341015n44

AUTOFONICAS

L. U. 1. -C. S. -L. R.

Termina el epílogo de la comedia de las falacias y empieza la apoteosis, con la provocación en los dos órdenes político y religioso.

No se ha concedido apelación a la firme sentencia de "Basta de Cruz y de Espada" y las manifestaciones políticas y religiosas amenazantes, son la provocación más singular de la impotencia de los dueños del mundo por esas dos armas de muerte, cruz y espada, decretado por la Suprema Justicia anularlas. En la vieja Europa, la cruz mandó a la espada hacer la apoteosis y usando de sus estudiadas tretas, como rabiosos tiranuelos que tienen prisa en deshacerse de sus odiados opositores, asaltan los poderes y como fieras caen sobre las democracias y sus defensores y, ahí está España en el festín de los tigres y panteras y, ver también asesinar reyes y ministros. En las islas apartadas de la profecía, se hace la apoteosis que aunque carnavalesca, es de provocación de la espada y la cruz, pero rendida la espada a la cruz y queda el hecho en los autos del Juicio definitivo que obligó al Supremo Juez a ordenar el cúmplase de la sentencia.

El clamor llega de todos los ámbitos del mundo y ya se hace inútil la retención de las iras populares por largo tiempo retenidas, en espera de que los muchos engañados por las dos causas, que una sola es, la cruz, porque la espada efecto de la otra, de la cruz es, pudieran oír las voces de la justicia dadas por su acción tremenda en los hechos de la naturaleza y los elementos, que aparte de los cataclismos necesarios para la renovación de sus continentes, nunca fueron esos hechos naturales y elementales tan continuados ni de la magnitud de los presentes. Mas la espada y la cruz, unidas hoy más estrechamente que cuando las dos eran como una sola, porque las manejaba sólo el déspota pontífice, ha demostrado que sólo es que, en su perversidad, unos y otros, apareciendo desunidos, llevarían a sus bandos más número de incautos; los unos, por lo político engañosamente laico, y los otros, por lo religioso, abiertamente fanático, coronado así el edificio de la falacia (engaño, fraude y mentira) y cumpliendo el bando político al parecer laico que empuña la espada, lo exigido por su creador y señor el bando religioso y fanático que maneja la cruz, patíbulo deificado, coronando, digo su edificio común, supremacía, autocracia, despotismo, con el "Juramento de los Caballeros de Colón", cuyo texto darás aquí y sea ese documento el último alerta, la última advertencia a las causas y a los efectos, ya que por el imperio de la justicia hoy se encuentran aquí reunidos y al mismo fin, los representantes de las causas del mal mundial. Es también la última prueba de amor y, el que tenga ojos vea y el que tenga oídos oiga y el que pueda entender entienda.

L. R.


JURAMENTO DE LOS CABALLEROS DE COLON

(Prevenimos que hemos conservado la ortografía del documento que se nos facilitó)


“ Yo... en presencia del Todopoderoso Dios, de la bienaventurada Virgen María, del bienaventurado San Juan Bautista, de los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, de todos los Santos, sagradas huestes del cielo, y de ti, mi santísimo padre, el superior general de la Sociedad de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola en el Pontificado de Pablo III, y continuada hasta el presente, por el vientre de la Virgen María, la matriz de Dios y el cayado de Jesucristo, declaro y juro que su Santidad, el Papa, es Vicerregente de Cristo y que es única y verdadera cabeza de la Iglesia Católica o Universal en toda la Tierra; y que en virtud de las llaves para atar y desatar dadas a su Santidad por mi Salvador Jesucristo, tiene poder para deponer reyes herejes, príncipes, estados, comunidades y gobiernos y destruirlos sin prejuicio alguno. Por tanto, con todas mis fuerzas defenderé esta doctrina y los derechos y costumbres de Su Santidad contra todos los usurpadores heréticos o autoridades protestantes, especialmente de la Iglesia Luterana de Alemania, Holanda, Dinamarca, Suecia y Noruega y ahora de la pretendida autoridad e Iglesia de Inglaterra y Escocia, y de las ramas de la misma, establecidas en Irlanda y en el Continente Americano y de todos los adherentes a quienes se considera como herejes y usurpadores, enemigos de la Santa Madre Iglesia de Roma.

“Renuncio y desconozco cualquiera alianza como un deber con cualquier Rey hereje, príncipe o Estado, llámese protestante o Liberal, y la obediencia a cualquiera de sus leyes, magistrados u oficiales.

“Declaro, además que las doctrinas de Inglaterra y Escocia, de los Calvinistas, Hugonotes, y otros de nombre protestantes o Masones son condenables, y todos los que no las abandonen.

“Declaro, igualmente, que ayudaré, asistiré, y aconsejaré a todos y cualquiera de los agentes de su Santidad, en cualquier lugar donde esté, ya sea en Suiza, Alemania, Holanda, Irlanda o América o cualquier otro reino, o territorio a donde vaya y haré todo lo que pueda para extirpar las doctrinas heréticas, Protestantes o Masónicos y para destruir a todos los pretendidos poderes legales y de cualquier clase que sean.

“Prometo y declaro, no obstante que me es permitido pretender cualquier religión herética con el fin de propagar los intereses de la Madre Iglesia, guardar el secreto y no revelar todos los consejos de los agentes según sus instrucciones, y a no divulgarlos directa ni indirectamente, por palabra, o escritura, o de cualquier otro modo sino a ejecutar lo que se ha propuesto y encomendado, y a lo que se me ordene por medio de ti, mi Santísimo Padre, o por cualquiera de esta Sagrada Orden.

“Declaro, además, y prometo que no tendré opinión, ni voluntad propia ni reserva mental alguna; que como un cadáver, obedeceré incondicionalmente cada una de las órdenes que reciba de mis superiores en la milicia del Papa y de Jesucristo".

“Que iré a cualquier parte del mundo a donde se me envíe, a las regiones frígidas del Norte, a los espesos montes de la India, a los centros de la civilización de Europa o a las silvestres cabañas de los bárbaros salvajes de la América, sin murmuración o queja; y seré sumiso a todo lo comunicado".

“Prometo y declaro que haré, cuando la oportunidad se me presente, guerra sin cuartel, secreta y abiertamente, contra todos los herejes, Protestantes y Masones, tal como se me ordene hacer, extirparlos de la faz de la Tierra; y que no tendré en cuenta ni la edad, sexo o condición, y colgaré, quemaré, destruiré, herviré, deshollaré, vivos a estos infames herejes, abriré los estómagos, los vientres de sus mujeres, y con la cabeza de sus infantes daré contra las paredes a fin de aniquilar a esa execrable raza. Que cuando esto no pueda hacerse abiertamente, emplearé secretamente la copa de veneno, la estrangulación, el acero, el puñal, o la bala de plomo, sin tener en consideración el honor, rango, dignidad o autoridad de las personas, cualquiera que sea su condición en la vida pública y privada, tal como sea ordenado en cualquier tiempo por los agentes del Papa o el superior de la hermandad del Santo Padre, de la Sociedad de Jesús.

“Para todo lo cual consagro mi vida, alma y todos los poderes corporales y con la daga que recibo ahora suscribiré mi nombre con mi sangre en testimonio de ello, y si manifestare falsedad o debilidad en mi determinación, pueden mis hermanos y mis soldados compañeros de la milicia del Papa, cortar mis manos y mis pies y mi cuello de oreja a oreja. Protesto abrir mi vientre y quemar azufre en él y aplicarme todos los castigos que se puedan sobre la tierra, y que mi alma sea torturada por los demonios del Infierno para siempre”.

“Que daré mi voto siempre por uno de los Caballeros de Colón con preferencia a un protestante, especialmente a un masón, y que haré que todo mi partido haga lo mismo; que si dos católicos están luchando me convenceré quién defiende más la Santa Madre Iglesia y daré mi voto por él".

“No trataré ni emplearé a un protestante si está en mis facultades tratar o emplear a un católico. Colocaré a una señorita católica en familias protestantes, para que semanariamente rindan informes de los movimientos familiares de los herejes”.

“Que me proveeré de armas y municiones a fin de estar listo cuando se me dé la orden o me sea ordenado defender la Iglesia, ya como un individuo o en la milicia del Papa”.

“Todo lo cual yo juro por la bendita Trinidad y el bendito Sacramento que estoy para recibir, ejecutar y cumplir este Juramento”.


¡Deteneos, Madres! No seáis vosotras las que os manchéis en sangre tan negra, que ya, no es la que vosotras disteis a esos seres. Aquella, la absorbió el Dragón para alimentar a la bestia. Pero sí protestar de no parir más hijos para la religión y así no los daréis tampoco para la guerra porque no podrá haberla no existiendo la causa que la hace... ¡Blasfemia!... Nos dicen otra vez, pero ¿cómo nos desmentirán cuando ahora mismo están los obispos franceses retando al gobierno y al pueblo, persiguiendo y maltratando a los niños indefensos porque no quieren entrar en las escuelas religiosas? ¿Qué defensa tendrá el general católico Castelnau obediente a los Obispos preparando una lucha sangrienta? No, no seáis vosotras, madres, las que pongáis en peligro las vidas que disteis con peligro de las vuestras y que, a pesar de esos continuos sacrificios, la mujer es discutida por una jauría de Obispos que discutió “si la mujer tiene Alma; si es un ser racional”... y no se murieron de vergüenza porque, como bestias, como hijos de bestias si sus madres no eran seres racionales, no la podían tener.

No seréis vosotras madres ni vosotros hombres libres los que castiguen a los causantes del mal mundial que no es sólo la religión católica aunque absorba los delitos de todas, sino que, todas son causa de la degeneración humana. Está ya en acción la justicia anunciada no por los dioses de ira, vengativos e impotentes de las religiones, sino por los grandes misioneros asesinados siempre por las religiones entre los cuales están el fuerte Juan y el moralista Jesús, este último que no es Cristo ni fundó religión alguna, y que como todos los Misioneros venían a destruirlas todas, lo que hoy nos toca ver por la acción de la Justicia que renueva la faz de la tierra y la hora es llegada de arrancar la cizaña para que las nuevas semillas, las nuevas doctrinas, de nuevas Escuelas del nuevo día germinen en las nuevas tierras a la luz del nuevo sol. Este es el aviso del Séptimo Ángel apocalíptico y todo será hecho como ha sido prometido para el reinado del Espíritu.

Más hemos dicho que Jesús no es Cristo y que no fundó la Religión cristiana y católica ni alguna otra y es preciso que lo digan los mismos religiosos.

Terrible es, por lo criminal el “Juramento de los Caballeros de Colón” ante cuyos delitos, los gobiernos, si no quieren declararse cómplices, no tienen excusa para atar bien corto a esas bestias que acometen (bajo cualquier partido incivil) abriendo los estómagos y los vientres de las mujeres, golpeando las paredes con los fetos para acabar con esa “raza maldita” de liberales. Más va a ser catastrófico para la bestia madre y sus fieles sanguinarios las declaraciones del valiente Obispo Strossmayer, hechas ante el propio pontífice en otro "Año Santo" que Garibaldi convirtió en "Año de la libertad y unidad de Italia" y el pontífice dejó de ser rey; pero que la suprema justicia dispuso que había de ver su impotencia, viendo derrumbarse todos sus castillos, obra que incumbe a la política del creador, que es padre y no dios de ninguna religión, el cual, porque es llegada la hora de esa justicia, impone a este mundo tierra su régimen universal y convierte este otro Año Santo" del Vaticano en "Año de justicia" sin misericordia para los que no han usado de misericordia, como en su nombre sentó el apóstol de España y hermano de Jesús. Verdades ya historiadas por el espíritu de Justicia, Luz y Verdad, que agregamos a las expuestas por Strossmayer, en un prólogo y epílogo con que honramos su discurso valeroso. Ante el propio pontífice y el concilio Vaticano de 1970.


En estos momentos se está inaugurando el Congreso Eucarístico y la Radio me trae los berreos de los borregos allí congregados, gritando sin saber ni entender lo que cantan, y es lástima por su fanática inconsciencia, pues piden las iras de su Dios en idioma que no saben, pero que el mago, ataviado con sus vestimentas deslumbrantes, magnetiza a los ignorantes, atrae la atención de sus fanatizados y les extrae sus fuerzas en su secreto beneficio.

Estoy oyendo las más garrafales falacias y tergiversación de términos, pero que ellos consagran al Déspota del mundo. Sin embargo, el conjunto y el resumen de la bula que están leyendo, el contexto y la explotación de la fe por dinero, es el fin; Dinero, del que creo que consiguen sus propósitos, porque, por la fuerza de la crisis, a la fuerza también, la mayoría de sus creyentes imitan a Jesús en su pobreza; pero alguna gota de sangre le puede quedar a Jesús en el corazón y con ella, deben buscarles a sus fieles algún centavo escondido en los rincones de sus bolsillos. Pero es tal el cúmulo de mentiras que oigo que le endilgan a la historia y alabanzas que denigran porque a la vez acusan, que no escribo más, porque no hacen más que confirmar el "Buscando a Dios" y el "Primer Rayo de Luz", por lo que, les doy las gracias a obispos, arzobispos, cardenales y delegado pontificial, porque me confirman a mí y se confiesan ellos ante el Juez.

Octubre 10 de 1934. Hora 11.

 

MEDIANIMICAS

Lorenzo

Buenas noches, hermanos míos; que la paz y el amor sea entre vosotros.

Esta lectura que acabáis de escuchar, es indudable que viene bien, sobre todo para aquellos que superficialmente, maliciosamente, comprendieron o mejor dicho, han escuchado, algo de Espiritismo, es indudable que al oír esta lectura que escuchasteis, pensarais que no tiene nada de espiritual... que nada tiene que ver con el Espiritismo; por cierto y verdad, que mirado bajo ese punto de vista humano y social, ello, hermanos míos, haría y daría pie para que los hombres así lo juzguen... Más como todo ello ha de ser para sacar consecuencias para el estudio de la verdad espiritual, esto conduce a estudiar y a señalar como todo, que todo es obra de la ley espiritual, como todo va por si solo colocándose y cumpliendo los mandatos supremos, como todo sirve a cumplir los designios de la ley.

¿Quién habría dicho, hace muchos años, cuando han estado los espíritus del Padre y trajeron estas advertencias? ¿Quién habría dicho y... cuántos habrán dicho? ¡Bah...! ¡Son lo que dijeron muchos! ¡Utopías, fantasías, anarquismo! y... ¡tantas otras exclamaciones y calificaciones despectivas!

¿Qué habrían dicho ya, si los hombres todos necesitan saber y no quieren comprender la verdad, que quien vino con el mandato de la Ley, ocultó estas advertencias hasta el momento necesario, porque es indudable que los hombres hubieran procedido sin juicio, como en los juicios inquisitoriales? Pero... ya lo veis, el tiempo se encarga de las advertencias de los mandatos de la Ley Suprema y que ellos se cumplen y que todos aquellos que faltan a la Justicia y al cumplimiento de su misión son responsables de lo que hubiera menester en el adelanto espiritual racional de cada hombre; de cada nación, de cada pueblo; de conglomerados de hombres y todo esto es hijo de sus obras y... los pueblos, los hombres, no se reúnen, no se forman, si éstos no están unidos por lazos de afinidad.

Muchas veces parece una anomalía decir que tales pueblos, tales hombres, por pertenecer a una nación, padecen de tales y cuales defectos; desde el punto de vista, vosotros como hombres que comprendéis la verdadera fraternidad, porque vosotros tenéis conocimiento del principio del Espiritismo, lo habéis de ver así; indudablemente es una anomalía juzgarlo así; es que nacen los hombres y encarnan en un determinado sitio, y todos los afines convergen a aquel sitio, por eso en algunos lugares se reconcentran hombres menos buenos; en otros más ambiciosos; por eso en cada pueblo, en cada nación, cada conglomerado de hombres tienen su idiosincrasia propia, lo mismo en sus hechos que en sus pensamientos, en su misticismo. Todo lo pesan y miden en una misma forma, si observáis, como nosotros vemos, porque debemos de correr en todos los sitios, para señalar, para puntualizar defectos y corregirlos. Porque, hermanos, deben de sacarse consecuencias de todo y esto está tan señalado, que nada falta en las enseñanzas, en las doctrinas de la Escuela; casi todo lo comprenden y todos los tenéis señalados en los libros como enseñanza; como advertencias.

Los tiempos son pasados y se cumple lo señalado por la Justicia, aunque quieran engañarlos los supremáticos, o mejor dicho, engañarse ellos mismos.

Sin embargo, vosotros que lo observáis, veréis que pasaron tantos por la Escuela, que ayer fueron y hoy no son, y sin embargo pasaron tantos... quienes, por prevaricación y antagonismos hubieron de ser arrojados por su propia aberración, otros tuvieron en su descargo como atenuante ante la Ley de Justicia el ser los que se retiran. Sin embargo, todos ellos en su perversidad, obran como todos aquellos que se colocaron al margen del "Espiritismo Luz y Verdad". Dicen: rigurosa es la Escuela; entonces, hermanos, toda la obra no es perdida, porque en el fondo de todos ellos, existe una promesa; un deseo, una promesa del espíritu, para no caer otra vez.

Vosotros, hermanos, que estáis perfectamente al tanto de todas las enseñanzas, no tenéis ninguna disculpa si erráis y tratáis mal, porque vosotros estáis en el camino de los maestros, y en la doctrina; vosotros no tenéis duda en el conocimiento de causa, mas sí en algunos existe la codicia de abarcar más de lo que puede tener.

Por eso, cada uno de vosotros debéis de estar en vuestro puesto, cada uno de vosotros debéis vigilar y observar vuestra propia conducta; cada uno de vosotros debéis de ser un jefe en el orden espiritual, jefes del mañana, porque no termina en esta existencia vuestra misión, sino que ésta es el principio del fin de todas las luchas sostenidas durante tantos siglos.

Que la paz y el amor sea con vosotros, que siempre avancéis en el estudio de vuestras aspiraciones, el afán de progresar os sirva de acicate.

Mi amor os dejo.

Lorenzo.

Hosted by www.Geocities.ws

1