Médium Margarita
Hermano. voy hacia arriba y contemplo nubes rosadas, capullos blancos; es un espectáculo grandioso. Parece que voy sola entre las nubes.
—¿Va tu guía contigo?
—Sí, va detrás, pero me señala un punto y me ordena seguir adelante.
Ahora hay un vacío inmenso, una obscuridad completa... nunca había pasado por esto. .. me da miedo.
—No tengas miedo, sigue de frente, tu guía te protege y sabe bien a donde te lleva.
—Ya pasamos, ahora es otra atmósfera, hay luz, mucha luz.... parece que todo el espacio está lleno de polvo de oro; es una luz brillante, muy hermosa.
Veo, a distancia, a Huilabaratara; voy hacia allá... es un mundo pequeño, pero cómo brilla, parece un diamante en medio de este ambiente dorado.
Estoy en la ciudad que tanto conozco, pero me parece que no hay habitantes, se ve desierta; busco por todas partes y llego a la hermosa colina donde he estado tantas veces y allí encuentro un espectáculo sorprendente; están allí todos los habitantes de la ciudad; en el centro están los tres ancianos que rigen este mundo, a su alrededor, formando círculo, acostados boca arriba, otros ancianos, no tan viejos, luego todos los demás habitantes muellemente recostados en el blando césped, en diversas actitudes, unos acostados, otros sentados, pero todo con lo ojos cerrados y en un abandono como si estuvieran muertos, inmóviles pero con una expresión de serenidad, de alegría, que impresiona. ¿Qué sucede?... no comprendo... no me explico por qué están así.
Dice mi guía que me fije en que todos están tan profundamente concentrados que están desdoblados, y dice que os invite, que quiere que todos los aquí presentes vengan con nosotros a presenciar un acontecimiento grandioso; que todos os desdobléis y vengáis conmigo.
Fuerza, mucha fuerza... más espacio... mas espacio... ahora otra ves el vacío, la obscuridad... al fin salimos a otro ambiente grisaseo, muy extraño... en el centro veo un mundo cuyo cielo distingo, pero es opaco, parece como si estuviera cubierto de densos velos.
Allí, en el ambiente que rodea a ese mundo, reconozco a todos los habitantes de Huilabaratara, que forman círculo alrededor de sus tres Maestros.
Veo también a muchos espíritus de luz, desconocidos para mí. que se acercan a ese mundo; traen largas trompetas doradas que brillan como si las iluminara un sol muy fuerte; entonces los tres ancianos de Huilabaratara se acercan y, con un movimiento de sus manos, rasgan las tinieblas que envolvían a ese mundo y brilla la luz y entonces veo un escenario más luminoso.
Los tres Maestros de Huilabaratara son, como si dijéramos, los padrinos de ese mundo que en este momento entra a formar parte de la infinita cadena de la. Cosmogonía; es ya un eslabón más do los mundos de progreso.
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Ahora habla Tasen: Es un mundo muy viejo, pero habitado por una familia espiritual muy rebelde, una familia muy negra que dilató millones de siglos para llegar a este momento sublime.
Hermanos míos: cantad hosannas, que os llegue la luz que ya recibe ese mundo nuevo; es vuestro afín, son vuestros hermanos también que reciben la luz de la Cosmogonía. Se han roto las tinieblas y ahora llega un gran espíritu, es el que ilumina todo este ambiente, porque es el que trae esa luz dorada, es el Espíritu de Verdad, el Maestro de maestros, que viene a dar fe del magno acontecimiento que se acaba de efectuar.
Este mundo tuvo, también, su Juicio de Mayoría y sufrió, al igual que la Tierra y todos los mundos que han entrado al círculo de luz que forman los mundos de progreso, el mismo proceso; sufrió todo lo que vosotros sabéis que sufrió la Tierra para llegar a este momento culminante en su evolución.
Ahora se firma el acta donde se estampa, con grandes letras cuadradas de un dorado brillante, como si fueran de luz, el texto de este documento trascendental. ¡Qué imponente, qué hermoso es todo esto! Todos los que estamos presentes podemos distinguirlo, termina con las palabras "Fatum est, consumatum est" y firman muchos espíritus de luz; firman Tasen, Joan. Lalake, los tres grandes espíritus de Huilabaratara y luego nos invitan a todos para que estampemos también nuestra firma espiritual en esta Acta.
Reina una alegría desbordante, suenan las trompetas y llegan grupos y más grupos de espíritus de todos rumbos a contemplar a este infante, porque es como un infante que acaba de nacer y abre sus ojos a la luz del Universo.
¡Hosanna!, hermanos, Cantad todos un himno de, admiración y gratitud al Padre, especialmente vosotros, que acabáis de presenciar, en espíritu, este acontecimiento magnífico en el que habéis rubricado también vuestra presencia.
No puedo permanecer más aquí y vuelvo a Huilabaratara, porque allí me pusieron un ropaje especial, una especie de larga túnica transparente, para emprender el vuelo y resistir el ambiente de aquel mundo, al que no estaba acostumbrada. Vuelvo, pues, y los tres ancianos me despojan de él. Ahora no quisiera volver a la Tierra; tengo miedo de volver a atravesar ese espacio vacío y obscuro. José me dice que no tema, que ya hay luz. Ayudadme, hermanos, para poder regresar. Suenan todavía en el espacio voces que repiten el nombre de ese mundo: LUDICHICE.
Los tres ancianos de Huilabaratara son los Maestros de ese mundo, que han apadrinado, su nacimiento a la luz.
Julio 29 de 1956
Os saludo, hermanos muy amados, y os doy mis parabienes porque veo los plausibles esfuerzos que vais desarrollando para llevar a la práctica las convicciones que habéis adquirido mediante el estudio de las doctrinas de esta Escuela.
Qué buena experiencia es para vosotros una etapa difícil, pues vais comprobando por vosotros mismos la verdad de la proclama que enarbola esta institución racionalista.
Mirad y analizad cuidadosamente todo lo que viene a vosotros, pues tened en cuenta que todo tiene una causa; averiguad, pues, de donde viene lo que os interesa y así podréis juzgar con acierto.
La sabiduría consiste en extraer lo útil, lo necesario de cada una de las cosas que os llegan para vuestro progreso.
Trabajad constantemente, trabajad de firme, aprovechad, ya os digo, lo que os venga, pues la Ley se vale de todos los medios para poner en su lugar lo que corresponde.
Adelante, pues, hermanos; extraed la esencia de lo que se os ofrece y asimiladla y no olvidéis cumplimentar la máxima que dice: ¿sabio sin amor?... no lo creas.
Anotad, hermanos, y adelante; cumplid vuestra parte que es lo que debe importaros, Adelante, os traigo fuerza y amor, mas es preciso que sepáis usar lo que os ofrezco.
Vosotros corresponderéis con vuestras obras.
Espero que permanezcáis firmes y decididos y que cuando más rudo sea el embate, mayor sea la eficiencia que desarrolléis para arrostrar las dificultades que habrán de presentarse, porque así es la marcha de esta Escuela, difícil, combatida constantemente, mas siempre prevalecerá la ley superior que gobierna el Universo.
Joaquín Trincado.