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Medianímicas

José
Abril 1º de 1937

Paz y Amor sea en todos vosotros, no sólo en este momento sino por siempre en esta vuestra existencia material, para que no os falte en los siglos de los siglos.

Vosotros, hermanos en esta etapa de vuestra existencia espiritual en que debéis de luchar tan rudamente en la vida terrenal, en la cual verdaderamente encontraréis un punto de partida desde el que os podéis considerar vencedores, porque en verdad es este uno de los momentos más decisivos en la vida de los mundos y por tanto en los seres que la habitan.

Las manifestaciones que os prueban que la Justicia Suprema está en acción os debe reconfortar. Todos los acontecimientos os lo prueban.

El Misionero no os dejó por egoísmo, ni fue llamado por una causa que no fuese más que de imperiosa necesidad y misión. Como espíritu progresado y sabio partió porque sabía que su deber era hacerlo, porque los hombres no podrán nunca ni transgredir ni modificar las Leyes Supremas que se cumplieron y se cumplirán las profecías señaladas, pese a los que intentan engañar al Creador, engañándose a sí mismo. Ya fue escrito que “al mecer la melena aquel león, despertará a los que están dormidos”. No lo dudéis, es una prueba más y los hechos han de evidenciarlo para que sepáis que no es la fe en los milagros y cosas extraordinarias la que ha de salvar a la humanidad, sino que ella será hecha entre los que sepan comprenderla como un mandato Supremo en la fraternidad, en la Verdad, en la unión, en la sabiduría, el estudio y el progreso. Esa misión de fraternidad debía ya haber empezado desde hace un cuarto de siglo cuando se os fueron dados los primeros llamados de la última etapa de la prórroga que el Amor del Creador os concedió, pero los hombres de la tierra se hicieron sordos al llamado e insensibles a la Sublime Piedad Divina.

Mas no se han cerrado todas las puertas, aquellos que buscasteis el bien, bien recibiréis, lo que justo es en lo que hayais ganado; aún estais a tiempo de hacer obra preparando los caminos de la verdad para los que vienen detrás.

Cumplid vuestra misión de unión, que a pesar de todo podéis fácilmente efectuar, empezando por la unión de pensamientos en un solo querer, en un solo amor, y elevadlo en un solo pedido común al Padre, el triunfo del bien y de la justicia por y para bien de la humanidad de la Tierra.

José

Andrés B.
Octubre de 1932

Por el médium M.M.

Hermanos míos: Llegó el momento que tanto deseaba para comunicarme con mis hermanos, y si es a la justicia a quien debo esta ocasión, bendita justicia, y si es a ti Maestro amado, bendito seas Maestro, bendito todos vosotros que me esperabais y bendita la Ley del Padre que tiene compensación para todos.

Padre mío, hermanos mayores, llegue a vosotros mi gratitud, pues así como un hijo desea comunicarse con sus familiares después de una larga ausencia, lo mismo yo deseaba hablaros a vosotros para comunicarles mis impresiones como espíritu, porque como hombre no sé cuánto tardaré en poderlo hacer.

¿Veis qué alegría recibe un niño cuando encuentra el calor de su madre? Pues hermanos míos, lo mismo me sucede a mí al encontrarme con vosotros en esta Escuela, que la considero nuestra madre, porque ella tiende sus brazos hacia todos los que quieren cobijarse bajo sus alas.

Aquí hay un ambiente tan agradable que no encuentro palabras como compararla con el ambiente corrosivo que se respira en este planeta.

Aquí era la Meca de mis aspiraciones; aquí quería yo llegar. Pero ¡cuánto hubiera deseado hacerlo como hombre¡ Sí, como hombre, porque como hombre hay que hacer la obra, y como hombres hemos de cumplir los mandatos del Creador.

Es cierto que como espíritu se siente el goce inefable del ambiente de paz y de justicia, pero ¿no es más satisfactorio haber ayudado en la obra como hombres?

Entended hermanos que casi generalmente como espíritus, disfrutamos la obra que han hecho los demás, pero no puede haber la satisfacción como espíritu, la que puede haber también como hombre y poder decir: En esa obra grande he puesto mi grano de arena, en esa obra grande hay parte de mi fe demostrada en obras, en esa Causa grande que regenera a la humanidad me corresponde una parte, hice obra y por lo tanto cumplí y me preparo para nueva etapa. Por esto os voy a recomendar que como hombres hagáis la obra que en misión traéis y no perdáis el tiempo, que lo lamentaréis mañana cuando paséis al plano en que yo me encuentro.

Repito mi gratitud a todos y dejo mi amor hasta que la justicia y el amor del Maestro me permitan expandirme nuevamente.

Paz a todos y que la bendición del Padre nos una.

Vuestro hermano Andrés B.

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