1 de Agosto de 1955
Médium Margarita - Posesión
Buenos días.
Estudiante de la Escuela Magnético Espiritual de la Comuna Universal:
Dolor, privación, sacrificio, humillación, pobreza, lucha y triunfo, son tus atributos: ya lo sabíais cuando entrasteis a esta Escuela; ya sabías que eras el escultor que iba a cincelar la estatua del hombre futuro, porque no ha llegado todavía, son pocos los trinos comparando su numero con los dúos.
¿Cómo quieres, estudiante, recibir honores y que se reconozca tu trabajo si estás apenas comenzando en esta lucha?.,.. y caerán los primeros y los segundos y los terceros, pero acordaos que al final está el triunfo.
Nada se logra sin dolor; con dolor entra el hombre a la vida material, con dolor crece, con dolor se entrega la doncella al hombre que la va a hacer madre.
¿Cómo queréis rosas, rosas que harían sangrar vuestra frente?... estáis en plena lucha ¿cómo vais a esperar laureles si nadie os reconoce todavía?
Hay oscuridad en la Tierra y vosotros la estáis rascando, pero de cada uno de esos agujeros oscuros saldrá la fiera, sorprendida por la luz que le lleváis, y os dará un zarpazo que os hará caer. ¿Cómo queréis que os reconozcan, que os besen la mano con que tratáis de ayudarlos con que dais el alimento, con que hacéis la caricia?
Hermanos míos: sois fuertes, sois grandes; acordaos que sólo con ardiente
llama se le da forma al hierro, con el mazo se tuerce la varilla, ¿cómo queréis
recibir ahora lo que todavía no viene a la Tierra: la comprensión, la luz, la
armonía?
El equilibrio no existe todavía; por eso vosotros, al entrar a esta Escuela,
ofrecisteis ser soldados de ella y el soldado sabe que va a luchar y que caerá
en la lucha; pero volverá a levantarse y será otra vez el que responda con honor
y la obra del soldado anónimo queda escrita, queda palpable para provecho de los
que le siguen, y eso es la obra vuestra, hermanos míos; por eso os vengo a
invitar a seguir de frente; mientras más os acosen, con más valor os
levantaréis.
No quiero cobardes en mis filas, quiero hombres valientes, quiero hombres firmes, quiero hombres trinos, conscientes de su deber y su misión.
Alegraos con cada caída que deis; que vuestra sangre se enardezca, que vuestra sonrisa os ilumine la cara, que vuestras lágrimas fecunden la tierra estéril; que los débiles huyan sin saber lo que hacen; por eso os pido valor, os pido constancia, os pido tesón en esta lucha ardua y dolorosa que todos tenemos delante.
Vosotros creéis que el espíritu descansa y que el espíritu ve de arriba porque ya no tiene los dolores de la materia, y no comprendéis que mientras más elevado es el espíritu más sufrimientos tiene al ver a sus hermanos sufrir como sufren los hombres de la Tierra; es como el padre inválido que no puede proteger al hijo que cae, al hijo que se hiere; su pensamiento, con amor lo envuelve, pero está inválido, no puede mover las manos para levantar a aquel hijo que se revuelca en su dolor. Es lo que pasa con nosotros... qué quisiéramos, hermanos... intuir a todos, proteger, enseñar, demostrarles nuestro amor y darles nuestra luz.... pero no tenemos materia y el hombre todavía no oye la intuición espiritual.
Hablo en general, no para vosotros que ya sabéis y que tenéis la dicha de ser aconsejados por nosotros, los desencarnados, y yo, como maestro y fundador de esta Escuela, estaré como siempre a vuestro lado, intuyéndoos, enseñándoos el camino, porque aquí se me oye y se me escucha y se tiene fe en mis palabras.
Seguid adelante, hermanos; no estáis solos, hay muchos hermanos que os ayudan, muchos espíritus de luz, muchos maestros que están siguiendo, paso a paso, vuestra obra, porque esta obra humilde, que parece que no progresa, que os decepciona a veces porque no veis el resultado práctico, el resultado inmediato que quisierais... pero no, hermanos, la obra va quedando, mientras más lenta, más firme y más profunda; no os desalentéis, seguid adelante para que todos vayamos SIEMPRE MAS ALLÁ.
Joaquín Trincado