Versión Masónica:
MENTE MASÓNICA DE BOLÍVAR
Simón Bolívar no pudo haber sido ateo porque fue masón... y el
requisito "sine qua non" para optar a la iniciación masónica es creer
en Dios o en un ser superior que los masones denominan Gran Arquitecto
del Universo... no pudo ser iconoclasta porque
jamás se dedicó a destruir imágenes.
Además de que por su misma condición de masón. Vale decir: de mente
universal y tradicionalista, mal podría irrespetar los valores de
ninguna iglesia, ni de idea alguna concebida por los hombres.
Fue católico en el verdadero sentido etimológico de la palabra:
Universal, o sea que no permitía que nada ni nadie limitase su razón a
simples creencias sin bases denominadas comúnmente dogmas, y no pudo
haber abandonado enseguida a la masonería porque en la Academia de la
Historia reposa un documento oficial que hace constar que Bolívar
recibe su Segundo grado, para lo cual necesita haber permanecido algún
tiempo dentro de la Orden, además de que extraoficialmente se dice que
en Nueva York hay constancia de haber recibido grados superiores, pero
de lo cual no existen pruebas.
Es importante hacer notar que la masonería universal no es
antirreligiosa ni anticlerical, sino antidogmática debido a que sus
enseñanzas están basadas en la razón y por tanto no acepta nada que no
pueda ser explicado racionalmente.
Lo que pasa es que alguna iglesia, al no haber podido doblegar la
razón de los librepensadores que integran esta milenaria Orden
Iniciática, la atacó en la misma forma en que persiguió y llevó a la
hoguera a todo aquel que no compartía sus creencias que nada tienen
que ver con las enseñanzas iniciáticas que el Divino Maestro de
Nazaret dejó para bien de la humanidad.
El mismo carácter universal de la Orden Francmasónica le impide
prohibir a sus miembros la asociación con persona alguna, sea cura,
obispo, rabino o pastor protestante; cada masón es libre para asistir
a la iglesia que mejor le plazca, pues es dueño de su propia
conciencia.
Pero hay algo que no puede ser negado, y es de hecho de que fueron los
principios masónicos inculcados por Simón Rodríguez, también masón.
Lo que influenció al joven Simón Antonio de la Santísima Trinidad,
LA LIBERTAD, LA IGUALDAD Y LA FRATERNIDAD, lema que la Revolución
Francesa tomó prestado de los masones, caló profundamente en la
conciencia de quien gracias a esa enseñanzas sublimes habría de
convertirse en la figura más descollante de la historia universal al
dar la libertad a cinco naciones y rechazar la corona que se le
ofrecía para que gobernase monárquicamente.
Bolívar fue un gran estadista, y como tal conocía bien el arte de la
política y la importancia de mantener buena relaciones con un poder
tan importante como la iglesia.
La mente del Libertador fue formada desde la infancia para convertirse
en el librepensador que fue durante toda su vida, y sabemos que aún
desde el mas allá continua manteniendo su condición de masón debido a
la máxima que dice: "Sacerdos in eternum".
Tomado de:
Pio Gil Nº19
Enero-Febrero 1995
Q.·. H.·. Federico Landaeta
M.·. M.·. Resp.·. Log.·. Libertad Española Nº101
Tomado de: MASONERA VENEZOLANA
Versión Católica:
Bolívar y la masonería
Un aspecto de la actitud voluntariosa y de curiosidad de Bolívar,
apenas en su inicio de su segunda época de su vida, al cumplir los 22
años de edad y que ha sido utilizada con insistencia por sus enemigos
para denigrar de él y pretender perjudicarlo, fue su decisión de
inscribirse en la logia masónica francesa denominada de San Alejandro
de Escocia, el 27 de diciembre de 1805, en donde comenzó como
Aprendiz; a las dos semanas pasó al grado de Compañero, cuando se
requería por el Reglamento, un mínimo de 5 meses (o 5 tenidas) en el
grado de Aprendiz.
Para llegar al grado de Maestro se exigía haber permanecido 7 meses en
el grado de Compañero, a la cual escaló a principios de enero de 1806,
y ya para este último año figuraba como Maestro, o sea en el tercero
de los grados simbólicos de la masonería.
Los lapsos establecidos por el Reglamento podían reducirse previo el
pago de una tasa especial por la dispensa.
Su efímera pasantía por la logia llegó hasta el año 1806, cuando se
salió de ella y más nunca participó en ninguno de sus actos.
El mismo Libertador se lo confirma al Coronel Luis Perú de Lacroix,
quien si era masón, cuya confidencia aparece en su libro el Diario de
Bucaramanga en su relato de fecha 11 de mayo de 1828, así: que también
había tenido él la curiosidad de hacerse iniciar para ver de cerca lo
que eran aquellos misterios, y que en París había sido recibido de
Maestro, pero que aquel grado le había bastado para juzgar lo ridículo
de la tal antigua asociación: que en las Logias había hallado algunos
hombres de mérito, bastante fanáticos, muchos embusteros y muchos más
tontos burlados: que todos los masones parecen unos niños grandes,
jugando con señas, morisquetas, palabras hebraicas, cintas y cordones:
que sin embargo la política y los intrigantes pueden sacar algún
partido de esa sociedad secreta, pero que en el estado de civilización
de Colombia, de fanatismo y de preocupaciones religiosas en que están
sus pueblos, no era político valerse de la masonería, porque para
hacerse algunos partidarios en las logias se hubiera atraído el odio y
la censura de toda la nación, movida entonces contra él por el clero y
los frailes, que se hubieran valido de aquel pretexto: que por lo
mismo poco podía hacerle ganar la masonería y mucho hacerle perder en
la opinión.
Las relaciones entre la logia y Bolívar fueron a partir de 1807 de
mucha indiferencia, pero después éstas se fueron recrudeciendo hasta
llegar a convertirse en unos profundos enemigos.
En este sentido, en carta que el Libertador le dirige al General
Santander el 21 de octubre de 1825, llegó a tildar a todos los que
formaban parte de la misma, como Malditos y Charlatanes.
Posteriormente, el 8 de noviembre de 1828, el Libertador emitió un
decreto prohibiendo su funcionamiento en Colombia, alegando que las
sociedades secretas servían solamente para preparar los trastornos
públicos, turbando la tranquilidad y el orden
establecido; que ocultando ellas todas sus operaciones con el velo del
misterio, hacen presumir fundadamente que no son buenas, ni útiles a
la sociedad.
Este decreto fue promulgado 1 mes y 13 días después del atentado en
Bogotá contra Bolívar, en la noche del 25 de septiembre de 1828, y
luego de haberse publicado en el órgano de la logia de esa ciudad, se
encontró una nota que decía: Puede ser que Obando haga con Sucre lo
que nosotros no pudimos hacer con Bolívar.
Efectivamente Sucre fue asesinado a los 20 meses y nueve días después
(4 de junio de 1830) del atentado contra Bolívar, en Berruecos, a 13
leguas al Norte de Pasto (Colombia), bajo la responsabilidad de
personas que pertenecían a la francmasonería. Edictos de los
gobernadores eclesiásticos de Bogotá:
El 3 de diciembre de 1814, los Gobernadores eclesiásticos de Bogotá,
lanzaron un edicto contra las tropas del Gobierno General y su Jefe el
Libertador, con el pretexto de que ellos venían a saquear las
iglesias, perseguir los sacerdotes, destruir la religión, violar las
vírgenes y degollar a los hombres y niños, el cual fue interpretado
por Bolívar como una excomunión, que luego fue revocado el 16 de
diciembre del mismo año con otro edicto en el cual argumentaban todo
lo contrario: que Bolívar era un buen y fiel católico.
Entre uno y otro sólo transcurrieron 13 días de diferencia, aduciendo
los Gobernadores del Arzobispado de Santa Fe, haber sido guiados por
falsos informes.
En la Nota pasada por Bolívar a los Gobernadores del Arzobispado, con
fecha 15 de diciembre de 1814, les expresa que en el tal edicto (del 3
de diciembre) se había denigrado de su carácter y se le había pintado
impío e irreligioso, así como autores de muchos delitos contra las
personas y las cosas; pero que jamás ha tomado -alega el Libertador-
las armas sino para libertar y que en medio de los combates ha
confiado siempre en que mi religiosidad contribuyese a mi fortuna,
pero que es injusto abusar así de la credulidad de un pueblo que tiene
tal confianza en sus sacerdotes.
El Libertador espera de ellos procuren reponer su opinión a los ojos
de la multitud por medio de una pastoral digna del ministerio de
U.U.S.S. y de la verdad.
Dentro del lapso de los dos edictos, o sea el 9 de diciembre de 1814,
Bolívar, en carta escrita a Juan Jurado, le manifiesta su gran
preocupación por los comentarios desfavorables que circulaban contra
él, diciéndole: Esos cobardes tanto como fanáticos me llaman
irreligioso y me nombran Nerón.
BOLÍVAR MASÓN
Otro de los acontecimientos que se trae contra la religiosidad del
Libertador es su inscripción en la masonería.
En su célebre obra Diario de Bucaramanga, el francés Luis Perú de
Lacroix, que era entonces masón, narra del modo siguiente las
confidencias que, según él, le hizo el Libertador Simón Bolívar,el
domingo 11 de mayo de 1828:
Habló sobre la Masonería, diciendo que también había tenido él la
curiosidad de hacerse iniciar para ver de cerca lo que eran aquellos
misterios, y que en París había sido recibido Maestro, pero que aquel
grado le había bastado para juzgar lo ridículo de aquella antigua
asociación; en las Logias había hallado algunos hombres de mérito,
bastantes fanáticos, muchos embusteros y muchos más tontos burlados;
que todos los masones parecen a (sic) unos grandes niños, jugando con
señas, morisquetas, palabras hebraicas, cintas y cordones; que sin
embargo la política y los intrigantes pueden sacar algún partido de
aquella sociedad secreta, pero que en el estado de civilización de
Colombia de fanatismo y de preocupaciones religiosas en que están sus
pueblos, no era político valerse de la Masonería, porque para hacerse
algunos partidarios en las Logias se hubiera atraído el odio y la
censura de toda la Nación, movida entonces contra él por el clero y
los frailes, que se hubieran valido de aquel pretexto; que por lo
mismo poco
podía hacerle ganar la Masonería, y hacerle perder mucho en la
opinión.
Esta versión contada por Bolívar fue corroborada con la aparición del
Acta mediante la cual consta con su firma autógrafa, su ascenso a
compañero, segundo grado de la Masonería, en la Logia Saint Alexandre
d' Escosse, de París.
A la gloria del Gran Arquitecto del Universo, y el undécimo mes del
año de la Gran Luz 5805 los trabajos de Compañero han sido abiertos al
este por el Respetable Hermano de Latour d'Auvergne, alumbrando el
oeste y el sur de los Respetables Hermanos Thory y
Potu: La lectura de la última plancha trazada ha sido hecha y
aprobada, el Venerable ha propuesto que se eleve al grado de Compañero
al Hermano Bolívar nuevamente iniciado a causa de un próximo viaje que
está a punto de emprender.
El parecer de los hermanos habiendo sido unánime por su admisión y el
escrutinio favorable, el Hermano Bolívar ha sido introducido en el
Templo y después de las formalidades necesarias ha prestado a los pies
del Trono la obligación usual, colocado entre los dos Vigilantes ha
sido proclamado Caballero Compañero Masón de la Respetable Madre Logia
Escocesa de San Alejandro de Escocia. Este trabajo ha sido coronado
por un triple Huze y el Hermano, después de haber dado las gracias, ha
ocupado su lugar a la cabeza de la Columna del Mediodía.
Los trabajos se han cerrado del modo acostumbrado.
G. La Tour d'Auvergne Venerable
Visto por Nos, Orador Thory Potu, Segundo De Haupt, 33°
Vigilante Fl.
Vidal Gran juez del 33º
Es conveniente aclarar que Bartolomé Mitre fue quien reveló este dato
diciendo: ...En esta asociación secreta, ramificada en el ejército y
la Marina, y que en Cádiz solamente, contaba cuarenta iniciados en sus
dos grados, se afilió San Martín, casi al mismo tiempo que Bolívar;
ligándose así por un mismo juramento prestado en el viejo mundo, los
dos futuros Libertadores del Nuevo Mundo, que partiendo de un mismo
centro con idénticos propósitos, elevándose por iguales medios y ti la
misma altura, debían encontrarse más tarde frente á frente en la mitad
de su gloriosa carrera... Y luego, más abajo añade el texto del
juramento adicional con la profesión de fe del dogma republicano.
La fórmula era la siguiente: Nunca reconocerás por gobierno legítimo
de tu Patria sino á aquel que sea elegido por la libre y espontánea
voluntad de los pueblos; y siendo el sistema republicano el más
adaptable al gobierno de las Américas, propenderás por cuantos medios
estén a tus alcances, á que los pueblos se decidan por él.
Posteriormente Jules Mancini repite la tesis de Mitre, con esa
franqueza que caracterizaba a Bolívar, respondió: Sí es verdad, yo me
inscribí en la masonería de París pensando que eso podía servirme para
mis deseos de independencia; pero muy pronto me salí de ella, porque
sólo encontré allí, unos cuantos ilusos, bastante ignorantes y
muchísimos necios que juegan con cintas y símbolos que ni siquiera
conocen.
Monseñor Nicolás Eugenio Navarro Ortega, al comentar el Diario de
Bucaramanga, dice: Algo quizá de mayor calibre dijo el Libertador,
puesto que Perú de Lacroix que nos trasmite el diálogo, hizo la
pregunta en la certeza de que vendría un elogio para la masonería por
parte del Libertador.
Esto es suficiente para explicar de boca del mismo Libertador ese paso
de su vida que muchos quieren aprovechar para hablar en contra de su
fe. Sus detractores y enemigos han querido presentarlo como verdadero
masón, lo cual prueba que no conocen las actividades que desarrolló en
contra de la masonería y el decreto que lanzó para su total exterminio
en Colombia.
Allí, las logias cobijaron los más acerbos e intrigantes enemigos
políticos de Bolívar, quienes a su sombra, desarrollaron actividades
subversivas. Bolívar, que descubrió su pérfido maquiavelismo, tuvo
contra ellos las más fuertes expresiones.
En carta al General Santander, suscrita en Potosí el 21 de octubre de
1825, le dice:
" Malditos sean los masones y los tales filósofos charlatanes. Estos
han de reunir los dos bellos partidos de cuervos blancos, con cuervos
negros: al primero por quererlo humillar, y al segundo por quererlo
ensalzar. Por los filósofos, masones y cuervos, no he de ir a
Colombia. Por acá no hay nada de esto, y los que haya, serán tratados
como es justo.
Soy de usted de corazón. Bolívar. "
Aunque nos adelantamos un poco a los últimos años del Libertador, creo
conveniente poner aquí que fueron las logias las que fraguaron
directamente contra la persona del Libertador, el execrable atentado
del 25 de septiembre de 1828 en Bogotá.
En esos mismos días, en un número del órgano de la logia de Bogotá,
salió un comentario que decía textualmente: " Puede ser que Obando
haga con Sucre lo que nosotros no pudimos hacer con Bolívar.
Convencido de que las Logias o Sociedades Secretas fomentaban y
patrocinaban la lucha contra el gobierno, el Libertador dio un Decreto
Ley por el cual acababa con la masonería y las Logias de Colombia. He
aquí esta pieza que por sí sola evidencia a las
claras que no solamente Simón Bolívar no fue masón convencido, sino
que se plantó como el principal y más fuerte enemigo de esa
Institución. "
Simón Bolívar, Libertador, Presidente, etc. Habiendo acreditado la
experiencia, tanto en Colombia como en otras naciones, que las
sociedades secretas sirven especialmente para preparar los trastornos
públicos turbando la tranquilidad pública y el orden establecido; que
ocultando ellas todas sus operaciones con el velo del misterio, hacen
presumir fundadamente que no son buenas, ni útiles a la sociedad, y
por lo mismo excitan sospechas y alarman a todos aquellos que ignoran
los objetos de que se ocupan; oído el dictamen del Consejo de
Ministros,
Decreto:
Artículo 1º: Se prohíben en Colombia todas las sociedades o
confraternidades secretas, sea cual fuere la denominación de cada una.
Artículo 2°: Los Gobernadores de las Provincias, por sí y por
medio de los Jefes de Policía de los Cantones, disolverán e impedirán
las reuniones de las sociedades secretas, averiguando cuidadosamente
si existen algunas en sus respectivas provincias.
Artículo 3°: Cualquiera que diere o arrendare su casa o local
para una sociedad secreta incurrirá en la multa de 200 pesos, y cada
uno de los que concurran, en la de 100 pesos por la primera y segunda
vez; por la tercera y demás será doble la multa; los que no pudieren
satisfacer la multa sufrirán por la primera y segunda vez dos meses de
prisión, y por la tercera y demás será doble la pena.
Parágrafo 1°: Los Gobernadores y Jefes de Policía aplicarán la
pena a los contraventores haciéndolo breve y sumariamente, sin que
ninguno pueda alegar fuero Cero en contrario.
Parágrafo 2°: Las multas se destinan para gastos de policía,
bajo la Dirección de los Gobernadores de las Provincias. El Ministro
Secretario de Estado del Despacho del Interior queda encargado de la
ejecución de este decreto. Dado en Bogotá a 8 de noviembre de 1828.
Simón Bolívar. .
Además de Simón Rodríguez, también Francisco de Miranda influye en el
Libertador con sus ideas; es bueno recordar que El Precursor durante
toda su vida se presentó como católico romano y que quiso que fueran
bautizados en esta religión sus dos hijos.
Por ésta su profesión de fe católica no se le pudo nombrar Oficial del
Ejército Británico; así lo declaró una vez Williams Pitt, y el mismo
Miranda lo recuerda en carta del 8 de septiembre de 1791.
No obstante su admiración por las Leyes y Costumbres Anglosajonas,
Miranda rechazó con energía las señales de intolerancia protestantes
con que tropezó alguna vez en los Estados Unidos.
Así llamó en su diario Bárbaro Ignorante al Pastor Presbiteriano J.
Murrac, que pedía a Dios la extirpación de las demás confesiones
cristianas y llamó tonto a un Predicador de King Chapell de Boston, de
nombre Friedman, que se atrevió a deciren el púlpito que la Trinidad
era un absurdo y que el Credo de San Atanasio era apócrifo.
El Precursor invocaba frecuentemente a la Divina Providencia, árbitro
supremo de las cosas humanas, guardaba entre sus libros la Biblia
políglota de Arias Montano.
Se consoló en su prisión de La Carraca con la lectura del Nuevo
Testamento, insistió siempre con Pitt y sus Ministros en que la ayuda
inglesa a la Independencia de su Colombia no había de provocar
detrimento a la conservación en ella de la Religión
Católica Romana.
El 8 de julio de 1811, en Caracas, todas las personas mayores de 15
años debían hacer el siguiente juramento como prueba de su adhesión,
reconocimiento y fidelidad a la Soberanía y Gobierno, ante las
autoridades respectivas:
" ¿Juráis a Dios y a los Santos Evangelios que estáis tocando,
reconocer la Soberanía y absoluta Independencia, que el Orden de la
Divina Providencia ha restituido a las Provincias Unidas de Venezuela
libres y exentas para siempre de toda sumisión y dependencia de la
Monarquía española, y de cualquier corporación o jefe que la
represente en adelante. Obedecer y respetar los Magistrados
constituidos y que se constituyan, y las leyes que fuesen
legítimamente sancionadas y promulgadas.
Oponernos a recibir cualquier otra dominación, y defender con vuestra
persona y con todas vuestras fuerzas los Estados de la Confederación
Venezolana, y conservar y mantener pura e ilesa la Santa Religión
Católica, Apostólica Romana única y exclusiva en estos países y
defender el Misterio de la Concepción Inmaculada de la Virgen María
Nuestra Señora? " .
Claro que parte del juramento no fue inspirado por Miranda, pero si él
no lo hizo, al menos lo permitió. Sin embargo, esta medalla del
Precursor católico también tiene su
reverso.
Tomado de: BOLÍVAR CATÓLICO
© Copyright Johannes W. de Wekker marzo, 2003