La
doma del caballoCÓMO LLEVAR EL CABALLO DE LA MANO
Por delante: el caballo no debe adelantar a la persona, en caso de que lo intente le daremos un tirón de la cabezada. Si no reacciona, nos pararemos y pondremos nuestro codo en la nariz.
En caso de que eso no funcione, llevaremos al caballo de una cadena de cual tiraremos en caso de desobediencia.
Una vez que el caballo ha entendido que esa es su posición, podremos comenzar a realizar otros ejercicios, como enseñarle a parar cada vez que nosotros lo hagamos. Para ello en las primeras ocasiones avisaremos al caballo de nuestra parada a través de un "ho" o bien "Alto", más tarde el caballo deberá parar al apreciar que el jinete lo hace. Esto nos servirá para hacer que el caballo sea más cómodo de llevar pero lo que es más importante: mantiene la atención del animal centrada en el jinete.
Después podremos intentar realizar el mismo ejercicio pero al trote. También podremos enseñar al caballo a ir hacia detrás.
Llevar al caballo de esta forma, tiene una ventaja fundamental: en caso de que el animal perciba algún peligro, instintivamente tratará de correr hacia delante, si nos encontramos allí podrá causarnos algún daño; yendo por detrás evitamos esta situación.
COMPRENDER AL CABALLO
Si pretendemos domar a nuestro caballo, primero deberemos entender su comportamiento ¿por qué se muestra testarudo?, ¿qué le motiva?, ¿cuáles son sus necesidades?...
Sólo un caballo satisfecho, que se encuentre a gusto con su dueño, responderá correctamente a las órdenes que éste le de.
El caballo es un animal con tendencia a vivir en manada, en un grupo social. Como cualquier grupo, una manada de caballos se estructura a través de unas reglas y una de las más importantes es la jerarquía: cada caballo tiene una posición dentro del grupo, que será importante conocer para poder definir las características de la doma que necesitaremos realizar:
Esta jerarquía existe en cualquier raza de caballo y es aceptada por todos sus miembros.
JUGAR CON EL CABALLO Cuanto más inteligente sea un caballo, más despierto será y más ganas tendrá de jugar. Esto nos dice además que se trata de un buen caballo para trabajar y que seguramente aprenderá con facilidad; pero debemos ejercitar su inteligencia jugando con él. El juego reporta gran cantidad de ventajas, tanto para el domador como para el caballo:
Tenga en cuenta estas premisas a la hora de jugar con su caballo:
PREMIOS Y CASTIGOS El sistema de premios y castigos es el más comúnmente utilizado, no sólo para el adiestramiento de caballos, sino también para el de otros muchos animales. Se basa en asociar a determinados comportamientos unas sensaciones agradables y a otros sensaciones desagradables, que a la larga motivarán al animal a hacer o a dejar de hacer unas y otras. Lo primero que debemos tener en cuenta es que un caballo puede aceptar un castigo si entiende su por qué; pero nunca lo aceptará sin que se le de una "explicación" (relacionarlo con un comportamiento indebido) y puede llegar a rebelarse. Además, para que un caballo relacione una acción como correcta o inadecuada el premio o el castigo deberán dársele de forma inmediata.
Por último conviene que tenga en cuenta que no se puede domar a un caballo si no se hace de forma autoritaria, ya que está dentro de su naturaleza. Un castigo dado a tiempo evitará que pierda el control sobre el caballo; pero nunca este castigo deberá ser fuerte o causar daño al animal. Debemos evitar los castigos de carácter emocional cada castigo deberá ser diferente, ya que de otra forma el caballo lo esperará y podrá reaccionar antes de darnos tiempo de hacerlo efectivo.
REACCIONAR ANTE UNA HUIDA En ocasiones deseamos tomar una determinada dirección, que nuestro caballo rehuye por percibir un peligro. El animal se pone en alerta y su instinto le dice que trate de huir. Podemos apreciarlo, fijándonos en sus movimientos: en una situación así el caballo tenderá a levantar la cabeza y el cuello, ya que con ello amplía su espacio visual y descarga los anteriores para poder realizar un giro rápido. Si apreciamos que esto ocurre, deberemos actuar de la siguiente forma:
Para evitar que nuestro caballo tenga constantemente esa sensación de peligro, conviene acostumbrarlo a diferentes ruidos. Para ello le aconsejamos que utilice un método clásico que consiste en llenar una bolsa con diferentes elementos que hagan ruido, al moverla cerca del caballo, notaremos como se pone nervioso y en alerta: deberemos enseñarle la bolsa y poco a poco tratar de pocarle con ella; de esta forma entenderá que no es peligrosa y se acostumbrará al ruido.
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