Capítulo Segundo
Cuidados de la Madre desde la Concepción en sus Entrañas.

Sabido por la mujer todo lo que se opera en sus en entrañas como queda expuesto en la cátedra anterior, ya parece que todo está de más cuanto se quiera decir; pero veréis que no es así porque los cuidados materiales son la base y el complemento de los cuidados morales y espirituales que me ha insinuado mi predecesor son muchos y lo ha de tener la mujer para el feliz éxito de alumbramiento, preparado por un perfecto desarrollo y prevenciones durante el embarazo, y en especial desde el 5º mes, en lo que el Anciano 2º, os ilustrará y os saluda. Oídme, pues.

En los pueblos más cultos (que los llamados civilizados, que hoy están matándose como fieras, demostrando su civilización y la causa de esa civilización, el cristianismo y catolicismo), en los pueblos más cultos, digo, como ser el judío y especialmente el Israelita, que no deja de ser pueblos, a pesar de las persecuciones y matanzas de que han sido objetos por los civilizados cristianos, se tiene por gran afrenta y hasta por un castigo, que una mujer no sea madre; por lo que, toda mujer Israelita, antes que todo, pide a su compañero que la fecunde que la haga madre, porque no quiere que pese sobre ella el estigma de la esterilidad; y es más grande la mujer Israelita, cuanto más inmensa prole presenta y se instruyen sobre todo en todas las cosas que se refiere a la maternidad.

Y sabed que ese pueblo fué y es llamado pueblo de Dios, porque(él )fue el elegido para regenerar la humanidad de la tierra y a ese pueblo se (le) entregó en deposito el sagrado testamento que Abrahán legó a sus primogénitos y luego a la ley el Sinaí.

Esto sólo deshace el absurdo cristiano y católico de la inmoralidad del estudio de la maternidad y de los órganos de ella; absurdo que, llegaron a consagrar sacramento por el. celibato y votos de castidad, que todo es contra la concepción de los seres, y por lo tanto de la conservación de la humanidad. Raro es que entre los Israelitas encontréis vanidad en sus mujeres; pero sí encontraréis alegría y celo, cuando las veréis rodeadas de más de siete hijos; y cuando ha llegado a doce, el respeto más grande le es dado al padre de ellos y una simpática veneración se le da a la madre y bendicen y alaban que tal fruto dió para perpetuar la vida y la creación: eso es civilización.

Sí, mujeres, desde que sois madres, está asegurada vuestra salvación porque ésa es la raíz de la vida y el sello de la predestinación; y comprended cuánto debéis de prevenir los mil peligros que tenéis en vuestra preñez, hasta que cesarán las persecuciones de los negros de hollín que sólo por la encarnación son vencidos; porque cuantas más veces encarna un espíritu, tanto más aprende y tanto mayor es el progreso que trae a la tierra y él más se enriquece en luz y sabiduría, que ha de abatir la ignorancia, malicia y niebla de los negros de hollín, llamados demonios. Sois mujeres vanas, viciosas, como Cleopatra y Lucrecia Borgia, que dejan historia triste, que siempre les atormenta a su espíritu; las grandes madres son siempre cantadas por las generaciones, bendiciéndolas y admirándolas y poniéndolas como ejemplo de ello, y debéis saber y tener conciencia de que cada vez que vuestra matriz se abre para dar un hijo, abrís el libro de la Vida, donde el secretario del Creador anota aquella vida y a los padres que le dieron el principio de vida, cumpliendo la ley divina; todo eso tan grande hacéis ¡madres amadas!, cuando dais a luz un infante, y todo ello os debe hacer celosas de llevar a feliz termino vuestras concepciones; y repito que, desde hoy, que se os declara lo grande de la concepción, no hay excusas de ignorancia, ni hay las atenuantes que han habido, porque os han dicho que era inmoral su estudio; que os dijeron, porque descubriendo estas verdades, dejabais al descubierto los grandes errores de los negros de hollín y matabais la muerte de los que vivieron de ella: ésa es la inmoralidad.

Desde el momento de la concepción, ya no os pertenecéis a vosotras mismas por entero, sino al ser que vuestra matriz lleváis; y todo exceso en bruscos movimientos, en no recataros de los abusos sociales, en cincharos puliendo vuestro busto, aprisionando al que en amor y justicia lleváis encerrado, es atentar contra la vida tan delicada y peligrosa, sobre todo hasta el cuarto mes, en que aun no tiene consistencia el feto en sus músculos, ni armadura ósea, y cualquier mal alimento y toda imprevisión puede producir e1 aborto y hay responsabilidad.

Hay que prevenir todo eso y voy a anotar los medios naturales y medicinales eficaces de contrarrestar esos efectos, y se anulan por completo los peligros de la madre y el uso de hierros y herramientas en los partos y las aberturas de los vientres, que no debieron nunca usar, desde que se conoció la potencia de las cosas naturales, y data esto de muchos siglos en la raza adámica, para lo que recordaré el caso de la concepción de Isaac en Sara, estéril y vieja de 80 años naturales, es decir, años israelitas, que son unos días más cortos que vuestros años civiles de 365 días.

La naturaleza, en sus leyes, es tan sabia y previsora, que nadie, ni en nada le puede achacar torpeza; y en las concepciones de los seres raya en la delicadeza extremada, para hacerse comprender desde los pocos días de la concepción, empezando desde el primer instante a dar en la mujer, en su fondo, un sentimiento de afecto que la enternece y la alegra que le dan ganas de llorar y tiene una alegría que no se explica; que espera algo que no esperaba y siente emociones, porque cree oír voces dentro de ella misma y recuerda íntimamente y con más intensidad la unión que tuvo con su compañero en un día dado, no habiendo singularidad entre esa unión y las anteriores o posteriores en la parte mecánica y física; y sin embargo, prima una de esas uniones y cualquier mujer, hoy, al descubrirle estos conocimientos, se dará cuenta de esta verdad, y eso lo confirmará. Y éste es el primer aviso de la concepción.

Luego viene el punto más marcado en náuseas debido, a que la matriz se congestiona por el crecimiento del óvulo que se encerró, cargado del microhombre; y aquí ya no hay duda para la mujer atenta de su estado interesante, que luego se confirma, por lo general, con la supresión de las reglas menstruales; pero en esto hay excepciones, que las ciencias médica y obstetricia tienen el deber de aclarar, y lo harán fundamentalmente cuando los médicos y parteras no trabajarán por dinero en la Comuna, porque dejarán las ciencias de ser dogmáticas. Por ésta irregularidad (que cuesta en general muy caro a sus madres), lo remediaremos desde hoy, con el uso interno de Árnica Montana en su fuerte dilución homeopática como luego hemos de estudiar.

Esos tres (entre otros ) son los síntomas característicos e infalibles de la concepción; y el no poner cuidado, por ignorancia, en la generalidad, y en muchos casos por malicia debido a la falsa aversión y más tal( ) vez, por las leyes opresoras sociales, se originan por miles los abortos en sangre y hay responsabilidad que se paga siempre a la ley de la creación con intereses; y es en vano querer esquivar el pago porque esa deuda sagrada y divina no le puede perdonar ninguna ley, porque hay una sentencia inflexible, que dice: "Si odias tendrás que amar; si matas con tus besos resucitarás al muerto".

Voy, pues, a enumerar medios y remedios de un buen embarazo y de un mejor parto, y voy a tomar muchos datos y observaciones acertados y comprobados teórico-practico y científicamente, y ¡gracias al Padre, que pudo encontrar algo racional., practicado ya en la tierra con los resultados positivos, que siempre la naturaleza ofrece!. Y estos datos los encuentro en un libro, que por cierto aplaudo, y se titula: “Estudiate a ti mismo”, cuyo autor lo trajo en su misión y lo ha llevado hasta donde podía llevar su estudio y gobernación practica y científica, y de (él ) serán, como es justo, las recetas que hemos de dar todas homeopáticas, y esto no quiere decir que no hayáis de consultar a los profesionales, porque debéis comprender que el medico debe conocer las enfermedades y las medicinas, pero no siempre comprenden las causas de una enfermedad y por lo tanto, menos os darán remedios eficaces; por lo cual, el mejor médico es el propio enfermo, cuando tiene un sano criterio: y en el embarazo, nadie puede saber mas que la embarazada, y más, después de este estudio, que debe ser enseñado y aplicado desde la infancia a mujeres y varones: y de esto tratarán en sus cátedras correspondientes.

II

Lo que evita el aborto hasta en un 90% de casos incidentales traumáticos, golpes y caídas es lo que sigue: una buena faja de tejido imperial, el uso ordinario con sabiduría de Árnica Montana 6,a, Aconitum 5.a, Sepia 12, a, y Chamomilla 5, a que nos va a explicar el doctor autor, el que en todos los casos salió triunfante pudo jactarse de decir el mundo médico “que no tuvo nunca que certificar una defunción de la madre, ni del niño, en cuantas asistió en toda su larga carrera”, y esto debe de servir del mayor estímulo a las madres.

( )

“CHAMOMILLA”

Remedio que he bautizado (dice Toledo), remedio por excelencia de los maestros de escuela, porque les consiente sobrellevar su misión educadora con paciencia y eficacia.

Remedio de las personas nerviosas, de los irascibles, de los rascarrabias, de los caprichosos, de los sistemáticos de los anatematizadores.

Remedio interesante, que se debe tomar en las convalecencias de todas las enfermedades graves y cuando sin causa ni razón se nota excitación nerviosa (porque los nervios están afilados); esto ocurre generalmente a las mujeres en estado de embarazo y a todo enfermo en el momento que se nota su mejoría, y en los niños mal cuidados desde su concepción. Nótese que cuanto más grave ha sido la enfermedad, mayor es la intensidad de sus efectos, traducidos en estados nerviosos insoportables para sus allegados

“FAJA DE TEJIDO IMPERIAL”

Las afecciones de la piel, eczemas o erupciones con comezón, manchas amarillas (Mascarillas de la mujer embarazadas, que obedecen a la bilis aprisionada dentro de la piel estirada por el peso del vientre, que no se contiene con la faja imperial sobre todo en los últimos ( )meses del embarazo, en que el útero grávido esta ocupado por el agua de amnios y por el feto (o muchas veces por colecciones de un pedido mal especificado), se evitan con el uso de la faja imperial.

Esas razones, todas son capaces de convencer de que las manchas se pueden y se deben evitar llevando continuamente la faja, pero sin ballenas, cambiando de número a medida que el crecimiento del vientre lo indique porque se debe andar ajustada; la faja no es para disimular, sino para evitar el peso sobre las ingles, que es causa de buena preparación de flebitis, de várices, etc., etc., de manera que la faja no se deba sacar más que para dormir.

La faja imperial se puede conseguir en una forma muy económica, comprando una venda de ese tejido de seis a ocho metros de largo y de 10 a 12 centímetros de ancho, y todas las mañanas al levantarse se faja cómodo el vientre sobre la camisa, dejando su cuerpo en condiciones de todas las ventajas que nos empeñamos en que nos atiendan, para que las nuevas generaciones que deben precedernos, no adolezcan de los inconvenientes que hemos observado en la asistencia de partos, donde adquirimos estos consejos.

**SEPIA**

Este remedio tiene marcada predilección por el sexo femenino en estado interesante.

Para afecciones de los órganos genitales, caracterizados especialmente por congestiones traducidas en peso de la matriz, que molesta al agacharse, al subir escaleras y hasta para caminar, experimentando una sensación de bulto que tiende a bajar por cualquier esfuerzo, que obliga a llevar la mano para contenerlo, razón por la que se recomienda los pesarios que este remedio los evita y los tira al rastro como cosas pasadas, substituyéndolos él con los efectos de sus diluciones 6.a y 12.a - y, aseo señoras, aseo.

Para vientres abultados, balonados, como soplados, con o sin reglas irregulares, con producción abundante de gases en los intestinos, que influyen su volumen, simulando un embarazo, dilución 6.a 12.a.

Para dolores de dientes durante los embarazos, porque ya es hora de que un hijo no cueste un diente molar, y para todas las neuralgias (dolores agudos nerviosos) durante la preñez, diluciones 6.a al 12.a.

Para dolores de la matriz acompañados de náuseas, de vómitos, de jaquecas frecuentes, dolores de cabezas, indigestiones, dificultades en la digestión, etc., debe tomarse sepia 6.a- con belladona 5.a( ) o pulsatilla fuera del embarazo; alimentación liviana y no copiosas comidas.

Para afecciones de la piel, eczemas o empeines ocasionados de los efectos expuestos en la faja impera, se tratan con las diluciones de Sepia.

"ÁRNICA MONTANA"

En el capitulo siguiente reproduciré literalmente todo el himno que el Dr. Toledo canta a este remedio que llama "Partero", y aquí solamente nos va a decir el grandísimo provecho que deben sacar las madres durante el embarazo. Dice:

Para que las madres, desde su primer parto, puedan alimentar a sus hijos con la leche insuperable de sus senos, cuando es buena, debido al estado de buena salud, se requiera cuidar los pechos desde que empiezan a presentarse en los pezones las manchas características de paño, que es uno de los signos o síntomas buenos de embarazo.

Para preparar con seguridad las mamas a las funciones a que la naturaleza las ha destinado, una vez todos los días deben ser prolijamente lavadas con agua hervida tibia arnicada (Árnica Verde) empleando algodón esterilizado.

La mejor tintura de árnica es la que se expende para uso externo, preparada con la planta fresca (Alcoholaturo de Árnica), que da la tintura verde.

Se mezcla con agua hervida, en la proporción de una cucharadita de las de té para cada copa grande de agua hervida tibia. Antes de aplicar el agua arnicada, es de muy buena practica lavar las partes indicadas con agua tibia con soda, a fin de sacar de la piel toda la grasitud, que dificultaría la acción del remedio.

Al interior, el Arnica Montana evita el aborto, porque estrecha los vasos y da una muy grande consistencia; y se tomara la sexta dilución como preventivo, tres o cuatro veces por día., y en caso de ser remedio por presentimiento de aborto, cada 5 minutos, cada cuarto, cada media hora, o cada hora, según peligro o indicaciones de un buen Homeópata, y no habrá aborto.

Ahora bien: debo yo decir, que sin ser médico, pero con conciencia racional he experimentado en algunos casos los efectos del árnica Montana, y dio resultados más allá de los que mi ciencia concebía y, el más transcendental se operó pocos días antes de empezar a escribir este libro y lo voy a relatar para interés de todos.

M. B. se llama la beneficiada; cocinera de profesión se presentó en mi casa apoyada en el hombro de un hombre, pudiendo apenas mover sus piernas, y su cara era la de un cadáver por la palidez y demacración extremada, presentándome la tarjeta de un amigo mío pidiendo por amor (por que aun no me dedico a las curaciones, por que no es mi profesión), pidiendo por amor, repito, que atendiera aquella pobre mujer, que añadiré que es la compañera de un empleado de policía.

Me enteró la infeliz mujer como había sido operada so pretexto de un tumor en la matriz o del ovario izquierdo, y que después de abierta y cosida le declararon que nada habían hecho con la operación, por no existir la causa que creían.

Es error lamentable que eso suceda; pero hay aquí nobleza de los operantes en manifestar su error y merecen indulgencia por ello; pero no debieron dar de alta a esta mujer, que estuvo dos meses paseando el retrato de la muerte por las calles, sin encontrar remedio a una continua hemorragia uterina y no exenta de pus, lo que a cualquier ciego le diría que había una causa que producía aquellos efectos desastrosos.

Esta mujer, aun joven y con trazas de ser fuerte, lo que más le apuraba entonces no era su mayor mal que era la hemorragia, sino que ya no podía arrastrar su pierna izquierda, porque en la rodilla tenia una fuerte hinchazón que extendía unas líneas amarillas hasta la mitad del muslo y hasta el calcañal, y había seis manchas negras que ella comprendía era gangrena y su llanto no era otro sino tener que ir al hospital donde según cuanto había visto allí, no pondrían otro remedio que cortar(:) y yo también participaba de la misma creencia porque aquello, estaba casi perdido (y se perdería de seguro en el tiempo que tardaría en ser atendida en esos establecimientos, donde no se cumple en amor y se cree que lo que allí se hace y se da es de limosna, siendo así que los paga el pueblo y por lo tanto, es un crimen de esa humanidad esos hechos y pensamientos, porque tanto los hospitales, asilos, asistencias, congresos y gobiernos, es el pueblo quien los paga para ser centros de aristocracia médica y de curas, y frailes, monjas y legisladores).

En los hospitales y asilos no se puede prohibir la entrada de ningún enfermo, ni exigir que presente una boleta de pobreza, extendida con largas tramitaciones que dan vergüenza: basta que llegue el enfermo, sea mendigo o millonario, queriendo asistirse allí, que es su casa, porque la sostiene, y no debe pedir, debe mandar a los que de ellos viven, y deben ser responsables de sus equívocos y más de su negligencia; que si les aplicaran cuantos castigos hay en el Código, podrían ser ejemplares y harían buena obra.

En fin, comprendí la urgencia y ordené que llevaran esa mujer a su casa sin perder un minuto y preparar mientras yo llegaría con elementos, Chuño, leche, y azafrán, que en cataplasmas se aplicó, a la rodilla, empezando un tratamiento rigidísimo, tomando alternados cada cuarto de hora, remedios homeopáticos, Hepar-Sulpluris, Árnica Montana y Belladona, que en su patogenesia, son los infalibles específicos de humor, supuración, hinchazón, inflamación y hemorragia en general.

Antes de tres horas, la hemorragia disminuyó, y al día siguiente no existía.

Entonces me mostraron un gran canasto de paños, trapos y sábanas que no contenían menos de seis libras de sangre sólo de tres días que la pobre mujer no había podido lavar.

Ataqué entonces su pierna aumentando la dosis de Hepar-Sulphuris, cargando la cataplasma de azafrán en rama,( y) a los tres días, solo quedaba una roseta muy encarnada en el medio de la rodilla, que se empeñaba en formar supuración y no convenía en punto tan peligroso. Ocho días más tarde me sorprende una visita (imprudente por cierto), pero era el agradecimiento, que podía más que el peligro, y llama a mi puerta esa mujer, demacrada pero sonriente, y por todo saludo dijo enseñándome la rodilla. "Ve, señor, ya no tengo nada; le debo la pierna; pero aquí (señalando el ovario izquierdo) tengo una punzada muy mala pero como me cortó la hemorragia, también me curará esto".- Sí, la curare, le dije, pero ha hecho usted una imprudencia que puede provocar serias consecuencias, y váyase y estése con el mayor reposo posible, siguiendo su medicación.

No me equivoqué: esa misma tarde apareció la hemorragia y fui avisado; pero entonces pensé que era bueno señalarla como regla menstrual, y no contenerla, y a éste efecto, para regularizar la evacuación, di aconitum 5,a que regulariza la evacuación, no permitiendo más perdidas que las justas, y al cuarto día, sin sufrimientos, en seis horas, tomando alternados el aconitum 5,a. y árnica 6,a., ceso por completo.

Ahora había el peligro de provocarse otra vez la hemorragia por la inflamación del ovario, al que seguía atendiéndose con Heper-Sulpluris. Entonces hice uso del magnetismo y ordené con firmeza la retención por treinta días y así justos se cumplieron, apareciendo una menstruación regular, sin dolores, ni decaimientos, que se le cortó con la acción del acónitum y el árnica ella misma al cuarto día, y quedó curada de la ovaritis, que es en realidad la enfermedad que la traía tan fatales consecuencias, y vive y bebe para dar testimonio de los hechos.

En ese caso, y como en otros varios en que sin buscarlos he tenido que obrar, ha producido el Arnica todo lo que el doctor Toledo preconiza de ese remedio, y lo que hemos de ver en el capitulo del parto.

Yo, para terminar éste, digo que la profilaxis es obligatoria en ley divina y humana, y dejo expuesto lo que puede suprimir el aborto y preparar los pechos de la madre, que como fuentes de vida, cumplan con lo que la naturaleza encargo a esas bella cuanto incitantes partes de la mujer, en la que los niños encuentran su vida y su primera educación y el hombre goce y consuelo en todos los agobios de su vida.

¡Madres! la ley divina os exige una gran profilaxis; la naturaleza os da para ello los medios y los remedios y la sabiduría os los presenta exentos y libres de prejuicios e inmoralidad; tenéis el sagrado deber de escuchar estas enseñanzas y cumplirlas y exigir que los facultados por la ciencia médica y obstétrica os lo den ( a cada una según su temperamento), pero mejor es que vosotras mismas os estudies y os recetéis por vuestro criterio esa profilaxis teniendo la seguridad de que nada os puede suceder malo; porque donde no hay causa, la homeopatía no hace efectos; pero los produce infaliblemente donde hay causa y evitaréis de seguro el aborto, el peligro de vuestra vida, conservaréis vuestras bellas formas y no os haréis viejas, ni achacosas al parir hijos, y esto os dará satisfacción y felicidad. ¿Que más deseáis?.

Con este deseo y mi saludo de amor, os pide amor y diligencia el Anciano segundo.

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