CAPITULO III
Juicio y proposición

PÁRRAFO 1º
DEL JUICIO ANTECEDENTE A LA PROPOSICIÓN

Cuando hemos tratado de la razón, hemos definido el juicio como "el reconocimiento de una relación entre dos ideas" y al mismo tiempo, distinguimos los juicios universales de los particulares y los analíticos de los sintéticos.

Pero así como los nombres son la expresión de las ideas designando verbalmente los objetos del conocimiento, del mismo modo, la proposición es la expresión de un juicio, constituyendo la forma verbal del conocimiento.

Entiéndase que, el precedente significativo de las proposiciones, sólo es aplicado a los juicios; pues como veremos más adelante hay proposiciones compuestas que sirven para expresar verbalmente los raciocinios o asociaciones de dos, o más juicios.

En realidad, toda proposición expresa una afirmación a una negación de coexistencia, consecuencia, existencia, acusación, diferencia o semejanza. El orden en el lugar, es uno de los modos de existencia; mientras que el orden en el tiempo, puede ser, o la simultaneidad que es coexistencia, o bien la secuencia. En cuanto a las existencias, las proposiciones pueden expresar las de los números que son:

causas desconocidas de los fenómenos coexistentes o sucesivos: o seres conscientes de dichos fenómenos.

Hasta aquí nos hemos referido a las proposiciones concretas; pero hay también Abstractas, pudiendo cada una de estas convertirse en otra concreta equivalente, como si se dice: la justicia es una virtud; proposición que equivale a decir: todas las personas justicieras, en sí mismas son virtuosas.

Por lo demás, las proposiciones se distinguen por la naturaleza de los juicios contenidos en ellas. Pero antes de enumerar las clases de proposiciones simples, debemos indicar los elementos constitutivos de toda proposición.

En la proposición se afirma o se niega el predicado o atributo del sujeto, y dicha afirmación es expresada por medio de la cópula: (inflexión de un verbo adjetivo o él verbo sustantivo, acompañados o no del adverbio de negación).

Así, pues, la primera división de las proposiciones desde el punto de vista de su calidad, es la siguiente:

1º Afirmativas: el sujeto está comprendido en la esfera del predicado (atributo). v. g. "Los hombres son mortales".

2º Negativas: El sujeto está excluido de la esfera del predicado: v. g. "Los envidiosos no son felices".

Estas últimas proposiciones, son susceptibles de convertirse en afirmativas encerrando la negación en una inflexión del predicado o posponiéndola a la cópula: los envidiosos son infelices. Los envidiosos son no infelices.

Ocurre otro tanto con las proposiciones afirmativas, que se tornan negativas dando al predicado (atributo) la forma de un adjetivo privativo, v. g. Los hombres no son inmortales.

Tales proposiciones, en que la negación se halla incluida en el predicado, suelen llamarlas, imitativas.

Por lo que toca a la cantidad, las proposiciones .pueden ser:

Universales; cuando el predicado es afirmado de todas y cada una de las cosas denotadas por el sujeto así; los hombres son mortales.

Todos los hombres son mortales, cada hombre es mortal, ningún hombre es inmortal. Los hombres son racionales. Ningún mono es racional, todos los monos son irracionales.

Particulares: cuando el predicado sólo se afirma o se niega de una de las partes de las cosas denotadas por el sujeto: v. g. Algunos hombres son virtuosos. Algunos hombres son valientes.

Cuando el predicado, no es afirmado o negado sino de una persona o cosa, la proposición es denotada singular; v. g. Juan es virtuoso; Pedro no es valiente.

En punto al asentimiento, las proposiciones, son:

Problemáticas: si se refieren a un estado de opinión; v. g. El Creador puede existir. El espíritu puede reencarnar.

Asertóricos : que nacen de un estado de creencia v. g. El Creador existe. El espíritu reencarna.

Apodícticos: debidos a un estado de certeza: v. g. El creador debe existir porque existo yo. El espíritu reencarna, porque yo tengo espíritu.

PÁRRAFO 2º
PROPOSICIONES SIMPLES Y COMPLEJAS

No hay duda que en materia de proposiciones nos encontramos que las hay simples y complejas; pudiendo en este último caso poseer uno o más elementos comunes. Y aunque es la misma materia del párrafo anterior, lo ponemos separado para mejor didáctica y comprensibilidad.

Comunes complejas: Juan y Pedro son virtuosos. Aquí, cópula y predicado son comunes.

Común simple: Juan es virtuoso y valiente.

Categóricas: Cuando no dependen de ninguna otra: El hombre es mortal.

Hipotéticas: Cuando la afirmación o negación depende de otra proposición condicional. Si el creador existe, el espíritu es inmortal.

Disyuntivas: Cuando la afirmación o la negación sólo puede recaer sobre una de dos proposiciones alternativas. v. g. Juan es un malvado, o Pedro un embustero.

Analíticas; verbales o esenciales: si se predica un atributo sin el cual no podría concebirse la existencia del sujeto: El hombre es un animal dotado de razón, y

Sintéticas, reales y accidentales: si se predica un atributo que no es necesario para la concepción del sujeto y que le agrega algo no comprendido en su significación. v. g. Hay hombres virtuosos: Hay hombres animales. Hay ciencias progresivas.

PÁRRAFO 3º
JUICIOS PREDICABLES

Los juicios predicables representan los modos con que un nombre universal puede aplicarse a sus respectivos sujetos.

Así como los nombres, forman una serie de clases superiores y subalternas, en cada una de las cuales un nombre es género del siguiente y especie del anterior, del mismo modo, las relaciones entre los nombres concretos constituyen un grupo de nombres designados bajo el nombre de predicables.

Estos representan por consiguiente, los distintos modos de ser de los predicados.

Hay cinco predicables que son:

Género: el que expresa la relación entre los atributos universales o comunes de las cosas. El predicable género, abarca todos los componentes de las familias.

Especie: expresa la relación entre los atributos particulares o distintos de las cosas: por ejemplo, racional expresa la percepción analítica que sirve para distinguir la especie humana del género animal.

Diferencia: Expresa el resultado de composición entre los atributos específicos subordinados a un mismo género; como vertebrado e invertebrados entre los animales.

Esencia: Expresa lo que constituye y determina al sujeto y sin lo cual no puede ser percibido, v. g.: Juan es... (nada percibimos) pero añadimos, bueno, malo, fuerte, rubio, moreno, etc. y lo percibimos.

Accidente: Expresa la naturaleza de los predicados (aunque parece que se confunden con esencia) cuya omisión no suprime la idea del sujeto, pero no nos muestra el sujeto. Yo digo: la blancura del hombre; doy la idea del hombre, pero no especifico a nadie; pero en cambio digo: la blancura de Juan, especifíco al hombre y al individuo.

Si seguimos a Aristóteles, tendremos que, los accidentes unidos a la esencia (substancia) son o forman diez categorías distinguiendo nueve géneros predicables, accidentales; que son: cantidad, relación, calidad, acción, posición, lugares, tiempo, situación y hábito.

PÁRRAFO 4º
LA CLASIFICACIÓN

La clasificación: es una operación mental que fija por la lógica, criterio y buen juicio, las conexiones entre el género y la especie, pero sobre la base de las diferencias y la esencia: este último predicable, tiene frecuentemente su origen en el accidente.

Es sabido que, las clases, son grupos genéricos o específicos, reunidos en virtud de la semejanza y separados de otros grupos superiores e inferiores, mediante la diferencia.

Los dos extremos de una clasificación son, el género absoluto (reino animal) que comprende todas las clases subsiguientes: y la especie ínfima cuyos predicados se hallan comprendidos en todas las clases precedentes. Esta es la clasificación general derivada de la percepción, y por lo tanto física, que puede ser matemática.

La clasificación mental (meditativa) es filosófica y por ende muy complicada; pero sin ella la física, no podría llegar a la clasificación . . . mecánica llamaremos, porque le faltaría la esencia especial, por la cual, podrá clasificar las diferentes especies de un género.

Y es que, la física, no puede penetrar en la esencia especial porque su raíz aclaratoria está en la metafísica en la que penetra la filosofía para prepararles elementos a las ciencias parciales y que puedan así, clasificar el número de especies de cada género, contenidos en el género absoluto, reino animal, reino vegetal, reino mineral, que en el hombre están representados en todas sus especies, de las que aun una ínfima parte sólo se ha clasificado. En rigor, sólo existe un género absoluto denominado hombre; pero el físico no puede clasificar de él todos los tres reinos que percibimos y que real y verdaderamente conviven en el hombre y a lo más, ha podido clasificar las distintas razas de hombres por su color; y en cambio el filósofo, que penetra en la metafísica, no ve el color para hacer clasificaciones de hombres diferentes, pues sabe que, el blanco, el negro, el cobrizo, etc ., están compuestos de las mismas tres entidades cuerpo, alma y espíritu, y por añadidura tienen el mismo único mandato, principio, fin y substancia.

Bien que es verdad, que no había sido descubierto el gran acto de la aparición del hombre en su verdad real, ni sabía la maravillosa cuanto simple creación del alma humana, creyéndola diferente de las del Irracional y de la materia del cuerpo humano: y sin ese principio, toda verdad sentada bajo un error, se descubría más tarde que, la tal verdad, era mentira; llegando a sentar los filosofastros que, todo tiene su pro, y su contra, lo que quiere decir, que la verdad no existe.

PÁRRAFO 5º
LA DIVISIÓN

Aunque la división debiera preceder a la clasificación, la hemos dejado a propósito para llegar a concretar con más libertad.

La división: es esta una operación intelectual que siempre precede a la clasificación que se puede conceptuar Mecánica; pero que difícilmente se pueden separar y siempre la clasificación es simultánea, inmediata a la división. No se puede clasificar sin antes distribuir, separar los diferentes elementos que componen una unidad; y distribuir o separar es dividir.

La división puede ser bajo dos formas:

Lógica o formal: si se trata de establecer las especies de un género, por medio de sus diferencias y accidentes; o procurando enumerar los individuos pertenecientes a una especie.

Moral o accidental: cuando se toma como base los accidentes, subordinados recíprocamente: v. g. la división de razas en el hombre; de variedades en ciertos animales: de Matices en los colores; de tonos, en los sonidos; de gustos; en las substancias, etc.

En cualquiera de esas divisiones debe observarse las siguientes reglas:

1ª Que los miembros de una división deben excluirse materialmente; es decir, que no puede estar una parte contenida en la otra.

2ª La división debe ser completa; es decir, que no se debe omitir una sola de las partes.

3ª Ninguna de las partes debe ser igual al todo, ni mayor que éste las sumas de todas las partes de la división.

Ahora bien: la virtud de la división es crear el análisis de cualquier conglomerado que se nos presente al estudio, ya sea inerte, viviente, irracional o racional; con lo cual podemos apreciar si un trozo de mineral por ejemplo, tiene más de un metal: o la parte de metal y tierra que coro tiene; con lo cual, calcula el ingeniero la conveniencia comercial que tendrá la explotación de la mina.

El arquitecto: por la división de los contenidos de los materiales que le ofrecen, saca la consecuencia del espesor de los muros y tiranterías eficaces a una perfecta construcción.

El químico: por la división exacta de las substancias, combina la eficiencia de un producto híbrido, que debe dar tal resultado.

Todo esto, tampoco es posible su ejecución sin su parte filosófica, que además, es imposible que no exista en todo estudio ,porque es forzoso que todo el que emprende un estudio, arte o carrera, tenga una parte eficiente de amor a él y si no, no lo emprenderá ni aun será siquiera peón de provecho, salvo un sólo caso, la conminación.

Otro de los grandes méritos de la división es, la combinación híbrida de los seres, en los tres reinos, de la que nacen todos los inventos industriales y científicos, siendo los más notables:

1º' La química: que nos hace hasta de las causas de muerte, causas de vida en los venenos, pero que, también hace de las causas de vida causas de muerte. La ley es una.

2º Los injertos: que nos permite aprovechar una raíz salvaje (pero ha de ser de la misma familia) para producir un sabroso fruto y más bello y abundante, y

3° Las cruzas de razas: para crear nuevos tipos regenerados en la especie humana; y degenerados en las especies irracionales.

Una consideración profunda se presenta en este último caso, que va a dar un punto que confirmará que universo el hombre es todo el universo por sí sólo, siendo el receptor de todo el progreso y belleza.

Los injertos en las plantas, no han modificado la vida del árbol salvaje ni del cultivado o civilizado: cada uno, vive su vida, pagándose mutuamente sus servicios. El cultivado recibe una savia de su especie, que se transforma en el secreto laboratorio de la naturaleza y ofrece de esa cruza bellos frutos, fusionando la delicadeza con la savia bruta. Si queremos volver cada cosa a su lugar, no tenemos sino cortar el cultivado por la margen del injerto y plantarlo y volverá a dar los frutos de su alma, y la raíz seguirá su vida salvaje.

Es que hemos unidos dos almas de diferente grado, pero no se han fusionado por que es contra su ley.

En la cruza de las especies animales irracionales, hay dos casos típicos: la cruza entre razas de la misma especie, para producir mejores tipos en bondad y belleza y sus hijos, siguen dando frutos.

Pero cruzamos dos especies diferentes, como sucede con el asno y la yegua o el caballo y la asna, y adquirimos frutos de gran poder y resistencia; pero son Híbridos; no dan, frutos; no tienen gérmenes de procreación, es que la ley no puede invertirse; la causa, muere en la primera generación.

Ahora bien: cruzamos un hombre blanco con una mujer negra y nos da un tipo mestizo fuerte, audaz e inteligente y este fruto de esa cruza, únase con cualquier clase de raza humana y procrea. La cruza es perpétua. ¿Cuál es la causa? No entremos a un estudio altísimo. La causa es que, el hombre tiene en sí, todos los gérmenes de todo lo que es y tiene la naturaleza y en él, nada puede morir; en todo lo que en el hombre es una vez, ya no puede dejar de ser. ¿Las pruebas?, todo lo experimentado por todos los hombres y las ciencias concernientes a los tres grandes puntos : química, injertos y cruza. Las minuciosidades, sáquelas el estudiante, anotando en su haber las consecuencias. Nosotros asentamos el axioma y lo probamos en la creación del alma humana.

PÁRRAFO 6º
LA DEFINICIÓN

Hemos anotado los grandes frutos que nos trae una buena división filosófica, dando margen a la química, maravillosa en los hechos; pero que mirada bajo el prisma frío y sin color de la filosofía, la química es, una humilde servidora de la filosofía; aquella es un sólo grado, la filosofía es todos los grados; que si ha dividido bien el filósofo, podrá hacer buenas y axiomáticas definiciones el químico; pero ha de tener lo que requerimos del estudiante en el prefacio y el prólogo: Moral completa; siendo demonio activo y jamás Ángel parásito y místico.

Antes de anotar la parte positiva de las definiciones filosóficas queremos dar las bases que debe tener presentes el definidor; y si no las tiene en fruición, no definirá nada filosóficamente: que, aun cuando parezca que define, será definición absurda. Teológica, Dogmática o Sistemática; lo cual es, confundir.

Cedamos por un momento la cátedra a Paracelso con un punto de su libro "De generatione hominum" Dice:

"En esta tierra, no hay nada más noble ni más capaz de dar la felicidad perfecta que un verdadero conocimiento de la naturaleza y de su fundamento. Semejante conocimiento, constituye al médico verdaderamente útil; pero debe ser parte de su constitución y no un producto artificial que se pone a manera de vestidura: el mismo debe haber nacido de la fuente de aquella filosofía, que no se puede adquirir por medios artificiales".

Oigamos un comentario sobre esos puntos, del doctor Franz Hartman.

"Filosofía" quiere decir "Amor a la sabiduría" y el conocimiento que del amor resulta; pues amor también es conciencia; es el reconocimiento del Yo en otra forma. El amor a la sabiduría es en el hombre, el reconocimiento del mismo principio de sabiduría que se manifiesta en la naturaleza; y de este reconocimiento, procede la consecución del conocimiento de la verdad".

"La verdadera filosofía, no es por tanto lo que se conoce actualmente por ese nombre, ni se compone de especulaciones extravagantes acerca de los misterios de la Naturaleza (1) con el objeto de satisfacer la curiosidad científica. Es esto un sistema en el que hay mucho amor propio, pero muy poco amor a la verdad; sus partidarios, por medio de la lógica y argumento, inferencias, teorías, postulados, hipótesis, inducciones y deducciones, procuran por decirlo así, introducirse clandestinamente en el templo de la verdad forzando ventanas o miran por el agujero de la cerradura; a fin de ver a la diosa desnuda".

"Esta filosofía especulativa, constituye el edificio artificial de la filosofía y supuesta ciencia fundada sobre argumentos y opiniones que cambian de aspecto en cada siglo y de las cuales ha dicho Paracelso que, "Lo que una generación considera como la cumbre del saber, es a menudo considerado como absurdo por la generación siguiente; y lo que en un siglo pasa por superstición, puede formar la base de la ciencia en el siglo siguiente". Todo saber alcanzado por medios que no se basan en el amor a la verdad, no constituye el conocimiento inmortal; sino que sirve tan sólo para propósitos temporales y como adornos para el egoísmo, procediendo como lo hace, del amor a la ilusión del yo y no teniendo más que ilusiones por objeto".

"Toda la naturaleza es una manifestación de la verdad; pero se requiere el ojo de la sabiduría para ver la verdad y no únicamente su aparición engañosa. De la filosofía que habla Paracelso, consiste el poder de reconocer la verdad independientemente de cualesquiera libro o anotadores,

(1)Ya hemos sentado nosotros que, "los misterios sólo existen en la ignorancia".

todos los cuales pueden tan sólo enseñarnos la manera de evitar los errores y remover los obstáculos en nuestro camino, pero que no pueden hacernos realizar lo que no realizamos en nosotros mismos".

"El que no es víctima de conceptos falsos y enseñanzas erróneas, no necesita otro libro, que el libro de la naturaleza para aprender la verdad. Hay pocos que pueden leer el libro de la naturaleza en la luz de la misma, porque habiéndoseles llenado la mente de imágenes pervertidas y conceptos equivocados, se han vuelto antinaturales: y la luz de la verdad, no puede penetrar en el alma; viviendo en la luz engañosa de la especulación y de la sofistería, han perdido la receptividad, para la luz de la verdad. Tales filósofos (nosotros los llamamos filósofastros) viven en ilusiones y sueños y no conocen lo que es real".

"El conocimiento basado en la aparición o experiencia de otro, no es más que una creencia y no constituye el verdadero conocimiento. Los libros y las conferencias, pueden servirnos como guías útiles, pero la creencia en las declaraciones de los demás, no debería tomarse equivocadamente por conocimiento propio, el que procede únicamente del reconocimiento de la verdad misma; y el cual por medio del amor a la verdad, debería cultivarse entre todas las cosas".

"A este dominio de la filosofía, pertenecen todas las ciencias naturales que se refieren a los fenómenos externos, en cuyo conocimiento parece que se han hecho grandes progresos desde el tiempo de Paracelso. A esta ciencia de fenómenos, pertenecen la anatomía, fisiología y química de lo físico y todo lo que concierne a las relaciones recíprocas de los fenómenos que existen en la gran fantasmagoria de imágenes vivientes y corporales llamadas el mundo interior suprasexual, desatendido por la ciencia popular, del cual, aquel es la expresión externa: los procesos que se efectúan en esta luz interior de la naturaleza, se reflejan en la luz del mundo exterior; y aquellas almas, cuyas percepciones interiores se han desarrollado del despertar del hombre interno, no necesitan la observación de los fenómenos externos, para sacar inferencias en cuanto a sus causas internas porque conocen las causas y procesos interiores y también las apariencias externas que producen. Por consiguiente, hay una ciencia médica externa y una interna: una ciencia respecto al cuerpo astral del hombre y una ciencia respecto a su cuerpo físico. Aquélla se ocupa del cuerpo enfermo; ésta, por decirlo así, del vestido del cuerpo".

"Para hacer este punto más claro, lo ilustramos con un ejemplo:

Imaginemos una linterna mágica capaz de proyectar sobre una pantalla inerte, imágenes corpóreas y vivientes.

La ciencia externa se ocupa solamente con estas imágenes de las relaciones que tienen unas con otras y los cambios que entre ellas se efectúan; pero no sabe nada tocante a las láminas en la linterna, las cuales llevan los tipos de estas imágenes visibles; y no sabe absolutamente nada acerca de la luz que causa su proyección sobre la pantalla; pero el que ve las láminas con sus pinturas que da origen a estas sombras, no necesita estudiar dichas sombras con el objeto de sacar inferencias y de especular sobre sus causas. Así, es que, hay una ciencia superficial que es ahora objeto de orgullo del mundo; y una ciencia secreta de la cual no se sabe casi nada públicamente, pero que el sabio conoce siéndole revelada por su propia percepción de la verdad".

"Es preciso percibir las verdades antes de poder comprenderlas intelectualmente; y, por tanto, esta ciencia mayor y superior, no puede aprenderse en libros ni enseñarse en los colegios; es el resultado de un desarrollo de la percepción más elevada del hombre, la cual pertenece a su naturaleza superior y caracteriza al médico de nacimiento. Sin esa facultad superior, conocida en su grado inicial como el poder de intuición, el médico que no puede hallar ocupación, sino en el patio exterior del templo, recogiendo granos útiles en los escombros; mas no puede penetrar en el templo, en el cual, la naturaleza misma enseña sus misterios divinos. Los detalles minuciosos de estos escombros (cadáveres) han sido estudiados cuidadosamente por la ciencia moderna popular cuya atención ha sido de tal manera absorbida en ello, que en el mismo templo de la verdad se ha olvidado y la naturaleza de la vida, ha venido a ser un misterio para los que estudian únicamente sus manifestaciones exteriores".

"Es casi ocioso decir, que lo que precede no tiene por objeto el desaprobar el estudio de los fenómenos, porque, los que no tienen el poder de alcanzar más, no ganarán nada con quedarse ignorantes acerca de sus apariencias externas; pero el objeto que nos proponemos es, mostrar que, una ciencia que trata tan sólo de los fenómenos de la vida terrestre y resultados últimos, No es la cumbre de todo el conocimiento posible, pues más allá del dominio de los fenómenos visibles, hay un dominio mucho más extenso abierto a todos los que son capaces de entrar; el dominio de la verdad, del cual sólo imágenes invertidas se ven, en el dominio de los fenómenos externos".

"Hay cuatro estados que no pueden ser desconocidos por los filósofos, a saber:

a) El mundo físico visible, el cual es tan sólo el reflejo de los tres estados superiores.

b) El mundo Astral, o dominio Psíquico.

c) El mundo mental, o dominio espiritual.

d) El estado divino, al que se ha llamado el reino de Dios o mundo celestial" (1).

(1) No creemos que sea su fe "el reino de Dios o mundo celestial”, sino que lo ha estampado para presentar a los misteriosos de la antigüedad.

Esto supone Franz Hartman y está bien; pero tenemos en cuenta que este doctor con tanta libertad de espíritu, (por lo cual percibe bien), aun tiene sus prejuicios ancestrales que no los tiene arraigados.

Dada esa lección sabia y oportuna de un doctor filósofo, médico como deberían serlo todos, vamos ahora a seguir puntos científico-universitarios, para enumerar los puntos y partes que debe tener una definición.

La definición según Condillac, es una proposición analítica; pues sirve para expresar por medio de los atributos determinantes, lo que la palabra definida expresa sintéticamente.

La definición se divide en nominal y real: por la primera nos explicamos una idea substancial de una proposición aclaratoria del nombre respectivo; por la segunda conoceremos la idea substancial, mediante las palabras representativas de sus atributos esenciales.

Si declaramos que el nombre Psicología significa la ciencia del alma, hacemos una definición nominal; pero si explicamos el nombre animal como organismo, dotado de sensibilidad y movimientos, habremos hecho una definición real.

Hay nombres indefinibles, siéndolo: los nombres propios y los que designan estados de conciencia simples y que no hacen sino recordar estados de conciencia análogos, no susceptibles de análisis; (por ejemplo, los hombres que no quieren ser hombres porque piensan que todo lo deben a la materia y hasta el pensamiento al cerebro; pero que a su pesar, son hombres).

En efecto, todo nombre, concreto o abstracto, substantivo o atributo, puede ser definido, siempre que sea susceptible de análisis; pero los nombres propios son sinónimos de individuos determinados y que no tienen conexión lógica con la especie ni con el género: Pedro, puede ser nombre propio de un hombre, de un perro o de un loro; por lo que toca a la sensación de lo blanco, como estado de conciencia, su concepto se confunde con el atributo blanco de las cosas.

Los lógicos han establecido varias reglas a las que deben sujetarse las definiciones.

1ª Deben ser breves y claras: (por que pecan de confusas, tanto las muy extensas, como las obscuras).

2ª No deben contener los nombres que se tratan de definir. (No estamos conformes con tales lógicos, porque es ilógico querer definir una cosa innominada; por lo tanto deben tener las proposiciones el nombre y nombres de las cosas a definir).

3ª Deben ser convertibles en los nombres definidos; es decir, que invirtiendo la proposición resulte verdadera. v. g. "El triángulo es una figura cerrada que tiene tres lados y tres ángulos: toda figura cerrada que tenga tres lados y tres ángulos, es un triángulo".

4ª Deben convenir exclusivamente a los nombres definidos: para lo cual es necesario hacer entrar en la definición el género más próximo a la especie definida, así como las diferencias que la separan de las inmediatas. Si definimos el perro como vertebrado cuadrúpedo y omitimos la especie, puede ser confundida con el caballo o el elefante o con un ratón.

Todas estas puerilidades de los . . . Lógicos. . . han hecho de los estudiantes, nulidades andantes. Una definición de la que ha de resultar un nombre que no tuviera antes la cosa definida, no puede sujetarse a reglas tan ilógicas y trabas del pensamiento.

Es por lo tanto necesario que la definición no tenga cortapisas. La proposición, ha de contener nombres si los tiene aunque sean por comparación: filosóficos; leyendas y tradiciones, y todo cuanto tenga relación con la cosa en juicio.

Aun una última parte que debe tener toda definición es, que no ha de ser, dogmática cerrada; sino que su última palabra, ha de dejar abierta la revisión; lo cual no quita valor al axioma, sino que admite el progreso que puede enriquecerlo. Esto no es religioso que es falso; pero es filosófico que es prudente, sabio y verdad.

Cuando el axioma definido y sentado es absoluto como los nombres, cuerpo, alma, espíritu o Creador, no los cambiará nunca el progreso; y aun así no debe el filósofo por verdadera lógica hacerlos dogmas, porque es contra la razón del progreso Eterno o Filosófico.

Terminemos: la definición, puede adquirir un nombre breve y claro, natural siempre, o compuesto a propósito; pero de todas las cosas, ha de hacer una descripción justificada llena de luz y términos expresivos que no admitan confusión; y os dejamos como ejemplo, nuestra exposición del alma humana y tantas otras definiciones que contienen estos cursos.

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