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AUTOFONICAS

L. U. 1. -C. S. -El Secretario D.

Los enigmáticos reyes magos nos traen al Consejo una cantidad de modelos de juguetes ideados por niños barbudos, porque son una vergüenza y un horror. Si estuviera en Ley, cerraríamos las puertas de la química y la física, para que la mecánica no ideara estos monstruos de muerte y destrucción, que son los modelos de juguete que en su paseo han recogido esos tres hermanos en los gabinetes y talleres; mas ni podemos cerrar esas puertas ni conviene ya detener a los perversos y tiranos en su acción; muy al contrario, es necesario que de una vez se despachen a su gusto y acaben matando la guerra con la guerra; y para dejarlos en plena libertad, no vamos a tratar en esta Autofónica de esa cuestión. Otros puntos son los que interesa y a ello vamos y queremos que todos los adherentes de nuestra Escuela  y sobre todo los Directores y Consejos, tomen esta lección y advertencias.

Diré, recordando a Ignacio de Loyola: "Antes de pronunciar una palabra de una causa o que afecte a un hermano, pasad la lengua tres veces por una "raspa" (escofina) nueva; si la lengua no te sangra, puedes decir la palabra". La Escuela ha sentado que "solo las obras hacen fe"; lo cual quiere decir, que son las obras las que han de hablar y no las palabras, inmediatas, incomprendidas, por los que la vanidad los lleva a la charlatanería; pues charlatanes son los que hablan por hablar sin medir las consecuencias de su ligereza.

Recordamos también que, en conferencias, en artículos y en circulares, la Escuela ha invocado la ley de deslealtad, cuyas penas, criminalmente, se hacen pasivos muchos y todos los que hablan en cualquier parte, con cualquiera, sin mirar ni saber quien es, de las doctrinas que no entiende aquel a quien le charlan ni pueden hacérselas comprender, porque tampoco las penetra el charlatán. No se imaginan cuantos daños hacen a la causa. Aquel que le hablan, si en el mejor de los casos es sencillo y con buen deseo escuchó, quedó con un error grabado que el charlatán hizo de una verdad, de la que se mete a ser doctor sin haberla penetrado ni sentido; la oyó en la lectura, en la comunicación, y sin meditarlo se la apropia y allá va a charlarla en la forma que el quiere imaginarla o como el quería que sea, conformándola a sus vicios, defectos y errores.

Ese oyente, ya se tragó un error que envuelve sin embargo, la verdad; y cuando volverá a oír esa misma verdad expuesta clara, razonada, inteligible, como será más dura, más rígida, o tomando como mejor se dice al sentido definido "amarga", se resistirá a aceptar esa misma verdad, que el ligero y charlatán envolvió dorándola o endulzándola; pero éste sería el menor daño aunque ya es grande y lo ocasionan todos esos "Doctores de pronto"; hombres vanos, que son siempre fanáticos, y por tanto, sumados todos los efectos, resultan perversos. Estos son muchos los que hay y forman la amalgama desgraciada del Espiritualismo acomodaticio, discultor, sembrador de errores garrafales y que detiene el franco progreso de las causas grandes.

Mas cuando esas charlas, esas ligerezas, son llevadas por miembros que pertenecen a Consejos y Comisiones, entonces ya entra en el grado, de prevaricato. Pues se vende, por su vanidad, al detractor, que recoge lo que solo para el gobierno de las causas grandes de la Escuela, se les da a los Consejos.

¡Hermanos!... ¡Cuidado! Lo que se da en los Consejos, no es sino para vosotros. Sois desleales al entregarlos a los enemigos de la fraternidad, que os azuzan para sacaros lo que os debe ser sagrado y el enemigo os toma las armas de principios que, si no puede destruirlos, los detiene persiguiéndoos y poniendo obstáculos y luego os quejáis; achacáis tardanza en la acción de la justicia y aun murmuráis de los Consejeros, "porque no detienen la acción del enemigo que os persigue y coarta vuestra libertad y os trata con injusticia"; así decís; ¿por qué no os acusáis a vosotros de culpables por hablar y descubrir lo que debéis callar y obrar, para que la obra, mudamente, diga mucho más que las palabras?... Es por eso que no avanza más vuestro progreso, ni tenéis más libertad y sois perseguidos y tarados por vuestra propia ligereza en exponer lo que callar debéis y siempre expuesto mal, porque solo os lleva a ello la vanidad de haceros ver y, hacéis el ridículo; pero el enemigo aprovecha y con ello, vosotros mismos lo mantenéis en su pedestal. ¿Y os quejáis? ¿Y queréis que los Consejeros, los tiremos del pináculo que vosotros mismos les ponéis con vuestra impremeditación?... ¿Reclamaríais para vosotros el libre albedrío y los quitaríamos a los otros... ¿Queréis hacernos a nosotros cómplices de vuestros errores y ligerezas?... "La Ley es una" ha sentado el Maestro y es así. Los que estáis dentro de estas acusaciones, no sois mejores que los que tenéis por enemigos, dictadores y tiranos; éstos son efecto; vosotros, causa. Los Consejeros todo lo que hacemos en estos terribles conflictos es, cerrarnos y no damos mayores puntos y eso es retrasar el momento feliz que con la palabra pedís y con las obras rechazáis. Tomamos del mal el menos y con grandes trabajos procuramos sacar bien del mal; pero eso mismo, nos roba el tiempo y nos priva, por justicia, por prudencia, por sabiduría, de daros mayores principios que el enemigo aprovecharía, porque por vanidad los charlaríais, y del bien, produciríais el mal, como lo habéis hecho.

Culparos, pues, vosotros, en justicia, del retraso que alegáis y de las persecuciones que os quejáis.

Aprovechad estas endechas para corregiros de esas vanidades y ligerezas que al enemigo le son armas y a vosotros os hieren. Dejad que los maestros hablen y vosotros aprender a obrar y que hablen vuestras obras.

Es este el presente de este día, no de los reyes magos, sino de los sabios Consejeros que solo vuestro bien desean y en su nombre os digo: Adelante.

El Secretario.

D.

En atención a la premura de tu tiempo, hermano Maestro, no se da el Autófono a otras líneas. Las advertencias de siempre has de tener presente en esta gira, en la que te acompañamos; y que repongas tus fuerzas te piden todos con el Maestro Superior.

X.

MEDIANIMICAS

J. de S. M.
Cátedra "Entereza" N° 98 Palmira, Mendoza, Argentina.
Médium J. A. P.

Buenas noches hermanos... que la paz os una.

Una vez más vengo a traeros mi prédica, a traeros "ORIENTACIONES", para que sigáis por la senda ascendiente del progreso, y traeros razonamientos que os den Luz.

Pero ante todo os pido, que cada uno de mis oyentes, razonéis, hagáis conciencia, y os preparéis por el amor a la sabiduría. a colegir sobre las causas y efectos de las religiones, que en todo tiempo fueron la venda de las conciencias, la mordaza de la razón, la valla que detenía el progreso de los pueblos, a los que expolió y explotó, aprovechándose de la ignorancia y debilidad de los hombres.

Pobre humanidad, cuan pocos son aun los seres que ven la clara verdad, cuan pocos sois, ¡oh! hombres, los que sabéis valorar el apostolado y sacrificio de vuestros libertadores; cuan pocos sois, ¡oh! humanos terrenos los que os plegáis de corazón a los fuertes, a fin de limpiar al fanatismo y la supremacía.

Pero la hora es llegada, en que en lucha noble de amor y verdad, se arroje para siempre a quienes por tantos siglos y en incontables existencias, negociaron con la fe innata y la ignorancia de sus hermanos débiles.

En fin, ved el fruto del fanatismo religioso en la mala educación de los pueblos que causa las matanzas fratricidas, sembrando la desolación y el dolor, sembrando el odio y desconocimiento el amor como ley madre, usufructuando el sacrificio del que todo produce y encastillándose por la hipocresía la violencia y el fraude, pero ya se derrumbarán poco a poco sus castillos, ya se ven cada vez mas vacíos sus claustros, y sólo es el punto de reunión donde se unen para juramentarse los "detractores" de la paz, de la fraternidad y del progreso.

Ved con serenidad lo que os digo y analizad vosotros libremente para que os hagáis luz, y sigáis con conocimiento de causa por el camino que

más os convenga, donde os una la hermandad, la felicidad, la paz, el bienestar y el verdadero amor.

Nada mas por ahora; vuestro guía os pide estéis unidos preparando siempre obras de bien para vosotros como espíritus, y para las generaciones futuras como hombres.

J. de S. M.

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