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Autofónicas

L.U.1.C.S.- Oigo...Oigo ruidos espantosos, terrible gritería, lamentos, alaridos de dolor y rugidos de impotencia. ¿Qué ocurre? Nada que pueda sorprendernos, nada que pueda sorprenderos, hombres de la Tierra¡

Y aún hay tiempo, y decir que aún podríais evitar la terrible hecatombe; pero no, no lo haréis porque vuestra vesánica supremacía jamás os permitiría acatar la Ley de Amor, ley de fraternidad. No, preferís ser serviles, haréis indignidades antes de ceder. Es que conserváis la secreta esperanza de que podréis dominar un día a los que hoy teméis.

Temor y cobardía unidos al odio y a la supremacía, van encaminando los hechos por senderos equivocados, prolongan la agonía envolviendo en su desesperación a lo que no debía de caer y lo van arrastrando al abismo.

Oíd hombres de la Tierra, la hora por tanto tiempo prevenida, lo tantas veces advertido, lo que tanto se ha avisado, ha llegado.

¡En vuestras manos está vuestro destino¡

Monstruos, aún estáis a tiempo¡¡Juan os dijo: “sepulcros blanqueados”, mas yo os digo: manada de lobos, jauría de chacales, deteneos¡ Hienas, no cejaréis hasta no estar ahitos de carne de cadáveres”.

Is.

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Del libro inédito “Comunicaciones”

TOMO VII

Abril 28 de 1912

Por el médium Portillo

Heme aquí. Amor, Unidad, acierto en vuestras luchas. Paz y Amor que dilatéis a toda la Tierra, para el bienestar de todos mis queridos hermanos.

Ya sería la hora de cantar en alegría y amor la Luz del nuevo día. Bendito el Padre, que en su Amor nos concedió el tan deseado día en que la Luz, la Verdad, resplandeciese sobre la Tierra; bendita el día en el que, nuestros hermanos mayores de la cosmogonía, descienden como lenguas de fuego, de amor y nos justifican.

Benditas sus palabras de Amor y Justicia y benditas tus enseñanzas que depositan en el hermano que la escribe en el Código de Amor, monumento vivo del día de la Luz, e imperecedero, porque sus leyes, son grabadas en el espíritu, para no olvidarlas jamás; porque son leyes eternas del Creador, traídas por el espíritu, que traspasará la atmósfera ya limpia de perturbadores, empañada por su ofuscación tantos siglos, y que está decretado y anunciado, para el día santo de la Justicia de Amor, por cuyo acto, el hombre de Sión, ha proclamado el gran axioma, el indiscutible axioma, del Dios único y de Amor, representado en el Puro Espiritismo, amalgamas ni dudas, cuyo principio, cuyas leyes, son del Padre Universal, Único y Divino.

El Espiritismo, proclamado axioma, compendio de las leyes divinas de la divina sabiduría, es la piedra angular del Edificio Eterno, en la obra de la Creación, cuyo único principio es, la Ley del universo, eterno e inimitable, como su causa, que es el Padre.

Venid, hermanos míos de la Tierra, fijad vuestra atención en los espíritus de Amor, la Luz penetra por todas partes de Sión. ¿Por qué estáis inconscientes? ¿Por qué dudáis de lo que palpáis, de lo que estudiáis y comprobáis, que no puede ser de la materia? Dudáis porque no estáis libre de prejuicios; se os vela la Luz, porque amáis a la materia y ante su influencia, buscáis la amalgama, que no os acuse de vuestra cobardía, de vuestra malicia, de vuestra ignorancia.

Pensad, meditad (quitando prejuicio) la Luz que se os trae, por todos los hermanos de la Cosmogonía, que depositan su esencia en el que describe el Código, bajo los auspicios del Espíritu de Verdad, que había sido anunciado por Jesús. El que descendió, el que lo representa y celebró el Juicio dentro de la más estricta Justicia y dentro del Santo Amor del Padre.

Podrá estar el Juez, oscurecido a vuestra supremacía y sabiduría, en el traje del obrero, pero es reconocido y Justificado por el Padre, a quien juró y a él, vienen los Maestros de la Cosmogonía; vuestra soberbia autócrata, será abatida y sentenciados estáis, en Juicio inapelable.

Cuántos hermanos pequeñitos en la Tierra, que no quisisteis reconocerlos y aún lo hicisteis mártires, os recuerdan sus doctrinas que por fuerza rememoráis, aunque la historia no los anotó; porque ella, obra de la supremacía y entre ellos olvidáis o mistificáis a Jesús, pero que los hechos quedan en la tradición, que a la historia de los humildes y aunque la traicionáis vosotros; el conocimiento, la clarividencia de la razón, saca la verdad inédita, de esas tradiciones.

Jesús, olvidado en la historia de los hombre, sembró ( porque amó) en el corazón de ellos, porque vosotros, sólo del polvo escribíais y él traía Ley de Amor, que sólo con la tinta del Éter, puede escribirse y él vive en la tradición grande, porque su amor, aunque los hombres lo eliminaron para baldón propio; pero que, los que recibieron sus enseñanzas, han hecho un cuerpo de doctrinas, que en su pureza, desmiente la mixtificación, la falsa doctrina hecha con la malicia, porque su claridad descubre las amalgamas, y porque llegó de Sión, la voz que resonó en todo el Universo, lo proclamó axioma eterno, porque el espiritismo, es Dios; porque los espiritistas son de Dios (1).

El espiritismo, destruye las doctrinas erróneas, las amalgamas de alianzas con principios de Teocracia, que son la contraposición, de las palabras de Jesús.

Él decía: “Si te toman la capa, deja que la lleven, porque no te lleven también la piel” y vosotros tomáis la piel y la capa por la fuerza y aún echáis al hermano a las llamas de la calumnia de cuya arma largos siglos os servisteis, a pesar de la prohibición del Santo principio, por que no vísteis escrita la letra, que vivifica al espíritu y Jesús lo advirtió, porque lo presentía.

Mas se cumplió la profecía y la Justicia del Padre, ha sido hecha en su hora, viniendo el hombre de Sión, con la tinta imborrable y, en la hora matemática desciende a él el Espíritu de Verdad, anuncia la Justicia, y dan órdenes al Juez., los Maestros de la cosmogonía, los mesías de los mundos de Luz, consejeros del Padre y cada uno deposita su artículo, para el código de amor, que pasadas estas tres generaciones, todos, todos lo sabrán en su conciencia y vivirán la vida del amor, sin menospreciar la mitad de la humanidad, porque el hombre, ha escrito y sustanciado, las Leyes con la metafísica de la materia, dando su conocimiento, la Ley de la sustancia única, la causa única, la Ley única y único Dios, de Amor.

Estas letras vivifican al Espíritu, resucitan la conciencia y eliminan el anestesio del corazón, dichas por Jesús, ratificadas por el Espíritu de Verdad, ratificadas y justificadas por los hermanos de la cosmogonía, son las que se escriben por el Juez en el Código, que se le da a la humanidad de la Tierra y es el mismo que se dio y tiene todo el universo, y su unidad constituye el único credo, bajo el nombre de Espiritismo, proclamado axioma eterno, por el hombre, que estaba preparado y que vino de Sión, trayendo consigo, los puntos necesarios para el cumplimiento de su obra.

Lleva el sacrificio de su persona, sosteniendo frente a frente, las luchas del Espíritu ofuscado, de la materia prejuiciada y la malicia, del Espíritu materializado.

Se eleva en aras de su amor, traspasa la atmósfera y los espacios, entra en los mundos de Luz y se le franquean los secretos e intimidades de los mundos, con cuya tinta imborrable escribe el Código, que rompe la esclavitud de la mitad de la humanidad, dignificando a la mujer.

Venid hombres y estudiad que si estas páginas no las pudisteis escribir, con todos vuestros conocimientos de la materia y principios autocráticos, no podréis negar, que el espíritu se eleva sobre sí mismo y os abre camino para vosotros, dejándoos jalones que os conducen inequívocamente, al centro de la verdadera ciencia.

Estas páginas, son luz para la ciencia, este Código, es Luz para las conciencias y es Luz, para los hombres prejuiciados por las religiones creadas; este Código de Amor, dignifica lo que la autocracia ha rebajado: la mujer; pensar que todos vosotros, debéis un beso a la mujer, todos queréis respirar el perfume de amor que da la mujer; y si es flor de aroma, ¿por qué la hacéis en la Ley inodora? ¿Por qué la mujer, no legisla?

La amáis en la pasión de la carne, reconocéis en la madre el amor y el respeto, pero le dejáis solo el derecho de ser madre (y aún si podéis se lo quitáis), sólo el derecho dentro de casa, pero no le concedéis las funciones públicas, porque en su delicadeza, porque en su percepción más clara que el hombre, en la vida del espíritu que por el derecho de ser madre tiene, os afrentaría con su sabiduría y virtud; porque os veríais cohibidos en vuestro libertinaje; porque la mujer, sacada de la esclavitud, legislaría en amor y Justicia y vuestra concupiscencia, no ha podido renunciar al libertinaje.

Vosotros, mancebos robustos, que aún bebéis el amor, de los ojos y labios de vuestra madre, no olvidéis que debéis ese beso; y cuando leáis estas páginas, comprender que, sólo de los hermanos del Amor, de los maestros de la Cosmogonía podrían venir, porque en todos los textos y códigos que tenéis, no lo encontréis escrito.

Vosotros, jóvenes robustos, cuando llegaréis a legislar, no olvidéis que el beso de Amor de la mujer, os da bríos y valor en las luchas y haciendo justicia, acatar las leyes que se os dan; dignificar a vuestra mitad y os elevaréis más vosotros, porque trabajaréis en la unidad.

El que escribe el Código, ve en esos mundos que visitan, donde el hermano, ve al hermano, en todos sus semejantes sus semejantes; donde la mujer y el hombre, desempeñan las mismas funciones, en el concierto armónico de la ciudad y todos los cargos, son inherentes al hombre y la mujer, y donde el Amor es la Ley, pero el verdadero amor fraternal, amor que parte del Padre, por eso hay respeto, por eso no se puede tener ni se debe dudar; el más fuerte es el fiel guardián de la más débil.

Posee el hombre de la Tierra, largos escritos y en todos ha olvidado, la igualdad del ser de la mujer, porque nada ha escrito, ni estudiado seriamente de esos miriados de puntos brillantes que veis en la primera nebulosa porque en su materialidad, no pudo salir de la atmósfera pesada de la Tierra.

Medianímicas

I. L.
Colonia Jaime, Agosto 30 de 1936

Buenas tardes, hermanos míos: Ya que os encontráis reunidos en amor, justicia y libertad, palabras esenciales que representan la verdad indefinida y eterna de la vida, vamos a reseñarlas brevemente como mensaje para los hombres todos de la Tierra y los hermanos de Cátedras para que sirvan de iluminación en el camino de la virtud. Tomar como Ley básica, como Ley orgánica, el AMOR y será vuestro mayor orgullo sentirlo por todos los hombres, seres y cosas del Universo como Creación infinita de ELOI, nuestro PADRE.

Estad siempre con completa voluntad dispuestos a practicar el BIEN por el BIEN MISMO, por el que os engrandeceréis.

Encuentro entre vosotros gran unidad y alegría, las que deseo coronen vuestras acciones; y el espíritu u hombre que no recoge de aquí fuerza ni luz, o que no se satisface, es porque no ve la luz. Aún hay hombres en esas lamentables condiciones; no digo que eso sea entre vosotros pero sí es donde vosotros mismos veis que luchan contra la verdad y la razón, porque están cubiertos de negrura; pero la razón supera y al fin se impone por la fuerza de las mayorías, y es hora de que reine LA PAZ FRATERNAL, y no para un momento, sino para el infinito tiempo; y porque el HIJO DEL HOMBRE dijo: “PAZ A LA TIERRA” y los hombres no quisieron paz, quisieron guerra, guerra se les da.

Vosotros que ya habéis emprendido el sendero del AMOR, la trayectoria de la COMUNA DE LEY, luchad con valor como así lo supieron hacer los TITANES DEL PROGRESO LOS GRANDES MISIONEROS DEL PADRE.

Yo en este momento no vengo a rendir honores; pero sí a festejar el homenaje del aniversario de 28 años de unión por amor, de los hermanos Nazareno y Laura.

Hermanos amados, jóvenes matrimonios: sírvaos de modelo y ejemplo los que con suave decir y palabras de amor os hicieron llegar hasta el terreno sagrado donde se cultiva la verdad, hasta la casa del Padre.

Que la paz, el amor, la alegría y la felicidad reinen entre vosotros.

I. L.

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