APÉNDICE
ECONOMÍA Y ECONOMIXTIFICACIÓN

Tengo el índice hecho para un tratado de economía, pero como no es necesario ya después de estas 24 cátedras que los hombres han de comprender por su conveniencia, voy a regalarles como final de este libro un índice que para el régimen social, antes de la Comuna, hubiera compuesto un gran volumen luminoso y de provecho administrativo, tendiente en reparar en mucho los daños causados por la economixtificación que han tenido las naciones, en vez de la verdadera economía.

Ninguna función de la vida puede acercarse a su perfección en tanto se desconoce el valor real del espíritu del hombre dándole el puesto correspondiente; es decir, el primero en todas las cosas; y por no haber sido así, en vez de economía, hubo economixtificación.

Hoy, como ya la ley de Justicia ha llegado a su justo: minuto de recoger el fruto del progreso y se sienta, a pesar de los que se oponen a ello, el espíritu en su trono, habrá economía, en vez de economixtificación; y yo, que no quiero desobedecer a quien me manda, daré aquí un punto por cada capítulo de economía y servirá de escuela pedagógica como está destinado este libro, para la profilaxis de los hijos de la Comuna.

La economía bien entendida es cortar siempre lo superfluo; pero cuidado no se vaya a caer en el ridículo, en la tacañería, en la mezquindad y tal vez en el egoísmo y la avaricia; y esto es lo que constituye la economixtificación.

Todo esto es ignorancia y es lo que ha constituido la mal entendida economía que ha reinado y nada de ello es de sabios; pero ha podido ser, de los llamados santos.

CAPITULO PRIMERO
ECONOMÍA DEL TIEMPO

Ninguno podrá decir que es económico si no economiza el tiempo, distribuyéndolo con diligencia racional y provechosa para cada cosa de las necesidades de la vida en el desempeño de sus funciones.

En el Código que al mundo se le dará, está bien dividido el tiempo en cada día y han de llegar a todos sus deberes sin precipitación, con medida matemática, sin hastío y con agrado; pero para eso, la educación es la primera parte profiláctica y en la Comuna es completa.

El tiempo destinado al trabajo ha de aplicarse al trabajo obligatorio; y el destinado al asueto, no se ha de sustituir por trabajo o estudio y ni aun por descanso corporal, sino que cada tiempo ha de ocupar su puesto a lo que la diligencia lo ha destinado.

¿Creéis que es provechoso, ni el progreso gana, ni acrecentáis el bienestar, porque las horas destinadas al descanso las paséis en asueto, porque os atraiga? El cuerpo reclamará sus horas de descanso, pagándolo con malestar y aun corréis el peligro de que no tenga fuerzas y las aptitudes necesarias para la faena, por cansancio o por embotamiento, y aquí se ha hecho un robo a la producción, del que sois deudores al común del Progreso.

Si las horas del estudio y del asueto las dedicáis al trabajo, por creer que acrecentáis la riqueza, os engañáis también; porque si estudiáis esas horas la ley del trabajo, ahí está la economía verdadera, porque en el estudio habréis encontrado un modo de menor esfuerzo y no andaréis dando vueltas y titubeando en vuestra obra; medir el trabajo es comprender la armonía.

CAPÍTULO SEGUNDO
ECONOMÍA ARTÍSTICA

Poner cada cosa en su puesto y preparar un puesto para cada cosa, es lo que constituye el todo de la economía artística; y es de toda necesidad para el orden y concierto de la casa, de la ciudad de la región y de todo el mundo.

Esta lección nos da el universo en su enjambre de mundos, sistemas planetarios, constelaciones y nebulosas, para constituir los planos de que se llena el infinito, corriendo en vertiginosa carrera cada mundo con sus satélites; sin estorbarse el uno al otro.

Cuando se tiene noción de la armonía de la vida, no es difícil poner cada cosa en su puesto y preparar el puesto correspondiente a cada cosa, y a nadie le parecería bien que la mesa del comedor la colocaran en el cuarto de baño, ni la bañadera en la sala; o la sala, de recibir en la cocina.

Y lo mismo que esto desarmoniza, es contra el arte poner hombres ineptos al frente de cosas para las que no son capaces, como sería que al herrero lo quisierais poner al frente de un taller de joyería, o al albañil de impresor, que sería tan concordante como el hombre hacer de mujer.

La naturaleza de cada individuo revela sus aptitudes; y sacarlo de ella, es contra la economía artística, que ninguno debe pretender modificarla, porque pierde el tiempo y nadie puede pedir responsabilidades al que se le pone al frente de aquello para que no es apto.

Ocúpese cada uno en sus aptitudes y tened seguro que la economía artística será cumplida.

CAPÍTULO TERCERO
ECONOMÍA ANIMAL

La economía animal ya requiere conocimientos científicos y sin las cátedras anteriores, no podríais con facilidad cumplir esta gran parte de la sabiduría que denominamos economía animal que consiste en conocer las funciones del organismo de todo ser y seres con quienes se convive y obra y las funciones fisiológicas de sus organismos; pero con las cátedras anteriores, podéis iniciaros y luego seréis perfectos maestros en el gran libro que se os dará, titulado: «Conócete a ti mismo».

Si sabemos que el hombre nace para el trabajo que ha de embellecer la naturaleza cada día y la mujer viene en primer término a ser la compañera amante que endulce la vida de su trabajador esposo, a la par que es «El arca santa de la Creación» para perpetuar la especie, invertir los factores sería irracional y contrario a la economía animal y no es posible torcer la ley inflexible.

Esclavizar a la madre de nuestras hijos y amargar su existencia en cualquier forma, es atentatorio a la fisiología de la mujer y es labrarse un infierno, renegando del Edén que representa la familia.

Pretender que los de una región tengan el mismo etnicismo que los de otra, es ignorancia de lo que constituye la fisiología, la fixiognosia y etnología del mundo en que se vive y convive; y esto no puede tolerarse en el régimen comunal y cada hombre y cada mujer, desde su infancia, conocerá estos secretos que hoy los llamados sabios ignoran la casi totalidad.

Estudiad, pues, vuestro organismo en sus funciones y por vosotros conoceréis los de los otros, aunque el etnicismo no será igual; pero hoy, como impera la razón, porque ésta es únicamente del espíritu y éste está en su reinado, con una buena intención seréis iluminados para empezar a estudiar esta gran rama de la sabiduría ( )llamada economía animal, porque sólo entraña las funciones de la materia, y tenéis una gran parte en las cátedras de los Ancianos del 1º al 5º inclusive, donde os quedaréis admirados de las funciones de vuestro organismo y de allí partir, que es jalón seguro; pero no querráis conocer otra cosa, ni a los otros, sin conoceros a vosotros mismos y progresaréis.

CAPÍTULO CUARTO
ECONOMÍA MORAL

La economía moral consiste en disponer todo lo concerniente para una obra antes de ejecutarla y pesar todo bien la en la mente del autor para que la idea se convierta en realidad con un bien mayor y menos costo de fuerzas.

Es decir: yo estoy ocupado en escribir, v. g., y si tiendo la pluma sin pensar lo que debo dar y decir, prescindiendo de la inspiración (si fuera posible), quizás llenaría un libro para no decir nada, ni dar soluciones. Pero si antes de tender la pluma me reconcentro en mí mismo pesando y pesando las leyes de lo que quiero exponer, una vez que hilvané el tejido, sale la pluma labrando sin parar y sin corregir palabras, ganando tiempo y papel y haciendo obra de sabio.

Suponed que un ingeniero inexperto idea una máquina y no proyecta para medir fuerzas y figurar las partes que debe encargar al taller; tendría él que hacer las formas en bruto, bien en madera o yeso; y como no es el artista, sino el idealista, la obra sería perdida, además de haber consumido tiempo y material; pero sí idea, planeando con la ayuda de la matemática; ésta le dará las fuerzas necesarias, los espesores de las partes, y lo encomendará acotado y la máquina saldrá bien y luego la podrá perfeccionar, siempre dentro de la economía moral que es más atrayente y más digna que el trabajo bruto; es decir, en el primer caso, estuvo ausenté el director Espíritu, único idealista; en el segundo, estuvo presente, porque su alma y su cuerpo lo reconocieron en sus funciones.

Con este ejemplo tenéis bastante para saber que, más vale pensar y pesar, que fracasar inmoralmente por no haber puesto vuestra mente al concurso de la acción que vais a ejecutar; es decir, no quiere la economía moral atolondrarlos, ni economixtificaciones.

CAPÍTULO QUINTO
ECONOMÍA CIENTÍFICA

La economía científica casi se confunde con la economía moral; pero, sin embargo, tiene mucha diferencia., porque la economía moral, idealiza; la economía científica, obra; la economía moral, es el pensamiento; la economía científica, es la voluntad; y divinizando esto (porque cabe), la economía moral es, el éter única substancia, como pensamiento del Creador para la creación infinita; y la economía científica, es la voluntad ejecutora que, del éter hace los cuerpos y las cosas que, con peso y medida, demuestra en ellos la vida; y esta voluntad del Creador es el espíritu; que individualizó para ejecutar la creación; y encerrado en el hombre, idealiza y da voluntad a su alma y su cuerpo, para la realización y demostración de los hechos.

Es grande este trago que os doy; hermanos míos; pero es el quinto capítulo y no, hay quinto malo; pero ya lo habéis tragado y lo digeriréis, para lo que tenéis el aceite fino de las anteriores cátedras, que deseo bebáis con sosiego y calma.

La economía científica, pues, concretando es, pesar matemáticamente todas las cosas para el resultado probable, favorecido por la exactitud de los componentes y preparativos mentales y científicos, antes de exponer, ni hacer gasto ninguno de intereses ni fuerzas; y aun se debe economizar ciencia; es decir, que se debe pensar más que pesar y medir.

Con esto, podéis tomar ahora otro traguito, si no tan grande como el de arriba, acaso más amargo para muchos; porque aquí como es un apéndice, no he de entrar mucho en la metafísica profunda, porque eso lo hice en el «Conócete a ti mismo», donde lo veréis.

Sabed, pues, que la matemática no lo domina todo y no es exacta, aunque sea lo más exacto que en ciencias tenemos; pero el idealismo, la razón que es del espíritu, esta sí, lo domina todo, por 1a matemática pura; ésta no necesita cuadrar el círculo, porque para el idealismo, para la razón, para el espíritu, no existe el círculo, ni el quebrado; ni el decimal; para él, sólo existe la vida, la que es él mismo, por lo que se dijo : «En él estaba la vida y la vida es la luz de los hombres» .

Aunque no todos comprendéis esas profundidades hoy, luego sí las comprenderéis; pero entre tanto, pensar más que pesar y luego pesaréis y mediréis y ejecutaréis con gran economía científica, porque la economía moral es más barata, aunque es más alta y tenéis el deber de usarla en toda su grandeza y verdad.

CAPÍTULO SEXTO
ECONOMÍA DOMÉSTICA

La economía doméstica consiste en someterse a una pauta o regla ` pero no rutinaria y sí ascendente, para conseguir siempre un mejor género de vida, sin salirse de su posición; es decir, de los medios con que se cuenta para la vida.

Esta economía pertenece de lleno a la mujer, dentro de la órbita de la casa; pero la órbita es el hombre, que ha de preparar los medios de la vida doméstica. Como por la organización irracional que hasta hoy ha regido las sociedades, todo se encuentra enredado en la malla de las leyes económicas de los pueblos, casi no ha tenido vida la economía doméstica; pues donde pudiéramos ver algo que semejara economía, poco ahondaríamos para descubrir egoísmo, avaricia y tacañería, y a lo más encontraríamos laudable, la parsimonia necesaria para distribuir el mal alimento para las horas del día, y esto no puede ser economía, porque se castiga al organismo con la escasez, que luego redunda en descontento y las más de las veces en enfermedades y raquitismo; es decir, que lo que es parsimonia, es miseria; y esto no es economía.

En general, es ésta la economía doméstica que ha habido en la tierra; pero particularizándome un poco con las llamadas clases altas, pudientes o privilegiadas, entienden la economía en poner diferente comida y aun diferente pan a sus servidores o rebajándoles el salario a medida que las artículos de la vida suben; pero, en cambio, en un te, en un banquete o un sarao provocador e inmoral en todos conceptos, derrochan la comida de una familia en un año. ¿Y los vestidos? ¿ y las joyas ? Y ni siquiera los han fabricado ellos, como no han fabricado los palacios; ni el teatro donde exhiben descocadas sus remilgos y tachonadas de pinturas y no tienen la culpa esas clases, ni las culpo más que, en lo que tiene de inhumano. La culpa está en la errada educación. ¿ Y quién es el encargado de ésta ? Por todo aparece el peine, aunque no lo busque. Hasta hoy quiso y se jacta de ser el educador, el Dios Religioso. Anatema a él por inmoral y causante de la inmoralidad social.

En fin, la economía doméstica la han entendido todos en no comer o comer menos o más malo y aun nocivo a la salud; y eso lejos de ser economía, es un crimen de ( )esa humanidad, que hoy la ley de justicia viene a quitar con el establecimiento de la Comuna., en la que ninguno baja; todos suben; pero todos se igualan en derechos y obligaciones, y quien no esté conforme, que detenga si es capaz a la ley de justicia, que empezó a borrar las marcas que los hombres hicieron sobre la tierra.

Entre tanto, sabed que, economizar no comiendo, es un crimen que pagamos con enfermedades.

CAPÍTULO SÉPTIMO
ECONOMÍA ORGÁNICA

La economía orgánica es, el aprovechamiento armónico de todos los organismos y cosas de la tierra, para un bien social común.

Es decir, que las individualidades, primero han de ser conscientes de que la colectividad es más beneficiosa, porque siendo un guarismo eficiente; ha de atraer otras colectividades para mayor beneficio; y de su esfuerzo común han de aprovechar lo otros organismos de los tres reinos y los elementos dominables para que todo suba en belleza y armonía, sin las cuales el bienestar es imposible.

Esta economía la ha cumplido la ley divina, reuniendo hombres en sociedades (explotadoras, sí, pero la ley usa las armas que encuentra) para la comunicación de los progresos, que sólo en grandes colectividades se pueden hacer; por lo que, el mundo disfruta de ferrocarriles, de telégrafo, del gas, de la electricidad y los lomos de los mares son rastreados por los barcos; y es que a la ley divina, nada la vence y ella, todo lo domina.

¿Que esas empresas se aprovechan? A la ley no le importa esto cuando tiene que cumplir un artículo en ella, escrito; porque el siguiente artículo será que, el producto de ese progreso hecho con el común esfuerzo, lo disfrute la comunidad; y con su sabiduría, quitará los estorbos que haya, Este es el gran secreto de los decretos del Creador.

Lo primero, es primero; y lo primero es implantar el progreso, aunque los hombres, por su ignorancia se maten con el progreso de la vida. Lo segundo, es el cumplimiento del fin para que se da ese progreso; y el fin, es el mayor bienestar cada vez de la comunidad. ¿Quién se opone? ¿Ese organismo individual, nacional o imperial? Se quita y, muerto el perro, se acabó la rabia. Este es el secreto de las leyes divinas y naturales, que los hombres no han querido entender, por lo mismo de siempre; por la mala educación; por haber creído más a los santos, que a los sabios; y quien se atreva que desmienta al anciano 24.

En suma: la economía orgánica es de la Comuna sin parcelas que se viene a implantar en todo el mundo, tras de la renovación de la faz de la tierra, que se apura para quitar todo lo que estorba. Y sea ésta buena lección.

CAPITULO OCTAVO
ECONOMÍA RURAL Y AGRÍCOLA

La economía rural y agrícola se basa en el aprovechamiento de las economías orgánica y científica en todas sus ramas, para sacar por su eficacia y unidad, mejores rendimientos cada vez.

Cuando se piensa en el descuido que las ciencias han, tenido para no prestar todo su concurso y atención a la agricultura, no se puede menos que entristecerse, porque se demuestra el desconocimiento de que la agricultura es la única base posible del bienestar y por esto hay tanto descontento y la vida llegó a lo imposible.

Todo puede ser simultáneo; pero en caso de no poder hacer las dos cosas a la vez, de darse satisfacción el hombre y aplicar el adelanto a la tierra éste debe ser primero; y la tierra es tan agradecida, que al poco tiempo nos devolverá ese sacrificio centuplicado, para, que centupliquemos nuestra satisfacción.

¿Se descuida la agricultura ? Pues la tierra nos descuida a nosotros y tendremos menos pan y más malestar.

No se estudian los cultivos, ni se cuida el laboreo, ni se abona la tierra, y en cambio; se enjaezaron soberbios coches y se hizo a los caballos magnates, hasta vestidos; en tanto que un pobre hombre había de cavar la tierra haciendo de bestia y su adelanto en el laboreo era muy poco, en cambio de su mucho cansancio y descontento.

Se ve en la labor de la tierra una desidia tal, que a quien comprenda lo que representa lo hace llorar.

Se la rotura (esto si se hace ) unos pocos días antes de la siembra y apenas si arrancan las hierbas y para eso, se las ha dejado granar su semilla; y antes de que el trigo (u otra semilla que se extiende) haya podido nacer, ya está el campo cubierto de malezas y, sólo porque los tallos de la sementera son por su natural mayores, salen por encima del vampirismo que forma la cizaña; pero los hijuelos de la planta han muerto y la producción es la mitad en el mejor de los casos. Pero aun es demasiado, comparado con el cultivo malo, poco y a destiempo que se hizo y por añadidura ajeno a toda la economía, moral y científica.

Pero entrad en la población y veréis millares de caballos siendo magnates y miles de automóviles paseando a la lujuria y el despotismo, en los que veréis muchas grandes muñecas; y sabed que las muñecas no tienen corazón.

La agricultura, en la Comuna, es de la primera y mayor atención y sólo por ello habrá grandeza en verdad de verdad y el progreso que aun no pudo tener la humanidad será un hecho, hasta extraer la luz y fuerza del Éter, que substituya a todas las fuerzas y combustibles; y en estos momentos, el que ha. servido de secretario a los 24 Ancianos, tiene el secreto, y aun lo dice ese catedrático del Padre, pero es sólo para, la Comuna..

En la Comuna, todos los hombres, hasta el maestro y antes que todo, han de saber y practicar la agricultura; y para. esto, yo os digo que, la tierra no es insensible como la suponéis, y sabe agradecer los besos que le da el hombre, en la misma forma y con más verdad aún, que os paga la esposa vuestro beso y abrazo de amor, regalándoos un hijo; y basta esto.

Todas las economías son buenas y necesarias; pero la economía rural y agrícola es la más trascendental, porque sin productos de la tierra no podréis tener ninguna otra economía, ni aun como ciencia experimental, pues os faltaría la materia prima, y sin alimento el hombre no, puede vivir, ni en la tierra, ni en ningún mundo, porque en todos, la materia vive de la materia; pero ésta, por ley fatal, tiene que servir de base al progreso del espíritu, que es el único productor de todo, con las esencias que atrae del Eter, como única substancia que el Creador su Padre le da. Alerta, pues.

CAPÍTULO NOVENO
ECONOMÍA PÚBLICA

La economía pública consiste, en la buena administración de una ciudad y de una nación.

La economía pública es la órbita donde gira la economía doméstica, porque los encargados (municipios o gobiernos) son los que deben señalar las ventajas e inconvenientes de hacer esta o aquello; facilitando medios económicos a la producción; regular el consumo y su costo, para que pueda la ciudad y la nación cubrir sus necesidades sin miseria.

La miseria reinante en estos momentos críticos al extremo máximo en todo el mundo, dice muy claro que la economía Pública no ha existido, o se ha olvidado hasta en la letra; pero se puede asegurar que no ha existido; porque si hubiera existido, no había de borrarse del hombre que, aunque hubiera llegado a la locura que presenciamos, tendrían un momento de lucidez (como todo loco lo tiene, hasta los más furiosos), y en ese momento, los hombres de gobierno, entres tantos, alguno hubiera recordado y practicaría la economía Pública. ¿No la recuerdan.? Entonces no ha existido; y si no ha existido, es porque la economía Pública es sólo del Régimen Comunal, y es en vano que nadie, fuera de la Comuna sin parcelas, con la Ley de Amor, intente hacer economía Pública, porque fracasará, como el que quisiera obtener melones de una Zarza-mora.

Con la economía pública ha pasado lo mismo que dije de la economía doméstica; se ha entendido que economía es no comer y ya dije que es un crimen de( )esa humanidad; y esos crímenes ya no caben en la tierra; y como no son capaces, ni quieren (porque no quieren los Dioses Religiosos) evitar esos crímenes y el decreto inexorable del Creador es quitarlos, llega la Justicia Divina y los quita, renovándolo todo; y la Comuna empezará con todas las economías de la Ley de Amor que los dioses religiosos no pudieron tener, porque no son Dioses de la Ley.

El Dios de Amor, el Creador único, el gran ELOI, como lo reconoce y adora en ese hombre todo el Universo infinito, ha dado su profilaxis en estas 24 cátedras para la verdadera economía, y en ellas inspírense los hombres todos, mientras llega el felicísimo, aunque terribilísimo instante de la implantación del Régimen de la Comuna que ha decretado y nadie lo estorbará, porque quita todo lo que estorba a su mandato. Alerta todos.

CAPÍTULO DÉCIMO
ECONOMÍA INDUSTRIAL

La economía industrial consiste, en la organización, de todos los elementos que concurren a la producción del objeto, gastando menos y produciendo más.

En la economía industrial es donde tienen toda su aplicación las economías moral y científica y son su espíritu creador.

Como en la economía industrial es donde el hombre ha de demostrar la belleza de los mundos, aquí han de concurrir las ciencias más llenas de sabiduría, como la química, la física y la matemática y hasta las bellas artes y la literatura.

En la Comuna llegará la economía industrial al grado máximo no imaginado, porque entrará con desenvoltura en la más profunda metafísica del espíritu, el que es sabio por su procedencia hasta el umbral de la sabiduría de su Padre, no ignorando más qué el ser del ser increado; y será vano empeño que entre todos los infinitos espíritus del Universo quisieran saberlo; de ese punto abajo, todo lo sabe el espíritu, hasta hacerse sus cuerpos con los que obra; y si él no se los hiciera, nunca sería hombre; y la belleza que presenta, es sólo a causa de su sabiduría.

Como los espíritus pertenecientes al mundo tierra( ) han cursado ya sus grados de bachillerato, hoy son trinos como hombres y han empezado ya cada uno su carrera definitiva, para graduarse durante el séptimo día o de la Comuna, de Maestros en la Creación; por lo que la ley implacable, les exige ya obras de hombres y las tienen que hacer, para lo cual el Rector universal, hizo separar y llevar a otras aulas a los rezagados, que se entretuvieron en caricaturizar a sus maestros; es decir, que mixtificaron la profilaxis de todos los misioneros, en todos los tiempos y jugaron sin conciencia con los maestros y hasta no han respetado al Rector, al Creador, que lo substituyeron con dioses de palo y otras materias y hasta de carne y hueso.

Hoy, la mayoría de los espíritus aprobó su bachillerato; y al empezar su carrera definitiva, pidió al Rector les quitase los estorbos como lo había prometido en Isaías y, son quitados con música que da la naturaleza en temblores, terremotos, tempestades y otras demostraciones: y estos desaprobados, en su irrespetuosidad y en su cólera ante su impotencia, rompen todo en la gran conflagración mundial y hacen bien, porque no podemos aprovechar sus borroneadas planas y pizarras.

Oído, pues, a la pisada, Bachilleres, y seguid en vuestras lecciones porque, tenemos que demostrar el adelanto en una verdadera economía industrial.

CAPÍTULO UNDECIMO
ECONOMÍA POLÍTICA (HOY GEOGRÁFICA )

La economía política pronto cesa en el nombre; pero se llamará geográfica y es lo mismo; y consiste, en el conocimiento de las riquezas o producciones de las regiones (que se llamaron naciones) y continentes para su intercambio, y el por qué y causas del aumento o disminución de la producción.

No tengo nada que observar sobre esta economía, porque en ella han observado los gobiernos bastante buena conducta; pero sí quiero advertir y sentar que esto ha obedecido únicamente a que, el espíritu inspiró con más claridad, porque los hombres no le opusieron gran resistencia ante los dilemas de cambiar sus productos o de estancarse y no participar del progreso industrial, y éste es el secreto primero; el segundo es más trascendental, porque el espíritu, prepara las emigraciones de los seres para cruzarse y formar una sola raza; y el tercero, porque es ley que el espíritu, hecho hombre, deje depósitos en todas partes y no sea extranjero en ningún punto.

Esta será la economía geográfica, ya hecha ley en el Código, preparado para la Comuna Universal.

CAPÍTULO DUODECIMO.
ECONOMÍA SOCIAL

La economía social encierra todos los intereses morales y materiales de las civilizaciones y los derechos y obligaciones de los individuos, para de su estudio, ascender cada día en la armonía y belleza, física y moralmente.

Es decir, que es un estudio incesante del Progreso, por el que se ha de educar continuamente en ascensión a los individuos y no se les puede considerar extrañas, porque cada individuo es un grano de arena, del progreso universal.

Aquí habría que escribir grandes volúmenes para criticar y condenar las leyes sociales de cada nación y sus organizaciones vergonzosas por lo egoístas e irracionales; pero ya no es necesario, ni hay tiempo para que vean su falta los legisladores de leyes antinaturales y, además, luego no será nadie capaz de encontrar dónde hubo fronteras, en donde dos hombres se miraban con recelo y aun, con odio y; sin embargo, el mismo sol los alumbraba, y basta este ejemplo para ver toda la vergüenza de las leyes de extranjerismo, hechas sólo por prevención maliciosa. ¿Del pueblo? No; de los enemigos del pueblo; de los inspiradores de los gobiernos de los dioses religiosos; que nunca han vivido, como dice el Anciano 24, porque no son cosa; y lo que no es cosa no es de la vida y no está en la Ley de la vida.

El hombre, de cualquier color y etnicismo que sea, no sólo es cosa; es él universo completo y entero y su ley es la de la sociedad humana; no es extranjero, es el Hermano.

CAPÍTULO DECIMOTERCERO
ECONOMÍA ESPIRITUAL

Esta economía es nueva para los hombres y sólo es del séptimo día; pero materializándola en ley, consiste en la unidad del pensamiento para el esfuerzo Psíquico, para obrar en consonancia con la ley Mayor.

Es un axioma que la unión hace la fuerza: pero hasta hoy el hombre, sólo por sociedades, por colectividades; ha unido su pensamiento para algunos hechos y triunfaron, pero en detrimento de otros; es la ley de la fuerza bruta; la ley de la materia que únicamente ha presentido el hombre, pero aun no ha llegado a conocerla, ni menos podría fruirse de ella.

Aquel sabio o aspirante a sabio (y ya es mucho) que pedía un punto de apoyo para su palanca y le daría la vuelta al mundo, hoy batirá palmas de que ese punto de apoyo se declare libre y firme en la economía Espiritual; pero para esto, había necesidad de limpiar de barro y llegar al cimiento granítico para fundar ese punto de apoyo y se abre el cimiento y se llena de ricos ripies y argamasas incorruptas y, el Espiritismo (como aun no es conocido entre los hombres) se sienta inconmovible después del juicio de mayoría y definitivo, y éste es aquel punto de apoyo y la palanca es, la economía, Espiritual.

Sí; que nadie lo dude. La unidad espiritual para el esfuerzo psíquico en un solo pensamiento, es capaz, no de trasladar un monte, como sencillamente se ha dicho, sino de regenerar, de mover, de transformar todo el mundo; y para esto, hoy que hemos quitado todo el barro de dioses religiosos, disecados los lodazales de los campos y quemado el carbón de las almas, se implanta el único Credo Espiritismo como jalón de mira, cuya luz es la Ley única y suprema AMOR, donde se concentran todas las miradas, todos los pensamientos, siendo así un solo pensamiento y, por lo tanto, el esfuerzo Psíquico de todo el mundo, es económicamente unido como el de un solo hombre y el triunfo de todo lo que se proponen está asegurado antes de intentarlo y nadie es perjudicado.

Ya se comprenderá ahora el por qué de tantos fracasos entre los hombres, porque no tenían un pensamiento común. Les faltaba el punto de mira y son culpables porque, el espíritu es más viejo que el hombre y por la pasión lo pospuso y aun los dioses religiosos lo anularon en su intención, declarando el alma el más, no siendo más que el vestido del oculto espíritu por su Ley de armonía.

En esa dualidad le pasa al hombre lo que al banco con dos patas que cualquier pequeño movimiento o desequilibrio de sus fuerzas, lo derriba; pero hoy, descubierto el espíritu, el hombre es trino, y un trípode ya cuesta derribarlo, y podernos guardar el equilibrio con mucho menor esfuerzo.

Hay, pues, que estudiar mucho y acatar por todo la economía espiritual, porque es la corona del esfuerzo del hombre y es propio ese estudio y esa práctica de los estudiantes de carreras que han pasado el bachillerato y son ya, todos los hombres de la tierra que sobreviven a la renovación de su faz y saben obedecer a un solo Maestro, como todos tomamos el calor o luz del único sol sin hastiarnos.

CAPÍTULO DECIMOCUARTO
ECONOMÍA UNIVERSAL

Nueva es también esta economía en la tierra; pero consiste en la unidad de todos los espíritus concentrados en el Maestro, para así conseguir la solidaridad con todo el universo, con lo que se alcanza la omnipotencia para; obrar en ley la armonía de la Creación.

Aquí tengo que traer a colación al Padre, nombrado por Abrahán Hellí en su lengua Hebraica, y dice en él testamento alianza : «Los mundos son infinitos y el hombre ha de vivir en todos los que existen; pero la creación sigue y no se acaba»; lo que confirma esta nueva Economía Universal, que asiento como hebilla de cierre de este libro de estas 24 cátedras venerables, porque son los 24 Ancianos que a Juan se le mostraron en adoración alrededor del trono del Cordero figurando así al Creador, porque el cordero no tiene jamás rencor, ni venganza, ni busca represalias; y además sabed que esos 24 Ancianos representan los 24 libros de que se compone la verdadera Biblia, que ya no puede ser hallada en su pureza, porque fue mixtificada por todas las Religiones.

Pues bien; la economía Universal es necesaria, por todas las razones de la vida en cada mundo; pero hay dos razones máximas, que las voy a anotar y son: primera, que por la economía Universal se obra en Omnipotencia con todas las fuerzas de los solidarizados y armonía con la ley; es decir, que se hace una obra en un mundo y aquella obra no se hace en otro mundo a la. vez, porque sería restar fuerzas y es natural que costaría, más esfuerzo en los dos donde se operaba; en tanto que sumadas las fuerza todas, la obra, se hace con la mitad de esfuerzo y en la mitad de tiempo, lo que bastará para comprender la utilidad y necesidad de la Comuna Universal, en la que todos los hombres obrarán como un solo hombre.

La segunda razón es mayor, porque es de vida; y es, que tenemos por Ley que tener parte en todos los mundos del universo, para poder vivir en todos los que existen y crear otros más progresados para cada humanidad que termina en un mundo, cuando de él ha exprimido toda su esencia y los espíritus llevan en Luz, el cómputo del peso; y por la Ley de Progreso, si un mundo (por ejemplo la tierra) termina su carrera en el grado 10, el mundo que deberá ocupar esta familia, empezará el límite del grado 10 y será un 1, ascendido en su valor real y metafísico.

¿Pero creéis que se lo han de dar hecho? No tal; han de hacerlo ese mundo y todos, la misma familia; porque no hay gracias que se regalen en la Ley de la Creación; y como el espíritu fabrica sus cuerpos (y sino nunca seria hombre), así las familias que pueblan los mundos, han de crear, el inmediato que en Ley han de ocupar para otra etapa de la eterna ascensión.

Lo que si hay, por economía Universal por la solidaridad, maestros que enseñan a los menores; pero entendedlo bien, por solidaridad; de modo que, si nosotros ascendemos al mundo del grado 11 y por la solidaridad tenemos maestros del grado 12, nosotros que tenemos en el grado 10, tenemos que ser maestros para otros del grado 9; y aquí tenéis la eterna e infinita cadena que representa mi nueva economía Universal, que deseo aprovechéis.

Ahora bien: como toda la Creación la habéis de recibir hecha, es decir, estudiada física y metafísicamente y todos la entenderán, réstame sólo decir a los hombres mis hermanos que no os apresuréis en leer por lo atrayente de los temas y hasta por lo ameno de la lectura; pero menos os paréis a criticar para, excusaron en los cargos que necesariamente han de asaltar a vuestras conciencias.

De hombres es faltar y todos hemos faltado y el Padre no se inmutó de nuestras faltas; sabía que éramos niños y que llegaríamos a, ser hombres y nos espera siempre, y nos lo aseguró en el Testamento Secreto de Abrahán, diciendo: « Mi luz di en Adán para mis hijos; y cuando la conocerán, me serán fieles».

Pero si de hombres es faltar, de hombres es también confesar la falta para satisfacer, al ofendido, y en esto no hay rebajamiento y es nobleza, es fortaleza, es hidalguía, es fraternidad confesada y la reconciliación, cediendo el que esta fuera de la verdad, asciende al igual del que tiene razón y es sellada esa fraternidad con el amor de la Madre, que aquí es la Ley Suprema y única, que todo lo domina.

Mas otra consideración y última se ofrece, y es de orden. Es una pregunta que la mayoría se hará y es: ¿Dónde está el hombre que sea ese todo para esta economía profiláctica ? Diógenes buscaba un hombre; ahora los hombres todos, buscan un hombre. Diógenes no lo encontró porque era solo y la individualidad es muy poca cosa. Los hombres todos, en asamblea, pueden encontrarlo y la Ley del ''Creador ha debido preparar al hombre y las partes que deben secundarlo.

Pero la Regla fija es: «Que el hombre será aquel que pueda entender y contender con estas Cátedras y estas Economías»

¿Está el hombre? Lo buscan los hombres de conciencia; lo busca el sentimiento popular; lo buscan todos y la ley es la que lo inspira; luego el hombre debe estar. Y si los hombres no lo encuentran, la Ley, el Padre, que sabe que la tierra es mayor de edad, lo mostrará.

JOAQUÍN TRINCADO.

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