INICIACIÓN

Es seguro que sólo la lectura os ha resquebrajado la cáscara de vuestra alma y sabréis empezar, por donde acaban los discípulos de otras escuelas.

Más puede ser, que no conozcáis de los primeros medios de iniciación en el desarrollo magnético, si vuestro espíritu no practicó ya en alguna existencia los primeros grados del magnetismo, aunque esto, si no es imposible, es difícil, porque todo obedece a la ley; y si hubiese en la tierra algún ser que no tuviera en sí mismo los primeros grados, no podría llegar ese "Método Supremo", que viene a coronar todos los métodos habidos: lo que es el mayor premio que pueden merecer sus autores y maestros.

Pero aún en esta convicción, como sabemos que la materia opaquiza las facultades, por gran sabiduría, te diré discípulo amado, que te inicies (si no puedes llegar algunas veces a la "Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal", donde en breves lecciones prácticas serás iniciado), que empieces por sujetar tu mirada y concentrarla con fuerza de voluntad, tantos minutos, cada vez más largos, sobre un objeto opaco cualquiera.

Cuando ya estás satisfecho de sostener tu mirada sobre ese objeto, 6, 8, 10 y hasta 15 minutos sin pestañear, entonces cambia el objeto por uno brillante y frío; conseguido el mismo objeto, magnetízate a tí mismo ante un espejo, como si tu imagen fuese otro hombre, pero con la voluntad de despertar en tantos minutos (si es que llegas a la catalepsia o al sonambulismo) y te maravillarás de la exactitud.

Desde allí, si estás fecundo de las enseñanzas de este método, tu razón te indicará claramente, cuál es tu fuerte; y sin fanatizarte, sigue las inclinaciones a que te veas preferente, porque ya sabes que hay tantos grados de poder, como seres existen y no hay dos iguales.

Pero tu primer objeto será, prepararte un instrumento a quien magnetizar y sonambulizar; pero has de comprender primero, si tú serás mejor para instrumento que para músico, en cuyo caso, no vaciles y sirve de instrumento, porque, el piano, por bueno que sea, no se toca solo; porque si es verdad que en él están las notas de ruido, es necio, que quien no es músico y pianista, quiera hacer melodías, sino que el piano exige un maestro, que haga vibrar lo que tiene encerrado.

Aprovecha, pues, estas enseñanzas y prestad servicio a la humanidad, teniendo presente esta

MÁXIMA: Por el fruto conocerás el árbol.

y este

CONSEJO: Busca el consuelo en la verdad

y estos

MANDATOS: Conócete a tí mismo.

Ama a tu hermano

y aprenda en este

AXIOMA: En él estaba la Vida y la Vida es la luz de los hombres.

JOAQUÍN TRINCADO

FIN DEL "MÉTODO SUPREMO"

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