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AUTOFONICAS

L. U. 1. -C. S. -L. R.

Tres temas dominantes en la tierra se anotan aquí de presente interés. Trigo, Guerra, Amparo. Trigo: que aún a la vista de lo que los elementos pueden hacer, los reyes del trigo no se dan por vencidos en sus hambres de explotación a costa del hambre que llevan a todos los productores del mismo trigo y de todos los que de pan se alimentan.

Quieren sujetar a que sólo se siembre lo que ellos calculan que les será conveniente a sus hambres de oro. El hambre de los hombres por el ínfimo valor que los acaparadores le señalen al cereal, no tiene importancia; son ellos los dueños de la salud y fuerzas de los trabajadores, porque el oro vale más que los hombres en las conciencias inhumanas del glotón acaparador. Guardan el oro para que todo se sujete a su querer y ambiciones y el agricultor, mal defendido por sus propios gobiernos, recoge el cereal que ya no es suyo y lo cultivó y lo recolectó. El desgano del agricultor crece porque siempre le faltan medios. El guardar el oro, paraliza las artes, las industrias y los oficios y se multiplica la desocupación y el raquitismo y la tuberculosis se va apoderando de la niñez y la juventud. ¿Es el oro del que lo guarda?... ¿Cómo lo ha adquirido?... Y si mal lo adquirió, ¿puede estar tranquilo de que no se lo reivindique el trabajador que lo produjo?... Ponemos hoy estas consideraciones porque suenan voces de justicia entre el pueblo que huelga por falta de trabajo: porque el oro duerme en los tesoros de los bancos, inactivo y.. ya dice el pueblo: "pues si el oro no lo sacan habrá que ir por él". ¿Por qué ha de ponérsele al hombre en este trance de cometer delito conforme a los códigos creados, que perturban en su oposición a la ley de la vida?... Mal consejero es el hambre y de él protestan los trabajadores; pero el derecho de la vida ¿quién se lo quitará?... "Guerra".. ¿Que la guerra está en el aire?.. Sí, el ambiente, la atmósfera, es de guerra. Pero la guerra está en el corazón, en las pasiones, en la supremacía, en la desigualdad, en la injusticia, en los acaparadores, en los improductores, en la politiquería, en la religión en una palabra. ¿Es posible quitar de un sólo golpe, en un instante todos esos motivos que engendran y son la guerra?... Siglos de prédicas de paz no han bastado; entonces, la guerra es impostergable; la guerra la han hecho necesaria los hombres que han cultivado todos esos motivos y, la guerra ha de surgir una vez más, para matar la guerra. Ya hemos oído una declaración que nos confirma: "Nadie quiere la guerra en Europa; pero multitud de factores la hacen inevitable". "Hay que estar listos para la guerra hoy; no mañana". ¿Por qué, pues, alargar la agonía del temor?... Es que los acaparadores, los ganadores de oro a precio de hambre y sangre, ¿no tienen henchidos sus depósitos?... Pues más vacíos los han de tener cada día, por factores que la Suprema Justicia tiene en acción.

Si la guerra es por causa del parasitismo supremático civil y religioso en verdad solamente, cuya hipocresía de cantar paz después de crear los motivos y factores de la guerra, hoy y en todos los tiempos, ya queda al descubierto y los hombres lo saben. Este es el temor de los hombres que han preparado los motivos y factores de la guerra, de ir, a la guerra inevitablemente, porque en ella han de quitarse todos los factores y motivos y la guerra morirá por la guerra misma, con su origen: los dioses todos.

"Amparo". "Amparo a la Prensa", oímos en un proyecto de Ley, repudiado desde el principio en todas partes. Ese amparo se busca para que los hombres no puedan expresar sus ideas; para que la prensa de los dioses no sea anulada como ya lo es hoy; para que las falacias religiosas no sean más atacadas ni descubiertas; para vivir un rato más los falaces y darse el gusto de amordazar la palabra y la pluma expositora de las ideas de progreso; para poner un dique a las corrientes de fraternidad que los hombres, a toda costa y sacrificios buscan y consiguen. El amparo, es una acusación que demuestra injusticias y supremacías porque en un pueblo, como en un hogar, no puede, no debe haber nadie, como hombre, desamparado, porque es parte del hogar, del pueblo. Mas no es del hogar, del pueblo, lo que el pueblo y el hogar repudia, desecha y abule. Quien le quiera imponer aceptar y acatar lo que el pueblo abule, desecha y repudia, sólo por el cohecho o la fuerza bruta lo podrán conseguir por breves momentos y será pasible de las concupiscencias funestas que ello trae luego. ¡Amparo a la Prensa"!... ¿Es poco juez la opinión general?... ¿Quién levanta o hunde al periodismo sino la opinión que le da vida o la mata?... ¿Para qué más ley que la sanción popular?... ¡Amparo!... Amparar la educación de más de 2,000,000 de analfabetos; amparar a más de 500,000 niños sin instrucción primaria; amparar los millones de hambrientos que luego formarán un ejército de tuberculosis. Sí, todo eso que acusa injusticia e impotencia de los dioses y abandono de los gobernantes, sí, necesita amparo y pronto, por deber y no por conmiseración. A la prensa, su plena libertad es el verdadero amparo, porque la opinión se encarga de sus sanciones. Es el vehículo de las ideas y pensamientos de los hombres y a las ideas y el pensamiento nadie puede detenerlas, y al expresarlas en el papel, caen en los articulados de la defensa social. ¿Qué más amparo a la buena prensa?...

Porque al universo interesan los asuntos del planeta tierra por su solidaridad, se han tocado hoy estos puntos que por LA BALANZA el C. S. deja advertidos.

L. R.

MEDIANIMICAS

Isaías
CÁTEDRA 93. LA PAZ, MENDOZA

"Cuando sea necesario, hasta de las piedras haremos médiums para comunicarnos", dijo en momento solemne el Maestro Superior. He aquí la prueba:

Julio 27 de 1934. Médium A. Gálvez.

Buenas noches. Heme aquí entre vosotros, hoy como ayer y como mañana; pues hora es común siempre y más allá, en la eternidad.

Pasan los hombres durante la corta etapa de una vida terrena, luchando y tratando de emanciparse de errores, de sacudirse la pesadez de su materia, de vencer sus instintos; y así también pasan las religiones y pasan las humanidades en la continua y ascendente marcha del progreso, en la tenaz lucha del progreso del espíritu.

Todo son luchas, todo son sinsabores, y sin embargo la vida es apreciada, la vida es grata. ¿Cuál es la causa? La causa es que, el hombre, su yo, el espíritu en fin, no entiende de progreso; sólo entiende de escarbar el siempre más allá, que palpita en el sempiterno e inviolable movimiento de la vida.

Nada entiende de pobres ni de ricos; nada entiende de dioses, ni nada que no sea progreso, y siempre el progreso es el alimento con el cual nutre el espíritu su inacabable acción de progreso.

Es por eso, mis amados hermanos, que aún cuando veáis a un mendigo arrastrando sus desgracias, no piensa sino en procurarse los medios de vida que alimentará su cuerpo con este solo fin, y mediante el cuerpo, podrá alimentarse el espíritu, en su obra de perfeccionar la materia.

Es por eso también que, tan pronto los hombres escarban en las ciencias, enseguida también se alejan de errores que esclavizan, de prejuicios sociales y sobre todo religiosos, que es el opio que ha tenido adormecida la humanidad, hasta que llegó la Luz del Padre de todos, porque se ha marcado el ya tiempo previsto por la justicia, y es hora de que todos os deis el abrazo de hermanos, marchando por la senda de la Verdad hacia el Padre común.

Basta, pues, de religiones rémoras; basta ya de prejuicios tiránicos; corred, hombres, tras la luz que ya se descubre y seréis, a la vez que favorecidos por la Ley de Justicia, Maestros cada cual en su grado, de la Creación.

No son hoy, mis amados hermanos, los días aquellos de los potros, de las hogueras, de la inquisición, ni de la esclavitud onerosa del feudalismo que tenían amordazados los pensamientos, que tenían atemorizados a los pueblos por la fuerza bruta impuesta, que tanto dolor llevó a las humanidades de esta tierra rebelde y feroz por la acción de sus habitantes.

No es hoy el tiempo tampoco de tiranías y no es tampoco día de vacilaciones, porque es el día de la verdad desnuda y el progreso pasa soberano, sin importarle nada de los hombres topos, de los hombres fieras y, solo le importa de la Verdad que se trata de implantar y se implanta.

Basta, pues, de ambigüedades y adelante; siempre adelante es la voz que se os da hoy, porque la Justicia marcha ya impertérrita para destruir todo lo que ha creado la maldad, y hoy sostiene la torpeza de unos cuantos desorientados.

Mi amor os dejo.

Isaías.

L. R.
De la Cátedra Provincial de Durango, México.
MÉDIUM: PEDRO SOLANO

Que la luz infinita emanada del Centro Vibratorio, llegue a vosotros la mayor cantidad posible, para asimilaros lo que podáis, haciendo luz y verdad dentro de vuestra propia conciencia, mis queridos hermanos.

El rigor del Simoún extiéndese por toda la tierra, como como clarines anunciando la próxima regeneración de la misma, y en tanto las Cátedras de la Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal, deben estar ajustadas al "Laudo de Rigor", a la "Circular Clara" y a los Reglamentos internos y demás disposiciones de la misma Escuela, efectuando sus trabajos reglamentarios, con el ansia de alcanzar el mayor éxito dentro de los mismos, y ante ese tronar unísono de las manifestaciones de la vida, ir buscando las fuerzas dinámicas del hombre, o fuerza moral o psíquica. El fenómeno va crugiendo por todas partes, y el hombre rehuye de la justicia del Creador. ¿Es el Creador el culpable del poco progreso de los hombres? No, mis queridos hermanos, es el hombre el que haciendo uso de su propio dinamismo, y con el derecho que le asiste dentro de su libre albedrío, deja que su pensamiento obre dentro del egoísmo del mismo hombre, y en cada una de las acciones que verifica durante las 24 horas del día, va atrofiando su cerebro, cerebro del hombre que no descansa ni en el sueño, porque en ese mismo sueño se repiten sus acciones, sus deseos y sus obras. Luego el pensamiento del hombre, como os digo antes, dentro de su libre albedrío,  va creando las formas poderosas y magnéticas, que los espíritus permiten para que el hombre pueda palpar este efecto, efecto de origen espiritual mostrado en el efecto físico. Los detractores de la Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal, piden a grandes voces las manifestaciones del espíritu; no las ven porque sus ojos están ciegos; no las oyen porque sus oídos están sordos; no las palpan porque está anestesiado su tacto; no las perciben por ninguno de los sentidos, porque cada uno de esos sentidos están atrofiados, porque el hombre en el transcurso de la vida diaria, ha ido emponzoñando sus acciones y envenenando su conciencia.

¡Venid, hermanos de la Cosmogonía! ¡Venid, hermanos del Planeta Tierra al seno de estas Cátedras! y ved las manifestaciones. ¡Venid y explicaos desde el punto de vista científico, ético, moral, filosófico y metafísico, los hechos que agobian nuestros sentidos! ¿Cómo llamáis a esas manifestaciones? ¿Queréis decir que son perturbaciones de la naturaleza? ¿Queréis decir que es la venganza del Dios Religioso? ¿Queréis decir que son las fuerzas esplendentes de los movimientos cósmicos? ¿Cómo queréis llamar a esas manifestaciones, que llegan a vosotros como el más grande de los sucesos? Vosotros no estáis preparados para hacer su estudio y mostrar  al mundo la razón. ¡Venid, mis queridos hermanos! ¡Venid también los negros de hollín! ¡Venid y escuchad la voz del espíritu, la verdad transmitida por el pensamiento eterno del Creador, que vibra también en vuestra psiquis o sea el espíritu, el cual trae el conocimiento de la verdad! Venid al seno de las Cátedras y veréis cómo dentro de las mismas, las elucubraciones humanas y la diversidad de criterio de los componentes de la Escuéla Magnético-Espiritual de la Comuna Universa, se debaten no pueden descifrar el sentido filosófico en que está escrito cualquier punto de ellos! Los adherentes de la Escuela sienten dentro de sí, esa fuerza, ese deber de desenvolvimiento intelectual con que han sido escritas cada una de las obras, y cada uno de los tópicos. El Maestro ve con todo placer, que aun cuando divergiendo desde un punto de vista distinto, tenemos la buena voluntad de llegar siempre al fondo de las cuestiones; y cada uno de esos esfuerzos en favor de la comprensión, es fuerza positiva, que va ganando puntos ascendentes, para llegar a la verdad. ¡Venid os digo, negros de hollín! ¡Venid, descreídos a escuchar, y veréis cómo es como se va por el camino recto, hacia el esclarecimiento de los puntos filosóficos de que se trata en esta Escuela!. En las religiones no encontraréis sino la falacia, la mentira, el engaño, el dolor y la miseria; se ve en lugar de flores, espinas; y la luz fenece para hacer la obscuridad. ¡Escuchar el rugir del simoún! Escuchar las voces de los clarines que van desgranándose como notas sonoras en el gran campo del Universo; así como un instrumento mal construido, que al aplicarle un sonido fuerte, se desgrana y deja que la nota se pierda por las hendiduras, carentes de pegadura con que han sido untadas, haciendo defectuoso el sonido. De la misma manera se desgranan esos aparatos delicadísimos de las mediumnidades, cuando han hecho mal uso de sus facultades, y cuando quieren dar una nota estridente, aguda y sonora, se hacen pedazos.

Los hombres que no se sujetan a las leyes de la vida, son hombres que dejan estancar su progreso; dentro de un grado limitado, vosotros tenéis siempre la rodilla puesta en tierra cubierta de polvo y la servís en el mismo polvo. Vosotros, que hacéis la caridad o sea la hipocresía, que es peor que los vicios, porque la hipocresía es superior a cualquiera de ellos, y preferís estar atados con tan débiles lazos, que buscar con la frente erguida la luz y la verdad.

A vosotros, Consejo Directivo, y a mi querido hermano y Director Material de la Cátedra N° 12, sólo os dejo el aprecio por el deseo ferviente de vuestra voluntad, en el trabajo de la gran Causa, que os da derecho para que recibáis, no de regalo, sino por vuestro esfuerzo y sacrificio, comunicaciones más altas en sabiduría y en amor, y cuyo sacrificio se expande al Consejo y adherentes de esta Cátedra, ya que la Justicia del Padre os trae a todos en acción, y en este el clarín del simoún para que el hombre haga conciencia de sus actos, y llegue a comprender la metafísica ley positiva, que se reasume en una sola palabra y en un solo pensamiento y mandato: Amor. Amor al prójimo y a estudiarse a sí mismo.

¡Mis queridos hermanos! Vuestro hermano y Director Espiritual de esta Cátedra.

Lázaro Ramos.

Versión taquigráfica de Justina Quinones.

V. B.

Anastasio Cisneros.

Director.

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