CUARTA PARTE
FENÓMENOS ESPIRITUALES: CÓMO SE EFECTÚAN

CAPITULO PRIMERO
FENÓMENOS DE VIDENCIA

Sin la facultad de la videncia, no habría habido ni haber podría ningún profeta. Pero todos los seres humanos están dotados de la facultad medianímica de la videncia, más o menos desarrollada, y son más o menos conscientes en estado de vigilia; cuando han dicho « Los sueños, sueños son» y «soñar despiertos» han hecho una gran calumnia al espiritismo, porque el espíritu, que es quien imaginiza, nada puede presentar a nuestra mente imaginativa que no huya sido o haya de ser una realidad.

No nos importa que algunas videncias obtenidas en vigilias, en estado sonambúlico, o en el sueño natural y aun el medianímico, no se realicen; si las vemos naturalmente, o nos las presentan en cuadros, amigos o enemigos, los tales hechos ya existieron y nos los recuerdan; o nos son prevenciones de amigos para realizarlas o evitarlas y aun añadiremos que, para adelantarnos sufrimientos, nos los muestran nuestros enemigos; pero de todos modos, son fenómenos de la videncia: que los comprendamos o no, será cosa de nuestra mayor o menor luz, inteligencia y comprensión del fenómeno.

La videncia se produce siempre por el espíritu y no por los ojos materiales o sentido de la vista, que, si también con loa ojos materiales ven los videntes, pueden ver los mismos fenómenos cualquiera otro, porque será una cosa material o materializada, siempre que el espíritu que produce el fenómeno, haya tomado fluídos de todos; y si no es así, aquel de que no haya podido tomar materia fluídica, no verá claro y aun no verá nada, mientras los otros ven.

Y no es esto un misterio, ni una excepción, ni mayor diferencia a unos que a otros, sino que obedece a la afinidad y a las facultades.

He aquí, pues, por qué ven ciertas materializaciones los que no son videntes y no ven otras, aunque las vean los que no vieron cuando é1 vió, porque el espíritu que se materializa o presenta el fenómeno, no era afín de uno, del cual, no siendo médium, no puede tomar fluídos, y por lo tanto, no se puede imaginizar en su mente. Es, pues, necesario para ver el fenómeno una de estas dos cosas: ser médium vidente, o ser afín del que presenta el fenómeno, para que tome materia flúídica, sin cuya condición nadie verá.

Las visiones no son solamente materializaciones. Son imágenes etéreas que las leyes de los reflejos y del sonido le pueden explicar al profano en espiritismo, siempre que impere en él la razón y sobre todo, que les dejamos aquí pruebas por lo menos admisibles a la comprobación y las reglas invariables que la filosofía da y que las ciencias no pueden desechar, aunque las desprecien por aberración, capricho, o sistema, los pseudo-científicos. pero que las admiten los verdaderos científicos.

Hay casos de videncia a larguísimos plazos, de los que está lleno el titulado Apocalipsis, y entre ellos, que recuerde ( porque no quiero mirarlo), está el del nacimiento de una nueva bestia, que nace de una bestia vieja, que muere, y en la nueva se sienta un dragón con 7 cabezas y 10 cuernos.

El mismo explica lo que es. La bestia vieja que muere es la religión cristiana, fundación de Aitekes, y que hemos aclarado y explicado largamente en todos los libros citados en este libro.

El suceso de esta visión se realiza 300 años próximamente más tarde, en el nacimiento de la iglesia Católica, el año 325, para lo cual se juntan 7 religiones; y de su conjunto, nace esa nueva iglesia sobre la muerte de la de Pablo, que se llamaba Iglesia Cristiana”.

A la bestia (religión Católica) la numera con el 666, que es el número de las religiones mayores que hasta entonces existieron, heredadas una de otra en ascensión, siendo la última la meritoria o responsable de todas los anteriores.

El dragón que se sienta sobre esa nueva bestia será su Dios, como lo era el de cualquiera de las otras religiones, y para la iglesia Católica crearon un Jesucristo para desgracia y deshonra de Jesús.

Las 7 cabezas, pues, del dragón, son las 7 religiones que concurrieron a la fundación de la católica; y los 10 cuernos, 10 reyes, a los que la misma bestia dio vida y poder.

¿Cómo pudo Juan Apóstol de Jesús, ver esto, que aun no se había realizado? Entendamos que Juan dialoga en la visión y lo hace con alguien. Luego ese alguien ha sido el Espíritu de Jesús, y algunas veces otro que era hermano de Jesús, leían en Espíritu y materia, lo que Pablo meditaba. ¿ Por qué había de ser Pablo al que vigilaran estos espíritus y previnieron con matemática exactitud lo que vendría? Recuérdese ya de paso que, desde su aparente conversión, Pablo, sin conocer a Jesús, funda una iglesia a espaldas de los apóstoles y llamándola cristiana, predica las doctrinas de Jesús, pero llamándolo Cristo, hasta el punto más fanático que puede hombre degenerar, desde que Pablo confiesa: « Vivo yo, mas no yo, sino que Cristo vive en mí». Confesión que pone de manifiesto el sometimiento al fanatismo que no lo dejará ser racional.

Los apóstoles de Jesús forzaron a Pablo venir a Jerusalém; pero si lo hace, aprovecha ya su entendimiento con los sacerdotes Judíos y su influencia política diríamos y consiente que apóstol Pedro vaya a la cárcel.

El espíritu de Jesús y el de su hermano Santiago más todavía, porque él era Jacob, autor de la triste célebre frase Cristo que al pronunciarla sobre una piedra en Bethel, en señal de peligro y ambos espíritus, sabiendo que el espíritu de Pablo es el de Aitekes, por la matemática que el espíritu usa, podían prever todo lo que a Juan le revelaron de palabra y en visión, formándole en cuadros simbólicos lo que Pablo preconcebía como reminiscencia de Aitekes.

El otro gran caso de videncia de Juan es la gran guerra final, donde llega a señalar « 200 millones de combatientes», que sería la apoteosis de la vida libertina de la bestia 666 y del dragón Cristo que se sienta en ella; a los que les dio de vida dos milenarios, siendo al final encadenados, cuya cadena es el Espiritismo Luz y Verdad, descubierto al tiempo prefijado, y la guerra mundial aun sigue en estos momentos.

Efectos de esos desastres vistos con tantos siglos de anticipación, se le hizo ver el final en la gran catástrofe geológica para limpiar al mundo de tanta iniquidad; y después de ir describiendo escalonadamente el toque de 7 ángeles (que no son más que el progreso ), ve « desprenderse una estrella que arrastró una tercera parte de la tierra y dos terceras partes de la humanidad », lo cual se está cumpliendo y muy pronto veremos el golpe final.

El Apocalipsis (o profecía de Juan el apóstol) que hoy leen los hombres, es toda una mixtificación hecha con entera malicia por la bestia 666, por lo cual, los hombres se confunden en él; pero, de todos modos, es una confirmación de la facultad de la videncia, lo que no han podido evitar, ni ocultar.

Todas las profecías y las de Jesús con sus sentencias y promesas, no son otra cosa que videncias. Pero vamos a anotar algunas nuestras, que si las pueden dudar, están nuestra convicción y nuestra sinceridad, que resiste a toda diatriba.

Los expuestos atrás en el capítulo «La química ante el espiritismo » y «La astronomía ante el espiritismo» serían bastante; pero queremos ser más abundantes y demostrar a la vez, que nada hay oculto al espiritismo, a la vez que probar que el espiritismo entiende en todo, atiende y se cuida de todo, porque es el gobierno del universo. ( )

Hemos preconizado y descripto el comunismo en nuestra proclama, en 1910. Precisamente cuando la plutocracia y la autocracia estaban en todo el mundo cometiendo sus más grandes hechos de predominio y en la Rusia coloreaban la nieve con la sangre de una masacre. En Barcelona se sembraba el terror con la semana trágica. En Buenos Aires el coronel Falcón encharcaba la Avenida de Mayo con la sangre del obrero y en todas partes se aprisionaba a los libres; y en cortos 10 años, el comunismo se ha extendido en todo el mundo y quieran que no, todos lo respiran, y el comunismo será el régimen de toda la tierra, y no como lo idea Lenin ni los noveles comunistas anarquistas y materialistas, sino el Comunismo de Amor y Ley que nosotros hemos preconizado y sostenemos en esta Escuela del Espiritismo Luz y Verdad. Lo hemos visto en otros mundos y ante nosotros se decretó para la tierra.

Vengamos a cosas más pequeñas y del día, que pueden ser probadas por los hechos.

Hemos referido la sesión-consejo el día del asesinato de un jefe de gobierno y vimos prender la mecha a la que lo prometió. Pero estamos en lo más crudo de la gran guerra. En las calles de Buenos Aires, gritan desaforados, oprimiendo al gobierno a romper las relaciones con Alemania.

Un diputado nacional, que luego es gobernador y que en esta Escuela era el N. ° 81 de sus adherentes, como buen médium vidente e intuitivo, viene, y pide consejo; y ante la importancia y gravedad del caso, se concede el consejo y vimos las consecuencias funestas que traería la ruptura. Somos transportados al campo de batalla en los Alpes y se nos muestra un cuadro horroroso que sucedería en breves días, para evitar una canallesca traición del Vaticano, que, venciendo Austria a Italia, esa nación entregaría Roma al Pontífice. Plan trazado por un general, de una congregación religiosa, que fue preso dos días más tarde, y los austriacos, hacen descender en dos días a los italianos, todo lo que habían ascendido en dos años.

Pues bien. Nuestro N. ° 81, oyendo y viendo con nosotros lo que se preparaba por disposición salvadora del gobierno del espiritismo, recibió el encargo de asesor y no se rompieron las relaciones. Ocho días más tarde ocurría el hecho visto y ya los guerreristas callaron; ahora pueden ver do quién es el triunfo: si del genio del mal, Espiritualismo, o del Espiritismo Luz y Verdad, que es el gobierno de la política del Creador.

¿ Queréis otro género de videncias más profundas, que, por no comprenderlas las llaman ilusiones y fantasías ?( )

Un día por octubre de 1912. Estamos esperando la hora de empezar sesión de consejo.

El médium vidente J. G. dice: «Aquí está el Chipilín; nos señala que lo sigamos. Advierto que conversábamos sobre la sí o no existencia de la Atlántida. Como en tratándose de estudios estábamos siempre dispuestos, yo dije: --En marcha, pues; y síganos también el nuevo vidente; era un hermano buen Psíquico, que desarrollaba entonces bastante bien la videncia; masajista y hoy médico partero, y partimos.

Este espíritu al que el vidente G. llama «el Chipilín», porque se presenta en la misma forma en que se han figurado a los «Gnomos», es nada menos que el espíritu maestro de la naturaleza, que rige la marcha y evoluciones de la tierra.

Pues bien; a nuestros espíritus trazó un túnel recto desde donde estábamos ( Buenos Aires ) por las entrañas de la tierra, sintiendo la terrible presión que hacía sudar a nuestras materias, y seguimos hasta un punto en que nos mostró debajo de las aguas, una gran ciudad, en la que aun hay muchos edificios en pie y son de piedra y ladrillo.

Nos ha dicho el «Chipilín»: « Esta es la que fue capital de la gran Atlántida; se llamó ciudad de Venus, a cuya diosa servían sus habitantes y a quien sacrificaban la virginidad de las doncellas. El vicio creció a la magnitud de las pasiones más brutales, siendo su reina la que asumía él todo de cuanto fuera placer carnal, no sobreviviendo ningún mancebo u hombre con quien compartiera una vez el placer carnal, ni las doncellas, ni mujeres que a su presencia habían de sacrificarle a sus fornidos ministros, que debían incitar al placer a su reina. Esto provocó a la justicia del Padre, y hundí este continente para descubrir el que habitáis, que llamáis América. El otro valle que llaman Mediterráneo, era tan prodigo en frutos y riquezas como éste y hacía parangón en su libertinaje. Rompí la tierra de hércules y levanté el lecho del Sahara y los aguas envolvieron las ciudades, que algunas se conservan, como la de Venus, que presenciáis».

Nos ha conducido a un soberbio palacio: nos ha representado a la diosa reina, tan bella como descocada, y nos dijo: « El espíritu no puede borrar de una sola vez las pasiones del alma; no te extrañes, maestro, si ésta que fue la última reina diosa de la Atlántida, fuera Cleopatra o Lucrecia Borgia, y anota bien esto ». Nos mostró el trono-cama y ¡ oh horror ! a un lado, en el destinado al hombre que había de deleitarla, una disimulada trampa cubría un profundo pozo, a donde caía el desgraciado. Hemos bajado y grandes montones de esqueletos humanos sirven en aquellas profundidades de asidero a algunos animalejos del fondo del mar. Quiero saber dónde nos encontrarnos y lo dije al « Chipilín ». — Ascendamos, dijo éste. Y nos vimos sobre la superficie de las aguas, y un movimiento de asombro hubo en los espíritus desdoblados, sobre todo en el del nuevo, que era su primera excursión de valor. Estábamos entre el pico de Tenerife y la isla de Madeira, en el paso de la línea 37 del Ecuador. En esa conjunción, a 4000 metros de profundidad se encuentra la ciudad de Venus, envuelta hace 87 siglos.

Los cuatro videntes desdoblados somos Españoles y nuestras afinidades cercanas, nos hacen sentir la nostalgia natural. — Seguidme, dice « El Chipilín ». Parecía haberse convertido él mismo en una barquilla veloz como el pensamiento, pero notábamos muy bien el sube y baja de las olas, y en la costa occidental del África reconocí los arrecifes llamados «El bajo de las aceiteras» y un espantoso remolino capaz de tragarse cuanto se acerque a tres millas de su centro, nos mostró y nos zambullimos, quedando estáticos un instante. El « Reina Regente» tragado por ese caracol insaciable, se encuentra allá abajo, viendo esqueletos en sus camarotes, de los que sacamos algunos espíritus de los náufragos, que bajo la terrible impresión del momento fatal, estaban asidos a los barrotes, sufriendo aún el terror de una muerte indefensa. Los despertamos de su letárgica impresión y los entregamos a sus guías.

Este tremendo remolino es producido por una boca de un subterráneo que traga un grandísimo caudal de agua; boca muy profunda y que no nos mostró dónde va a parar esa corriente. En cambio nos condujo el «Chipilín» al centro de las entrañas de la tierra, donde todo es espantosamente grande y horroroso. Los espíritus naturales, cada uno en su representación de una cosa, se nos mostraban en su acción. Diríamos que estaban en sus gabinetes terribles de creación y transformación. Grandes bocas se nos mostraban como entre peñascos de fuego y somos entrados diríamos en la oficina del maestro director de aquella fábrica de la vida natural de todas las cosas de la tierra. Una balanza nos hizo comprender que aquel lugar era el estrado o sala de la justicia. Había muchas figuras, que podíamos llamar llaves o grifos y al nuevo vidente le picó la curiosidad e incitado el «Chipilín», hizo como que no se oponía, y el hermano C. toca un grifo, teniendo todos en el acto la impresión de un terremoto. Al día siguiente leemos en los periódicos un terremoto, a la misma hora que fue tocada aquella llave.

Entonces nos hace ascender por una boca que va a salir en un pico del África.

Hemos vuelto y se ha escrito cuanto hemos visto, estando nuestros cuerpos jadeantes de sudor y calor. Habíamos pasado en la videncia y desdoblamiento, 45 minutos.

En nuestros anales y cuando daremos a luz la « Filosofía Enciclopédica» de los espíritus o «Año Espiritista», daremos muchas otras videncia tan grandes como ésta.

¿Para qué nos ha dado esta lección que hemos visto, tocado y sufrido ? Los hombres presentían un reciente( ) pasado cataclismo:

la Atlántida sonaba en los historiadores y era necesario dar un punto de partida.

¿ No os asusta, detractores de la historia y del espiritismo, el saber que se os pueden descubrir vuestras mentiras y embrollos, cuando el espiritismo quiera ?

¿ Para qué queréis que relate innúmeras videncias pequeñitas, particulares, que pueden interesar a un individuo solo ? Todos las tenéis; lo que hace falta es que las sepáis estudiar.

Las obtenidas en esta Escuela y Consejo, tienen interés universal para la historia y para el progreso común, y entre miles, que por su originalidad son enseñanzas supremas, voy a buscar la más original que recuerdo, porque es de anatomía, hecha en una mujer de carne y hueso, que, si su tipo lo viéramos entre nosotros, sería «El Opio», como diría cualquier madrileño. Voy al archivo a buscar. Encuentro y copio:

Agosto 31 de 1912.

Estamos esperando la hora de celebrar consejo y se nos muestra, en desdoblamiento, una mujer joven y nos invita a seguirla.

Partimos en videncia y desdoblamiento consciente, cruzando espacios en línea recta al Sol, por el norte de la tierra. Entrando en un mundo pequeño, pero que su pequeñez es de cuatro grados en circunferencia mayor que la tierra.

Percibimos una fragancia que nuestra materias en la tierra disfrutaban y proviene de la vegetación silvestre de ese mundo, que la compone una alfombra de nardos diminutos que crecen como nuestra hierba.

Aquellos habitantes son de una belleza extraordinaria y nada hay en nuestras pinturas que iguale en general. Pero sus mujeres, aunque estamos acostumbrados en nuestros desdoblamientos a ver más bellas en realidad que aquéllas, en el conjunto, hay en ellas una nota sobresaliente que nos llenó de asombro; y da una majestad tan grande a su belleza, que nuestra materia no podría soportarla aún entre nosotros, hasta que la ley de la carne sea para los hijos de la tierra una ley moral, como lo es allí, y esto llegará y aquella belleza y su majestad también y en días ya no muy lejanos, en que el amor reinará en su ley.

Yo, que sólo he querido y quiero creer como Tomás, aunque no dudaba de aquella beldad, había en mí la sorpresa natural del que encuentra en formas lo que antes negara.

Esta feliz mujer es médium del consejo en aquel mundo, cuyo nombre en la Cosmogonía es HEUFIFI (así me lo escribió ), y notando mi admiración y aun casi recelo de la realidad, se nos ofrece al estudio y exploración una de aquellas mujeres, en toda su espléndida desnudez.

Era un amable reproche a la incredulidad, pero ella cumplía con la ley de amor para ilustrarnos y dar fe de que en todos los mundos, el ser humano es de la misma figura y órganos, para cuyo estudio nos llamaban.

Nos vemos obligados a omitir la anatomía que hicimos, porque pertenece a otra clase de estudios.

Imagínense nuestros hermanos la sorpresa que recibiríamos al encontrarnos en un mundo donde todas sus mujeres son tan bellas como la que burdamente describimos, que se nos ofreció a la anatomía, como amoroso castigo a mis dudas, especialmente, sobre la igualdad constitutiva de los seres humanos en todos los mundos; y gracias a mi justificada incredulidad, se les puede ofrecer a los hombres de la tierra ese retrato, castigo de nuestro egoísmo y orgullo de imbéciles.

Estábamos perfectamente materializados como habitantes naturales de aquel mundo, auscultando y registrando todas las reconditeces de nuestra voluntaria víctima y señora, y podíamos sentir cuanto el hombre es capaz. Pero no hemos sentido la pasión; porque en los actos del espíritu, la carne es absolutamente aparte; y además, la carne obedece siempre al ambiente y aquél era de pureza.

Ya hemos descendido a nuestro impuro ambiente, y aquí sí sentimos el aguijón de la carne, ( )para que podamos( ) sacar esta moraleja.

Si queremos, compañeras, de aquella belleza, bondad y fuerza, que sea el amor nuestra ley primera.

Sí; hasta que el amor no sea la ley de los hombres y esté en el hombre en fruición, aunque nuestros espíritus suben modelar aquellos tipos, no lo ejecutarán. ¿ Los queremos ? Purifiquemos, pues, nuestro ambiente corrompido. Nuestra bella hermana auscultada se firmó BULA DUDE.

Creemos haber dejado claro el modo y el porqué de la videncia; pues es con ejemplos como mejor se expone y se comprende, y hemos sido extensos, porque en este capítulo ya queda establecida la síntesis del desdoblamiento consciente, que nos ahorrará mucho tiempo y espacio en su capítulo.

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