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Autofónicas

L. U. 1. -C. S. -E. V.

No olvidamos nuestro deber. Rememoramos el acto sublime cuanto terrible de la sentencia del Juicio de Mayoría de la tierra que el Padre en justicia selló, cumplida en todas sus partes su voluntad omnímoda.

Hoy también, en el mismo Amor y Justicia, el Juez autorizó a venir a la tierra a los que, no acatando la ley de Amor que en aquel memorable acto se proclamó para los habitantes del planeta, hombres y espíritus, fueron sentenciados y retirados a los mundos de su afinidad, donde aún no se ha legislado, y en libertad, pero con cuenta a la ley, se sacian en sus pasiones, y hecha conciencia, maten su supremacía. ¿Qué más pueden querer del amor del Padre? ¿Qué menos podía hacer el Juez que había investigado y anotado el Haber y el Debe de cada uno de los dos billones tres mil quinientos millones de espíritus pertenecientes al mundo Tierra, que retirar a los mundos de su afinidad a los disconformes que no quisieron vivir la fraternidad que la ley impone y la mayoría, en derecho, pedía?... Firmada la sentencia que hoy rememoran, la Luz los corrió, y no pudiendo resistirla, cada grupo siguió el rumbo que su afinidad le marcaba y cayeron en esos mundos de progreso primitivo, de los que ya mucho se ha descripto por esos mismos hermanos que la Justicia les permite venir, para ejemplo de aquellos que ellos mismos anestesiaron sacándolos del derrotero de la sana moral, por su Supremacía y despotismo, que ahora comprenden y lloran.

Hoy, por mandato de la justicia, corren en estas horas permitidas, los puntos de la tierra donde delinquieron, y sus camaradas de perversidad hacen el dolor y malestar de los hombres, en las rabias de su impotencia de volver a los hechos fieros de la Edad Media y furores de los siglos 15 al 19. La Justicia les dio libertad de obrar en estas horas para borrar algo de su obra, abatiendo a los plutócratas, autócratas y déspotas, que detienen con sus hechos canallescos y criminales el progreso, aprovechando en ley, las causas, para quitar los efectos.

Mas hay un punto de la tierra donde la acción ha de ser decisiva, porque en ley ha de refluir a todo el mundo, y ahí se carga la fuerza de los dos bandos. Parece, por un momento, que los reaccionarios pueden cantar un triunfo; pero eso mismo es su mortaja y la sepultura tienen abierta por ellos mismos. No se verá vencida la verdad, la justicia, la fraternidad y el amor, ni en ese punto donde la reacción impone la fuerza de un poder usurpado, para hacer leyes que durarán sólo horas, sin tiempo de sancionarlas con su aplicación; pero que sirven de auto probatorio "in Judice" de la perversidad que anidan, que ya no cabe en la tierra; y es para ello que se ha permitido ese acto brutal, para que no tengan aplación ni atenuante.

¡Hermanos, hijos de la tierra!... La voz de la Suprema Justicia, en rigor de Justicia, que es amor, os repite: "Todas las treguas han terminado". La fraternidad, vivida en la Comuna del Amor y Ley, se ha proclamado de orden y designio del Padre y nadie la estorbará. Hay dos cosas que son una sola y, sin descanso, atropellan, denigran y asesinan a los hombres y los pueblos, y más dura será con los cultores de esos dos estorbos la acción de la Justicia, en la acción popular, que ya, provocada por vosotros mismos, no es justicia detenerla. Mas si queréis que os sea aplicada por el pueblo la ley del Talión, apurar, desahogar el último grado de fiereza que os queda y, como aplastáis, denigráis y perseguís sin misericordia ni dignidad de hombres, sin misericordia, pero en justicia y sin venganzas, seréis corridos y aplastados con esos mismos dos estorbos. Aun se os da este final aviso. ,"Basta de Cruz y Espada".

La voz de la Justicia

E. V.

Medianímicas

Saulo

CÁTEDRA "ENTEREZA" N° 98, PALMIRA (MENDOZA), REP. ARGENTINA.

Sesión Martes 13 de Marzo de 1934. Médium: Juan Antonio Pérez.

El comunicante pide sean llevadas sus palabras a LA BALANZA.

Paz fraternal, en la verdadera unión y amor os deseo, mis queridos hermanos.

Hablo a la humanidad doliente. ¿Hasta cuándo os dejaréis enmarañar por vuestros esclavizadores?... ¿Hasta cuándo seréis serviles siervos de vuestros propios verdugos?... ¡Oh, ironía!... "Basta de cruz y de espada", se os dijo tiempo ha; pero la obra leprosa de los fariseos comerciantes de almas aún aprovecha la anestesia que padece la mayoría indiferente por su desidia de tirar el yugo religioso; pero su alma, herida y agobiada, clama a la justicia.

Decidme, hermanos terrenos: ¿Hasta cuándo os prestaréis gustosos a la esclavitud religiosa?... ¿Hasta cuándo tiraréis del carro del parasitismo denigrante, al grado máximo llegado en los tiempos presentes?...

Decidme, humanidad: ¿Aún os resistís a batir a la Bestia que tambalea en la cabalgadura del dragón?... ¡Pobres hermanos; pobres errados, hombres indigentes y pseudosabios; pobres fanáticos; pobres víctimas anticuadas!...

Decidme, hombres: ¿No veis dónde está la causa de vuestros males?... ¿No veis quiénes son los culpables del sufrimiento de la inmensa mayoría?... ¿No veis que también sois culpables, y que por lo mismo deberéis sufrir los efectos de esas nefastas maniobras delictuosas?...

Mas ya se os dijo: cumplidas fueron las treguas y todo será calmado bajo el peso de la omnímoda justicia.

No olvidéis, hermanos míos, que todos sois buenos, pero que todos sois culpables por dejaros aún avasallar por los supremáticos, por los clérigos, por el anestesio religioso y por las ambiciones y pasiones que os subyugan.

Busque cada ser humano, dentro de sí mismo, al culpable; tire de sí mismo todo lo que le cubra con negruras y báñese en la Luz de la sabiduría; adórnese con virtudes morales que son imperecederas y dispóngase a hacer obra efectiva, de progreso y amor para todos, lo que preparará los cimientos de la felicidad fraternal y espiritual que os deparará la santa comuna de amor y ley.

No olvidéis que la vida es una, uno es el tiempo y una es la familia espiritual que puebla la creación toda y tratad, ¡Oh Hombres!, de aveniros en la verdadera fraternidad y se acabarán los sufrimientos terrenos.

Decidme, hombres: ¿Por qué de vuestros no bien entendimientos?... ¿Por qué de tantas desventuras?... ¿Hasta cuándo desoiréis la voz de la conciencia que en todo ser reside?... ¿Por qué no os preparáis para lo grande y sublime que constituye la fraternidad?...

Mas espero que pronto os dispondréis al trabajo por la comuna, donde sólo se respire felicidad y satisfacción por la paz, por la fraternidad y por el amor a la vida misma, para sí y para todos.

Tal es lo que espero y tal lo que pido a los hombres para poner fin al sufrimiento. Es el deber que en justicia cumplo, quitando errores de otros tiempos.

Mi amor os dejo para todos.

Saulo.

Isidro El Labrador.

CÁTEDRA "ENTEREZA" N° 98, PALMIRA (MENDOZA), REP. ARGENTINA.

Sesión Viernes 16 de Marzo de 1934. Médium: Juan Antonio Pérez.

Paz, unión y amor fraternal os deseo, en la luz del Creador.

Juntos, hoy, a vosotros, nos hallamos; vuestros guías, familiares y afines, me ceden el lugar para que yo les dirija la palabra, con la aprobación del Guía de la Cátedra, Hno. San Martín.

Bueno. ¿Qué podré deciros que sea de provecho, a vosotros y demás hnos. de las Cátedras de la Escuela?...

¿Qué podré deciros de nuevo, si todo se os dijo ya por los Hermanos de Luz, que en la Escuela y sus Cátedras hablaron?...

Pues, como un deber mío, os diré que es tanto mi anhelo por acrecentar las siembras benévolas en todo sentido, ya que las siembras agrícolas son mi primera vocación; sigo en el auge de la incitación al estudio y al trabajo que honra y dignifica. Sí, hermanos míos; es mucho lo que tenemos por hacer y espero de los Hermanos Esénicos abnegación y Amor, para que sirva de camino a que colaboren en la tierra, para dar principios, para dar ejemplos prácticos y para dar todo su ejemplo a la posteridad.

Sembrad, hermanos, en todo lugar la semilla de la Luz y de la fraternidad; sembrad, hermanos, el fraternal amor a las familias y a los pueblos, sin tener en cuenta de fronteras que hagan extraño al Hermano en la tierra.

Seguid vuestras siembras, hermanos; seguid sondando la sabia Metafísica hasta que se consiga ampliar los estrechos horizontes mentales de los hombres Dúos y se apresten a ser Trinos y reconocerse Hermanos ante la Ley y ante el Creador su Padre.

Bueno; por ahora os dejo mi amor y el saludo fraterno.

Isidro El Labrador.

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