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MEDIANIMICAS

(Fragmento de la comunicación por la médium L.D. de A.
Del Consejo 19 de Abril de 1937

Las mistificaciones ocurren en todos los sitios y de ellas no están exentas las Cátedras de la Escuela a pesar de tener elementos de estudio como la “Ley de Mediumnidades y el “Laudo de Rigor”, por lo que ya pueden colegir o saber por lo menos en presencia de qué comunicante se encuentran los que dirigen y asisten a las sesiones, y los médiums, a quienes hacen lugar; pero todo ocurre porque no se estudia la obra, y especialmente la “Ley de Mediumnidades”. Además, aparte de lo que a comunicaciones se refiere, hay algo más importante y más grave; y es que a veces los Directores necesitan alguna aclaración o una orientación, y como no cuentan con buen médium o no saben, por falta de estudio de la obra y la dicha Ley, cuando están en presencia de un buen consejero, y cuándo no, cometen desaciertos que son siempre perjudiciales para la Causa; que por otra parte, en esos casos no contando con médium bien capacitado se entorpece la onda psíquica por la conexión que se establece entre el espíritu del médium que acepta tácitamente o que no está bastante fuerte para rechazar a aquel espíritu que indebidamente trate de tomarle; es así como son burlados los esfuerzos de los guías y protectores o de cualquier espíritu de luz, porque ya sabéis que estos van siempre velando y procurando no hacer daño a la materia y ni aún siquiera a los aberrados que se presentan; pero que, pese a todo, estudiando bien las “comunicaciones”, si estuviesen empapados en la Ley de Mediumnidades, fácilmente podrían descubrir y desechar el engaño, dando al mismo tiempo una lección al mistificador que bien puede ser un equivocado y en el fondo un espíritu bueno, que al verse descubierto, puede comprender su error y así entrar en la luz y ser otro más sumado al trabajo.

También hay otra cosa; si algún mensajero viene enviado por el Maestro Superior, Consejero o espíritu misionero, siempre debió y debe decir de parte de quién viene, como corresponde a toda actitud disciplinada que debe usar con más razón mientras más progresado. Además cada Cátedra tiene su guía y su protector que son los que velan por la marcha de la Cátedra, Sub-Cátedra o grupo que dirige y son ellos los que deben acudir para indicaciones, órdenes y advertencia, pues sólo por una causa o motivo muy grande y de justicia o de trascendental importancia, puede acudir el Maestro Superior, o los Consejeros, o el Maestro Juez; pues aquellos de siempre, y de este momento tienen a su cargo asuntos de suma importancia. Si os dieseis siquiera cuenta de los asuntos que desempeña el Maestro como de las cargas y cargos que pesan sobre él, no vapulearíais; tanto por la última existencia como por las anteriores pesan sobre él y no podría dejar de oír los llamados a Sócrates, Confucio o a Santiago, como no podría ocuparse de acudir a los llamados y evocaciones hechas en tantos lugares para tratar cosas baladíes.

Es verdad que ha sido obligado a un breve descanso de las luchas materiales y espirituales, porque el descanso en la transición es de ley y no podría se él una excepción; descanso brevísimo que apenas disfrutó porque otros graves asuntos para la humanidad debían de ser estudiados y puestos en ejecución; pero en ese brevísimo descanso nadie pudo detenerlo ya, al llegar el clamoreo evocativo de “Santiago, Santiago”; era imposible no acudir.

No debéis de creer que un espíritu puede estar simultáneamente en todas partes; el Espiritismo Luz y Verdad, no tiene estas milagrerías, y es necesario que muchos buenos adherentes de todas las Cátedras se despojen de este prejuicio y de otros que les han sido inculcados cuando militaron en otros sitios, y ello no puede ser de otra manera más que por el estudio y el razonamiento sobre las causas y las cosas.

El Maestro no puede dejar de acudir siquiera pequeños instantes a sus familiares (se dirige a la Maestra) y forzosamente también enviarte su inspiración u orientación en las cosas que son necesarias. Muchas veces lo hace sin que sea reconocido; simplemente por no avivar el lógico dolor, es esta la política que emplean los espíritus de luz, los verdaderos espíritus de Amor, los grandes, los conscientes.

En síntesis: es necesario que haya más estudio, menos provocaciones de fenomenismos y menos evocaciones inútiles, sino queréis los médiums y los Directores tener mistificaciones. ¿Conocen los médiums elmal que se hacen a sí mismos y el que cometen ante la Ley con las mistificaciones? ¿Qué de las mistificaciones los médiums no tienen culpa?, pero tienen pena cuando pudiendo no las evitan.

EXPLICANDO: En el Consejo de esta fecha, los Secretarios habían pedido aclaración por ciertas comunicaciones atribuidas al Maestro y por algunas otras de otra índole tomadas en otra parte. El hermano J. D. se querelló a su vez por motivo de suponer crueldad de la Ley, como hijo, haciendo notar que si desaparecida la materia, la afinidad familiar desaparece, entonces se destruiría todo vínculo y cómo puede ser que el Maestro se comunique y sólo una vez en la Central.

Después de recibida la comunicación, la Maestra explica a los hermanos del Consejo (Secretarios y agregados) “que parece que algunos hermanos de las Cátedras foráneas, han entendido que al pedir tan ansiosamente descanso para el Maestro, he pedido ese descanso de inacción y de vida contemplativa que se supone a lo que se llama descanso. Hay que entender que descansar no es solamente la inactividad, sino que ese descanso he querido que se lo diéramos todos evitándole preocupaciones y penas por la marcha de la Causa en todo lo que de nosotros dependiera; he podido comprobar que desgraciadamente no se ha podido hacer efectivo mi deseo, pues no creo que todos hayan puesto empeño para evitar que a él llegasen, como lógicamente deben haberle llegado, una cantidad de noticias desagradables acontecidas durante su ausencia, por ejemplo: desuniones, poca fraternidad, y algunas otras intenciones más graves que me reservo explicar por el momento.

Rafael
Octubre 23 de 1932

PAZ A TODOS¡

Onomástico diréis, y yo digo un día más en el eterno correr del tiempo; un día porque en la vida eterna un año es un día, un segundo un instante.

Mas no es el tiempo el que os ha de preocupar en el correr de la existencia, es el empleo que hagáis de vuestro tiempo, tomando por tiempo la etapa de una existencia, una epopeya de nuestro existir como espíritus. ¡Porque perdemos tanto tiempo, en el correr de la vida¡

Ciertamente que la etapa de una existencia en la tierra es bien corta, pero lo es más porque el hombre, en la vida de sufrimientos que se hacen más intensos porque no pueden satisfacer los vicios y las pasiones, y acorta en continuo ansiar los días de su existencia, porque malgasta su energía lastimosamente. Cuando vuelve su mirada atrás, ve que no ha hecho obra de provecho.

Este es el punto que quería tratar, y el Maestro me ha dado pie para ello, con el pensamiento de evocación, que me dedica en este día. Sí, el espíritu forma el plan que ha de cumplir como hombre, es todo voluntad, es todo deseo de pagar sus deudas de amor o de justicia. Pero llega el momento de encarnar y se envuelve en su materia que lo opaquiza hasta que empieza a hacerse razón y los hechos de la vida le van dando experiencia y conocimientos. Pero llega el momento crítico de inclinarse hacia uno u otro lado, en creencias o ideologías, política o socialmente o de cualquier orden y entonces es cuando el hombre ha de tener especial tacto y mejor razonamiento, para acatar lo que en su conciencia tenga cabida, como camino para el mañana, puesto que de ese momento feliz o desgraciado depende la derrota o la victoria en el cumplimiento de su misión, o sea en la ejecución de aquello que como espíritu se propuso realizar para satisfacción de sus deudas espirituales y felicidad de su propia conciencia.

Y bien hermanos míos, este es el caso precisamente, de todos los que por primera vez vienen a esta Escuela. No importa que antes hayáis militado en otros centros donde se mistifica el espiritismo verdadero, los hombres han de entrar en el fango y no han de mancharse; que no os satisfizo aquel ambiente lo prueba el hecho de que estáis presentes en este momento en esta Escuela. Que la aceptáis o no la aceptáis, eso es exclusivamente competente a vuestro discernimiento, pero estad atentos a la doctrina que otra mejor no la oiréis. Y tomo en este punto las palabras del Maestro: “No se os enseñará otra doctrina mayor ni aquí ni más allá”.

Pues bien hermanos míos; volviendo al punto anterior, os digo que cuando el hombre lucha en el mundo que ocupa y de esa lucha saca la experiencia necesaria para deducir donde está la razón, entonces es precisamente cuando debe estudiar todos los detalles para abrazar aquello que cree justo; y si no puede profundizar en lo que oye en toda su grandeza, lo comprenderá conforme a su grado de progreso y esto le será bastante para llevar en su conciencia un principio de sabiduría y un cimiento en su alma de lo que es la Ley de Amor que rige el Universo.

Si esas ocasiones que encuentran los hombres todos en el transcurso de su vida, no saben apreciarlas en su justo valer, es seguro, que es el momento, si ya recorrió otros lugares buscando la verdad: este es el momento repito, de su derrota o de su victoria; porque desde ese momento si a su razón no la pone en acción para juzgar en sabiduría, de aquí nace el escepticismo que predomina hoy en la mayor parte de los hombres, que o son escépticos o son indiferentes.

De todos modos, vosotros hermanos míos, juzgad los que escucháis por primera vez, estas verdades y estas lecciones, que estáis en el momento de elegir. Elegid pues.

Vuestro hermano

Rafael

J. E.
Por la Médium del Consejo

Hermanos, Paz para todos. Confirmando lo que acaba de decir el hermano Tomás, voy a exponeros algo sobre la vida eterna y continuada, vida que quisiera que vosotros la entendierais, así llena de lucha, llena de vicisitudes; son las zarzas del camino que os dejan los dolores que producen sus pinchazos, pero no son más que consecuencias de vuestros propios errores de épocas pasadas y del presente.

Pensad hermanos míos que hemos nacido de nuestro Padre Creador; con solo recordar esto sería bastante para comprender que siendo hijos del Hacedor de mundos no podíamos por menos que ser eternos como Él, pero sí tan grandes como nos propongamos serlo; y sublimes también podríamos ser porque tenemos la sublimidad por nuestro Autor; de modo que con lo dicho, basta para demostrar que la vida es eterna y continuada.

Ahora bien; si la vida es eterna, ¿cómo decís día de los Santos y día de difuntos? Santos no hay ninguno si no es como es en la forma de la santidad que llevan los espíritus de su Creador. ¿Y los muertos dónde están? Si nuestro Padre es eterno, como eterna es su obra, ¿cómo sus hijos podemos estar muertos? ¿No se dice que somos hechos a su imagen y semejanza? Pues entonces hasta en esto se demuestra que la ley es una, como supo ver y sentar vuestro Maestro mi hermano. ¿Cómo se entiende que siendo hijos del Creador vamos a estar muertos?

Hermanos míos; estoy buscando y no encuentro ni santos ni muertos; santos, porque ninguno lo demostró en sus obras y a los muertos no los encuentro en ninguna parte. He recorrido grandes nebulosas, visitado todos los mundos de su sistema, y en ninguno he encontrado ni muertos, ni santos; sólo he encontrado mundos, de mayor o menor progreso; mundos cuya luz inunda toda su órbita y trasmiten su luz a mundos menores en progreso. Mundos que están en un estado gestativo, mundos que están en plena evolución, mundos que se preparan para pasar de un régimen de supremacía y presión a un régimen de fraternidad. Mundos que por su progreso son padres de sistemas, mundos que aún van ligados por su estela fluídica a su Hacedor y en todos esos mundos no he visto ni santos ni muertos. Y no me refiero solamente a los hombres, me refiero también a todos los reinos, desde el mineral hasta el reino animal y desde la planta más rústica hasta la flor más delicada. Y en ninguna parte he encontrado la muerte, ni hombres que saliesen de la ley para ser santos.

Y entonces, hermanos míos, si no he podido encontrar ni lo uno ni lo otro (ni la muerte ni la santidad) ¿de dónde salieron estos entes, creación del fanatismo y el terror? ¿De dónde han salido estos nombres para que los malos y los sofistas los hagan su cómplice, que les perdone todas sus faltas, o para que por el terror se obligue a la sumisión a los que tienen algo que temer? Temor que dobla a una sumisión incondicional a los hombres que se anulan y se postran ante los que les infunden tal terror.

Y si esto no salió de la Ley, porque ella es Amor y Justicia, ¿de dónde salió tanta iniquidad? Sólo ha sido la maldad de los hombres la que ha hecho estas invenciones en perjuicio de sus semejantes.

¡Religiones¡ ¡Religiones¡ ¡Cuánta culpa os cabe en el mal que habéis causado para la humanidad¡

Pero he querido llegar a estas conclusiones para demostraros que no existe más que la vida eterna y continuada, mundos de luz y de tinieblas, espacios interplanetarios que sirven para señalar los derroteros de los mundos que corren por el infinito universo; nebulosas con sus miriadas de mundos, Centros de Luz y de progreso donde el Amor es el ambiente donde la Justicia ejerce su acción y es acatada, la fraternidad es un hecho, el hermano ve en su semejante al hermano y el Padre goza viendo a sus hijos leales, amorosos y buenos que cumplen su Ley al unísono en la armonía del Universo.

Hermanos míos, de todo lo expuesto he querido manifestar el error de las divisiones por causa de religiones que han surgido del afán de imponerse y han formado las clases, luego las castas y las razas, que han sido la causa de todos los males de la humanidad. Y de esta pasta son los que han hecho los santos, porque si es verdad que hubo muchos hombres justos, éstos no fueron santos; y los muertos con los que se sembró el terror entre la humanidad, tampoco han sido nunca más que en el temor supersticioso que hicieron a su alrededor y llenaron así el objeto para que fueron ideados; el terror porque éste detiene al hombre en el deseo de sondear y averiguar.

Sintetizando os digo: que en el infinito universo sólo hay Amor, Sabiduría de un lado: esa es la Ley. Y del otro lado hay supremacía y tinieblas según el libre albedrío de los sin conciencia.

Buscad el Amor del Padre que os conducirá a la Verdad y la Luz, estudiad imparciales y sensatos para salir de la tiniebla de la ignorancia.

Mi amor os dejo.

J. E.

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