuerda
con afecto a "aquel administrador de un gran cortijo cerca
de Almuñécar, que junto con su familia y empleados nos fueron
de gran ayuda, y sin querer cobrarnos por ello, en los momentos más
comprometidos, poniendo sus vidas en grave peligro por ello, aquellos
soldados que "perdían" sus municiones en los caminos
para que las encontrasemos".
Familiares y amigos
Los familiares de las víctimas de la represión política
franquista constituyeron otro importante segmento de la red de apoyos:
padres y madres cuyos hijos habían sido ejecutados, hermanos de
represaliados, viudas de republicanos, familiares de los presos políticos.
Las redes familiares y vecinales, que venían funcionando en el
medio rural desde hacía siglos, se activaron con los "hombres
de la Sierra". El conocimiento de la existencia de estas redes de
apoyo hacía que los guardias civiles viesen a un potencial enemigo
en cada paisano, especialmente si era de origen humilde.
Sistemas de Comunicación
Estas redes hacían que una noticia llegase de punta a punta de
una comarca, en cuestion de segundos, siguiendo diferentes e ingeniosos
sistemas que pasaban desapercibidos como, por ejemplo en el Sur andaluz,
los silbidos de los pastores, o como hacian las "patriotas",
por la forma, tamaño y orientacion de "tender la colada":
si en un balcón, o en una ventana, si era blanca ,de color o de
ambas, etc... de forma que, en operación repetida de cortijo en
cortijo, los de la Sierra podían saber, en segundos y a kilometros
de distancia, en cuanto tiempo, cuándo, desde dónde o el
número y medios de las patrullas de fuerzas represivas e itinerario
que seguian, o incluso que "enlace" o familiar habia sido detenido
o que "buzón" localizado.
Los enlaces
"forzosos"
También hubo apoyos que pueden ser catalogados como "enlaces
por obligación". En las pequeñas aldeas situadas en
parajes abruptos y alejadas de los núcleos de población
importantes, donde los guerrilleros camparon a sus anchas durante años,
formar parte de las redes de enlaces resultaba casi forzoso: la autoridad
la detentaban los guerrilleros de la zona. Y fue en estos territorios
de beligerancia obligada donde se vivió como un drama personal
y familiar el dilema entre apoyar a los maquis o denunciarlos a la Guardia
Civil.
Diferentes sistemas
Los "puntos de apoyo" y las "estafetas de tierra"
o "buzones" eran los procedimientos más habituales mediante
los cuales los enlaces, "Los del Llano" auxiliaban a la guerrilla.
Los primeros eran casas de confianza que estaban a disposición
de los guerrilleros, y en muchos casos habilitadas al efecto con dobles
techos o paredes falsas, pozos y otros escondites, que servirían
para atender la recuperación de heridos o enfermos y que permitían
eludir los periódicos registros de las fuerzas de represión.
Muchos de estos puntos de apoyo fueron descubiertos, y entonces la ejecución
inmediata de sus inquilinos, después de un durísimo interrogatorio
sin escrúpulos, incluidos los propietarios, era lo más habitual.
Las "estafetas", por su parte, eran lugares señalados
previamente: una hendidura en las rocas, un hueco en los árboles,
una piedra, etc. ...que guerrilleros y enlaces utilizaban para intercambiar
mensajes que solían dejar metidos en botellas, latas u otros recipientes
camuflados para evitar su deterioro.
Estas estafetas de seguridad estaban aproximadamente a medía hora
de camino de las bases guerrilleras, y era obligatorio que los maquis
que regresaban al campamento revisaran los avisos ya que el campamento
podía haber sido asaltado. Los mensajes estaban escritos a veces
en tinta simpática (invisible) o con zumo de limón. También
en las estafetas se dejaban armas y municiones para casos de emergencia.
Por razones de seguridad siempre se cambiaba periódicamente la
ubicación de las mismas.
Depósitos de víveres
y municiones
En las cercanías de las "bases", o campamentos importantes,
que solían estar habitualmente a cierta distancia de arroyos y
charcas, se disponían los "depósitos de aprovisionamiento",
donde se almacenaban armas, municiones, multicopistas, propaganda o comida,
para que en caso de localización por las fuerzas represoras, poder
tener la posibilidad de recuperar su contenido más tarde, cuando
la zona estuviese despejada.
|