CAPÍTULO SÉPTIMO
LA EDUCACIÓN GENERAL HASTA LA EDAD DE PROVECHO

«A rudas batallas me mandó el Señor», escribió Shet en el Sánscrito; y lo cantan, pero lo practican al revés todas las religiones, por las que, los hombres han entendido las batallas de destrucción, que una a otras religiones, unas a otras naciones y unos a otros hombres se hacen, por los errores que todas y todos ven en los otros; porque ninguno ve sus jorobas y porque ninguno quiere ver la viga en su ojo y ve en el de su vecino la paja y las imperfecciones.

Pedir la perfección en la materia, es ignorar lo más rudimentario de la sabiduría, que es saber que, eternamente la materia es perfectible

Los que se han parapetado tras del escudo de la perfección, es porque son cobardes y maliciosos e hipócritas; pues haciendo en sus dogmas un ser material perfecto al que se le tiene por mira y ejemplo, es eludirse de la ley de perfección perfectible; porque cuando se les achaca su imperfección exclaman: «que ante el Dios justo, omnipotente y misericordioso, suple su imperfección, la perfección y el sacrificio de su divino Hijo, el divino Maestro^^...

¡Farsantes...! ¡Cobardes...! ¡Hipócritas...! Sois dignos de que ese a quien ultrajáis con tantos...divinos, os trate como trató a los escribas y fariseos, cuando le cerraron las puertas de la Sinagoga. Sí, «sois sepulcros blanqueados llenos de inmundos gusanos; caverna de bichos venenosos; majada de puercos inmundos; caterva vil de esclavos encadenados que no merecéis la libertad, porque ésta no se da de gracia; se gana, se conquista con el valor, con el trabajo, con la sabiduría, con la justicia de los hecho, con el amor, porque todo esto demostrará vuestra fe por las obras, que es fe viva ; toda, otra fe, es muerta, « como es muerto el cuerpo sin el espíritu», como dejó sentado el apóstol de España Santiago, cuyo espíritu era el mismo que vivió en Shet, cuyas primeras palabras del capítulo fueron las primeras del Sánscrito, en las que le advierte al mundo de la gran batalla que venía a dar con fuego de amor, el que ha de consumir a todos los hombres y por el que cada día se perfeccionarán, sin llegar jamás a la perfección real y absoluta, porque ésta es solamente de aquel ante cuyo nombre se inclina el universo, como se inclina el séptimo Anciano, que os fustiga, porque os ama, y hoy os saluda en su cátedra.

No huyáis, no, por el chasquido de mi látigo, porque desde el alto centro de las vibraciones donde se mueve lo hondo del progreso infinito, recibo yo la savia de la fortaleza, porque ya es, hora de despertar del letargo; porque ya es hora de sacar de las cuevas los reptiles y bichos venenosos y pestilentes; porque ya es hora de sanear los sepulcros y desterrar la muerte que allí tuvo su centro y poderío; porque hasta aquel alto centro llegó la, voz del profeta, preguntado al Padre: ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo la injusticia estará entre los hombres, que de un tronco hacen su Dios? Y el mismo profeta recibe la contestación, señalándole el tiempo de la renovación de la faz de la tierra, para lo cual, a grandes voces, llama a Jacob, diciéndole: «Levántate, levántate y ve aquellas islas apartadas, que aun no oyeron de mí». « Y yo te libraré de las olas que te querrán cubrir cuando pasarás el mar; y cuando estarás en tu puesto, aparecerán las nuevas tierras, los nuevos cielos y el nuevo sol y sabrán los hombres, que fuera de mí, no hay otro Dios ». Y señala una gran batalla cual los hombres no han visto igual, donde la sangre de los hombres colorea los ríos y llega a las bocas de los caballos; y llama a los cuervos, los lobos y otras fieras a comer carne de hombre de capitanes y de reyes. «Porque todo lo que te estorbe será quitado», promete y jura solemnemente el que habla a Isaías.

Y bien: ¿Han visto los hombres otra batalla más terrible y monstruosa en cantidad y calidad de odios y medios de destrucción que la que hoy presencia el mundo? ¿ No se inunda lo que nunca se inundó? ¿No tiembla la tierra en todos los continentes y todos los días, de tres años acá , o sea desde abril de 1912 ?.

¿No está toda la tierra sufriendo las plagas más terribles y los hombres de gobierno no encuentran solución a ningún problema, como no sea el de la guerra ? Pensar que todo eso sea otra cosa que el cumplimiento de lo prometido a Jacob por Isaías, es mostrarse fuera de la ley; es ignorancia responsable, que hace reos de pena y cargo a los negadores de la ley; por lo que ésta se muestra en todo su rigor, para que los hombres se desfoguen y por el dolor, por el malestar y por la agonía, despierten de su letargo y quiten para siempre las causas de tanto mal, que en resumen es la ignorancia del universo, el desconocimiento punible de lo que es, ser hombre; y ya esto, no quiere y no, puede tolerarlo más la ley, porque se han llenado «El tiempo, los tiempos y la mitad del tiempo»; representados en 36 siglos que marca precisos el testamento de Abrahán y que se ha mantenido en secreto, porque la religión, causa de los efectos de de ignorancia, odio y guerras fratricidas, si hubiera, podido saber con fecha fija su muerte, rico habría dejado un solo hombre sin sacrificar y la tierra, al no poder absorber más sangre; hubiera tenido que hacer una gran irrupción antes de tiempo, y la ley no puede equivocarse, ni tampoco ser vencida. Por lo que, todo se cumplió en cada evolución a su minuto justo y exacto; hasta el milenario del reinado de la bestia y e! dragón que ahora ya está encadenado y agoniza sobre cadáveres y sangre de hombres, cual vivió y nació. Díganle los hombres con toda conciencia... Paz en la tumba.

Desde hoy, la ignorancia no puede existir, ni el error fundarse un castillo; porque la verdad se descubre en su bella desnudez y la sabiduría descorre las cortinas de su trono y se da en patrimonio del hombre, conociéndose a sí mismo y en sí mismo al universo y en el universo al Creador su Padre, que es el que llamó a Jacob, ^^redimiéndolo sin dinero, ya que sin precio fue hecho esclavo».

He aquí el programa de la educación general del adulto hasta ser hombre de provecho: conocerse a sí mismo; conocer al universo; conocer al Creador; penetrar en sus secretos, en la vida, en las causas de la vida; fruirse de las leyes de la creación con lo que reconocerá que como él, cada hombre es el universo completo y entero, e hijo del universal Padre; por lo que, el único título admitido es, el de hermano. Y como los hermanos viven en el mismo hogar vida común y trabajan en común y disfrutan del depósito común de la familia, ésta se ha agrandado desde el pequeño hogar creado por la consanguinidad material hasta todo el universo, por el parentesco único espiritual; de cuyo depósito tomamos la sabiduría, la fe en nosotros mismos y la ley de amor, para vivir como hombres hermanos la única vida de familia posible y verdadera en todo el mundo, en la más justa y perfecta Comuna, en la que nada se puede dividir, porque dividir es empequeñecer.

Sí; la división empequeñece y crea antagonismos: y cuantas más son las divisiones, tanto mayor son las pobrezas de cada uno y tantas más son las envidias; tantos más son los odios, mayores son las miserias y las guerras; y aunque la historia está mal hecha y llena de injusticias, prueba esta aseveración lo bastante.

Bajando a un caso práctico, vemos una familia que posee una hacienda o riqueza, que les permite vivir con desahogo mientras están en común; pero tan pronto hacen las particiones, se aminora el bienestar y hasta el nombre de ricos desaparece en cada hijo con su parte; y en cambio, cuando toda la hacienda estaba en una sola hijuela; todos se llamaban ricos y lo eran, tantas veces irás cuantas partes se hicieron en la división.

Por esto, si todo el mundo es solo una heredad, cada hombre es rico de todo el mundo; en todas partes toma lo que ha de menester y desaparece el adjetivo ladrón ; pero en todas partes el hombre ha de trabajar y desaparece el parásito y el nombre de Vampiro; nadie baja, todos suben; el rico es rico de verdad y el pobre no es encontrado, porque la pobreza no cabe en la Comuna; y cuando no existen las desigualdades, no puede haber injusticia, y entonces desaparece la afrentosa justicia protectora del error propiedad y se acabó la trampa, el engaño, la extorsión, el cohecho, la intriga y la vagancia; y con todo esto se anulan los crímenes y ya, las cárceles, los manicomios, los hospitales, los prostíbulos y los asilos no serán más la afrenta de la humanidad, porque nadie habrá desamparado y nadie será, huérfano aunque falten sus progenitores, porque la casa Comunal es la casa del amor, donde se obliga al trabajo en común, como en el hogar, y allí todos son todo en la más estricta justicia, porque allí estarán los consejos reguladores de está máquina bien nivela y engrasada con la sabiduría dada a cada individuo desde su infancia hasta la edad de provecho (veinte años como mínimum), en cuyo día sale el hombre, siendo en verdad hombre y maestro en un, oficio, arte o agricultura, y continuarán en sus estudios los de carreras especiales, en las qué los años (por la experiencia) hacen más que las leyes y ciencia, porque, se rigen., porque «No llega el niño a doctor; aunque haya cursado los años de la universidad, sino cuando los años y la experiencia le dan conciencia de su carrera, será doctor», ha dicho en acto solemne el Espíritu de Verdad.

Mas después de una juventud llena de hermosura y belleza, siendo el hombre maestro en ciencia y conciencia de su arte, ocupación y oficio, y en un trabajo ejecutado por los medios mecánicos (que no puede alcanzar hoy), siendo entonces, no-máquina, sino director de máquina, no necesita la comuna (para tener todo lo que hoy el mundo tiene sólo para los déspotas y parásitos de entretenimientos, alimentos y regalías) que los hombres trabajen tantas horas; y en menos de diez años de régimen comunal, no será necesario trabajar más de dos horas, teniendo los más hambrientos y desheredados de hoy, más regalías y confort que tienen los opresores parásitos y vampiros, que la ley arroja con estrépito al gran hueco que va a abrir, cayendo sobre ellos las torres y castillos de su orgullo y vana posición. La Comuna no necesita templos de piedra, porque tiene el universo por único y verdadero templo; y cada hombre tiene por sacerdote su conciencia, que oficia en el corazón de su hermano, que es el único altar dónde se asienta nuestro Padre y Creador, con su ley de amor por cetro.

Después de una juventud llena de bellezas y hermosuras, repito, el hombre, en salud, trabaja esas pocas horas hasta la edad de sesenta años, jubilándose del trabajo manual: para dedicarse a la custodia de las juventudes, donde recibe alegría; entrar en los talleres y en las aulas, aconsejando con su experiencia y alentando con su lozana ancianidad a los jóvenes trabajadores, que tras una educación verdadera y una vida activa de trabajo racionales, espera aquella vejez veneranda y alegre, en la que pueden ser llevados, por más méritos, a formar parte de los consejos de maestros; y decidme si hay cielo igual que pueda el hombre esperar, por más bello y glorioso que os lo hubiera pintado cualquier hipócrita religión, de las que guardaremos su negra historia; pero ellas ya no serán más en la tierra.

Pero en el mundo tierra, al nombre de « Comunismo» caen

sus primeros partidarios al filo del hacha, bajo la intriga y la traición; pero Padilla y los suyos siguieron inspirando; porque siendo misioneros regeneradores, tienen que cuidar de las semillas que el creador les entregó; a pesar de la opresión y, a pesar de las grandes hecatombes traídas; por la (visión de las tierras en infinitas parcelas, la Comuna se impone y se establece por sí sola; pero los hombres que enarbolan en una agrupación ese pendón de amor, tienen el resabio del odio a sus verdugos y, por la provocación de éstos, se soliviantaron varias veces y acaeció el hecho de la Bastilla y más recientemente las semanas trágicas de Italia, de Rusia y la última en España, en Barcelona ; pero todo ello es el abono que el cultivador pone en el almácigo para que medren las plantas y al fin florecen y sazonan los frutos; pero hay que velar por los roedores que se infiltran en el almácigo, que al más pequeño descuido o en un trabajo de zapa, el minero corta las plantas en su raíz, y aparecen mustias y hay que hacer, esfuerzos y regarlas para qué no mueran, pero retrasan su desarrollo y también el tiempo del fruto. Esto ha acaecido desde que se iniciaron los partidos avanzados, que todos, desde la Masonería, pasando al liberalismo, de éste al descubierto librepensamiento y libre examen, que el germen de sus frutos es el Socialismo; éste engendró el anarquismo y de éste nació el Sindicalismo y todos tienen por fin, más o menos marcado el Comunismo, que hoy se declara como régimen perfecto y corona de los esfuerzas comunes de todos los hombres; la ley acude con su justicia a su implantación, quitándole todos los estorbos.

La lucha ha( ) sido horrible y han caído muchos apóstoles y misioneros sacrificados, siendo quizás la víctima más sensible; por su valía, en los tiempos de Calvino y Lutero, el gran Miguel Servet, que, huyendo del furor del pontífice romano, cree encontrar amparo en el protestante y, éste lo arroja a la hoguera...Porque Servet iba mucho más lejos que Calvino, el que, al fin, era sacerdote y el sacerdote, jamás perdona.

En las filas de las avanzados se entronizan los enemigos para cortar (como los roedores) la raíz de las mejores plantas, y ya la ley no quiso tolerar más, porque los 36 siglos marcados se cumplieron y promueve este guerra mundial, en la que, los cuervos, los lobos y otras fieras, comen carne de hombres, de capitanes y reyes. Y luchan en esa conflagración todos los dioses de todas las religiones, todos los cismas, todas las creencias, todos los partidos y con el último cañonazo suena el primer verdadero: ¡Viva la Comuna! y todo en el mundo tierra queda cambiado en su faz y el surco está señalado, al que cae la bestia y el dragón y todo lo que es error, porque estorba al que el Padre Llamó que se levantara y está en su puesto; por lo que la ley, la naturaleza y el espíritu obrará, y así lo confiesan hasta los hombres excépticos.

Con excepción de los tres comuneros de Castilla decapitados por la intriga religiosa, ningún partido, ni sociedad, pudo concebir la Comuna en su verdadera justicia, porque se amalgamaron los principios; y luego (para( ) baldón de los hombres), los libros todos llevarían esta afrenta: «Con aprobación de la autoridad eclesiástica». Así es como, ni la. historia, ni los 24 Ancianos o libros de la Biblia, son la verdad de los hechos y escritos, porque ejércitos de frailes y clérigos y otros aberrados, se dedicaron a raspar pergaminos y quemar lo que no se podía raspar. Dieron cuentos por historias y 24 impúdicos libros mixtificados, por Biblia; nadie hoy posee, por la historia., ni por la Biblia, los principios de la verdad histórica, ni hay más moral que el morral, ni principios comunistas que no se basen en la división parcelaria, y esto no puede ser comunismo en el que no hay más propiedad que la sabiduría, pero que sus frutos son de la comunidad, sin que por esto tenga el sabio más derechos materiales que el menos sabio; y no digo ignorante, porque la ignorancia no cabe en la verdadera( ) comuna.

El sabio tiene bastante prerrogativa con el reconocimiento que voluntariamente le da la Comuna, porque es un maestro; pero el sabio, jamás puede cometer injusticia., ni tener parcialidad, porque si esto tuviera, no podría ser sabio; y no puede haber injusticia si la conciencia es bien educada, porque tendrá la justicia por norma y base.

No es justicia pretender que todos vistan igual, consuman igual y produzcan igual; porque en todo el universo no hay dos cosas iguales; ni aun las leyes divinas.

Justicia es que, el que necesita consumir cuatro, no consuma cinco; y el que tiene bastante con uno, no consuma, uno y medio; y el que pueda producir ocho, no produzca siete; y se dará el caso que uno no producirá más que dos y consumirá seis; y si produjo dos porque más no puede, es porque obedece a leyes que de hoy en adelante los hombres han de estudiar y comprender, y sabrán que, aunque consumió seis, nada debe al depósito común, porque la ley de la creación con sus auxiliares de justicia y compensación, tiene un fino fiel, que la injusticia, no puede desnivelar; y tanto amor, respeto y aun más cariño (si caber pudiera) merece aquél, que el que sólo consumió dos, produciendo ocho: porque al fin de cuentas, cada uno habrá producido todo lo que la creación exige y encomienda a cada individuo. Todo ha de tasárselo la conciencia del individuo, porque, repito, la conciencia es el único juez de cada uno, y para eso, la Comuna educó la conciencia en justicia, verdad y amor.

Soy relevado del programa de instrucción, porque el Anciano que me precedió dio las bases de la educación hasta el uso de la razón, y en el «Código», en la ley de estudios y aprendizajes, está el mecanismo pedagógico; y yo ya he dicho que el hombre saldrá siendo hombre, porque será maestro en ciencia y conciencia de su arte y oficio; y como profilaxis de la educación es bastante lo dicho.

Mas quiero dejar mi llave a mano de todos, del archivo que en todos tiempos llamaron ciencias prohibidas y puntos inmorales, y que el anciano primero demostró ser al revés: la base de la moralidad y la moralidad misma y es la ciencia de las ciencias y el principio de la sabiduría; la concepción de los seres y todo lo concerniente a sus funciones hasta el feliz acto del parto, que no sólo no lo deben ignorar, sino que todos, hombres y mujeres deben saber ejercer de parteros, para lo cual se ha puesto el gran estudio práctico y homeopático en su lugar.

Sí; desde el uso de la razón han de ser instruidos todos, los jóvenes de ambos sexos en esa, gran profilaxis de la concepción, sus antecedentes o preparaciones; por lo que, conociendo y poseyendo en fruición su importancia y sabiduría, no caben la inmoralidad, ni el vicio.

Pero cuando el joven entra en la edad conveniente y su instrucción general sobre los principios morales es cumplida, debe saber anatómicamente su constitución y las funciones de sus músculos, vísceras y miembros, sin exceptuar ni hacer singularidades de los órganos sexuales; porque, además de que nada debe ignorar, es necesario que pueda prestar ayuda con consumado conocimiento si se ve precisado a su compañera, o cualquier otra mujer que precise en el solemne paso del alumbramiento; pero esto es preferente de las mujeres, mas no singularmente.

Al efecto: cuándo ya las jóvenes se anuncian mujeres por su regla, ¿por qué han de avergonzarse (como hoy sucede por la falsa educación) de ser declaradas flores de aroma, y dispuestas a embellecer el jardín de la creación, dando el fruto para el cual se han dispuesto? ¿ por qué habrán de pasar los mejores años de su edad endureciendo sus músculos, para, luego serles más costosas sus dilataciones? ¿quién es más sabio que la naturaleza ? Pues si marca a una de sus hijas con la flor de la mujer, es porque es su hora y no debe pasar sofocones, ni debe estar ignorante de lo que se opera en sus órganos; y al efecto, en láminas bien anatomizadas y explicadas, debe conocer todo su interior, con sus nombres y funciones; y en cuanto será esposa, tendrá el deber de presenciar, ayudar y practicar en partos; y lo mismo los hombres, una vez que ya fueron unidos en familia y formado hogar.

Esto no quiere decir que no se dé importancia al parto, por el hecho de que todos puedan saber obrar en los casos ordinarios sino todo lo contrario, por lo de ser el paso mas trascendental de toda la vida; por lo cual, todos deben estar dispuestos a servir de ayuda con conocimientos generales teórico-prácticos; para asistir mientras llegan los idóneos. Pero de antemano, habrá sido preparado el parto y los pechos, como queda estudiado en su lugar y preparados los remedios para, aplicar oportunamente en la hora precisa del alumbramiento porque el prevenido vale por dos; y vale más prevenir el mal, que curarlo.

Otro de los puntos que no quiero dejar de prevenir para la educación general, es el arreglo personal en cuanto al vestido, porque, éste es un punto al parecer pequeño y no es poco importante.

Se critica la moda; se predica contra el lujo y no son justos los que lo hacen, si no distinguen que es lujo superfluo y lo que es belleza ( que no es lo mismo ), y ésta tenemos ineludible deber de realzarla hasta lo sublime, sin límites, pero evitando el ridículo.

Un hombre, o una mujer desidiosa, es por fuerza sucia y hace un ridículo antiestético que afrenta a propios y extraños y es contrario a la economía bien estudiada. Un vestido se pierde mucho antes por la mugre, que por un lavado y planchado más, y hace al hombre y la mujer un vestido limpio, más simpático y atrayente, porque le rodearán indudablemente mejores fluidos; y entended; que los espíritus puros, buscan también lo más puro y hasta gustan y piden el suave olor de las buenas esencias, porque esencias es el alma y de esencias puras vive el espíritu.

Al efecto, en la educación de la mujer, ha de entrar preferentemente entre las artes femeninas, la confección de sus trajes; porque así, un vestido, nunca será viejo ni el mismo, porque se lo reformará en cada moda hasta que la tela no sirva más. Nunca habrá de elegir, ni la Comuna debe tener telas burdas, ni de malos gustos, para el vestido de sus mujeres en él paseo, la reunión y el asueto; porque en esos espectáculos, la gracia; y alegría de sus rostros, las sedas y el fino lino de las telas, con plantas, flores y pajarillos y adornos de arquitectura, han de demostrar un conjunto bellísimo, serio y alegre; capaz. de anunciar su bienestar, su culta educación y sana sabiduría; y en ello, el hombre encuentra la atracción más amorosa y está satisfecho de su vida y trabaja con más amor, porque vé que el trabajo es la causa de tanta dicha.

Ya veis qué es bien diferente mi concepto del lujo y del buen arreglo, a como lo entienden los que no pueden ver que la mujer del pueblo se embellezca. Pero sí anatematizo que la mujer tienda a vestirse del traje masculino, por todas las razones éticas, biológicas y fisiológicas, que se podrían aducir; pero el vestido femenino, es para la mujer lo que le pertenece por su constitución y órganos, a los que le está prohibido atrofiar y que atrofia hasta ser un suicidio con esas fuertes albardas llamadas corsets, con faldas que no las dejan andar y zapatos que oprimen, no dejando a la sangre circular y unos largos tacos, que además de desfigurarlas en toda su estructura exterior, las daña y saca de su sitio la matriz y hay miles de abortos y malos partos y más dispepsias y diabetes: esto es lo ridículo y el lujo superfluo que ha de evitarse.

¡Qué hermosas y bellas (sin ser tanto como hoy) parecían las mujeres Hebreas y Griegas, con sus túnicas y mantos y sus sandalias y la mayoría, de ellas llegaban al título de matronas, por ser madres de más de siete hijos ! Sería de desear ver a nuestras mujeres adornadas de aquel modo estético, elegante, respetuoso y mil veces más cómodos que los vestidos estrechos, los corsets de un metro y los tacos (Zancos de Alarcón) que hoy usan, a pesar de saber ellas mismas que es un verdugo.

Las formas, hermanas mías, modelarlas desde niñas con suavidad y remedios de la naturaleza; y para la sujeción de vuestro busto, está la suave seda y la elástica goma y el lino saludable, que no hieren; y si me permitís, os mandaré que sea eso lo que uséis y que no aprisionéis vuestro más hermoso tesoro exterior, los senos; que además de ser fuentes de vida, son la atracción más bella de vuestro compañero; y sean vuestros hombros los que por un cómodo portasenos los ayuden a conservar su belleza, en cambio que la cintura y el vientre, los ayudáis con lo antes dicho; y si probáis un vez, la comodidad os lo recomendará; y la esbeltez que adquiriréis, os lo impondrá por la belleza.

Aquí os dejo ahora la llave, qué en muchos siglos no os quisieron entregar los educadores, porque os dijeron que eran ciencias peligrosas.

El peligro lo habéis tenido en ignorar lo que la naturaleza quiere que todos los seres sepan. El archivo de las ciencias que ignorasteis queda abierto; y cada uno lea la página que sea capaz de entender y comprender y cada vez sabréis una página más, hasta llegar a la posesión de la sabiduría de la vida, en cuyo camino os puse. Cumplí mi deber de Anciano Consejero, cerrando la serie de medios profilácticos para la conservación de la vida corporal, propendiendo siempre a la mayor belleza, hasta el eterno e infinito progreso que tenemos mandado.

Todo lo contenido hasta aquí, hecho está para el día cercano del régimen comunal, en que todo es fácil de crear conseguir por que nada cuesta, más que la voluntad de crearlo y disfrutarlo; y eso no tendrá obstáculo, porque no es pagado el trabajo con el vil, aun que ponderado metal, el dios dinero que reinó hasta hoy, dejando una triste historia de miseria, de lutos y sangre a que arrastró a toda la humanidad con su falso brillo y ruin sonido, hecho moneda, de más valor que el hombre, siendo esto lo mayor que hay en el triunfo del hombre, que pasa a ser la única moneda de valor y le canta al dios dinero: ¡Paz en la tumba! En lo que el Anciano séptimo os acompañará y ahora os saluda y os espera.

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