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AUTOFÓNICAS

L. U. 1. -C:S: El Secretario L. R.

A LA BALANZA.-

Se recuerda en el C.S. la exposición hecha en 1913 por ti, hermano mío, en aquel balance de la tierra. Hoy adquiere el valor de verdad confirmada. Si, la tierra no tenía ni tiene otro remedio que el cataclismo mayor. No bastan los avisos; no bastan los agobios; no basta ya tampoco la muerte del Dios-Oro, que con sus substitutos de papeles sin valor lo quieren resucitar, pero que sólo serán materia para cubrir de cenizas su sepultura, con el epitafio: “Hambre, dolor, desesperación, sangre y muerte di a los hombres que me adoraron”.Y, en la historia quedará.

Es indudable que el triunfo de nuestra Escuela alegra a la universalidad, de la que es un aula.

Es indudable también que los adherentes comprenderán la justeza de la ley al cumplir punto por punto todo lo expuesto y anunciado y denunciado en libros, circulares y conferencias; pero es indudable también que nos amargan los sufrimientos que los justos, o los sinculpa de tantas miserias y desórdenes en todos los órdenes de la vida terrena, sufrís por la forzosa reflexión, y todos tenemos la vista puesta hacia donde vibra nuestro Padre su amor, esperando su “hágase”.

Su amor de padre ordena a los maestros dar toda clase de avisos; pero los hombres, ni aún con esta tremenda catástrofe que es la boqueada del tirano, dulce y feroz Dios-Oro, que es lo que más amaron los constituidos irracionalmente en castas divinas; razas espurias y fuera de la ley, clases y clases de clases subyugadas por odio y supremacía, en vez de buscar el nuevo camino de la fraternidad en la igualdad de derechos; en la equidad del trabajo y el usufructo; en el borrar de las fronteras; en el libre cambio de las cosas necesarias a la vida, como insaciables avaros, se encierran en los sótanos de sus negras conciencias, guardando, amenazadores, sus tesoros de concupiscencias, única cosa que les queda, pero ya impotentes, porque Dios-Oro, que les daba vida en pago de su servilismo perverso, ya no respira. Murió. ¿Cuándo se dispondrán a enterrarlo?... La mayoría pide ese último acto y sepelio. Mas los dioses religiosos que lo crearon y las castas y clases que adorándolo lo sirvieron, se resisten y quieren vivir aunque sea con el terror del cadáver, con el pánico que su presencia da. ¿Mas quién acallará la voz de los estómagos?... ¿Consentirán que el hambre y la desesperación los arrastre y los sepulte juntos con el terrible cadáver?...

La acción de la justicia vela. LA BALANZA da la voz de alarma y sólo la justicia triunfará.

Por el C. S. El Secretario

L. R.

L. U. 2.- S .-S.S.

El hermano Secretario del C. S. me da el autófono y me viene a la memoria el “Nihil nuovo sub Sole” que los hombres han cantado, y digo: Sí, nada nuevo hay bajo el Sol. Pero sí parecen cosas nuevas cuando, como ahora, revisten caracteres de catástrofe. La muerte de los dioses en un mundo no es cosa nueva, porque en otros mundos antes fueron ya muertos. Aplico este lenguaje, para ser entendido; pero declarando que ni para esos inseres, creados por las pasiones de los seres, existe la muerte. Mas sí el destierro, la trasplantación a mundos donde aún la ley no impone su rigor, por ser sus moradores inconscientes con sus instintos sin dominar y es les de la suprema ley de amor mandar juntos todo lo que es afín. Esto es lo que se está operando, y el Sol, padre en la materia de la tierra, cumple con esta advertencia su deber en amor y justicia.

S. S.

L. U. 2. -Enrique IV

No por clase. No por emperador. Sí por justicia, por reivindicación, el Maestro del

Sol me llama y me da el autófono para saludar y exponer verdades en LA BALANZA, que su vista no me hace temblar, pues tengo en ella “Haber”.

Enrique IV de Alemania, excomulgado y vilipendiado por la impiedad brutal del más bruto de los seres humanos consagrado en plutócrata por los autócratas, no lo veo en la tierra. ¿A dónde lo llevó la Ley?... No es mi querer esta pregunta, indagar sus secretos. Sólo, me dicen, habla del momento presente. Seré breve.

Mi imperio fue moral. Defendí el patriarcado del sacerdote, y la historia es testigo de los hechos.

La moral de mi reinado fue más tarde la grandeza de aquel pueblo.

La Religión no perdona, y Bismarck recordará de documentos importantes del Vaticano a la emperatriz contra Francia. Esta tiene también en sus archivos el odio que el Vaticano sembró en sus hijos contra Alemania, causa por la cual está la vergüenza del 1914.

Triunfaba Alemania; no aplaudiré sus métodos ofensivos, sino que condenaré los métodos de todos. Mas seguían los odios Vaticanos contra Alemania, y hay más allá del mar uno que oye sus pedidos por la sed de oro que lo dominaba y… Norte América se va a Europa contra Alemania, cuya injusticia la ley suprema la señala ayer en Norte América, cuya abultada grandeza es el prefacio cobrado a la sangre derramada por su intervención donde la ley no lo llamó, sino su sed de oro. No acuso. Hago historia y destruyo leyendas.

Ayer se han repetido, aumentados, los hechos de Maguncia en la persona de Enrique IV. Grande es mi dolor, pues por ley amo al pueblo que le tracé caminos de progreso.

Mas se que es la crisis de las enfermedades que parecen incurables; y esos hechos indican una dolorosa operación que se ejecuta en el pueblo, que no puede morir, y entonces, hecho el esfuerzo máximo del plutócrata, vendrá la natural decadencia y… la justicia triunfará. ¿Dónde están Liebneck y Rosa?... Esperemos la hora cercana de las reivindicaciones en justicia y sin venganza.

Enrique IV

L. U. 3. -M. N. y L. U. 4. -M. E.

Comunican que no pueden abandonar sus puestos; pero siguen obrando según las vibraciones que les llegan. Soy su portavoz, y de orden cierro el autófono por hoy.

MEDIANIMICAS

Ismael

Febrero 19 de 1933

Médium del Consejo.

Buenas tardes, hermanos míos. Que la paz y el amor sea entre vosotros.

Bien es, hermanos, que habléis de cosas materiales y humanas, que son, indudablemente, el complemento de las concupiscencias. Y esas cosas divinas de que os habla el “Espiritismo Luz y Verdad”, son, por cierto, justas por ser humanas.

He ahí, hermanos míos, la verdadera norma y camino que debéis conocer del “Espiritismo Luz y Verdad”; no el fanatismo que ve levantarse montañas en la llanura, y que ve inmensos desiertos donde está poblado, y ve multitudes donde está desierto, y que después son inmensos desiertos, porque cada uno está completamente solo para oír y atender cosas fantásticas, y los otros ven inmensas montañas donde está llano, y por eso encuentran todo tan difícil; y, sin embargo, lo único que es difícil y tal vez duro de arrancar, es por cierto, el prejuicio que os rodea.

Aparte de ese prejuicio, está la maldad de los seres, el régimen que han instituido los seres, los hombres para otros hombres; la maldad y perversidad que todo lo presenta oscuro, lo que es claro como la luz. Pero esa perversidad misma que así presenta al espiritismo como un caso de brujería, de milagros y cosas extraordinarias, no es más que para quitarle lo grande y sublime de su naturaleza. Porque no puede existir nada de eso donde está lo razonable, lo justo, lo lógico.

No existe nada sobrenatural dentro de la ley de justicia, dentro de la ley del Creador. Nada existe extraordinario si no es, por cierto, lo que os ofrece la religión católica; una gloria eterna, pudiendo los hombres de la religión dictar la condenación de vuestras almas. Eso es más extraordinario y más digno de mirarlo con temor y sobresalto. Pero no: la justicia del Creador es una y la Justicia Suprema es invariable e incontrovertible.

Y no hay posibilidad de hacer comprender a los hombres que no hay nada más recto que esos supremos mandatos; y por eso, hermanos míos, ello es lo que como mandato de justicia, tenéis los hombres. Sólo para esos hombres, esos espíritus supremáticos que vinieron a poner discordia, odios y antagonismos y poner divisiones en todas las órdenes; sólo para ellos no es el cumplimiento del mandato de esa ley. Cumplen ellos con sus ambiciones desmedidas, pero la ley del Creador es otra; es la ley del bien, es la ley del amor y de la fraternidad humana, y no es la ley del mal, que es la usurpadora del bien de los hombres.

Por eso veis que existen hombres de ideas absurdas y oscuras, que todo lo avasallan y todo lo arrastran, y son los que llevan muchas veces a las multitudes a cometer atropellos, o dejan pasar, por tolerarlos, crímenes y hechos vandálicos; y aquel que tolera, se hace cómplice de la perversidad.

La ley del Creador es amor; y la ley de justicia es la que va siempre a beneficiar al hombre y a los hombres. Eso es todo lo que hace grande, bella y grata la vida, y os lo dicen los hermanos mayores.

No dijo el Creador a los frutos: producid para los que tienen dinero. No dijo el Creador a las plantas y a los que labran la tierra y cuidaban los frutos; producid más para que se haga más rico el rico; ni a la mies; dad más mies a los que tienen una moneda de oro o de lata, según el valor que le quieran dar a esa lata.

No; la naturaleza dijo a los hombres y a las plantas: “producid mejor para que todos mis hijos lo disfruten”. Y dijo a todos de este mismo modo: “Y se criará todo en esta forma para que los hijos del Padre como espíritus y como hombres encontrasen la vida bella y grata; y sería de este modo que las existencias fuesen para progresar y que los hombres encontrasen amor al progreso, a la causa del bien y del amor.

Y esa causa no podría ser otra que el Espiritismo Luz y Verdad, porque es la única que os puede hablar en justicia de la ley del amor, de la ley del Padre, que es para todo el universo. ¡Ah! diría un malicioso: “Los espíritus hablan del Espiritismo”. ¿Y de qué habíamos hablar? Porque hablamos de aquello que no tienen amalgama y que se presenta limpio y escueto; pero no todos los hombres son capaces de comprenderlo todo, no por falta de comprensión, sino porque así les conviene; porque mientras más oscurantismo perdure, más probabilidades tienen de seguir disfrutando de los productos de la ignorancia y sostener los prejuicios, que es donde se apoya la supremacía. Y es por esto que no solamente acatan la ley del mal, sino que la defienden. Por eso, a la ley de justicia, dondequiera que esté, tratan de destruirla. ¿Y quiénes son, sino los que no quieren a la justicia?

Pero no importa; porque la ley y la justicia triunfan en buena ley, por grande, por buena y por bella.

Así, hermanos, habéis de comprender la causa del Espiritismo. Bien sé que en la mayor parte de vosotros sois novatones y no tenéis conocimiento del Espiritismo, de la verdad espírita y de lo que es el Espiritismo. Debéis llevarlo dentro de vosotros mismos, para comprenderlo y ascender, por él, los grados de la infinita sabiduría, y así sabréis si vuestra razón es suficiente para acatarlo de esta manera.

Mi amor os dejo.

Ismael

Versión taquigráfica: M. Muñoz.

Francisco Quevedo

Febrero 24 de 1933

Por la Médium Luisa Díaz

Este es el colmo de la desfachatez.

Maestro: ¿De quien?

Comunicante: ¿De quién va a ser? De aquellos que se pasan la vida cometiendo desmanes, y después cuando se ven bajo el yugo de la justicia, vienen a implorar perdón.

Hermanos; cuando los valientes los veis tan humildes, todos quieren ser valientes, aunque luego tengan que llorar su ceguera. Pero el perverso ya lo hace con intención. Ya lo saben; los perversos no lloran; no, no; el perverso goza y ríe de su perversidad; y el fanático se hunde en su propia rabia, y en su odio busca los medios de vengarse, ya con palabras, siguen el impulso equivocado y, a su modo, todo lo quieren mixtificar. Les queda descripto el modo de los fanáticos religiosos, que son todos ellos. ¿Crees, hermano Maestro, que el fanático, cuando se muestra, está tan adelantado como él está? (1). No; el fanático se muestra y se finge rabioso, se finge ofendido y se finge ignorante. Así os digo que todo es fingido; y si finge, es porque no quiere aguardad razones propias de decirle en su ceguera lo que viniera al caso, porque se creen que fingiéndose ya está todo arreglado. Y además, para que luego digan: aquel gran señor hablaba la verdad, porque hablaba con energía y con fe para descubrir la verdad.

Mas, acaso, ¿no quedan escritas las obras de los grandes mártires? Pero preparadas a modo de su compostura, que todo lo han desfigurado y todo lo han preparado, como digo, a su modo. ¿Pero hay santos religiosos que desean y dicen la verdad? La realidad es que todo el planeta tierra está lleno de odios y ya no podrán negar lo que está escrito, y recuerdos quedan de los que, equivocados y confundidos, buscan un rayo de luz donde remontar la verdad y no han podido hallarla. Y nadie probará negar a Dios, porque se niegan a sí propio; pero si me dan a elegir, pese la balanza como pese, y juzgue como se me juzgue, probará que para negar a Dios, han de ser fanáticos y han de ser religiosos.

Mas dejarlos, porque lo que más le duele al fanático es oír un sarcasmo, una risa en sus propias barbas, en su propia cara, y burlarse de su fanatismo, porque se creen, en su ceguera y seguras palabras, que ya tienen vencido a todo el mundo y a Dios por los pies.

¡Maestro! Repito que mejor será un loco que un fanático; es decir, que mejor vérselas con un loco que con un fanático. ¿Qué te parece, hermano Maestro? -¿Qué quieres que te diga, hermano Quevedo? -¡Ya me conociste!

Claro que sí; si te he conocido hasta por detrás.

Bien dijo mi buen compañero y hermano que bueno es tener ojos; y es verdad, y criticar yo mismo ciertas cosas. Porque ¿hay algo más grande y más importante que extender las alas para expandirlas? Verán por esos puntos grandes, donde hay tanto bello e inconfundible, que no llega esto a la inspiración y comprensión de los fanáticos, que en su ceguera viven rabiando. –Discúlpame, hermano maestro. -No hay de qué, hermano; siempre hay palabras que expresan un sentir. -Sí, pero antes de expresarlo, hay que entrar dentro de un fanático y leer sus pensamientos, que todo es contrario a lo que demuestra. Finge porque se cree que con sus gritos y su carácter fingido, enérgico, ya tiene vencida a media humanidad, y, sin embargo, con un pequeño sarcasmo, sufrirá más que con un trallazo.

Porque no han faltado un Quevedo que haya dicho en su cara a todo el mundo lo que ha sido y lo que es. Y no han podido juzgarle porque Quevedo hablaba en una forma, una palabra que tenía muchos significados.

Llamaban a Quevedo a juicio; se levantaba el juicio y luego se presentaba Quevedo y decía: No, yo lo dije por esto sino por esto otro: y quedaban burlados después de haberles dicho en su cara lo que eran. Y así deben decir todos los hermanos que se han visto como yo.

Por eso, repito, es mejor reírse en la propia cara de aquellos que han vestido su cuerpo de grandes galones y tienen dentro de sí inmundicias putrefactas que infestan a uno y lo dejan muerto. Pero si Quevedo hubiera sido médium, ¿lo hubieran hecho? Podría ser; pero no están los tiempos hoy como entonces.

Maestro: -Mira, te aseguro, hermano Quevedo, quee si estuvieras conmigo ahora como hombre, iríamos a la cárcel por reírnos.

Comunicarte: -Aprended, hermanos, de vuestro filósoffo Maestro y sabed hablar si riesgo ni responsabilidad. Dice el maestro que no debe haber doble sentido: y agrego yo, que ni estéis donde no podéis estar. Maestros, no lo pretendáis ser; más que todo, porque por mucho que sepáis hay muchos que están por encima de vosotros: y muchos hay, que a pesar de sus muchas luchas, pueden luchar sin riesgos ni peligros, porque siempre hay una mano que los protege de sus guías y afines. Y lo mismo digo de todo el que haya atacado la ley y que lucha con verdadero interés de progresar y pagar sus deudas de existencias anteriores y sean fieles a la gran causa de esta humanidad, donde hay odios ancestrales que han de ser extinguido de todo el universo, que está poblado de colinas, y por ellas irán rodando por el mundo de sus afinidades, con los suyos y rogando por el triunfo de sus deudos.

Y aquellos que sólo se arrastran como reptiles, irán a luchar con los de armas iguales, y tal ves querrán ir a progresar y regenerar a aquellos seres que están en los mundos retrasados, que no han querido trabajar en la tierra.

Vosotros, por voluntad y dentro del amor, probad públicamente quiénes son los que quieren cumplir y trabajar. ¿Por qué no tratáis de arrancar los prejuicios? Perdonad, hermanos míos, si de esto algo les toca.

Que la paz y el amor sea entre vosotros.

Francisco Quevedo.

(1) Alude al espíritu que se comunicó por la médium Antonia Tejada.

Enrique IV

Enero 13 de 1933

Por la Médium Luisa Díaz

Buenas noches, hermanos míos. Paz y amor traigo para vosotros.

Vengo a traeros, hermanos, la paz y el amor y el sosiego, que tanto necesitáis hoy los hombres todos, en este planeta tierra.

Estos momentos tan terribles; tan trágicos, que son pesadas todas las obras de todos los hombres buenos y malos; llegó el momento en que la Justicia Suprema está en acción, sin lástima, sin compasión y sin miramiento de nada, más que obrando con el más estricto rigor, la más severa ejecución.

Tiempo era ya, hermanos, que terminara la tregua; tiempo era de decirles ya a los perversos que ya no podrían seguir por más tiempo cometiendo y ejecutando los más grandes crímenes; las más grandes perversidades, que ya en tiempos remotos reinaban.

Por eso mismo, la justicia es todo amor y el amor regará a esa justicia; y todos aquellos que no rasgaron el crepúsculo en que han vivido hasta el día de hoy, serán llevados a aquellos hospitales hasta tanto se curen de sus maldades; hasta que dominen sus pasiones; hasta que sacien sus instintos. ¡Sus instintos! Curarán sus pasiones; aprenderán, estudiarán y rasgarán el crepúsculo; pero tiene que luchar con los de armas iguales!...

Llegó el momento en que Espíritu de Luz podrá caminar con rumbos más fijos; con pasos más certeros; con derroteros más derechos, en que hasta ahora tomó la obra del Espiritismo; no ha muchos días que se recomendaba, que si bien es verdad que si ha venido el hombre a la tierra a traer la luz; a traer el progreso a los seres que viven en la ignorancia, también vienen los hombres malos; los hombres perversos a destruir la obra del misionero.

¿Contaban esos perversos con que nada destrozaban ni matarían? ¿Qué la vida es eterna y continuada y que el espíritu que obra tiene a la justicia con él y no se le pueden poner trabas? Cuando el Espíritu obra dentro de la justicia, es amparado por la misma justicia. ¿Quién se puede quejar de la justicia? Nadie se puede quejar de la justicia, cuando la justicia aún ampara y ayuda a esos hermanos equivocados, malos y ¡perversos!...

No hay que extrañarse que, con mayor razón, la justicia proteja al misionero y a los misioneros que han venido a este planeta tierra a cumplir y a ejecutar una misión.

¡Pero desgraciados de esos seres, para quien tengáis lástima y compasión, que habiendo sido espíritus de Luz, como muchos la han tenido y la han opaquizado, hayan tenido la desgracia de caer otra vez en las tinieblas, influidos por una educación errónea, por una educación errada; por un derrotero torcido! Por eso, hermanos que tengáis compasión, ayudarles con más ahínco para que puedan recapacitar y puedan aquellos seres ser dirigidos en mejor ambiente, mejor educados, y mejor moral y poder ser orientados mejor por aquellos hermanos de misión que vinieron a la tierra.

Ya, hermanos que me oyen, no seréis más desamparados por la Justicia Suprema, que ampara a todos, buenos y malos, sin dejar por eso de ser justicia.

Que la paz y el amor reine entre todos vosotros...

(Aquí el Maestro dirigió unas frases al comunicante y él respondió): Espero. ¡También un comunicado!... Aceptamos que tengan momentos buenos y malos; son momentos que deben mirar lo que hacen; no deben dejarse dominar por el ambiente; deben cumplir las órdenes que se les dan y tal cual tú señalas y las señalan los hermanos que tantas y tantas pruebas de amor han venido a demostraros a vosotros.

Maestro: -Siendo, hermano, tus obras, si no muy justas, equitativas, ¿no podrías hacerlas ahora también?...

Comunicante: -Por ser justo sufrí; por ser justo suffrí persecuciones; por ser justo sufrí el agobio; por ser justo me hicieron sufrir toda clase de dolores; por ser justo sufrí las más grandes persecuciones de los más grandes perversos, que hoy están pagando las deudas que han contraído...

Maestro: -Bueno, hermano Enrique, ¡a qué recordaar ya!...

Comunicante: -No pienso, y he dicho en mi primera coomunicación: han querido engañar a la justicia misma, diciendo que acatan la ley, aquellos espíritus tan malos, que no gozan más que haciendo el mal a sus semejantes.

Donde hay odio, no puede haber amor; donde hay tinieblas, no puede haber luz; donde no hay sentimiento, no puede haber deseo de ayudar; donde hay falsía, no puede haber deseo de cumplir las deudas que tienen pendientes con la Justicia Suprema.

No han podido ocultar lo mismo hombres y mujeres que, sea quien sea su cómplice, se presente con cara de santo ante la justicia de los hombres diciendo que son mejores. Engañan a la justicia de los hombres. ¡¡Y... la Justicia Suprema no castiga; pero no perdona tampoco!!

Hora es ya de decirles a aquellos que creen jugar con la justicia “yo acato la ley”, que miren bien primero si la acatan. Si van a cumplir lo que se proponen, porque estamos en la liquidación de cuentas.

¡Todos lo han pensado! ¿Estorban la obra de la justicia? No se usará más misericordia de la que ellos han usado.

Dejo paz y amor para todos vosotros, hermanos. Me voy con ese hermano que me recomendaste; que no es su dolor más pequeño que el mío, que ya se rasgó el crepúsculo suyo; como bien ha dicho, “si en la cuna no se hubiera envenenado al niño, no sería malo, no reinaría en él las pasiones, ni los vivios”. (El hermano a que alude es Borgia, el Duque de Gandía, que ahorcó a Juanucho).

Yo lo justifico, que no hubiera tanto criminal, obrando y sembrando tanto odio. No todos son lo que aparentan ser, porque al espíritu lo envuelve la materia y ha obrado inconscientemente; lo que no obrarán cuando reine la tan deseada Comuna de Amor y ley.

¡La Comuna! Porque algún día espero formarme un nuevo cuerpo y disfrutar de ella con justa razón, después de tanta expiación, después de tan grandes luchas, después de tanto sufrimiento como he pasado.

Maestro: -El derecho te lo has hecho, hermano; y no hemos de dejar tampoco al que de compañero de ti, el cual te amará.

Comunicante: -El ha esperado orientarse y ser fuertee...

Maestro: -A Juanucho no le duele ya el cuello por la muerte...

Comunicante: -A mí tampoco me duele el cuerpo envileecido, y no se vengará de mí. Aquella escoria no servía para nada; me causaba dolor verla profanada; verlo mostrar todo el lodo; verlo arrastrar en esa forma, porque la materia me había servido para ejecutar la obra que a la tierra me había traído.

Yo era solo luchando en mis tiempos, como un barco que solo navega, a la deriva y que cualquier viento lo hace juguete de la mar embravecida. Yo ha sido así en medio de semejante raza de víboras, con un pueblo ignorante e inconsciente, que hizo causa con aquellos energúmenos que saben engañar ante el mundo; ante los hijos, tan inconscientes; cuanto cabe de santos.

Pero no podrán acallar más ya los misioneros, con toda su justicia, con toda su razón, con todo su derecho han cumplido, ya que también se les ayudaba, pero que les rechinan los dientes, ya que no podrán burlar la obra escrita, ni podrán tampoco continuar con su paciencia hipócrita, más que en los hospitales de sus afinidades, luchando con los de armas iguales.

Paz y amor para todos.

Enrique IV

Versión taquigráfica: Luis Severi.

Ildefonso

SIEMPRE QUE OS AMEIS RECIBIRÉIS LA LUZ DE MI PADRE.

Intuición del Médium F. A. OROPEZA.

Guadalajara, Jalisco. México.

Mucho hace me comuniqué con vosotros y tenía muchos deseos de venir; pero todavía no me tocaba turno.

Disponéis de tan pocos mediums que no es posible comunicarnos todos. Ya llegará día en que se pueda. Mucho estudio es lo que se necesita para despejar esta atmósfera, porque ahora los negros están echando su baba para infectar a todos los librepensadores y a los Espiritistas Racionalistas. Concéntrense en la noche cuando vais a dormir para que no se acerquen esos detractores, pidiendo mucha fuerza a nuestro Padre Eloí. Ya no hay que consentirlos; se les toleró mucho tiempo y ya, ahora, hay que mandarlos al mundo de sus afines, ya que no quisieron someterse a la Ley de Amor que se les expuso; y ahora ya no son deseables; aquí, a trabajar y ordenar vuestros archivos para cuando se os llame. No estéis estáticos. Ya las recomendaciones que hacéis serán como indicas y pronto será cumplido. La misión que traen todos vosotros es implantar la Comuna de Amor y Ley y encauzar a esa nueva generación o sea a los hijos de la Comuna. Ya no reflexionéis tanto y tomad cada uno vuestro papel según las aptitudes; unos serán dirigidos y otros los directores. Mas siempre es bueno estudiar y mayormente cuando se sabe que un porvenir bueno nos espera. Ya es tiempo y verán como todo cuanto se os ha dicho es cierto. Escucho que se os recomienda que no desmayéis.

Cuando lo creáis conveniente, pueden mandar estas comunicaciones al Maestro Fundador, Joaquín Trincado, para que llame al hermano y así ver estas comunicaciones; ya, cuando acusa esa comprobación, que el médium sea detenidamente examinado, y ya así podrá seguir en la Escuela y la duda se acabará. No por esto dejará de recibir comunicaciones mientras llega la contestación, porque es el único por quien podemos comunicarnos por ahora. Ya, después, habrá más fluidos y cumplirán todos con su deber.

Siempre que os améis, recibiréis la luz del Padre Eloí.

Ildefonso.

José de Arimatea

Razón, Justicia, Sabiduría y Amor os deseo.

Mucho se ha hablado de la Justicia y nadie la comprende. ¿Qué no ven que ella obra cuando es necesario? Dejad a que ella obre y la Justicia obrará. “Todo lo que estorbe será quitado”. Ya es tiempo que se vayan fijando en nuestras lecciones, pero también ejecutando lo que se ordena.

Ya no tenemos tiempo que perder, porque los tiempos son llegados. ¡Trabajad, obreros del porvenir, y no hay que cejar un ápice! Yo siempre os traigo nuevas, y pronto la Comuna será, porque está en la Ley. Preparad vuestras trincheras, porque pronto será nuestra Comuna.

Que siempre os halléis armónicos para el estudio. Siempre que no haya riña, habrá cosas nuevas a vuestro favor.

Que nuestro Padre Eloí pronto vea que sus hijos se comunizan.

El hermano de José.

José de Arimatea.

NOTA: -Conozco los estilos y filosofía de loss maestros; y en la ocasión presente, el dictado es de los firmantes Ildefonso y José de Arimatea. La duda, en los hombres rectos, se desvanece en cuestiones de sus mediumnidades, examinándose en la “Ley de Mediumnidades”. Si el médium está dentro de las condiciones exigidas en la ley y conforme al “Laudo de Rigor”, debe estar seguro de sí mismo. Además, cuando ya ha experimentado, como en el caso presente, los fluidos de esos maestros, los conocerá siempre. Pero sobre todo ha de ponerse a entera disposición y no vacilar en transcribir la intuición fielmente.

Por las anteriores comunicaciones, reconocemos buena la facultad y las condiciones del médium intuitivo Francisco Ávila Oropeza, que esperamos cumplirá.

Joaquín Trincado.


 

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