Joaquín Trincado
Domingo 29 de Mayo de 1949
Médium Virginia - Escritura

Me place veros tan felizmente unidos y dispuestos a llevar bien asimiladas las enseñanzas que aquí recibis.

El misionero es muy difícil de vencer, porque cuanto más es atacado, más endurece su fuerte coraza, templada cada vez más con cada golpe artero.

Sin embargo, la misión es luchar y luchar sin punto de reposo, sin escatimar ni un instante, aún robándolos al descanso necesario, imprescindible.

El misionero se distingue por su tesón, por su coraje para afrontar cualquier contratiempo en la obra que le ha sido encomendada.

Para el misionero no existe otro objetivo en la vida que cumplir su misión; todo lo demás es secundario.

El verdadero hombre en misión de progreso, trabaja sin importarle si su obra es justipreciada, porque ni aun eso alcanza a ver, absorto sólo en la consumación de su obra, y así pudiera el mundo rodar al abismo -que no rodará- el misionero sigue impertérrito en su labor.

Así es como la humanidad ha progresado y progresará.

En todas las brillantes etapas vividas por la familia de este planeta, y las que vendrán en el futuro, siempre han sido los hombres-guías, los misioneros, los que han marcado las rutas, los que han encauzado a la humanidad cuando parecía desorientada y confusa, y son misioneros los que, en el presente y en el futuro también, enarbolan en lo alto la luz que guía hacia el siempre más allá.

Que seáis muy dignos de vuestra Escuela os desea vuestro Maestro y hermano,

Joaquín Trincado.

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