CAPITULO NOVENO
La Propiedad.

Párrafo I
La familia esta solo en los espíritus.

La familia se forma en los espíritus por atracción y en espacio, obedeciendo a la ley de afinidad; esta los pone, por la ley de Justicia, en el punto del cumplimiento de un deber por el que se unieron y descienden a la tierra luchar por el progreso, en aquello que han visto en el espacio que les puede elevar en virtud y sabiduría.

La primera vez que se unen en familia, les es fácil cumplir el primer grado de cariño fraternal, que no llega a ser amor sino en mu­chas existencias y militando en ambos sexos, siendo padre, madre, hijos y hermanos unos de otros y pasando por todas las razas o familia de los diferentes continentes y nacionalidades; por todos los grados de organización social; por la riqueza y la pobreza; y así va enlazando obligaciones; creando nuevas afecciones y matando los resabios primitivos. Esto es innato en todos los espíritus para el progreso, porque es impuesto por la ley divina.

Pero como todos no son del mismo sentido ni son sabios experi­mentados de las tretas de la materia, se ofenden y se crean una deuda, ya en la familia, ya en otra de la creación y de aquí que un individuo tenga que salir del conjunto de la familia primera y encarnar en aquella que ofendió, o que se encuentra un afín donde tiene que cumplir una parte de su misión y allí crea nuevas afinidades y nuevos odios por la debilidad de la materia o por la imposición de leyes sociales contrarias al espíritu y se carga con nuevas deudas que tendrá que pagar en la misma moneda que las contrajo.

Si una vida quitó, una vida tendrá que dar; si aprisionó, será aprisionado; y si persiguió, será perseguido a su propio pedido. Este es el secreto de los disturbios en la familia; es decir, dentro del mismo hogar; porque, a lo mejor, de una familia de seis individuos, sólo hay afines realmente dos y los otros cuatro son enemigos acérrimos en el espíritu y, a poco motivo, se provocarán en la materia y de ahí se producen los uxoricidios, los fratricidios, parricidios e infanticidios, como también la unión de cuerpos entre padres e hijas, hijos y madres y hermanos con hermanas, que dan fruto y que miles de veces se malogra por el error y el prejuicio.

Por esto, la familia, como se quiere entender, no existe mas que momentáneamente y muy rara vez llegará el parentesco a tres generacio­nes; padre, hijo y nieto. Pero es difícil que llegue al cuarto y jamás a la genealogía que se ha hecho ley hereditaria, porque es contraria a la ley de justicia, a la de las afines, a la igualdad y a todas las leyes de la naturaleza y de la creación, porque el hombre ha de pasar por todos los grados y todos los países; la pretensión de la genealogía continuada es antinatural.

No diré nada más en este párrafo, porque está probado en muchas partes de la “Filosofía Universal” y porque me veré obligado a decir algo más en los siguientes párrafos; este es sólo para servir de base a la verdad de ellos, al propio tiempo que queda codificada la familia como es en la divina ley, para así llegar al amor universal, porque nos pone en conocimiento de que, en el blanco, en el negro, el amarillo y el cobrizo, como en los cuatro puntos cardinales del globo, hemos vivido o tenemos que vivir y todo lo tenemos amar con el mismo amor que el Padre a todos nos ama, relativamente al grado de perfección de cada mundo a que en el progreso ascendemos.

Párrafo II
La propiedad material no existe en la ley divina y sólo es propiedad del espíritu la sabiduría ganada.

Tiene esta madeja tantos cabos, que es difícil dar con el que me lleve a desenredarla, porque este es el fin que persiguen las religiones y con el que se hizo todo el desequilibrio que hace dificilísimo establecer una ley equitativa, pero imposible la continuación del estado social actual, pues diez años mas bastarían para llegar a la barbarie mas tremenda, en la que no seria posible calcular su alcance, sino comparándonos todos con un tigre hambriento e hidrófobo, hasta llegar al último sobreviviente.

Este es el camino en que la presión ha puesto a la humanidad y que no se ha producido ya, porque los espíritus de luz han trabajado por contener los odios y las iras reconcentradas, hasta conseguir por el esfuerzo la expulsión de los turbadores del espacio, que furibundos incitaba a sus secuaces de la tierra, no reconociendo mas Dios que la concupiscencia, ni mas derecho que la fuerza bruta; pero que en todos los tiempos descendieron a la tierra hombres de ideas salvadoras que con sus principios, ora de división de fuerzas en las religiones y poderes, ora con carácter de conquistadores, ora de revolucionarios hasta llegar a poder entablar las guerras de principios obedeciendo al gran regulador de la ley de afinidad, que en unión de la jus­ticia preparaba el momento histórico del “Renovavis fatem terrae”, empezando con el juicio final a que hemos arribado.

La humanidad de hoy, esta compuesta en sus familias, de lo más heterogéneo que imaginar se puede y no hay unidad ni afinidad de amor completa en ninguna familia pobre ni rica, ni en las potestades de las naciones no religiosas, porque ya dije que, preparándose el ac­to del juicio, la justicia hizo reencarnar a los morosos que en la tie­rra tenían afines y enemigos con quienes solventar cuentas del espíritu; y conforme al régimen o ley hereditaria, resultaría que las riquezas de uno, pasarían por la ley, a un individuo que nunca fue consanguíneo en la familia; no siendo extraño que el heredero de un trono, sea el verdugo de ayer o el asesino del monarca, del que en la actualidad es su padre o madre.

Si la genealogía hereditaria fuese en la ley divina lo que el egoísmo e ignorancia religioso-social hace ley, el Padre universal no sería justo, y haría bien la humanidad en serle hostil y perseguirlo y no haría nada de malo con renegar de tal padre; pero Dios de Amor se nos manifiesta clara y terminantemente imparcial, igual y con la más estricta justicia, como lo vemos en las cosas de la naturaleza en el nacer y morir, en la constitución de los seres y en el sol que nos da vida material, cosa que nadie puede ignorar ni negar.

En vano intentaría la humanidad desequilibrar estas leyes; un sólo caso nos han querido hacer creer fuera de la ley general de la procreación en la gran María con Jesús y ha bastado un principio de ciencia para declararlo absurdo; pero el Padre (que no puede ser burlado), mandó al último de los hijos de aquella gran mujer y así hermano de Jesús, a desmentir esa extravagante calumnia y nadie se atreverá a negar lo que dice ese enviado, aunque la farsa sacerdotal quiere asentarse sobre que “Dios, con todo su poder, hace todo cuanto quiere”. Yo os digo en nombre del Dios creador y de Amor y en contra de ese absurdo artículo de fe del falso Dios de la iglesia católico-cristiana y de cuantas iglesias y religiones lo ostentan; que el Dios de Amor, que es el verdadero y único Padre Creador por amor a quien todo el universo llama “Eloí”, no puede hacer absurdos ni modificar su ley eterna por la que es inmutable; sin ella, dejaría de serlo.

Sentados los principios que anteceden, únicos y terminantes de la verdad eterna, inmutables como su causa, ¿quien no ve en la propiedad que sancionan las leyes religiosas, civiles y sociales, no solo un robo, sino un desacato con todas las agravantes a la divina ley de igualdad? ¿Quien no ve en ese desacato al Creador, el origen de todos los males que afligen a la sociedad en general, que se subyugan por clases y dentro de la misma clase? ¿No veis que los únicos no subyugados son los sacerdotes que nunca han hecho más que infiltrar su ponzoña y que sólo en los últimos tiempos, cuando el espíritu, después de cruentas luchas ha podido penetrar los umbrales de la ciencia y la libertad sacudiendo el yugo de la infamia religiosa se ven acosados y despreciados y es sólo entonces cuando han concedido hasta derechos divinos a lo monarcas, emperadores y jueces y que esto ha sucedido después de Jesús? ¿ No es bastante esa prueba que esta al descubierto y declarada por todos los principios de pro­greso, par comprender que sólo las religiones son las acaparadoras del producto que ellas no producen y que aun combaten, dando propiedad de lo que tampoco producen las castas y clases por ellos creadas para tener su apoyo?

La infiltración de la idea de acaparamiento es contraria a la ley divina y natural; y aunque no estuviera rebatida en absoluto por el régimen del reino animal, primer consumidor de la tierra y que fuera de las leyes del espíritu le rigen absolutamente las misma leyes que al cuerpo humano, están rebatidas por todos los profetas y Mesías, señalándose entre todos Juan y Jesús, que vinieron a marcar el principio del Sexto día de la humanidad y lo rebatieron con palabras y ejemplos, no teniendo ninguno de los dos ni donde reclinar su cabeza, en propiedad.

La propiedad individual de todo aquello que el hombre necesita, es un robo en abuso de fuerza y engaño a la humanidad y hunde con abuso de fuerza y engaño a la comunidad y un desacato de lesa deidad a la divina ley de igualdad y justicia y se quebranta imperdonablemente la ley del trabajo impuesta para el progreso a las humanidades de los mundos de expiación.

Por lo que, al empezar el Séptimo día en el día del juicio, se decretó la Comuna en toda su grandeza y con un plazo perentorio de 9O años para su completo establecimiento, que es el tiempo de transición a las tres generaciones que en la tierra se encuentran sentenciadas inapelablemente; y de que esto se cumplirá, da fe el triunfo de la procla­mación de la libertad de pensamiento y la abolición de los sacerdotes y las religiones, que también declaran Juan y Jesús y cayeron en aquella forma por la supremacía civil y sacerdotal y sacrificaron los dos apóstoles de la igualdad.

La propiedad material está prohibida la ley divina; y todo el que retiene lo que al otro le hace falta, o se constituye en propiedad de lo que no puede llevar consigo a su desencarnación, constituye delito de usurpación a la Comuna, y el Padre, por su justicia, le hará pagar con la pena del Talión su falta de amor, su ofensa a la ley y el hurto al progreso, con mas las agravantes de miseria que ocasionó a sus hermanos: sólo la Comuna es justicia.

La única propiedad que el hombre tiene son sus virtudes y su sabiduría, porque estas son las riquezas únicas del espíritu, que siempre es el mismo individuo y es el archivo, que aunque no quisiera, tendría que llevarlo, porque es lo que constituye un valor; pero aun esto que es pro-piedad inherente e impuesta, no puede disfrutarlo el solo; sino que la Ley de Amor lo lleva inexorablemente a hacer partícipes a sus hermanos de los conocimientos que él ha adquirido; el premio de ello es la mayor elevación moral ante sus hermanos que ante el Padre lo eligen y el Padre que lo señala como su misionero y sus hermanos como su maestro; pero sin mas prerrogativas ni mas supremacías materiales, y sólo disfruta mas en su espíritu, porque su sabiduría le lleva a mas profundos conocimientos de la causa primera y esto hasta se demuestra en la tierra; pues aunque hoy son muy pocos los verdaderos sabios, estos se muestran siempre en humildad y justicia y son venerados por los aprendices a sabios; pero se les amarga aún a los maestros por los pretendidos sabios, cuya arma es la ca­lumnia, la intriga y la critica mordaz, por un egoísmo bien definido, que se llama envidia y necio orgullo.

Queda, pues, codificada la propiedad diciendo que no se puede retener nada de lo que a los demás hace falta y que solo la Comuna puede repartir en justa equidad los productos, de la tierra.

Párrafo III
Los títulos nobiliarios son ficticios e injustos y ocasionan la división de clases.

¿Cómo persuadir a la inflada dama de títulos nobiliarios que no valen lo que una escoba y que solo es señal de que han prevaricado de la ley divina de igualdad? ¿Cómo hacerle pensar que a la existencia siguiente o en la anterior estuvo o estará fregando escusados? Mientras haya una mitra, un capelo y una tiara que mientan, esto no, puede ser; y, sin embargo, esto es cierto como la verdad eterna y esta confesado y contenido en la Filosofía Universal por los espíritus de todos los grados que han actuado en la tierra, y, además, os lo dice el que ha venido a traer la verdad desnuda.

Ni aún era necesario este párrafo en el “Código de Amor”; pero gravita con tanta densidad en lo que os ha dado la gana de llamar “alto mundo”, que no sería completo este, Código que durará hasta el fin de la tierra, si faltase esa declaración; no por lo que importa en si, sino por lo que atañe al desequilibrio social.

Sí todos fuesen duques, marqueses o condes, habría menos disolución, aunque habría el desequilibrio de la mayor fortuna pero resulta que hay tal cúmulo de títulos, que esa clase o alto mundo se divide casi atómicamente y el título inferior se subyuga al inmediato supe­rior, el otro al de mas arriba y todos a una simple dignidad ec1esiástica o religiosa hasta el pontífice o santón, que no lo subyuga a él nadie ni Dios, porque es hechura suya (por esto e quiso declarar infalible Pío IX.)

Pero aún dentro de cada título se subdivide en unidades, según los cargos públicos que desempeña o los millones que muestra o aparenta y los despilfarros que hacen en saraos, que son las bacanales más vergonzosas a donde la honra de cada uno rueda por el fango y no sin razón; porque también sus cuerpos se entregan a la lujuria de un tenorio lascivo, porque la lujuria de esos... esclavos del prejuicio se muestra inviable; para lo cual no se perdona medio ni gasto para el disfraz, siendo cada uno de esos ejemplares nada mas que fardo de inmundicia, que habría que quemarla siguiendo las leyes de higiene, para que no infectase a los humildes.

Pero todo esto es santificado por las religiones, cuyos pontífices, entre los que han sobresalido los cristianos, han dejado tamañitos a los más grandes escándalos del alto mundo, pudiéndose tomar éstos casi como una pantomima de los celebrados en el Vaticano, como algunos que anote, cuando iba “Buscando a Dios” y su asiento.

Si estas bacanales no tuvieran más trascendencia ni ocasionaran mas daño que los despilfarros para castigo de los asistentes, no había dé tomarlas en cuenta; pero... esos millones... que se derrochan, ¿de donde salen?. Tendrán que trabajar diez mil obreros un mes, produciendo diez pesos por día, aparte de dos pesos míseros que se le pagarán y aún tendrá que pagar de ellos diezmos y primicias, no quedándole para comer sino un mendrugo de duro pan, dormir sobre paja desabrigado en pestilente y húmeda habitación, para que aquella desvergonzada y aquel vampiro lo derrochen tan lujuriosa y miserablemente, aparte de que el crimen, el suicidio y todas las venganzas mas bajas se fraguan en esos... prostíbulos.

¿Veis para que sirvan los títulos nobiliarios? Para llevar el desconcierto y la miseria a todo los hogares y para encender las pasiones más bajas entre ellos, tramando por la necesidad, la venganza, provocando al fin la revuelta del pueb1o, a quien se le o­fende de palabra y obra, y, por fin, se le asesina por protestar.

¿Y son esas damitas coronadas las que miran a la hija del pueblo que las servía y con su ejemplo la corrompieron las que hacen ascos en la desgracia que ellas provocaron? ¿Y son esos caballeros los que te administran y te piden,¡Oh, pueblo! sumisión?.

¡Tanto no puede ser ya, Padre mío ¡ Venga, venga cuanto antes tu justicia y purifique el fuego y cubran las aguas tanta maldad, porque solo así es posible la paz y la armonía; no esperes, Padre mío, que oirán estos avisos de tu amor; yo cumplo tu vo1untad señalándoles el camino que conduce a tu luz; pero son ciegos de voluntad y no quieren ver. Si no los señalara, yo me haría cómplice.

Aún tenéis hombres y mujeres de títulos ficticios y falsamente heredados que os pierden por el orgullo y el prejuicio os hacen esclavos unos de otros, esta existencia de tregua para enderezar vuestros pasos; tomad al pie de la letra este Código, que es el último que se da a la humanidad en la tierra; al instante de la desencarnación no habrá lugar; las bendiciones, las indulgencias que os concede quien del Dios Amor no recibió el poder, porque desconocen a Eloí y os han hundido hasta hoy mas os hundiréis con ellos ahora que se os declara la verdad.

Sólo el arrepentimiento interno; solo la confesión al Padre en el secreto de vuestra conciencia dolorida; solo su reconocimiento en el asiento que os lo he señalado hay rehabilitación; pero nada con­seguiréis ni el Padre os oirá si antes no amáis a vuestro semejante, pero sin ficción, con amor fraternal y universal; entonces el Padre os oirá y no de palabra arareis, sino en espíritu y verdad lo habéis de llamar, como Jesús lo enseñó y el Juez por tercera vez os lo recuerda. Oídlo y os oirá el Padre a vosotros.

Párrafo IV.
Las monarquías hereditarias son una ficción.

¡Monarcas todos de la tierra! Leed con atención las declaraciones que se os dan en nombre del Dios de Amor, a quien en amor deberíais representar, siendo los padres y maestros de los pueblos hasta el día de la Comuna Universal no habéis el fin de la ley divina por perjuicio y ambición y porque no aplastasteis a la serpiente religión. El Padre os pide cuenta de la misión de padres y maestros que os encomendó, y que sólo el plebiscito puede sancionar leyes lo que no ha sucedido, porque no lo quisisteis ilustrar y vosotros aprendisteis sólo a destruir vuestros pueblos por la imposición religiosa; han habido hermosas excepciones, no como el Padre lo ordena, sino entendiendo la conducta equivocada seguida en general.

Recordar el párrafo primero de este capítulo sobre las familias ­y estad seguros que estáis en esa misma ley, por lo que es ficticio el derecho hereditario del trono de un pueblo; y no es extraño que el que pasa a ser monarca fuese antes el verdugo que por orden de otro monarca ejecutaba a los hijos del pueblo, o sea un espíritu que fue hombre en otra nación enemiga,, a quien se la sometió, y por muchas razones de justicia divina que no habéis querido aprender ignoráis estas verdades, que si las supierais no habríais sido lo que sois sino lo que debierais haber sido; esto es, el Padre y el maestro de amor de un pueblo.

Mas hoy es el día de la justicia y solo hay en la tierra, entre tantos que ciñen corona uno que otra vez la llevó ya hace siglos y lo acompaña también la que entonces como ahora era reina y en justicia ocupan el mismo sexo; sabe el Juez quienes son y la afinidad que sus espíritus tienen con él hace largos siglos, más de 16, en cuyo tiempo éramos príncipes en un punto de la tierra sin llegar a ser monarcas, pero a los que aludo fueron reyes siglos más tarde por misión y por misión lo son ahora y cuando conocerán estos secretos lo sabrán y espero que cumplirán su misión (l); entre tanto, se prohíbe a todos los espíritus y encarnados que no forman en el Consejo del Padre manifestar las aclaraciones de este secreto, bajo la pena de faltar a la ley, y los remito al Espíritu de Verdad a una corrección especial, porque solo hago esta historia para que conste a las generaciones la labor de los espíritus, pero no para vanagloria ni pena, ni para dar motivo y armas al enemigo; la sentencia esta dada y ella es inape1able; se cumplirá por encima de la intriga del enemigo, pero se hará responsable de alta traición (ante) el tribunal del Padre.

Citaré más casos, concretando nombres; Juan el Solitario, mal llamado el Bautista, fue antes el profeta Elías, y antes de Moisés ya era del consejo del Padre, cuyo asiento esta en Sión que es el mundo que la astronomía llama Sirio. Jesús, el mismo lo dijo, fue antes de Moisés, pero después de Moisés y antes de Jesús, fue en Grecia el gran Antulio, que fundó la primera escuela de filosofía astronómica, al que la envidia de los sabios lo hizo beber la c cicuta; no figura en la historia porque era una vergüenza para los sabios. Perdonó ante ellos, a su acusadora, que era su esposa, la bella Iris, que el Areópago le regalara en las fiestas panateas, lo que esta confirmado en una hermosa historia revelada por su espíritu bajo el nombre de “Memorias de un Espíritu” (Léase el “Te perdono” de Amalia Domingo Soler. Y el Juez, ¿qué ha sido?. Conózcanlo en Shet y Moisés. Él fue Jacob patriarca; su historia está desfigurada como todas las escrituras. E1 pronunció la palabra­ cristo, no para ídolo de una religión sino como figura de peligro y cuyo recuerdo atrás dejo anotado; e1 fue Jaime, apóstol de España hermano de Jesús y como él hijo de José y María, para dar fe y testi­monio teniendo desde entonces muchas existencias, casi una por siglo, y sé donde y lo que ha sido, siempre pulsando el momento de pedir al Padre la justicia y luchando para ello en el ambiente propicio hasta en la existencia presente que esta la justicia cumplida, para lo cual están dispuesta las fuerzas todas de los hijos de luz y hemos hecho la parte primera, que fue el juicio y sentencia.

Los dos secretarios hoy, como el Juez, obreros hoy, fueron actores cuando Jesús y ya eran maestros, y reservo su actuación de esa existencia; más tarde, uno fue hijo de Mahoma y luego un Papa de la iglesia católica, Pío III, y el otro fue el Cid y luego Jaime I de Aragón.

El Maestro que nos dirige es el Espíritu de Verdad, cuya grandeza y majestad es tal, que da luz al plano primero que se compone de 7-1/2 nebulosas siendo su residencia en Sión; descendió a la tierra para traernos leyes que aún duran desde el principio del imperio romano; y al final del Quinto día volvió a encarnar para mejorar las leyes y fue entonces Servio Tulio, según su pulsación debía ya anunciarse la libertad ­de pensamiento y el amor y en consejo, se decretó la venida de Juan y Jesús y los que les acompañamos y el también en previsión, de los acontecimientos, para ser juez en verdad y fue Pilatos; poco más tarde, y deshecho el imperio romano por prevaricador, descendió para traer las leyes de la diplomacia y fue Che-Aufer, de cuyos principios se nutrió Bismarck siglos mas tarde; pero antes de este tiempo de Bismarck y después de Aufer había descendido el investigador Juez, siendo, dentro del Vaticano, un capitán que ceso por voluntad por que, al ser elegido pontífice Alejandro VI, el monstruo Borgia, le llevo la afinidad a salvar a dos mujeres, esposa e hija de aquella fiera, acabando sus días colgado de una soga, a traición, por la orden de Borgia, ejecutado en Sinigalia a manos del desgraciado duque de Valencia asesino de su hermano dentro del Vaticano, que era el que ostentaba el titulo de duque de Valencia; esta existencia, en la que el Juez ostentaba el nombre de Juan Sanseveríno (1), hijo del general y duque del mismo nombre, fue penosísima y acababa en el primer lustro del siglo 16. El año 6 del mismo siglo aparecía otra vez en la tierra el Espíritu de Verdad con otro número de conjurados, para cambiar el nombre a la apócrifa religión; esta vez fue Francisco Xavier, del que se ha hecho una historia falsa en absoluto, y gracias que su demasiada luz ha eclipsado a sus mentecatos historiadores y lo han llamado apóstol, porque no saben lo que es ser apóstol, pues, con esta palabra, se desmiente todo el misticismo que se le atribuye, porque el apóstol ama desde el fondo del corazón al Padre y no puede ser místico, y Xavier no lo fue, porque no puede serlo quien vivía sólo con el cuerpo en la tierra y en espíritu regia los Consejos de Sión.

Xavier, esta vez, quería pulsar por última vez la posibilidad de salvar los efectos de la causa religión y venía para oponerles una nueva institución que tuviera el nombre que le pertenecía al Mesías Jesús; pero en cuanto desaparecieron los fundadores la dogmatizaron los papas y ya se convenció de la imposibilidad de reformas ni puntales; él venía para ir a buscar en Oriente, si aun existía el prin­cipio de Adán que escribió Shet, que también lo encontró desfigurado y por esto ya no vacilo en la aplicación de la justicia en el día señalado; pero sin dejar de mandar siempre, misioneros a preparar el camino y convencer cuantos más se pudiera, para que los expulsados fue-sen los menos posibles.

Desde es a última existencia del Espíritu de Verdad sobre la tierra su representante, como Juez del Padre y Protegido directamente de él, además de su hermano Jesús, sus padres José y María y su abuelo el pastor Joaquín, con todo el Consejo del Padre, ha venido varias existencias mas la presente y militado en todos los trabajos y azares de la vida para templarse cual era menester y palpar todas las consecuen­cias de las leyes y costumbres de los pueblos, siempre luchando contra el monstruo religión, sobre todo contra el cristianismo, porque él había hecho una figura de baldón y la religión lo convirtió en ído­lo y lo antepuso al verdadero Dios, que ha sido causa de su desconocimiento y había jurado al Padre desmentir al Cristo (2) para que nunca más se levantara, cuyo juramento fue hecho en la cima del calvario, donde estaba pendiente de la infame cruz, Jesús, hermano de Jaime, que jura.


(1) Ver sus luchas en el Buscando a Dios.

(2) Si desmentir la deidad del fantasma Cristo, puede considerarse al opositor Anticristo, valga en su significado. Mas no existiendo Cristo, no hay tal Anticristo.


Durante todas estas encarnaciones, sufriendo perseguido por la religión del Cristo, era, sin embargo, incensado en los altares y aún lo es y se prosternan ante las imágenes en que creen representan a Santiago, Jacob y Moisés, y en cambio lo asesinaban los mismos pontífices en Juanucho y otros nombres que de hombre ha tenido.

Tampoco le ha impedido antes ni ahora el cuerpo material, para que en actos de justicia divina se haya presentado su espíritu materializado y como guerrero, llevando a la victoria a los que luchaban por la libertad. Recordarlo sobre el caballo blanco, cuyos actos al mundo debieron poner1o en otro camino de estudiar al espíritu.

Ahora bien; queda hecho un prefacio a la historia de la verdad y vuelvo a vosotros, monarcas.

¿Veis en todo ese cúmulo de existencias que os he indicado a título de testimonio, ninguna cohesión hereditaria? ¿No veis que desde ser el patriarca Jacob, a los veintidós siglos aparece aquel espíritu hecho hombre en la familia de un carpintero? ¿No veis que luego aparece siendo príncipe hijo de reyes? ¿No veis que después ha pasado por todas las clases sociales llegando hoy investido del poder para juzgar a vivos y muertos, cuya sentencia firmé, elegí una familia humilde cavando la tierra a los nueve años de edad?.

¿Dónde, pues, podríais buscar la genealogía hereditaria? ¿Quién os dice a vosotros que alguno de los que ceñís corona no ha sido ayer el obrero protestante de los atropellos de un rey déspota y (1) aun el verdugo ejecutor de la falsa justicia de los plutócratas?.

Bastaos saber que el rey Herodes, asesino del gran Juan Bautista, hoy es un niño de pocos meses y es hijo de una pobre mujer lavandera, y como os digo esto, os podría decir de vosotros, de vuestros padres y abuelos; pero yo vengo a decir lo que debéis saber y callo en justicia lo que debe servir al Juez sólo.

Sólo os digo, en autoridad, que las monarquías hereditarias son antinaturales y, en ningún caso, son la representación popular. He ahí la causa del descontento y de la protesta constante de los pueblos, y faltan nada más que cortos días para que ningún hombre tome las armas contra otro, porque el espíritu ha hecho solidaridad; y con el paso de tres generaciones, la Comuna estará en su plenitud, único régimen de los mundos de luz y progreso y la tierra entró en ese grado.

Más ¡ay! Que falta sufrir a la tierra el cataclismo que la ley de la creación la somete y algunas coronas volaran por la atmósfera a una distancia de mas de 90.000 leguas de donde hoy se encuentran (2) no llevando vida vegetativa el pedazo de tierra ni lo que ella arras­tre. La tierra, tiene que ponerse (lo exige y el mundo) la tierra necesita ya luz constante y propia, y ella, la tierra, tiene que poner­se otro faro de la noche semejante al satélite que ya tenemos y que es otra página idéntica a la que señalé antes; aquella hace 55 millones de siglos para recibir al hombre sobre la tierra.

Reencarnación de Herodes.

El cataclismo de la tierra.

¿Cuales serán los reinos o imperios cuyo suelo volará a tal distancia? No os importa saberlo; pero sucederá y muchos de los que hoy viven lo verán; mas otros reinos y otros imperios serán purificados por el fuego y quedarán en estado calcáreo y envueltos por nieves que serán seculares y otros cubiertos por las aguas, apareciendo nuevos continentes (conforme a la profecía) donde la sangre del hombre no ha sido ni será derramada.

¿A quienes les tocará? No tenéis derecho a saberlo; mas estar preparados como si a todos os hubiese de tocar, para que solo vuestras materias acompañen a ese fragmento o queden bajo la nieve y las aguas y vuestros espíritus puedan entrar en la comunidad del espiritismo universal, que es el concierto infinito de los hijos del Dios de Amor, cuyo nombre universal se nos dio ya como se pronuncia en todos los mundos ya juzgados: ELOÏ.

¿Que qué haréis? Acatar este Código, empezando por enterrar todas las religiones, porque ya enterré yo la cruz y el cristo Dios mons­truo de ellos y vuestro. Llamar comulgar con el Dios del Juez, el Dios de Amor. Eloí Universal, y adorarlo en espíritu y verdad en el asiento que os he enseñado (señalado.)

El espíritu de Verdad inspiró el tribunal de la Haya; en él de­bisteis dirimir todas vuestras cuestiones y no derramar más una sola gota de sangre; Si así hubierais hecho, no hubieseis sacrificado al pu­eblo para hacer esos monstruos de exterminio, reñidos con el progreso; y unidos esos miles de millones a los miles de millones que comen los ejércitos y las guerras; sumados a los miles de millones del irracional culto de las religiones, habríais hecho la felicidad material de la tierra y el progreso espiritual sería la felicidad completa; el mundo contaría con muchos millones de hombres mas y llegaríais serenos al Renovavis fatim terrae; no lo hicisteis y la justicia del Padre os será más sensible. “Vigilad y orad, porque el espíritu esta pronto, pero la carne es enferma”, dijo Jesús.

Párrafo V
La propiedad religiosa no existe; sus efectos.

Aún tengo que tocar este palillo en el Código y será por última vez, como materia de estudio. Seré breve porque están estudiadas las religiones en todo sus matices en capítulos anteriores y más detenidamente en el libro "Buscando a Dios” y las atomizaré en él “Conócete a ti mismo” y los espíritus las han dec1arado prevaricadoras en muchos puntos en la “Filosofía Enciclopédica Universal” por lo que solo aquí lo hago, a titulo de que quede codificada y negada la propiedad religiosa.

Todas las religiones, hasta las derivadas de otras se niegan unas a otras y todas pretenden tener al Dios verdadero; y como “dos principios iguales se anulan y no existen”, menos pueden existir mas de dos poderes iguales y hasta por esta ley física son anuladas todas las religiones en sus principios y en su poder.

Pero como han vivido del poder bruto y material, la mas material y más bruta y por tanto la más desalmada, ha cantado más alto y metido mas ruido: pero aunque asoló al mundo con sus persecuciones,

lo empobreció con sus guerras, acaparamiento, despilfarros y bacanales, anublo la atmósfera con el humo de las hogueras dividió por intriga el mundo en pedazos microscópicos, porque en la mayor división cifraba su triunfo, no pudo conseguir este; y como se subió, por orgullo y despotismo a donde no le pertenecía, su caída será estrepitosa, conforme a la sentencia.

Todas sostienen que fuera de ella no hay salvación, con lo que mutuamente se condenan; pero la intransigencia de la católico-cristiana llega al límite de lo irracional, apropiándose de derechos usurpados al sentimiento y la razón, por medios que estableció en listas de artículos de fe ciega, anatematizando al que se atreviera a discutirle, para lo que se apoderó de la educación de la juventud, imponiéndose a los monarcas, que todos eran pequeños divididos en diminutos reinos que aun existen llenos de prejuicios y teniéndose uno a otro, porque muchas veces se han trabado en luchas incitados por el pontífice cristiano, único emperador material, con la base falaz de la espiritualidad y dirección de las almas.

Hoy se ven solos la bestia y el dragón (religión y pontífice) y no tiene apoyo mas que de cuatro tontos de capirote y unos cuantos miles de diestros sobornadores de las conciencias, corruptores de la juventud que militan en sus menguadas filas y que viven chupan-do la sangre del trabajador entregándose al libertinaje y no omiten el crimen y el atropello al pueblo, porque con un golpe de pecho, postrándose de rodillas (lo que significa nulidad) y aparentando filan­tropía con el nombre de caridad, arma cruel, de la mas cruel iglesia católica y cristiana, son dispensados de culpa y pena por un simple negro en el vestido y en la conciencia, ordenado y aprobado en la criminalidad por el jefe; pero figura no le queda ya mas que una (que al decir de un espíritu, como se encontrara en la Filosofía Universal) es “la sota de bastos”, que es el último palo de la baraja; todas las demás las ha perdido moralmente; y las que aun le tributan las perderán con la publicación del Código de Amor y entonces llegará la justicia a pedirle cuenta de sus actos, derribando el trono de los crímenes, cuyo estrépito hará caer al mismo tiempo todos los poderes religiosos, que solo existen ya como freno de la católico-cristiana y porque será llegada la hora de adoración del Padre, en espíritu y verdad.

Si se resistieran, peor para ellos. La justicia derribará la causa, salvando los efectos; pero si los efectos que mantienen a esa cau­sa se resistieran, no habrán conseguido mas que atraer las iras del pueblo al que retenemos con esfuerzos para que no los aplaste materialmente; pero ellos, al provocar los hechos, caerán con la causa y serán pisoteados como bestias venenosas y el pueblo ya no será culpable.

No criminales responsables de los desaciertos de la humanidad; no podéis por más tiempo proclamaros poseedores y, por lo tanto, propietarios de las cosas de Dios no sois ministros mas que del Dios antropófago que cantáis de los ejércitos de destrucción en esas listas de artículos de fe, cubiertas con otras listas de obras de misericordia, con las que, cubrís las miserias y los cadáveres de vuestras victimas; no son artículos del Padre de Amor, porque habéis desfigurado los que él dio, con intención aviesa; y para su anulación los ha­béis tomado como esta probado en el desconocimiento que la humanidad tiene del verdadero y único Padre y con el odio que vive la humanidad, contra el mandato único de “amaras a Dios y a tu hermano”.

Ninguna religión es propietaria del principio AMOR, porque es propiedad individual de cada espíritu y en la unidad del universo bajo el axioma espiritismo: sin más dogma que el amor universal, que el Juez que sabíais había de llegar, el que habéis desfigurado en odio e impotencia, ha venido a implantar en el nombre del Padre que lo envió, para decirles a sus hermanos: ¡Hombres de la tierra!. Todos sois mis hermanos y conmigo hijos del Padre, Dios de Amor. “Amar a vuestros hermanos”, porque en ellos amáis a Eloí universal.

Párrafo VI.
La Comuna es el régimen que el Creador dio a sus hijos.

Hasta este santo nombre ha sido ultrajado en la tierra; los negadores de todos los principios santos, lo han querido enlodar con nom­bres de terror y revolución y otras patrañas, que forzoso era les cayeran encima las sanciones de los códigos hechos a base de la religión, con lo que provocaron siempre con la presión y el despilfarro al siempre mártir trabajador mantenido en la más denigrante ignorancia.

La causa ha sido provocada por los siempre enemigos de la unidad, de la justicia y la igualdad, y porque en sus incesantes atropellos el pueblo, alguna vez en común, otra bajo el nombre de sociedad avanzada, o bien individualmente, ha tomado la justicia por su mano, han aprovechado para ultrajar un nombre tan grande como el universo, porque es regido por lo que representa ese principio, que es libertad, fraternidad, justicia equitativa, igualdad y, en una palabra, Amor.

¿Pero a los detractores qué les importa condenar ese nombre santo, que solo es un atributo del Creador, cuando han condenado al mismo Creador? El Juez condena el crimen y primero las causas del crimen y salva los efectos, que son los hombres; pero en los casos que el pueblo se levanta en protesta, no es él quien tiene la culpa, ni responsable tampoco de los actos que en justicia se ocasionaron por la injusticia; pero si es responsable de las vidas que corta en la parte mínima que le corresponde por barbarie; pero como de su barbarie es causa el poder y la religión que subyuga al poder civil, ante la justicia del Padre, el pueblo, aun tiene mil atenuantes sobre la mínima parte de culpa que le corresponde; porque si el pueblo es administrado en justicia y es instruido en sus deberes sin prejuicio de castas, patria y religión, el pueblo no es criminal. Pero ya se acababa toda la barahúnda de vagos y vampiros, y el que habrá de comer, habrá de trabajar en lo que corresponda y se habrán acabado las desigualdades, las injusticias, las intrigas, las guerras, las clases, las supremacías y el crimen, porque la propiedad será absolutamente comunal y el Amor sustituye a todas las leyes, el Maestro a la tiranía, la ciencia a la re1igión y el espiritismo a los sacerdotes y, solo la sabiduría mayor, será mayor moralmente; pero el sabio y el menos sabio (porque la ignorancia no existirá) serán iguales en derecho y en el usufructo, y el niño y el anciano, él robusto y el enclenque, el sano y el enfermo, el hombre y la mujer, todos son iguales, todos trabajan para todos y ni aun el respeto se conocerá, porque no es necesario donde el amor es la ley.

Esta es la comuna que trae el temido Juez; la Ley de Amor que anula la de temor que pintáis los suprematicos, para desviar de ella los débiles. El que no la quiera acatar, la sentencia esta dada; sé iré al mundo de, sus afecciones. Allí, suprematicos os tendréis que conquistaros la supremacía, cayendo despedazados miles de veces, porque todos la quieren y todos no la pueden tener; allí, libertinos, tendréis que conquistar la hembra a punta de puñal a otro libertino; allí, vosotras, damas descocadas y pudibundas, os veréis acosadas por los hombres fieras y no daréis reposo vuestros cuerpos sucumbiendo cien y cien veces a la fiera sensualidad, porque "el Padre tiene moradas para todos los gustos de sus hijos", allí, en vez de las sedas que arrastráis y las alhajas con que os adornáis y los afeites con que disfrazáis vuestro cuerpo (sepulcro adornado) vestiréis la piel, si se la podéis arrancar a una fiera, hasta que sepáis tejer el esparto, que os parecerá delicioso y suave, un collar de restos humanos, quizás de tus propios hijos que te habrás comido, te adornarán; allí serás cazada a palo y pedrada, fecundada y abandonada y buscarás alivio en los lechos de los ríos aun humeantes y la luz de los volcanes sustituirá a la electricidad que la tierra tomó del éter, transformador de la creación; elegid entre esto y la Comuna que os he descrito, porque no hay términos medios; la sentencia se firmó; hay que elegir, a voluntad y la hipocresía no cabe; no alegarás alcurnia que te servirá de acusación; ni dignidad que por si misma te condena; el Juez te previene y te dice que para quedar en la tierra, ya bella, basta acatar éste Código y no importa que te encuentre desnuda; el Espíritu de Verdad que en la tierra represento y él representa en la justicia al Padre, te prestarán el traje de luz que te permita trabajar para vestirte del progreso y sabiduría propia; pero también tendrás que pagar la luz que se te presta porque al Padre solo se pueden presentar sus hijos ricamente vestidos de su luz propia, conquistada por el trabajo y el amor.

¿Porqué os asusta la Comuna? Nada hay más grande ni hermoso; todos son iguales en ella. Seréis los últimos llegados; los recibidos al trabajo en la última hora, es cierto; pero ¿qué importa si el mismo derecho tiene al usufructo que el de la primera hora? Es cierto, también, que seréis aprendices a sabios; pero como los maestros son de amor y por el amor no se rebaja ni se humilla nadie porque esto no cabe, se llega hasta el más retrasado para ayudarle a progresar; no tenéis que tener vosotros tampoco la humillación y solo sentiréis amor en todo lo que os rodeará y bendeciréis al Padre en su amor.

Me alegáis que ejercéis la caridad y que esto os da derecho al reconocimiento de esos actos; ya he dicho algo sobre la caridad en mi libro "Buscando a Dios"; en la "Filosofía Universal" hay tanto dicho contra la caridad, que luego nadie se atreverá a evocar ese nombre de afrenta; pero es demasiado importante este alegato y debo hacer un punto aparté para deciros lo que es la caridad y dejarla en punto especial condenada.

Punto II
La caridad lejos de ser una virtud es un baldón.

En todo el Código no toque mas que una de las sentencias del apóstol Santiago; pero aquí me veo forzado a transcribir el Capitulo segundo de su epístola universal y veréis que hablo hace 19 siglos como hoy sobre este punto, y si como apóstol fue una autoridad, hoy es apóstol y juez del Padre y su autoridad es mayor. Dice así:

1.-"Hermanos míos; no tengáis la fe de Jesús puesta en acepción de personas".

2.-"Porque si en vuestra congregación entra un varón que trae anillo de oro, vestido de preciosa ropa, y también entra pobre de vestidura vil".

3.-"Y pusierais los ojos en el que trae la vestidura preciosa, y le dijereis; tu siéntate aquí honoríficamente; y dijereis al pobre: estate tu allí en pie; o, siéntate aquí debajo del estrado de mis pies".

4.-"¿Vosotros no hacéis ciertamente distinción dentro de vosotros mismos y sois hechos jueces de pensamientos malos?".

5.-"Hermanos míos amados; oíd: ¿No ha elegido Dios los pobres de este mundo, y ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?".

6.-"Mas vosotros habéis afrentado al pobre. ¿Los ricos no os oprimen con tiranía y ellos mismos os arrastran los juzgados?''.

7.-"¿No blasfeman ellos el buen nombre que es invocado, sobre vosotros?".

8. -"Si ciertamente vosotros cumplís la ley real conforme a la escritura, amarás a tu prójimo como a ti mismo; bien hacéis".

9.-"Más si hacéis la, acepción de personas, cometéis pecado y sois acusados de la ley como transgresores".

10.-"Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y sin embargo se deslizase en un punto, es hecho culpado de todos".

11. -''Porque el que dijo: no cometas adulterio, también ha dicho, no mates. Y si no hubieras cometido adulterio, empero hubieres matado ya eres trasgresor de la ley".

12.-"Así hablad y así obrad como los que habéis de ser juzgados por la ley de libertad".

13.-"Porque juicio sin misericordia será hecho aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia sé gloria contra el juicio".

15.- "Porque si el hermano o la hermana estuvieren desnudos o necesitados del mantenimiento de cada día".

16.- "Y alguno de vosotros les dijere: Id en paz, calentaos y hartaos. Empero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿qué les aprovechará?".

17.-"Así también la fe; si no tuviera obras, es muerta por sí misma".

18.-"Mas alguno dirá: Tu tienes fe, y yo tengo obras; muéstrame tu fe sin tus obras yo te mostraré mi fe por mis obras".

19.-"Tú crees que Dios es uno: haces bien; también los demonios creen y tiemblan".

20.-"Más ¡Oh hombre vano!¿Quieres saber que la fe sin las obras es muerta?".

21.-"Abraham, nuestro padre, ¿no fue justificado por las obras cuando ofreció a su hijo sobre el altar?".

22 .-"No ves que la fe obró con sus obras, y por las obras, le fe fue perfecta".

23. -"'Y la Escritura fue cumplida que dice :Abraham creyó a Dios, y le fue imputada a justicia y fue llamado el amigo de Dios".

24.-"Vosotros, pues, veis que por las obras es justificado el hombre y no solamente por la fe".

25.-"Semejante también Raab la ramera, ¿no fue justificada por sus obras, cuando recibió los mensajeros y los echó fuera por otro camino?".

26.-"Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras es muerta". Ya lo veis; se os condenó hace 19 siglos, porque en vosotros están los dos extremos; ni tenéis fe ni tenéis obras. Y se os vuelve a condenar hoy sin misericordia, porque habéis aprovechado los medios de la máscara caridad para negar el amor y matar la fe y el conocimiento del verdadero Dios de Amor y libertad.

Mas hoy el Juez debe fundamentar su sentencia condenatoria, no porque seáis los magnates, reyes, papas, o tan encopetadas como hipócritas damas, porque no entiendo de posiciones, clases, ni razas; si no porque condeno el vicio y la maldad donde la encuentro.

El amor del Padre no tuvo singularidad con ninguno de sus hijos; a todos por igual dotó de las mimas fuerzas, de los mismos órganos, de las mismas necesidades y todos fueron lanzados a la lucha en las mismas condiciones.

El principio de supremacía ya he repetido muchas veces donde empezó; con ella, la holgazanería; ésta origina las maldades y los vicios, y tanto engendró la imposición al trabajador, que cumpliendo la ley, no le queda tiempo para intrigar ni ofender; y tanto fue apretada la humanidad trabajadora y tanto fue despreciada y prejuiciada, que en su ignorancia y sumisión fue esclavizada llegando los señores a disponer impunemente, hasta ayer, no sólo de las vidas y haciendas, sí que también de las hijas para solaz del señor-bestia, no comiendo mas que algo peor que los perros de caza.

Hubo protestas que la inquisición y las persecuciones no fueron bastante a acallarlas, porque eran de los espíritus de progreso, que ya, sacrificados y subyugados muchas veces, habían encarnado para librar la batalla y aun no asomaba cha caridad en los bárbaros señores y solo la compasión, pero compasión por necesidad para seguir ellos triunfando, les hacia conservar la vida de los burros del trabajo; sus esclavos-hombres.

Las bacanales del Vaticano habían transcendido al mundo entero y el libertinaje no-tenia limites en los dominios cristianos; Los niños abandonados no tenían cuento, y un sacerdote, quizás con altas miras, empezó a recoger niños a mediados del siglo 17 y fundó una congregación de mujeres bajo el nombre de caridad; las miras fueron buenas, pero al ponerse bajo la férula de la iglesia, lejos de dar fruto sazonado, ha dado baldón para la humanidad y frutos sabrosos para la "bestia" iglesia, que en todo encuentra fuente de recursos óptimos.

Apareció otro hombre mucho más fuerte que Paúl y era un labriego: Juan de Dios; su obra era amor, pero no se podía pronunciar ese nombre, porque solo el amor se comprendía en la carne y también caridad se invocó; llevando, en uno y otro caso, consuelo a los afligidos.

La iglesia apócrifa elevó la caridad al titulo de reina de virtudes y por ella se perdonan todos los pecados, hasta el estupro, las veleidades de los linajudos y libertinos, y, sobre todo, el acaparamiento y usurpación de lo de todos, bastando dar un poquito de lo robado a la iglesia que patrocina el latrocinio, puesto que ha llegado al colmo, estableciendo una "bula de composición", cuyo contenido solo debería haber bastado a los estados para destruir la obra de los pontífices, si los gobiernos no fueran los parias y encubridores de la religión, a la par que feudos y necesitar todos ellos de la absolución de esa bula.

Como la caridad todo lo perdona (por el dicho de la religión) bajo su sombra, se esta autorizando a cometer todas las fechorías, en perjuicio de toda la humanidad, y la caridad es invocada por el verdugo en el patíbulo.

Pues bien; todo eso es la traición mas descarada los santos principios del Creador que impuso el trabajo por ley de progreso y el amor desinteresado como el suyo por lazo entre todas las humanidades y la más estricta igualdad en el usufructo, como nos lo demuestra en las cosas que al hombre no le es dado variar, como la luz y el calor, el nacer y el morir, y, por lo tanto, todo lo que no es cumplir esos santos e inmutables principios es faltar a ellos; y pues la caridad es el manto de la hipocresía y perdona lo que el mismo Creador no puede perdonar porque no sería justo si perdonara sin pagar las deudas al hermano y porque dejaría de s inmutable quebrantando la ley de justicia y quitando el valor sumo que tiene al amor; caridad, bajo el dogma religioso es la negación absoluta del Dios Amor y el baldón de la humanidad, sus hijos, que por ser tales él es su herencia.

¿Habéis visto. . ., caritativas, Damas, filántropos, Caballeros, lo que es y lo que os hacéis con la cantada caridad? No; la humanidad no necesita caridad que la envilece y acusa de ladrón al que dala limosna, que es lo que entendéis por caridad; yo cambiaria antes del régimen comunal (solo por un año las cosas) y convertiría ricos a los pobres y pobres a los ricos si pudiera ser en las condiciones duras y reñidas que hoy se encuentra la humanidad para que sintierais el escalofrío y la indignidad que siente el hombre al recibir la limosna y verías si erais capaces de la virtud del trabajador, en luchar tantos siglos bajo el despotismo y desequilibrio de hoy.

Pero no es necesario; basta que meditéis los cuadros que se os ofrecen en este Código y acatarlo por vuestro bien.

Yo traigo la dulce Comuna, en la que nada le faltara a nadie, en la que todos son iguales en trabajo y usufructo; en la que ninguno comería un confite sabiendo que su hermano no comía otro; en la que el asueto es para todos y la alegría para todos, la ley misma para todos en la que en ninguna parte se es extranjero, pero en todas se tiene trabajo y usufructo; en la que la mujer tiene los mismos derechos que el hombre y el libertinaje es muerto, por que el amor es el que reina

Esta es la Comuna que rige a los mundos de luz desde el día de su juicio final y la tierra lo sufrió y entro al grado del Séptimo día y queda proclamada en nombre del Dios Amor, que, como en todo el universo lo llamaremos Eloí y es establecida bajo la dirección del Espíritu de Verdad y lo publica en su nombre su representante, en autos de Juez.

Párrafo VII.
La tierra en su Séptimo día de la humanidad.

Estamos en la primera hora de del día séptimo, del día de la Comuna, del día del Amor, del reinado del espíritu, del día de Eloí. ¿Cuantos siglos durará este día? No es necesario saberlo hoy, pero duraré todo lo que tardemos en ser verdaderamente sabios, para pasar a ocupar otro mundo de más alto progreso y que su principio estará en él limite superior de nuestra sabiduría; pero la fecha fija es, cuando la tierra nuestra morada, nada mas tenga que darnos y sus moradores tengan en su espíritu en luz y sabiduría todo el valor del globo en sus fuerzas naturales y creadoras; entonces la tierra ha cumplido su misión y el espíritu nada mas puede progresar en ella y emprenderemos viaje como diré en él capitulo siguiente.

Como ya dejé dicho atrás, la tierra aún tiene un largo, periodo de creación; le faltan aún 75.000 años; 750 siglos; y el Séptimo día tenemos que medir por esta cifra los siglos que la tierra tiene desde su iniciación; los siglos que la humanidad tiene sobre la tierra y comprender su constitución y sus leyes; él porque del bien y del mal las enfermedades y sus causas y haberlas anulado y vivir con el cuerpo en la tierra conscientemente y con el espíritu en el universo en constante comunicación con los mayores, hasta desconocer en hechos la injusticia.

El Séptimo día es de usufructo y empieza con la sentencia del juicio y el advenimiento del Espíritu de Verdad en el día de la sentencia del Juicio final.

El Sexto día empieza con Jesús y Juan, anunciado ya por Abraham, y ha sido el de la preparación al estudio y conquista de las primeras fuerzas naturales la iniciación de la libertad del espíritu.

El Quinto día empieza con Abraham y lo proclamó Moisés con la ley escrita y fue para la unión de los hijos del Creador bajo un sólo principio, por lo que fue de lucha entre la materia y el espíritu.

El Cuarto día lo inicia Adán y Eva con su emigración, siendo el descubrimiento del único Dios y anulación de los ídolos bajo la unión de todas las razas y fuerza humanas.

El Tercer día lo inicia la fusión de las tribus errantes en grandes núcleos bajo el Krisna o religión del fugo sagrado o Fúlica y debe buscarse por la geología en Oriente, pero empezando en Egipto, para ir mas atrás.

El Segundo día empieza con la salida del hombre de las sombras del instinto al primer destello de sentimiento por el que vivió en familia y llegó a la tribu y estaba en toda la tierra y es trabajo de la genealogía y la fisiología.

El Primer día venturoso de la humanidad terrestre es el de la aparición en las mágicas bolsitas y que ya indiqué en su lugar; llega a la formación del sentimiento de la familia y la tribu, desde donde hemos ascendido a las grandezas del Séptimo día o de Amor universal.

¿Que luchas ha sostenido el hombre?. Esto es lo que tiene que saber a ciencia cierta en el Séptimo día, para lo cual no puede ser estorbado por la ignorancia; y por ello, en justicia, son retirados los ignorantes del amor, los negadores del espíritu, al empezar éste día de felicidad.

La labor del Séptimo día es tan vasta que posiblemente será el día mas largo de la humanidad y quizás tanto como el tiempo que le falta a la tierra de creación, y solo el Espíritu de Verdad lo sabe del Padre, lo que nosotros solo sabremos en la última hora. Pero aunque fueran esos 750 siglos que le faltan de creación a nuestro pedestal, ¿qué es? Recordar que un siglo de Sión es igual a 36 de nuestros siglos, y que esos 750 siglos solos serían 24 siglos de Sión; tiempo larguísimo, es verdad si hubiésemos de vivir en la opresión y la injusticia que hasta hoy; pero ante la belleza y armonía de la Comuna, ante el régimen de amor cual rige en los mundos superiores y en nuestro sol y demás vecinos de nuestro sistema, ¿qué es ese tiempo? Cuando habremos llegado a aquel hermoso fin, principiaremos; y eternamente principiaremos, porque siempre vivimos en el presente de la eternidad.

Maravillas tantas tenemos que conquistar en éste Séptimo día, que lo más grande que hoy tenemos, la electricidad, será una cosa rústica a nuestra clara inteligencia, al modo (hoy maravilloso) como obtenemos esa fuerza, puesto que la atraeremos del éter y en todas partes del globo el hombre será dueño de ese mágico poder natural, porque cada día las temperaturas serán menos, hasta desconocerlas; cosa que hoy nos impediría obtener ese poder de la naturaleza, por la variación constante de la fuerza electromotriz, debido a la variación de la atmósfera que no rodea, efecto de los pensamientos y hechos antinaturales cometidos por los habitantes del planeta, que todo lo trastornan al chocar los-efectos contrarios que producimos, con las causas benéficas que nos rodean; cosa que aún hoy nadie en la tierra comprende, pero que así es.

Las lluvias serán a voluntad, pero éstas serán en forma de rocío benéfico. Recordar que la potente fuerza del pedido del profeta Elías, hoy nuestro Juan el solitario, mi compañero, sostuvo en una parte del Asia 3 años y seis meses sin llover, hasta que le pidieron misericordia y entonces hizo llover, copiosamente. Y si esto podía en nombre del Padre que lo había enviado un sólo hombre justo, ¿cuanto no podrán todos los hombres juntos y justos? Pero esto está en la ley física, y esta ciencia, hasta hoy, apenas ha hecho su alfabeto, por el prejuicio; pero ya han nacido hombres que le darán el impulso debido y, unida a la astronomía, que aún no ha hecho más que el primero y rústico ensayo, todo será resuelto y nada habrá hipotético; todo serán axiomas, llegando a no tener más que aprender en la tierra. Ahí llegó el fin de la humanidad sobre esta morada del Padre y emprenderemos la gloriosa marcha de triunfo, recogiendo los saludos de las humanidades, nuestros hermanos mayores.

¡Hermanos míos de la tierra! No seáis insensatos en cerrar vuestros oídos al espíritu. Hoy ha llegado el último aviso de amor del Padre, por el hombre mas temido por toda la humanidad porque fue desfigurado en cuanto fue anunciado por los sacerdotes sus enemigos, porque serían descubiertos en sus fechorías; pero ya veis que al Juez, que lo presentaban como al Anticristo, no es un demonio como os han dicho, ni nació de una monja vieja, ni han estado las mujeres 7 años sin parir y ni han sucedido mil otras patrañas con que lo han anunciado; sólo una verdad han dicho e él: "Que vendría haciendo milagros con los que haría creer las gentes." Esta es una verdad porque ha venido haciendo el mayor milagro y único que cabe en la ley del Padre, y es descubrir que el milagro no existe, porque es contrario a la ley eterna, aunque existan hechos, verdaderas maravillas para la ignorancia, pero que no porque no sean comprendidos son milagros, sino hechos naturales, producto de causas naturales que ya expliqué y que luego todos comprenderéis y produciréis todos esos hechos con la naturalidad que hoy os sentáis en la mesa a comer; pero antes tendréis que ser sabios.

Si Juan, siendo Elías, detuvo la lluvia y luego hizo llover, fue un hecho natural no es un milagro; si Jesús se transfiguró en del Tabor, es un hecho natural del espíritu y no es un milagro, y es el único hecho que mi hermano manifestó en su vida, como lo manifestó Moisés cuando leyó la ley al pueblo israelita y eso es propiedad de espíritu, que vive en la luz de su Padre; y Jesús ni hombre alguno ha dado vida a los muertos; pero Jesús y otros han resucitado a los muertos en su espíritu, y esto es dándole el calor de la luz. ¿Pero resucitar la materia? Esto no le es posible a nadie, porque es contra la ley y si se pueden curar enfermedades, que el espíritu no haya traído en misión de expiación, esto lo puede hacer todo hombre que estudió la naturaleza y tiene conocimiento de sí mismo; causa por la que las enfermedades también desaparecerán en el curso del Séptimo día, porque nuestros alimentos no tendrán los gérmenes de enfermedades que hoy tienen.

Ya veis las grandezas que tenemos que conquistar en la tierra y ver como al final, ese día, nos habrá parecido corto, aunque haya durado 75.000 años; ver si debemos hacer un esfuerzo común en su principio para aminorar los males que en la primera hora tenemos que sentir, consecuencia, de un régimen de opresión y error, cuya causa única es la religión.

El espiritismo es el gobierno y credo de ese día, con el que estamos en comunicación y comunión constante con todo el universo que tiene ese mismo credo y gobierno desde el día de la justicia en todos los mundos, en el que se implanta la santa Comuna, único régimen que el Padre dio a toda las humanidades y lo tenemos axiomatizado en el testamento de Abraham, nuestro padre en la raza que salvó a la raza primera, cumpliéndose la afirmación del Padre de que sus hijos le llevaría a sus hijos.

¡Padre mío, Dios de Amor! Ya te llamamos, con el universo, Eloí permíteme revelar un último secreto, en justicia, a mis hermanos, porque el Código serla incompleto sin esta revelación; y pues que la has revelado a tu enviado, ella deshace graves errores y será para tu gloria y un tributo a los qué nos han llevado tu conocimiento; Espíritu de Verdad; no haría esta revelación sin tu presencia y te requiero, pues para eso me lo inspiras, y tu tienes valor importante en ella y con tu autorización y permiso de Eloí, digo mis hermanos:

Mil mitologías te han hecho, humanidad, de verdades consumadas, y te han dado mitologías por verdades.

La del cristo te la hicieron tomar por Dios y ya te he mostrado lo que el cristo fue; una figura de peligro y de baldón, y los que lo han erigido en Dios han sido descubiertos, pero cargaron de baldón y pusieron en peligro a toda la humanidad y en él, se han perdido muchos millones de hermanos nuestros que gimen en el mundo de justicia.

Una realidad la han convertido en mito, hasta llegar los hombres de ciencia a la negación de la realidad por lo irracional; este mito son un Adán y Eva, se te han ido enseñados, pero no son un mito y sí una realidad.

En el libro "Buscando a Dios" señalé hasta e sitio donde éstos vivieron la primera vez en la tierra, por lo que, aquí, solo diré el hecho.

Hace 58 siglos, Neptuno mundo de nuestro sistema solar y así hermano de la tierra como hijos del sol en la materia, sufría su juicio final y de mayoría, como la tierra lo ha celebrado ahora; y como ésta ha expulsado a los "negros de hollín" que no han querido acatar la ley de este Código, Neptuno los expulsó y la tierra recibió aquella inmigración, sabia aunque suprema tica, y fue feliz día para la tierra, porque recibía lo que no tenía: progreso.

Como los primitivos eran más fieros y celosos de la supremacía, entablaron tremenda lucha, no queriendo reconocer a sus hijos porque eran más bellos.

El padre no deshereda a ninguno de sus hijos; y como los desterrados, por efecto de la contracción terrible que habían de sufrir aquellos espíritus al encontrarse en un ambiente tan terriblemente opuesto al que dejaban por aberración, que lo podéis comprender comparando el progreso de la tierra, hoy, con el de aquella época de hace 58 siglos, el Padre, en su justicia, mandó un tribunal espiritual para que oyera los pedidos que necesariamente habían de hacer los caídos; ese tribunal fue Miguel, Rafael y Gabriel.

En un corto siglo, los desterrados habían llamado al Padre y los oyó; mandando a su investigador que daría su ley y seguiría ya el proceso haciendo autos de juicio para sentencia.

Mas el amor que reina en los espíritus de luz no permite que un afín vaya a sufrir una gran campaña y, una mujer levantó bandera en Neptuno para reclutar voluntarios misioneros y la siguieron 27 más y ella y el investigador de la ley, 29, que componen la familia misionera y redentora adámica.

Eva, ¡Oh, madre mía! Hora es ya; Eva es la gran María que toda la humanidad reconoce como madre y es la reina del amor; no es preciso examinar sus anteriores existencias antes de ser María y después de ser Eva; solo basta reconocer su verdadera historia última como madre de Jesús, de Santiago apóstol y de sus otros cinco hijos más, Efraín, José, Elizabetta, Andrea y Ana y cuya historia daremos en su día y será de verdad.

Mas debo decir aquí que Maria expiró en los brazos de su hijo Santiago en Zaragoza, España, y el que recibió su último beso para toda la humanidad a la en compañía de sus hijos venían a salvar, y lo doy a todo el que en amor lo quiera recibir, acatando la Ley de Amor.

Largos han sido tus sufrimientos, madre mía, durante tu última existencia sobre la tierra viendo la crucifixión de Jesús tu hijo y mi hermano; él y tú oísteis en el calvario el juramento de derribar la cruz y el cristo; y si duros fueron tus días sobre la tierra, lo han sido del todo amargos 19 siglos como espíritu; pero ya en la carroza descansas; toda la cosmogonía te justificó y toda la humanidad es ya de la raza adámica y te conocerá grande, como lo eres en la ley general de los seres y toda mujer que pare cumpliendo la divina ley, tiene en ti su pensamiento.

¡Madre! Tú con unos de tus hijos y con Jesús descansas, y los otros estamos en la lucha; mas tu pequeño, tu Jaime, cumplió su juramento y quitó la cruz a su hermano; pesa sobre mí con toda su densidad el mundo tierra, pero es en el momento de la justicia y soy el blanco de los descontentos, pero yo voy sereno y templado a la implantación de la Ley de Amor, al establecimiento de la Comuna, en la que tu serás la que te han cantado: la reina del amor.

Descansad de vuestro largo y penoso trabajo, que yo, con el ancla del Espíritu de Verdad, llegaré a vosotros después de la unidad de mis hermanos; cuando haya coronado el edificio que se me encomendó y lo pueda entregar a los arquitectos que ya llegan para adornarlo y los artistas que cantarán el hosanna de amor y, los músicos, que traigan las nuevas armonías, porque yo lo digo al Padre; Salva a tu pueblo y bendice tu heredad.

La Marcha de la humanidad de la tierra.

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