El Último Card Captor

               por Mikki-chan

 

 

 
 

Hoy he tenido un día realmente díficil.... fui con Tomoyo al buscar un amuleto y acabamos en medio de un laberinto junto con Li y Mei Ling. En verdad pasamos mucho miedo pero afortunadamente la profesora Mizuki nos ayudó a salir... ¡me agrada mucho la profesora Mizuki!... claro que Li dice que no confía en ella, que no es todo lo que aparenta ser, pero a mi no me lo parece....

No sé porqué Li siempre repite eso sobre la maestra Mizuki si a mi me parece muy amable... ¿Porqué será siempre es tan desconfiado?. A veces no lo entiendo.. sin embargo siempre cree todo lo que dice Yamazaki... ¿quién le entiende?... bueno, aunque admito que a veces es difícil saber cuando dice la verdad o cuando no...."

Capítulo IV

Reencuentro con los recuerdos..

La tarde parecía terminar muy lentamente desde la ventana de la cafetería y después de unos minutos de pesado silencio Sakura lanzó un hondo suspiro.

Era una situación ciertamente embarazosa.

Su paseo por Hong Kong –había acompañado a su padre a su viaje de reunión de Decanos- había terminado de la manera por demás insólita. No sólo había pasado un enorme susto cuando un rayo de luz la empezó a señalar en plena calle sinó que más bien había resultado en una persecución que terminó en un callejón de Hong Kong, cuando un joven muy apuesto la había interceptado y ella había respondido pegándole con su bolso y con todas sus fuerzas.....

Eso ya de por sí era extraño, pero todavía le quedaba una sorpresa.

¡Ese muchacho era Shaoran!!!

Si le había parecido que la idea de presentarse en su casa era ya vergonzosa, la situación real había sido peor..... ¡no tenía la menor idea de que podía decirle!!!

Mientras la muchacha miraba su abollado bolso con desmesurada atención –para disimular su confusión- Shaoran no estaba para menos.... bueno, ciertamente había pasado casi 10 años desde que la había visto por última vez, y la última vez que la había visto había estado demasiado nervioso como para calificar esa última entrevista como algo sobre lo cual platicar.....

Ese era el problema.

Recordaba la última vez que la vió demasiado claramente.

Y lo peor era que de solo recordarlo su rostro se estaba poniendo más y más colorado. Sabía que era ridículo sentirse así ... ¡apenas era un niño entonces!.. pero no podía evitarlo y eso le incomodaba bastante... era ya un adulto, el Jefe del Clan Li y había sido calificado –durante el último Concilio de Hechiceros de Oriente- como el hechicero más poderoso pese a su juventud....... pero igual se sentía ridículo.

Como si los diez años no hubieran pasado y fueran otra vez dos niños balbuceantes y tímidos.... sin saber decirse que se gustaban mutuamente.

Ante este pensamiento, su rostro se puso todavía más rojo.

¿Cómo podía pensar en tales cosas?... ¡era el colmo!.. Miró de reojo a Sakura y vió que ella estaba mirando su bolso con gran atención reflejada en sus brillantes ojos verdes, mientras su cabello se derramaba suavemente sobre sus hombros. Se veía encantadora y bonita. De niña había sido realmente graciosa, pero definitivamente los cambios ocurridos en 10 años la habían favorecido muchísimo. Un momento, ¿Qué acaso estaba loco?. Ya había pasado por una chica encantadora y le había hecho bastante daño el ser tan confiado. A ver si se acababa de meter en la cabeza que una chica encantadora podía ser tan peligrosa para él como un arma de fuego o un hechizo mortal dirigido en su contra.

Tosió un poco para disimular su turbación.

En materia femenina, apenas si tenía alguna experiencia. Bueno, Mai Tsi había sido su novia, pero fuera de ella, apenas si conocía alguna muchacha de su edad. Las responsabilidades del Clan y el estudio apenas si le dejaban tiempo para entablar alguna conversación. No era que no conociera chicas, pero sabía que era un poco tímido, y le avergonzaba la idea de que se supiera de su timidez por lo que se escudaba en su desconfianza y reserva habitual.... al menos hasta Mai Tsi.

Un momento, ¿por qué recordaba su desastrosa relación con Mai Tsi al ver a Sakura?.

Tal vez porque Mai Tsi le había parecido encantadora al verla ... bueno, pues Sakura no le parecía tan encantadora al recordar los golpes de su bolso contra su cabeza, además era hora de pensar en el grave asunto de Lao y su venganza.

La camarera terminó de servir el café y los dulces y finalmente se retiró dejando solos a ambos jóvenes en el privado que Shaoran había solicitado, pero en cuanto la puerta se cerró el bolso de Sakura se abrió y Kero se abalanzó sobre el pedazo de pastel que estaba más cerca.

- " ¡Pastel!!! ¡Pastel!!! ¡ya lo sabía!!!" –dijo mientras se relamía- "Sakura, ¿esta es mi parte?.... ¿cuál es mi parte?!!"

- "Puedes comerte este" –repuso Shaoran alcanzándole su porción- "pero creo que lo primero que debemos conversar es el motivo por el que están ustedes en Hong Kong.. ¿acaso ahora viven aquí?"

- "No, estoy acompañando a mi padre en una reunión de Decanos de varias universidades... esa reunión se celebra aquí este año..."

- "Ya me parecía extraño" –miró muy seriamente a Kero que comía su pastel a grandes bocados- "una cosa más Kerberos..... cuando te apareciste dijiste que estaban buscando mi ayuda... ¿cuál es el motivo?"

Sakura inclinó la cabeza. Shaoran prácticamente la había sacado de la conversación.

Por su parte Kero miró detenidamente al joven que tenía frente a sí y quedó pensativo ante su seriedad. No sólo no lo había llamado "muñequito" –como solía hacer cuando era niño para molestarlo- sinó que toda su personalidad parecía más serena y al mismo tiempo, más en alerta. Y tampoco se le escapaba el hecho que sus poderes mágicos estaban notablemente desarrollados. De hecho sólo había sentido tal cantidad de poder y habilidad con la magia en una persona antes, y este había sido en su creador, Lead Clow.

Kero suspiró entonces y empezó a contar lo sucedido.

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Rika Sasaki se dejó caer sobre el mostrador con algo de cansancio pero conservando su sonrisa. Frente a la máquina registradora estaban algunas personas y la dependienta estuvo feliz de cederle el lugar para que ella misma empezara a atender a la gente. La librería estaba llena de niños y sus padres y aquello ciertamente la hacía sentir muy contenta y animada. Las cosas no podían estar saliéndole mejor.

Las clases de administración se le complicaban un poco, pero con inagotable paciencia, estaba decidida a sacarlas adelante, especialmente desde que la librería abrió sus puertas.

Era un negocio absolutamente soñado para ella. Habían abierto hace casi un mes -después de un penoso trabajo por buscar la ubicación adecuada- y afortunadamente habían agradado al vecindario. Pese a que Tokyo presentaba algunos problemas -últimamente sufrían de terremotos, pero eso era algo a lo que la gente parecía estarse acostumbrando- la zona donde ella había ubicado su tienda había resultado muy poco afectada por estos fenómenos.

Las cosas parecían ir bien. Su tienda se ubicaba cerca al famoso Campus Clamp y eso había resultado ser bastante ventajoso en las ventas y también en otros aspectos. Además que solía recordarle mucho a la tienda que –cuando era pequeña- solía visitar en Tomoeda y también le había permitido....

La puerta se abrió otra vez y un joven de corto cabello oscuro ingresó apurado a la tienda.

- " ¡Lamento llegar tarde!" –se disculpó dejando sus libros detrás del mostrador principal.

- "Esta bien" –repuso ella con tranquilidad- "por mí no te preocupes que también acabo de llegar... y además no es a mí a quien tienes que disculparte.. tu auditorio te esta esperando hace 20 minutos.."

- " ¡El cuento, el cuento!!" –se agitaron un grupo de niños en cuanto vieron entrar al joven.

- "Sí, si... ya vamos a empezar" –replicó el joven, que parecía estar siempre sonriente pese a que los pequeños se apretaban contra él- "lo primero es que se sienten en la alfombra y estén cómodos.." - los niños que formaban parte de su auditorio y cuyas edades no pasaban de los 6 años, le obedecieron con una prontitud que dejaba muy claro lo acostumbrados que estaban a las lecturas - "Bien, empecemos" –empezó el sonriente muchacho- "este cuento tiene mucho que ver con una chica, zapatos mágicos y una bruja..... también con tres seres que no se parecen en nada: un espantapájaros, un hombre de hojalata y un león cobarde...."

- " ¿Es el "Mago de Oz"?" –preguntó una pequeña.

- "Bueno, tiene que ver con el reino de Oz" –continuó el chico, sin perder la sonrisa pese a los comentarios de los niños- "¿sabían ustedes que había más de una chica en Oz que tenía zapatos mágicos?...."

- " ¡Ohhhh!!!"

- "No era cosa que contaran para que la bruja no empezara a perseguir al zapatero que hacia las zapatos mágicos..... porque ustedes saben que los zapateros mágicos son muy apreciados en los cuentos y también en el mundo... ¿saben?, en la antigüedad, los zapateros mágicos podían tener un rango mayor al de un mago o un rey, incluso hay algunas leyendas que cuentan sobre muchos zapateros mágicos ...."

Allí iba de nuevo.... hay cosas que nunca cambian. Suspiró y salió de la caja registradora para comentar al oído de su viejo amigo.

- " Oye.... ¿no sería mejor que contaras el cuento y no las cosas que te imaginas?.... eso puede ser calificado como mentira..."

Su amigo solo respondió con una sonrisa y Rika suspiró. Ella era paciente pero sabía que a estas alturas ya debía haberse acostumbrado a las rarezas de su amigo. Le conocía desde que ambos iban en la primaria y si bien había dejado de verle por mucho tiempo el año pasado había coincidido con él en una reunión y desde entonces había empezado a frecuentarlo de nuevo.

Las desventuras de la familia Yamazaki la habían ciertamente interesado. Aunque era difícil saber cuando su buen amigo hablaba en serio o cuando mentía, le habían confirmado todo cuanto se refería a sus problemas. Primero, su casa se había incendiado y no mucho después, al trasladar sus cosas a Tokyo –las que pudieron rescatar del incendio- el resto de su familia había muerto cuando su auto se precipitó por un abismo y si bien afortunadamente Takashi logró sobrevivir el joven mismo había tenido graves problemas. La universidad le era realmente cara. Buena parte de lo que le heredaron había sido destinado para ello, pero después del hospital y los gastos de los funerales, poco quedaba que valiera la pena; aunque pese a lo ocurrido, él no perdía su característico buen humor. Vivía en una diminuta –pero barata- habitación, en uno de los barrios más pobres de Tokyo pero seguía siendo el mismo. Lo único que solía ponerlo un poco serio era el mencionar el accidente donde murió su familia, aunque tenía dos o tres trabajos para mantenerse ya estaba adelantado en sus estudios y cuando Rika supo de sus problemas le había ofrecido el puesto de lector y dependiente en la tienda que estaba por abrir. A diferencia de su amigo, a la familia Sasaki le había ido muy bien en Osaka pero como ella había preferido probar suerte en la capital, sus padres habían confiado en su sentido común y la habían apoyado no sólo en el hecho de mudarse, sinó también al entregarle la regencia de una tienda de su propiedad que estaba por abrirse en la capital.

Suspiró al ver los gestos de asombro que hacían los niños ante las disparatadas mentiras de su amigo.

El estaba estudiando para ser abogado y no le parecía que fuera mala idea. Después de todo, si podía decir aquellas mentirotas con tal convicción, no dudaba que fuera menos convincente al defender o acusar a alguien, pero ciertamente no era barato estudiar eso, y al estar solo en la ciudad, su amigo necesitaba toda la ayuda posible, aunque no siempre era fácil de soportar.

Ella nunca había tenido novio. Siempre había sido una chica muy madura y buscaba más la espiritualidad en los jóvenes que la diversión o el buen aspecto. Y como Yamazaki lo sabía –ella aún lo llamaba por el apellido, como cuando eran niños- siempre le traía a la tienda los tipos más extravagantes y excéntricos como candidatos a elegir, tipos a quienes contaba mil y una maravillas de ella y que la ponían siempre en alguna situación ridícula. Cuando le reclamaba le decía –con toda calma y compostura- que necesitaba tener compañía y en vista que él tenía el corazón ocupado por una persona, estaba decidido, en agradecimiento a toda la ayuda que ella le había brindado, a buscarle un muchacho de su gusto. Aunque cuando Rika había preguntado por el nombre de la dueña de su corazón –entre grandes risas- él había contestado, con invariable buen humor.

- "¿Quién más que Chiharu?"

- "¿En serio?" –se había asombrado.

- " Bueno, es que es la única chica que conocí que no le espantaría mi mala suerte..."

- "Pero cuando éramos niños, no tenías tal cantidad de mala suerte"

- "Bueno, pues estoy seguro que a ella no le espantaría aunque lo supiera"

Y ambos habían reído ante sus recuerdos infantiles. Aunque no habían sido tan buenos amigos de niños –él tenía a un niño chino como mejor amigo y ella a un encantador grupo de amigas- tal vez por el mismo motivo de hallarse solos en una gran ciudad era que ambos se sentían casi en familia, y antes de que el año pasado hubiera terminado, prácticamente se habían adoptado el uno al otro.

- "¿Sabes?" –le dijo después de la lectura, cuando ya estaban por cerrar la tienda y él se iba para su casa- "hoy uno de los niños me hizo recordar a alguien que conocimos hace mucho tiempo"

- "¿A sí?.. ¿porqué?"

- "Era un niñito que realmente creía lo que yo estaba diciendo... porque no creas que no me doy cuenta que los demás no me creen del todo"

- "¿A quién te recordó?"

- "A ese niño le brillaban los ojos de tal manera al escuchar mis palabras, que me recordó a Li, Shaoran Li, mi mejor amigo de la primaria.. ¿lo recuerdas?"

- "¿El niño chino?"

- "Ese mismo. Creo que era el único en toda la escuela que me creía" –ambos se echaron a reír- "en fin..... mañana te presentaré a cuatro amigos de la facultad.... ¡les he hablado maravillas de ti!"

- "¿Cuándo vas a dejar eso?"

- "Cuando tengas a tu lado a una persona que te agrade. ¿Sabes?... tengo una cita mañana por la noche.. ¿podré irme temprano?"

- "Bueno. Pero...." –bromeó- "¿acaso vas a serle infiel a los recuerdos de tu adorada Chiharu?"

- "Quizá ella ya se ha casado" –repuso sonriente- "además que seguro si no se ha casado al menos ya tiene varios novios y no recuerda de que fui el primero"

Rika continuó riéndose y Yamazaki repuso pensativo mientras caminaba por la calle.

- "¿Porqué recordaría a Li al ver a ese niñito?..."

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Sakura caminó en abatido silencio siguiendo la alta figura de Shaoran. Estaba triste y deprimida. El joven chino no había sido muy amable cuando supo que ella había preferido olvidar la magia en cuanto empezó su adolescencia. Pese a que Kero había salido en su defensa –e incluso había intentado empezar a discutir con Shaoran como en los viejos tiempos- el muchacho se había limitado a decir en voz muy fría que aquello había sido una total y absolutamente egoísta forma de proceder.

- "Aquellos que hemos sido favorecidos con poderes mágicos no podemos darnos el lujo de comportarnos de esa forma" –dijo sin perder la calma ante los ataques de Kero- "tenemos una responsabilidad hacia los demás y si todos renunciáramos o culpáramos a la magia de nuestros problemas, algunos hechiceros sin escrúpulos podrían hacer mucho daño"

Aquello sí que le había dolido.

Le había dolido porque era cierto.

Aunque algunas de las revelaciones de Shaoran también lo habían hecho. Al parecer el joven se encontraba en medio de una conjura personal en su contra, tramada por parte de un vengativo hechicero. No había dicho los motivos, pero parecía preocupado. Tampoco había aclarado por que la había seguido y de qué quiso protegerla, pero se le notaba tenso cuando se ofreció a llevarla a su hotel en su automóvil.

- "¿Y como ha estado Mei Ling?" –preguntó tratando de levantar la cortina de silencio.

- "Ella está muy bien. Quizá se anime a visitarte cuando le diga que estás aquí"

- "¡Eso me gustaría!" –se animó- "¿en serio crees que lo haga?"

- "Puede ser" –dijo esquivo- "mira, espera aquí que yo voy por el auto. Es que lo dejé demasiado lejos por el tráfico, así será más rápido"

La muchacha asintió y el joven se perdió por la calle entre la gran cantidad de personas que deambulaban por las calles principales de Hong Kong. Quedó pensativa otra vez, pero a la vez también un poco decepcionada. Shaoran se había convertido en un joven muy apuesto pero también bastante dominante, bueno, tal vez no era tal y como lo había imaginado... esperaba que fuera más atento, más gentil.... más...

- " ¡Sakura, Sakura!" –Kero se asomó desde su bolso- "siento.."

- "¡Quédate allí Kero!" –le dijo antes de meterlo de nuevo al bolso- "¡podrían verte!"

Sintió algo extraño antes que una espantosa ráfaga de viento la lanzara a varios metros de distancia. Las personas, dominadas por el pánico ante los inesperados vientos huracanados empezaron a refugiarse donde mejor podían, pero curiosamente la fuerza de estos vientos pareció concentrarse en Sakura, pues después de lanzarla contra los vitrales de una tienda la levantó por los aires azotándola hasta arrojarla a otra calle cercana.

Pero la joven no había quedado inconsciente. Sorprendida por lo ocurrido, había permanecido atónita por unos instantes, pero en cuanto aterrizó sobre el duro pavimento trató de enfrentarse al desconocido atacante. Aunque Kero había sido más rápido y estaba entre ella y la persona que la atacó.

Porque, efectivamente, era un atacante.

En medio de los vientos huracanados cuya vórtice estaba a unos 50 metros de distancia, Sakura observó una sombra de un joven. Esta misma procedió a continuar su ataque contra la muchacha, que había aprovechado el corto lapso había invocado –pese a que sangraba por varios cortes ocasionados por los vitrales contra los que la estrelló su atacante la primera vez- su báculo mágico y se disponía a defenderse.

- "¿Quién... quien eres?.. ¿porqué me atacas?"

- "¿Puedes verme?" –respondió la sombra- "Entonces no me equivocaba.... eres una posible aliada y debes morir aquí antes de que puedas inmiscuirte en nuestros asuntos.... ¡invoco el poder del trueno!!"

- "¡No lastimarás a Sakura!" –dijo Kero mientras recobraba su tamaño real- "¡no permitiré que nadie dañe a Sakura!"

- "¡Invoco el poder del viento!"

- "¡Kero!!"

Los vientos huracanados parecieron estrellarse contra la figura de Kerberos que logró sostener y contener el ataque recibido, pero entonces el otro lanzó un destello de luz que hirió los ojos dorados de la Bestia del Sello y aprovechando el instante le lanzó un rayo de electricidad desde su báculo con tal fiereza que Kerberos gritó de dolor.

- "¡Shield!" –gritó Sakura.

El trueno del extraño se estrelló contra el poder de la carta "Shield" (la carta del escudo) que repelió oportunamente el ataque. El extraño se enfureció y se volvió contra ambos con renovado ímpetu.

- "¡Ya estoy harto!" –dijo desde el vórtice de vientos que no había dejado ni por un minuto- "¡Ahora sí que morirán!... Invoco el poder de los malditos .... vengan, destruyan.... destrocen y maten a los que se me oponen... negra tormenta donde deambulan las almas atormentadas de los malditos.. ¡descarga tu ira sobre ellos!"

- "¡Tenemos que escapar Sakura!" –dijo Kerberos- "¡esa es magia muy poderosa y muy maligna!" –añadió al ver las múltiples heridas de la muchacha- "súbete en mí.. ¡tenemos que escapar!"

Antes de que Sakura tuviera la oportunidad de hacer algo ambos fueron golpeados por algo horrible.... un espantoso frío, una sensación de vacío y ambos estaban en el vórtice de una tormenta donde sentían dolor... dolor.... gritos atormentados en sus oídos y mente y el dolor no cesaba..

Y el viento helado impedía a Sakura sacar alguna carta.

- "El dolor será su compañero hasta que mueran..."

- "Dioses de los cuatro poderes... denme el poder... porque los señores de los elementos pueden vencer a los malditos... ¡destello!"

Sakura y Kerberos vieron entonces como Shaoran con un leve movimiento de sus manos, pudo emitir un destello blanco que desgarró en un instante el tornado oscuro que los tenía atrapados y se volvía contra el extraño dentro del vórtice con algo más que disgusto reflejado en su ceño.

- " Viento límpido de Oriente: ¡que este extraño muestre su rostro sin rodeos!"

Sin necesidad de báculo u objeto sagrado que realzara su orden el vórtice de viento se disolvió pese a los conjuros que intentó el otro, que en un instante estuvo a la vista de todos. Y así como Sakura había observado antes el atacante era un hombre de largo pelo negro y ojos pequeñitos con tonos rojizos de aproximadamente 25 a 28 años; su atuendo era típicamente chino y tenía un enorme báculo en la mano, que era el mismo que estaba esgrimiendo frente a Shaoran.

- " Sabía que eras orgulloso y te gustaban las peleas entre hechiceros, Chiang Lao" –decía Shaoran- "pero nunca pensé que llevarías tu deseo de pelear al punto de atacar a quien no puede defenderse"

- "El delator de mi primo no puede darse el lujo de dar lecciones de moral, Shaoran Li" –replicó Chiang- "de modo que mejor siéntate y mira como termino con estos dos.."

Chiang empezó entonces lanzando un rayo negro desde su báculo contra Shaoran, que saltó para evitarlo pero al mismo tiempo el hechicero del Clan Lao atacó a Sakura y Kerberos con un conjunto de hilos negros que brotaron del piso y empezaron a rodear a la joven, que sin embargo cortó limpiamente la situación .

- "¡Sword!"

- "¡imposible! ¡no puede cortar los hilos de la condenación!"

- "Esa espada puede cortar todo, aún los hilos de la condenación que usas" –le informó Shaoran- " dime: ¿dónde está tu tío?, si me lo dices pediré clemencia para ti en el Concilio"

- "Mi tío se encargará de acabar contigo" –dijo Chiang- "pero no antes de que veas morir a los que quisiste .... el saber que mueren por culpa tuya será parte del castigo... ¡nada de lo que me hagas podrá evitarlo!"

- "Si quieren vengarse de mí, entonces que me rete a un duelo de magia y yo aceptaré" –dijo- "pero no tienen porqué inmiscuir a gente inocente en esto"

- "¡No vas a darnos órdenes!!"

Chiang reunió su poder y pronunció un hechizo que hizo que todo el lugar se viera envuelto por un viento oscuro que elevó el pavimento donde se encontraban a casi 100 metros, entonces los vientos empezaron a zarandearlos desde distintas direcciones y una multitud de hilos negros empezó a brotar del cuerpo del hechicero. Sakura usó entonces a Shield para proteger a Kerberos e hizo que Windy formara una espiral a su alrededor como defensa. Se aprestaba a usar otra carta para atacar a Chiang cuando vió que éste se arrojaba contra Shaoran con la intención de atravesarle con su báculo.

Shaoran contuvo el báculo con ambas manos. Ambos hechiceros forcejearon –Chiang era no solo mayor sinó que mucho más alto que Shaoran y este pasaba un momento difícil- mientras estaban recitando conjuros, pero finalmente Chiang empezó a ceder. Sakura no entendía el porqué, hasta que notó que el báculo de éste empezaba a quebrarse mientras Shaoran seguía recitando sus conjuros. Pero las cosas parecieron complicarse porque los hilos que amenazaban a Sakura y Kerberos se volvieron contra Shaoran y sólo la oportuna participación de la muchacha y la bestia del Sello evitaron que intervinieran en el combate.

Finalmente un sonido retumbó por el lugar, el báculo de Chiang se rompió y éste se desplomó al piso inconsciente.

Mientras Kerberos volvía a su forma anterior, la muchacha se acercó a su Shaoran y pudo comprobar que aunque no parecía tener alguna herida física, se encontraba terriblemente pálido y sudaba frío.

- "¿Estás bien?" –dijo con preocupación- "¡creí que ese tipo iba a matarnos a todos!"

- "Sí.... estoy bien... eso creo" –dijo mientras se apoyaba en ella- "es que.... me atacó con todo el poder que tenía y su báculo es muy antiguo..."

- "Y tú no tenías ningún objeto mágico ¿no?"

- "Un objeto mágico ayuda, pero no era el caso. La magia que maneja Chiang es muy sombría y agota tanto a quien la practica como a quien se defiende de ella"

- "¿Estará muerto?" –dijo Kero, que inspeccionaba al caído.

- "Espero que no porque preferiría que el Consejo decida su suerte. No quiero nada más que ver con los Lao. Ellos quieren matarme."

- "¿Y porqué quiso matarme a mí?" –intervino Sakura- "¡apenas si te acabo de ver!"

- "El sujeto dijo que parte del castigo que le daban al ex-mocoso era.."

Sakura quedó en silencio por un instante. De repente le vino a la mente –casi como un súbito recuerdo- la figura de un afable anciano en ropas chinas que conoció una tarde.

- "Quieren vengarse de mí haciendo daño a las personas que he querido" –dijo sin pensar.

- " Hmmmm " –murmuró Kero- "¿entonces?... ¿qué tiene que ver Sakura aquí?"

- "Ataca a los que conocí , a eso me refería cuando te dije que creía que necesitabas protección" –continuó rápido.

- " ¿Crees que quiera lastimarme?" –dijo la muchacha con extraño acento- "¡si soy solo alguien que conociste cuando eras niño!.... además hace mucho que no nos vemos..."

- "El viejo Lao estudia también el futuro al igual que el pasado. Ha estado perjudicando y lastimando a aquellos que conocí ...."

- "Pero ¿de esa forma tan directa?" –interrogó Kero.

- "No. Y eso es lo extraño. Nunca lo habían hecho antes" –trató de ponerse de pie pero Sakura tuvo que ayudarle aunque ella tenía varios cortes en el cuerpo- "no, no te preocupes. Vamos, mejor te llevaré a mi casa para atenderte"

En un segundo, el recuerdo volvió a Sakura muy claramente. Había visto a ese anciano de trajes chinos hace varios años, la misma tarde que Touya se fue de la casa. Aquella misma tarde que empezó a pensar que la magia era culpable que hubiera perdido a sus amigos y a su hermano. Esa misma tarde. Aquel anciano de trajes chinos, que tenía una gran cicatriz en la mano izquierda, aquella mano en la que apretaba su bastón.

- "Un momento Shaoran. ¿Cómo es ese anciano?"

- "¿Lao?. Bueno, es un viejo de rostro pálido y nariz aguileña?"

- "Por favor, se mas específico. ¿No tiene alguna señal en particular?"

- "Pues..... no sé.. "

- "¿Una cicatriz grande en su mano izquierda?"

- "¡¿Cómo lo sabes?.. ¿Dónde le has visto?!"

- "Esa tarde.... cuando mi hermano se fue de la casa. Yo venía llorando de la estación y me encontré con ese anciano con trajes chinos. Nos pusimos a conversar sobre magia.... claro, no le dije que era Card Captor, pero él comentó que la magia a veces perjudica a las personas.... eso fue algo de lo que dijo..."

- "¡No puede ser!" –se asombró Kero- "¿ese anciano vigilaba tu casa hace cinco años?"

- "¡No puede ser!... ´..el plan para deshacerse del Clan Li hace mucho que estaba siendo puesto en marcha...´ ¡ya lo entiendo!"

- "¡Pues yo no!" –protestó Sakura vivamente- "¿qué tiene que ver ese anciano conmigo? ¿acaso tuvo que ver con que mi hermano se fuera de casa?"

- "Si dices que fue cosa de discusiones de familia, es poco probable.... Lao perjudica a las personas a quienes yo quise mucho y tu hermano no figuró nunca entre ellos.... lo más probable es que te halla estado atacando a ti.... para evitar que alguna vez pudieras aliarte conmigo..... ¡eso es!"

- "¿Eso es qué?"

- "Tu dejaste de creer en la magia...... tenías grandes capacidades y al motivarte a dejar de creer en tu poder éste quedó sellado al igual que Kerberos en ese libro..."

- "Si. Y por eso no pude salir del libro en 5 años...." –comentó Kero—"además que ya estaba débil... la confianza de Sakura estaba ya muy baja y solo le fue necesario darle la idea de que la magia, su magia, era responsable de que se quedara sola..."

- "Exacto. El poder quedó sellado y aunque ahora a despertado estás en un nivel básico.... casi en la misma situación que cuando empezaste a capturar las cartas clow"

- " Entiendo. Ahora está claro..... Por eso no me ha ocurrido nada anormal en estos años..."

- "Si te ocurría a ti algo muy drástico era posible que tu magia despertara bruscamente al igual que Kerberos y Yue....." –se preocupó de repente- "¡Yue!!... ¿está bien?"

- "¿Porqué lo dices?"

- "Al haber dejado tus poderes, eso selló a Yue y dejó a Yukito vulnerable a cualquier treta de Lao. .... solo espero que esté bien...."

- "Un momento... un momento..." –murmuró Kero

- "Pero... ¿crees que Yukito halla sido herido por ese Lao?"

- "Un momento digo..." –siguió murmurando Kero

- "No, en realidad ahora que lo pienso mejor, lo dudo" –respondió Shaoran sin pensar- "porque cuando yo era niño la persona más importante para mí fuiste..."

- "¡Eso mismo!" –interrumpió Kero señalando al joven chino- "¡tú eres el responsable de todo esto!"

- "¿Qué estás diciendo Kero?"

- "¡Esa familia loca sólo ataca a los que tu has querido mucho y a ti te gustaba mucho Sakura!" –gritó.

- "Que... que... ¿cómo te atreves?" –protestó sofocado- "eso... eso... es..."

Lo cierto era que su rostro estaba cada vez más rojo y se dispuso a mirar el piso porque no podía ver a la chica.

- "Pero, si ya había perjudicado a Sakura ¿porqué matarla ahora?" –seguía razonando Kero- "ese viejo..... que ve el pasado....... y si ustedes dos se gustaron en el pasado.... hmmm"

- "¡Deja de decir esas tonterías Kero!" –Sakura estaba igual de colorada que el joven a su lado- "¡ya has dicho suficiente!"

- "No, es que.... es que.... lastimar a los que el quiso.... matar a alguien de esa forma.... la única razón es....¡No puede ser!" –dijo Kero con angustia- "si atacó a Sakura y solo ataca a quienes el ex –mocoso quiso o querrá ..... y quiso MATAR a Sakura...."

- "La gente empieza a moverse" –interrumpió el joven- "es mejor irnos... el auto está allá"

- "¿Y que hacemos con Lao?"- a su pregunta y pese al hecho que estaba temblando inconteniblemente, Shaoran hizo un conjuro y el hechicero desapareció- "¿Qué hiciste?"

- "Lo envié a la prisión del Concilio de Hechiceros de Oriente" –dijo cayendo al piso.

- "¡Shaoran!" –dijo Sakura mientras lo sostenía a duras penas.

- "¡Shaoran!" –intervino una muchacha china que descendió de un lujoso auto- "¡estás muy débil!.. ¿qué ha sucedido?"

- "No .... no te preocupes Mei Ling.. ¿qué haces tú aquí?"

- "En tu casa sintieron mucha magia en este lugar.... sólo nos permitieron venir cuando esta se dispersó... ¿contra que te enfrentaste?"

- "Contra .... contra... Chiang. Pero no te preocupes por mí, ayuda a Sakura"

- "¿Sakura?"

Mei Ling se volvió hacia la lastimada y sangrante joven que sostenía a su primo y la miró con asombro.

- "Si, Sakura Kinomoto... la Card Captor de Japón... ¿no la recuerdas?" –dijo el joven.

- "¡Sakura!"

- "¡Mei Ling!"

Ambas jóvenes se miraron y mientras Sakura sonreía Mei Ling tuvo un presentimiento extraño, pero entonces Shaoran se desplomó y sólo con la ayuda de Wei lograron llevarlo al automóvil. Pero aunque Mei Ling ayudó también a Sakura –que realmente lo necesitaba- súbitamente supo que las cosas iban a cambiar para ella.

Eso era definitivo.

Mientras Kero seguía pensando con preocupación cada vez más creciente, el auto se deslizaba por las calles de Hong Kong.

- "¡No puede ser!" –se dijo a sí mismo con casi angustia- "si ese hechicero quiso MATAR a Sakura.... es que ella va a ser en el futuro alguien realmente importante en la vida de este ex- mocoso..... ¡eso no puede ser!!.... ¡Sakura!!!!"

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

El anciano cubrió las cartas con un gesto casi colérico. Lo sabía, Chiang había fallado. El plan había sido arriesgado pero no tenían otra salida. Aquella chica tenía que ser eliminada lo antes posible porque definitivamente podía ser un estorbo en sus planes.

Las cartas del Tarot se dispersaron por el piso a un nuevo gesto del anciano. Ya no había marcha atrás, ahora, con la captura de Chiang se complot quedaba al descubierto, pero en el fondo eso no importaba, se había preparado por mucho tiempo para acabar con el Clan Li, e incluso había perdido a su hijo por ello.

Su hijo.

Apretó los puños con ira. Odiaba a ese muchacho, realmente quería verlo sufrir y por eso no podía perdonarse el no haber terminado con aquella chiquilla hace cinco años, cuando tuvo ocasión de hacerlo. Pero había tanta ingenuidad en su sonrisa y tal amabilidad en su manera de ser que se había limitado a influenciarla para sellar su propio poder y la había dejado en paz. ¡Sabía que se arrepentiría pero no había podido evitarlo!...

La verdad era que le recordaba demasiado a la hija que perdió hace casi 30 años y aquello le había desarmado. Pero ahora que ella había roto el sello sobre su propio poder tendría que hacerlo. Y lo haría.

Si ella había sido y podía ser tan importante para ese muchacho, la destruiría sin reparo alguno.

Por su hijo y por su Clan. Destruiría a todos los que ese chico quisiera... ¡a todos!.

Llamó entonces a uno de sus sobrinos y le dio una nueva orden.

Tenía una idea nueva.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Sonomi dejó de dar vueltas a la habitación. Le ocurría algo extraño. No podía dejar de recordar la conversación que había tenido la semana pasada con Fujitaka Kinomoto y el sentimiento desagradable persistía.

El tenía razón.

Pero el hecho que hubiera tenido que hablar con ella y decírselo precisamente él la irritaba porque nunca le había agradado ese hombre. Es más, casi lo había detestado. Sabía que era una buena persona –si no lo fuera Nadeshiko no se hubiera casado con él- y estaba consciente que había hecho un gran trabajo cuidando a Sakura.

De hecho, mucho mejor que ella con Tomoyo.

Recordó la enorme sorpresa que recibió cuando se cruzó con él en el vestíbulo del hotel y más aún cuando la invitó a un pequeño restaurante.

- " ¿Crees acaso que me siento feliz de no poder hablar tres minutos seguidos con mi hija?" –le había increpado.

- "No quise decir eso Sonomi. Ningún padre o madre puede sentirse del todo feliz si no tiene a sus hijos a su lado y es solo que no entiendo el hecho que conociendo donde está tu hija, no te decidas a hablar con ella para aclarar esta situación"

- " ¡Ni siquiera sabes porqué mi hija y yo estamos tan alejadas! ¡no puedes venir a decirme lo que debo hacer!"

- " ¿Acaso tú lo sabes realmente?"

- " ¡No tengo porqué contestar eso!" –protestó airada.

- "Porque si realmente sabes el motivo del problema y donde está tu hija.... no entiendo porque te haces parte del problema al no acercarte a hablar con ella"

- " ¿Como te atreves?"

- "Tengo una hija también. Y sé que si yo supiera que ella tiene un problema trataría de que lo comparta conmigo no importa que tanto daño pudiera hacerme .... porque es mi hija y todo padre ama profundamente a sus hijos, ya sea estén de acuerdo con ellos o no" –había dicho con profunda tristeza- "porque pese a todo, nunca dejaré de ser su padre"

Ante estas palabras Sonomi se había puesto a llorar.

- " ¡Ese es justamente mi problema!!" –le había dicho sin poder contenerse- "no puedo hablar con Tomoyo porque temo que ella me diga..... me diga... me diga que ya sabe que no soy su madre" –y como el profesor Kinomoto había quedado atónito ante tamaña revelación, Sonomi había continuado, casi como si se librara de un enorme peso de encima al revelar eso- "Soy estéril" –había dicho con voz apagada- "descubrí eso después de casarme y fue una enorme decepción tanto para mí como para mi esposo. A decir verdad logramos salir adelante sólo poniendo todas nuestras energías en nuestro trabajo y ese fue básicamente el motivo por lo que me convertí en la mujer de negocios que conoces. Pero siempre me sentí frustrada por no poder tener una familia completa y aunque le hablé muchas veces de la adopción él no quiso oír ni una palabra de eso, la idea parecía desagradarle profundamente..." –suspiró- "Pero pese a ello decidí arriesgarme. Sin que lo supiera hice los trámites de adopción de una bebé encantadora.. ¡estaba tan segura que la querría tanto en cuanto llegara a conocerla!.. que lo hice" –había suspirado- "pero cuando la llevé a casa....."

- " No reaccionó como esperabas..."

- "Exacto. El caso fué que no tuvo ninguna reacción" –casi sollozó- "Yo hubiera preferido que me dijera algo, que me increpara lo que hice, pero él no dijo nada al respecto.... nunca dijo nada. Se limitó a asegurar que Tomoyo nunca sería una hija para él y volvió a su trabajo sin otra palabra más."

- " ¿Acaso nunca trató bien a Tomoyo?"

- "No es eso. De hecho al paso del tiempo apenas si le hablaba, nunca estaba en casa y apenas se ocupaba de ella. Cuando mi pequeña solía acercársele, él se alejaba de ella con una excusa o salía de viaje intempestivamente.. creo que Tomoyo acabó por acostumbrarse a la idea que su padre no se ocupara de ella y ella también dejó de hablar de él. Dejó de mencionarlo y él pasó a ser una figura anónima en su vida.." –sonrió con tristeza- "incluso el abuelo llegó a tenerle afecto a Tomoyo, aunque nunca habló de ella como siempre hablaba del verano en que conoció a Sakura. A Tomoyo no le molestaba porque nunca le conté que de ese verano.. Pero en cuanto a su padre..."

- "Ya entiendo" –murmuró el Decano- "por eso Sakura decía que Tomoyo nunca hablaba de su padre"

- "No tenía nada que decir, porque casi no lo conocía..... "

- "¿Y fue ese el motivo de que tu esposo y tu se divorciaran?"

- "Sí. Creo que al paso de los años eso ayudó a distanciarnos y nos hicimos como dos extraños. Finalmente la situación entre nosotros se hizo insostenible y después que nos mudamos a Estados Unidos vi que la situación no iba para más. Como temía que Tomoyo se enfrentara a una escena desagradable, la envié a un internado"

- "Supe de eso. Tomoyo se lo contó a Sakura en una de sus cartas" –hizo memoria- "aunque creo también que fue lo último que supimos de ella"

- "No me asombra. Cuando le dije que su padre y yo nos íbamos a divorciar no pareció muy afectada" –continuó- "pasó un último fin de semana a nuestro lado y después tuve que mudarme a Alemania por una larga temporada. Supuse que sería buena idea poner distancia entre nosotros y la dejé interna en una escuela alemana dedicándome más a mi trabajo, hasta que me enfermé de puro agotamiento.."

- " ¿Que te ocurrió?"

- "Nada grave, pero me mantuvo en el hospital por algún tiempo y él vino a visitarme en varias ocasiones. Tomoyo no podía hacerlo porque la escuela era muy estricta y cuando salí del hospital tuve una terrible discusión con él. Ya teníamos casi tres años de divorcio y jamás había preguntado o visitado a Tomoyo... yo le reprochaba que nunca se ocupara de ella y repentinamente dijo que si no la hubiera adoptado todavía seguiríamos casados... eso me puso a llorar ... por un momento desee jamás haber adoptado a Tomoyo y eso es algo que aún no puedo perdonarme.. ¡es mi hija!... ¿como pude pensar así aún cuando solo fuera por un instante?"

- "¿Acaso Tomoyo sabe algo de esto?"

- "No estoy segura, nunca tuve el valor de preguntárselo" –le dijo compungida- "además que al recuperarme no pude dedicarle mucho tiempo porque mi estadía en el hospital había retrasado mucho mis negocios... de hecho, desde entonces nos alejamos mucho ... tal vez son ideas mías, pero ella parecía esquivarme y cuando se graduó dijo que prefería vivir sola"

- " ¿Y nunca le preguntaste el porqué de su actitud? .. yo recuerdo a tu hija como una niña muy afectuosa y hubiera sido mejor hacerlo"

- "Me decía mí misma que estaba tan alejada de mí por la escuela y por los cambios de la adolescencia, después por el trabajo..... creo que yo misma me había acostumbrado a su actitud......... al menos hasta hace unos días, cuando volví a ver a tu hija. Sólo entonces supe que algo debió haberle pasado a Tomoyo para que se alejara así de mí.. porque al ver esa luz que brilla en los ojos de Sakura supe que Tomoyo no era feliz..... Y tengo mucho miedo de haber fracasado como madre"

- "Si tienes el deseo de solucionarlo, habla con tu hija con toda franqueza y no dejes que el silencio, el trabajo y las excusas se interpongan por más tiempo entre ustedes.."

- " ¿Y si me reprocha algo?"

- "Pues defiéndete y dile tus razones. Pregúntale el motivo de su alejamiento... tal vez no te lo diga al principio, pero si sabes ser sincera con ella finalmente te lo dirá" –repuso con una sonrisa- "Mira, Sakura me lo comentó ayer... Tomoyo es, por naturaleza, una chica dulce y gentil.... sus cambios pueden ser debido a algo que la ha afectado terriblemente.... pero si buscas bien, creo que en el fondo sigue siendo la misma niña dulce y encantadora que tanto amas.."

Sonomi había contemplado al Decano con asombro. ¿Como podía tener tanta fé y confianza en lo que decía?. Con enorme trabajo, asintió en silencio y suspiró quedadamente..

- "Tienes razón... ¿por eso viniste a verme?.. Sakura te comentó lo que le dije"

- "Sí. Me entristeció saberlo y pensé que quizá te haría bien charlar con alguien. Ciertamente no esperaba que me revelaras algo como esto pero..."

- "Pero quisiste darme unas lecciones de cómo ser buena madre para mi hija ¿no?... bueno, tu has sido un excelente padre para tus hijos, aunque yo misma y mi abuelo llegamos a dudarlo alguna vez.. supongo que me merezco que vengas a darme sermones..."

- "No Sonomi, nadie es perfecto" –había dicho Fujitaka con una expresión de profunda tristeza- "no soy un padre perfecto. Si te dije todo esto es porque quisiera poder seguir mi propio consejo. Porque si supiera donde está mi hijo no me detendría hasta hablar con él una vez más"

- "¿Que dices?" –se había asombrado.

- "Hace cinco años que no sé nada de mi hijo"

- " ¡Eso es imposible!... ¡pero si tú..!"

- "No soy perfecto Sonomi. Nada más verdadero que eso. Mi hijo se marchó de la casa porque no pude darle una razón para permanecer en ella...."

- "Pero.."

- "Al igual que tú, me pidió una respuesta que yo todavía no estaba listo para darle. Tal vez no tuve el suficientemente tacto para negársela o quizá fue porque Touya deseaba probarme que podía encontrarla por sí mismo, el hecho es que se fue y no lo he vuelto a ver"

Sonomi se dejó caer en el sofá y suspiró otra vez al recordar lo que Fujitaka dijo sobre su hijo. Debía ser duro para él y tal vez era una señal para que ella arreglara sus problemas de comunicación con Tomoyo.

Aunque no fuera fácil, tenía que decidirse.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

El niño empezó a reír suavemente mientras corría por el sendero iluminado por la luna. Extrañamente no se sentía solo, sino todo lo contrario, estaba muy contento y no tenía miedo alguno.

- " ¡Yukito!!.. ¿dónde estás?" –le llamaba una voz femenina.

El pequeño sólo siguió riendo mientras se sentaba tranquilamente en el claro de luna pero el eco de su risa fue suficiente para que la mujer le encontrara y de repente sintió sobre su rostro una suave caricia.

- "No entiendo como no sientes miedo de estar aquí solo de noche, cualquier otro niño lo tendría... ¡Solo tienes 3 años!... ¿qué tanto te puede gustar este lugar si estás solo?"

- "No solo" –balbuceó dulcemente señalando la luna.

- "De modo que la luna es tu compañía ¿verdad?" –la mujer la había levantado del suelo con un brazo- "si no fueras un pequeño tan adorable realmente estaría muy enfadada contigo.." –el pequeño seguía señalando la luna- " ¿te gusta mucho la luna Yukito?"

Un enorme viento barrió le lugar y cuando todo se dispersó el niño tenía ya 5 años. Se encontraba en un templo cuando otro pequeño se le acercó.

- "Hola... ¿qué eres tu?" –inquirió el otro niño.

- "¿Yo?. Soy un niño... ¿porqué?"

- "No... no sé" –dijo el otro pequeño, que tenía aproximadamente su edad y el cabello negro y cortito- "cuando te vi pasar con tus padres vi una sombra plateada caminar a tu lado"

- "¿Qué sombra?.. No te entiendo"

- "Creo que tenía alas... no sé... "

Una anciana se acercó entonces al pequeño y se lo llevó de la mano. El primer niño se encogió de hombros otra vez y sonrió. No había entendido lo que dijo el otro niño pero ya casi era de noche, la luna empezaba a aparecer en el cielo y eso lo ponía muy feliz...

- "Pero abuela" –decía el otro pequeño- "ese niño .... no lo siento como una persona sinó como dos..."

- "Eso lo viste porque eres un médium... pero no es algo que puedas comentar.."

La luna brilló con intensidad y ahora el primer niño tenía unos diez o doce años. Se encontraba saliendo de la escuela y despidiéndose de un grupo de niños de su edad.

- "¡Cuídense mucho!"

- "¿Entonces vas a cambiar de escuela?" –le preguntó otro niño.

- "Si. Mis padres van a mudarse por trabajo y la otra escuela queda más cerca. Además hay una panadería muy cerca de la nueva escuela que tiene dulces riquísimos..."

- " ¡Sí que comes mucho!" –rió otra niña- "te vamos a extrañar..."

- "Yo también"

- "No digas eso Yukito" –replicó otro niño- "tú eres muy bueno y nunca tienes dificultad para hacer amigos, todos te quieren... creo que nunca vas a sentirte solo"

El niño rió suavemente y repentinamente estaba ante las puertas cerradas de una gran casa. Ahora tenía el uniforme de secundaria y usaba anteojos. Tenía unas maletas a su izquierda y un par de ancianos a su derecha.

- "Ahora vendrás a vivir con nosotros" –dijo el anciano- "aunque tu abuela y yo normalmente estamos muy ocupados, esperamos que no te sientas solo"

- "Eso no abuelo" –dijo volviéndose a verlos con una sonrisa en el rostro- "¿cómo puedo estar solo si ustedes están conmigo?"

- "Entonces, vamos a tu nueva casa"

El escolar se había subido al automóvil y había contemplado el paisaje. De repente ya no estaba en el auto sinó sobre una bicicleta y un muchacho de cabello oscuro y una niña en patines iban a su lado.

- "..soñé con un enorme pescado y cuando me desperté me lo encontré en mi desayuno... ¡me dio tanto gusto que me lo comí con seis tazas de arroz!"

La niña había sonreído y él le había arrojado un dulce mientras ella quedaba a la puerta de una primaria. El chico de cabello oscuro se le había quedado viendo con expresión de asombro cuando la niña recibió el dulce y la preocupación se dibujó por un instante en su rostro apuesto. ¿Qué era aquello?. Siempre había tenido la facultad de poder ver espíritus o cosas que los demás no notaban, pero nunca había observado eso en su amigo cuando estaba junto a su hermanita.. ¿Una sombra plateada con alas de ángel?. Sabía que Yukito tenía un aura extraña, casi como si no fuera una sola persona, pero aquello solo había hecho que su amistad fuera más firme porque era el único que entendía las cosas que él veía y por las que siempre se había aislado de los demás. Sorprendido en su confusión, había murmurado con fastidio.

- "¿Porqué siempre le regalas un dulce?" –había dicho con gesto huraño- "es un monstruo"

- "Tú dices eso porque es tu hermana" –replicó- "pero la verdad es que me hubiera gustado tener una familia como la que tienes.. ¿sabes?... a veces te tengo un poco de envidia"

- "Eso no quita que ella sea un monstruo.... un monstruo que solo puede inspirar terror..."

- " Pues al contrario, a mí tu hermanita me inspira una gran ternura" –dijo amablemente- "¿sabes?.. a veces me siento muy solo en mi casa y me hubiera gustado tener a alguien a quien pudiera proteger y cuidar... una familia como la tuya"

- "Bien, bien... si soportas al monstruo quizá mi familia pueda adoptarte" –había respondido el otro chico mientras se encogía de hombros- "aunque dudo que nos soportes por mucho rato .... ya vas a acabar pensando que es mejor estar solo que mal acompañado"

Un enorme viento envolvió al muchacho de anteojos, ahora sí veía una sombra plateada a su lado, a la niña de los patines con un báculo extraño y algo parecido a una carta de tarot en sus manos; al lado de la niña estaba un pequeño en traje chino y una enorme bestia alada de ojos dorados y muchas escenas pasaron demasiado rápido para que pudiera describirlas. Muchas sonrisas y encuentros con esa niña y su familia, la primera familia que lo trató de una forma tan cálida. Pero repentinamente se encontraba ante el cuerpo frío de su abuelo, y a su lado, su abuela parecía muy cansada.

Y se encontraba entonces en una estación. El muchacho de cabello oscuro parecía muy apenado y le había dado un apretón de manos mientras la niña contenía sus lágrimas abrazada a un señor de cabello castaño, que trataba de animarla pese a tener también cierta tristeza en el rostro. Lo último que vió de ese recuerdo fue a la niña agitando sus manos en un gesto de despedida y esto fue como si un pesado silencio cayera sobre su alma.

Al descender de la estación –esta vez era el metro- quien descendió ya era un joven de aproximadamente 20 años, con una enorme cantidad de libros bajo su brazo y que parecía estar algo apurado en llegar a la Universidad, pero una vez en el centro de estudios muchos lo habían saludado, aunque el silencio interior persistía. Solo entre tanta gente, solo, pese a estar rodeado de tantas personas a su alrededor.

Porque en el futuro, aunque estuviera en una noche de luna, siempre se sintió incompleto ya que aquella sombra alada que siempre había estado con él se había marchado para siempre.

Ahora ya salía de la universidad con el aspecto de un hombre de 23 o 24 años... yallí estaba esa niña lastimada a la que acompañó a la enfermería de la escuela donde estaba trabajando.

Una hermosa muchacha le había sonreído y pese a que empezaba a entristecerse porque nunca más se había sentido completo –como cuando veía a la sombra alada en los claros de luna- una súbita alegría le había invadido. Era una alegría extraña, muy diferente a la que antes hubiera experimentado. No tenía nada que ver con el afecto que sintió por sus padres, la cálida camaradería de sus amigos infantiles o la hosca pero total confianza de su mejor amigo de la preparatoria. Le recordaba más bien al sentimiento que había experimentado por la hermana menor de su amigo, pero era a la vez diferente y original.

Ante aquella niña la sombra alada que siempre le había acompañado le había animado a sentir por ella una profunda ternura y un deseo de protegerla. Pero ante esta muchacha, sabía que era él, por sí mismo, quien sentía esta calidez, esta alegría cada vez que ella sonreía, este deseo de estar siempre a su lado y de cuidarla y hacerla feliz. Tal vez la sombra que había sido su más intima compañía se había marchado, pero esta muchacha, que no era parte de él mismo, de alguna misteriosa manera y por este sentimiento totalmente nuevo, ahora lo era.

Porque ahora la muchacha sonreía feliz mientras en su dedo brillaba una sortija y ambos se encontraban en me dio de un agradable picnic. Pero ya estaba anocheciendo y como esa noche no había luna ambos volvieron a la ciudad.

Entonces todo se puso a temblar y una masa de escombros los separó.

Se había arrastrado tratando de encontrarla con desesperación. Solo para encontrarla ensangrentada y yerta en medio de un derrumbe.....

Estaba solo de nuevo. Ahora sí para siempre.

- "¡Basta, basta!" –dijo una voz profundamente triste.

En un instante todo estalló como si fuera de cristal y estaba arrodillado en medio de la nada. Ahora se daba cuenta de lo ocurrido.... como en un destello vió una niña sola en medio de la autopista... sintió un golpe sordo y supo porque estaba allí.

- "No me queda nada porque vivir" –dijo en voz alta- "siempre dije que la vida era algo demasiado valioso para querer abandonarla y no he buscado morir, aunque ahora estaría feliz si pudiera descansar para siempre.... no estar solo de nuevo y ver a Keiko una vez más..."

Silencio. Una luz se vió a lo lejos.

- "He tenido una vida dichosa y grata. También he conocido a muchas buenas personas. Solo espero que ellas conserven un buen recuerdo de mí y nunca se sientan solos.... ahora no lo estaré nunca más....."

La figura de Yukito, ya convertido en un afable maestro de 26 años y todavía con las anteojos puestos se dirigió a la luz. Pero allí una sombra de mujer dijo suavemente.

- "No. No puedes venir."

- "¿Keiko?"

- " No debes venir. Tienes aún mucho por hacer y a quien amar, más ... además él nunca lo permitiría...."

- "¿El?" –se asombró.

- "Sí" –Keiko señaló a alguien a sus espaldas- "él"

Yukito se volteó rápidamente y ante él, con su típica expresión serena, se encontraba una figura de largo cabello plateado y alas blancas...

Notas de la autora: ¡ufff!... este capítulo sí que me quedó bastante largo... Por si acaso, los hechizos que he puesto en el duelo entre Shaoran y Chiang los saqué de un libro que trata de yang y ying –el pobre libro está mas viejo que el mundo y casi se cae a pedacitos, ya no se lee ni el título- y un poquito de imaginación de mi parte ji, ji... ^u^. Bueno.. espero les esté gustando, como se darán cuenta, poco a poco todo va tomando forma y los personajes están haciendo su incursión –tal y como prometí- en cada capítulo.... Aunque la idea de los crossovers aún gira por mi cabeza... ¿reconocieron al niño que conoció Yukito cuando era niño?... ji, ji...

Como siempre comentarios, sujerencias y tomatazos dirigirlos a [email protected]
Avances del siguiente capítulo:

Las preguntas sobre lo que tiene que ver Sakura con la venganza de Lao complican la existencia del pobre Shaoran. Mei Ling tiene serias dudas sobre el matrimonio con su primo y Sakura se ve envuelta en una desagradable confusión que altera totalmente los ya destrozados nervios de Kero. Un nuevo reencuentro se sucede entre viejas amigas, y algunas amistades son reafirmadas. La poderosa institución a la que ya pertenece Yukito empieza a interesarse en su grave estado de salud mientras le damos un pequeño vistazo a la nueva vida de alguien que perteneció al grupo de amigos de nuestra protagonista.

Y Sakura comprueba con temor, que salir de la casa de Shaoran es mucho más difícil que entrar, y no por magia precisamente.....

Capítulo V : " ¡Uf!... ya empiezan las complicaciones...."

 

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