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Autofónicas

La idea de que las estaciones radiotelefónicas de las Autofónicas sólo pueden ser una figura, es completamente errónea porque éstas han sido las primeras transmisiones inalámbricas que recibieron los hombres.

Nada hay hecho sobre la tierra, que antes no lo haya sido en otros lugares; hasta el mal que en otros tiempos fue en mundos hoy progresados.

M.- ¿Pero es que la Tierra ha llegado al progreso?

E.- No al verdadero progreso; y sí a gran adelanto en las ciencias positivas, que han influido de vanidad a los supremáticos y a los badulaques, deteniendo así el progreso verdadero, que es el espiritual, sin el cual no puede llegarse a una moral eficiente porque se carece de concepto y porque no se comprende la ética y se niega, por sistema la verdad; raíz de las cosas y de los hechos de la vida, y este ejemplo es el os hago de la “Autofónica”, que tanto extraña a todos, y la radiofónica, que ya no le llama la atención a ninguno, y os digo: ¿quién fue la precursora? Lleno está este mundo de cosas extraordinarias hoy; que mañana serán comunes, como ayer no más, llenó de asombro o de prejuicios cosas que hallarían desesperante que no fuesen o no existiesen. ¿Es que la evolución acalla? No; es que la conveniencia y las ventajas pujan por sobre las supremáticas y mala voluntad. El egoísmo los hace acomodaticios y el afán de predominio les obligó a aceptar lo conveniente, como les instó a negar todo provecho a lo que les exigiera algún sacrificio. Así, a lo que ayer llamaban locura y fantasía, hoy no sólo lo aceptan sino que encontrarían la vida insoportable si tuviesen que carecer de los beneficios y comodidades que les proporcionan las innovaciones introducidas por “locos y herejes” de todos los tiempos.

M.- ¿De modo, hermano, que las “locuras, quimeras y utopías” sostenidas por los que buscamos en la verdad y en la Justicia...

E.- Estas son lo positivo del mañana, como hoy lo es la posesión material y sintética de las cosas. Hoy, los hechos tratan de desmentir lo que se sentó y se cumplió de las profecías. ¿Acaso estos mismos sucesos no están anunciados por ellos? ¿No sabéis, acaso, que son los acontecimientos precursores del fin? ¿Creéis que la “bestia” habría de agonizar con la serena paz de los justos? Supremáticos y dominadores siempre no es posible que acaten sin grandes resoplidos y coleteos y ¡qué coletazos¡

M.- Otra cosa muy importante, para mí por lo menos importante...

E.- Ya, ya. Las comunicaciones del Maestro. ¡Qué atrocidad¡ Se ha dicho que NO. Las órdenes supremas se cumplen siempre y la Ley es Una. ¿Necesitaría el Maestro de comunicarse para venir a saber...lo que ninguno debía de permitir que viese?

M.- Perdona, hermano, pero me parece un vejamen tales comunicaciones y una gran falta de Amor de aquellos otros que me acusan, porque os ruego que lo obliguéis a un descanso. ¿Quién más que yo puede sufrir la ausencia? Pero...

E.- Es que predominan tanto los egoísmos, pasiones y prejuicios, que todo y todos han de ser víctimas de sus misticismos y fanatismo. Esa idea de que a los hermanos espirituales no pueden creerlos cerca si no se comunican, son resabios del espiritualismo. Necesario es que se saturen de los conocimientos y filosofía espírita. Lo que dentro de la Justicia y la Razón no cabe debe rechazarse para afianzarse en la lógica que vaya señalando hechos, ideas, deseos y aspiraciones que no sean absurdos, no sólo por irracionales sino por exagerados.

Medianímicas

F.X.
Colonia Jaime, Beltrán 5 de Abril de 1936

Buenas tardes, hermanos; os saludo en justicia en este día, en que cumple el 25º aniversario del juicio de mayoría que se hizo al mundo tierra por estar enfangado en el odio y la venganza de los hombres, porque no quisieron oír, y aún no quieren experimentar el sentimiento de la eterna verdad del día que hoy se rememora.

Pero no veo aún el verdadero sentir fraternal de los seres ni aún en todos aquellos que decís amar a la gran causa. Es que aún lleváis en sí remanentes de supremacía y de egoísmo; es que aún estáis convalecientes de viejos y graves males.

Oíd, hermanos, que os habla un hermano mayor: Os digo en justicia que este día aniversario de aquel grande en que el Maestro Juez, en cumplimiento de su mandato, juzgó a la humanidad de la tierra, concediéndole en amor los hermanos mayores del consejo una prórroga que ya caduca. Juicio fue hecho para disipar de una vez para siempre los antagonismos, los odios y todo lo que fuese un estorbo para la fraternidad de los hombres, tal como fue mandato supremo dado reiteradamente en el “Ama a tu hermano”, “Amarás a todos los hombres como a ti mismo” y en otros muchos mandatos que son el mismo pero dichos en distintas maneras para que ninguno pudiera dejar de comprenderlo.

Pero es necesario empezar primero con el ejemplo que tenéis el deber de dar vosotros, los que habéis abrazado la doctrina de la Verdad.

Por eso es que en los momentos presentes todos los directores de cátedras, como administradores de colonias, os digo que debéis de dar ejemplos de fraternidad, amor y unión, procediendo con rectitud y obrando en justicia con los hermanos comuneros que deben de abrir con el surco un rumbo, limpiando los caminos para los que vienen atrás; por eso no habéis de omitir sacrificio para que quede lo bueno; porque, hermanos míos, hora es ya de limpiar los sembrados quitando la mala yerba.

No son mis palabras más que de amor, porque señalan la justicia y ya que tomáis nota, que sean pasadas con tanta presteza que nada desequilibra en el fiel de la balanza, que os sirva de estímulo y de una vez para siempre se graben en vuestra memoria; doleos hombres de que la gran obra amorosa que el Maestro Juez ha llevado a cabo, no haya sido comprendida en su grandeza por vosotros mismos; es hora de que demostréis vuestros sentimientos y comprensión de ella para mayor confirmación de vuestra convicción y para que Él descanse, en el engrandecimiento de la Santa Comuna. ¿Quién debe empeñarse más que los que lucháis con vuestra materia?

¿Dónde buscar la luz sino del centro de las vibraciones? Luego, ¿dónde buscar el amor más que del Padre mismo, pero cómo llegar a ÉL si el pensamiento está cargado de egoísmo y los sentimientos preñados de maldades?

¿A quién de dolerá más que a vuestro Maestro Superior del Plano?

Y también sabed, hermanos, que debéis dar ejemplo de fraternidad y del gran amor que la Escuela os debe inspirar y no la desorganización y el egoísmo.

Hermanos míos: disipad de vosotros, de una vez por todas, el antagonismo para que sea el último este juicio que a vosotros tocó para llegar a estos centros de la Santa Comuna del Padre.

Que estos consejos y advertencias os sirvan de estímulo. Os dejo mi amor.

F.X.

 

Isaías
De la Cátedra Central
Médium M. R. de T.

Buenas noches, hermanos míos; que la paz y el amor sea con vosotros.

Sí, hermanos míos: felices tanto se es cuando se puede estudiar la naturaleza, y no solamente de aquellos seres de que hablaron los sabios, y por la lectura que escuchasteis, por haber recibido esos sabios el título universitario, para poder decir que estudian; sin embargo, no aficiona tanto el estudio para los hombres estudiosos, sino para todos aquellos que tienen deseo de hacerles comprender la causa del ser de los seres.

Sí, cuando veis la naturaleza, cuándo y cómo enseña a los hombres, cuándo y cómo llama a la meditación del intelecto, cómo hablan a las conciencias, que es la ley justa la que ha colocado a los seres en el frío o en el fuego de la selva africana, de las selvas tropicales. Es que aquellos seres, aún demasiado primitivos, no encontraron; no son capaces de encontrar satisfacción, ni bienestar, más que en los sitios atrasados que los ha tenido en la niebla de sus propósitos: en esa obra también ha influido enormemente la supremacía y la división que los hombres hicieron, ¡cómo llama la conciencia, cómo llama a los hombres, cómo llama a los seres a pensar y a razonar¡

No es obra del acaso y ni es solamente el haber venido a cumplir una misión en este Planeta Tierra, donde todavía sobra tanta tierra, tantos lugares, tantos sitios para que los hombres puedan vivir y expandirse: tantos sitios, tantos lugares incultos, no por falta de entusiastas, sino porque la supremacía así lo ha querido en este Planeta Tierra, que se encuentra en los albores del progreso, aunque existan esos seres atrasados, primitivos, esos seres que tienen como aliciente para su vida material, los sufrimientos y las luchas. Los sufrimientos con los cuales se han hermanado; la lucha para la necesidad, para poder vivir, porque no basta poder probar, sino que el progreso infinito sirve para amontonar, para aclimatar, para atraer a todos esos hermanos, a todos estos entes, que como tales buscan siempre los sitios de su afinidad, es decir, los sitios más atrasados, los sitios más primitivos.

Todo esto, hermanos, prueba cómo cada cosa busca de conectarse con su simil; vosotros debéis de sacar consecuencias: ¡vosotros habéis de saber para qué habéis venido y os encontráis unidos como adherentes¡ ¿Es que vosotros sois un átomo perdido; es que sois vosotros algo que no se toma en cuenta dentro de la Escuela del Padre? ¡Oh, hermanos míos, no tal; es que como espíritus ya habéis jurado cumplir vuestra misión¡

Ahí está la culpa, ahí está por lo que cada uno podría regirse, allí está lo que cada uno debe sentir de aquello que han prometido cumplir.

No estáis en la Escuela por obra del acaso, ni por un momento; sois misioneros que, por vuestro progreso espiritual, habéis venido a cumplir una misión dentro de la casa, vale decir, dentro del progreso espírita.¡No sois ni perdidos, ni tampoco alguien que estáis ignorados¡ En el progreso infinito estáis bien tenidos en cuenta, pero para esto habéis de sosteneros siempre y habéis de avanzar siempre en el principio del estudio y en la comprensión de las doctrinas¡

Nada es obra del acaso, todo es obra de un gran Todo, todo es obra de un algo que vosotros podéis llamar, sabéis llamar fatalidad, pero que no es tal, sino que es una inspiración que os lleva al progreso; un momento de debilidad o un instante en que sois voluntariosos y que os detiene en el camino emprendido. No debéis de hacer tal, porque como espíritus estáis perfectamente progresados para saber comprender, ante todo y sobre todo las razones de la lucha, ante todo y más que todo, cuán grande es la razón, la verdad bella, pura, limpia, sin manchas, sin ambajes, que fuerza a los hombres para darles más valor, más fe en su propia obra, más entusiasmo consagrado a la causa.

Hermanos míos, por eso os dije: no estáis solos en la lucha, porque muchos lucháis y muchos esperan con vosotros; muchos hermanos lo que os queda anotado y todo es dirigir vuestros pasos hacia el progreso infinito, todo es buscar la PAZ, el AMOR, la FORTALEZA por todos y para todos. Ya sabéis, hermanos: siempre acompañados, siempre luchando por vosotros, siempre procurando que vuestro querer, vuestro entusiasmo, sea el que triunfe siempre, para ir siempre más allá; siempre más adelante, hasta encontrarnos en aquel sitio donde nos veremos todos reunidos, que no es el Valle de Josafat donde hemos de encontrarnos todos reunidos para cantar loas al Padre.

¡Que la Paz y el Amor sea entre vosotros¡

Isaías.

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