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AUTOFONICAS

L. U. 1. -C. S. -La Voz de la Justicia

"La última cena de las fieras". Antes que el sol bañe tu morada saludas y llamas al trabajo y vemos que, hora después que su luz te deja, sigues en él. ¿Tanto, para ti, vale esa humanidad?... -Pero, ¿quién me habla de este modo? ¿Acaso esas mismas fieras-hombres, no son hijos de nuestro mismo Padre, no son regenerables?... -Sí, Maestro hermano, y bien sabemos que no quieres ser acusado ni aun por esos hombres-fieras de no haberles dado el progreso, aun en los casos de materias que usaste eran comidas por ellas en festín bacanal y por eso, el Consejo Superior; la sanción del Tribunal de Justicia, te pregunta: ¿Tanto vale para ti esa humanidad caníbal?... -Oye Maestro delegado, ¿por qué y para qué esta pregunta, en estos momentos en que mi pensamiento es herido por el recuerdo del asesinato de mi buen representante Sandino y los suyos, por algunos de esos hombres fieras?... -¿Por qué?... Porque el tribunal de Justicia Suprema ha puesto la pregunta a consideración. ¿Para qué?, para saber si aun el amor del Maestro pide más espera a la acción de la Justicia; en cuyo caso... -En cuyo caso, mandar parar, ¿es así?... -Sí. -Pues, no, no, No. Quiero el todo de la acción de la Justicia y ya no por partes aquí o acullá, sino en todo el planeta; pero, a la vez de la ejecución, no por eso he de desmentir que "la Justicia en su mayor rigor es el máximo amor". Por eso enseño el amor y el rigor a la vez; pero, si el mostrar el amor es causa de que la justicia se vea coartada, digo, no; coartada no; sino como seleccionando, lo que entiendo que es obstaculizarla, que digan los ejecutores si es así y... encerraré el amor en mi viril, para que los hombres-fiera no se detengan más y se desborden en sus hambres de odio y terminen su obra. ¿Qué contestan los ejecutores?... -Consultoles: .................... Dicen: Que más de una vez y hace pocos días, ahí mismo, lo que debía ser el epílogo de un drama, ha sido una pochade de risa, porque han tenido que pararse, porque, ladinos supremáticos, sabios en el mal, pusiéronles por delante a los ejecutores el amor a que del Padre tienen derecho y del que no renuncian; pero que, en su libre albedrío, después de hacer reconocer su derecho de supremacía y de primacía al gobierno del mundo; dicen que, desde ese sitial, harán el bien y será amor... -Ya; ya comprendo de quien es esa política; la misma oración la rezó un papa al tribunal queriendo justificarse en el juicio definitivo; pero que ello no impidió que aquel espíritu fuera llevado al mundo primitivo. Como entonces, pues; como con aquél, obren los ejecutores. Yo, con ello, justifiqué, que la justicia no es venganza ni castigo. -Contestan los ejecutores. Entonces era fácil obrar la Justicia recta y por entero, porque era sobre los espíritus la acción y bastaba descubrir la luz al grado que no podían resistirla y ellos solos huían de su propia vergüenza al verse descubiertos. Hoy la acción es, sobre los espíritus también, pero encarnados, envueltos en sus materias apasionadas, que con la perversidad de supremáticos, cien veces prevaricadores, que saben que es su última prueba y existencia entre esta humanidad juzgada, desbordan sus furias de impotencia en venganza y se apoyan en un derecho de amor que aun pueden optar por él y piden tiempo; ¿Eh? -Sí, y piden tiempo "para ir tirando su lastre".. -¡Oh!... perversos!... ¡Más tiempo aún!... No; ya no; el compás del tiempo está cerrándose hace ya nueve años y se les ha dicho: "Las treguas han terminado". Como medio de aprovechar la corta espera que había entre la sentencia y el "Cúmplase", se les gritó: "Basta de Cruz y Espada" y... es entonces, cuando hasta el hacha feroz se ha puesto en acción y, ahí cerquita; a pocos metros a donde el deber me lleva dentro de unas horas, hay las matanzas más sin conciencia y los odios más feroces, aun siendo hermanos en raza y consanguíneos... Basta, pues; No verán ya la representación, ni en pensamiento, del amor, al lado de la Justicia; pues, desde ahora, ello constituirá injusticia. Comunicada los ejecutores, que obren en rigor, Notificad a los Maestros, que hasta obrada la Justicia en todo su rigor, cubran el amor y solo se oiga en la tierra y sus espacios, justicia. -Por fin, Maestro hermano, nos ponemos en el principio del fin. Así se da la orden y los ejecutores corren a sus puestos. El Maestro Superior da su última palabra de llamada, recordando a los perversos que "la les es de las mayorías y el Padre puso a la sentencia de desalojo de los morosos el "Cúmplase" y les dice como en otro tiempo el profeta: "Ora est jam nos, de somno surgiere". Ya es hora de despertar; y quien a esta voz no despierte, el simoún lo despertará. Queda acordado pues, obrar el rigor de la Justicia sin la presencia del amor, porque de él han abusado y se han reído. Paz tengas.

La Voz de la Justicia.

MEDIANIMICAS

M.
CATEDRA PROVINCIAL DE DURANGO
Comunicación medianímica por el médium Hno. P. S.

Que el Infinito Universo plasme en vuestros pensamientos, vuestro deseo de penetrar el arcano por ley. Eleva tu espíritu al Infinito y obtendrás en respuesta otros deseos, de los espíritus de aquellos desaparecidos que te amaron, porque velan en todas partes por vuestros propios actos.

Pletórico de amor, y con el deseo de deciros por medio de un fuerte abrazo fraternal, ¿qué os ha parecido de los caminos de luz de la "Comuna de Amor y Ley" que es a lo que vengo hoy entre vosotros?

¿Por qué os asustáis y tembláis, cuando se pronuncia la palabra "Comuna"? Veis con agrado los intereses sociales y arrebatáis lo que malamente conserváis para vuestro particular provecho, porque el eco de la palabra no regula las ondas del aire, y la misma alma tendrá la repercusión de ese mismo eco. Y vosotros todos los aquí reunidos, sois también de los que pretendéis el exclusivismo, porque solo veis la parte de provecho que a vosotros os toca.

¿Necesitáis que vuelva sobre la tierra el Maestro Jesús de Nazareth (y acaso le negaríais tres veces) para traeros paz, el amor y el convencimiento, dentro de los postulados de la Ciencia? ¡Ciencia obscura y materialista, que no ha podido romper la niebla que os envuelve todavía, dejando que alumbre imperturbable el espíritu!

Hasta ahora habéis tenido ofuscada la mente, puesto que negáis el espíritu; literatos, políticos y académicos, que aún contra vuestro querer; vuestra materia está impulsada por un "Espíritu".

¡He ahí vuestro castigo! ¿Lo veis? Un haz infinito de luz alumbrando las conciencias en la oscuridad. ¡Ese poder negativo viene a afianzar el poder positivo que es la luz! Negando la luz, negáis la sabiduría del Creador nuestro Padre.

¡Ved en cada una de las ciencias, las ramas del mismo árbol, al cual más frondoso!

Cuando se os habla metafísicamente, y se os dice que el espíritu es la causa de vuestra mente, protestáis; este es el prejuicio que pone de por medio fuerte resistencia al "alma", por lo que estáis más torpes, desatendiendo con maldad al que os lleva el consejo a vuestro pensamiento, que os ilumina como la luz del sol, que a iluminar vuestro espíritu viene, para que aprecie lo que vosotros mismos admiráis, en luces plenas de color, de belleza y armonía.

Nuestra Escuela, que es la vuestra os describe la luz de la verdad, la que desciende a los escenarios oscuros de la ignorancia y la aberración, llevándoos al conocimiento pleno de la verdad, porque la verdad es una como uno es el principio y uno es el fin, tembláis como una hoja, porque no tenéis el valor justo de escudriñar, desde el punto de vista ético, de la más pura filosofía, porque la religión ha hecho en torno vuestro, una densa niebla que cubre vuestros ojos, y que solo deja penetrar la luz por partes infinitesimales.

¿Quién vendrá al afianzar el reflejo, de tener a su modo de ver, un adversario contra el Espiritismo? ¿Lo negáis porque no lo entendéis? ¿Y negáis que el Padre Universal y Eterno existe en el Infinito Universo, lo mismo que esos millones de nebulosas de distintas configuraciones geométricas? El Espiritismo no es el fenómeno, sino el estudio de las predicciones de las tablas de la ley, de que os habló Moisés, y que van extendiéndose sobre la faz de la Tierra, por medio de las obras de la Escuela y sus mediumnidades.

Rudimentario estuvo Allan Kardec con sujetarse al procedimiento primitivo de la humanidad, para estudiar y comprender el Espiritismo. Y vosotros mismos abriendo los libros de la Escuela, encontraréis a la Pitonisa de Delfos, guiando a las sociedades de Apolo, Escudriñáis al médium creyendo encontrar al hombre que se sale de lo común de los hombres. Este es un estudio viejo y siempre nuevo en el planeta tierra.

Vosotros no habéis comprendido la formidable lucha interna que se desarrolla en los mediums. Creéis que el médium se doblega al capricho rutinario de otros que son individuos amorales, que tienen que fingir la posesión y se presta al capricho de otros, y se inclina al rictus de la sonrisa de vuestros labios, y cuando se os prueba todo, hasta la evidencia, desaparece esa sonrisa incrédula y sarcástica.

Las mediumnidades son espíritus de amor y sacrificio, porque no se pertenecen a si mismos, sino a los espirituales, pero obligados a ir limpiando sus materias de errores, para lo cual llevan en sí la fuerza del diamante, que es espíritu, el que descompone la luz natural en iris multicolores, por la fuerza absoluta de su brillo.

No por esto, las mediumnidades, están exentas de caer en errores físicos, ni en el miedo a estas sabias e infinitas leyes de la Naturaleza. ¿No veis como el polen de las flores, regado por el viento, va a fecundar el árbol macho, al árbol hembra, por doquiera que lo encuentre? ¡Oh ironía la del hombre que va desperdiciando aquello que en el jardín florido de los espíritus ha ido recibiendo para dispersar por toda la tierra!

Mis queridos hermanos los desterrados de Neptuno y todos en general!... Se ha efectuado ya el Juicio Final o de Mayoría, y ha causado deformidad en los polos positivo y negativo. El eterno símbolo del Caín bíblico, que significa para vosotros el mal, lo debéis extirpar por la fuerza de vuestra propia voluntad. Cada una de vuestras obras y acciones, ha de ser pesada por vuestra conciencia; y que vuestro espíritu luminoso trate de arrebatarle todo, al Caín.

Los que libremente se consagran, en las Cátedras de la "Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal", son felices ahora porque ha pasado ya la época en que las religiones no querían que se dispusiese de una sola de estas Cátedras. Entren los decepcionados más aventajados, queriendo desentrañar todos los emblemas que encierran los masones, dentro de la misma masonería, considerándola como una rama de la religión más avanzada; la del "Ocultismo".

¡Para que ese hombre hoy se quede en la ignorancia y confunda la sinrazón con la verdad, el egoísmo con la justicia, y los beneficios de la "Comuna de Amor y Ley", negando el crepúsculo de las primeras horas del séptimo día de la creación, se necesita estar lleno de aberración egoísta!

¡Humanidad, ya que te congregas en estos salones, hacedlo por la fuerza de la vibración, que es la de vuestro propio espíritu, para que seais buenos y veréis como todo el infinito está poblado de espíritus. La fuerza que en vosotros mismos recibís, es como el golpe de una gota de agua, que tiene que hender las rocas petrificadas, en relación con el peso y densidad.

Aprended la Ley de lo incontrovertible o de otro modo la matemática del espíritu que es pura, ya que la matemática humana, es la del hombre y esta es progresiva; no así como antes he dicho la del espiritismo, que es invariable.

Sé que muchos de los que conocen las matemáticas, están de acuerdo en que 3 y 2 con cinco. Poder material que ustedes tienen. ¿Pero no habéis observado que cuando el espíritu también afirma que tres y dos son cinco; es por la razón que concede a la matemática numérica, hija del progreso del individuo?

Mis deseos, queridos hermanos, al venir ante ustedes, es para daros un grito de alerta en el despertar de vuestras conciencias. Sí, la primavera se acerca en todo su esplendor y vibra en la claridad del día; si los cirrus y nimbos en la atmósfera van aclarando la soledad del día, es porque los espíritus se solazan y se regocijan en esta fiesta de la "Pascua Máxima", que hoy esta Cátedra celebra para que los padres de familia traigan a sus hijos a esta Escuela, ya que esos tiernos capullos que tenemos a la vista, son los hombres del mañana.

¡Adultos y niños que venís a la Escuela! ¡Hombres hermanos que llevéis el hermoso título de padres! tenéis sí la responsabilidad de vuestros propios actos; comprendeos a vosotros mismos y comprended también a la humanidad en sus divisiones sociales.

¡Humanidad terrena! estás en la época de debatirse de la bestia 666, la que os será quitada durante estos tiempos llegados, de acuerdo a la promesa del Padre hecha por Abraham a sus hijos de la tierra. ¡Venid al redil! ¡Venid a solidarizaros con el hombre tu hermano. Uníos en una sola hermandad para que continuéis la obra y sigáis vuestro camino adelante en ese eterno, SIEMPRE MÁS ALLÁ!.

¡Levantaos hombres de la tierra! Toma tu compañera para que continuéis recorriendo el escarpado camino erizado de ortigas y malezas. El os conduce a la montaña de la Ciencia. Está lleno de escollos y si llegáis a la cúspide, encontraréis la felicidad, al ver allí asentada la Serenidad. ¡Dadme la mano que yo te guiaré, hombre de la tierra, para que le déis también la mano a tu compañera!

¡No admiréis la hermosura física de la mujer! ésta fenece; ¡admira la hermosura de su espíritu inmortal!

¡Ama y respeta a la esposa que nuestro Infinito Padre Creador te otorgó, para sobrellevar unidos el peso de las fatigas de la vida!

¡Y tu, mujer de la tierra, ama y respeta a tu marido! vosotros sois los clarines avanzados del más allá dada la ley de la procreación a que estáis sujeta. Tenéis la obligación ineludible de respetar y honrar los postulados de la Escuela, presentándole a vuestros hijos, para que sigan el ejemplo de sus padres imitando sus vistudes.

No permitáis que vuestro sacrificio sea estéril. ¡Que él fructifique, que como frondoso oasis entre la candente arena del desierto, zazone opíparos frutos.

¡Salud humanidad de la tierra! Descanse ya de tus fatigas encendiendo la mira del entusiasmo, en la antorcha fulgurante de vuestro espíritu; porque la humanidad, no debe alumbrar su candil con cebo. Que la electricidad os alumbre en todos los actos de vuestra vida; porque vive y palpita en vosotros mismos y es fuente inagotable de fuerza y de luz.

Vuestro hermano.

M.

Versión taquigráfica por José Tellez Fernández.

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