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Autofónicas

L.U.2.- S.- Seim - Seim

Ya es sonada la hora. Es momento de alistarse. La Ley puede más que la voluntad de los supremáticos y los perversos. Vedlos, hablaron de paz para tener latente la guerra y cuando el misionero escribió “Dicen paz y no habrá paz” “La guerra deberá matar a la guerra” todos se hicieron lenguas; hicieron como creyeran que era un deseo no una advertencia. Hoy ya ni causa asombro ni es profecía hablar de la futura guerra europea, de la próxima guerra mundial, guerra del aire, gases asfixiantes, guerra económica, vale decir, guerra de hambre ya establecida. ¿Es que por contravenir a la ley han intentado rehuir a la guerra? No tienen ni siquiera ese atenuante. Se han hecho sordos a los avisos para demostrar al Padre mismo que harían cuanto y como quisieran; haciendo más larga y dolorosa la agonía de la humanidad, atizando los odios para hacerla más fiera y cuando vayan cayendo los que deben caer, destrozando sus cuerpos con la ferocidad, entonces tratarán de imponerse por el temor y dominio espiritual de la religión pero ya será más tarde. Mas no os detengáis en el externo. Miradlo como ejemplo. Eso os enseña que no se puede burlar la Ley, que no se puede escapar a los mandatos supremos.

Dejad aquellos; son los que abiertamente militan en las filas de los detractores; los que tienen la verdadera responsabilidad son los que conocen cual es la verdad y ¡Ay de aquellos que faltaron al deber¡ Ya ha terminado la hora de las indulgencias y contemplaciones. Momento es en que la Justicia procederá con todo rigor y rapidez. Seguir firmes en la obra, vuestro pensamiento en lo alto, vuestra fe en el bien. Dejad que se debatan en la impotencia de su odio ¿Qué hay allí hermanos? No caerán los que no deben, en todas partes hay misioneros y maestros de mayor o menor cuantía que cumplirán hoy mejor que nunca lo que les ordene el que os parece que se fue pero no os ha dejado.

Seim - Seim

Medianímicas

Saló de Dares
De la Cátedra Central
Por la Médium del Consejo
20 de octubre de 1933

Buenas noches, hermanos míos, que la paz y el amor sea con vosotros.

Hermanos: en el saludo de paz y amor con que siempre nos presentamos hay algo que comunicar, algo para señalar y también tenemos en cuenta el sufrimiento de la materia por el estado del tiempo, para tomar inmediatamente posesión y que no tenga que sufrir la canícula por lo que se refiere al esfuerzo hecho por los hermanos espirituales para luego podernos escapar; pero en medio de todo, echando una mirada en general aún de aquellos hermanos, encontraremos que siempre existen los que abusan aprovechando el trabajo de otros. No hablo de las personas, no hablo de los espíritus que tienen el mal como galardón; hablo de aquellos espíritus que vinieron en el camino del progreso a interponerse contra el progreso mismo.

¡Cuánto que corregir, cuánto que limpiar, cuánto que morigerar en las costumbres, que se infiltraron por medio del ambiente¡

Mas, el Espiritismo Luz y Verdad, hermanos míos, ha venido entre vosotros; no ha de ser solamente como algo que pasa, no ha de ser algo así como una novedad en la época presente, sino es la continuación de lo que fue en las épocas pasadas; de aquellas épocas en que el misionero Moisés prohibió su uso, cortando las comunicaciones debido al mal uso que hacían los perversos, los prevaricadores y malversores del Espiritismo Luz y Verdad en todos los tiempos, de todas las épocas.

De estas comunicaciones en que todos los misioneros, que lo forman todos los espíritus progresados que vinieron al planeta Tierra, todos unidos en amor y vinieron de otros mundos de la cosmogonía a traer mayor progreso, mayor bienestar. Estos espíritus, hermanos míos, que resurgen en su apostolado en la época presente, entender bien que digo resurgen y florecen nuevamente entre los hombres, sus hermanos entre los progresados, entre los que marcháis a la vanguardia del progreso destruyendo prejuicios ancestrales, para que seáis capaces de comprender la verdad espírita, que es la universal y eterna manifestación del Creador mismo, por eso vienen, se comunican y traen su progreso alentados en la lucha que sostenéis por la causa grande.

No penséis que el espiritismo está dentro de vosotros; que lo formáis vosotros; sólo que, por cierto han progresado y capaces de comprender el espiritismo, sino la forma, todo el conjunto creado desde el primer hálito del creador¡ No creáis que seáis sólo un momento, no¡ No creáis tampoco ni debéis ser como tantos de aquellos que trajeron como espíritus una misión, pero luego fueron prevaricadores; porque fueron cobardes y perversos y son los que pasaron como aves de paso, los que pasaron como una ráfaga de viento, o como un torbellino, y trataron de arrancar mucho de lo bueno que había. Marcharán en principio por el camino del Espiritismo por estar en un grado de progreso espiritual adecuado, pero lo emplearon en el mal para provecho propio de un grupo de prevaricadores y supremáticos.

Así lo entendéis vosotros, hermanos míos que estáis aquí reunidos, esta pequeña molestia (calor) que indudablemente para muchos de vosotros es un pequeño sacrificio venir hasta la Escuela, venir a reuniros para escuchar a los que venimos del más allá, pero que es absolutamente necesario para vosotros, siendo que la materia necesita escuchar para vuestro aprendizaje, ya que como espíritu, susurran a nuestras vidas, los espíritus que a veces véis como hombres, como materia necesitáis que se os traiga la palabra de amor, de enseñanza, de aliento que os traemos desde el espacio; desde otros mundos de la cosmogonía.

No penséis hermanos, que seais solamente de este instante. Recordarlo bien, siempre, siempre los mismos y cada uno estáis en el cumplimiento de vuestra misión y cerca de vosotros la Justicia os ampara, nunca estáis disfrutando un momento de alegría o de satisfacción. Bien es necesario por cierto que os sea permitido tener en la época presente, en esta época en que todos los hombres del planeta tierra miran como algo destrozado, como algo enigmático e incierto, sin poder comprender la causa; pero que vosotros sabéis perfectamente que nada tiene de extraordinario y que nada está fuera de orden, sino que la hora de la Justicia ha sonado, de esa Justicia de que tantas veces se os ha hablado.

Es el cumplimiento de la Ley y de los tiempos marcados por la misma, de los cuales, vosotros tenéis conocimientos.

Entonces, hermanos míos, en estos momentos debéis de estar firmes y más unidos que nunca, porque la hora es decisiva y para siempre.

Que la paz y el amor de todos los hermanos espirituales sea para todos vosotros.

Saló de Dares.

Isaías
Por la Médium M. R. de T.

Buenas noches, hermanos míos, que la paz y el amor sea con vosotros.

Sí, hermanos míos, felices tanto se es cuando se puede estudiar la naturaleza y no solamente de aquellos seres de que hablaron los sabios, por la lectura que escuchasteis, por haber recibido esos sabios el título universitario, para poder decir que estudian, sin embargo no aficiona tanto el estudio para los hombres estudiosos, sino para todos aquellos que tienen deseos de hacerle comprender la causa del ser de los seres.

Sí, cuando véis la naturaleza, cuándo y cómo enseña a los hombres, cuando y cómo llama a la meditación del intelecto, cómo hablan a las conciencias, que es la ley justa la que ha colocado a los seres en el frío polar o en el fuego de las selvas tropicales. Es que aquellos seres, aún demasiado primitivos, no encontraron, no son capaces de encontrar satisfacción, ni bienestar, más que en los sitios atrasados que los ha tenido en la niebla de sus propósitos: en esa obra también ha influido enormemente la supremacía y la división que los hombres hicieron.¡Cómo llama a la conciencia, como llama a los hombres, cómo llama a los seres a pensar y a razonar.

No es obra del acaso y ni es solamente el haber venido a cumplir una misión en este planeta tierra, donde todavía sobra tanta tierra, tantos lugares, tantos sitios para que los hombres puedan vivir y expandirse: tantos sitios, tantos lugares incultos, no por falta de entusiastas, sino porque la supremacía así lo ha querido en este planeta Tierra, que se encuentra en los albores del progreso, aunque existan esos seres atrasados, primitivos, esos seres que tienen como aliciente para su vida material, los sufrimientos y las luchas. Los sufrimientos con los cuales se han hermanado; la lucha por la necesidad, para poder vivir, porque no basta pedir, probar, sino que el progreso infinito sirve para amontonar, para aclimatar, para traer a todos esos hermanos, a todos estos entes, que como tales, buscando siempre los sitios de su afinidad, es decir, los sitios más atrasados, los sitios más primitivos.

Todo esto, hermanos, os prueba como cada cosa busca de conectarse con su símil; vosotros debéis de sacar consecuencias, ¡vosotros habéis de saber para qué habéis venido y os encontráis unidos como adherentes¡ ¿Es que vosotros sois un átomo perdido, es que sois vosotros algo que no se toma en cuenta dentro de la Escuela del Padre? ¡Oh, hermanos míos, no tal, es que como espíritus ya habéis jurado cumplir vuestra misión¡ Ahí está la culpa, hoy está por lo que cada uno podría regirse, allí está lo que cada uno debe de sentir de aquello que han prometido cumplir.

No estáis en la Escuela por obra del acaso, ni por un momento; sois misioneros, que por vuestro progreso espiritual habéis venido a cumplir una misión dentro de la Causa, vale decir, dentro del progreso espiritual¡ No sois ni perdidos, ni tampoco sois alguien que estáis ignorados¡ En el progreso infinito estáis bien tenidos en cuenta, pero para esto, habéis de sosteneros siempre y habéis de avanzar, siempre en el principio del estudio y en la comprensión de la doctrina.

Nada es obra del acaso, todo es obra de un gran todo, todo es obra de un algo que vosotros podéis llamar, sabéis llamar fatalidad, pero que no es tal, sino que es una inspiración que os lleva al progreso; un momento de debilidad o un instante en que sois voluntariosos y que os detiene en el camino emprendido. No debéis de hacer tal, porque como espíritus estáis perfectamente progresados para saber comprender ante todo y, sobre todo, las razones de la lucha, ante todo y más que todo, cuán grande es la razón, la verdad bella, pura, limpia, sin mancha, sin ambaje que fuerza a los hombres, para darle más valor; más fe en su propia obra; más entusiasmo consagrado a la Causa.

Hermanos míos, por eso os dije, no estáis solos en la lucha, porque muchos luchan y muchos esperan con vosotros; muchos hermanos escuchan lo que os queda anotado y todo es dirigir vuestros pasos hacia el progreso infinito, todo es buscar la paz, el amor, la fortaleza por todos y para todos. Ya sabéis, siempre acompañados, siempre luchando por vosotros, siempre procurando que vuestro querer, vuestro entusiasmo, sea el que triunfe siempre, para ir siempre más allá; siempre más adelante, hasta encontrarnos en aquel sitio donde nos veremos todos reunidos, que no es el valle de Josafat donde hemos de encontrarnos para cantar loas al Padre.

Que la paz y el amor sea entre vosotros.

Isaías

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