QUINTA PARTE
DETRACTORES DEL ESPIRITISMO

CAPÍTULO PRIMERO
LAS RELIGIONES

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Detracción es, desviar una cosa del curso natural, de pensamiento, palabra u obra. La conversación mordaz contra una persona o causa justa, la denigración y hasta los gestos con que se quita o se disminuye la fama o reputación de una persona o causa. Y es detractor todo el que usa cualquiera de esas armas viles y cobardes, llegando al prevaricato, si conoce la verdad que detrae de su curso, pudiendo aplicarle en justicia las penas de deslealtad con todas sus agravantes, en lo humano.

El prevaricato, en materia de doctrinas, aun no ha llegado la ley civil ni la justicia penal a señalar penalidades, salvo que del prevaricato doctrinal se sigan perjuicios personales o materiales; pero con la nueva ley penal para la deslealtad, hoy, toda escuela puede enjuiciar a los desleales; y cuando se haga en defensa de un ideal, no se falta al amor del espiritismo, como podrían pensar los espiritualistas y otros detractores.

Sentado este principio de justicia humano-espiritual y la definición de Detractor y Detracción”, vamos a estudiar en capítulos cortos algunas entidades detractoras del Espiritismo Luz y Verdad, sin que tengamos ni remotamente la intención de tocar individualidades, pero sin renunciar si las circunstancian lo impusieran.

Es sin discusión el primer detractor del espiritismo, la religión,

de cualquier matiz y dios que sea, porque todos han desviado a sus creyentes de la verdad espiritismo y se lo han presentado en cualquier forma, menos en su verdad y esencia.

Aunque quisiéramos encontrar alguna atenuante en la religión Hindú, Brahmánicas o Budista, por enseñar la reencarnación, no nos sería posible conceder esa atenuante, porque sostienen el castigo de reencarnar en cualquier bestia y animal, lo que constituye un delito de mixtificación; y por más se mantienen sacerdotes, a los que han de venerar y mantener los creyentes, teniéndolos como santos, o temiéndolos por su plutocracia, que quieren hacer pasar por humildad, siendo un acto de orgullo hipócrita.

Una prueba de que esa religión Brahmánica( ), es un detractor del espíritu ( ), la tenemos en estos mismos tiempos con una nueva fundación religiosa, aunque se haya querido darle un carácter Teosofista, que no por eso dejaría de ser una forma religiosa.

Nos referimos en este punto a la sociedad «La Estrella de Oriente >, ideada y casi organizada por el ya famoso «Crismamurti», por efecto de la educación religiosa supremática que le dieron: cuya fundación de ideas mixtas, es lo contrario del espiritismo, que en misión, venía a descubrir en el vasto imperio de la India Oriental. Aunque Crismamurti se dio cuenta pronto, no fue tanto como debería para no comprometer su situación al «Dar máquina atrás» a su tren descarrilado, sufriendo el primer fracaso en sus primeros pasos; lo que por mucho tiempo, lo anularía para su acción espiritista, ya que sus propios delegados y representantes teosofistas en todas las capitales del mundo, le podrán tolerar su retirada de « La Estrella de Oriente », pero no lo perdonarían declararse espiritista del Espiritismo Luz y Verdad, que anula toda religión; luego la religión Hindú y la Teosofía, con ser lo más bueno que hay en materia religiosa, son detractores del espiritismo.

La religión cristiano-católica, en su mixtificación de las comunicaciones, llamándolas revelaciones divinas y consagrando milagros los fenómenos que cualquier médium, fraile, monja, cura o civil ( que los hicieron como los hacen hoy ), es ser (prevaricadores) porque conocen a fondo el espiritismo, Pero la desviación que hacen del verdadero curso del espiritismo, bajo un culto especulativo, inmoral e irracional con los muertos, en sus almas y hasta en sus cuerpos, es ser detractor y superchero.( )

No existen los demonios, ni los ángeles, ni el cielo, ni el infierno, ni el hombre puede ser esclavo, ciego e ignorante, como es necesario ser para ser cristiano y católico, y esto es la prueba contundente de la detracción del espiritismo, condenado por la excomunión que se impone a los que profesen el espiritismo, que es luz, verdad, justicia, libertad, sabiduría y amor.

El espiritismo no es obra del demonio, ya que los demonios no existen. Existen espíritus aberrados; y son estos, todos cuantos son y defienden cualquier( ) religión, a las que el espiritismo anula y destruye con sus principios, haciendo a todos iguales en derechos y obligaciones, según su grado de progreso; y a nadie condena ni aun a esos mismos aberrados. Pero en su máximo amor, el espiritismo usa del mayor rigor y a esos espíritus aberrados, los lleva al mundo que les corresponde por su progreso moral y aberración al mal, pero no condenados a una eternidad, ni castigados, sino como corrigendos, en libertad de dejar sus pasiones o no; pero siempre hay moradas más inferiores hasta los mundos embrionarios, para ir descendiendo si más se aberran, en vez de corregirse.

Lo más grave de la detracción religiosa contra el espiritismo, está en la imposición de sacramentos y educación de errores que, bajo pena de excomunión y condenación eternas, se siembran en el niño antes de que pueda razonar, todo lo cual perdura toda la vida del hombre y más allá de la desencarnación del espíritu; por lo cual, cuando hacen su primer luz, ven al espiritismo, pero no son aun capaces de tirar el recuerdo de las prácticas religiosas y tratan de servir las dos creencias, cosa imposible. Así nació y se mantiene el espiritualismo, millones de veces más peligroso para el espiritismo, que todas las religiones.

Como esta materia está harto demostrada en nuestros libros anteriores y en todo este libro, aquí no tendremos ahora más que afirmar que: no puede nadie ser espiritista, siendo religioso. Los espiritualistas no son espiritistas, aunque sean espiriteros. Y que, si todas las religiones son detractores del espiritismo, la católica lo es como entre todas.

Por lo tanto, todos los religiosos son detractores del espiritismo; y para no serlo, tienen que dejar de ser religiosos.

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