PÁRRAFO III
LA SANGRE DERRAMADA EN 57 SIGLOS.

Horrible es el cuadro que se presenta a mi vista. CIENTO VEINTE MILLONES de seres humanos han caído al odio de la religión Católica, solamente.

Cifra que espanta, pero que «Solo es un término medio» se me repite. No quiero ser crédulo: quiero un dato de los hombres; busco y... ¡ Horror.!... La Sociedad Filológica en su «Biblioteca Roja» acusa a la Religión Católica por la Inquisición y solo en Francia y España 16.000.000 en menos de un siglo.

No es ésta la mayor hazaña del Dragón Cristo y de la bestia 666.

Estamos con la persecución secular y constante del pueblo Israelita Judío, que a razón ( )promedia en todos los países de solo 200 por año en tiempos normales sumarían 400.000; pero sabemos que desde la destrucción del pueblo, han caído 18 millones de ese solo pueblo.

En las ocho guerras llamadas de los cruzados y otras ocho religiosas en Europa, han sido sacrificados más de 40,000.000 y entonces, no hay más remedio que admitir los 120 millones de sacrificados que me suenan solo a causa de la religión católica.( )

Las otras Religiones más significadas, no Cristianas, como la Budista, la Mahometana y similares Paganas y Politeístas en número de 8 y que a menudo nos han sorprendido con sus « guerras santas”, también les andan cerca a los Cristiano-Católicos y tendríamos ( aunque muy aminorada la cifra verdadera) un mil doscientos millones de sacrificados en todo el mundo, solo por la causa religiosa.

Si pasamos la vista por las páginas de Egipto y por las interminables de la Grecia guerrera que nos hablan de aquellos formidables ejércitos, aniquilados, sobre todo en las guerras púnicas, médicas y termópilas, con las inacabables matanzas del dominio Romano, es desolador el resultado.

La India Oriental, la China y el Japón eran impenetrables hasta, ayer para los historiadores, pero son un río de sangre ya que el derecho es solo del plutócrata y aun hoy, con un grado relativamente grande de civilización democrática, las matanzas se suceden y la, mayor parte de las hembras que nacen son sacrificadas, o vendidas, que quizás es peor.

Tenemos a la. vista los tres millones de muertos solo en los campos de Francia y los 8 millones de heridos que han derramado su sangre.

Muertos son por causa de la guerra, los que han sucumbido a las enfermedades provenientes de las pestes y el hambre ocasionados por la guerra.

Recordamos bien las montañas de cadáveres de la guerra Carlista del año 1870 en España, que en las batallas del Carrascal, de Somorostro y Lacar: acaso la fiereza no se haya mostrado igual en guerra ninguna, pues no se daba cuartel. Pero antes hubo otra guerra civil y en lucha de ideales entre retrógrados y liberales que, si en las dos triunfan los liberales que representan el progreso, demuestra suficientemente, las luchas que los misioneros de Shet, debieron afrontar para domeñar a la Supremacía.

Siete siglos de guerra hubieron de sostener los Españoles contra el invasor Moro y se podría decir que aun dura en estos momentos, pues con el Moro lucha España, mientras estoy recordando estos tristes hechos.

Y hoy mismo se lucha en guerra abierta, en Irlanda, en Rusia, en los Balkanes, en Polonia, en Turquía, en Grecia, en Italia en la India, en la China y en América.

Es famoso el año 1870, que la guerra Franco-Prusiana, obliga a los Parisienses a comer pan, hecho con cenizas de huesos humanos y las ratas de las alcantarillas: y en ese mismo año, Garibaldi, entra en Roma y abate al causante de todas esas guerras el pontífice Católico que acababa de declararse « Infalible» Dios Supremo ( pero de su orgullo) es desecho por el misionero Garibaldi.

Recordemos aquellas batallas donde cae Olofernes; las otras de Nabucodonosor y las mil y mil más en las que los profetas mediaban para interceder o imponer, cayendo generalmente ellos sacrificados por el vencedor o el vencido, pagando tributo a su misión de progreso.

Y lo mismo es que veamos a los misioneros en Moisés, como en Juan y Jesús, como en Sócrates y Antulio, o como en Galileo y Miguel Servet; y aun que se disfracen en alguna existencia con el hábito de fraile para poder dar sus principios de rebelión y progreso como Giordano Bruno, Lorenzo y José de Sánchez Tolomeo, son conocidos por el detractor y supremático prevaricador, y el hábito no los libra del Sacrificio.

Entretanto, gime todo el mundo la opresión, la esclavitud, la indignidad y la miseria y no tiene ni el derecho de pedir, sino arrastrándose como el más indigno de los seres, teniendo que ir hecho un miserable esclavo con su cazuela en la mano, en largas filas, a recibir una cazada de bazofia en las puertas de los conventos, los que todo lo producen y todo les fué robado, por la falacia del «! Derecho Divino! »...

Si era poco todo eso, vivía por la necesidad de la Religión y del Señor Feudal, que no lo podrían ser matándolo; pero para que supiera el hombre, que vivía por gracia del Señor Feudal y de la Religión, en cada palacio estaba siempre dispuesto el madero de la horca y el crucifijo. Dos Patíbulos.

No hablemos del derecho a las primicias de la mujer por no avergonzar más a los hombres, que se hicieron indignos al consentirlo.

En todas formas, la tierra toda está cubierta de indignidades y no hay un palmo de ella, que no haya sido encharcado de sangre humana, en los cincuenta y siete siglos de la regeneración que empezó en Shet.

¡«Que no hay un palmo de tierra sin encharcarse en sangre humana»! hemos dicho

¿Exageramos? Por las historias de todas las guerras lo( ) comprobaríamos. Pero tampoco se ha escrito por trampa de los plutócratas, los que han muerto en el campo de batalla. Y no son solo los muertos los que derramaron la sangre, sino todos los heridos, no solo en los frentes de lucha, sino en los talleres y laboratorios de material bélico.

Pero no solo son las víctimas conocidas en las guerras declaradas, sino también las víctimas de las leyes inhumanas que consagran la pena de muerte como una sanción de la vindicta pública y también las de las revoluciones internas; las de la represión de los ideales y las luchas partidistas, como en la actualidad las que sostienen en Italia Fascistas y Comunistas.

En la Argentina la famosa Liga Patriótica, con los Sindicatos Obreros, la semana roja del 9 de enero de 1918 y la terrible barrida del Coronel Falcón.

Como la luctuosa semana roja de Barcelona, coronada con el asesinato de Ferrer y la matanza de Zarkoeselo, por el padrecito Zar de todas las Rusias, que empapó de roja sangre las blancuras de la nieve y, por fin, todos los suicidios por desesperación de la imposibilidad de la vida y por el vicio ocasionado por la inmoralidad religiosa, corno los asesinatos incontables surgidos por los odios, que no tienen más raíz que las religiones. ¿Cómo calcular el número de tantos, cuando no han sido anotados por los hombres? Yo necesito saberlo y me lo ha de decir quien lo sabe; porque si los hombres, por maldad supremática, no lo han anotado, en el libro de la vida de cada mundo, allí sí está anotado y el Espiritismo Luz y Verdad, Gobierno establecido por el Padre de los Espíritus, no oculta esos datos a quienes son designados para decir la verdad, e inquirimos y he aquí lo que llega, en despacho de esta petición al Maestro Superior de los consejos del Plano al que la Tierra pertenece, donde está el libro de vidas de cada mundo. «Uno con otro de los habitantes de la Tierra en la actualidad, debía tres vidas por todos los conceptos. No es que todos debieran tres; pues una tercera parte no debía vidas y vinieron a dar vida a los Misioneros y Espíritus de Luz, que habían de sostener e implantar el Reinado y Gobierno del Espiritismo. Pero unos debían una, otros dos, otros tres, y otros hasta diez y veinte, sin contar ciertos emperadores o tiranos, que debían en Ley muchos miles: pero el cálculo promedio es de tres por cada habitante en la actualidad”. Pero pregunto:

¿Cuántos son en números redondos los habitantes actuales del, mundo tierra? Se me contesta: « No en números redondos, sino en exactos en( ) este instante aunque en vuestros registros no lo anoten en estos instantes, hay nacidos en la tierra 1.800.666.482 y tienes exacta la cuenta para los sacrificados por cualquier causa, en los 57 siglos de la regeneración». El Secretario D... ¡Horror! 1.800.666.482 x 3 = 5.401.999.446, que han caído sacrificados en 57 siglos que duró la batalla para imponer el progreso : . . . . . . . .

5.401.999.446 x 3 litros de sangre = 16.205.998.338 litros de sangre de los muertos en lucha de odios.

Sabemos que en las batallas, por cada muerto, hay diez heridos que también derraman sangre.

Pero calculando que solo han derramado por término medio su tercera parte ( 1 litro ) tendremos:

Por 5.401.999.446 muertos litros 16.205.998.338.

Por 18.006.664.820 heridos 18.906.664.820.

Total sangre derramada en la lucha 34.212.663.150 litros.

De modo que, siendo la Tierra habitable o parte sólida del Globo Terrestre; 127.500.000 kilómetros cuadrados, con los 34.212.663.150 litros de sangre derramada en 57 siglos, la tierra se cubriría toda con una capa de tres milímetros de sangre . . . . . .

¡Hermanos de la Tierra! Mi grito de horror, llegue a todos. Mi acusación última a los supremáticos es ésta y caiga toda la responsabilidad en los que hoy componen la Plutocracia y la Autocracia ; pero la culpabilidad toda en los que hoy mismo están reunidos en cabildeos y conferencias, porque todos son feudos del pontífice de Roma, como la prueba el siguiente telegrama, que recorto del diario « La Prensa», de hoy:

« EL MENSAJE DEL PAPA »

Washington, Noviembre 18 ( United ) -Acaba de darse a la publicidad el texto del telegrama que el Presidente Harding recibió del Papa Benedicto XV, con motivo de la inauguración de la conferencia para la limitación de. los armamentos.

El Mensaje dice como sigue:

« En vísperas de la reunión de la Conferencia convocada para arreglar las grandes cuestiones internacionales relacionadas con el Extremo Oriente y llegar así al desarme, imploro sinceramente a Dios Todopoderoso que dé buen éxito a la iniciativa tomada por el primer Magistrado de la gran República, Americana, para poner fin a las tribulaciones del mundo ».

Ya lo veis; Harding recibe ese telegrama del que ha bendecido las armas y las municiones de guerra y llama a Dios, a su Dios ruín y antropófago, y también lo implora Harding y lo imploran todos los culpables y los responsables: prueba eficiente a comprobar que de toda esa espantosa carnicería, de ese inmenso lagar de sangre derramada, sólo ellos son culpables, hoy, por todos sus antecesores por ley de herencia.

El Espiritismo en su gobierno, no tendrá necesidad de esas conferencias de hipocresía, para discurrir si N. América tiene el derecho de mantener 500 mil toneladas de Marina de Guerra como Inglaterra y si el Japón puede tener más o menos : lo cual es declarar que la guerra se continúe y se perpetúe para solaz de los plutócratas y del Autócrata Pontífice, que sólo en el derramamiento de sangre ha consistido su existencia, y es hora de decir les: ¡Basta de engaños, señores verdugos del pueblo y de la conciencia! ¡No quedan en el mundo más armas que las herramientas del trabajo del que habéis de vivir, si queréis vivir!

Hasta hoy gobernó la materia con sus Dioses de vergüenza y falaces. Hoy gobierna el Espíritu, con su Padre el Creador, y sólo el amor es la ley.

Ceded, ceded al mandato imperativo del Espiritismo de fraternizaros y entrad en la Ley Común, o seréis desterrados en vuestros Espíritus y aplastados en vuestros cuerpos, por la ira popular que os ha descubierto, y aun más aplastados por la acción de la naturaleza, que protesta de la sangre que encharcó el humus de la tierra, cuyos vapores ennegrecieron la atmósfera como crespón de dolor, el que agobió a todos los trabajadores, que hoy hacen autorizados, su acto de justicia.

Pero, ¡ Baja tu puño, hermano trabajador! ¡ Mira que el golpe hiere y hace sangre, y tú no debes mancharte con el crimen, ni cargarte con la deuda de una vida que no merecen tus verdugos, porque tampoco les había de ser provechosa como no les fué la presente que la justicia les obligó a tomar, para que ante la prosecución de sus crímenes seculares pudieran recibir la acusación del juicio del Espiritismo!

No os carguéis con esa deuda; no manchéis más la tierra con sangre, aunque sea de tus verdugos; pero ¡ mete el hombro, empuja irresistible y derrumba el trono del Dios antropófago y sus escombros aplastarán a toda la plutocracia!

!Abajo para siempre y en verdad las armas!

¡ Muera la guerra por la misma guerra, entre los extertores de sus sostenedores ! Y ¡ Viva la Paz imperturbable, por el Amor, Ley del Espiritismo !

¡ Tú. hermano trabajador, que estás transido de tanto sufrir y trabajar! Sé que tienes un depósito muy grande de ira, que no puede ser odio, porque tú no puedes, no sabes odiar. Y aun te pide el mandato del Padre, que no descargues esa ira que te obligó tu tirano y tu verdugo a almacenar, para que cometas desmanes y caigas bajo la penalidad de una Ley reflejada del odio de tus enemigos, para castigarte y vilipendiarte nuevamente, como lo viste que así le pasó a Jesús; como has visto ayer que le pasó a Ferrer; como has visto los atropellos que hemos anotado; y ahora, no, debes querer ya hermano trabajador, que te asesinen, y para eso, baja tu puño, rompe todas las armas fraticidas y mete, meted el hombro avasallador todos los trabajadores del mundo, como uno solo, sin discrepancias, con un solo querer y, empuja, empuja y haz rodar el castillo del Plutócrata!

¡Niégale elementos de vida a la religión: no le des valor en discutirla, porque ya está juzgada; ciérrale tu hogar; arráncala si fué sembrada en tus hijos y prohibe por una vez a tu esposa, a tu hermana, a tu propia madre engañada, y ésa, ésa hermano mío, es el arma que usarás, y muerta la religión, enterrada para siempre, será tu paz y la de todos y más las armas y la guerra, el luto ni el dolor, no entrarán en tu casa, porque habrán desaparecido para siempre sus causas y se asentará el gobierno del Amor, en el hermoso y fraternal régimen de !La Comuna de Amor y Ley que es la única, Ley del Espiritismo !...

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