PÁRRAFO VI
TODOS LOS CONTINENTES DEL MUNDO NO SON DEL MISMO TIEMPO

Poco he de decir aquí, porque esto ya le ha sido más fácil al hombre en los últimos tiempos comprenderlo y comprobarlo.

Mas no falta materia de grandes consideraciones y es lo que nos va a ocupar un momento.

Registra la geología cosas, que en el primer momento parecían sueño a sus descubridores. Encontraban en las altas cumbres de las montañas cáscaras de moluscos que sólo en el mar pueden tener vida, porque aquél es su reino y ambiente, y no se explicaban el fenómeno, atribuyéndolo a los vientos y huracanes; pero al encontrar grandes cantidades y mezcladas entre la dura piedra, ya aquella hipótesis se deshacía y nacía otra poco más o menos inverosímil, hasta que la misma naturaleza les ha enseñado la lección y hoy se les completa.

Tuvieron otro prejuicio, que es el diluvio universal bíblico; pero no es cierto que hubiera aquel diluvio en el tiempo de Noé (que existió casi ayer) y es segura prueba que aun habiendo parido las mujeres, todos los días y dado cien hijos cada una, no se habría cubierto la tierra de su procedencia, desde aquella fecha tan cercana.

Todo esto tuvo sólo el buen fin de recordarles a los hombres historias olvidadas y conforme lo podían entender, hasta hoy que todo se lo explicará el hombre.

El único “diluvio universal” que la tierra ha tenido es el que señalé en el parto de la tierra para producir luego al hombre y de cuyo parto nació la luna. Fué entonces que se formaron los grandes montes, que ascendieron del fondo de los mares y se hundieron continentes. Ahí está la causa de que en el Himalaya, el Blanco y otros picachos tan elevados se encuentren restos de. habitantes del mar, como los encontraríais en la luna.

Después de esto, sólo ha habido movimientos parciales; pequeños hundimientos y pequeños levantamientos; el de la Atlántida, fué el mayor que tuvo la tierra hasta el que hoy espero y ansío, porque es la llegada del Padre a darnos la paz y a libertar a su siervo. (El que ya ha empezado cuando este libro va a la imprenta con las catástrofes del Japón, Colombia, etc.).

Ya queda dicha en varios de mis escritos la causa que motivó el cataclismo de la Atlántida, que fué el vicio, no tan grande como el que hoy hay en esas naciones que se llaman civilizadas y que yo digo que son "la prostituta del Apocalipsis"; por lo que no contarán el cataclismo final de la liberación de todos los que están escritos en el libro de la vida, con la señal de Jacob.

Pues bien; y se hundió la Atlántida, rompiendo al mismo tiempo un istmo que unía lo que hoy es el, Africa con España y anego un hermoso valle muy poblado, que es lo que hoy constituye el Mar Mediterráneo, y surgieron las Américas, de las que sólo existía una barrera o cadena de picachos, que son los Andes; de esto, como ya dije antes hace ahora 87 siglos aproximadamente. (1)

(1) Los mismos descubrimientos de Ameghino confirman este punto, pues los hallazgos de fósiles entonces y ahora, son en los valles v montañas precordilleranas y no en las provincias bajas.

Hay aquí puntos muy interesantes que apuntar; sea el primero deciros que había habitantes en la pequeña faja de terreno que existía en lo que hoy llamamos la cordillera, y que otros muchos fueron llevados por las aguas al actual Méjico, que era como el final de la cordillera andina, y a algunos picachos de la hoy Norte América, que como Continente no existía sino en forma de archipiélago.

Esto os explicará la causa de que se encuentren en los Andes vestigios muy antiguos y de que en Méjico, encontrara Hernán Cortés tanta civilización como él llevaba de España (a excepción de las letras, que ellos habían heredado de los israelitas y árabes). Pero antes de los egipcios y de un principio más adelantado por la doctrina de Jesús, que aun no había llegado a América, tenían sus leyes más equitativas que las de hoy, (aparte de una tiranía religiosa un tanto burda, pero mejor que la que les llevó Cortés). (1).

El punto más culminante es que estas tierras de América que toma España, es la que le fué prometida a Moisés; ello es aclarado en Isaías, cuando dice, hablando de Jacob: "Levántate, levántate y ve a las islas apartadas que nunca oyeron de mí; y cuando pasarás el mar, yo te libraré para que las aguas no te envuelvan".

Si esto no fuera así, ¿cómo podría hablarle a Jacob, que fué 13 siglos antes de esta profecía? Es que estas islas no las conocía el resto de la tierra, porque apenas había habitantes en ellas y las reservaba la sabiduría del creador, para que fuesen la tierra donde se recogieran los pueblos y sobre todo Israel con su fundador, dándoles la tierra de promisión en donde él se mostraría y ya va a ser cumplida la promesa.

(1) Conste que decimos "pero mejor que la que les llevó Cortés" por no gastar tiempo en explicaciones de poco interés. Cortés, como toda España, era pagano, probado en que recién había firmado el catolicismo la Reina Isabel. Con una firma, no había hecho católicos a los españoles, que no lo fueron ni con el Terror de la Inquisición.

También es cierto que lo libró de las olas, pues en su viaje como inmigrante de España a la Argentina, que lo hizo en un vapor de carga, el "Berenguer el Grande", estuvo en gran peligro; bastará decir, que el timón de la nave estuvo amarrado todo un día y una noche y se dio la severa orden de "no subir los pasajeros a cubierta"; y al entrar en el golfo de Santa Catalina, en los primeros días de noviembre de 1903, el barco estuvo hincado de proa algunos minutos que debieron ser mortales para el capitán (experto marino por cierto) y en aquel instante supremo, mandaron retirarse de cubierta a todos los pasajeros y aun se guarecieron los marinos que hacía 24 horas estaban vestidos con traje de aguas.

En aquel momento, una impetuosa ola barrió la cubierta, arrastrando todo lo que en ella halló; hacía un minuto que el mandado por la ley llamado por Isaías, entraba de la cubierta; una mecedora que quedó donde él estaba un momento antes, no se vio mas ni en astillas.

Sólo ahora que le ha sido recordada la profecía, ha sabido el por qué de las cosas. El Padre cumplió la promesa de librarlo de que lo envolvieran las olas, cuando se levantó y vino a las islas, apartadas que lo esperaban y que son la tierra prometida a Moisés; islas que aparecieron cuando la Atlántida se hundió y que ya existían como tierra poblada y con feraz vegetación virgen, cuando le fue prometida al libertador del pueblo de Israel.

Anotemos de paso, que desde esa fecha de su llegada a estas islas, llegaron y llegan por miles de miles los israelitas de todas las partes del mundo y se congregan y establecen grandes colonias en estas tierras; sólo en esta capital hay más de cien mil.

Si la tierra de promisión hubiera sido la Palestina, ya la poseyeron y no podían perderla, porque la misma profecía dice "la poseerán para siempre"; es decir mientras el mundo exista; y tantas otras promesas que allí no se cumplieron porque no era la tierra de promisión y era sólo una tierra de descanso, para que de allí se extendieran por todo el mundo y se multiplicasen y refundiesen en su raza todas las razas. Por esto tuvo que descubrir España estas islas, porque en aquella nación se reconcentró toda la fuerza del pueblo de Israel, y Américo Vespucio es uno de los grandes capitanes del antiguo pueblo que fué Josué, sucesor de Moisés, al que le mandó tomar la tierra de promisión.

También en esto ved justicia y sabiduría y cumplimiento de la promesa del Padre, pues tomó esta tierra, el mismo a quien, Moisés dijo : "Ve a tomar la tierra prometida".

Ya solo falta en estos momentos que caiga la piedra o estrella que se le mostró a Juan en el Apocalipsis, que al topar con la tierra arrastre una parte de la tierra y sucumban todos lo que en la frente llevan la señal de la bestia 666, en cuyo momento aparecerán nuevas tierras y nuevos cielos alumbrados por el sol de Jacob. Una nueva luna, que la espero a cada instante, pues hoy todo está para nosotros terminado y aun nos dicen: "Estad prontos, porque todo está pronto", y estamos prontos, esperando y dándole al hombre la última ley. ¿Quién nos rechaza? ...

Hermanos míos: hoy tengo mi corazón triste y lacerado; yo estoy preso, es decir, no tengo el libertinaje que los hombres llaman libertad, porque dijeron que soy el Anticristo, y estoy sentenciado a muerte corporal por los mismos que hoy (25 de julio de 1913) dan incienso al apóstol Santiago en sus imágenes, haciendo infame comercio; si tuvieran a mano su persona, no habría inventado bastantes tormentos la Inquisición para los que querrían aplicarle; y el espíritu que fué de Santiago es el mismo del que llaman Anticristo, como lo fué en Sócrates, Moisés, Confucio, Jacob y Seth. Culpad de eso a la ley.

Soy preso por prudencia y por eso "esclavo sin precio", y mientras me persiguen los mismos que adulan a Santiago, lo ultrajan en imágenes, cantando mil imprecaicones y mentiras. Yo escribo la verdad eterna en estas islas apartadas adonde llegué por el mandato del Padre para escribir la ley suma y recibir el maná que ya no cesará más de recibir el hombre, en el gran "Electro Magno", luz de la luz y vida de la vida misma.

¡Padre, Padre!... el mundo me recuerda hoy y sus evocaciones llegan a mí y me hacen llorar de dolor en mi esclavitud y en mi pena de que no te conocen; están equivocados Padre, por el prejuicio sembrado por los sacerdotes y es hora de descorrer el velo, obrando la justicia de la ley; yo te suplico que me des la orden que espero y sea todo consumado.

Hermanos míos; ya veis, que la sabiduría de la ley y las promesas del Padre, todas se cumplen. Hube de haceros esos puntos de revelaciones importantes a la historia y al conocimiento de vosotros mismos de que algo vale el hombre, cuando la ley obra cosas tan grandes y armónicas, hundiendo continentes viejos y levantando otros nuevos no manchados por la maldad del hombre; cuando esto leáis, mucho de lo que hoy conocéis tierra no lo será ya, de provecho y cultivo y de los fondos del mar aparecerán nuevas tierras, vírgenes de crímenes y maldad, donde sólo habrá vida nueva, alimentos nuevos y paz, allí y en todas partes de la tierra, porque el "rey de reyes y señor de señores" triunfó en toda ley por lo que la comuna se establece para siempre: y sabrá el hombre que sólo Eloí es el Creador, Padre común, con una sola ley común y todos los continentes serán su reino común; como todos los seres comulgarán en el credo común y universal espiritismo, el que enseña todo el Universo, en verdad de verdad.

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