CAPÍTULO SEXTO.
POR QUÉ Y CÓMO MOISÉS PROHIBIÓ EL USO DEL ESPIRITISMO

Ya estamos frente al hombre más calumniado, más traído y llevado y menos comprendido, de cuantos han existido en la tierra.

No vamos nosotros a establecer parangón de este hombre, con ninguno otro, porque ninguno ha reunido sus títulos de legislador moral, civil, jurídico y social. Mago supremo de las ciencias metafísicas, del magnetismo, de la alquimia, de las matemáticas, de la historia, de la novela, soldado, libertador y fundador, e indomable ante reyes y sacerdotes y Juez inexorable en los dos extremos de bondad y del castigo, hasta el Talión, sin saber si es un simple ciudadano, o su hermano Aarón, que lo confina al monte Oreb.

Y son unos cuantos miopes, embrión de hombres, los que lo han parangonado con el autor del ¡Monismo!... Si no fuerais objeto de lástima, imitaríamos a Demócrito y reiríamos, hasta la hilaridad. Pero, no son cosas para reír como decía un viejo de mi pueblo.

Pero, ya hemos hecho el autorretrato de Moisés y vamos a exponer históricamente los hechos y causas que creyó bastantes para prohibir el uso de las comunicaciones espirituales y por lo tanto, prohíbe el espiritismo. ¿Por malo? ¿Por bueno? ¿Por peligroso? ¿Por fantástico? Esto no nos importa ahora. Lo que nos importa es saber que, si lo prohíbe es porque existe y se practica. Si no, no lo podía prohibir.

Queremos también sentar que este hombre, podemos llamarlo extraordinario pero jamás lo creemos sobrenatural ni superhumano, porque nada hay sobrenatural y sobrehumano. Súper no tiene ningún sentido lógico.

¿Que es un cuento las plagas que echó sobre Egipto? Podéis estar seguros que no las habrían inventado los magos sacerdotes de Isis, e Ibis; del Faraón, porque desacreditaban al poder de los dioses, el suyo sacerdotal y el prestigio de Egipto, que alejaría sus visitantes y los mercaderes que allí afluían; y si las historiaron, es porque las hubo. Negarlas, es muy cómodo para no calentarse los cascos como suelen decir los embrión de hombres, aunque de «cascos» creo que solo los tienen los animales que permiten herrarlos( ) con clavos. Pero negar, no es razón; y razonar, solo es permitido a los hombres que son hombres, sin ser muy hombres, pero bastante hombres para decir la verdad que es lo que más valor necesita.

¿Creéis que no podemos hacer caer una plaga o manga de langosta, de pulgas, mosquitos o chinches, etc. etc., si se presenta un caso de justicia al Gobierno del Espiritismo? ¿Acaso a la burda Química no le es dado hacer una tempestad? Y he dicho burda comparándola con su excelsa madre y pura Alquimia.( )

Pero no ha sido por la alquimia, como ha producido Moisés aquellas plagas, sino por el espiritismo; y sabemos como se puede efectuar, pero no sin médiums de aportes y materializaciones, capaces de servir a la vez que mandar a los espíritus naturales y elementales que son los que, obrando la potestad que tienen, se pueden convertir por voluntad del espíritu, en casos de justicia, en lo que conviene.

Lo que es necesario que se sepa, lo que es y puede el espiritismo en todos los tópicos y extremos de la creación en sus infinitas metamorfosis; y a la vez, se esté( ) en derecho adquirido para mandar esas fuerzas de la naturaleza y a los maestros de ésta y de los elementos y produciréis las plagas, las tempestades y los terremotos etc., etc. ¿ Lo sabía Moisés todo eso y estaba en derecho y potencia? Afirmativamente SI, puesto que lo produjo y lo dejarnos justificado para siempre, contra los ataques de sus calumniadores que no son capaces de estudiar a un hombre, que está 70 veces 7 codos de sabiduría por sobre ellos. (1)

Presentado Moisés en su grado, de potencia y de derecho y por lo tanto de sabiduría y de justicia necesarios a. dar mandatos a los espíritus, lo cual quiere decir que puede y es aquel espíritu maestro y ministro del gobierno del espiritismo, se deduce, que tiene autoridad para consentirlo o prohibirlo en justicia, porque no vale el capricho, ni su sola voluntad, desde que el gobierno del espiritismo, tiene superiores y ha de sujetarse a los acuerdos de los consejos del gobierno; y por más, cada espíritu tiene su libre albedrío y nada se le puede prohibir si no es por un acuerdo de plebiscito universal, donde rigurosamente prevalece el querer de la mayoría. Y corno Moisés prohibió el uso del espiritismo para un largo período de siglos, se confirma que obró por acuerdo de los consejos superiores y debe probarse esto que será el por qué lo prohibió y debemos de saber, cómo lo prohibió.

No queremos ni podemos ser muy extensos, pero sí se impone que seamos claros, precisos y contundentes; por lo cual, vamos a seguir por párrafos porque este capítulo es el más interesante e importante y necesario de este libro, después del cual todos los hombres comprenderán, y practicarán un solo espiritismo y de un solo modo.

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