CAPITULO VI.
PODER DE MARÍA.
Bajo la Educación Social del Mundo los hombres reconocen poder a los hombres,
además de sus hechos, por su linaje, por sus títulos, por sus condecoraciones y
en mil circunstancias de la vida llegan los hombres a esos hombres
para pedirles su ayuda y mediación ante el Rey o Jefe de Estado, para
conseguir un indulto o el cumplimiento de la Justicia.
Esto en sí (aparte del servilismo del que pide y la autocracia del
condecorado, por la errónea educación general) entraña un hecho de Justicia y
Razón, que aunque sea todo material, lo material es base de lo espiritual, pues
el Espíritu sin el concurso de la materia no puede progresar, no puede hacerse
grande y poderoso, porque el mandato del Creador a su hijo el Espíritu es
purificar materia eternamente y esto sólo puede ser por Ley y por
verdadera Justicia, encerrándose en la materia hecha cuerpos; en los que cada
uno resume la parte de materia que ha de purificar en cada prueba o existencia,
además de la parte del trabajo que tiene que realizar en provecho común, porque
su trabajo lo hace para la Creación Universal, Eterna, Infinita e Indefinida.
Es Justo y Razonable, que el Monarca o Jefe de Estado atienda al pedido del
condecorado, porque por esas condecoraciones está identificado con él, al propio
tiempo que las ostenta por su valor o pericia, ya en las luchas políticas,
civiles o militares, o agrícolas e industriales; pero que en todos los casos fue
ayudado por el pueblo que lo acompañó y ejecutó los hechos que él dirigió o
concibió; por lo que, esas condecoraciones representan al pueblo y no al hombre
que las ostenta, porque la individualidad poco o nada puede por sí misma, pero
la Idealización individual, lanzada y entregada a la colectividad, y ésta
dirigida en fe por el idealizador, hacen juntos obra grande y el pueblo
agradecido y para conmemorar su hazaña, reviste a ese guía con esas
condecoraciones y en aquel hombre imprime su página histórica y es así también
justo que en la necesidad, los hijos del pueblo, pidan a su condecorado que
llegue al Jefe Supremo de los destinos de la Nación, lo que quiere decir que la
condecoración es la insignia de Intermediario, entre el Jefe y el Pueblo.
Esto es en verdad lo que representan las condecoraciones y títulos en los
hombres y es lástima grande, que salvo unas pocas pero honrosas excepciones, no
lo hayan comprendido así los condecorados y los Jefes de Estado; si no que hasta
de esas condecoraciones que no son otra cosa que páginas escritas por el pueblo
en colectividad, porque en colectividad se hace todo trabajo, las han convertido
en instrumentos de orgullo y gustan del servilismo, exigido por una errada
educación, creada sólo por los principios religiosos, de lo que aquí nada toco
ni entro en discusión por estar hecho en el "Buscando a Dios y Asiento del Dios
Amor", en el ”Código de Amor Universal" y en el "Conócete a ti mismo" y todo
ello está confirmado por los Espíritus Maestros en la "Filosofía Enciclopédica
Universal” que leeréis y comprenderéis.
Los títulos y condecoraciones regalados o de gracia, nada son,
nada valen y ningún poder tienen, porque no pueden invocar derechos, ni
potencia, ni representación plebiscitaria y nadie está obligado a respetarlos;
pero sí al hombre como hombre.
Pero los títulos ganados, creados e impuestos por el Pueblo, tienen
valor, poder y autoridad, porque es una página escrita con el sudor y aún con la
sangre noble del pueblo; y el Rey o Jefe de Estado atenderá al intermediario
condecorado por que sabe que la voz de aquel es "vox pópuli", por lo que
el Intermediario y el Rey son sometidos para la administración de Justicia y el
reparto equitativo de los bienes comunes y bien común es la Justicia y el Amor
que es por lo único que existen los mundos, el universo y los hombres, en los
que hay grados de progreso y cargos, pero no hay categorías ni diferencias de
hombre a hombre como tales, aunque sea el Jefe o el intermediario y esto lo
entendió perfectamente el Legislador Jun, hijo de Ceres, en el remoto tiempo de
hace 48 siglos, por lo que en Iberia, hasta hace poco en Aragón, existió la
famosa fórmula que entraña más alta Justicia y Sabiduría, con la que daban
autoridad a sus Reyes diciéndoles al coronarlos: "Nosotros, que cada uno somos
tanto como vos, y juntos somos más que vos, te nombramos nuestro Rey; si bien lo
hiciereis serás Rey y si Non, Non.
Será bruta, si queréis, la fórmula, pero ¿cuándo la Ley mostró debilidad
ni dulzura que signifique mengua?, ¿acaso por la fórmula con que eran
consagrados aquellos Reyes, en la que cada hombre sin distinción le decía al Rey
”soy tanto como tú u juntos más que tú", les restaba poder y autoridad?
No, sino que por lo contrario, dio Reyes prestigiosos y severos como os
lo dirá la historia, destacándose entre ellos Jaime Iº y Pedro el Justiciero,
llamado el Cruel.
Y era, que el Rey para serlo tenía que encarnar en sí toda la voluntad del
pueblo y vestirse de sus reames y energías, único modo como
podía ser Rey y sí non, non.
Todo lo cual prueba racionalmente, que el poder es la unidad del plebiscito
basado en hechos de Justicia y que otorga títulos por unidad y mayoría a los que
respeta y pide cada uno en particular siendo en la individualidad tanto como
aquel a quien se le pide, pero que está por encima porque encarna el pensamiento
y la voluntad de todos; pero que sus méritos lo propusieron a la consideración
alta del plebiscito, que reconoce sin abdicar de sus derechos, cada hombre.
Ahora bien; no es capaz la materia en sí misma más que de su vida natural; no
puede salirse de su Ley animal y por lo tanto no puede dar prerrogativas, ni
títulos, ni condecoraciones y esto no tiene discusión ni argumentos, pues nos
basta para su demostración el mismo reino animal.
Mas el hombre vive y germina por su cuerpo animal, sin diferencia ninguna, (a
no ser el refinamiento y malicia) de los animales, pero se crea autoridades,
intermediarios y Leyes y por ellos se eleva al progreso y hace lo que no pueden
hacer los animales: regir el mundo y sujetar las Leyes Naturales.
¿Cuál se la causa? En el "Conócete a ti mismo" está anatómicamente
estudiado, por lo que digo, ”que sólo el hombre lo es por el espíritu";
luego, el Espíritu sólo es el plebiscito y el que da cargos por méritos
en Justicia y no puede equivocarse, porque la Ley Suprema está escrita
imborrable en cada Espíritu por el autor, su Padre.
Mas aunque el Espíritu pueda obcecarse no puede dejar de cumplir la Ley porque
siendo consubstancial del Creador, no cumplir el Espíritu la Ley que en él está
latente por naturaleza, equivaldría a faltar el autor de la Ley; cuya Ley es
el mismo Creador y por tanto el Espíritu que es consubstancial es la misma
Ley y es imposible que no la cumpla porque no puede dejar de ser, y así tampoco
puede dejar de obrar la Ley con arreglo a su grado de progreso que le señalará
su cargo en su misma conciencia y por esto la Ley es inflexible y es como un ser
sin entrañas ni sentimientos y sólo señala lo que puede señalar y de allí
no pasará ni lo podrán pasar ni todos los hombres como hombres ni todos los espíritus
como tales juntos, pero ni aún el mismo Creador lo
podrá pasar, porque la medida no admite más que lo que cabe, si lo ponéis más se
derrama, y la Ley es sólo la Ley y sólo es una.
Sentada la argumentación axiomática anterior, que ni el Mundo Material ni el
Mundo Espiritual pueden rebatir ni argüir por falta de fundamentos lógicos y aun
científicos, sin acusarse de irracionales los contradictores, voy a aplicar esa
argumentación a María para ver que su poder es real y positivo y no dado
de gracia, pero como son muchas las cosas a considerar voy a hacer puntos para
mayor sencillez y claridad a todas las inteligencias.
PUNTO PRIMERO
EL PODER DE MARÍA ES OMNIPOTENTE
Nada diría este epígrafe con ser todo lo que decir se puede si no lo razonara.
Ninguna sombra de las que se han envuelto a María por la religión
rasgaría, sino fundamentara antes la razón del poder omnipotente del Espíritu de
María, pues la religión la hace irracionalmente más que Dios, porque
dogmáticamente la declaró Madre de Dios, y ser Madre en Ley Divina y humana
es ser más y mayor que el hijo, aunque éste fuera Dios, si pudiera ser
realidad un absurdo, como el sostenido (sólo es verdad por el terror del
Dogma) por la apócrifa Religión Cristiana Católica.
Pues bien, en la primera parte os quedó probado que María no fue Madre de Dios
ni tuvo a Jesús más que por obra y gracia del Amor del fuerte
José, lo mismo que sus otros hijos.
Allí también queda esbozada la causa de la grandeza de María, por ser Madre
Natural y en Ley como todas las Madres, única forma invariable eternamente por
la que se puede ser Madre, por obra de varón y única causa como primera y
fundamento de otras causas de la grandeza de los Espíritus todos, al ser Madre,
porque a este cargo la Ley Divina reserva, no por parcialidad sino por rigurosa
Justicia, las ternuras y delicadezas de toda la Naturaleza, porque ser Madre
representa el Amor del Creador en su más alta representación humana y
esto no hay que argumentarlo, pues las madres lo conciben y vosotras Madres,
fuentes de la vida humana me daréis la razón en vuestros sentimientos.
Mas dejemos el Amor para otro punto y veamos el porqué del poder
omnipotente de María y cómo se lo ha ganado por su esfuerzo.
He razonado con toda Justicia y Lógica, que las condecoraciones ganadas e
impuestas por el plebiscito equiparan equitativamente al condecorado con el Jefe
Supremo del Estado y que éste tiene que oír la petición de ese intermediario
porque él es "vox pópuli", y esto cualquiera lo comprende en razón y
Justicia, como el condecorado y el Jefe comprenden y confiesan que
ellos sólo son sostenidos y mandados del pueblo soberano, única autoridad por su
fuerza colectiva y común y está Legislado de muy antiguo en la fórmula con que
Aragón consagraba a sus Reyes y sólo esto es Justicia, lo demás, Non.
Mas el cuerpo de los hombres es temporario y relativo en poder aunque sea el más
grande emperador y relativo el poder e influjo del condecorado, que no puede ir
más allá de sus fronteras, ni revestir más poder que el que le da la Nación al
Jefe y el grupo colectivo que inviste al intermediario condecorado, son poderes
plenipotentes, parciales, no son omnipotentes porque no es poder universal y lo
tenemos probado en que hay más de un Rey y más de un Reino con más de un
condecorado.
¿Sería esto poder? Lo es, dentro de los límites de su acción y más allá no puede
ir porque en él no cabe más, es la Ley de la medida, si se quiere llenarla más
se sobrará con perjuicio, para abarcar más tiene que agrandar la medida al tanto
de lo que quiere abarcar y en tanto no agrande la medida o recipiente, toda
pretensión es vana, quimera y perjuicio y por lo tanto Injusticia: la
medida se sobrará.
¿Cómo se agranda la medida, para que quepa lo que se quiere abarcar?, no hay más
que un camino, el trabajo que es progreso y éste le llevará
inequívocamente a su fin, por la amistad primero, por estrechas relaciones
después, más tarde por la afinidad creada y de aquí entra la confianza, dela
confianza la petición ,de la petición el mandato y del mandato la
autoridad y de esta escala nadie puede evadirse para alcanzar poder, pero no la
puede recorrer sin trabajo, sin sacrificio que representa Amor.
¿Queréis un ejemplo práctico por el que pasáis todas las madres?, en vosotras
mismas está; recordad el primer encuentro con el amado de vuestro corazón,
contemplaron cómo os sonrojabais a su primera palabra, y vosotras os escudabais
en vuestro recato, recordad cómo crecía con el trato vuestra confianza y que al
fin os decidisteis a conceder el primer beso tímido, en el que luego pondríais
todo el fuego de vuestro amor y subid de grado en grado por todos los pasos de
vuestros amoríos, desde la primera vista hasta la alcoba nupcial, donde reunidos
en cuerpo y alma engendrabais el fruto de todo aquel amor, que os colmó de
caricias, mirándoos los dos en los ojillos inocentes del niño.
Para llegar, tú Mujer a entregarle el depósito del amor de tu corazón al
ya tu compañero del Destino en la alcoba nupcial, ¿cuánto escudriñaste?,
¿cuántas lágrimas derramaste?, ¿cuántas luchas debiste vencer? ¡Oh
qué página divina es ésta y aún por falta de Educación no habéis sabido
estudiarla!. Pero erais llevadas por el amor y éste es sacrificio y no ignorando
que la entrega de vuestro cuerpo, arca preciosa de la vida
humana a vuestro amado en el que ya habíais depositado toda la confianza,
no ignorando digo, que esa entrega representa vuestro sacrificio de la
vida corporal, muchas veces os entregáis a él para ser Madres y, sufrís y
volvéis al sufrimiento sin temor a los dolores, sin que os arredre la muerte del
cuerpo y ¿qué os empuja?, ¿qué fuerza os quita el temor? Os empuja
la Ley Divina de la Maternidad, os quita el temor la fortaleza del ser amado que
os protege y que es vuestro intermediario entre sacrificio y trabajo y el
progreso y deber, Jefe Supremo de los destinos de los cuerpos que son las
condecoraciones que únicamente nos pueden presentar al Espíritu que en nosotros
se envuelve y que es el mismo Creador, porque nuestros Espíritus son
consubstanciales de su autor, único Jefe, sin ser nombrado más que por sí
mismo, pero reconocido Supremo por nuestros mismos espíritus, porque ven
y viven de su Luz en la que únicamente puede ser grande y por esto empujan a los
cuerpos, instrumento con que el Espíritu agranda la medida que es su Alma, por
el forzoso trabajo, para así poder llevar más conocimientos, más méritos, más
victorias de los secretos de la Naturaleza, cuyos tres reinos le rinden
homenaje dándole todo su caudal que convierte en Potencia Magnética de
los infinitos grados y clases y con esta base el mundo reconoce el poder y
grandeza de un hombre, por sus hechos, y es un escalón que sube el Espíritu y es
un florón que agrega a sus condecoraciones hasta tenerlas suficientes para
llegar al Espíritu Maestro, Jefe de todo Un Plano, o introductor al Jefe
Supremo y así de grado en grado, de escalón en escalón, por el progreso de cada
existencia llegamos a la omnipotencia Espiritual que la comunicamos a nuestros
mismos cuerpos y de aquí la grandeza que ciertos seres nos muestran en los
hechos de la vida humana.
En la tierra por sus hechos, virtudes, sacrificios, Maternidad y Amor, la mayor
omnipotencia corresponde a María, le viene como a todos, de la solidaridad, del
Plebiscito Espiritual, que sólo este plebiscito es Eterno y continuado y
en él es el mayor intermediario el que más condecoraciones presenta y ninguno
entre los dos billones y tres mil quinientos millones de seres
que a la Tierra pertenecen, presenta más ni tantos blasones como María, porque
del fruto de sus sacrificios ,del fruto de sus entrañas en tantas
existencias, que ya os dejé referidas, todos los seres enumerados tienen carne
de su carne y alma de su alma, porque ella es tronco del inmenso árbol de la
humanidad regenerada y hoy refundida en la Raza Adámica, tronco nacido de la
raíz Amor, Ley única y Suprema a la que María se parangonea.
He aquí en verdad de verdad la causa de la omnipotencia de María, por lo que es
el primer intermediario de toda la humanidad entre el Juez y el Padre que lo
mandó y es así real y verdaderamente en lo material, Madre de todos los hombres
de la Tierra por lo que tiene también el poder la autoridad de todos los hombres
como tales y de todos los Espíritus por Ley de Solidaridad, por lo que es
omnipotente pero no omnímoda, porque ella al fin es el mayor intermediario, pero
no puede dejar de ser criatura y cómo todos sujeta a la Ley y ésta sólo los
omnímoda porque es el Creador.
Yo afirmo los axiomas del Espíritu porque a ello fui mandado, pero en los
axiomas humanos rasgo el crespón para que los hombres vean lo que el error, la
malicia o la ignorancia les opaquiza por la Ley de la carne y como declaro que
María es omnipotente como Espíritu, pido al mundo que declare a su Madre
omnipotente de lo relativo a las fuerzas colectivas de la Tierra, porque
todos sois sus hijos materialmente como os lo he probado desde Eva hasta María.
¿Y qué hijo hay que no quiera a su Madre en la mayor grandeza, en la
mayor potencia? Sabe el hijo que participa de los méritos de su madre y
sus blasones adornan su frente y regalan sus oídos las alabanzas dedicadas a la
que lo encerró en sus entrañas y lo amamantó en sus pechos y todos sois carne de
su carne y alma de su alma.
PUNTO SEGUNDO
CONOCIMIENTO DE MARÍA COMO MUJER Y MADRE.
"No llega a Doctor el niño, aunque haya cursado los grados de la Universidad,
sino cuando los años y la experiencia le den conocimiento de su deber, será
Doctor en su Carrera", me ha dicho el Espíritu de Verdad.
La verdad de este apotegma es indiscutible y entraña la sabiduría máxima y
encierra un mundo de enseñanzas buenas, sólo puede pronunciarlo la autoridad del
Espíritu Maestro por primera vez, pero ya dicho por él, queda de nuestro dominio
y posesión por razón de la solidaridad común.
Es cierto, sólo la experiencia hace sabios y los hombres viejos dicen con
autoridad que "La experiencia es la madre de la ciencia".
Discurramos pues bajo la razón de esos apotegmas, frases felices que se crean en
la sabiduría para vivir Eternamente y vamos a ver cómo ser mujer por el sexo no
basta para ser Mujer, ni tampoco haber concebido y parido basta para ser
Madre, sino que es necesario saber ser Mujer y saber ser Madre en el más alto
significado del sustantivo.
Por lo expuesto en todas las existencias que he señalado de María, desde Eva, se
ve en ella los más altos caracteres de saber ser mujer , pues la vemos
unir siempre la delicadeza y atractivo a las más grandes cualidades de
dignidad, sensatez y cordura en las intrincadas y difíciles misiones de cada
existencia, sin mirar en nada su conveniencia sino la obligación del deber.
Se nos señala en todas ellas con el sello de su grandeza amoldándose al ambiente
y las circunstancias y atrayendo sobre sí las cargas todas de la familia,
uniendo su cargo de esposa con el de amorosa Madre, no descuidando por los hijos
al compañero, de quien siempre era la consejera acertada.
Hay dos casos sorprendentes de Justicia, Abnegación y Sabiduría que sólo
pueden ser comprendidos por la verdadera madre y por la verdadera esposa, y son
el caso de Esaú y Jacob cuando fue Rebeca, como Madre y el caso de los celos de
José como esposa.
Si necesitara yo componer Libros para hacer resaltar la grandeza de María, en
estos dos casos tendría material para llenar muchos volúmenes con grandes
filosofías; pero eso sería querer alumbrar al sol con la luna, no
teniendo ésta más luz que la que recibe del sol; el sol
brilla por sí sólo y María con sólo su nombre brilla refulgente en los corazones
de todos los hijos de la Tierra aún hoy que no es conocida más que erróneamente,
pero hoy ya su Luz será apreciada en su magnitud,porque destruido
el nombre que la desfigura de Virgen y Madre de Dios, los hombres y sobre todo
las Madres la llamarán con la misma confianza y aún mayor que a su madre carnal
o a su íntima amiga, para confidenciarse y contarle sus cuitas, sus penas
y sus zozobras y sus amores y sus alegrías, porque además de la Mujer y
Madre en toda la Ley, verán en ella a la gran Maestra que sabe resolver los más
grandes problemas de la familia como lo vimos en Rebeca, los más terribles
cumplimientos como lo vimos en Jacabel y los más tremendos golpes a la dignidad
y al amor como lo vimos en los celos de José cuando María y las más grandes
hazañas de sus hijos en sus misiones, como la vimos en Ceres ayudando a Jun, en
Sarabasti preparando los caminos a Brahman y en María plegándose a la
propagación de las doctrinas de todos los tiempos, entonces predicadas por Jesús
y sostenidas en su pureza por Jaime al que fue a ayudarle para dejar bien
sembrada la tierra que Ceres y Jun habían labrado siglos antes.
Creer que la mujer sólo tiene su deber y acción en el hogar y la alcoba, es el
error de los errores, y sólo puede sustentar ese principio la Religión
supremática, cualquiera que sea, porque saben que en la concesión de derechos a
la mujer está la muerte de las causas del error y de aquí el empeño en dominar,
anestesiar y esclavizar a la mujer, haciendo de un arca de sentimientos que es
la mujer, una muñeca sin corazón, porque no otra cosa puede ser la mujer en la
ignorancia y muertos los sentimientos.
¿Qué necesita la mujer por más confesor que el padre de sus hijos? ¿Qué más
sacramentos quiere que el amor de esposos? ¿Qué más bendiciones necesita que los
niños que de su amor nacen en cumplimiento de la Ley Divina de la procreación?
¿No vale cada una de estas tres cosas más que todos los dogmas de todas las
religiones juntas? Porque valen más, quisieron envenenarlas bajo fórmulas
grotescas y sacramentos impúdicos y tremebundos y por esto hay malos hijos,
porque hay esposas traidoras y esposos déspotas y libertinos que es todo lo que
se proponen todas las Religiones y como entre todas la Cristiana Católica, en la
que se deshonra a toda mujer porque su madre María en ella está
deshonrada y vilipendiada, bajo el irracional epíteto de Virgen y Madre de Dios,
de lo que su espíritu protesta porque quiere ser lo que es, Mujer y Madre en la
Ley general de las Madres, único modo en que puede ser grande la mujer entre
todos los seres.
La acción de la mujer es más grande que la del hombre, porque además de
incumbirle toda la Ley del hombre, le incumbe la maternidad, para la que la Ley
guarda las filigranas de los sentimientos, porque la mujer está puesta por la
Ley para ser la alegría, el perfume y la armonía del Jardín del Padre, lo mismo
en esta parcela que llamamos Tierra como en todos los mundos del Universo, y en
tanto el hombre no comprende en sabiduría este dilema, el hombre sufrirá y habrá
dolores, lágrimas y malestar en la humanidad.
La mujer tiene la percepción de la vida y de su destino más claramente que el
hombre por razón de su mayor sensibilidad, pero esa misma sensibilidad la ha
perjudicado en sus derechos, porque el hombre la anestesió con errores y falsa
educación, para sí el hombre entregarse al libertinaje a costa de la esclavitud
de la mujer, que por el amor de sus hijos tenía que sufrir en yugo ominoso y
esto las endurece en sus sentimientos y la falta de libertad las hace adormitar
primero y luego convertirse en muñecas, con lo que el hombre pierde, porque no
encuentra en su compañera esas delicadas filigranas, que la Ley guarda para el
corazón de la Esposa, tomada como tal.
El ambiente hace tanto, que hasta en José siendo nada menos que Adán y Abrahán,
hirió por un momento esas filigranas del corazón de María, pero esta Maestra de
las Esposas y de las madres sin quejarse ni demostrarse ofendida pide en
silencio y humildad al Padre, Luz para José, y la Luz llegó rápida como el rayo
y desvaneció los celos del trabajador y entonces María abre los brazos al
fugitivo y con todas las delicadezas y amor de que tenía lleno su Espíritu, su
alma y aún su cuerpo, calmó al que en un momento de ofuscación creyóse herido en
su dignidad de hombre.
Ya os dejé relatado el caso de Esaú y Jacob, en lo que representaba la dualidad
de los dos mellizos, pero tengo que estudiarlo aquí bajo la forma fisiológica
para que se vea claro la percepción de la Madre, el poder de Rebeca-María y las
causas que originaban la debilidad de Isaac, porque por Ley se regía bajo la
costumbre, tradición o Ley humanos y aunque peligró el triunfo de la familia
Misionera no faltaba Isaac en querer dar la primogenitura al que vio antes,
indudablemente, la luz del sol como hombre, pero estaba en las tinieblas de la
Luz del Espíritu y ésta es primero, porque al Espíritu no lo sujeta ninguna Ley
humana, ni se somete más que a la Ley Divina; pero en realidad Esaú, no nació
antes que Jacob, pues ya expliqué que antes de que Esaú sacara todo el cuerpo,
Jacob sacó la cabeza y salió ganado al calcañal de Esaú, obrando aquí la
fuerza y el rigor de la Ley Divina que jamás puede ser vencida ni burlada por la
travesura, insidia o malicia, porque ella es la dominadora Eterna del Universo.
Las causas de la debilidad de Isaac, que es nada menos que el Maestro Moralista
de la familia de Adán y Eva, son, primero precisamente el cargo de Maestro
Moralista, por todo lo que encierra en sí este cargo y no olvidar que Isaac es
el mismo Jesús que en compensación a la Ley Divina, tuvo que ser rebelde en Ley
humana, cuando Jesús por el peligro que entrañó su rigidez en la observancia de
la Ley humana para querer dar la primogenitura al que en rigor humano le
pertenecía y que no dejaba de ser, como hombre, una virtud moral, pero como
Misionero que no puede tener en cuenta la hipocresía o conveniencia de las Leyes
humanas era una debilidad, que pudo traer funestas consecuencias a la causa de
Adán y Eva, que es la Redención de la Raza Primitiva y por esto hubo de ser
luego Jesús y sufrir lo que sufrió, iniciando ya en él la realidad de la
Redención, no por su sangre que ésta no puede redimir nada, sino por su rebeldía
a las Leyes opresoras oponiéndoles con la prédica la Ley de Libertad, y con ella
pagó a la Ley Divina una deuda contraída cuando Isaac.
Sara, madre de Isaac, en su sabiduría de ochentona y de Espíritu Maestro y
cabeza de la Misión Neptuniana, sabía la debilidad fisiológica de su hijo Isaac,
por la razón científica de la senectud de sus progenitores y como Jefe en
Espíritu de la familia misionera era Sara advertida en todo momento de lo que
sucedería y se apuró a desencarnar para tomar otro cuerpo fuerte y bello y ser
Rebeca y esposa del débil Isaac, para suplirlo ella con su fortaleza a la par
que pagarle Amor y dejar indeleble este principio: “Que no basta al progreso
sólo la moral, sino que tiene ésta que ser acompañada de la estrategia, del
valor de la astucia y de todos los ardiles que restan fuerzas al enemigo sin
dañarlo en sus derechos humanos, siempre que éstos no sean un obstáculo a la
causa Mayor”, es decir, que hay que tomar del mal el menos y sacar bien del mal
y esto lo sabía Rebeca y es la más alta sabiduría humana.
Aquí nos da Rebeca el mayor ejemplo de esposa, cargándose con toda la lucha de
la casa de un débil esposo y por añadidura ciego de la vista corporal que
providencialmente perdiera, para que Rebeca pudiera obrar la Justicia de la Ley
Divina, dando la primogenitura al Legislador, que era ordenado en designio del
Creador.
¿Qué hubiera pasado si Rebeca no hubiera sabido ser esposa y Madre, atendiendo a
al vez el dictado de su percepción? Isaac habría dado la primogenitura a
Esaú y quedaba en Ley humana el enemigo de la Redención como cabeza de los
redentores y aparentemente el Legislador y Juez subyugado y sujeto al Legislado
y Juzgado y esto era ser vencida la Raza Misionera y en Ley Divina no podía ser
y no fue, y el pueblo depositario de los secretos del Creador fue fundado por el
Legislador definido y ordenado por el Creador y es debido a Rebeca que sabe
cumplir sus deberes de esposa, de Madre y de cabeza de los misioneros y sólo así
pudo cumplir su Juramento de salvar un Mundo.
Porque en realidad de verdad ella es la que contrajo el compromiso al levantar
la bandera de Redención en Neptuno, porque el Legislador tenía el deber de
Justicia de venir a la Tierra, solo o acompañado, porque en Neptuno había
actuado de Juez y había desterrado conforme a la Justicia aquellos 3.500
millones que no quisieron allí someterse a la Ley y escarmentados ya en la
Tierra llamaban al Juez para que los absolviera y al pedido de Justicia había
que venir, por deber de la misma Justicia, pero la que levantó bandera era
también allí Madre del Juez que era obligado a descender a la Tierra que más que
una sociedad de hombres era una jauría hambrienta por sus pasiones , y por
voluntad impelida por el Amor y aún más por la afinidad al que en deber tenía
que expatriarse para una ruda y secular lucha, llama aquella mujer a sus más
afines y sabios Maestros y la siguen sacrificándose por voluntad en aras del
Santo Amor de Eloí veintisiete más, y el Juez al ver tal arrojo le da a aquella
mujer el honor de la vanguardia y parte delante llamando la atención de toda la
cosmogonía, y el Legislador viene escoltado por los 27, cuyo acto y desfile es
bendecido con la admiración de todo el Universo, que le prometió su ayuda a la
Intrépida Abanderada y esta es María.
¿Para qué contar las proezas y valor de su séquito? ; Todas las cosas en general
se corresponden y con el sabio se reúnen los sabios, con el fuerte los
aguerridos y con el Amor los que saben amar, pues las cortes corresponden
a las cualidades del Rey. Ya sabéis lo que es María y por ella colegió a sus
hijos.
Ahora bien; comprendéis ahora la grandeza, el poder real y positivo y
omnipotente de María. ¿Cómo la queréis más?,¿Bajo el irracional y absurdo
epíteto de Virgen y Madre de Dios, con la que es deshonrada y vilipendiada o
como Mujer Esposa y Madre en la Ley única y general de las mujeres, Esposas y
Madres?.
Si la queréis como Virgen y Madre de Dios sólo podréis oír de su Espíritu estas
palabras: “Ved si hay dolor que iguale a mi dolor", y se lo ocasionáis
llamándola Virgen y Madre de Dios, pero si la queréis como Esposa y Madre en la
Ley general y única os dirá: "Ved que no hay alegría igual a mi
alegría porque soy Madre y los hijos son la alegría de las Madres".
Como Virgen y Madre de Dios, María no os podría escuchar ni vosotros
confidenciarle vuestras cuitas; como Esposa y Madre es como vosotras podéis
serle sinceras y con entera confianza, como hijas a madre, podréis confiarle y
consultarle todo lo referente a vuestra maternidad, porque de ello es la Maestra
y su Amor sólo desea y sólo ansía daros consuelo y consejos, porque sabe que la
Madre es el molde de la Sociedad, porque es el arca de la vida de
las humanidades.
María sin dejar de ser el Jefe de los Misioneros voluntarios, fue la alegre
joven, la ejemplar esposa y la recta Madre y siempre como mujer y como Espíritu
el Intermediario entre Dios y los hombres, porque su lema es Libertad que ella
no perdió y coraza que ya le es congénita, el Amor, que es lo que quiere para
todas las Madres, Libertad para matar el libertinaje y Amor para transformar las
generaciones, porque escrita está la sentencia: "Y la faz de la Tierra, fue
renovada".
Tiene María a su disposición por toda la Ley Divina el poder todo de los seres
de la Tierra porque todos tienen hoy en sí carne de su carne y alma de su alma,
porque ella corno Eva tronco de la Raza Adámica y de él ha salido la savia por
sus hijos para refundir toda la humanidad en su familia, por lo que, Racional,
Matemática, y Psicológicamente es Madre de todos los seres de la Tierra y nadie
puede negarlo ni nadie tampoco quiere negarlo; aún antes lo han de reclamar todo
los seres por su estirpe y grandeza, pero esto puede hacerse hoy que es el día
de la verdad y el mundo está Juzgado y separados los pocos, muy pocos, que se
negaron a reconocer la Justicia de la Ley, por lo que María encarnando a toda la
humanidad en poder es plenipotente como Intermediario Condecorado en absoluto
plebiscito terráqueo.
Mas este poder es ínfimo, aunque sea muy grande, con ese poder podría poco más
de cero, desde que para alcanzar algo tendría que venir el Jefe al mediador y
esto es contra toda Ley y Justicia; es el mediador el que ha de acudir al Jefe,
para lo que necesita ser reconocido por los ministros o consejeros
que rodean al Jefe, para así tener libre acceso, y esto María, ya lo traía
consigo cuando vino a la vanguardia de las Misioneros voluntarios, lo mismo que
un General que organiza un cuerpo de hombres para ir a defender los derechos o
dignidad de una Nación, lleva ya toda la autorización y ayuda moral colectiva
del pueblo afligido a quien va a defender y las cortes o cámaras del Jefe le dan
todo su haber para jugar el todo por el todo, pues su triunfo o su derrota será
el triunfo o la derrota de las cámaras, cortes, pueblo y Jefe y en esta
circunstancia se ponía la intrépida abanderada que apareció siendo Eva y acabó
hasta hoy siendo María y por lo tanto traía el poder de todo el Gobierno del
Plano Primero, cuyo jefe es el Espíritu de Verdad y para la acción mandaba por
deber uno de los mismos Consejeros de aquel Gobierno, para que Legislase y
Juzgase los hechos y con esta potencia completa María su omnipotencia, que la
agranda y la embellece con el máximo del Amor de que es capaz un Espíritu los
mundos donde actúa y así es María, no omnímoda pero sí omnipotente en su poder
individual como intermediario, blasón ganado en sus luchas con su esfuerzo,
llegando por Ley, porque obra por el poder de toda la cosmogonía y los
Maestros de ésta están enlazados en la Solidaridad hasta el Centro Vibratorio,
donde nace la vida y reside el Creador, único omnímodo en sí, llegando, repito,
por esta cadena a ser omnipotente omnímoda como lo es todo Espíritu que obra en
la Ley Divina.
Esta es María en la realidad y así era Justicia que la conocierais y os la
muestro en mi deber, no sólo de hijo, sino de Juez del Padre, al que el Espíritu
de Verdad en justificación de la acción de la familia Misionera, pudo decirle
después de celebrado el Juicio de Mayoría: "¡Padre, he aquí a tus hijos que
consumieron en breve tiempo la obra de muchos siglos, Bendícelos!.. y
el Padre admitió al Juez a su presencia y lo auscultó y en él a toda la
familia de titanes que habían realizado en 57 siglos la obra de 45
millones de siglos.
PUNTO TERCERO
RESUMEN DE LA OBRA REALIZADA.
Los mundos tienen en su esfera marcados los grados de progreso que deben
alcanzar en un tiempo marcado que es el de la justa medida en la vida que
toma en el depósito universal, cuyo trabajo ha de realizarlo en seis
días, destinando un séptimo al disfrute de sus bellezas y progreso.
Esto en los mundos más inferiores a los de expiación y mayores o de progreso y
luz, se desarrolla normal porque en los primeros la Ley obra (sin el
concurso del hombre diré para vuestra comprensión) porque la inconciencia no les
exige pago alguno hasta la Justicia trasplante aquellas familias al mundo
expiatorio donde deben pagar todos los vidrios rotos; y en los de progreso y
luz, que son los mundos más arriba de los de expiación, se desarrolla la vida
igualmente normal porque aquellas familias ya sabias y libres de sus deudas
están en equilibrio con la Ley y todo es para ellos satisfacción en sus obras
que cada vez más los enriquece.
Yo os digo que este punto no es más que el resumen de la obra realizada, por lo
que lo que no comprendáis no lo dudéis sino estudiadlo y entendedlo en mis otras
obras, sobre todo en el "Conócete a ti mismo" y con vuestra razón
lo confirmaréis, aparte de que lo tenéis confirmado en la "Filosofía
Enciclopédica" por el Espíritu de Verdad y Maestros de la cosmogonía, que
confirman la obra realizada por los Misioneros, los que dieron a María el título
de "Reina del Amor".
Hecha esta salvedad diré las cosas como si las supierais ya por las obras
aludidas y por vuestra razón, porque sólo aquí tiene el objeto imprescindible de
descubriros la verdadera grandeza de María, nuestra Madre, en Ley Divina y humana.
La tierra pues, tomó vida en un desprendimiento o nacimiento del Sol, para 123
millones de siglos.
Pasó en su gestación cargándose de gérmenes de todas las especies, pero errante
por el espacio de los mundos del sistema solar, sus hermanos, que
en Amor, Justicia y deber depositaban en aquella masa ígnea los gérmenes de sus
riquezas que en su tiempo en la recién nacida germinaría, según estaba ya
marcado en su esfera reguladora, pasó digo en esa gestación 23 millones
de siglos.
La preñada (admitid la frase), en su mismo feto es sujeta por la Ley de
atracción y gravedad a su radio de acción en su órbita, que agrandaría
periódicamente por su desarrollo y evoluciones y desde aquel momento un
Espíritu Maestro la ordenará en sus revoluciones y preparará todas las cosas
para producirse con matemática precisión cada cosa en su instante marcado y así
fueron germinado todas las especies de los tres reinos 45 millones de siglos.
Ya estaba la Tierra en toda su bruta potencialidad, había desarrollado todos los
gérmenes que recibiera, y llegaba la hora de aparecer el hombre ordenador y
purificador de todas aquellas fuerzas, energías y riquezas, pero la vegetación
exuberante y el reino animal en fuerzas tenían en sí las sustancias en
purificación, que habían de constituir el cuerpo y el alma del hombre, que debía
regir, y embellecer aquel edificio de fuertes pero toscos materiales y había que
juntar todas las esencias de los tres reinos en un depósito donde el Espíritu
tomara las sustancias y fabricara sus cuerpos e individualizara en partes toda
aquella alma en las que se envolverían los Espíritus, para obrar su acción.
Mas tampoco podía entrar el hombre sin luz continua y de las escorias habidas
hasta entonces en el inmenso trabajo de purificar materia, la Ley dispone su
aprovechamiento y todo lo tiene que hacer la tierra, como en todos los mundos
porque esta es la Ley y ya todo preparado, el Espíritu Maestro toca todos los
resortes de su potencia y hace explotar la tierra y romper su corteza en
pedazos, saliendo el montón de escorias despedido por la fuerza centrífuga y va
a colocarse a distancia que la atracción y gravedad le indica y esa es la Luna
que os alumbra en vuestras noches de amor o de cuitas o de insomnios, y
quedan envueltas todas las especies de los tres reinos por las aguas y la tierra
convirtiéndose todo una masa informe para volverse a reproducir las especies
refundidas en sus sustancias y ganando en firmeza y belleza de frutos todas las
especies de antes que ya no parecerán las mismas y queda la Tierra gestando al
hombre en el silencio y alumbrada de día por el Sol y de noche por su
reflejo en la Luna, y en esa gestación pasa 10 millones de siglos
y cuenta ya la tierra 78 millones de siglos en la historia
de los mundos.
Aparece el hombre en la forma "mágica" que queda escrita en el " y
como Ley en el Conócete a ti mismo" como estudio real de los hechos y de su
aparición y del nacimiento de la tierra, el Juez de ella hoy, María su mediador,
y algunos otros de los Misioneros lo hemos presenciado en espíritu,
porque por la Ley el Espíritu Maestro puede prever los hechos del mañana, y
sabíamos lo que acontecería por eso en la Tierra, porque también sabíamos la
salida de los Espíritus que habían de poblar la Tierra y en el Espíritu seguimos
sus evoluciones.
¿Habríamos podido desde el momento de la aparición del hombre en la Tierra
dominarlo y hacerlo andar por camino derecho?.
Esto hubiera significado injusticia y pagar los Maestros las deudas de los
discípulos y además, cada uno tiene su parte que hacer en la creación y otro no
puede hacerla por él, sino ayudarle y aconsejarle.
Mas aconsejar a los niños es como predicar a los monos y por más que en
el espacio se les aconsejara, lo que importaba era enseñarles el trabajo ,que
lo demás vendría a su tiempo la moralidad, la cordura, el sentimiento, todo
nacería con la satisfacción, la hartura y el hastío de las cosas de la
carne, porque la Ley es justa y sabe que la única corrección eficaz y de
provecho es la hartura, es saciarse del apetito, porque dormir los apetitos no
es saciarlos, no es dominarlos, como no saciamos al estómago enseñándole
los manjares sino comiéndolos y la Ley lo da todo, lo único que exige es la
medida para no causar daño a un segundo ni aún a un tercero.
Pero como no reina el Amor, como aún no tienen conciencia en su alma, que la
tienen que hacer precisamente con los apetitos o instintos dominados, el derecho
es del más fuerte y cometen toda clase de atropellos y fechorías hasta llegar al
momento del derramamiento de sangre y aquí la naturaleza se muestra enojada y
hace demostraciones de sus fuerzas por tremendas tempestades, volcanes en
erupción y temblores de la tierra y los niños traviesos corren despavoridos y
empiezan a gustar de la compañía y del temor nace así un principió de
reconocimiento y llega a percibir sobre sí algo que le estremece y llama a lo
que no comprende y en su niñez idea la adoración en lo que alza a la materia,
que es lo que únicamente alcanza y se irá refinado hasta constituir Religión que
lo esclavizará, pero se escarmentará en ella a su tiempo.
La humanidad de la Tierra aparecería para un período igual al que la tierra
había gastado en su ascensión máxima de desarrollo que es desde que fue sujeta a
su órbita, hasta el parto en que dio la Luna, página imborrable de su
proceso y por lo tanto la humanidad, tenía que desarrollar todo el
progreso que marcaba la tierra en 45 millones de siglos, si lo sabían regular el
mal no existiría, pero los atractivos de la materia les hizo ser desmedidos,
naciendo el antagonismo y de éste las pasiones que se enseñoreaban en todo el
mundo.
Pasaron millones y millones de siglos y cada vez se engolfaban más en la pasión,
porque desde que hicieron diferentes Religiones el terror y el odio no les daba
descanso a las matanzas y no parecía terminar el drama y habían consumido en
derroche más de 44 millones de siglos, cuando la naturaleza hizo una
manifestación de desagrado por el proceder de su huésped el hombre, que en vez
de administrador, era el derrochador y el tirano y hundió un gran continente,
que es lo que cubre el Océano Atlántico y la tradición llega con el nombre
de aquel continente, donde se hospedaban todos los vicios más refinados, hasta
llegar a la más estúpida degeneración.
Este cataclismo ocurrió, hace ahora 87 siglos, y detuvo un algo, los juegos
peligrosos del resto de los hombres y 29 siglos más tarde se celebraba la
Mayoría de nuestro hermano mayor Neptuno, de donde fueron sacados para su
curación, aquel puñado de descontentos que debían preparar la Tierra para que
pudieran llegar los Misioneros, pues es tan sabia la Ley que aprovecha de las
escorias para sanar los lodazales y que puedan caminar los Maestros y llegó el
momento ya descripto de la descención del Juez, precedido por la
intrépida mujer que había de ser la Madre de todo un mundo por la Regeneración
debida a su esfuerzo, secundada por los 27 que la seguían y ordenado en Leyes
por el Legislador, por orden Mayor.
Ahora bien, se marcaba ya el límite de la Ley para señalar el máximo
progreso material, sin el cual no puede empezar el progreso del Espíritu y su
reinado; este progreso había por Justicia que implantarlo antes del Juicio de
Mayoría y no llegaban a un 10 por ciento los seres de la Tierra que estuvieran
dispuestos para recibir el progreso; habían gastado 44 millones y 250 mil siglos
sin alcanzar más progreso que el desarrollo más estupendo de las pasiones
y faltaban sólo 57 siglos para que la Tierra entrara en el máximun del progreso
material y empezara el Reinado del Espíritu, previo Juicio de Mayoría y
Liquidación.
¿Quién se atrevería a tamaña obra? ¿Había de triunfar la injusticia sobre
la Justicia?
esto no reza en la Ley del Creador. Quien se atreviera no faltaría en el
Universo por la Ley de Amor, pero de no haber voluntarios la Ley señala a uno
por deber de Justicia y si éste, que es el Juez y Legislador no bastase, está el
Espíritu Maestro o de Verdad, pero no se da ese caso nunca para la redención de
los mundos porque el amor ha creado seres como la Intrépida María, que con sólo
su Amor por arma son capaces de redimir un mundo en cada momento, pero la Tierra,
triste es decirlo, ha costado más que mundo alguno y han sucumbido muchas veces
todos los Misioneros en sus cuerpos, no excluyéndose ni el Legislador ni aun el
Espíritu de Verdad, que por Amor, por afinidad, y para dar valor a sus hermanos
los Misioneros encarnó varias veces y esto nos indicará qué clase de
luchas habrán sido las sostenidas por ese puñado de titanes y os lo
justifica la diligencia con que Eva renacía en todas partes y hasta dos veces en
un siglo, como en Sara y Rebeca y esto, no cabe más que en un Espíritu que es
todo Amor, cuyo blasón es la misma Ley Suprema de Amor que condecora la frente
del luchador.
Así es grande María, así es inimitable en las luchas a así sólo puede el
Espíritu ser grande, ganándolo todo por su esfuerzo, porque lo dado de gracia si
no envilece, no eleva ni da poder, ni está en la Ley que el Padre dé más que la
vida, porque ésta es su riqueza y nuestra grandeza para poder llegar a nuestro
Progenitor demostrando la vida en formas porque él nos la entrega incorpórea
pero no inmaterial.
Venid, venid Teologías, Dogmas y Ciencias, Religiones y Supremáticos, desmentid
esta historia verdadera de la más grande criatura de la
Tierra como Mujer y como Madre en Ley y como cabeza y tronco del gran árbol que
cubre toda la Tierra con sus frondas verdosas y sazonados frutas, que no habéis
podido destruir con tanto error y opresión.
Yo soy el Juez mandado y también el primero y último racimo de la cepa
fructífera de Eva- María y ni como Juez os desecho aunque en Justicia os
sentencié, ni como hijo de María os repudio porque sé que vuestro
equívoco es hijo de vuestras pasiones y yo como Juez tenía por deber, y María
por afinidad y Amor y aún en el acto de Justicia de ella fue la última
palabra ,momentos antes de la sentencia, que coloco aquí como fin de esta
reseña, y ella lo dice todo.
Mas antes de transcribirla voy a insertar el cuadro que corone a María en su
grandeza por los hechos realizados en la Tierra y los números por una vez sirvan
de blasón al intermediario omnipotente.
No puedo en Justicia, eliminarme yo de la nómina, porque aparte del cargo de
Legislador y Juez, siempre hube de actuar por mi deber correspondiente como
Misionero que ayuda a los voluntarios y así somos en la lucha 29 y todos
aparecieron en la Tierra más de veinte veces y sólo en dos existencias
aparecimos juntos bajo el mismo hogar y las dos veces bajo los mismos
progenitores, Adán y Eva, y Noé, y Noema.
Somos pues 29 y los seres a salvar dos billones de la
Tierra más 3.500 millones caídos de Neptuno y descontando ya los que
estaban dispuestos a recibir el progreso que no llegaba al diez por ciento
y tenemos así en números redondos para cada Misionero 70.000.000.000.
¿Qué trabajo representa la catequización de setenta mil millones
de fieras en figura de hombres para un solo Misionero? ¿Es grande el
mérito de cada uno? Pues por razón de la Maternidad en María, Madre de
todos, toda esa grandeza es sumada a su blasón, porque es de los hijos de su
Madre e indiscutiblemente y como esos setenta mil millones
redimidos por cada uno son hijos por su afinidad y los Misioneros son hijos
naturales de María una y muchas veces, los hijos de sus hijos,
hijos suyos son en toda Ley y queda probado científicamente que María
es Madre en Ley Divina y hermana de toda la humanidad y lo va a
probar ella por su palabra autorizada y confirmada.
Es ésta y fue la última que se les dirigió a los Espíritus tres días
antes de la sentencia final:
Abril 2 de 1.912.
PAZ Y AMOR:
Estamos en el último segundo, más bien dicho, estáis en el último segundo
en que podéis permanecer en la Tierra y sus espacios; la tregua se termina y
quisiera que mis lágrimas de Madre tuvieran algún valor para vosotros:
porque aunque no estamos con vosotros desde el día fatal que con
refinada malicia y conocimiento de causa agregasteis el nombre de Cristo
a mi hijo y desde ese día no han cesado mis lágrimas hasta hoy mis
lágrimas amargas por vuestra malicia, sabedlo y oídlo bien por última vez, las
habéis causado vosotros, porque ese Cristo de oprobio era sobrepuesto a mi hijo
Jesús, fruto de mis amores legales, justos y naturales con mi esposo
José, dentro de todas Las Leyes Divinas y Humanas y lo que vosotros decretabais
y hacíais artículo de fe ,era contra la Ley y me ponía en
cualquier caso fuera de la Ley y falta de fidelidad a mi esposo y a eso
me habéis expuesto ante la opinión de muchos, que estudiando la fisiología
natural, la Ley Única de la procreación y sabiendo que no de otro
modo sino por la cooperación del hombre puede nacer otro hombre, si Jesús era
hijo adoptivo y era tenido en unión de José, su madre había
faltado a su fidelidad.
Esto, agregado a la infamia del Cristo apócrifo ha sido la causa de mis
amarguras y de los tormentos de Jesús.
Desde ese momento no estábamos con vosotros, pero mi Amor de Madre, las
Doctrinas de Amor de mi hijo y la esperanza del cumplimiento del juramento
de mi otro hijo me dieron valor, nos acrecentaron el Amor y sufrimos tan
largos siglos. ¿Qué hicisteis pobres obcecados? Hacíais lo
contrario de lo qué Jesús os dijo: "Yo vine ha hacer la voluntad de mi Padre".
Y como vosotros os opusisteis por el dogma a la voluntad del
Creador, Jesús se retiró y habéis tenido el Cristo y no es Jesús, pero es Jesús
a quien cargásteis de oprobio.
Pero Jesús ha sido justificado por los Espíritus Maestros de todos los Mundos;
él anunció sin excluirse de responsabilidades al Espíritu de Verdad y por
él es justificado y su Madre reconocida en la Ley general por todos esos
Maestros y horas faltan para que Jesús sea rehabilitado en Juicio Universal y la
cruz de triste memoria queda ya enterrada en el polvo pasando a la
mitología, por el esfuerzo del que Juró rehabilitarlo, mi otro hijo
amado, fruto del mismo Amor y sus otros afines que comulgan en la Ley del Padre.
Vosotros habéis falseado los principios y hecho leyes a la Torquemada
,para sostener la falsedad y el orgullo que creció en vosotros hasta
humillar a los monarcas, para lo que no reparasteis en medios,
falseándolo todo y en cualquier forma, porque vuestra arma funesta la
divinizabais con el nombre de Dios.
¡Cuántas lágrimas ha derramado mi alma! ¡Qué incesantes trabajos para acudir en
auxilio de los Mártires del pensamiento, teniendo que presenciar vuestros
horrores, en eso tardamos un tanto en recibir sus Espíritus, que serían
los que harían la obra de redención!
Pero por fin llega el Juicio anunciado por Jesús, por fin os es descubierta la
falsedad de vuestros dogmas, por fin se os hace ver que la caridad
con que quisisteis cubrir vuestra maldad es sólo una hermana menor de las
virtudes y un sarcasmo a la vista al llamarla "caridad cristiana";
Jesús proclamó Amor, no proclamó caridad; la caridad es del Cristo y el Amor de
Jesús es el Amor del Dios Amor que os escribe el Anticristo con tinta de
toda la Cosmogonía, que no podéis negar, porque habéis visto cómo los Maestros
de los Mundos de Luz le trajeron su Luz y su Amor; porque habéis visto que esos
mundos son una realidad y os han mostrado y hecho palpar por los mismos
Maestros, para que meditéis en el último segundo y para ello os han hecho ver
las moradas de hierro y fuego que habréis de habitar en el momento de la
Sentencia que os dará el Juez, el Anticristo a quien habéis desfigurado, pero
que aunque no le reconocéis no podéis negar porque visteis al Espíritu de
Verdad que lo confirmó y justificó y porque habéis visto y oído que toda la cosmogonía
lo confirmó y justificó, porque habéis visto y oído la última palabra de
Jesús, de Amor, para vosotros sus verdugos en cuya presencia dio confirmación y
lo justificó, y porque me oís a mí aun a vuestro pesar, pero retenidos
por la Justicia de la Ley que lo confirmó y le agradezco sus esfuerzos por
derribar para siempre la Cruz de nuestros, tormentos.
También agradezco a sus Secretarios la gran parte que en la gran obra
toman en cumplimiento de misión y afinidad y agradezco a todos vosotros hombres,
y piadosas mujeres que oís y cooperáis con vuestra fe y voluntad, porque es
justo que el Juez no debía estar sólo en su tan grande trabajo, sino que
se viera animado por vuestra compañía, y el Padre, y en su nombre yo la
Madre del Amor, Jesús que ya descansa y el Espíritu de Verdad representante del
Padre, os lo agradecemos y os damos nuestro Amor.
También para vosotros, Espíritus de Maldad, tengo Amor. ¿Cómo no lo he de tener,
si de entre vosotros, por vuestra maldad, por vuestra lujuria, por vuestra
pasión, salía una voz lastimera y de agobio, en la mayor amargura del
corazón de esas pobres a quienes esclavizabais? ¡Pobres monjas engañadas! A
María acudían con su corazón despedazado y el alma herida y lloraban ante una
imagen que muchas de ellas vieron llorar, no la imagen, sí mi Espíritu por esa
materia y a otros sonreír, porque yo me manifestaba siempre en todas formas para
llevar el consuelo a todo corazón afligido: ¿Cómo no os he de amar, si había
entre vosotros mismos, sabios varones que fueron mi consuelo y en
mí adoraron el Amor del padre? ¿Por qué vosotros, ciegos y sordos por voluntad,
no tomasteis ejemplo de esos sabios varones que amaron la verdad y descubrieron
el escándalo de la religión?
No queráis condenaros a tremendos sufrimientos y. sacrificios: habéis
visto las moradas de hierro y fuego y no les sentís horror porque no habéis
palpado y vivido en su horror; pero luego de la sentencia no habrá remedio,
largos serán los siglos que pasarán hasta vuestra rehabilitación y al fin
tendréis que reconocer entonces la Ley y al Juez que hoy no reconocéis.
También aquellas moradas son del Padre, allí también llega el Amor y no os
podéis quejar de su Justicia, os da la medicina que os tiene que curar, es
amarga pero es eficaz, hasta allá también irá el Amor de esta vuestra Madre de
Amor ,allí también irá el Amor de Jesús y allí también resonará un día la
voz de la Justicia, como hoy en la Tierra.
Estáis un momento más en la Tierra; no podéis negar nada sin dudar nada, todo,
el Padre en su Amor, os lo ha mostrado ¿por qué no acatáis la Ley?, ¿Por
qué viendo lo que habéis visto y comprendido que el Juez y sus
Secretarios estando en la Tierra encarnados, se elevan sin dejar sus funciones
de hombres, hablan y recogen el Amor de aquellas moradas de dicha,
conservando con sus mismos Maestros? Os ofuscáis en vuestro orgullo, habéis
habitado palacios y vestido púrpura y mantos y no habéis podido
elevaros a aquellas mansiones de bienaventuranza y... estos... pobres... y
olvidados en un rincón del mundo, ganando con su rudo trabajo el sustento
material, reciben la visita, la palabra y el Amor de otros mundos de Luz y al
anunciado por Jesús, el Espíritu de Verdad.
Estos... pobres y olvidados en un rincón de la Tierra ,se elevan y viven
la vida del alma en Luz en las moradas de dicha, son Consejeros en Sión y allí
son confirmados ante las maravillas del Padre.
Vosotros, poderosos y conocidos en la faz de la Tierra, no habéis recibido a
Jesús, a María, ni Espíritus de Luz, ni al Espíritu de Verdad, a pesar de que
los pedíais en vuestras reuniones; allí no podía entrar el Espíritu; la densa
niebla de vuestra maldad no permitía la entrada de la Luz; donde se reunía el
orgullo y la supremacía, nada tenían que hacer el Espíritu de Dios; éste tenía
señalado el día de las vindicaciones y en él estamos; es el último segundo y la
palabra de la Madre de Jesús, es la última palabra que se os dirige; yo os pido,
yo os suplico en Amor, meditad, acatad la Ley. Pero si vuestra ceguera no os
deja acatar y reconocer al Juez, nada más podemos hacer en nuestro Amor y allí
os visitaremos y confortaremos en vuestras luchas.
Pero no olvidaréis en vuestras conciencias el acto que se celebra, recordaréis
que el Tribunal está compuesto de la voz, la vista y el oído del Padre; que el
Juez tiene el poder, oye la intuición que es el soplo del Espíritu de Verdad, la
palabra de los Espíritus de Luz dicha por uno de sus secretarios y
confirmada ésta y las maravillas de los mundos por la vista del otro y en su
vida reclamaréis este Tribunal que tiene las llaves de las moradas del Padre.
No olvidaréis en vuestras conciencias que de la caridad hicisteis
un arma innoble, que recibisteis el principio Santo y prevaricasteis y está la
conciencia que os acusará siempre y logrará romper las tinieblas que os cubren.
Venid, ved, no temáis, acercaos, ved la bondad y el Amor del Padre que deposita
su poder, su Amor y su Justicia en los hombres humildes, que como
vosotros han caminado por el mundo; pero ved escrita su historia y ved cómo se
levantaban con fuerza y emprendían de nuevo la lucha y esto os probará que sólo
el esfuerzo de cada uno lo eleva.
El Padre lo da todo, pero hay que conquistarlo por el trabajo y el Amor.
¿Quién no ha caído en su paso por la Tierra?, pero, la voluntad y el Amor
todo lo pueden; quered y amad y os levantaréis.
Ejemplos vivos os doy: no os hablo de mí, no os hablo de Jesús ni
del Espíritu de Verdad, ahí los tenéis como hombres sin dejar su trabajo para
ganar su sustento, estudiando como hombres, como hombres discurriendo y
elevándose como Espíritus por sobre la materia y remontándose a las alturas,
rasgando con su Luz las tinieblas de los espacios, pasando nebulosas y llegando
hasta donde la Ley los lleva: es el resultado de su esfuerzo.
Pero, los odiáis porque os han descubierto, porque en su esfuerzo han derribado
la cruz, vuestra arma y el Juramento anula el Cristo y salva a Jesús;
vosotros los odiáis, nosotros por ello les damos las gracias y nuestro Amor.
Os vais..., mis lágrimas son las últimas que debían poner a prueba
vuestra dureza, no las atendéis, yo os compadezco... pero llevad mi Amor y os
visitaré y ayudaré en lo que la Ley permita, esto será el pago de vuestra última
intentona con la que nos habéis herido hoy, pero el Amor y la Justicia han
triunfado; no habéis podido truncar esa misión grande y nuestro dolor se
convirtió en alegría y ya no podréis nada contra ella ni contra nadie.
Retiraos y meditad en este último segundo.
Ahora bien, hijos amados y piadosas mujeres; el Amor cede su puesto a la
Justicia. Triste es para quien ama ver la ceguera de esos desgraciados, mas es
su voluntad y tened una súplica para ellos.
Mis lágrimas de Madre debían ser la última prueba del Amor.
Gracias hijos amados, por vuestra ayuda al Juez y saber que él es El Anticristo,
por los Consejos de Sión reconocido, por el Espíritu de Verdad proclamado,
justificado por toda la Cosmogonía que lo ratificó Jesús, y que la Madre de Amor
Justifica y así mismo al Tribunal, en la gran parte de misión que les toca.
Ya la Tierra entra en la Luz y cesan mis lágrimas, acaba el tormento de Jesús y
la cruz queda enterrada en la mitología.
Estad firmes, amad mucho a esos pobres que se van al sufrimiento y reine la
unidad entre todos.
Mi Amor os dejo, con el de Jesús y todos los Espíritus del Padre... y para
todos, besos, Amor y flores y el reconocimiento de vuestra Madre.
María de Nazareth.
Os queda pues comprobado que María es el intermediario condecorado por el
plebiscito universal y ésta es su grandeza verdadera, la que le da el
poder omnipotente, y omnímodo porque obra sólo dentro de la Ley
del Padre.
PUNTO CUARTO
EL AMOR DE MARÍA.
Dicho está en todo lo que antecede el grado de Amor de nuestra Madre,
pero aunque sea repitiendo, es de Justicia este punto final porque el Amor sólo,
ha sido el arma con que ganó todos sus blasones.
María en su Amor no reconoció limite en todas sus existencias y todo lo
sacrificó al Amor a la humanidad en todas esas grandes misiones de cada
lucha, y digo lucha porque María ni los Misioneros para su elevación a
mayor grado del que el hombre es capaz de alcanzar en la Tierra, no necesitaban
la prueba de la existencia en la Tierra, porque a ella vinieron para redimirla y
por lo tanto traían todos los arrestos necesarios para arribar al Juicio Final y
luego de establecer el reinado del Espíritu, bajo el régimen único y universal
que es la Comuna, con el solo credo Espiritismo y el sólo nombre adorado
en Espíritu y Verdad del gran Eloí.
Si meditáis un momento en los hechos de cada una de las existencias de nuestra
Madre que os he dejado anotadas, iréis aumentando el caudal de amor humano
de unos a otros hechos hasta llegar al colmo de la medida en el calvario
donde se laceró su alma con el mayor de los sacrificios, pero hay que hacer una
observación en este caso, para hacerla resaltar como Mujer y Madre y la
observación es que se resignó y si le hubiera sido dado estorbar el martirio, lo
hubiera hecho por las dos máximas razones de Madre y cabeza de los Misioneros y
ya os he dicho que se valió del medio más poderoso que hay para desviar al
hombre del peligro, que es el Amor de una mujer y María le puso por
delante a Jesús a María de Magdala que lo amaba con toda la intensidad con que
puede amar una mujer, y en la mujer está el grado máximo del amor posible
a los seres humanos por afinidad, que sólo puede superarlo el Amor
de Madre.
No he de buscar ya ningún motivo más que os revele el grado de Amor de María y
su Poder, porque en todo lo expuesto está dicho y aquí yo no hago más que
relatar los hechos en su naturalidad y sencillez, porque el Amor de María no
necesita de frases pomposas, ni moños de cintajos, para resaltar por sobre todos
los seres de la Tierra y porque quiero que las madres, por el Amor de ellas,
deduzcan el de María Esposa y Madre, a la vez que cabeza de Misioneros y tronco
del árbol regenerador del mundo Tierra, que son los 29 Misioneros, que
cada uno ha dado un fruto de 70 mil millones de seres regenerados,
cuyo amor sumado es el Amor de María, y cuidado que en la historia hay
ejemplos de Amor de grado superlativo, entre cuyos protagonistas está
Teresa de Ávila, conocida por Teresa de Jesús.
¡Teresa! ¿Por qué llegas a mi pluma en la última página de la historia de mi
Madre? Habla por ti misma hermanita y dime, ¿por qué si has callado en el
curso de esta reseña te presentas a escena al momento de firmar estas
verdades?, dejo mi mano a tu influjo, muévela y escribe el motivo...
"Perdóname Maestro, era mi deber, porque si yo cuando Iris fui la espina más
punzante del corazón de la madre de Antulio, como Teresa soy el
último florón de su corona de amores y ella María mi Madre imprimió en mí
parte de todo su Amor, todo el que en mi espíritu cabía y pude llegar por
la lucha y por la ayuda vuestra, que miles de veces me encontrasteis en
el camino y me ayudasteis hasta llegar a mi amado, el que al caer por la cicuta,
fruto de la veleidad de Iris, me dijo: “Te perdono", palabra que hirió mi
conciencia hasta que pude llegar a ser el racimo último y agregado a la gran
cepa de los bellos frutos y descansar ya en mi amado Jesús... , por lo que si
algo soy, si algo amo, amo y soy por María, por vuestra Madre, por mi
Madre y me gozo en ser el último florón de la corona de María y Reina del
Amor".
Teresa de Jesús.
Tienes razón Teresa, eres un racimo agregado a la gran cepa y pues el mundo te
conoce y te canta por error, la enamorada de “Cristo", de hoy en más te
conocerán amada y enamorada de Jesús, pues pudiste llegar a hacer el
número 30 de la familia y aunque después del Juicio, en los Consejos del
Padre y Consejera del Tribunal, y lo voy a decir al mundo, en tu presentación al
Tribunal con tus mismas palabras, para que ya seas el último florón de la corona
de amores de María, por tu grandeza y poder conocido y dado a ti en la
Tierra por los hombres, aunque desfigurado, cómo todo lo desfiguraron, para que
comprenda el mundo y admire la grandeza del total por la comparación de la
grandeza de Teresa, último florón de la corona, de María.
Consejo del 23 de Noviembre de 1.912
Presentándose un hermano con gran emoción y con el acompañamiento de los
Consejeros dijo:
Por fin... gracias a todos pude llegar al lado de mi amado... No era Consejera,
yo trabajaba y una sola vez pude entrar en el Consejo; pero pedía un
puesto en el lugar de trabajo ,y porque mi amado está en él y porque
todos habéis tirado de mí, logré hoy mis aspiraciones; fui admitida en el
Consejo del Padre en la Tierra, el que se formó para juzgar a los vivos y a los
muertos, como mi amado había dicho y ya veis... ¿cómo no ha de ser grande
mi emoción al encontrarme al lado de mi amado y presidida por el Maestro de este
Consejo, formado ya en Tribunal para las cosas de la humanidad, de la Tierra "In
eternum".
Gracias a todos, ya estoy cerca de mi amado.
Corrí y trabajé largos siglos oyendo siempre de mi amado, "en el porvenir nos uniremos" y ese porvenir me mantenía en la esperanza. ¿Qué sería del hombre en el mundo si perdiera la esperanza? La esperanza es el Amor que dilata, es la fuerza para la lucha, es la resignación en los infortunios y es la balanza de la vida de los seres ¡Bendita esperanza!, por fin mis anhelos son coronados, por fin mi esperanza se realiza, estoy al lado de mi amado tras del que tanto corrí; soy Consejera en el Tribunal que ha recibido al espíritu de Verdad al que mi amado anunció y que no podía venir porque no estaba hasta ahora el hombre que lo podía recibir y entender y cuando el hombre llegó y compuso el Tribunal Juzgando primero al Maestro Jesús en cuyo Tribunal quedaba como Consejero y Hermano Mayor Espiritual por afinidad, sólo entonces ha podido venir el que guarda los secretos del Padre y por mi amor al hombre y su Tribunal que justificó el primero a mi amado, pedía el Ancla Salvadora; yo necesitaba llegar a mi amor y el que lo juzgó me mandó en el día de las palmas a acercarme y abrazarme al que veía y no alcanzaba y por fin habéis tirado todos de mí y la Madre Amada era mi alcayata y hoy... soy a su lado en el Tribunal y para siempre.
Mas es tal la emoción que se siente al recibir la confirmación de Consejero, que
mi Espíritu no conocía goce tan grande, porque sólo una vez llegué al
Tribunal y ésta era para justificarme antes del día de la Justicia, donde hube
de recordar mis anhelos y mis ansias, mis sufrimientos y esperanzas de cuando
vine la última vez a la Tierra, siguiendo siempre mi afán y porque entonces era
llegado el día de que se descubriera la tierra de promisión, y era la América y
en ella se reunió el hombre con su Tribunal en el día de la Justicia y en ella
ha recibido al prometido Espíritu de Verdad, que sólo él podía recibirlo después
de justificar al Maestro Jesús y heme aquí formando parte con él, de los
Asesores del Juez, del que temían mistificadores y traficantes de cosas
Santas; del que siempre diera la Ley y la Luz que yo veía en esos artefactos por
los mundos de Luz, por credencial de su mandato y... ¡Oh, mundo
feliz de mis luchas! Glóriate en el Juicio del hombre que te sentenció en
Justicia Divina; ya te llega en unos días más la Luz de tu
misma vida, en estos artefactos hechos ya en la Tierra, como yo los veía en mis
viajes por los mundos donde podía llegar.
Vine cuando se descubría la Tierra de Promisión y nací en aquella tierra
noble, donde la Doctrina de mi amado, hasta entonces más pura que en parte
alguna, porque la llevaron su hermano y la gran Madre y yo traía el archivo para
rememorarla en el momento más tremendo en que se trataba de anublarla, por que
sus Reyes se plegaron al Catolicismo obligados también por la fuerza del
Monstruo Supremático, pero su poder bruto era tal que sólo la nobleza de
mi hogar no les permitía anularme, pero las conveniencias para poder decir algo
de lo que traía hubieron de cubrirme con el hábito de monja y bajo aquel
hábito estaba el Archivo para rememorar las palabras de mi amado, mas mis
escritos cayeron bajo el lápiz de la tiara y el fuego consumió el alimento del
Espíritu que en sus páginas dejara.
Mi dolor grande me consumía aún más que las calumnias y buscaba a mi Amor y le
veía y le preguntaba, ¿para qué hacemos templos y conventos? “Para acabar
antes con las fuerzas del monstruo -se me decía- ahí el reinado de la
concupiscencia acabará sus fuerzas." Y yo levantaba más conventos para gastarles
más oro, para dar trabajo al obrero, para quitar al supremático
oro que era su fuerza porque era su Dios, y el que llegaba a manos del
trabajador, ese no se gastaba en bacanales y los conventos son la sepultura de
la Bestia cuya cabeza es la Tiara; .. ...la voz que me hablaba se cumple.
El pueblo era entonces y lo es hoy, la fuerza centrífuga que se escapa del
centro de la centrípeta ciega, que es de corrupción en el globo por el supremático
y había que sostener aquellas fuerzas para que no perdieran las esperanzas y el
medio era hacer conventos y templos, gastar oro para que
fuese a manos del que lo produce, preparándole así la sepultura al
Detractor.
Esto me daba algún consuelo en mis amarguras, pero vi en aquellos claustros la
tiranía, la corrupción más espantosa y me veía apurada para que en mi presencia
no se ultrajase mi Asilo- Convento, que para ser respetada, por derecho, lo hice
de mi propiedad y a la mujer pertenecía según la Ley.
Pero si mi materia se libró y mis ojos no presenciaron los actos bestiales de
los secuaces de la Tiara, mi Espíritu presenciaba la corrupción y la depravación
con las enclaustradas, que ya describí cuando me fue permitido rememorar y
dictar mi vida de Espíritu.
Vi también la debilidad de los Príncipes y Monarcas a las intrigas y Cruzadas de
la Tiara y parecía que aquel coloso no caería; pero se descubrirá la Tierra
de Promisión adonde irían lo que comulgaban con los principios de Libertad y
aquí en América los expatriados en voluntad se reunirían para quebrar al
monstruo, como en voluntad se expatriaron de un mundo mejor, para salvar a sus
enemigos.
Y hoy son los mismos que están en la batalla después de haber refundido en su
raza a la primitiva y hoy toda la Tierra es cubierta por la raza reformada y
sólo queda la menguada supremacía encerrada en los claustros que les sirven de
sepulcros.
Veo en mi Espíritu como vi en materia que son los mismos detractores, que con
palabras hipócritas y presentándose harapientos y miserables, envenenan el
sentimiento y sólo siguen el deseo del oro, no importándoles el medio
cómo lo han de conseguir.
Pero tras aquella noche del tiempo de mi existencia en la noble España,
anunciaba la aurora de un nuevo día, en el que el Padre se reconoce como
el único Sol Creador y lo saluda el hombre a la luz del día, garantido
por la Libertad conquistada, porque el Juez le entrega un Código de Luz para el
Espíritu y la credencial de Luz que dará vida a los cuerpos y expansión a
las almas y ya el no sucumbirá aplastado en las minas y sus brazos no
serán débiles ejes de las ruedas del progreso, porque estos artefactos llevan la
Luz para anular la oscuridad en unión de la nueva Luz que llega de los Mundos y
el día del Espíritu renace para no oscurecerse más.
La Tierra se transforma; la lucha del Juez y su Tribunal es titánica y aunque la
conmoción del mundo es tan grande que parecerá por un momento que ha de verse
envuelto el poder de este Consejo, su pacificación instantánea se hará y no es
obra que os pertenezca por lucha al Tribunal, porque el Pueblo espera la
consigna y el Pueblo es Soberano (quita y pone Rey) y ahora sólo ve y
sólo quiere el Rey del Amor alumbrado por la Luz del Código y la materia por la
Luz de la Credencial.
Aquel porvenir, que siempre mi amado me decía y parecía no llegar, ha llegado y
todo queda completado aun con mi ascensión a Consejera, porque la Ley es tan
justa que nada deja de cumplir.
Pero sólo podía ser hoy, que la Tierra es jardín de bellas y olorosas flores; es
cierto que él (Divino Maestro), y permitidme esta frase no porque sea Divino,
sino porque sale de la explosión de mi Amor, es cierto que el trazado jardín se
ensanchaba pero no había jardinero que lo dirigiera, y el Espíritu de Verdad no
podía sembrar las plantas aromáticas sin que el jardinero fuese experto para
cultivarlas y hacer que las flores no se marchitaran.
El jardinero llegó y hoy ya el Jardín es bello, y embalsamador. El pudo venir y
poner las filigranas de la belleza, para que pudiera ser presentado al Padre por
el que fue prometido por Jesús, que se lo presentó este jardín con el Espíritu
de Verdad, a quien representa.
Es cierto que los hombres buscaron en los ríos y en las minas, la Luz para
trazar los cuarteles del jardín y llegaron a planear por los rieles el Progreso
llegando a aprovechar el movimiento de la catarata que, accionó el
dínamo, pero todo esto era prepararle verdín al jardinero y éste al llegar trae
la Luz del Éter recogida en los artefactos que yo veía por los mundos, hoy
nuestros solidarios, y es tomada sin dínamos, sin cataratas, sin minas lóbregas
donde quedan sepultados los hombres, sin gases que asfixian y es la salud para
los cuerpos, la belleza que a los mismos falta y es la perfección de los
organismos y es el descanso de los trabajadores.
¡Saludad hombres, al nuevo día, corred a abrazaros en los rayos saludables de
esta Luz, que son los mismos del reluciente Sol que os calienta y viene a
matar la plaga última del cheque, en el que por lo general vale la
firma del que nada produce.
Contemplad en potencia y deducid la potencia del Espíritu que la extrajo, el
Amor de los mundos que lo instruyeron y la Justicia del Espíritu de Verdad, que
descubrió el jardinero, representando toda la grandeza del Padre que dijo Jesús
en el nombre de Eloí, que os da el Juez.
Tened presente que los primitivos se transformaron y que la raza salvadora
de los Misioneros Voluntarios refundió a la primitiva y sólo así se pudo
adornar el jardín que hoy se ilumina y nada temáis, porque el Tribunal
representa a los obreros de las tres horas y todos reciben la herencia
del Padre y... hasta vosotros negadores supremáticos tenéis
herencia y si aún no la queréis recibir, después de aprender a trabajar en
mundos más duros, por convicción la querréis recibir, pero os invitamos a que la
recibáis ahora, cuando dentro de unos días la veréis lucir y entonces esperad el
Código, para que acatéis la Ley; sino iréis al bosque donde ya fueron
trasplantados los mistificadores del espacio, vuestros camaradas que hoy
lloran en la lobreguez.
Y vosotros los prejuiciados, ¿qué esperáis?, sacudid la
ceguera y saber que el tiempo de la Ley se ha marcado y es cargo contra vosotros
que los trabajadores no disfruten de la Luz que el jardinero trajo para anular
la oscuridad de los rincones donde se aposta el gusano que mataba las plantas y
vosotros debéis resistir el vendaval y no ser como plantas de invernadero;
porque la Tierra no puede sostener plantas que no resistan los vientos, porque
al ser arrancadas se trunca la belleza del trazado y ese tiempo pasó y en el
jardín no puede haber claros.
En mi Amor a la Tierra de mis sufrimientos, pedí y me fue concedido, el
relataros mis existencias para ejemplo de que, sólo luchando con denuedo
se puede llegar a la cúspide de la montaña, y yo he llegado hoy, y en este
momento en que soy confirmada Consejera del Tribunal, me llega del Espíritu de
Verdad, por mi amado anunciado, un saludo y me dice: "... Tu constancia y tu
Amor lo ha merecido, este puesto no se regala es premio al trabajo”... y yo os
lo digo como lo recibo, para vuestra animación.
El Tribunal representa a la solidaridad y el Juez al Espíritu de Verdad y aunque
mucho os opongáis, supremáticos, el Tribunal triunfa siempre en todos los
mundos, porque en cada uno lo compone el jardinero experto, con las partes
inteligentes en el cultivo de las plantas de aroma; no resistáis.
Los espacios están de fiesta, porque dentro de poco días el Maestro unirá
el circuito de la Luz, cuya llave le será entregada y si los espacios lo
celebran por vuestro Amor, corresponded en Amor vosotros, porque a mí me ha
puesto hoy el Amor, junto a mi Amor.
Gracias Hermanos; gracias Tribunal porque de mí habéis tirado hasta hacerme
llegar... y os doy mi Amor.
Yo, Teresa.
¿Qué más deberé decir? Si a Teresa la conocéis y la confesáis grande por su Amor
a Jesús y ella misma justifica que es el último racimo de la gran
cepa, el último florón de la corona de amores de
María, y todos los racimos y uvas del Mundo Tierra proceden de esa cepa y
son carne de su carne y alma de su alma y es cierto
que de los Espíritus pertenecientes a la Tierra o primitivos, Teresa sola
logró hasta esa hora el poder ser Consejero por sus luchas y Amor,
queriendo imitar a uno de los Misioneros y no al menor, a Jesús precisamente,
para poder desmentir categóricamente que Jesús sea inimitable y menos
Dios, desde que Teresa siguiéndole desde que siendo Iris lo vendiera y en 28
siglos de lucha titánica siempre recordando y oyendo: ¡Te Perdono!, y
andando entre los hermanos del amado de su Espíritu, pudo felizmente arribar
hasta él, con lo que queda desmentido el epíteto de Divino, que al
decirlo Teresa con sabiduría hace la salvedad del porqué lo pronuncia,
que es del mismo modo que toda enamorada llama al ser amado con títulos
de grandeza, o como las madres sus explosiones de Amor a sus hijos los
llaman Sol aunque no sean bellos, y Duques y Reyes aunque su padre esté
cavando la tierra y la madre lavando ropa para ganar el pan.
Es cierto repito, que sólo Teresa ha llegado al grado necesario para entrar en
los Consejos del Padre, mas llegó ella y todos habéis de llegar y estáis en el
camino; pero es cierto también, que la mayoría está en el camino y que
todos tienen Amor y son florones o rosas menores, o aun simples hojas si
queréis, pero todo ello forma la corona de Amor de María, que si Teresa
es florón, nosotros todos y sobre todos las Madres, formáis el armazón y las
flores y las hojas de esa Corona de la Reina del Amor.
¿Que más dice? Diré por fin que no hay nadie en la Tierra que no llame y haya
llamado a María y que no haya recibido su Amor, su consejo y su consuelo,
porque en todas partes del mundo fue madre del Legislador y de todos los
Misioneros, siempre emparentado y ligando afinidades hasta que tirando de ella,
quiera o no, toda la familia humana de la Tierra está ligada a ella, como todas
las fibras al pezón del capullo del algodón, en el que no podréis sin romper,
tirar de una fibra sin que vaya todo el copo; así está María ligada a
todos los seres de la humanidad de la Tierra y ella se enlaza en
la solidaridad de los mundos de la cosmogonía, hacia donde es conducida
esa carga preciosa que adorna la frente de María, nuestra Madre.
Nadie, repito, ha dejado de llamarla, porque en cada punto dejó nombres a los
que atiende por su Ley de Afinidad, Justicia y Amor y hasta la comerciante
Iglesia Católica, con ser su vilipendiador, le ha creado tantos nombres que más
no caben en su calendario y aun se les puede perdonar y se les perdona
con sólo confiesen su malicia, porque por su comercio infame han
hecho la gran propaganda de María y sólo con el nombre de María es conocida en
toda la Tierra.
Por fin diré, que cuando la llaméis Madre, lo hagáis con la misma confianza con
que lo haríais a vuestra madre carnal y contadle en vuestro
pensamiento todas vuestras cuitas, zozobras, penas y alegrías, seguros de que os
escucha y muchos le veréis sonreír, porque está en su potencia dejarse ver y
hablaros y sabed mujeres que en la hora suprema del alumbramiento,
María está con vosotras, ayudándoos cuanto puede dentro de la Justicia, porque
de ésta no se sale ni para sus hijos y Misioneros.
¡Madres!, me dijiste: "Tú serás mi Apóstol"... como hijo cumplo tu encargo; como
Juez, te justifica y da Fe.
El Anticristo.