OCTAVA. LA SERENIDAD

Con esta instrucción daré por terminado este Método. Dejé a propósito esta instrucción para el último, a fin de deciros que, sin la serenidad nada conseguiréis para vosotros y menos para los demás.

La serenidad, es la verdadera potencia; es el secreto de todas las cosas y sólo en ella estriba todo el éxito de la carrera de los hombres.

Mas no creáis que puede tener serenidad ningún ignorante, porque todo ignorante será injusto y no puede" Amar".

Puédese ser científico de muchas cosas y no tener amor; éstos, en general, los conoceréis porque son luces de bengala, que sólo brillan un momento en la oscuridad; es decir, entre los ignorantes, ante los que al fin caen vencidos, porque son sabios necios; son sabios por exámenes dogmáticos; no son sabios de la Universidad del Creador, ni saben ni pueden volar, a la cúspide de la montaña donde sólo la verdad se encuentra; porque sólo luz cabe en aquel estrado: de allí viene esta luz, que brilla en medio de la luz, por que es luz del espíritu; luz de la propia casa del Padre Creador de los soles, cuyos soles son sombra, a la luz del espíritu, al que no pueden apagar, porque El les da más luz.

A esa cátedra os dirijo, amados discípulos: de allí viene la fuerza, que da la serenidad que debéis tener para vuestra carrera y es el verdadero y único magnetismo; la atracción armónica única y universal, pero que no puede faltar a las leyes fatales derivadas de la suprema ley de Amor.

No he de dejar ningún error, ni cabo suelto; y como os remito a la cátedra del Universo, entended que no os remito a ciegas y os he enseñado a ascender por grados: es decir, que no podréis ascender, en tanto no sepáis lo que hay en vuestra naturaleza y mundo. Hago esta aclaración, porque en mis facultades, veo una impugnación de algunos de los que en el testamento de Abraham, se llaman "negros de hollín" y luego os los presentan como genios... y angelitos con alas... pero que ya de nada les sirven, porque como se atrevan a salir de su cáscara, un rayo de esta luz se las quemará y caerán deshechos; tomad, pues, bien esta lección y saber más: a nuestro padre de Amor, no debéis buscarlo en lo abstracto, en regiones insondables; no, lo tenéis cada uno sentado en vuestro corazón y sólo se descubre al que sabe" Amar a su hermano". "Conociéndose, a sí mismo" y dejo los cabos atados.

La serenidad, es el verdadero filtro mágico y debe de llegar en vosotros hasta el grado supremo que denuncia la perfección relativa no inmutándoos por ningún hecho; pues no debe afectaros, ni la alegría, ni la tristeza, ni la vida, ni la muerte de la materia, porque esa afectación indica debilidad y demuestra ignorancia; pero no seáis duros de corazón, pues el sentimiento natural, es bien diferente a la afectación.

La serenidad es, la representación genuina de los rosa-cruces. Sus adeptos, ni aún su fundador Zoroastro (como hombre) no eran iniciados en los grandes secretos que hoy se os dan en este corto pero "Supremo Método" que encierra en sus lecciones toda la sabiduría, porque mata todo prejuicio y tiene por marco el supremo Amor; por único y supremo credo, el espiritismo; y por único y supremo Maestro, el padre común y universal Creador, cuyo nombre, la cosmogonía toda pronuncia reverente y yo os lo doy: ELOI.

JOAQUÍN TRINCADO.

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