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AUTOFÓNICAS

L. U. 1. –C. S. –E. V.

“En el día de mi justicia yo los confundiré”. Palabras de Jehová a Isaías. Con esto saludo hoy a LA BALANZA. ¿Está o no probada esta confusión en los supremáticos y autócratas?

Huyen de la hoguera que ellos mismos encendieron. Será testigo la ciudad de las nieblas con la histórica Conferencia que es como la Sábana de amortajar el cadáver Dios-Oro, rey de los dioses antropófagos de todas las religiones.

Más tiene el gran significado que el Tribunal Supremo del Universo anota, con esta sentencia. Tan mal hicieron las cosas todas del gobierno de los pueblos, que son impotentes de arreglar y huyen de sus propios delitos. Por tanto, “Ante la Ley Superior, quedan desvestidos de autoridad que se tomaron; han perdido la prueba que se les consintió; se declaran impotentes y queda el arreglo del mundo tierra a cargo del tribunal del plano, sin esperas a cumplimiento de falsas promesas repetidamente, el que, con justicia, implantaré la comunidad de Amor y Ley, que los trabajadores conscientes alcanzaron en derecho fraternal y por méritos de progreso que le han malgastado, los que creyéndose lo que no son, se han dejado decir lo que son. ¡“Imbéciles”!... Y como tales se han mostrado desorientando a sus pueblos y ellos perdieron su línea, que ya no podrán encontrar.

No había sido imprevisor el Consejo Superior: puso donde debía al mundo plutócrata lanzara el S. O. S. y todos lo oyeron y corrieron a los peñaseales de Albión, creyendo llegar a puerto tranquilo sin pensar que ellos agitarían el mar con las terribles olas de sus conciencias encrespadas donde, por su propio efecto, se hizo “la confusión”, último término de la profecía, palabra del Padre Universal que hunde a todos los dioses.

Y si no fuera porque es justo que palpen los efectos de sus desaciertos, y porque debemos preparar y traer lo que es imprescindible y de justicia a donde queda la acción del trabajo de poner a los conscientes en orden de orden, no fuera ya de esperar un instante más el cataclismo fatal. Mas la miseria y la desesperación que en los trabajadores hay, se impone dulcificarla un algo a la vez que se van abroquelando más y también sufren los causantes por su impotencia de evitar su derrumbe estrepitoso. Mas ya no será largo este período, que no es de tregua sino de fragoso trabajo de preparación, y es esta la voz de orden a los trabajadores de todo el mundo, que en amor y justicia damos. “Uníos, comprendeos, hermanos; la justicia del Padre viene a gobernar el mundo, pues hay ola confesión de que no pueden los causantes de vuestro mal regirlo y conducirlo al camino del que lo extraviaron y ni tampoco entenderse, confirmando que, “En el día de mi justicia yo los confundiré”. ¡Dioses religiosos!... Atrás.

E. V.

L. U. 2. –S. –Schuwi.

¡Babilonia! ¡Confusión! Me voy, me quedo. No esperábamos, no, un sainete tan extravagante en la secular comedia de la plutocracia.

¡Oh! ¡Si pudieran hacer que no fuera lo que ya ha sido!... ¿Pero cómo le ocultarán ya al mundo el desastre?... ¡Qué felicidad sería para ellos que el benéfico cataclismo rompiera al mundo para que no sonara más su acusador S. O. S.! Pero ya fue y no puede ser que no sea.

Saben ellos, en su conciencia, que ya están corridos cada uno en su abatido y hambriento pueblo y no pueden evitar la acusación de malversores, porque su quiebra se ha descubierto; deben sufrir las consecuencias de su perversidad, pues no son sólo “imbéciles”. Llegaron al límite en la guerra y debió serles aviso. Han seguido en sus odios y ahora pasaron de lo tolerable. No sólo se cumplieron las últimas palabras de la profecía vieja; se ha cumplido también la nueva, contenida en el “Buscando a Dios” y en lo político, económico y gubernamental de “Los Extremos se tocan”. ¿De qué se quejan? En todos los tonos, formas e idiomas se les habló y se les previno; sufran, pues, las consecuencias de su maldad. Resuciten, disfracen el cadáver de Dios-Oro y sus esclavos los dioses religiosos, y sólo harán sufrir las tristezas del velorio; más ni aún esto se les va a negar; no por ellos, sino porque en él los veladores comen del patrimonio del velado y ahora los veladores es todo el pueblo trabajador. Justicia es esto.

Schuwi.

De orden mayor, no se da el autófono a otros hermanos. Gracias; está bien.

MEDIANÍMICAS

Isaías.

BUENOS AIRES, JUNIO 9 DE 1933

Por la Médium del Consejo

Buenas noches, hermanos míos; que la paz y el amor sea con vosotros.

Hablando, hermanos, estoy de amores, cuando en verdad, en este planeta Tierra “de amores sólo el nombre hay”. Digo de amores sólo el nombre, no porque vaya precisamente a referirme a los hermanos que formáis número dentro de la causa espírita, sino que me refiero al estado general actual del hombre, que existe y que vive su vida material, todo ello, efecto de la época, que, indudablemente, el tiempo que corréis es la época del hombre; del cúmulo de perversidad, de imperfección, de supremacía, que por largos siglos fueron amontonando unos sobre otros, escollos, deseos nunca satisfechos, hasta que ese odio, esa ambición, ese deseo de supremacía, había de llegar al período álgido, para terminar como lo veis vosotros hasta el presente, que no es más que el principio. Los hombres se desesperan en este momento, porque precisamente no han podido detener la caída económica; lo que llaman la caída económica, no han podido detenerla a pesar de todo, pero no han podido detenerla, precisamente, porque la desunión surge entre todas las que los hombres llaman naciones; lo que los hombres llaman pueblo, que en verdad de verdad no son más que 1 o 2 hombres que se han arrogado la representación de esos pueblos, aunque en los pueblos hay otros hombres capaces, pero que por cobardía o por servilismo los haya dejado entronizarse y les sirven de esclavos a ellos.

Hermanos; por este motivo, por esta causa es que existe esto que vosotros conocéis con el nombre de crisis, de caída económica, y no es efecto más que del caos supremático; del odio, del antagonismo, de la desunión; del deseo de ser uno sólo en absorberlo todo. ¿Es uno solo, con un solo pueblo? No; lo que hay es que uno solo de cada pueblo trataron de absorber toda la riqueza, todo el oro, todo el poder económico y comercial. ¡He ahí lo que está ocurriendo, que por desgracia tenéis que sentirlo vosotros! Os hablo de esto, como un ejemplo, para que así comprendáis el por qué de todo lo que veis, de todo lo que tenéis que sentir y sufrir. ¿Pero por qué atemorizarse? ¿A qué dedicarse a intentar detenerlo, si esto es la obra de muchos hombres, de grandes números en la cantidad de millones que pueblan el planeta Tierra?’...

Si los veis vosotros en pequeños sitios donde se reúnen pocos, que cada uno tiende con afán de supremacía, con afán de imponerse, aún con una estúpida ridiculez; es decir, que el ambiente está viciado, que la atracción no es precisamente de aquellos, fraternidad que la ley manda, sino de hombres que no están contrarios en sentimiento de pasión, sino que la atracción es afinidad con la que se atan entre sí, y viene sobre la cabeza de aquellos que mal piensan, en aquellos que mal piensan, atrayendo los fluidos de los perversos, los fluidos de la supremacía; los fluidos de desunión; los fluidos de maldad, que van extendiéndose; que, como el rayo en la atmósfera, se desprende y se refleja en todas las conciencias.

Es así cómo están atrayendo el mal al mal; pero es así hermanos, cómo se estudia el Espiritismo; es así cómo debisteis comprenderlo y buscarlo en estos estudios profundos, en los cuales os habéis de absorber y al que habéis de contraer vuestra atención, y no en triquiñuelas y odios que veis en vuestro alrededor que os han de llenar de pena y de agobio; pero que os sirva también de estudio, porque del mal bueno es estudiar para sacar el ejemplo del daño que produce y que rebota precisamente sobre aquellos que tratan de hacer el mal a sus hermanos.

Hermanos; esta es la palabra que debéis saber, la obra que habéis de hacer es la unión; habéis de estar con la fe y el entusiasmo, en la confianza de la unión que debe existir entre vosotros.

Hermanos; en verdad, la Escuela se fundó sobre estas bases; esas bases fueron las enseñanzas; todo ello, pues, siga siendo de la misma manera. Los hermanos espirituales no venimos entre vosotros, haciendo disparates, haciendo diferencias y privilegios; sino que venimos entre vosotros hablando a todos como hermanos, sin que figure uno más, por tener una condición social superior, sino que en el amor, en el concepto, en el entusiasmo, todos sois iguales, es decir, igualmente considerados y colocados cada uno en su lugar, que el que mejor obre, aquel que mejor siente, aquel que es capaz de amar y de sacrificar sus pasiones, mejor punto se conquista por su propio amor, pero es amor mayor, vuestra unión. Vuestras materias, vuestras ideas son las que os sirven a vosotros para escucharnos y vuestros sentidos para percibirnos, si venís a escuchar lo que nosotros venimos a deciros por intermedio de los mediums. No es solamente esto lo que nos tiene unidos a vosotros, sino algo más grande, algo más hondo, que os había de hacer comprender que es necesario que estéis más unidos que el resto de todos los hombres y asociaciones, en sus recintos y todos los sitios donde se reúnen. Ellos se reúnen en materia, pero vosotros y nosotros estamos unidos en espíritu y materia.

Mas no hablamos sólo a la materia; hablamos al espíritu, que si bien estáis en un estado y nosotros en otro, todos somos estudiantes; nosotros en nuestro interno y vosotros como espíritus nos comprendéis mucho mejor que aquellos que sólo creyéndose materia solamente oyen o estudian.

Es un poco avanzada la hora y no debo continuar para dejar lugar a los hermanos que esperan, pidiendo manifestarse.

Os dejo todo mi amor, mi deseo es que todos estéis firmes hasta el fin, pero que no sean estas palabras escritas en el agua; no, hermanos; al copiarlas sean ellas con tinta indeleble; y sea el reflejo de lo que grabe en vuestros espíritus, en vuestras conciencias, en vuestra memoria.

Mi amor os dejo.

Isaías.

Seim Seim

PALMIRA, F. C. P. AGOSTO 2 DE 1932

Médium: Juan Antonio Pérez.

Os saludo, amados míos, con el amor de siempre, y os digo que me satisface ver que con abnegada vocación realizáis la sesión de esta noche, siguiendo las prácticas acordadas por el régimen de la Escuela Esénica a la que os habéis plegado, como a un ancla de salvación en puerto seguro.

Sí, mis queridos hermanos; dado que la vida que vivís vosotros, los seres terrenales, es babilónica, no queda otro camino a seguir sino el camino de la luz y la sabiduría. Ascendiendo siempre por el progreso infinito, de escalón en escalón.

Donde no hay amor fraternal para cimentar los actos de la vida humana, se produce el gran corto circuito, que produce el caos, el dolor y la miseria, y en esas circunstancias, las leyes inmutables de la creación entran en acción, y ponen el sinapismo donde haga falta, sin miramiento de posición social, casta o raza, y aplastando todo lo  que desnivele el camino de la felicidad fraternal.

Teniendo en cuenta lo que os dije antes, podéis juzgar vosotros lo poco que valdrá el oro al opresor, para cuando tenga que purgar sus faltas cometidas en perjuicio de sus semejantes a quienes esclavizan, después de usufructuar el fruto de su trabajo productivo.

Nadie podrá alegar ignorancia; nadie tendrá un atenuante que pueda salvarle en su situación poco envidiable, si no supo hacer obras que lo dignifiquen en provecho colectivo, porque ya fue vencido el tiempo para la depuración y dignificación espiritual; pero, como ya os dijo el maestro juez, “solo una quiebra fraudulenta tiene la humanidad en su haber”, salvo raras y muy honrosas excepciones de cuentas, se denota en todos los rostros humanos, las huellas del dolor y de la desesperación que causan las aguijoneadas de sus conciencias.

Nadie es feliz y todos tienen un algo por qué penar, y el dolor se acrecienta a medida que se aproxima el final de su estadía en este mundo de expiación en su gran paso a la Comuna.

Se os dijo, por las clarinadas de los hermanos de luz, que el amor al hermano es la base del cumplimiento fiel de la ley del Padre, y bajo ese emblema todos debéis laborar el progreso y la felicidad, hasta que podáis implantar la Comuna de hermanos; pero sabed vosotros que al hacerlo, es obra de todos los hermanos de la tierra, libres de religiones y de parasitismos sin Dioses ni fronteras, ni más templos que la total casa de Eloí, nuestro Padre Común, y que es la infinita creación; no lo olvidéis.

Para obrar la dicha y felicidad dentro de la familia humana de la tierra, para el goce del porvenir, sólo se necesita el trabajo honesto y productivo, el estudio y obediencia de las leyes de la Creación, y el usufructo con economía del producido; eso es justicia.

Para asegurar el bienestar de todos los hombres, se debe instruirlos y preparalos para lo grande, lo bello y lo progresivo, por el trabajo útil; y para el buen éxito debéis todos tratar de destruir las armas, porque éstas destruyen y siembran el dolor y la miseria, a la vez que su finalidad es violar la ley del Padre y es obra del Detractor.

Alejad de vosotros todo pensamiento que pueda turbar la armonía de la familia terrenal; amad el estudio y propagad las enseñanzas que recibís de la Escuela en la metafísica, en forma de que sean aceptadas, a fin de que se propague por toda la tierra y que cada hermano que haga lo que su conciencia le indique, a fin de que por obra de los más se realice el gran principio de aceptación y aspiración de la “Comuna de Amor y Ley”, ya que sólo será en bien y progreso de la tierra toda.

¡Ánimo… hermanos…! Adelante por la senda de la luz, y que el Padre os bendiga y os cubra con su grande amor, os deseo.

Buenas noches.

Seim Seim.

Xavier

PALMIRA, F. C. P. OCTUBRE 21 DE 1932

Médium: J. A. Pérez.

La vocación solidaria, unida al sacrificio común de los convictos, en pro de la verdad y el progreso, os asegurarán el triunfo en justicia.

¿Queréis ver fructificar vuestras siembras?... Cuide cada uno de vosotros el almácigo, en el hermoso plantel humano que el Padre Creador, en todo momento, os pondrá a vuestro alcance, y alentados siempre por vuestras convicciones doctrinarias de sabiduría, siga cada uno, ejerciendo su apostolado, en la firme esperanza de ver coronados sus esfuerzos con la satisfacción del deber cumplido.

Las grandes empresas requieren grandes sacrificios, y el ejemplo os lo han dado con creces los misioneros venidos de Sión, en tantas ocasiones que rindieron tributo de sus propias vidas, en aras del cumplimiento del deber, lo que contrasta con la maldad del ingrato detractor, que no supo apreciar el sublime amor que le brindaba el que pretendiera salvarle del error y llevarle a la verdadera sabiduría.

Pobres hermanos… ¡Cuánta responsabilidad contraída!... ¡Cuántos cargos de conciencia!... ¡Cuántas manchas adipadas a su alma, y que forman su propia negrura y que, a pesar suyo mismo, tendrán que limpiar… con lágrimas y rechinar de dientes; devolviendo en bien todo el mal realizado, y así dándole a su alma el brillo y la luz que debe reflejar todo espíritu progresado!

No es cosa fácil el que un espíritu atrasado pueda apreciar la gravedad de lo malo que haga; y por eso digo que esos pobres hermanos se labran un calvario a su paladar, que sólo lo conocen desde que empieza la regeneración.

Tolera, pero no consientas; derramad vuestro saber en ocasión propicia; abonad vuestra siembra con nuevas inducciones y hablad en forma que todos os interpreten o entiendan. Lo que nuestra Escuela os enseña con contundente claridad.

Dar por grados, perseverar y con fe viva ir todos “Siempre más allá”.

Xavier.

Dante

PALMIRA, F. C. P. OCTUBRE 2 DE 1932

Médium: J. A. Pérez

Pese a quien pese, por la fuerza de la razón será implantada la Comuna de hermanos en la tierra, como un justo acto de progreso.

Pasó la noche y la aurora llegó el amanecer, y es hora del despertar de las conciencias anestesiadas por los odios ancestrales y las pasiones milenarias.

¡Ríase el imbécil!... ¡Tiemble el apocado! ¡Fórjense sistemas el ignorante, y búrlese de la ley el malvado “Detractor” de lo bueno y de lo grande! Mas la fatalidad hará que se cumplan los augustos designios del Creador y será detenida la maldad que por tanto tiempo se ha enseñoreado y vejado a los justos.

Pasaron los tiempos de oscuridad y la radiante Luz de la sabiduría baña a la tierra cegando la vista de los hombres búhos que aún no se atreven a salir de sus toperas infectadas de prejuicios.

Llegaron los tiempos en que en lucha noble será abatida “Babilonia la grande”, que formaron las religiones y sus sostenedores.

Si no os unís por el amor de hermanos la ley os obligará a uniros por el dolor y la miseria.

En vuestros rostros se leen las miserias de toda índole, que sufrís, pero también se lee en los rostros de muchos sus propias desvergüenzas, que los denuncia como culpables.

Si vosotros os consideráis limpios, haced un examen de conciencia de vuestros actos y veréis hacia cuál lado se inclina la balanza de la Justicia.

¿Os queréis redimir?... Abogad por la santa comuna de hermanos… Os lo pide.

Dante.

Demócrito

MEDIUM JUAN ANTONIO PEREZ

¡Bienaventurados los hermanos librados del error y la maldad! ¡Hosanna al ser que supo vencer la resistencia impuesta por los fermentos de las pasiones y odios! Felices los fuertes espíritus que supieron sobreponerse a sus debilidades, y más aún todos aquellos hermanos que, saciados sus instintos, obran al fiel de la ley máxima, que todo lo rige por deber.

Pasados los períodos escabrosos y tiradas sus crisálidas primitivas, obrar el progreso infinito, cada uno en su misión y deber.

A esos hermanos me dirijo en esta ocasión. ¿Os reconocéis en vuestro verdadero estado trino, como hombres en la tierra?... Pues, si es así, mida cada uno las consecuencias buenas o malas de sus propios actos; valore en justicia la obra propia y ajena y busque el defecto para depurarlo en buena ley, con amor, con equidad,k sin olvidar jamás, que cada ser o espíritu es un grado diferente de progreso y perfectible por el trabajo y la virtud.

Unión… mucha unión y paz os deseo, para avanzar en irrompible solidaridad, por la senda de la sabiduría. “Siempre más allá”.

Demócrito.


 

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