Joaquín Trincado

20 de Septiembre de 1958

Buenos días:

Amados hermanos míos:

Se regocija mi espíritu al veros reunidos conmemorando esta fecha trascendental para la humanidad de la Tierra; pero se conduele también mi espíritu al ver que no estáis unidos como debíais estarlo ya, que no tenéis la fuerza necesaria porque hay todavía prejuicios materiales, prejuicios del hombre encarnado que os han separado, que os han dividido.

La obra del detractor está latente, pero no os debéis dejar dominar por él. Es la gran familia que debe estar unida ante un mismo ideal, siguiendo el mismo sendero, porque sólo pequeñísimas trivialidades os han separado, os han distanciado y todos con la misma fe, todos dentro del mismo credo, todos dentro de la misma lucha, todos dentro del mismo ideal, van por caminos distintos y no tenéis la fuerza necesaria para formar ese gran bloque que todo lo vencerá.

Hermanos míos: todos sois fieles a la Escuela, observáis las doctrinas de esta amada Escuela, pero os falta la fuerza.

Hay muchos hermanos que trabajan solos y que en esa soledad son víctimas del detractor porque no tienen la fuerza necesaria para defenderse.

Haced un ultimo esfuerzo y seguid siempre adelante, hermanos, procurando unirnos todos.

Despojaos de prejuicios, despojaos de vanidades, despojaos de sentimentalismos que en vosotros no deben existir, como no deben existir ya en toda la familia de la Tierra.

Esta familia que forma la Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal debe estar unida, debe ser una sola y no tener envidias de que un hermano ocupe un puesto y otro hermano ocupe otro y los demás están olvidados, están humillados; no, hermanos míos, no hay ninguna humillación, no hay ninguno que no forme parte de esa familia y todos tienen su papel, todos tienen un lugar, todos son necesarios, todos son útiles a la causa.

Haced un esfuerzo, procurad entender a los demás para que los demás os entiendan; no penséis que nada más vosotros tenéis la razón, compartid opiniones, razonad, platicad con los otros y lograréis que os entiendan, pero sin preponderancia, sin supremacía; que nadie crea, que está en lo justo; que todos comprendan que hay urgencia de unirse todos los hermanos estudiantes de esta Escuela tan amada para que formemos un grupo grande, numeroso, fuerte.

Acordaos de la fuerza que tienen las religiones, especialmente la católica ¿por qué? por la unión que hay entre ellos y que ha habido por siglos y siglos de dominio terrible sobre la humanidad de la Tierra. Las religiones no deben existir ya.

Esta Escuela, esta filosofía, estas doctrinas son las que llevarán al hombre al triunfo, son las que le harán descubrir su trinidad, las que le darán la verdad, que está velada todavía para tantos hombrea. Nadie puede comprenderla en absoluto, pero vosotros estáis en el camino.

Amad vuestra Escuela y luchad por ella sin egoísmo; como dije ya, sin vanidad, sin preponderancia, sin orgullo. Todos sois hermanos, todos laboráis por un principio igual, por una misma idea, por un mismo ideal.

Vosotros, hermanos míos, procurad unificaros todos: tended la mano al que os ha insultado, cobijad bajo vuestro techo al que creáis que es un enemigo, sed para todos hermanos y recibiréis del espacio la fuerza que necesitáis.

Comprended mis palabras; comprended que no quiero herir a nadie, únicamente pediros unión para que tengáis fuerza y para que el amor reine entre todos; sólo así iremos SIEMPRE MAS ALLÁ.

JOAQUÍN TRINCADO.

Hosted by www.Geocities.ws

1