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Autofónica

Elías

Oíd hombres de la Tierra; otra vez ruge el cañón, tabletean las ametralladoras, retumban las descargas de la fusilería apagando los gritos de dolor de los caídos, el gemido de los moribundos, y llevándose el secreto dicho a voces del hombre, la despedida del joven que musita su último adiós, que pide apagar su sed, su ansia, la voz dolorida del adolescente que clama por la última caricia de la madre¡ Pero no son tan terribles en su estruendo las batallas; más horrible, más doloroso es lo que acallan con su tronar; los sollozos de las madres, de las viudas, de las hermanas, de las amadas, los que lloran por los ausentes, las que claman por la patria, que imploran por su fe, las que aullan por su honor.

¡Oh¡ humanidad de la Tierra; no diréis que viene “como ladrón de sorpresa”, no alegaréis ignorancia; de siglos estabais advertidos, continuamente os fue recordado, hicisteis befa de los misioneros y aún apedrearíais al que os señalara el medio de evitar lo que aún viene; aún señalaríais por locos o por ilusos a los que os recordasen cuál es el supremo mandato; aún perseguiríais a los que os llamasen a deponer de una vez por todas las pasiones, y causas de odios; aún perseguiríais y encadenaríais a quien os indicase el medio de evitar tales horrores.

Es que está escrito que las pasiones sólo mueren cuando se sacian, es que está sabido que la guerra ha de matar a la guerra; pero a pesar de tanto prever los profetas rechazaron la idea del feroz placer del déspota ante la agonía del opreso. Y acaso escapó (por repugnancia) señalar a los más infames, a los que no escaparán a las sanciones de la Ley; a los que cubriéndose con la máscara de la religión, de altruismo, de salvadores son los instigadores de los que, so pretextos de arreglos, van solapadamente descomponiéndolo todo, destruyéndolo todo; los que descaradamente azuzan, los que bajo la careta de piedad cristiana van moviendo la mano de los que destruyen material, económica y espiritualmente la los cristianos; lo que os prueba una vez más que no hay cristianos ni no cristianos, sino odios ancestrales, pasiones no satisfechas, concupiscencia y aberración de los que sueñan con dominio y preponderancia.

Aquellos que tronchan vidas, que arrasan pueblos, que ultrajan mujeres, que vejan ancianos, que asesinan niños no son ni los más perversos ni los más culpables; éstos están en los que descarada o solapadamente hostigan a los gladiadores y a las fieras del circo, para darse el goce del dolor ajeno y luego el banquete con la carroña.

Mas aún veréis más, porque todo lo que va aconteciendo no es más que el prólogo.

Escuchar los que queréis ser salvados en la vida y en la eternidad: Amor es la Ley. Los hombres todos hermanos son, porque hijos son del Padre. La Justicia se cumple siempre; jamás penséis que es tarde. Todo está prefijado en los designios del Supremo, Único infalible.

Los hombres disponer pueden a su libre albedrío, mas el Padre deja su paso a la Justicia y ella llega siempre.

Caminad por los senderos del bien, sin pasiones, sin ambigüedades, sin favoritismos, sin partidismos, guiados por la razón, dirigiros por la inspiración sostenidos por la esperanza, presentando vuestra fe en obras que la gran Hora se aproxima y luego de la Tierra saldrá en cántico sublime el hosanna al Creador. La hora se aproxima. Estáis en los días de la definitiva.

Elías

Medianímicas

Enrique C.
25 de mayo de 1936
Por la Médium L. D.

Buenas noches hermanos míos, que la paz y el amor sea con vosotros.

Hermanos, causa horror y espanto el oír lo que el Misionero ha inspirado en la tremenda Pesada que acabáis de escuchar; olvidaos por un momento de la miseria de la Tierra; concentraos un momento y emancipad vuestro espíritu elevando vuestro pensamiento hasta el infinito y no oiréis más que voces de dolor y alaridos de terror; tender la vista hacia lo pasado, no parecen nada los males habidos, horroriza más el hacer el estudio del estado en que se encuentra la humanidad hoy en este planeta Tierra en su sed de venganza, de sangre y de injusticias; pero que aún podéis llamaros felices los que la miseria y el hambre no se ha sentado a vuestra mesa y buscáis la verdad que aún no la alcanzáis a comprender, pero estáis más protegidos que otros cuando no os roza la espada justiciera, bien ha dicho el hermano que ante os comunicó: “Aquellos a quienes matan no están tal mal”; ello se refiere a aquellos seres que encontrando tanta adversidad y empujados por la fuerza obedecen al mandato de un supremático y por un gran prejuicio obran ciegamente sin comprender que se ponen bajo la ley de las compensaciones. Hoy todos están obligados a luchar que es el oculto camino de los seres del planeta Tierra para llegar al final a la paz y a la fraternidad que aunque no están muy lejanas, estos son los días más tremendos; es el momento en que se lucha para ganar o perder el todo por el todo, nuestros pobres hermanos en todo su esfuerzo por salir con la suya avanzan ciegamente pero sólo llevados del deseo de vengarse o derramar más sangre, pero ello no puede ser más que razonable porque es sólo por dar válvula de escape a sus perversos instintos. Mas, hermanos míos, no puedo pasar más adelante sin seguir sobre el punto “aquellos a quienes matan no están tan mal”; pero aquellos espíritus no están bien despiertos y si bien han salido del letargo; pero hay otros que se encuentran mal en el agobio y en el dolor, son aquellos que han sido mártires, aquellos que han sido como palmera azotada por todos los vientos y como han sido heridos por los más retrógrados y perversos de nuestros espíritus hermanos no estamos tan bien como aquellos, porque si bien no estamos en las tinieblas, vislumbramos que la luz tiene una mayor potencialidad que aquella que percibimos y sabemos que estamos dentro de la Ley, y que como misioneros del Padre se nos mandó a derribar la obra ejecutada por los hombres más perversos y déspotas que se conocieron sobre la Tierra y que nuestro deber era cimentar la obra, obra de amor, de grandeza, de beneficencia que ejecutaron en todos los tiempos, de todos los modos los misioneros del Padre. ¿Qué mayor maldad puede concebir el ser humano que el atentado contra las magníficas leyes de la creación? Y qué creación más grande o más bella tuvo el Padre que el hombre?, qué mayor manifestación de amor que enviarle sus espíritus misioneros? Y sin embargo, sus hijos mismos (algunos hombres) trataron siempre de destruirla. A pesar de tanta perversidad, en medio de toda esa mar de pasiones, la Ley que es más sabia que ninguna ley de las que algún perverso haya sentado en el planeta Tierra, la Creación sigue, ha seguido y seguirá sin acabarse nunca porque, es decreto del Padre Creador.

Bástele a los odios de la Tierra, todo lo pasado deteniendo al progreso, porque basta para destruir las tesis de los más grandes materialistas la existencia de lo creado. Bastará comprender a ese Único como Hacedor para que los hombres no se negasen como hermanos buscándose en la paz, en el amor y en la igualdad del ser. Bastará buscar al Padre libre de prejuicios y de intereses mezquinos para encontrarle sobre nosotros y en nosotros mismos sin religiones, sin hacer divisiones, juzgando los actos de los hombres por sus efectos y dejando a la Ley el corregir o reprimir. En todo momento se queja el hombre del hombre sin detenerse un momento a pensar y sólo alegan que lo que hoy ocurre, “siempre sucedió”, pero la naturaleza habla a los hombres, aunque en sus mensajes necesiten tantas veces servirse de los espíritus del Padre que traen la voz de la Justicia y muchas veces ha sonado. Por fortuna las doctrinas que el Misionero dejó sentadas han quedado en las conciencias “como gotas de rocío” que deben de ser benéficas, y que mucho sirven para regir los destinos sosteniendo a los que desean marchar firmes por el sendero que conduce a la verdadera finalidad que han buscado por ley y por Justicia los seres que se encuentran hoy en el planeta Tierra, aunque tantos dijeran que es “utopía” o patrimonio de “ilusos”, unos porque no lo comprendieron precisamente por desmentir que la unión hace la fuerza y que de la unión en un solo alma, en una sola fe, en un solo entusiasmo y en un solo querer sería la bancarrota espiritual moral y material de los que han vivido y viven de las divisiones.

Que la paz y el amor sea entre vosotros.

Enrique C.

(Versión taquigráfica de Samuel Campillo)

 

***

Del libro inédito “Después del Juicio”

(Fragmento)

¿Qué queréis que os diga? Los días se han sucedido, han pasado vertiginosos los años a pesar de su interminable índice de horrores; los hombres idealistas, han adelantado ora en hechos positivos ora espirituales. Como espíritu se satura porque la unidad se realiza y se hace sobre base firme e indestructible para la eternidad y se muestra a los hombres y a los espíritus fuertes e inquebrantables porque se cimenta sobre código, sobre un catecismo que entierra lo arcaico y da vida a la sublime vida inmortal del espíritu vivificando a la materia, que sujeta a la sabia Ley del amor, cumple el mandato del Creador sirviendo al espíritu en unidad de amor.

Porque en él los hombres como espíritu y materia se solidarizan con todos los espíritus y se hace Ley Suprema y mutuamente se ayudan y trabajan para un mismo fin y los hombres llevan la acción material bajo la dirección del hombre, que es regido, como los demás, por el espíritu anunciado por el Maestro Jesús y viene hasta ellos el Grande de los Maestros, el Espíritu de Verdad, porque sois los primeros en conocer y escribir el secreto de los mandatos del Padre y habéis recibido las luces y los amores que no desconocíais en espíritu pero que la materia por su Ley no podría recordar por el esfuerzo del espíritu elevándose a las regiones de la Luz y la Sabiduría de donde vendrán los grandes Maestros que traerán el complemento de las ciencias que por remesas fueron trayendo y de que el código de amor es corolario.

Los hombres y los espíritus en la generalidad giramos alrededor de un solo centro por una Ley común única e indivisible que enseña cómo sólo hay una causa: Eloí; Único Dios de grandes y pequeños, de sabios e ignorantes de humildes y supremáticos...Ya véis, se os ha dado la llave de la sabiduría, la clave que descifra los secretos de la cosmogonía y con la que ascenderéis y penetraréis donde os fue vedado por la supremacía que se valió del prejuicio y donde contados espíritus, hasta hoy penetraron en Luz clara aunque presintieran su grandeza; es que eran espíritus libres y a tiempo supieron sacudir los prejuicios y la imposición; sólo así podríais remontaros a escudriñar las maravillas que detrás de la pesada cortina de la materia se le cubrían al espíritu, hasta que hubiera un misionero que las rasgara y dejara a la vista tanta grandeza. Hombres de la Tierra que formáis cohorte y que habéis apretado a la humanidad hasta hacerla gemir y verter sangre; hombres que habéis descarriado al rebaño, hombres todos supremáticos que habéis olvidado que la humanidad es sólo una porque o la respetáis o formáis parte de ella, porque en todas las esferas sociales y en todos los grados de progreso habéis actuado en una u otra existencia. Mas oíd que se os dijo que todo será cumplido cuando los espíritus supremáticos sean doblados y obligados por la Justicia; cuando ellos hayan sido corridos por la potente Luz; cuando se encuentren solos con su propio Yo en las negras mazmorras de sus conciencias.

Pero aún tendréis que ver, por eso, guerras fraticidas, hombres macerados, adolescentes inutilizados, niños famélicos; mujeres enloquecidas y jóvenes vejadas por la soldadesca. Tendrá que ver aún la Tierra más corrupción, no ya por obra de las pasiones sino por fuerza de la desesperación.

Llegará la supremacía a imponerse por el dominio, la opresión y el terror, pisoteando y exprimiendo tanto que fuerce a las masas por hartazgo y desesperación; pero no penséis que hay que hacer distingos de pobres y ricos, aristócratas y plebeyos, burgueses y proletarios porque dentro de estos saldrán los más grandes opresores, porque entre ellos está el Caín que será ejecutor e instigador y está el Judas que venderá a la grey porque esta no tiene que dar. (1)

Veréis implantada la esclavitud, por la hipocresía de los espíritus y el despotismo de los que ayer fueron proletarios. Veréis horrores jamás sospechados; no podrán los hombres distinguir lo justo de lo injusto, ni donde empieza el bien y acaba el mal. Horrorosa será la hora de la gran Babel, que tomará su incremento después de dos décadas de empezada la gran guerra. Pero por encima de todo hay otro pueblo de espíritus solidarizados con este (como tantas veces os ha dicho Juan el Bautista) que dirige la acción y todos a todos dicen lo mismo. “Amor, cumplimiento de la Comuna”, como la señaló el Padre al mandar a este planeta sus hijos Misioneros a trabajar por y para el bien, provecho y progreso de todos, Justicia, teniendo misericordia de vuestros hermanos ciegos por prejuicio o por aberración no haya grandes ni pequeños, aunque sí mayores o menores, por su grado de progreso en el bien que es sabiduría; pero que todos son iguales ante el Padre Único Supremo en el Universo.

No, no temáis hombres en la hora de la Gran Tribulación, hora de incertidumbre, de abatimiento, de desesperación, hora que aprovecharán los perversos porque en ellas os arrinconarán en el último reducto de vuestra esperanza y vuestra fe (2) y entonces sembrarán en vosotros la duda y la desesperación y os incitarán a rehuir de la dura Ley y os la señalarán como el castigo del Cielo.

Pero pronto empezará la evolución hasta que la opresión, la esclavitud implantadas por la supremacía produzcan su hartazgo en los hijos del Padre, que escucharán recién la voz y entonces será el rechinar de dientes, el romper de cadenas antes de que el hombre arrepentido llora el tiempo perdido y tratará de que se escriba en el gran libro de la historia la obra que se negó a hacer en los tiempos.

No es en vano que se escribió: “mas cuando oyereis de guerras y rumores de guerra, no os turbéis, porque conviene que suceda así: mas aún no será el fin. Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino y habrá terremotos en muchos lugares y habrá hambre y alboroto; principios de dolores serán estos, mas vosotros mirad por vosotros; porque os entregarán en los concilios y en las iglesias seréis castigados; y delante de presidentes y de reyes seréis llamados por causa de Mí. Y entregará a la muerte el hermano al hermano (3), y el padre al hijo y se levantarán los hijos contra los padres y los matarán. Y seréis aborrecidos (4) de todos por mi nombre, mas el que perseverare hasta el fin ese será salvo”. Así se os dejó escrito (5). Pero hasta ahora sólo se os había dicho con Jesús “el día y la hora sólo las sabe el Padre”, pero hoy se os señala el tiempo aproximado y se os trasmite para que estéis preparados y tengáis fortaleza para soportar cuanto viene por obra de los hombres y resistáis hasta que el Padre imponga su Justicia que es Amor.

Todos los que se presenten como componedores e intermediarios no son más que detractores que buscan distraer a los hombres; engañan a sus hermanos haciendo más larga su agonía.

(1) La prueba se manifiesta en los hijos del pueblo que han esclavizado al pueblo en Italia y en Alemania, con miras de esclavizar a todos los pueblos.

(2) El materialismo que anula todo idealismo y la mentida fe religiosa de los que no aman y algo temen.

(3) Ver lo que ocurre hoy en España.

(4) Los idealistas, sea cual fuere su credo, su doctrina o esfera en que actuaren todos los idealistas, desinteresados y altruistas, son aquellos a quienes los profetas aluden diciendo que están perseguidos, encarcelado y llevados ante jueces, gobernadores, presidente y reyes.

Marcos XIII - 7 y siguientes.

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