El Último Card Captor

               por Mikki-chan

 

 

 

Prólogo

Dejó los libros a un costado .Estaba verdaderamente agotada. Bueno, en realidad no era para menos, había pasado cerca de tres horas estudiando para el examen y ciertamente le dolía mucho la cabeza.

Nunca había sido muy buena en eso de estudiar. De hecho, todavía prefería hacer ejercicio antes de encerrarse con un montón de libros. Pero no había forma de evitar ese examen y tenía que aprobarlo a toda costa.

Se dirigió a la cocina, abrió el refrigerador y sacó de allí un apetitoso flan.

En verdad necesitaba darse ánimos.

Acababa de empezar la universidad y ya estaba cansada. Entre los estudios, la casa y el trabajo de medio tiempo apenas si podía respirar, todo el día parecía una intensa carrera.

Y ahora, los exámenes. Estaba muerta de miedo. No importa cuanto dijera su padre sobre que era cosa de tiempo nada más a que se adaptara a la metodología de estudio universitario, los exámenes le ponían los cabellos de punta y siempre había sido así.

Lo único a lo que le tenía más miedo que a un examen era a aquellas desagradables historias de terror y fantasmas.

Hay cosas que nunca cambian. No importa donde estuviera ahora.

La luz de la salita le dijo que su padre todavía no se había acostado.

- "Pobre papá" –pensó- "el papeleo del decanato lo pone tan nervioso como a mí los exámenes, supongo que preferiría seguir dando clases a ocuparse de eso"

- "¿Todavía despierta hija?" –le dijo su padre ingresando a la cocina

- "Necesitaba animarme para seguir estudiando" –le sonrió mientras le enseñaba el flan- "¡ay papá!!., ¡realmente dudo que pueda aprobar ese examen!!!"

- "Si pones todo tu empeño estoy segura que podrás lograrlo" –dijo su padre con una cálida sonrisa- "ten en cuenta que es el último examen"

- "¡El último de la primera ronda de exámenes que doy en la universidad papá!!" –se lamentó- "y ciertamente el más difícil... ¿porqué siempre dejan lo más complicado para el final?"

- "Tal vez porque es necesario saber que tanto empeño tienes en continuar" –replicó su padre antes de salir- "además el hecho de que las cosas se compliquen es un signo que estas lista para afrontarlas. Hasta mañana y no olvides pasar mañana por el correo por favor"

Ella asintió en silencio y se puso a lavar el plato donde estuvo el dulce. Todavía tenía que estudiar otro rato antes de poder dormirse. Afortunadamente mañana era su día libre en el trabajo. Eso le daba buena parte de la tarde libre y podría darse una vuelta por el correo. Igushika-san se había comunicado para decirles que habían hallado unos paquetes suyos en el desván de la casa de Tomoeda y los había enviado. No tenía idea de lo que podría ser. Libros y cosas viejas, probablemente eso. Después de todo, llevaban viviendo en el departamento de Tokyo ya casi 5 años.

* * * * * * * * *

Prácticamente huyó de la universidad. El examen había sido realmente difícil. Todos sus compañeros tenían la misma expresión de desaliento cuando abandonaban el salón. Salvo muy pocas excepciones.

No quería pensar en eso... ¡no iba a pensar en eso!!!, ya había tenido suficiente y lo mejor era irse al correo de una buena vez y pasear un poco de camino allá. A lo mejor podía olvidar el examen que acababa de dar.

- "¿A dónde vas?" –preguntó Chisato- "¿no vas a la biblioteca con los demás?"

- "Tengo que ir al correo" –le contestó- "han enviado unas cosas para papá y él no tiene tiempo, de modo que aprovecho y me distraigo un poco"

- "¡Genial!, con suerte tal vez le envíen algo interesante para la Universidad... ya quisiera yo poder distraerme y animarme después de esa pesadilla de examen. ..."

- "¿Pues a donde vas?"

- "Al colegio de mi hermanito. Parece que Ryo ha tenido problemas otra vez y como mi madre no puede dejar el trabajo y papá esta de viaje... adivina quien va a recibir las quejas de los maestros...." –repuso con resignación pero añadió- "¿puedo decirte algo?... ¡los hermanos menores son todos unos verdaderos monstruos!" –dijo mientras agitaba la mano en señal de despedida-"¡no sabes cuanto te envidio, al menos no tienes ninguno que te moleste tanto!!.... ¡nos vemos!!!"

Quedó de pie y en silencio, sintiéndose apenada. Casi podía escuchar en su mente:

- "¡El desayuno está listo monstruo!!! ¡date prisa!"

Y Chisato decía que los hermanos menores eran monstruos. Seguro que sí, pero no podía preguntárselo al experto, ya que después de todo, la última vez que vió a Touya fue al menos hace 4 años.

El día que él se fue de la casa.

* * * * * * * * * *

Se dejó caer nuevamente en la cama con un gesto de felicidad. ¡domingo!!, el mejor día de la semana y el único en que podía darse el lujo de estar en la cama sin tener que correr al zumbido del despertador. Miró el reloj. Eran casi las 9:30 de la mañana. Ayer había lavado la ropa en cuanto llegó ayer y todo estaba listo para el día de descanso. SU día de descanso, cuando menos. ¡Pobre papá!, ese seminario para decanos había sido ciertamente inoportuno pero de todas formas se sentía orgullosa. Sólo los decanos de las mejores universidades del país iban a reunirse en el edificio Sunshine ese fin de semana y su padre merecía estar allí porque había trabajado mucho desde su posición como Decano de la Facultad de Arqueología de la Universidad de Tokyo. Le alegraba que empezaran a reconocer su trabajo.

Se levantó bostezando. ¡Era el mejor momento para prepararse un buen desayuno!; encendió el equipo estereofónico que tenía en su habitación y se dirigió a la cocina, muy animada ante la perspectiva de un día de total solaz y relajo. En breves instantes volvió a ingresar con una suculenta bandeja de desayuno que dejó en su mesa de estudio.

Desayunaría viendo televisión o quizá esa película que tanto le había recomendado Mako. Encendió el aparato de video, se sentó a desayunar y entonces reparó en la caja.

La había recogido del correo hace tres días, junto con otras más, pero aquella caja estaba cerrada casi herméticamente y marcada en letras enormes "NO ABRIR, ESTO ES MIO"

- "Creo que esto es tuyo hija" –había dicho su padre cuando abrió los paquetes y encontró esa caja- "es mejor que revises si te sirve todavía lo que guardaste allí"

Una gotita de sudor apareció en su frente ante su letra claramente infantil.

Era algo muy raro. Cuando dejaron la casa de Tomoeda había verificado no olvidar nada que le importara. Claro que como era una niña entonces, ahora no recordaba que podía ser.

Sin prisa alguna, y dejando aparte su bandeja de desayuno empezó a abrir el paquete.

- "Seguro tendré que botarlo a la basura" –murmuró- "pero al menos quiero saber que tiene adentro"

Grande fue su sorpresa cuando lo abrió.

- "¿.... .. libros?... y también hay otras cosas..."

El primero era un cuaderno. Tenía el dibujo de un sol y una luna en la tapa –que reconoció ser de su autoría- y estaba esmeradamente pintado. Allí estaba su nombre en la portada, junto con el año en que lo había iniciado. El cuaderno estaba totalmente escrito y tenía varias fotos pegadas en sus páginas..

- "¡Vaya que si es viejo! " –sonrió antes de abrirlo mientras leía lo escrito.

"Hola, mi nombre es Sakura Kinomoto......"

- "Es... es... ¡es el diario que tenía cuando ..... era Card Captor!" –susurró- "entonces..... ¿Fué real?"

NOTAS DE LA AUTORA: Hola, soy Mikki, y este es mi primer fanfic de modo que espero que me tengan un poquito de paciencia y me digan si les gustó o no. Agradecería me envíen sus comentarios a [email protected] a ver que les parece. Si son comentarios buenos, o consejos mejor, ^u^.

Lamento mucho que el prólogo me haya quedado tan largo pero es que quería reflejar a grandes rasgos los cambios por los que ha pasado la protagonista. Es normal ¿no creen?, después de todo han pasado varios años, ya va a la universidad y nada puede ser igual a cuando era niña (¿acaso a ustedes no les paso algo así?, al crecer muchas cosas cambian de un modo que nunca hubieran imaginado).... ¡Y esto es sólo el principio!

 

 

 

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