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AUTOFÓNICAS

L. U. 1. –C. S. –L. R.

Contracción sufre el espíritu al poner en movimiento la línea autofónica a LA BALANZA. Y aún crece el caos; se ve el furioso sigz-zags, idas y venidas, subidas y bajadas en todas direcciones, sin orden, descompasadas, y todos esos movimientos son furibundos, de odios, deseos de venganzas de todos los órdenes, pues ahora no es como en otrora, que sólo salía todo ese ondaje de un solo punto: del Vaticano, en 17 siglos. Si bien es verdad que todo de allí procede, porque es el fruto de la semilla desde allí llevada a todos los predios de la tierra, y de todos sale hoy el mismo ondaje, no menos terrible en cada uno, que lo era cuando sólo de aquel “Buzón de crímenes” salían sus correos, sus legados, sus ejecutores a todas partes. Entonces aún se podía concentrar las fuerzas en aquel solo punto y hacer justicia, como se hizo en los más desalmados, como Hildebrando y Pio IX entre muchos otros pontífices de la religión de los santos, del imperio de los leprosos.

Hoy no es así. Y al correr de los 17 siglos hay tantos buzones como aquel, cual tantas naciones; digo mal, cual tantos gobiernos; pues por la división política, que sólo procede de la división religiosa, hay muchos más gobiernos que naciones, lo que aumenta el caos; multiplica el trabajo y los cuidados, y la lucha es tanto mayor cuantas veces hay que dividir las fuerzas a tantos puntos en vez de uno a donde antes se dirigían. Se diría que es el triunfo de la sagacidad de los perversos... No; es la demostración de su impotencia, de su ninguna matemática; pues ya, esas divisiones, no se pueden concentrar de nuevo, para golpes poderosos como lograba el Santo Oficio, que no hubo imperio ni reino que no dominara por el terror de su fiereza. Ahora, esas divisiones, están aisladas, y para vivir pelechando algunos momentos más, no pueden obrar del todo sus divinos delitos, pues en algo, bien que en poco, han de someterse en algunos puntos a la ley civil y férula policial y judicial, probando con esto el Espiritismo, Gobierno Universal del Creador, la falacia de las divinidades religiosas y... hasta laicas y judiciales que en el prejuicio de las otras divinidades, esos tiranuelos, hambrientos de venganzas, en oposición a quien los desorientó, también quieren y por un momento se hacen infalibles, con el hacha, el ricino, la cachiporra y los gases.

Nos llegan voces de congoja; mas vemos que aún son clamidos de impotencia y aun neutralizan sus clamidos, pues invocan, muchos, esas mismas divinidades, causa de su mal, de sus congojas.

Hoy no es el tiempo de decir: “si os entendéis, hablar como queráis”, ni de lo otro más dañino que, el Padre, haya de responder al invocarlo por los nombres que lo mistifican y lo consideran tan injusto y vengativo como los dioses religiosos. Todo el que llama a su Padre es contestado por su Padre. Mas no puede contestar un Pedro, si lo llaman Juan, Gregorio u otro nombre que no sea Pedro.

El Padre es el Padre y no es Dios; ningún Dios de los invocados por las religiones. Cuando han dicho, y quien lo ha dicho, que una madre ha de contestar llamándola vírgen, siendo madre, se haría culpable de adulterio. Todas esas prédicas son la añagaza, la astucia y la perversidad bien estudiada de los creadores de Dioses para ser Dioses ellos, y hoy es el doble trabajo de los Espíritus de Luz, de los Consejos, de la Escuela, y debemos sostener esos principios fundamentales de la verdad y la justicia en LA BALANZA, donde a su fiel, la trampa, la falacia ni la brutalidad no pueden entrar, no pueden mover, no pueden trastrocar, no pueden substituir ni mistificar. He aquí cómo lo que parecería ser un triunfo de la perversidad el caos presente, es la prueba de su derrota total, de su fin. Esto avisa y confirma el Consejo en esta autofónica y en su nombre y de orden.

L. R.

No se da a ninguna otra línea el autófono, porque todo está, no igual que en la anterior autofónica, sino en desarrollo todas las cosas, y no es hora de hablar de la paz, sino de velar en todas partes. Que unáis pensamientos me recomienda el Maestro Superior. Velar, pues.

MEDIANÍMICAS

Jesús de Nazareth.

COLONIA “JAIME”. OCTUBRE 22 DE 1933

Médium: Antonio Yuricich.

Buenas tardes, hermanos míos.

Heme aquí entre vosotros. Vengo a traeros el bálsamo de amor para que curéis vuestras llagas del alma.

Habéis leído lo que encierra la palabra amor; veis, hermanos míos, que grande y unísona es la palabra amor; pero los hombres aun la temen, y no es de temerla, hermanos míos, porque el amor es, el arma inofensiva pero invencible que debéis blandir.

Bien, hermanos míos; gravad una vez para siempre en vuestra conciencia esa sagrada palabra, amor, porque ya la hora es llegada y el tiempo pasado, y aún la conciencia de los hombres está dormida. ¡Hermanos!... Ya es la hora de despertar, porque ya es la ejecución de la justicia la que está en acción continuamente, y si los hombres quisieran y quieren permanecer dormidos o quieran o no pasarán por el rodillo de la Justicia, pero a todos los dormidos los aplastará, porque ella no usa misericordia, y bien veis cómo obra la Justicia. Estudiad y veréis que no es tiempo de perder; que todo el continente sufre las obras de las Justicia que llaman a los hombres de conciencia dormida; llama a los hombres que en sí encierran la perversidad; pero claman los hombres de lucha y piden dolientes a la Justicia, justicia, aunque ven que su pedido está en acción; tal es el dolor y agobios de la humanidad.

Mas aquellos que tienen ojos y no quieren ver, tendrán que dolerse de su sordera, porque está el mundo en las últimas horas y si “Los Extremos se tocan”.

Despertar vosotros, hermanos míos, y alumbrad con vuestra luz adquirida por vuestro esfuerzo a aquellos que aún no ven la luz. Sed, pues, vosotros los reflejos para que aquellos que vean la luz de la ”Comuna de Amor y Ley”; para que los hombres esclavos sean libres de conciencia; para que sólo en sí reconozcan los errores que hasta hoy han cometido y despierten, porque la hora es llegada y está en acción LA BALANZA de la Justicia pesando conciencias en todo y por todo y la bestia no quisiere entregarse; pero ya no le queda más remedio para ella, que meterse en la fosa que para la humanidad cavó, y hoy, ella se enterrará y no tendrá más que hacer que rendirse, porque para ella se señaló la hora.

No hay más tiempo que perder; cuando ella sola del mundo tierra, tendrá que desaparecer, quedando anulada para siempre, porque es la de más crueldades, de más maldades, de más injusticias hechas con los hombres en el mundo siempre.

Ya llegó la luz que los hombres piden, que es el “Espiritismo Luz y Verdad” que en todo el universo resplandece; así, pues, encuadraos dentro de la verdad, dentro de la fraternidad, única que ha de gobernar al mundo y sus causas, porque en 57 siglos de tremendas luchas que nos dieron las religiones en su maldad y perversidades, que hoy veis y palpáis, el sufrimiento que tenemos aún por culpa de ella, por culpa de los hombres que la han querido mantener y sostener, pero hoy claman justicia; pues si antes hubieran clamado justicia; si antes, cuando la llegada de los mesías y maestros del padre, que temían de ellos cual si fueran una fiera, sólo amaron a la bestia; hoy veréis, hermanos míos, lo que de ella se recoge; lo que habéis recogido vosotros: la maldad que hoy aún en el mundo reina, causa de todos los sufrimientos, de todas las hecatombes que hoy se os descubre que son por vuestra culpa, hombres, porque en otrora habéis preferido a la bestia y no a los hombres de verdad, a los hombres de conciencia libre y clara cual la luz del Sol; temíais de aquéllos porque eran “obras del diablo”, decíais, pero veis hermanos míos, que si aquellas obras de los misioneros eran obras del diablo, hoy son iguales; pero ahora llevan, porque es justicia, el sello del universo.

Estudiad un momento y revisad en vuestro archivo cuando se daban aquellos consejos al mundo, a los hombres, para que fuesen libres y no esclavos y se refugiaban en la bestia, porque temían. Pues si en aquellas horas lejanas pasadas los hombres temían de la verdad, hoy ven que sólo aquéllas eran verdades que al mundo brindábamos y brindamos.

La situación terrible en que en el presente os encontráis, es por causa de la lepra religiosa, que ha sembrado odio y crueldad solamente. Hoy veis, hermanos míos, cuanto hemos sufrido en 57 siglos de lucha que hemos tenido para llevar al grado de progreso en que hoy se encuentra el mundo tierra. Y pues sí, a vosotros os ha tocado mucho, os ha tocado también en justicia ser los primeros en la Comuna de Ley y Amor. ¿Queréis desmayar ahora? Pues mirad arriba y pensad un momento en que, si vuestra lucha es terrible como la que hasta hoy tenéis, también nos toca a nosotros porque veis que no sólo en materia es el sufrimiento; que no sólo en materia son las luchas terribles, sino que en espíritu aún son más terribles, porque tenemos que luchar y… luchamos aún contra las religiones y contra los perversos que encarnados en el mundo hay, aunque no hay más detractores en el espacio; pero sí hay muchos prejuiciados y aberrados que se encuentran en materia y tenemos que rebatirlos continuamente para que despierten su conciencia, o tendrán que ir al mundo donde sus afines los esperan. ¡Hermanos míos! No desmayéis, porque si vuestro deber ha sido es en verdad señalar el surco de la verdad y pulir este espejo comunal donde todos se han de mirar porque la hora es llegada, luchad con tesón que nadie os molestará, porque en la casa del Padre no podrá haber perversos, ni supremáticos; sólo hombres de amor, sólo los hombres de progreso, sólo los hombres que en sí encierran la fraternidad, sólo los hombres que aman a todos los hombres, que saben que hermanos son, entrarán.

Así, hermanos míos, amaos los unos a los otros en verdad; nada más os diré; luchad con ahínco y sin temor, porque, repito, nadie os molestará en la casa del Padre.

Os dejo la bendición del Padre Eloí. Que la Paz y el amor y el trabajo os una siempre.

Vuestro hermano, que de verdad os ama.

Jesús de Nazareth.

Versión taquigráfica de Pablo Marconi.

José Echegaray.

BUENOS AIRES, OCTUBRE 24 DE 1933

Por la Médium Asesor del Consejo Luisa Díaz.

Buenas noches, hermanos míos. Que la paz y el amor sea con vosotros.

Que la paz y el amor sea, hermanos, el lema que os conduzca hasta el más allá. Luchar siempre, que luchar es vencer; luchar es triunfar al final de la lucha y vale la pena luchar cuando uno puede llevar la frente alta y en sus manos la bandera del triunfo, la corona de los laureles, que está destinada para todos los luchadores que han sabido luchar valiente y titánicamente.

Sí, hermanos míos; sin lucha no habría sacrificios y no comprenderían los hombres del planeta Tierra el valor de la lucha, los méritos que se ganan; así debemos de luchar. Nosotros, a los malos, debemos hacerlos venir buenos. Sí, hermano Maestro; estas son las palabras que entran de lleno en las matemáticas puras. ¡Qué lindo es el “Los Extremos se tocan”! ¡Qué bien está y qué lindo tomo es para los hombres y los espíritus que conocemos esa doctrina! Sí, hermanos; no se ha dado rienda suelta a la guerra; la guerra ha sido cortada, pero vuelve a encenderse. ¿Dónde están los hombres de ciencia, que se llaman civilizados? ¿Dónde están los hombres que se llaman científicos? ¿Dónde están los hombres que se han doctorado en las universidades? ¿Qué enseñan por todo el planeta tierra? ¡Odios! ¡En encender odios emplean sus estudios! ¡Qué vergüenzas se ven por todas partes! ¡Esto no es, no entra en la matemática pura! ¿Qué habéis hecho, hombres que os llamáis científicos, pero que solamente sois embrión de hombres viéndose que solamente mostráis vuestros odios encendiendo la guerra, buscando antagonismos en todos los pueblos y naciones? ¿No os morís de vergüenza al decir que sois civilizados, hombres del planeta tierra?

Seres equivocados, ¿a dónde conducís el progreso en el siglo de las luces? ¿No os morís avergonzados, cuando la humanidad había de tener mejor bienestar? En cambio, es cuando la humanidad camina hacia el caos y a una caída inevitable, sin que los hombres del planeta tierra lo puedan evitar. Están los odios, están los antagonismos. Mas las conciencias hablan a las conciencias, el odio por el odio, los espíritus por los espíritus; se comunican los espíritus y están en continua guerra, en continua amenaza, en continua persecución.

¡Hombres de poca vergüenza que os llamáis científicos y, vosotros, los hombres de las leyes, solamente vosotros sois civilizados? No lo demostráis, sin embargo, y con amaños os apoderáis del producto del obrero, del trabajador honrado, del trabajador sufrido y, por ello, verdadero y único civilizado.

¡Hermano; cuánta sabiduría encierra el tomo de “Los Extremos se tocan”! ¿Cómo es que hace tantos años el Maestro lo sabía? ¿Cómo es que está escrito? ¿Será brujo, como decís, el Maestro? No; porque yo no tuve discípulos brujos, pero sí discípulos más sabios que yo su Maestro en rememorarles las ciencias, sin que por eso deje el Maestro de ser lo que es; no por eso desmerecen los Maestros. Sin embargo, eran profecías y cumpliéndose están.

¡Sí, hermanos míos, los que lucháis por la gran causa, los que lucháis por el bienestar de la humanidad! ¡Que felices sois! ¡Felices de vosotros! Estudiad siempre y siempre tendréis un mejor estar y un poco más de tranquilidad en vuestras conciencias. Yo recorro todos los rincones del mundo y veo que hay hombres ricos, muy ricos; es decir, ricos con el dios oro; pero que no son felices y sí son muy desgraciados; viven en la mayor desesperación; viven en continua lucha; viven en la mayor incertidumbre y la causa es de sus obras; de sus hechos; de sus acciones; porque la conciencia los acusa continuamente.

Verdad que hay muchos mendigos que mendigan un pedazo de pan para comer, que es muy denigrante; pero deben hacerlo para no morirse de hambre, pero que también puede ser una expiación. Mas, sin embargo, esos hombres que piden un pedazo de pan son más felices que esos hombres que están vestidos de púrpura y oro. Son más felices aunque lloran, porque la conciencia está sometida a la acción de la Justicia, y de ello esperan de esta vida un mejor estar; un porvenir más feliz y más tranquilo, porque saben que cumplen la ley de las compensaciones. En cambio, los hombres que visten púrpura y oro no son felices por nada, por sus obras y hechos; se les aparece un horizonte muy negro, muy oscuro, que, en existencias venideras tendrán que pagar, haciéndose luz a sus expensas propias, hasta hacer desaparecer esos negros nubarrones que por sus hechos y acciones se han adipado.

¡Es cuanto os digo por hoy, hermanos míos! Luchar por la gran causa verdadera que conduce a los seres todos del planeta tierra a la “Comuna de amor y ley”, y al más allá.

Que la paz y el amor sea con vosotros. Vuestro hermano que os ama.

José Echegaray.

José Echegaray.

 

Maestro. –No te vayas aún, hermano, ¿Qué hace el amigo Bretón, que hasta ahora no se ha arrimado por aca?

Comunicante. –¿El amigo Bretón? Es que está un poco aletargado todavía; duerme; lo traeré por aquí en cuanto pueda.

Maestro. –Déjalo descansar un poco más.

Comunicante. –Ese letargo no me ha ocurrido a mí, porque yo viví siempre en desdoblamiento y siempre me iba recorriendo y estudiando muy lejos, en desdoblamiento, en esos mundos donde solamente existen seres más sabios en la matemática pura, y allí en desdoblamiento estudiaba yo para instruirme y traer esa matemática a la tierra, donde les dejaba escrita a mis discípulos los grados que alcanzaba mi progreso, ¡mi pobre progreso! Pero... ¡ciencia pura es todo cuanto escribí, cuanto enseñé!

Maestro. –Entonces, esas escapadas, te van a cortar un pequeño castigo. Ahora, hasta el día 20 de noviembre, no saldrás de la tierra. Aquí podrás venir de una escapada; pero así es necesario para que no me dejes la causa de la libertad, que ahora necesitamos allá.

Comunicante. –Sobre eso, ya sabía que no me es castigo, porque son algo de mis puntos, hermano.

Maestro. –Congregar, pues, a los libres; que si me quieren ver descansar a mí, que trabajen ellos y unidos trabajad vosotros, porque las voces, la bullanguería que hasta aquí llega, ya sé que sólo es el grito del vencido que no quiere mostrarse; pero...

Comunicante. –Pero hasta ese tendrá que mostrarse y por nada dejaremos de velar. Me acompaña Galdós y muchos más, porque hay un parásito que habría que arrancar porque no llena la ecuación de la matemática pura, mas que en las matemáticas de los amalgamadores... Los demás, sí, él quiere que el progreso vaya a paso de tortuga. Sin él caminaría más ligero; por eso estábamos lejos los hermanos espirituales y materiales de progreso, esperando ser ordenados, quitar el estorbo, que, ahora...

Maestro. –Eso lo trataremos el 9 de Diciembre y en adelante.

Comunicante. –Hermano, ¿me pones en penitencia?... No, yo me la impongo. Sí, hermanos; me impongo no irme de la tierra hasta el 9 de Diciembre...

Maestro. –Sí. No te impongo más que media cuaresma...

Comunicante. –Media cuaresma, ¿Te parece poco largo?...

Maestro. –Sí; pero ahora vamos a hacer venir también a los otros para que te acompañen.

Comunicante. –Obedeceré a mi Maestro que tuve por discípulo.

Maestro. –También para los otros hablo.

Comunicante. –La Escuela habla para muchos y para todos; no para mí solo; en las Cortes hay muchos hermanos que tienen facultades y luego habrá también herrmanas a quienes aún mejor podemos inspirar.

Maestro. –Lo interesante es el triunfo, por que es la hora de la justicia; dar un garrotazo cuando hable un cura o un agrario y todo enemigo del progreso y la fraternidad.

Comunicante. –¿Tú crees que soy Quevedo para pegar?...

Maestro. –Pues pegarán Quevedo y el general Prim. ¡Lástima que Prim esté en una materia chica, pero el espíritu vuela, y Mendizábal!...

Comunicante. –¡Mendizábal! ¡Cómo estaría bien de Presidente! Ese que en aquel siglo aun de cadenas se atrevió con la bestia; pero estaba dentro de la ley. Vaya; yo, que siempre sonrío, me estoy poniendo serio, porque ya me rodean ejércitos de luchadores. ¿Qué importa si hay un parásito dentro del arrodilladero, si hay muchos hermanos de lucha dentro de la ley?...

Maestro. –Ya veréis qué postre le prepararemos el 9 de Diciembre; no te lo imaginas; pertenece a la matemática pura.

Comunicante. –Que sí me lo imagino; y, al contrario, tú tienes algunos problemas sin resolver en lo material...

Maestro. –Es que me interesaba más los problemas de la electricidad, porque eran siempre divertidos.

Comunicante. –Por eso siempre asistí como hombre y como espíritu a todo y no fui nada nervioso, nada de malhumorado, al menos, para los discípulos... ¿Cómo yo había de tener carácter fuerte, siendo yo maestro de mi Maestro? ¡Cuánta sabiduría encierran estas palabras!... Me voy a cumplir mi penitencia. Me voy a cumplirla; hay muchas cosas en las Cortes que no pueden salir a relucir; pero pienso del hermano arrodillado que el que está bien con el diablo no puede estar bien con Dios, y tampoco se puede servir a dos señores a la vez.

Buenas Noches.

José Echegaray.

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