Joaquín Trincado
Viernes 11 de Agosto de 1950
Médium Virginia - Escritura

Os saludo, hermanos amados:

Cuánto me regocija hallaros tan entusiastas y ansiosos; así es como se cumple; así se demuestra la verdadera fe.

Cuando estas doctrinas estén en todos los hogares, practicando los mandatos, sabréis que vosotros habéis cooperado, con vuestro esfuerzo, a poner al alcance de vuestros hermanos el conocimiento de las verdades que el hombre necesita.

Es, pues, muy encomiable el sacrificio que hacéis y, no obstante que sabéis que ninguna de vuestras obras puede perderse, vosotros seguid así, con esta casi imperceptible actividad, para el vulgo, ayudando a la obra que cambiará al mundo Tierra en todos sus aspectos.

Pocos saben lo que espera a esta familia humana; pero todos, o casi todos, presienten que algo grandioso y tremendo se prepara.

En esta familia, a la que nos unen lazos tan fuertes, pronto reinará la fraternidad.

Las bases principales están ya firmes y seguras, y con temple de diamante.

Solo falta completar la obra, y eso a vosotros os toca. Laborad, pues, con todo el empuje de que seáis capaces y nada temáis, que por vosotros velamos.

No creáis que abandonamos esta obra, por la que agotamos hasta el último aliento.

Estamos alerta, pendientes de todo lo que se relaciona con la Escuela, y donde hace falta nuestra influencia, ahí acudimos solícitos y diligentes, poniendo nuestro empeño en llevar adelante los principios de amor, de justicia, de libertad.

Cuántos hombres, ávidos, esperan sólo una palabra, y no pueden llegar hasta vosotros, hay estorbos que les impiden hacerlo; pero si podéis vosotros llegar hasta ellos, hacedlo en buena hora, es vuestro deber y vuestro goce.

Si en la Tierra, se oyen voces de horror y de odio, también se oyen clamores de justicia, porque ya el hombre ha llegado al punto de subir hacia la cúspide del progreso, y aquellos que por el peso de sus vicios se precipitan al abismo de sus pasiones, es que necesitan otro mundo, y allá irán, al lugar de sus afinidades.

El mundo ha recibido grandes cosas y pronto tendréis noticias; se prepara ya el acontecimiento que con siglos de tiempo se predijo.

No os extrañéis vosotros, que conocéis de donde sopla el viento, a vosotros os toca conservar la serenidad, la ecuanimidad, porque sabéis para qué se verifica esta que parece una conmoción final de la Tierra, y que sólo es el sacudimiento necesario para controlar el orden que debe imperar en esta morada que será de luz, de amor, de trabajo, que dará la felicidad que no encontraron los hombres en siglos de depravación y de hastiamiento de los instintos.

Mas se acerca la hora de recoger el fruto de siglos de lucha; pronto veremos al hombre emancipado de tantos prejuicios que le oprimen, y vuestros sacrificios serán, útiles en estos momentos decisivos.

Seguid, hermanos míos; seguid con amor y con ahinco vuestra obra, nuestra obra, vosotros encarnados, nosotros desde el espacio; pero todos unidos hacia el "siempre más allá".

Joaquín Trincado.

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