Joaquín Trincado

5 de Abril de 1943

Médium Margarita - Posesión

Buenos días:

¡Bendito sea el Padre que en su amor infinito encontró el segundo en que la tierra sería aceptada entre los mundos de progreso, en que formaría un eslabón más de la cadena de todos los mundos de la Cosmogonía!

¡Bendito sea el Padre que en justicia declaró a la tierra mundo de luz y bendito sea El, que nos ha hecho a todos sus hijos!

¡Bendito sea el momento en que se rasgaron las tinieblas y la luz inundó a la tierra!

¡Bendito sea El, que ha permitido que llegue el instante en que todos vosotros respondisteis a la llamada que se os hizo... porque todos vosotros fuisteis testigos del juicio de mayoría y todos respondisteis con vuestras frentes altas y vuestras voces alegres que estabais dispuestos a cumplir lo que vuestros espíritus prometieron, y yo, como Juez, vengo a preguntaros:

¿Cuál de vosotros no ha cumplido las promesas hechas entonces y con las hechas después, durante vuestra actuación como hijos de esta Escuela?

Vuestro cuerpo de Directores ha sancionado y ha dirigido vuestros trabajos; pero vosotros durante estas sesiones y durante vuestra vida fuera del recinto de la Escuela hacéis promesas las que yo, en nombre de la Ley os he pedido que cumpláis y os vengo a preguntar:

¿Qué dice vuestra conciencia y si en vuestros momentos de concentración vuestros espíritus están conformes y aprueban vuestra conducta, si durante vuestro sueño material vuestros espíritus, que actúan en otras partes, os dejan después el recuerdo de lo que en desdoblamiento visteis?

Como veo que la mayoría de vosotros sois conscientes y que la mayor parte estáis laborando en pro de la Escuela, en nombre del Padre yo os vengo a saludar y en nombre del Padre y de toda la Cosmogonía vengo a deciros que vuestra nave, que ha navegado por mares procelosos, y por mares tempestuosos, llega a la orilla y la tierra está ya a la vista; el naufragio está lejos de suceder. La salvación es para todos y es para la causa universal y vosotros, valientes espíritus que habéis luchado con vuestros ojos hacia arriba, vislumbrando la luz de la esperanza, llegaréis salvo a las playas, a la tierra prometida, al espacio infinito que es vuestra patria, a la que volveréis algún día satisfechos, cansados, sangrantes, pero llevando en vuestras manos hermosos ramos de flores que ofreceréis a Eloí.

¡Bendito sea el Padre, hermanos míos, que os ama tanto!

Habéis vosotros alcanzado el grado de progreso que os corresponde para recibir y comprender las enseñanzas que os han dado dentro de la Escuela, habiendo laborado aquí, siendo sus alumnos, habiendo hecho los cursos que se os dan tan pródigamente, también os digo que aquellos que no cumpláis con las promesas que aquí habéis hecho recibiréis la tristeza de quedaros atrás, de no ir con todo el grupo y de esperar y esperar el momento ansiado en que deis cumplimiento a las promesas empeñadas.

¡Vuestra Escuela se salva! ¡Vuestra nave llega a la playa, la tierra de promisión se brinda a vosotros!

En lo futuro laboraréis con menos dificultades, trabajaréis con más ahinco, porque lo habéis ganado.

Dura batalla se ha librado; muchos de vosotros habéis quedado rendidos; pero aquellos que han dejado sus materias en la lucha, están en el espacio con vosotros, dándoos su fuerza, y nosotros, vuestros Directores, vuestros hermanos mayores y yo, en nombre de la Ley, con mi carácter de Juez, os vengo a saludar y a tenderos la mano para que lleguéis salvos a la orilla prometida.

¡Bendito sea el Padre y bendita la Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal!

¡Benditos seáis vosotros que en amor trabajáis, que en amor sufrís... y en amor venceréis!

Vuestro Maestro.

Joaquín Trincado.

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