CAPÍTULO IV.
DE ABRAHAM A MOISÉS, POR JACOB.
Ya la familia Misionera ha dicho al Padre que pueden llevarle a sus hijos de la
tierra en el plazo que la Ley marcaba para el Juicio de Liquidación y unido
Abrahan con Sara hija de su hermano se va al monte donde le fue señalado
que fuera la de sus padres y allí espera el cumplimiento de su promesa; pero
Sara se manifiesta estéril y aunque aquello constituía una vergüenza entre
aquellas gentes que tenían el secreto de la Creación y sabían que los mundos son
creados sólo para que viva el hombre y a pesar de que resonaba en los oídos y
estaba impreso en la conciencia de Abrahan el “creced y
multiplicaos", que le había sido dicho por el Padre por voz del Espíritu Maestro
-Espíritu de Verdad-, él confiaba y esperabba, pero hay designios en los
que sólo puede penetrar el Espíritu Maestro y así es estrechado Moisés por la
improducción del suelo que cultivaba y como estaban sin impedimenta,
Abraham toma a Sara y se marcha a Egipto, sabiendo que allí por la lascivia que
reinaba corría peligro su vida, por la belleza de Sara.
Pero inspirado, concierta que ella diga que es su hermana y así son preguntados
en Egipto y contestan en la forma convenida y Abrahan recibe ganados y
tierras para criar y cultivar, en tanto que Sara es llevada a presencia del
Faraón, que la guarda para en su día hacerla su mujer, cuando ésta
se impusiera de las ceremonias cortesanas y del culto de los Dioses de
Faraón.
Abrahan, se veía a menudo con Sara y sus ganados y cultivos se
multiplicaban en tanto que Egipto se llenaba de plagas, que no le daban reposo a
Faraón por los males que le amenazaban.
Por fin Egipto sucumbe a las plagas y parecía llegar el tiempo fijado por Faraón
para tomar a Sara por mujer, pero ésta le declara que las plagas que sufre
Egipto son mandadas por Jehová su Dios, por haberla retenido separada de su
marido Abrahan y que temiera una venganza de ellos porque la Justicia de
su Dios caería más formidable sobre Faraón y su retiro.
Entonces llamó a Abraham y le dijo: "¿Por qué has hecho esto con mí?, ¿por
qué me dijiste que ésta es tu hermana y es tu mujer y la tomé yo para hacerla mi
mujer? Ahora pues toma a tu mujer y tus ganados y vete de mi tierra para que yo
no sea más castigado”, y les regaló joyas y plata y oro.
Recogió Abrahan sus prendas y su mujer y con criados se volvió a Asam,
donde estaba su hermano Lot y acrecentó sus ganados y su gente y conquistado
territorios hasta ser reconocido como Ministro del verdadero Dios, por el
Rey y Sacerdote Mechisedec el que quiso recompensarle, pero Abrahan no
aceptó diciendo: "Ganados y oro y plata gané con mi trabajo y no
ofenderé a mi Dios tomando nada tuyo", lo que equivale decir que sólo debe
poseer el hombre lo que suda por su frente y además declaraba que sólo a su Dios
Jehová honraba y adoraba. Mechisedec era bueno y no tomó a mal aquella
acción de Abrahan sino que aún dejó escrito que aceptarían a los
descendientes de Abraham en sus territorios,libres de cargas si así lo
querían, por que Abrahan les anunció las promesas de Jehová de
cubrir toda la tierra con su simiente.
Mas he aquí que Sara pierde ya la muestra de la maternidad y apesadumbrada no
quiere dejar sin sucesión a Abrahan y le manda que tome a su sierva y
ésta le da un hijo, pero se enorgulleció y se volvió contra Sara, porque, ella
era madre, y Sara rogó a Jehová y Abrahan es hablado de lo que haría y
Sara concibió siendo ya vieja y parió a Isaac, qué es el hoy Jesús.
Vuélvele a hablar Jehová y le pide a Abrahan el sacrificio de Isaac
cuando ya ha muerto Sara y recordad la promesa de que su simiente cubriría la
tierra. Abrahan no vacila, aun no teniendo más que aquel hijo por
ley ser primogénito y se dispuso al sacrificio, que ya sabéis cómo
no fue ejecutado.
Abrahan y Sara sabían por revelación que llegaba la fundación del pueblo
de Dios y tan pronto estaba criado Isaac , Sara desencarna, ¿para
qué? ; aquí os he de hacer notar bien la potencia y Amor de la Madre de la
Humanidad, y después de este pasaje estaría relevado de anotar nada más para que
comprendáis la grandeza de María, pues es la misma siempre.
Ya Abraham había hecho testamento a su primogénito ordenaba a su mayordomo a que
a su tiempo fuera a la casa de sus padres y de entre sus hermanos
escogiera mujer para Isaac, y Sara en la clarividencia de su Espíritu,
desencarna para volver a encarnar en la casa de sus parientes adonde irían a
buscar mujer para Isaac su hijo y llegado el tiempo la vieja Sara era la hermosa
Rebeca, que sale a la fuente y encuentra al que era mayordomo de Isaac el que le
pide agua de su cántaro y se la da y aún le ofrece agua para los camellos y esto
respondía al propósito que tenía el mayordomo para acertar con la moza que debía
elegir para mujer de Isaac y la arrogante moza, bendecida por sus padres, marcha
a la casa de Abrahan y la toma Isaac en la misma tienda y la misma cama
en que él naciera de Sara de cuya pérdida aún no había borrado su dolor y se
fortificaba en aquel lecho de su madre.
Rebeca como mujer no podía saber todas estas cosas, porque la Justicia de la Ley
no permite el recuerdo, sino en casos de estricta Justicia, pero obedeciendo a
las inspiraciones de los hombres obramos la Justicia de las mismas cosas que nos
hemos preparado y aquí Rebeca iba llena de Luz e inspiración ,además
de que la gran afinidad la llevaba como el viento lleva el sonido.
Pues bien, el secreto de todo esto está en que cuando Sara, sabía que de Isaac
había de nacer el fundador del pueblo de Dios, el depositario de la fe de
la Ley de Jehová y que éste sería el Legislador del que debía ser Madre.
El espíritu en Luz y Amor es omnipotente y por la Ley de la
Reencarnación puede obrar todas las maravillas dentro de la Ley de la Justicia y
Sara, que era la misma Eva, cabeza de la familia misionera, estaba
autorizado a todas las evoluciones posibles para conseguir la Redención humana
y el nacimiento que venía a fundar el pueblo de Dios era uno de
los actos más importantes y ella debía y quería ser su Madre.
Isaac, era recto y temeroso del Dios de su Padre y venía a cumplir un deber de
Justicia, pero en el hombre no está la ternura de las Madres y por esto
no está tampoco tan intensa la percepción de los peligros ni otras percepciones
relativas a la Justicia Divina, referente a los cargos de sus hijos, porque la
Madre que está en la ley de Justicia, más de una vez penetra en los designios de
la Ley Suprema, que es Amor, y su retrato son las Madres y nadie como María, la
entonces hermosa Rebeca.
Hasta allí, desde Adán, no habían tenido los espíritus Primitivos y
Supremá ticos de la tierra conciencia de que se les iba a desalojar y la
causa era que hasta entonces sólo su voluntad se hacía en la Tierra y donde
quiera que les convenía derribaban un Dios para levantar otro, cada vez
más lleno de concupiscencias y en aquel territorio en 19 siglos no
quedaba en pie nada de sus Dioses y aquel iba a ser el golpe mortal pues
iba a nacer el pueblo que sería depósito y custodia del nuevo Dios, el Jehová,
del régimen Veda, pero que ya le había escrito al Eterno y Universal Helli, y se
propusieron los primitivos jugar el todo por el todo.
En efecto; por la Ley de Justicia recaba permiso el supremático más
atrevido para encarnar en Rebeca y lo hace a la vez que el Legislador,
juntándose los dos extremos en la misma matriz donde luchaban el error y la
verdad, pero la percepción clara de Rebeca, además del aviso de Gabriel que se
lo mostró muchas veces en visiones, hasta conocer a los niños antes de nacer.
Sabía ya cuánto sucedería y cuánto debía hacer para recabar la primogenitura
para el rubio, puesto que astutamente se había colocado primero el suprematico.
Mas la Justicia no quiere faltar y podrá alegar el supremático que vio
antes la Luz del Sol al nacer, pero no haber nacido antes porque el Legislador
sale agarrado a su muslo y sacó la cabeza antes que los pies del otro, cosa
comprobada por los testigos presenciales y esto no era nacer primero y tampoco
había sido concebido primero, sino que aunque fuera instantáneo como lo es
siempre, hay uno que entra antes que el otro en la matriz, cuando son dos o más.
Pero he dicho que Rebeca estaba avisada por Jehová y así ella en su día sabría
lo que hacer ,porque Isaac amaba al que sacó primero la cabeza que se
llamó Esaú y era peludo como un cabrito y fue muy aficionado a la caza, no podía
desmentir para Rebeca su procedencia, en cambio para Isaac era el primogénito
según el rigor de pensar.
El segundo, llamado Jacob, era en la Ley Divina el primogénito por su
concepción, cosa que no podía saber Isaac ni ningún padre y sí lo
pueden percibir las madres y más Rebeca y que además le había sido
revelado "el mayor servirá al menor" y Jacob era sencillo y obediente,
pero la Justicia Divina dispone las cosas a tiempo y ya mozos los dos mancebos,
llegaba el día en que el padre bendijera al primogénito para
presentarlo y el padre había quedado ciego ya hacía tiempo mas conocía a
Esaú por el tacto del pelo, pero como pidiera el padre un regalo de la caza de
Esaú, mandó Rebeca a Jacob al ganado a traer unos cabritos y los guisó y
con las pieles vistió los brazos y el cuello de Jacob y le presentó la comida
pidiéndole la bendición, más Isaac lo conoció en la voz y dijo al bendecirlo:
"Las manos son de Esaú, pero la voz es de Jacob", y lo bendijo.
Cuando llegó Esaú estaba muy cansado y le dijo a Jacob: "Estoy cansado, dame de
eso bermejo que guisas (eran lentejas), y Jacob le dijo: "Véndeme pues tu
primogenitura hoy" y Esaú que por el cansancio se sentía mal le contestó:
"Yo me voy a morir, ¿para qué me servirá pues la primogenitura?",
y Jacob le dice: "Júrame pues hoy", y Esaú le juró y tomó el plato de lentejas.
Cuando Esaú entró a ver a su padre y le pidió la bendición, Isaac
le dijo: "Mi bendición la di a tu hermano y yo no tengo dos bendiciones, por
tanto a tu hermano servirás”.
Esaú se marchó de casa y quería vengarse de Jacob, pero Rebeca pidió a Isaac que
lo mandara a tomar mujer y autorizado Jacob renunció a la hacienda de su padre
para su hermano Esaú y salió sólo con su vestido, el báculo y cordón y aceite
para ungir.
Quedaba aquí la misión penosa de Rebeca cumplida, había cumplido su deber y
aplastado la serpiente con su calcañal, como ya se había escrito en el Canto del
Señor por Shet y ya quedaba fundado el pueblo de Dios y quebrada la cabeza de la
serpiente, pues no en vano Esaú había recibido vida en las entrañas de Rebeca y
mamado de los mismos pechos que Jacob.
Que Rebeca había obrado conforme a la voluntad e intenciones del Padre, está confirmado en que la primera noche que Jacob hace fuera de su casa tuvo la visión de la Escala en la que le fueron repetidas las promesas hechas a Abrahan y a Isaac, de que su simiente cubriría la Tierra y que todo le serviría a él y hay algo en la promesa que notar, que declara y confirma fundamentalmente la reencarnación, pues le dice: "Te multiplicarás al oriente, al occidente, al aquilón y al mediodía, y tus hijos serán sobre el polvo de la tierra y las estrellas del cielo".
La existencia de Rebeca fue amarga porque Isaac estaba ciego y deshijada puesto
que Esaú se marchó y por cierto quebrantada la voluntad de Isaac, pues no debían
mezclarse con los hijos de Canaan, por lo que mandó a Jacob a tomar mujer a la
tierra de Padan Aranc, cuna y tronco de Abrahan de cuyo árbol era raíz
Rebeca.
Desde ese momento la lucha de los misioneros sería terrible, porque la
raza primitiva había despertado por el revulsivo de nuestras
Doctrinas, mas había sido vano desde el vientre de Rebeca donde entró con osadía
para jugarse el todo por el todo, pero la Justicia Divina no puede ser
vencida y en cambio ella vence a todos.
Jacob llegó á Casa de Saban, hermano de Rebeca y allí tiene que servir veinte
años y engañado diez veces por su suegro, pero al fin sale rico y poderoso y
vuelve a la tierra de sus padres presentándosele en el camino un varón fuerte
que le obliga a luchar solo toda la noche, después de haber pasado el río
toda su gente y su hacienda y si bien fue herido pues se dislocó el anca
no dejó a su contrincante hasta la salida del Sol en que le bendijo y lo llamó
Israel, porque había luchado con "Dios y los hombres" y es que el luchador era
un Espíritu mandado por Jehová y materializado a la plenitud luchó como hombre
real y como Espíritu y fue vencido por Jacob, aunque dislocado su cuerpo.
Llegando a su gente cojeando, dijo su lucha y entonces le salió al encuentro
Esaú y juraron las paces, dándole presentes Jacob, con lo que queda
confirmada la sumisión de los primitivos a la nueva raza, pero había que
ganarlos a todos uno por uno.
Entre los hijos de Jacob había dos que no eran de los misioneros y serían
éstos los que amargarían la vida de Jacob, pues pocos días más tarde de
asentarse en Siquém le vengaron de un daño causado a su hermana Dina y en las
nuevas Doctrinas podía hacerse Justicia, mas no se admitía la venganza, que eso
es de los primitivos y ésta es la señal hasta hoy de los hombres
que aún no se han entregado y fundido en la Raza Adámica.
Estos dos hijos de Jacob tenidos con Lea, mujer que le fue dada por su suegro
con engaños, porque él trabajó por Raquel, vendieron a su hijo José, primero de
Raquel y fue llevado a Egipto donde más tarde iría toda la casa de Jacob,
historia bien descripta por Moisés en el Génesis y es verdadera, salvo errores
de traducción por lo que aquí no relato más de esa historia, pues sigo la
historia de Eva hasta María y sabed que entre Rebeca, que es Eva, Jacob y su
primer hijo, Shet, estamos en el Siglo 19 de Adán y Eva.
Ya estaba escrito que el pueblo y casa de Jacob sería esclavizado o
retenido cuatrocientos años en Egipto, pero su entrada en él fue
auspiciada por el vendido José y allí cerró los ojos Jacob, después de
dar y confirmar cargos a diez de sus hijos, más a Maroses y Efraín, hijos
de José, y quedaban así como cabezas de sus casas que componían las doce
tribus del pueblo de Israel.
Faltaba mucho que sembrar de la doctrina nueva y la Veda progresaba por toda la
Tierra, pero hacía falta Legislar y en el Siglo 19 de Adán, aparece el
Legislador en China bajo el nombre de Braman y su madre que era la misma Eva se
llamó Sarabasti y fue la más grande oradora que haya visto la
China.
Allí se cambiaron cuanto se pudo las costumbres que habían "pendant" con
todo el mundo, en ser las mismas en cuanto a la bestialidad de los hombres, pero
superiores porque las pasiones eran más refinadas por la gran riqueza de aquel
suelo y las artes muy adelantadas, pues allí estaban los más grandes supremáticos
caídos de Neptuno que se hartaban de sus afectos para corregirse, único medio de
corrección que la Ley Divina tiene, la hartura y el hastío del apetito; estaba
tan adelantada la China, que solo diré que la Ley de Braman fue impresa, no
podían hacer menos los Sabios doctorados de Neptuno que allí tomaron asiento,
hacía ya entonces 20 Siglos de su caída.
Aquí debo decir una palabra sobre esta anomalía, que parece contradecir el
adelanto a que me refiero de la China y tenía las pasiones bestiales de todos
los primitivos.
Sabed- como le veréis en él "Conócete a, Ti mismo"-, que el cuerpo humano
es la verdadera Arca de Noé, en él están todos los instintos animales y no se
rinden al Espíritu hasta que han satisfecho su Ley, hasta que se han saturado de
sus derechos naturales, y corno son los instintos del hombre tantos como cosas
hay en los tres reinos, mineral, vegetal y animal, de aquí
que todos quieran satisfacerse a la vez y el Espíritu se ve agobiado,
impotente para dominar esa jaula de fieras y hay un momento en que reina la más
feroz anarquía y en ese momento se encontraba la China, con conciencia de valer
en lo material sobre todos los pueblos de la tierra, pero ya estaba en
decadencia de aquel su primer grado de ilustración.
Por eso allí la capitana de la familia misionera tomó el nombre de Sarabasti,
que allí era Diosa, desplegó todas sus facultades medianímicas, obrando
fenómenos incomparables para aquellos díscolos y con una elocuencia propia
de ella y su nombre de Diosa confundía en lo moral a todos los sabios
y por la Ley Social y civil dada por su hijo Chay Chy, que entendían los
chinos por Saturno, hicieron una transformación muy grande, encerrándolos en su
Nación, inmenso territorio, pero que se les infundía que si sabían de aquella
puerta que era del cielo morirían, y hasta hoy que es necesario ir a
sacarlos de la atonía y se consiguió el fin propuesto, porque por su fiereza y
refinamiento si hubieran invadido el mundo, aun no podrían las mujeres salir a
la calle ni los hombres serían dignos de ese nombre.
Admirad aquí el inmenso trabajo de los misioneros, pero admirad por sobre
todo a María en su valor, sacrificio, sabiduría y Amor, pues al fin, para el
Legislador era su deber por mandato del Padre, pero ella y los otros veintisiete
eran voluntarios para ayudarle, ¿y qué podría hacer menos el Legislador
hoy ya después del triunfo definitivo, que decirle al mundo estas cosas para que
conozca a María, su Madre y Madre de los Misioneros y por ellos de toda la
humanidad?, ¿sería el Juez justo si esto no hiciera?, lo hace como Juez
en Justicia y como hijo, en Amor a su Madre.
De aquella gran campaña y la Ley Social y Civil quedó el terrible enemigo
como anestesiado en sus grandezas materiales y temeroso de su suerte si
salía de sus límites, y para eso aprovechamos en la prédica y los escritos, la
superstición que tenían por la que temían reencarnar en bestias y sapos
por castigo; en fin, dimos para doblegarlos el mayor valor a la metempsicosis y
la familia misionera pudo obrar en libertad para llevar al progreso moral y
material a las demás partes del mundo en 38 siglos, de aquella fecha hasta hoy.
Porqué, ¿no era terrible un pueblo rico y furibundo con más de seiscientos
millones de seres que tenían entonces? Ved pues, que no sólo teníamos que
atender a lo Espiritual sino a lo material y político y no se ha
dado otro ejemplo en la Tierra y fue el baluarte la gran María , entonces
Sarabasti nombre de Diosa, con lo cual apoyó a Bramán su hijo el
Legislador, que fuera entonces cantado como Saturno.
Mas se acercaba el fin de la esclavitud del pueblo de Israel, que yacía esclavo
en Egipto después de la muerte de José y como se multiplicaban asombrosamente,
el sucesor de los faraones tuvo miedo de aquel pueblo por su valía,
riquezas y organización y eso que no tenía libertades, ni apenas derecho
de gentes.
Por ese temor, Faraón dio una Ley que mandaba sacrificar a todos los niños varones
que nacieran dé los Israelitas y esto ya era provocar la Justicia Divina y encarnaron
allí todos los fuertes Misioneros y la gran Sarabasti toma cuerpo en la tribu de
los Levitas y se llamó Jacabel, teniendo por hijo al Legislador que fue Moisés.
Si en la China hubo de ser estratega aquí tendría que ser astuta, pues pesaba
sentencia de muerte a todo niño varón nacido de los Israelitas, que eran tirados
al río. Mas Jacabel había de cumplir la Ley y sabía lo que debía hacer y
Jehová había preparado bien las cosas y aun se serviría del enemigo para el
triunfo de sus designios.
Jacabel guardó al niño oculto durante tres meses y observó que la
hija de Faraón bajaba a bañarse al río por las mañanas y aprovechó esto
para cumplir la Ley y salvar a su hijo ,que ella bien sabía quién era.
Preparó una cesta embetunada y puso al niño en ella cerca del cañizal
donde la princesa se desnudaba con sus ayas y colocó allí de vigía
instruida a su hermana María y cuando la hija del Faraón entró en el agua vio la
cesta y la recogió destapándola y el niño lloraba y le dio lástima porque el
niño era hermoso y lo sacó diciendo a sus amas: "Hijo de los Israelitas
debe ser éste, pero lo quiero para mí porque él es hermoso y como de las aguas
lo saqué se llamará Moisés". Moisés significa "Salvado de las aguas".
Como la hermana de Jacabel velaba alerta, cuando vio y oyó que la princesa
lo quería para sí, se hizo presente y le dijo: "¿Queréis que os busque un ama
Israelita?", "Sí", contestó la princesa y María corrió y trajo a
Jacabel la madre, cosa que la princesa no podía saber y le entregó el
niño para que se lo criase por una paga y ya criado se lo llevara a palacio.
¡Madres!, os llamo al sentimiento. Imaginaos vosotras ante una escena
igual con vuestro hijo y lo que vosotras sentiríais sintió Jacabel. ¡Con qué
efusión apretaría al niño sobre sus pechos!, ¡cuánto inventa el
Amor! y ¿qué no ideará una madre para salvar a su hijo, carne
de su carne y alma de su alma.
Pero aquí no sólo obra el amor, sino la sabiduría, la astucia,
el celo y todo lo que puede caber en un corazón puro
y en un Espíritu sabio y potente. Esta es María, ¿podrá
atenderos con conocimiento de vuestros agobios?.
Aquí también ha cumplido su misión de salvar al Legislador de Jehová,
tarea sólo posible a aquella intrépida que a la cabeza de los Misioneros
desciende en raudo vuelo de Neptuno, mundo ya de dichas, para encerrarse
en un mundo de fieras a las que han de redimir y hacer hombres.
Faraón da la Ley de destrucción de Israel y Jacabel pare al Libertador del
pueblo esclavo y aún se hace pagar de Faraón la crianza del que venía a
castigarlo y lo sienta siendo mozo, a su mesa ¿quién burlará a la
Ley Divina?.
Ya era Moisés mozo fuerte y se veía con los suyos y con su hermano Aarón y
revivían en él los deseos de salvar al pueblo, pero he aquí que saliendo un día
al campo ve luchar a un egipcio con un israelita y de un varazo
mata al egipcio y lo enterró no habiendo visto a otro hombre, pero poco
tiempo después luchaban dos israelitas y los reprende y uno de ellos lo
acusa de matador, para negarle el derecho de meterse entre los dos luchadores y
Moisés comprende que debe dejar la corte, pues podría ser acusado y se marchó
pasando el Mar Rojo por la playa, fuera del dominio de los egipcios.
Ayudó a una joven a dar agua a sus ganados y la moza lo dijo a su padre,
que era Jettro sacerdote de Madian, que tenía su tienda en el Sinaí y
mandó a la moza a que llamase al mancebo ya hombre de cuarenta
años y Moisés quedó allí adonde le siguieron Jacabel y María,
hasta que tomó por mujer a la hija del Sacerdote Jettro y ya empezó Jehová a dar
sus instrucciones a Moisés para libertar al pueblo, por revelación verbal por su
Madre y su tía y pasados los setenta años bajó Moisés para
encontrarse con Aarón y los ancianos y castigaron a Egipto con las plagas
históricas.
Lo que hay de verdad referente a la liberación del pueblo de Israel está
dicho en el "Conócete a Ti Mismo" en los siete días de la humanidad
y aquí sólo vamos a seguir registrando otras existencias de la Gran
Madre, pues en Moisés que ya lo dejamos de vuelta en Egipto con un pueblo de más
de dos millones de seres comienza la verdadera siembra de las Doctrinas y
conocimiento del único y verdadero Dios, para lo cual Moisés había recibido la
Ley Escrita en el Sinaí, cosa ocurrida a los 21 siglos de Adán y Eva.