CAPÍTULO DIEZ
EL RÉGIMEN DEL ESPIRITISMO

Toda política entraña un gobierno y un régimen.

La política del Creador, condensada en la unidad universal con un solo punto de plataforma, el Amor, debería señalar a su gobierno el espiritismo, su régimen propio que, emanado forzosamente de la política de unidad, tendría que ser común a todos los que se ciñen a la ley de amor y entonces el nombre de ese régimen es COMUNISMO.

Para este capítulo tenéis que recurrir a nuestras argumenta­ciones y axiomas de nuestra «Filosofía Austera Racional», en la que como juicios inapelables, hemos estudiado lo inconveniente y lo conveniente de la Comuna de Amor y Ley y de la comuna por la violencia.

La Comuna por la violencia es producto del materialismo anarquizado, del anarquismo híbrido, a causa de la disconformidad de muchos por la presión y represión y desconocimiento de los derechos del trabajador que, educado por la fuerza en los odios religiosos, ven en la pena del talión su justicia; pero no es ésa la justicia de la ley, porque por muchos que sean los hombres anarquistas violentos, siempre será ínfima minoría; y la ley es de las mayorías en todo rigor.

Como ha habido un juicio exacto de los espíritus, el que encontraréis compendiado en « El Espiritismo en su Asiento” y por entero en la « Filosofía Enciclopédica” o "Año Espirita” cuando se pueda imprimir, afirmamos que, en la tierra, la inmensa mayoría de los dos billones de espíritus que a ella pertenecen, se acogieron a la ley del trabajo común y del usufructo común, que el gobierno universal del espiritismo nos trajo, por solidaridad del universo y mandato del Padre Creador, porque ésa es su política.

El régimen de toda la tierra (por causa de las religiones únicamente) ha sido de falacia: engaño, fraude y mentira, como " Política de Dios y gobierno de Cristo”, como definió bien Quevedo; todo lo cual se llama espiritualismo.

El régimen que se proclama por « La Política del Creador y Gobierno del Espiritismo”, es todo lo contrario: Verdad, Justicia y Amor. Lo que se proclama hasta por los anarquistas híbridos, que si tienen la materia manchada de odio y venganza religiosa, su espíritu está poseído de la fraternidad humana; lo que confirma que vive en la verdad, la justicia y el amor, aun cuando crispa sus puños materiales para castigar a la sociedad corrompida, con la que viven divorciados, sin poder prescindir de ella. De ahí proceden sus arrebatos en los que siempre sucumben, porque el odio y la ira son ciegos.

Sin embargo, intentan la gran comuna; pero como la pretenden con la violencia y ellos, sin pensarlo, no son malos, sino impetuosos, de sus ímpetus caen rendidos y se hacen castigar por aquellos a los que quieren vencer a puñetazos o bombazos, por la satisfacción de la venganza, lo que los anula en su justicia, puesto que eso es destruir y el comunismo del espiritismo es construir sobre terreno nuevo y sano.

La plutocracia no teme a la violencia, porque ella es más violenta. Pero teme a la verdad filosófica, porque ella vive de la falacia teológica.

¿Creéis que no le agradaría mucho más a la plutocracia, que la pudierais destruir con la violencia, que no verse deshecha, descubierta y derrotada por la luz de la verdad?

Pensad nada más que, para el anarquismo, le basta a la religión las leyes de represión que inspira a los autócratas, sus serviles y malos servidores del pueblo; pero para el espiritismo, no puede aplicar esas leyes y echa mano de su Dios nada menos, y son ellos mismos frailes de levita, de sotana y otros hábitos, los que combaten desde los pulpitos, los altares, los pasquines y sobre todo, desde la cloaca-confesionario, que es algo más terrible que las lluvias de balas que os han tirado tantas veces a vosotros para haceros callar.

El espiritista sabe cumplir las leyes sin enlodarse en sus fangales; y en vez de servir a la ley del plutócrata, hace que la ley lo sirva a él. El autócrata se ve hasta corrido en su ignorancia y entonces, el plutócrata, desde los sitios mencionados, acomete con la calumnia vil, tan vil como su dios, sus ritos, sus magias negras y rojas, vulgo sacramentos que ellos se encargan de desmentir, como se verá cuando hablemos y estudiemos " fenómenos del espiritismo”.

En fin, vosotros lucháis con el polvo y caéis como granos de polvo. Nosotros luchamos con la verdad, contra la mentira; con la luz del espiritismo, contra la tiniebla de la materia: y con el amor y la justicia, contra el odio y la iniquidad. Y como todo esto es del espiritismo, como esencia pura, flota siempre más y no logran envolverlo las aguas turbias de la calumnia. Vosotros, los libres, que algo presentís del odio religioso, sabéis que la religión jamás perdona. ¿ Suponéis qué agonía horrible sufrirá hoy la religión ante su impotencia de vencer al espiritismo? Entendedlo del todo, considerando que, para derrotar al espiritismo, amalgamó sus doctrinas con las de la religión, para que de sus prácticas místicas, fanáticas e irracionales hasta la superchería, todos odiaran, persiguieran, o se rieran, o se avergonzaran de ser espiritistas y ¡ hasta vosotros, anarquistas y materialistas! habéis sido víctimas de ese juego religioso y os reís despectivamente del espiritismo. ¿ Qué más prueba queréis de la grandeza del espiritismo y del terror que le causa a la religión y a sus secuaces? Toda esta argumentación es demás. Pero considerad bien el triste papel que hacéis al caer esclavos de las añagazas religiosas, riéndoos del espiritismo, que destruye toda religión y sus dioses, con todas sus falacias y leyes de división... ¡ vosotros qué creéis ser antirreligiosos y servís a las mil maravillas a la religión!... ¿ Para qué argumentaremos más para ver que el espiritismo no es religión, desde que viene a destruir a todas las religiones?.

Pero ved ahora qué diferencia de política y justicia hay entre vosotros y el Espiritismo Luz y Verdad.

Vosotros queréis la destrucción del religioso y servís a la religión en vuestro odio al espiritismo, o si no odio, desprecio, que en cierto modo es peor. Y como quitar el efecto, no es quitar la causa aunque matarais a los religiosos, no acabaría la religión, que los hace.

El espiritismo sabe que e! religioso es casi hombre; y que si deja de ser religioso, es hombre y no quiere destruirlo, porque es hombre. Pero como no puede haber armonía en la humanidad habiendo religiosos, para que no los haya, quita la religión, causa de que haya religiosos, efecto.

¿ Habéis visto la diferencia y vuestra injusticia y nuestra justicia?

Al Espiritismo, no le importa de los anarquistas, de los materialistas, ni de los religiosos y espiritualistas. Le importa únicamente de la religión, causa de todo el desequilibrio de la sociedad y de que haya religiosos, espiritualistas, anarquistas, materialistas y otras especies: y a la causa ataca y anula, presentándole, ante sus falacias, las verdades axiomáticas. Es una política digna; de frente, a la plena luz de la razón, y aunque se opongan hasta los anarquistas, la victoria está descontada, y ya se ve el final de la batalla.

Sí: se ve el final de la batalla, porque los materialistas y los temidos por anarquistas ( muy equivocados, es verdad) han empezado a llamarse comunistas, y no sólo a llamarse empezaron, sino a establecer la comuna: porque, repetimos, aunque son materias mal educadas, impetuosas y vengativas, aunque sea mal obedecen a sus espíritus, que niegan, y sin embargo idean el comunismo, presintiéndolo como régimen justo.

Sí: el comunismo, pero de amor y ley, es el régimen justo, y lo establecerá únicamente el gobierno del espiritismo y no el anarquismo, ni el materialismo, ni el socialismo; porque todos ellos son divisiones. ¿ Y cómo puede lo partido, lo dividido, ser indivisible, como lo requiere y puede hacerlo el comunismo, que es unidad?

Es lo mismo que lo que habéis pretendido ser justo y equitativo: «dar a cada uno según sus aptitudes», o la igualdad, repartiendo todo por iguales partes. Decidme: si en el reparto parcelario de la tierra, en mi parcela hay una mina de oro o diamantes y en la tuya hay una de plomo o solamente arcilla, ¿ habría justicia? Poro aunque prescindamos de esas posibilidades ¿ quién asegurará que en mi subsuelo haya una vena de agua potable que podría fertilizar mi predio y en la tuya haya aguas amargas y saladas que no podrían dar vida a las plantas, ni aseo e higiene a ti?

Y sobre las aptitudes. ¿ No habéis visto que ningún hombre tiene las mismas disposiciones, ni fuerzas, ni inteligencia, ni aun siquiera las mismas obligaciones, ni las mismas necesidades, ni la misma moral?

¿ Comprenderéis con esto vuestro equívoco y lo imposible de vuestro comunismo? Sin embargo, nosotros, espiritistas comunistas que traemos la Comuna Legal del Gobierno del Espiritismo, os aplaudimos en la idea y sabemos que vuestro fracaso en el gobierno, os hará pedirnos el « Código» capaz de! comunismo sin divisiones y sin más moneda que el hombre.

Nuestra fe está probada en nuestras obras: nuestro amor a todos no será desmentido ni por nuestros enemigos; pero nuestra experiencia en las travesuras de los noveles comunistas y la maldad religiosa y plutócrata, nos aconsejan callar y guardar las disposiciones del gobierno del espiritismo, para no tener que trabajar más de lo necesario; porque si imprudentemente descubriéramos, lo que no pueden entender, ni comprender y menos ejecutar, conforme a la ley del Padre de los espíritus, los traviesos y malvados mixtificarían y enlodarían él principio y sería un retardo en el disfrute de la victoria.

Pero entended para siempre que, sin el acatamiento del espiritismo como moral y gobierno, la comuna no puede ser. Y que, como es orden inflexible y está empeñado todo él universo por mandato de la ley de amor, están tomadas todas las medidas, y los ejércitos de espíritus elementales y naturales, sólo esperan la orden de obrar la justicia, en defensa de la mayoría de los espíritus humanos trabajadores, que acataron el amor como única ley el trabajo como providencia y la comuna como régimen.

Acaso lo toméis esto como una amenaza, o como el coco de los niños: peor para vosotros. Es, sí, una advertencia, un aviso amoroso del espiritismo: una prueba de que jugamos a cartas ( ) descubiertas, y a pesar de ello, no entendéis el juego, por vuestra predisposición a los malos manejos y trampas, lo cual no es culpa del espiritismo.

No: en la comuna no puede haber ningún interés, dividido; todos los productos estarán en un depósito común, donde cada uno tomará cuanto necesite, como igualmente producirá cuanto sea capaz, y no a su antojo y capricho, sino en un orden de verdadera economía, hasta del tiempo.

Por tres cosas esenciales y necesarias ha trabajado el hombre como bestia y no las tuvo: La casa, él vestido y el alimento.

Pues bajo el gobierno y régimen del espiritismo, el hombre tendrá su casa, con más confort que hoy puede tener el palacio del autócrata. Se le exigirá vestir hasta con elegancia y su mesa estará abundante de alimento sano.

Tendrá la diversión lícita y toda clase de asueto y se transportará cómodamente hasta el punto del trabajo, aun el agricultor. La higiene y la medicina serán eficientes hasta llegar a desconocer las enfermedades.

La educación menor será hasta los 20, 25, 30, y 35 años, según carreras. Momento en que empieza su vida activa o período de producción, cesando a los 60 años, para convertirse en policía moral, en instructor de las juventudes, o miembro de los consejos. Y decidme: ¿ Qué mayor felicidad puede imaginar el hombre del trabajo, que ver a sus hijos educarse y ser sabios como él lo es y contemplar a sus padres, robustos aun y frescos, deleitándose entre aquellos coros de infantes que, llenos de salud, estudian y se expansionan?

Aquel final le espera a él, en cambio de un trabajo inteligente y de hombre digno.

¿ Qué cuadros veis hoy en los asilos, en los hospitales, en las casas-cunas, o en los quicios de las puercas, tirados el niño y el anciano como piltrafas inservibles, y que mil veces y siempre prefieren esos desgraciados seres cometer el crimen, para merecer un plato de pienso de perro, un techado frío, lóbrego y sucio, pero que siendo honrado no lo puede merecer? No entremos en los manicomios, en los prostíbulos, en las casas de traición, o en los recovecos obscuros, donde la vergüenza, vencida, vendida y rendida por la necesidad, ofrece su cuerpo enfermo. Basta, basta, cubramos con un velo de piedad tanta desgracia, con la que acabará con mano amorosa el régimen del espiritismo!

¿ Para qué queréis saber más?

¿ Pensáis que sean meras palabras? ¿Bellas fantasías? Lo misino nos dijisteis cuando lanzamos nuestra proclama y sois vosotros los que por no confesar el espiritismo como lo enseñamos en esta Escuela, tratáis de hacer la comuna por la violencia, lo que no puede ser y lo que no será. Pero habéis sido obligados a aceptar y practicar aquello mismo de que os reísteis y, en una década ya no asusta a nadie el comunismo. Pero no es obra vuestra: es obra del espiritismo, y también esto lo habéis de confesar. Tal es la tuerza que tratáis do resistir. ¿ Detendréis al espiritismo y su gobierno? Si en simples diez años, el comunismo invadió las mentes todas y es el régimen del gobierno del espiritismo. ¿ quién resistirá el espiritismo? El que sea capaz de parar la máquina del universo, podrá resistir al Creador, a su política eterna y a su eterno gobierno el espiritismo y podrá anular el comunismo y su régimen.

Ahí se os cita a un caso de hombría, anarquista y materialistas. Ahí se os cita, espiritualistas, religiosos y plutócratas, a un caso de máxima potencia, ya que tenéis dioses de ejércitos, de iras y de venganzas. Parad, no digo la máquina del universo, sino la marcha triunfal del espiritismo Luz y Verdad y su régimen el comunismo. Si no lo hacéis, confesad vuestra impotencia y pedid vuestra admisión en lo que sois impotentes de resistir.

¿ Os quejaréis del rigor del régimen del espiritismo? Suave es su yugo. Pero mata el libertinaje para dar al hombre libertad, justicia, sabiduría, potencia y amor, con Paz y Pan.

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