Joaquín Trincado

Lunes 5 de Enero de 1953

Médium Margarita - Posesión

Buenos días:

A la entrada de este nuevo año, que acostumbra todavía la mayoría festejar, considerar, porque ya sabemos que en el futuro tendrá otro comienzo, pero es la costumbre, es la mayoría, y vengo entre vosotros a traeros también mi saludo amoroso.

Vengo a traeros mi palabra ardiente para que se encienda en todos vosotros el deseo verdadero de prosperidad, de adelantar, de dar un paso más en esa infinita senda del progreso.

Con cuánta facilidad se felicitan los hombres; se abrazan y se desean felicidad; esto se ha hecho una costumbre y lo hacen sin tener siquiera el menor pensamiento de buenos deseos para sus hermanos, porque todos los hombres son hermanos; pero yo vengo, lleno de fe, lleno de entusiasmo entre vosotros para avivar en vuestro espíritu, en vuestro corazón, esa llama.

Vuestra obra del año pasado fue brillante, fue muy grande, luminosa, trascendente: la publicación de vuestro libro, la continuación de vuestro periódico, la observancia de vuestros trabajos con fe, con amor, con constancia, os hizo conquistar nuevos lauros.

Hermanos míos: mucho ganasteis, ¿a costa de qué? de sacrificios, de esfuerzos; muchos, enfermos, veníais; otros pensando como conseguir el dinero indispensable para el camión y, sin embargo, llegabais contentos a vuestra amada Cátedra, a este pequeño salón donde caben pocos, en materia, pero muchos en espíritu, que estamos siempre pendientes y siempre presentes en vuestros trabajos. Gracias, hermanos míos.

Esta Cátedra sigue adelante; es un motor que no se para, es un motor que está sostenido por la fuerza de vuestros pensamientos y por vuestro amor a la causa que perseguimos. No dejéis que ese motor se pare nunca. Vendrán después vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos a conservarlo siempre en movimiento, siempre en acción, siempre ardiente, con el deseo de progresar, de trabajar, de producir la luz que poco a poco va iluminando a la Tierra.

Sois los constantes, sois los humildes, sois los de siempre.

Seguid adelante, como ahora, que habéis pasado ya lo peor; ya estáis establecidos, ya tenéis el grupo uniforme, ya no hay hermanos que difieran tanto como en años anteriores. Ya no hay disidencia, ya no hay controversias; habéis adelantado, hermanos, porque ya en vuestras asambleas no se nota aquel ambiente cálido, apasionado, de años anteriores. Poco a poco os habéis unificado; poco a poco os vais igualando; todos unidos vais adelante, no se queda atrás ninguno, cada quien con lo que le corresponde en Ley.

Por eso vengo a deciros que continuéis así, y a agradeceros vuestra labor del año que ha terminado y a pediros que en vuestra concentración pidáis que los pensamientos que la humanidad esté emitiendo ahora con el deseo de mejorar, que no pase lo que ha pasado cada año, que se quedan en buenos deseos, sino que cada día del nuevo año os hagáis buenos propósitos de seguir adelante, de cumplir con vuestro deber; que despejéis vuestra mente de prejuicios y abráis los ojos cada día con una nueva esperanza, con un nuevo plan de acción, con una nueva luz delante de vosotros, y así triunfaréis.

Que el pesimismo no os acoja, que la duda no os atormente; ya no debéis dudar, hermanos míos, sois conscientes, sois convictos; estáis en pié de lucha, que no os falte el valor porque ya sabéis que no estáis solos.

Muchos de vosotros habéis sido hostigados por el dolor, por el infortunio, por la enfermedad; pero ya sois suficientemente adelantados para comprender que si estáis encarnados es lo natural que os llegue el sufrimiento.

Acordaos de que estáis en una encarnación trascendental, porque es la encarnación en que habéis hecho conciencia, así es que ¿por qué sorprenderos de que el dolor os clave su aguijón, si estáis ya preparados para vuestra liberación, si estáis ya en los años materiales en que debéis pagar la última de vuestras deudas, o sufrir la preparación minuciosa para futuras encarnaciones?

Por eso, tened valor; no os arredréis, nunca os acobardéis y, sobre todo, no juzguéis que la Ley es injusta porque el menor de los designios de esa Ley suprema está siempre dentro de la justicia perfecta.

Yo se que muchas veces os preguntáis ¿cómo es posible esto? pero olvidáis que todavía lleváis un cerebro humano que es muy pequeño para comprender los altos designios de la Ley.

Acatad todo, hermanos míos, porque estáis manejados dentro de un plan que ya se concibió y no podéis burlarlo, no podéis cambiarlo; estáis en el lugar en que la Ley os ha colocado, según vuestro adelanto. Seguid, pues, adelante y vuestro Maestro estará contento y satisfecho de la obra realizada en vuestra compañía.

Amaos los unos a los otros; teneos siempre confianza; que el rencor y el amor propio no os aleje a unos de otros.

Sois una sola familia, una sola familia es la humanidad de la Tierra, pero vosotros tenéis más intimidad por la igualdad de vuestras creencias, por vuestras doctrinas hermosas que ya estáis practicando en vuestra propia vida.

Así es que adelante, hermanos; todos unidos, todos contentos, siempre risueños aunque el dolor os agobie.

Para todos dejo mi saludo amoroso y mi deseo porque vosotros deseéis también seguir siempre adelante, "Siempre más allá".

Joaquín Trincado.

Joaquín Trincado

Domingo 16 de Noviembre de 1952

Médium Margarita - Posesión

Buenos días:

Amor y Unión: amor y unión reinen entre vosotros.

En el recinto más humilde, en medio de hermanos sabios en amor, me encuentro y os saludo a todos.

Ni en los lujosos palacios, ni en las suntuosas residencias, ni en los centros sociales más destacados reina el ambiente que encuentro ahora entre vosotros en este humilde salón lleno de hermanos de buena voluntad, lleno de hermanos que han estudiado, lleno de hermanos que son sabios en el amor y en la ciencia. Salud, hermanos, para todos:

Unidos todos en el mismo deseo de luchar por la gran obra del amor universal, de la unión universal, de la divulgación de la luz, que debe llegar ya a todos los confines de vuestro mundo Tierra, dada uno en su escala de acción, haciendo a un lado las dificultades existentes entre los hombres que están encarnados todavía, haciendo a un lado prejuicios, prejuicios de todas clases.

Ninguno está aislado; todo aquel que por alguna circunstancia se ha quedado fuera de la red que debe unirnos a todos en la misma actuación es porque, en el equilibrio de la Ley, sabe que ese hermano piensa por si mismo, alejado también de la opinión y del contacto de los demás, pero todos seguís en el camino del progreso todos estudiáis porque en el Universo es digno de estudio y encontráis algo sobre qué fijar la atención a donde quiera que vuestra cara volteéis.

Hermanos míos: unidos os quiero ver, unidos en el mismo deseo, como ya os he dicho, dentro de las leyes de esta Escuela que la Ley del Padre determinó que yo viniera a fundar en nuestra amada Tierra.

Unidos os quiero ver en la lucha, para que lleguéis unidos al triunfo estudiando y más que estudiando, obrando dentro de la Ley; así llegaremos todos más allá, siempre más allá con mayor ahínco, con mayor voluntad, con mayor fe, con mayor deseo de sacrificio, de esfuerzo.

Que la lucha no os arrastre fuera de las filas y seguid adelante; pero procurad uniros, uniros todos para que tengáis fuerza, para que seáis uno solo, uno solo que seremos todos porque es UNA la causa que perseguimos: la unión de los hombres encarnados con los desencarnados.

En el Universo todo está unido; en el Universo todo está equilibrado y vosotros formáis parte de ese Universo y ya sois bastante adelantados para comprender que uno solo no puede hacer nada, que habrá que estar todos unidos con el mismo fin, con el mismo aliento, empeñados en la misma lucha, dedicados a la misma brega aun, si es necesario, derramando vuestra sangre, haréis más méritos y recibiréis más luz.

Por eso quiero veros unidos, unos a otros amándoos como hermanos.

Con vosotros luchan también los desencarnados por la misma causa del amor universal para ir, todos unidos, "Siempre más allá".

Joaquín Trincado.

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