CAÍDA DE LEGUÍA Y
EL ENCUMBRAMIENTO DE SÁNCHEZ CERRO
El
14 de abril de 1930 la policía de Lima descubrió en un taller de mecánica
varias bombas. Hechas las
investigaciones, resultaron comprometidas personas importantes y hasta un
integrante de la escolta presidencial, el coronel Eulogio del Castillo. Leguía en todo momento se negó a admitir la
culpabilidad de este jefe y aceptó sus alegatos de inocencia. El ejecutor del plan para asesinar al
presidente Leguía debió ser un débil mental llamado Luis Humberto Peña, que ya
había fallado en tres intentos anteriores, uno de ellos a la salida del
presidente de
Era este un militar, que en dos oportunidades anteriores
había estado comprometido en complots revolucionarios contra Leguía.
El mes anterior, en marzo, el mayor Luis Sánchez Cerro
había sido ascendido a propuesta del ministro Foción Mariátegui, pariente de
Leguía y del general Ponce, no obstante las dudas de Leguía.
Cuando posteriormente a la rebelión de Sánchez Cerro el
22 de agosto, se le hizo notar, esos procedimientos tan contradictorios, dijo
el comandante que él había sido siempre un revolucionario, pero no un asesino.
Fue nombrado Sánchez Cerro, jefe de Regimiento de
Zapadores Nº 3 con acantonamiento en Arequipa, cuando fue ascendido.
En Arequipa había un activo grupo de conspiradores
civiles, con los cuales Sánchez Cerro se vinculó. Entre ellos estaban el doctor José Luis
Bustamante y Rivero, Clemente J. Revilla, José Manuel Chávez Bedoya, Manuel
Benigno Valdivia y Manuel Vinetti.
Uno de los primeros complotados había sido el mayor
Alejandrino Barco, uno de los más antiguos camaradas de Sánchez Cerro. A él siguieron el comandante José Gamarra, el
mayor Julio Gálvez, el mayor Rubén del Castillo, el mayor Eleazar Atencio, el capitán Alfredo Miró Quesada y el capitán Raúl
Rico. También integraba este pequeño
grupo de conspiradores el comandante Campos, jefe de
Se proyectó el pronunciamiento para el 29 de agosto, para
tomar por sorpresa a la policía que celebraba su fiesta el día 30, y era muy
adicta a Leguía.
Sin embargo, el Gobierno estaba alerta y llegó a saber de
los preparativos de levantamiento y fue así como en la noche del 21 de agosto,
Campos recibió un mensaje urgente de Lima, para que se alertase al prefecto de
Arequipa, Federico Fernandini, del
inminente golpe revolucionario. Campos
cumplió con transmitir al prefecto el mensaje, pero de inmediato se lo hizo
conocer a Sánchez Cerro.
En la misma noche, se resolvió dar el golpe el 22,
aprovechando que las tropas salían de maniobras al amanecer.
En las primeras horas de la madrugada salen de Arequipa
el Regimiento de Zapadores Nº 3 con Sánchez Cerro a la cabeza, los Batallones
de Infantería Nº 5 y Nº 7, todos los cuales
se ubicaron cerca al histórico paraje de Socabaya. El regimiento de artillería se ubicó en
Tingo.
Los efectivos de Socabaya estaban bajo el mando del
teniente coronel José Gamarra por ser el de mayor antigüedad.
Las tropas
formaron y Sánchez Cerro, a caballo se adelantó y se puso frente a ellas.
Transcurrieron varios minutos de silencio y de tensión pues muchos jefes
estaban enterados de lo que iba a pasar, pero el resto al igual que la tropa no
sabía nada. Sánchez Cerro
con potente voz, no obstante su pequeño tamaño, lanzó una ardiente arenga y
proclamó la revolución. El griterío de
aprobación fue unánime y el mayor Gálvez, se bajó del caballo, se cuadró ante
Sánchez Cerro y lo proclamó Jefe de
Se envió de inmediato una comunicación al Regimiento de
Artillería, que estaba en Arequipa, solicitando su adhesión y éste se plegó con
entusiasmo.
Las tropas sublevadas iniciaron a las
Los establecimientos comerciales cerraron sus puertas al
igual que el mercado San Camilo y las gentes presurosas por las calles se dirigían
a sus domicilios.
A las
En Lima se conocieron pronto los sucesos, pero las
autoridades se mantuvieron a la expectativa en espera de una reacción contraria. A las 11 de la noche se convencieron de que
el movimiento había triunfado en
Posesionado
Sánchez Cerro del mando de la revolución, expidió el mismo día 22 de
agosto un Decreto haciendo conocer que
Luego expide otro Decreto como Jefe Militar y Político,
disponiendo que mientras se forma una Junta Provisoria
de Gobierno, se nombraban los siguientes Secretarios:
De Asuntos Militares, mayor Alejandro Barco
De Asuntos Políticos, doctor José Luis Bustamante y
Rivero
De Asuntos Financieros y Administrativos, doctor Manuel
Vinetti
De Asuntos Postales y Transmisiones, mayor Rubén del
Castillo
De Transporte y Comunicaciones, mayor Julio Arboleda
Viñas
Contralor General, doctor Gustavo de
Como prefecto de Arequipa fue nombrado el doctor Clemente
J. Revilla y como subprefecto don José
Manuel Chávez Bedoya.
El sábado 23 toda la ciudad de Arequipa fue embanderada.
El aviador Elmer Faucett que estaba en Arequipa se puso a
las órdenes de Sánchez Cerro.
Con fecha 22 de agosto, el
comandante Sánchez Cerro en su condición de Jefe Supremo, lanza un Manifiesto a
Califica al régimen del oncenio,
de corrupto, inmoral, lleno de miseria moral
y protervia política.
Que
en el Orden Constitucional había roto
Que había privado de independencia al Poder Judicial
causando su desprestigio al tiempo que lo politizaba, introduciendo en él a
gente sobornable. Que a los Municipios los había convertido en
agencias gubernativas, usurpando al pueblo la facultad de elegir. La enseñanza superior había sido sometida a un régimen retrógrado y
rastrero. Restringe los derechos
constitucionales en el orden individual, niega la libertad y engaña a la
opinión pública. Que no había libertad
de prensa, y la prensa nacional se encontraba amordazada y envilecida. Acusaba a Leguía que para minar al ejército
había organizado a una policía mimada y jactanciosa. También se refería a la cuestión de
Anunciaba moralización y normalización de la vida
institucional y económica del Estado, así como la revisión de
Se ofrecía la redención del indio, se aseguraría los
derechos y el bienestar de la clase trabajadora. Se haría de la honradez un culto nacional y
por eso serían perseguida sin tregua la banda de
rapaces que se habían enseñoreado de la administración pública y amasado
fortunas a costa del erario nacional.
Se acabaría con los peculados, las concesiones
exclusivas, las malversaciones y las rapiñas encubiertas. Las riquezas nacionales no seguirían siendo
hipotecadas. Se controlaría el gasto
público y se estimularía a las fuerzas vivas del país e industriales. Denunció a
El Manifiesto de Arequipa fue difundido en todo el país
por diversos medios y causó gran impacto.
Siempre se le ha tenido como un documento político de mucha importancia.
Se ha dicho que el doctor Bustamante y Rivero era el
autor único del Manifiesto de Arequipa, pero don Pedro Ugarteche en la obra
“Sánchez Cerro” -de cuatro tomos-
asegura que fue el mismo comandante que le dijo que el mayor Barco había sido
el autor. En efecto, en el original que
se conservaba y que fue mecanografiado por el mayor Rubén del Castillo, hay
anotaciones y enmendadura hechas de puño y letra del mayor Alejandro Barco y
del mismo Sánchez Cerro.
El Manifiesto circuló en volantes en Arequipa el mismo
día 22 y lo firmaban el mayor Barco y
Sánchez Cerro; pero el mismo Barco consideró que sólo debía aparecer el nombre
del Jefe Supremo. Por eso el día sábado
23 en el diario “Noticias” figuraba como firmante sólo Sánchez Cerro.
El mismo día 22 de agosto
al mediodía, el prefecto de Arequipa pudo telegrafiar a Lima, que las tropas se
habían sublevado y tomado la ciudad.
Por la noche, las autoridades de Lima emitieron el
siguiente comunicado que apareció el día sábado 23 en los diarios: “Las
tropas de la guarnición de Arequipa a instigación del comandante Sánchez
Cerro, a base de una orden general fraguada por él en la que comunicaba como
resolución del gobierno el licenciamiento de las tropas y de los oficiales y la
rebaja de los haberes, se sublevaron en la mañana, apresando sin derramamiento
de sangre al Comandante General y al Prefecto del Departamento, adueñándose de
la ciudad. El gobierno ha dictado las
medidas del caso y espera que pronto quedará restablecida la normalidad en este
departamento”.
Eso del engaño a la
tropa por Sánchez Cerro, era un engaño del gobierno, pues en ningún
momento se dijo tal cosa.
El viernes 22 en horas de la noche,
El sábado, gran cantidad de políticos, generales y altos
jefes de las fuerzas armadas acudieron a Palacio a testimoniar su adhesión a
Leguía. En ellos estaba el coronel Eulogio del Castillo, el
coronel Manuel Valdeiglesias acérrimo leguiista que fue uno de los que debeló
el alzamiento de Alcázar en Cajamarca, el general Pedro Pablo Martínez,
general Antonio Castro (piurano).y gran
cantidad de militares de inferior graduación.
Una
escuadrilla de aviones de guerra, partió de Lima bajo la jefatura del
comandante Groww, según se dijo para bombardear Arequipa. Dicho comandante con un biplano aterrizó en
Camaná y allí fue apresado por el mayor Rubén del Castillo que lo remitió a
Arequipa con la custodia del aviador Elmer Faucett.
El 23, supo Leguía
que
Por primera vez en muchos años, Leguía comprendió que en
esta oportunidad la cosa iba en serio.
Sin embargo, el diario oficialista “
El presidente, después de oír misa, reunió de urgencia a
su Gabinete que presidía el huancabambino Benjamín Huamán de los Heros,
ministro de Gobierno. Allí hizo conocer
su intención de formar de inmediato un Gabinete Militar que presidiría el
general Pedro Pablo Martínez o Fernando Sarmiento. Luego renunciaría ante el Congreso.
El general Martínez trató de formar un Gabinete y no lo
logró, lo que sí pudo hacer el general Sarmiento, incluyendo al coronel Eulogio del Castillo.
El domingo, por la tarde y como si nada pasara, Leguía
concurrió al Hipódromo de Santa Beatriz, con sombrero de tarro. Era dueño
Stud Alianza sin duda con los mejores caballos
y sus caballos ganaron en dos carreras.
Recibió aplausos.
Mientras tanto, la inquietud reinaba en las calles de
Lima, en donde grupos densos de
manifestantes se habían reunido en forma espontánea, dando mueras a Leguía sin que la policía supiera qué hacer. De esa manera y en forma súbita
apareció la oposición a Leguía largo tiempo reprimida.
Un mensaje le llegó a Leguía y precipitadamente abandonó
el Hipódromo. El retorno a Palacio fue
agitado, pues turbas airadas trataron de atacar el vehículo. Eran las 5 y 20 de la tarde. Los hechos se precipitan. A las 6 de la tarde renuncia el Gabinete
Huamán de los Heros y a las 11 de la noche jura el Gabinete Militar del general
Fernando Sarmiento. Al terminar el acto,
se presentó un delegado militar, para notificar al presidente que jefes de las
diversas unidades militares de Lima sesionaban en el Estado Mayor para formar
una Junta Militar de Gobierno. El asunto
se había puesto muy grave.
A las dos de la madrugada del lunes, los militares llegan
a un acuerdo en cuanto a la conformación de
A las
tres de la madrugada llegaron a Palacio un centenar de jefes y oficiales para
pedir la dimisión del Presidente y
hacerle conocer los miembros de
A Leguía rodeaban sus edecanes y familiares. Se entabla un diálogo entre el general Ponce
y el presidente, que se puso violento.
Ponce exigía llanamente la dimisión de Leguía y éste decía que sólo lo
haría ante el Congreso. El capitán
Meneses Cornejo intervino con frases fuera de tono, pero de inmediato el
capitán Bueno lo desautorizó y habló con todo respeto a la investidura del Jefe
del Estado.
Para allanar las cosas, el general Sarmiento que horas
antes se había juramentado como presidente del Gabinete Militar en el mismo
salón, presentó su renuncia. Leguía se
dio por vencido y dimitió. De inmediato
los miembros de
Hay otra versión, sobre los sucesos de Palacio que merece
credibilidad. Según eso, al renunciar el
general Sarmiento el cargo de Primer Ministro y con él el resto del Gabinete
que había jurado horas antes, quedó expedito el camino para que el general
Ponce fuera el nuevo Presidente del Consejo de Ministros y fue en tal sentido
que Leguía les tomó el juramento. Como
Leguía iba a renunciar al día siguiente ante el Congreso, sería el Gabinete el
que de acuerdo a
Cuando en Lima se supo eso, turbas enardecidas atacaron la casa particular de Leguía en la
calle Pando, en la que solo había unos
pocos miembros de servicio e hijos del presidente que se defendieron a
tiros. de revólver Los enfurecidos atacantes usaron un
ómnibus para derribar las puertas y en torrente incontenible ingresaron,
saqueándola totalmente y luego le prendieron fuego .Todo eso ante impasibles guardias civiles, a los que Leguía
tanto había protegido. Al día siguiente los saqueos siguieron contra casas los
ministros y connotados personajes del régimen.
Mientras tanto, el general Ponce lanzó un
manifiesto diciendo que había exigido y logrado la dimisión de Leguía. Prometía elecciones para convocar a una
Asamblea Nacional a fin de redactar una nueva constitución.
También ofrecía:
-Derogatoria
de
-Respeto
a los tratados internacionales, así como a las obligaciones económicas contraídas
en el interior y en el exterior
-Supresión
de los monopolios
-Estricta prohibición del juego
-Libertad de prensa
Luego se dispuso el receso de las Cámaras, amnistía
general y para el futuro libertad de los presos políticos.
Luego con el fin de intimidar a Sánchez Cerro, le envió
un telegrama haciéndole conocer que contaba
Después se decretó la inamovilidad de
También
se acordó enviar a Arequipa un avión militar, a fin de trasladar a Lima al
comandante Sánchez Cerro, a fin de incorporarlo a
El general Ponce solicitó una conferencia telegráfica con
el jefe del movimiento revolucionario de Arequipa. De Lima se transmitió lo siguiente: “El general Manuel
María Ponce, saluda con todo cariño a su compañero y querido amigo el teniente
coronel Sánchez Cerro y le manifiesta que la presencia del comandante en
Que invita al teniente coronel Sánchez Cerro a
venir a Lima para llegar a un común acuerdo.
Y le comunica que los presos políticos han sido puestos en libertad, que
el puerto de Mollendo ha sido reabierto al tráfico marítimo y que los exiliados
políticos han recibido autorización para volver al país”.
El comandante Arturo Zapata Vélez era un notorio
leguiista que antes había servido en la guarnición de Sullana. Sánchez Cerro había objetado la presencia de
ese militar en
A pesar de todo, Sánchez Cerro fue tajante en su
respuesta al general Ponce. Expresó el
jefe rebelde que desconocía a
Al conocer ese
intercambio de notas telegráficas, el pueblo de Arequipa se volcó en
multitudinarias manifestaciones de apoyo.
Mientras tanto en Lima, no cayó bien la formación de
Tanto
en la capital departamental, como en el resto del departamento, las primeras
noticias de la rebelión contra Leguía, no fueron tomadas muy en serio y se
consideraba que el presidente era una persona muy poderosa y que las cosas
volverían a su cauce normal.
Cuando poco a poco fueron llegando nuevas noticias y se
supo que el oficial rebelde era un piurano, el criterio público fue cambiando.
Inicialmente el despacho
prefectural se vio muy visitado por personajes civiles y militares, reiterando
su fidelidad al presidente Leguía.
El prefecto Narciso Arroyo, se mantenía en constante
contacto telegráfico con Lima y así pudo darse cuenta rápidamente que el
Gobierno de Leguía estaba llegando a su fin.
Las noticias trascendieron y las visitas a la prefectura fueron
escaseando, y en cambio en la casa del Notario don Antonio Sánchez en la calle
Arequipa, las visitas fueron incrementándose.
Don Antonio, era el padre del comandante Sánchez Cerro.
Mientras tanto la guarnición de Piura se encontraba a la
expectativa y evitaba pronunciarse.
El lunes 25 cuando ya la situación estaba casi definida
en lo que respecta a la caída de Leguía, se realizaron las primeras
manifestaciones populares en la ciudad
de Piura. Los más entusiastas eran las gentes de la mangachería, pues el
comandante Sánchez Cerro había nacido en el sector de la ciudad correspondiente
a ese populoso barrio, no obstante ser la familia de la clase media y muy
conocida y respetable. Los mangaches realizaron casi a diario manifestaciones
vociferantes a favor del nuevo caudillo.
En menor grado, en otras ciudades se repitieron iguales
muestras de adhesión a Sánchez Cerro.
Luego turbas frenéticas, enlazaron los bustos que el presidente tenía en Piura, Sullana y Tumbes, los
derribaron y los arrastraron por las calles.
No pocas veces, las casas de conspicuos leguiístas, sobre todo los que
habían sido parlamentarios por largos años, también fueron hostilizadas.
En Piura era alcalde el doctor Víctor M. Zapata, conspicuo
leguiista que desde ese momento lideró la oposición contra Sánchez Cerro.
De acuerdo a la versión del extinto historiador, Carlos Robles Rázuri, el prefecto de Piura Dr. César Cárdenas
García fue informado por radio, por
Pero Cárdenas siguió fiel a Leguía y logró el
respaldo del Regimiento de Infantería Nº1 que estaba
interinamente al mando del comandante Vargas Mosín , pues el
titular, comandante Narciso Arroyo se encontraba en Chiclayo.
El pueblo piurano reaccionó en forma masiva formándose mítines relámpago
y algazaras que la policía enfrentó. El martes 23 de agosto se reunión una gran
cantidad de manifestantes en la plazuela de
Guarniciones
de Lima con Sánchez Cerro
Los emisarios terminaron
por reconocer a Sánchez
Cerro como Jefe de
El día lunes 25, es decir cuanto
El día 26 hicieron lo mismo el Centro de Aviación Las
Palmas, el Regimiento de Caballería Nº 5 y
Al conocer esto el general Ponce, hizo conocer su
propósito de presentar su renuncia, pero el general Sarmiento lo disuadió y le
dijo que había que evitar el caos y se mantuviera en el cargo hasta la llegada
a Lima de Sánchez Cerro.
El arribo de Sánchez Cerro a Lima estaba anunciado para
la tarde del día 27. El pueblo de
Arequipa trató de oponerse al viaje de Sánchez Cerro a Lima, pues desconfiaba
de
Leguía trata de recuperar el poder
Estando Leguía en el crucero
“Grau”, llegaron a la nave noticias de que ni el pueblo, ni las tropas de Lima
hacían caso de
El general Ponce se sintió amedrentado, y ordenó al
comandante del Grau, que condujera su nave a su fondeadero del Callao. Como los marinos se dieron cuenta de que no
contaban con ningún apoyo, acataron la orden y Leguía siguió siendo un
prisionero en el crucero.
Sánchez
Cerro imparte órdenes al general Ponce
Antes de partir a Lima, Sánchez Cerro se sentía ya que
era dueño de la situación y suficientemente fuerte como para dar órdenes a
“General Ponce.- Lima.-
1º. Mis nobles, patrióticos ideales, hoy
más que nunca interésame afianzarlos eficientemente.- 2º. No me interesa conocer si tropa primera,
segunda, quinta división han reconocido incidental y flojamente esa junta.- 3º. No se trata de hacer comprobación de
efectivos disponibles sino ver patrióticamente calidad elementos que respondan
al imperioso llamado de la patria.- 6º. Hago caso omiso reconocimiento Cuerpo
Diplomático esa Junta, opinión nacional es la única tomo en consideración. Toda opinión extranjera en asuntos internos mi
Patria, rechazo de plano. 8º. Espero
respuesta hasta una de la mañana. Caso
no obtenerla hasta esa hora, no deseo continuar esta clase de ajetreos
políticos criollos.- Arequipa 27 de Agosto 1930 Luis M. Sánchez Cerro.”
Un segundo telegrama decía:
“Marcho hoy con resto de
miembros instalar Junta. Llegaré más o
menos hora diecisiete. Preparen
recibimiento autos campo Country Club.
Sánchez Cerro.”
Cabe imaginar el desagrado del general Ponce, recibiendo
órdenes de un oficial jerárquicamente inferior; pero en ese momento no se
trataba de jerarquías militares, sino de cuestiones políticas.
Cuando Sánchez Cerro telegrafió al general Ponce; en el
punto 7º le daba a conocer
Presidente de
Secretario de Marina y
Aviación, Comandante Carlos Rotalde
Secretario de Gobierno y Policía,
Mayor Gustavo A. Jiménez
Secretario de Relaciones
Exteriores, Comandante Armando Sologuren
Secretario de Hacienda,
Coronel Ricardo Llona
Secretario de Justicia,
Instrucción y Culto, Coronel Ernesto Montagne
Secretario de Fomento e
Industrias, Coronel Eulogio Castillo.
El 27 de agosto, antes de viajar a Lima, mediante
Decreto, Sánchez Cerro constituye
En la tarde del 27 de agosto
de 1930, llegó a Lima Sánchez Cerro, en el avión “Misti” piloteado por Elmer
Faucett. Lo acompañaban el comandante
Armando Sologuren y los tres mayores que
Cuando descendió del avión, el público vio con sorpresa
que se trataba de un hombre pequeño, delgado, moreno de actitudes muy enérgicas
y dueño de sí mismo. Acababa de cumplir
los 41 años. En auto descubierto y muy
lentamente ingresó por la avenida Arequipa que días antes se llamaba avenida
Leguía, donde grupos densos de manifestantes se unieron a los del Country
Club. En el camino recibió el saludo
emocionado del ingeniero Lainez Lozada que hasta el día anterior había estado
confinado en la isla San Lorenzo en donde ya había pasado 9 años. A las seis de la tarde pasaba por el Arco
Morisco de los españoles, hoy desaparecido, precedido por la caballería de
En la plaza de armas había un enorme gentío. El diario “El Comercio” diría al día
siguiente que eran 80 000 personas. Eran
las 6 y 30 cuando desde los balcones de Palacio, Sánchez Cerro habló a la
multitud. En esos tiempos se hablaba a
viva voz, no había alta-voces.
El diario “
La guarnición de Piura se había pronunciado en la noche
del día 26 y el prefecto Narciso Arroyo renunció. En su lugar se hizo cargo de
Junto con el avión de Sánchez Cerro, llegaron
a Lima otros cinco más, con revolucionarios de Arequipa. El diario “
En Piura, el júbilo era indescriptible y los
mítines se sucedían uno tras otro.
El doctor Luis Antonio Eguiguren, condiscípulo de Sánchez
Cerro, que acababa de llegar del destierro, le organizó una recepción en el
restaurante del Zoológico, al que asistieron 1 500 personas. El 31 de agosto, Sánchez Cerro nombra a
Eguiguren alcalde de Lima.
Posteriormente Eguiguren rompería
con Sánchez Cerro y pasaría a la oposición.
Poco después Sánchez Cerro
prestaría juramento como presidente de
De inmediato empezaron los
problemas de carácter social y reclamos
de obreros, que como un dique que se
rompe, habían estado embazados durante
los once años del régimen de Leguía. Eso paralelamente a una gran cantidad de
políticos que trataron de convertirse en asesores del nuevo e .inexperto gobernante y sacar provecho
propio.
Al mismo tiempo se desataron
las ambiciones y el que menos se creí con méritos para ser Presidente de
El ex –presidente Leguía y su hijo Juan fueron
desembarcados en la base naval de San Lorenzo.
El 13
de setiembre gran cantidad de gobiernos habían reconocido al nuevo gobierno
militar pues era evidente su dominio sobre todo el país. Uno de los pocos que no lo había hecho era
Estados Unidos. Su Embajador en Lima Mr.
Dearin comunicaba en esa fecha al Departamento de
Estado, que el ciudadano norteamericano ingeniero Carlos Sutton que había
estado trabajando en Piura se encontraba libre, lo mismo que el capitán
Groww. Luego dice: “...se llegó a creer que hubo amenaza
de maltratar al señor Leguía y esto pudo ser muy seria dificultad y
obstáculo al reconocimiento. Ahora se ha descubierto que lo tratan bien”. Luego continúa: “El doctor Mac
Cornack ha visto a Leguía casi todos los días y me
informa que tenía el espíritu muy deprimido.
Su condición física es muy mala, pero no acepta alimentos y dice que
quiere morir.”
El 4 de setiembre y mediante Decreto Ley 6875,
De igual manera se cambiaron
muchos embajadores, cónsules y representantes diplomáticos. Uno de los
depuestos fue el Dr. Miguel Checa Eguiguren, que había sido embajador del Perú
en Argentina. Había sido compañero de aula en San Miguel con Sánchez cerro,
pero sirvió durante mucho tiempo a Leguía.. Eso fue el
motivo por el cual la familia Checa Eguiguren fue opositora a Sánchez Cerro
desde el principio.
El 11 de setiembre se dispone, que en lo sucesivo se
prohíbe poner el nombre de personas vivas a regiones, ciudades, pueblos, rutas,
plazas, edificios públicos, monumentos, etc. así como bustos, estampillas con
la efigie de personajes y se disponía el cambio de los existentes.
El endiosamiento de Leguía había llegado a límites
inconcebibles hasta la fecha, y era frecuente poner a las calles y avenidas
nombres correspondientes al del Presidente y de los miembros de su
familia. En Piura existían puentes,
calles y plazas con el nombre de Leguía con el busto del mandatario, frente al
antiguo estadio y cuando cayó y fue derribado el busto, a partir de entonces, se la conocía como Plaza sin Nombre.
El 12 de setiembre se prohíben los agasajos a los
funcionarios públicos. De esa forma
Sánchez Cerro cortó de raíz la racha de agasajos que se le estaban ofreciendo.
El mismo día Sánchez Cerro dejó instalado el Tribunal de
Sanción, organismo destinado a investigar y sancionar los casos de
enriquecimiento ilícito en que hubieran incurrido funcionarios y personas
adictas al régimen depuesto.
La creación de este tribunal respondía a un clamor
bastante generalizado de que se sancionase tanto peculado y exacciones
cometidas por los áulicos de Leguía.
Como era de suponer, de los primeros enjuiciados fueron
el presidente Leguía, sus más cercanos familiares y los funcionarios más vinculados. A pedido del Tribunal, Leguía fue trasladado
el 16 de setiembre de la isla de San Lorenzo a
Juan Leguía distraía su
tiempo haciendo zapatos.
Pasado el primer momento de sorpresa, que el
derrocamiento de Leguía, causó entre sus seguidores, se produjo la reacción de
los que habían perdido sus privilegios, de los antiguos funcionarios públicos
todavía enquistados en el aparato administrativo, de la prensa venal que antes
funcionaba a sueldo. Como era imposible
hacer del momento la defensa del antiguo régimen, la oposición se tradujo en un
ataque enconado y constante contra el presidente Sánchez Cerro y contra
Decenas de desterrados que
habían permanecido muchos años en el exterior, al volver, reingresaron en la
política y todos se creían con derecho
dirigir los destinos del país. Es decir que se desataron las ambiciones.
Mucho de esos antiguos desterrados y presos políticos se
dejaron ganar por el odio y los deseos de venganza, y surgieron de esa forma
muchas acusaciones. Había también un
grupo que pensó beneficiarse pronto con la revolución pero que de inmediato se
dieron cuenta de que no iban a lograr nada.
Eso creó un clima de tensión y como el Perú estaba
envuelto desde el año anterior en aguda crisis económica, en medio de esa
situación, la crisis que era mundial, se sintió mucho en el Perú y los
desocupados se incrementaron grandemente. Como consecuencia de todo eso, el 24 de noviembre renunció el Gabinete. Era ya ostensible que en el mismo había dos
tendencias, una conservadora que se dice era alentada por los
neo-civilistas y otra izquierdista liderada por el comandante
Gustavo Jiménez. Aparentemente este jefe al dejar el gabinete
quedó siempre como amigo de Sánchez Cerro, pero en breve los hechos dirían lo
contrario y la enemistad que al fin se produjo trajo muchas horas de luto al
país.
En nuevo gabinete lo presidió el coronel Antonio
Beingolea y había en el mismo varios civiles. En esos meses se habían producido varias
huelgas por cuyo motivo el 12 de noviembre fue disuelta
En diciembre se aprueba el Estatuto que convoca a
elecciones para Presidente de
Al amparo de la libertad de prensa, había aparecido un
diario titulado “Libertad” que incitaba la persecución de los personajes que
habían servido en el régimen depuesto.
El huancabambino doctor Benjamín Huamán de los Heros que había sido
presidente del Consejo de Ministros, perdió la vocalía de
El Gobierno retiró la confianza al arzobispo
de Lima Emilio Lisson Chávez y lo envió a Roma. .Monseñor Lisson había nacido
en Arequipa y era conocido como el “Arzobispo de los Pobres”. En la actualidad
en
El arqueólogo Julio C. Tello fue subrogado
como director del Museo de Arqueología Peruana y en su lugar se nombró al
doctor Luis E. Valcárcel.. El notable ingeniero Carlos Sutton fue separado
del Proyecto de Irrigación de las Pampas de Olmos y de esa manera quedó postergado hasta el régimen de Toledo.
El 13 de setiembre de 1930, la ciudad de Huancabamba se
vio conmovida por un hecho trágico. En
plena plaza de armas y ante una gran cantidad de personas, el guardia civil
Serapio Abarca Peralta, mató de un balazo a don Luis Felipe Jibaja, persona muy conocida con quien había
estado discutiendo acaloradamente.
El destacamento de
El gendarme, hacía servicio urbano y rural, y hasta en
ciudades de la importancia de Piura, el jefe de la gendarmería era con
frecuencia un civil. Los gendarmes eran
figuras familiares para la comunidad, y se les decía familiarmente “cachacos”. Su uniforme esta constituido por un kepí,
casaca y pantalón caqui de tela burda, polainas, cinturón ancho de cuero,
revólver y pito colgado del cuello por una cadena. El periodista satírico limeño Hernán Velarde
decía que el gendarme era un enamorador de las domésticas, volaba cometa con
los palomillas, compartía una “mulita” con los parroquianos de la chingana y se
trompeaba con los rateros.
La nueva policía contaba con tres secciones:
Su uniforme era elegante y tenía adornos rojos en el
cuello y en los puños, por cuyo motivo, se les puso como sobrenombre
“huayruros”. El huayruro es una semilla
serrana con colores rojo y negro.
En la ciudad de Piura, existía un apreciable número de
empleados de comercio, de la industria y del sector público.
Cuando
las empresas eran pequeñas, el horario de funcionamiento era corrido, de 7:30
a.m. o de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. A las
doce se hacía un alto a la labor y los servidores almorzaban en un comedor que
la empresa ponía a su disposición, corriendo el gasto por la empresa. No faltaban casos, en que los empleados,
cuando eran pocos y había un alto grado de confianza, compartían la mesa
familiar. Al crecer la cantidad de
empleados, el horario se partió en jornada de la mañana y de la tarde, con un
descanso intermedio de tres horas.
Se sintió entonces la necesidad de organizarse, tanto
para conocerse y relacionarse, como para luchar por sus mejoras salariales y
condiciones de trabajo.
Fue así como el 17 de octubre de 1930 nació
La flamante institución funcionó en un
inmueble de la 5ta. cuadra de la calle Arequipa, de la
familia Velásquez Guerrero. En la década del 60 se desactivó.
El 16 de octubre del mismo año, los trabajadores de toda
la zona petrolera resolvieron formar una institución única. Se decide entonces afiliarse a
El funcionamiento de este organismo fue fugaz, pues
A las once de la
mañana del 11 de diciembre de 1930, los vecinos querecotillanos se dieron
cuenta que de la iglesia salía abundante humo.
Las puertas estaban cerradas, y cuando
se logró abrirlas vieron que el fuego había ya consumido la mayoría de los
altares e imágenes entre ellas la del Señor de Chocán. Los fieles lograron salvar las imágenes del
Sagrado Corazón de Jesús, Virgen del Perpetuo Socorro y Virgen de Dolores. De
Para la feligresía no sólo de Querecotillo, sino de todo
el departamento, la destrucción de la milagrosa imagen del Señor de Chocán fue
como una gran desgracia.
La imagen del Cristo crucificado, se veneraba desde el
tiempo de
Entre los más fervientes devotas se contaba a doña María Joaquina del Castillo, dueña de la
hacienda Somate, que mandó a construir en Chocán una capillita. Con el tiempo la devoción se expandió por
todo el departamento y fue así como el 1º de noviembre se celebraba un
novenario en Piura y entre Navidad y
En 1941, la capillita de Chocán estaba casi en ruinas,
por cuyo motivo el síndico de
En 1899 el prefecto, coronel Ernesto Zapata, pretendió
llevarse la imagen a Piura, pero el pueblo se opuso.
Por todo lo dicho, el incendio de 1930 dejó en la mayor
desolación a los querecotillanos, pero de inmediato formaron un Comité
Pro-Templo y con el producto de las actividades, el comerciante sullanero don
Francisco Gonzáles Aguirregaviria encargó a la ciudad española de Vitoria, la
confección de una nueva imagen.
En 1930 el ciudadano español don Ramón Romero, manda
a construir con su peculio, la bonita cúpula de
En Sullana era alcalde don Jacinto Vargas, que estaba en
el cargo desde 1926. Su gestión fue
beneficiosa para la ciudad. Se construyó
el anexo del Mercado, donde se vendían comidas;
se inician las obras de construcción del Estadio, bajo la dirección del
Comité Pro-Gimnasio que presidía el doctor Carlos Zapata. Se dota a la plaza principal de una bonita
glorieta de madera para los músicos que ofrecían retretas. Se expropia el inmueble frente a la
mencionada plaza que impedía la prolongación de la calle Ugarteche, dando
origen al Pasaje Cortés. Se pone cemento a la transversal Enrique
Palacios, antes solo enladrillada. Se
empieza la construcción del Anexo del Camal bajo la administración del doctor
Otto Tonsmann.
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Se cubre con cemento la calle del Cementerio,
después llamada San Martín. Se acondiciona el campo de aterrizaje (hoy A.H. Santa Teresita) y se le dota de una caseta donada por
los rotarios En el campo aterrizaban
los aviones Panagra de 8 pasajeros.
Se inicia la construcción de la plazuela Cruz del Sur (Alto de
Sánchez Cerro no tenía ninguna experiencia en el manejo
de los asuntos de Estado, lo que dio origen a que se viera rodeado por
infinidad de consejeros y asesores., que buscaban el provecho propio. En muchos casos, esos intereses eran
antagónicos por lo cual empezaron las intrigas palaciegas, disputándose el
favor y la atención del caudillo revolucionario. Fue así como se dio el 8 de noviembre de 1930
una primera ley electoral, convocando a la elección de un Congreso
Constituyente, que debía dar una nueva Constitución y elegir a un Presidente
Provisorio. El historiador Jorge
Basadre, asegura que el mentor de esta ley fue el doctor Ernesto de
Otro asesor de Sánchez Cerro, el doctor José Manuel
García Bedoya, le hizo ver que la ley electoral 6953 lo sacaba del tablero político
y que debía ser derogada.
Fue así como se dio el Decreto Ley 7019 de fecha 6 de
febrero de 1931, convocando a elecciones generales, para Presidente de
Los
viejos políticos se dieron cuenta de que en limpias elecciones populares,
Sánchez Cerro tenía todas las de ganar y entonces todas las fuerzas políticas
contrarias, convergieron en un ataque enconado contra el presidente de
El líder seguía en Europa y se aprestaba a
retornar al Perú, pero acá, había connotados líderes como Carlos Manuel Cox, Manuel Seoane, Magda
Portal, Alcides Spelucin y Luis Alberto
Sánchez. Los dos primeros habían estado
en el destierro. Estos dirigentes
iniciaron una campaña proselitista violenta y como al aprismo se le vinculaba
con el comunismo, fueron deportados Cox y Seoane y los otros, sufrieron persecusión persecución.
Por entonces se consideraba a Luis
Alberto Sánchez como un elemento pro-leguiista.
La convocatoria a elecciones dio motivo al inicio de una
intensa actividad política en todo el país.
Piura no fue una excepción, y surgió una gran cantidad de postulantes a
las curules parlamentarias. Bien pronto se pudo notar que tanto en la
ciudad de Piura como en el resto del departamento y en la provincia de Tumbes,
la mayoría de las simpatías no sólo se inclinaban por Sánchez Cerro, el
paisano, sino que en torno a su imagen se creó un gran fervor que se mantuvo
aún después de su muerte.
Moratoria
del Banco Perú y Londres
Como
consecuencia de la crisis económica, los agricultores e industriales no habían
podido cumplir con los pagos por los préstamos que habían recibido de los
Bancos. El que tenía una cartera pesada
más acentuada era el Banco del Perú y Londres, que se vio falto de
liquidez. Esta entidad de crédito había
hecho grandes préstamos a las mayores empresas agrícolas e industriales. Contaba con 19 sucursales, una de las cuales
estaba en Piura en un local propio en la esquina de la avenida Grau y la calle
Cuzco. Había sido construido en
1914. En Sullana existía una
agencia. Administrador de
Un buen día, ambos administradores recibieron una orden
telegráfica de suspender los pagos. Una avalancha
de ahorristas y cuentacorrentistas se aglomeraron ante las cerradas puertas de
los edificios bancarios, solicitando se les atendieran retiros de cuentas
corrientes y de cuentas de ahorro, pero todo fue inútil. En 1931 el Banco terminó por quebrar,
sumiendo en la desesperación a centenares de familias piuranas. Sesenta años más tarde, la misma situación se
iba a producir en 1991, cuando miles de ahorristas perdieron su dinero en
varias cooperativas de ahorros, en mutuales y hasta en bancos estatales de
fomento.
La
crisis económica había privado de su trabajo a miles de personas. La mendicidad aumentó grandemente. Las familias no tenían ni qué comer. Ante esa situación Sánchez Cerro dispuso en
forma personal la atención con víveres en crudo a los desocupados, los mismos
que fueron empadronados y hacían larguísimas colas en los sitios de reparto
semanal. Para financiar esos auxilios,
en setiembre y noviembre de 1930 se pidieron créditos extraordinarios y el 31
de enero de 1931 se creó el Fondo Pro-desocupados, destinado a la ejecución de
obras públicas para absorber la mano de obra no ocupada.
Rebelión
en Arequipa contra Sánchez Cerro
El 1º de enero de 1931, el Comité de Saneamiento y
Consolidación Revolucionaria, lanzó un manifiesto al país, haciendo conocer la
necesidad de retornar a la brevedad posible a los cauces constitucionales, por
medio de elecciones generales y libres.
Se lanzaba entonces la candidatura de Sánchez Cerro para
Antes de que el mandatario hubiera tenido tiempo de
pronunciarse sobre la propuesta, se desató una furibunda campaña contra Sánchez
Cerro utilizando periódicos que le eran adversos. Se hacían eco de una serie de rumores, que decían unos que
Sánchez Cerro pretendía desde
El 20 de febrero, el general leguiista Pedro Pablo
Martínez, sublevó los castillos del Real Felipe en el Callao. Lo seguían 300 hombres entre civiles, policía
y personal de tropa. El pueblo chalaco
en gran cantidad se apostó en los alrededores dando vivas a Sánchez Cerro. La rebelión fue develada con facilidad y su
cabecilla reducido a prisión.
Simultáneamente y sin tener conexión alguna, su
sublevaron el mismo día en Arequipa los comandantes Carlos Beytía y Antonio
Dianderas. Se produjo un enfrentamiento
con las fuerzas leales y en la lucha murió el general Manuel Gamarra,
Comandante General de
Los rebeldes arequipeños lograron el control de la
ciudad, aún cuando el pueblo hacía demostraciones de adhesión a Sánchez
Cerro. Se formó una Junta Militar de
Gobierno, pero pronto surgió entre los mismos rebeldes la idea de dar otro
rumbo a los sucesos y entonces se creó una Junta de Gobierno de tipo civil que
presidía el antiguo revolucionario David Samanez Ocampo. El comandante Beytía asumió
El comandante Dianderas, catorce días antes había enviado
a Sánchez Cerro una carta, en la que se mostraba resentido porque no había sido considerado en los ascensos. Es posible que el mandatario, ni siquiera
hubiera llegado a conocer el contenido de la carta por el corto tiempo
transcurrido. La carta decía:
Arequipa, 6 de febrero de
1831
Señor Teniente Coronel Don
Luis M Sánchez Cerro, Presidente de
Mi distinguido amigo:
Después de la promoción
última, he visto que la superioridad no ha tenido a bien acordarse del
suscrito.
Aunque este ascenso se
confiere al mérito y servicios, creí haber demostrado honradez profesional y eficiencia
suficiente para merecer el ascenso por mis años de servicios, 13 años de
antigüedad en mi clase, inscrito en el cuadro de méritos hace años, diplomado
de estado mayor, etc. etc,; pero como no estoy al
corriente de los compromisos en que se habrá visto la superioridad, me inclino
a lo resuelto, con la disciplina y paciencia que han normado siempre mis actos.
Esperaré que mi expediente
de servicios se ponga al día, lo que me es difícil por la distancia, para
retirarme de las labores donde he actuado más de treinta años.
En todo caso ruego a Ud. no
tomar ésta como un reclamo. Conozco sus
bellas dotes de compañerismo y amistad que se han servido manifestar en otras
ocasiones y por eso apelo solamente a su espíritu de justicia.
Se honra en saludarlo atentamente
y manifestarle que en toda ocasión cuente siempre con la voluntad, sincero
aprecio y adhesión de su afectísimo camarada y amigo s.s.
Teniente Coronel, Antonio
Dianderas.
Sin duda alguna, el norte del Perú no tenía en 1931, la
importancia que tenía el sur del país desde el punto de vista militar. La guarnición de Piura era pequeña.
Al iniciarse el año 1931, llegó a Piura el coronel
leguiista Manuel Valdeiglesias Guzmán, que de inmediato tomó contacto con
algunos civiles enemigos de Sánchez Cerro.
Ese grupo que era presidido por el abogado Víctor M. Zapata, comprometió
en primer lugar a oficiales de
En enero tanto
Por razones de paisanaje, Sánchez Cerro había logrado en
Piura una gran cantidad de adeptos, sobre todo en las clases populares y en la
famosa mangachería. Fue así como
desafiando a los sediciosos se improvisaron mítines de respaldo a Sánchez Cerro
y los rebeldes se encontraron sin apoyo. Durante todo el día las
manifestaciones se sucedían y recorrían las calles en forma airada.. Los sediciosos comprendieron que estaban huérfanos de
apoyo popular y desocuparn la ciudad, lo que permitió restablecer el orden sin
necesidad de la intervención de las tropas del gobierno. , lo que permitió
restablecer el orden
El 27 de febrero el Gobierno emitía en Lima un comunicado
sobre los sucesos de Piura y decía que “el 26 se había realizado una imponente manifestación de apoyo
al presidente y de protesta por el motín.
Los sediciosos hicieron una descarga sobre el pueblo habiendo perecido
algunos civiles. Las tropas rebeldes que
ocupaban Piura se han visto obligados a abandonar dicha ciudad, ante la amenaza
cercana a la tropa al mando del Teniente Coronel Santibáñez. Razones de orden militar, impiden dar
detalles sobre dirección que han seguido los revoltosos. A las 7 de la noche el comandante Santibáñez
entró a Piura. El prefecto Garcés
reasumió el mando de
Pero eso sería por breve
tiempo pues el nuevo gobierno prefirió poner un marino
Al igual que en Piura, también se había sublevado en
Chiclayo el coronel Eulogio del Castillo, el mismo que había integrado la
primera Junta Militar de Gobierno de Sánchez Cerro, que había renunciado en
noviembre.
En barcos de
Otra expedición más numerosa, se dispuso partiera hacia
Arequipa, en los barcos de transporte de
Beingolea
llegó a Paita, cuando la rebelión de Valdeiglesias había terminado. Puso como prefecto al capitán de navío Roque
Saldías.
El mismo día 28 de febrero, cuando el comandante Jiménez
se apresta con 2 000 soldados a zarpar al sur, es detenido por barcos de la
escuadra, cuyo Comandante General, el almirante Alejandro Vinces, también se
había sublevado y contaba con el apoyo de la aviación. El día anterior, es decir el 27, la marina
había difundido un manifiesto en el que decía que era necesario evitar una
guerra civil y proponía el nombramiento de una Junta de Gobierno que debía ser
encabezada por el presidente de
Hay que anotar, que el almirante Vinces también era
piurano. Había nacido el 3 de mayo de
1884 y sus padres fueron Nicanor Vinces y Margarita Ubillús de Vinces. Ingresó a
El día 1º de marzo, toma Sánchez Cerro la decisión de
dimitir. Hace circular una invitación, para una reunión en Palacio a las 3
p.m. Asistieron 45 personas representativas, entre ellas los
representantes de los grupos políticos, incluido el Apra. Presidió la reunión, no Sánchez Cerro, sino
el arzobispo Mariano Holguín, que contó con el asesoramiento de don José de
En 1911, el Dr. Ricardo
Elías había sido presidente de
Sánchez Cerro se retiró al Hotel Bolívar y una inmensa
multitud se congregó frente al edificio al saber los sucesos. La gente continuó por hora
enteras en el lugar, dificultando el tránsito, lo que obligó a Sánchez
Cerro a trasladarse al Country Club.
Allí estuvo hasta el 7 de marzo en que se embarcó para Europa.
Entre los que acompañaron a Sánchez Cerro en su recorrido
de Palacio al hotel estuvieron sus hermanos Pablo Ernesto y Antonio Sánchez
Cerro, así como el joven abogado ayabaquino Luis Flores, que tendría papel
protagónico en sucesos posteriores.
También estuvo presente Flores en la reunión de Palacio que presidió
monseñor Holguín y así mismo fue uno de los firmantes del Manifiesto del Comité
de Saneamiento y Consolidación Revolucionaria que el 1ro. de
enero lanzó la candidatura de Sánchez Cerro.
Cuando el almirante Vinces, detuvo en el mar a los barcos
que conducían a Arequipa a
El 5 por la tarde se sublevó el Batallón de Infantería Nº
7 con el coronel Rubén del Castillo.
Jiménez marchó de inmediato sobre Palacio, al que tomó
sin oposición de la guardia y habiendo encontrado al doctor Elías en el
despacho presidencial, le pidió que saliera, lo que éste hizo sin oponer la
mayor resistencia. Y se dirigió a su casa en taxi. La gente de Lima y Callao aclamó el golpe
dado por Jiménez en la creencia de que favorecía la causa de Sánchez Cerro;
pero la cosa no era así, pues Jiménez era también muy ambicioso. Se le llamaba el “zorro” no sólo por su
fisonomía, sino también por su astucia.
El 6, el comandante Sánchez Cerro fue a visitar a Jiménez en Palacio, y
éste en un momento dado le dijo: “Ahora me toca a mí”.
Afuera en la
plaza de armas se había reunido una inmensa multitud que pedía la presencia de
Sánchez Cerro y de Jiménez, pero éste ordenó se cerrasen los balcones. Las
gentes de todos los lugares de Lima había convergido en forma espontánea y se ubicaron frente a Palacio dando vivas a
Sánchez Cerro y pensando que el comandante Jiménez había actuaba como amigo del renunciante
mandatario.
Las tropas en camiones recorrían Lima lanzando
vivas a Sánchez Cerro. Todo eso fue
motivo de gran preocupación para Jiménez y
Samanez Ocampo, pero de todos modos estaban decididos a usar todos los
medios para impedir el retorno de Sánchez Cerro a Palacio.
La situación del Perú era muy inestable. En el sur dominaban los rebeldes, en Lima
Jiménez, el mar estaba controlado por la escuadra al mando del almirante Vinces
y el norte se mantenía a la expectativa.
El alcalde de Lima, doctor Luis Antonio Eguiguren, logró
un entendimiento entre Vinces, también piurano, con el comandante Jiménez. Se evitó así un choque entre fuerzas de mar y
tierra.
Después de eso, el comandante Jiménez se puso en
comunicación telegráfica con David Samanez Ocampo que estaba en Arequipa y
llegaron al acuerdo de formar una Junta Nacional de Gobierno, que presidiría
Samanez Ocampo, cuyo Gabinete estaría integrado por personas originarias del
Norte, Centro, Sur y Selva.
Como ministro de Guerra, iría Jiménez.
El día 11 de marzo llegó Samanez Ocampo a Lima. No hubo como en el caso de Sánchez Cerro
multitudinarias manifestaciones. El
nuevo Jefe de Gobierno, ni siquiera quiso llevar la banda presidencial, por no
ser presidente sino el jefe de un gobierno transitorio. Las guarniciones de Piura e Iquitos lo
reconocieron y así la paz retornó al país.
En Lima se publicaba un semanario satírico que dirigía Federico More, el
que puso el sobrenombre de “pacae seco” a Samanez Ocampo, quien tenía el rostro
enjuto.
De inmediato, es decir el 13 de marzo,
En la noche del 23 de marzo estalló en el Cuartel de Santa
Catalina, una revuelta encabezada por el sargento Víctor F. Huapaya. Se trataba del batallón de Infantería Nº 5
que era muy adicto a Sánchez Cerro. El
comandante Jiménez fue a parlamentar con
los rebeldes y logró sofocar el motín.
Huapaya y otros clases fueron reducidos a
prisión y juzgados y condenados a 20 años de prisión, pero meses más tarde
fueron amnistiados.
Al día siguiente del motín que causó 40 muertos,
El 5 de mayo se inició en Lima el paro general de los
colectivos, lo que originó agitación y graves disturbios.
El 14 de mayo se produjeron también graves disturbios en
Arequipa que difícilmente pudieron ser controlados por el prefecto, comandante Beytía y por el jefe militar de la plaza, comandante
Dianderas, los mismos que se sublevaron contra Sánchez Cerro.