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AUTOFÓNICAS

L. U. 1 C. S. -E. V.

A. “La Balanza”. - Aún cuando es cosa ficticia la división del tiempo porque el tiempo es uno sólo interminable, por lo que representa para el orden de la vida de los hombres y sus progresos, el C. S. del gobierno de este plano, saluda a los hijos de la tierra, nuestros hermanos. Contáis, de una Era apócrifa 1932: “LA BALANZA” sabe por la E. M. E. de la C. U., y lo dirá a los hombres, que sigue el “Año y Día” de liquidación. Que a la oposición a la Ley Suprema que hacen la cruz y la espada, la Justicia indomable, responde con su acción dura y cruda. Sólo lamentos llegan aquí de la Tierra; pero ríos de sangre vemos en todas partes; la desolación, la miseria, el vicio y el odio, ciegan a los hombres en todas las clases, porque hay clases creadas por la supremacía brutal de los dioses religiosos y no son de la ley de igualdad que impone la justicia; por lo cual, no es aún posible oír los lamentos de los que sufren los reflejos de las injurias que han consentido por su ignorancia en muchos y por la maldad de otros. Más ya, en “LA BALANZA”, vemos mayoría de redimidos y liberados por su propio esfuerzo, y por ellos, en su defensa, la justicia obra en rigor esas catástrofes y plagas, porque, a mayor pobreza y a mayor dolor y a mayor impotencia de la supremacía, menores son los hechos de la perversidad de los falsos Dioses y sus esclavos. El remedio a estos males que sufre esa humanidad terrena, es este: “Basta. de cruz y de espada”. Esparcir el amor del C. S. con la bendición del Padre para quienes la puedan recibir.

E. V.

L. U. 2. S. –M. de S.

A “La Balanza” por E. M. E. de la C. U. - También y por deber, este Consejo del Sistema que lleva a la tierra a través del tiempo u del espacio, os saluda y hace suyas las declaraciones del C. S, nada halagüeñas para el momento, pero llenas de segura esperanza, para muy luego. Yo, desde este observatorio os veo muy de cerca y, a ratos me tapo la cara para no ver esas acciones de fieras ejecutadas por hombres. Sí; es verdad y ya era hora que se dijera por quien no puede equivocarse “basta de cruz y de espada”.Yo, más material que aquel, digo; basta hermanos de deshonor, y de esclavitud, de odios, de supremacías y de miserias, sólo causadas por la cruz y la espada; o lo que es lo mismo, por el Altar y el trono y... ya pocos van quedando. ¿Dónde, pues, está la omnipotencia tan cantada del Dios de los ejércitos?... Esa era tan verdad, como las manchas del Sol y quemarse el Sol. Razón, hermanos, razón. Ya las treguas han terminado. La Escuela a la que el Universo pertenece en cada mundo, os ha dado el axioma que anula el dogma y, “LA BALANZA” os pesa en el más justo fiel. Si “sólo obras” recibe, obras hacer por fe. ¿Cuándo visitaré a mi hijo... “Tierra” que llamáis, que no vea cruz ni espada más que en los museos?... Entonces tendréis paz y pan; ciencia sin vacíos, alegría en el progreso, fraternidad y amor por la ley y... esto es ley. Amor, amor, amor y saludos de todos los mundos mis hijos vuestros hermanos os traiga y dejo, en mi bendición de padre en lo padre en lo material.

M. de S.

L. U. 3. El M. N. -Amor

A “La Balanza”. - ¿Hago bien? ¿Hago mal? Las dos cosas. Esto es divertido. Si soplo y saco las aguas del mar para barrer suciedades, unos, culpan a los que no creen las falacias religiosas, y éstos, culpan de su malestar a las falacias religiosas. Si muevo un grifo de mi laboratorio para expeler la demasía de gases pútridos y las escorias del horno, avisando, con nobleza, para que se vayan del peligro, como gatos se agarran a la carne, a sus bienes que no pueden ser suyos, sino de todos. y, ¡Qué remedio me queda sino alcanzarlos con las escorias, cenizas o hechas caldo abrasador? Otra vez culpa de los sin fe en Dios y ese vengativo, castiga con crueldad. Los otros bufan contra ese cruel y... allá van los santos a la hoguera y corren como a perros rabiosos a los frailes. ¡Qué divertido es esto! “Son obras del Demonio”, dicen unos: es la justicia en acción digo yo, “Es por culpa de las religiones” dicen otros. Es culpa de los hombres todos, dicen vuestras obras y lo afirmo yo.

Cuando la Balanza pendía de una espada, la espada no podía hacer fiel, porque la supremacía tenía que tenerla de la Cruz de la empuñadura y pesaba a los hombres, puesta la punta sobre la cerviz; el hombre, no ha sabido que punto marcó el fiel, porque la espada, en vez de fiel, servía de base a la supremacía. Basta pues, de cruz y espada y penda la balanza del punto neutral, en libertad.

Yo, seguiré obrando los hechos de la Ley evolutiva que el Creador me entregó, y seguiré divertido de las niñerías de los hombres, a los que en amor, Amor les dice: ya mi compás está cerrado punta con punta y no puede medir más. ¿Quieren los hombres sufrir más? Sigan odiándose como hasta hoy. ¿Quieren empezar a ser felices?... Amense como hermanos. Hasta entonces, mi acción es de justicia correctiva, después de justicia también, pero de amor complaciente.

Dejo mi punto en “LA BALANZA” como lo impone la justicia que en su mayor rigor es amor.

Amor.

L. U. 4. E. -Dicha

A “La Balanza” - Desea dicha, Dicha: que tiene la desdicha de tener que trocar las dichas en desdichas. La rarificación de la atmósfera, por los pensamientos torbos, los odios y los vahos de la sangre derramada, con las negruras que de los vicios, pasiones h concupiscencias que se elevan a la atmósfera, truecan en granizos y heladas las lluvias, y los céfiros salutíferos, se convierten en ciclones desvastadores. Más no ven las causas, porque son perversos los que tienen el deber de velar, aún los trabajadores para quien en su favor la justicia obra su acción, no se fraternizan en el dolor y, aun hay que hacerles sentir, si cabe, mayor rigor, para despertarlos del letargo. Mi hermano y colega Maestro de la naturaleza ha dicho como se culpan los unos a los otros y sólo tengo que confirmar esas verdades. Esperamos que “LA BALANZA”, en sus pesadas, podrá poner en camino de la justicia a esta humanidad rebelde, para que acaben las desdichas pues ya ansío ser su dicha.

Dicha.

MEDIANIMICAS

Tomás

Por la Médium del Consejo, el 31 de Octubre 1932

Mi amor traigo para todos, pero ¿quién responde con el mismo amor? ¿Corresponden todos a la gratitud que es lógico que se manifieste por el amor recibido?

Hermanos míos, quiero hacer constar que no es para mí, para quien reclamo esa gratitud que echo de menos. Pero como parece condición humana la ingratitud, es por lo que me lamento, de que no haya correspondencia de amor en el amor recibido.

Y como mi intención, no ha sido más que reclamar un poco de gratitud para quien amor se debe, me retiro para dejar lugar a otro hermano, que os expondrá sus puntos de vista, sobre lo que el Maestro acaba de indicar.

Dejo mi amor para todos y pido amor para los que os traen sus amores y sabiduría como gratitud a ellos.

Mi amor os dejo.

Tomás.

José Echegaray

Hermanos míos; paz para todos.

Como acaba de indicar el hermano Tomás, voy a exponer mis puntos de vista, sobre la vida eterna y continuada; vida, que quisiera que vosotros la entendierais así, llena de dolores, llena de vicisitudes, llena de lodos, que son las zarzas del camino y que llevan en sí los ayes dolorosos que os producen sus pinchazos, que al fin y al cabo, son, consecuencias de vuestros propios errores, en épocas pasadas.

Suponed, hermanos míos, que hemos nacido de nuestro Padre el Creador, que con sólo recordar esto, sería bastante para compenetrarse, de que, siendo hijos del Creador, no podíamos por menos que ser eternos como él, grandes no como él, pero sí tan grandes como nos propongamos serlo; y sublimes también podemos ser, porque tenemos la sublimidad por nuestro progenitor; de modo que, con lo dicho, basta para demostrar que la vida es eterna y continuada.

Ahora bien, si la vida es eterna. ¿Cómo decimos “Día de los Santos” y “Día de los difuntos”? Santos, no conozco a ninguno, si no es como antes he dicho, la santidad que llevamos de nuestro progenitor.

¿Y los muertos, dónde están? Si nuestro Padre el Creador, es eterno, como eterna es su obra, ¿cómo nosotros siendo sus hijos, hemos de estar muertos? ¿No se dice en lengua vulgar, que de tal palo tal astilla? Pues entonces, si hasta en esto se demuestra que la ley es una, ¿cómo se entiende que nosotros siendo hijos del Creador, vamos a estar muertos?

Hermanos míos estoy dando vueltas y no encuentro ni santos, ni muertos; santos, porque ninguno lo demostró en sus obras, y difuntos, porque no los encuentro por ninguna parte.

He recorrido grandes nebulosas, recorriendo todos los mundos de sus sistemas, y en ninguno he encontrado ni muertos, ni santos; sólo he encontrado mundos de más o menos progreso; mundos que su luz, inunda toda su órbita y transmiten su luz a mundos menores en progreso. Mundos que están en un estado gestativo, mundos que están en plena evolución, mundos que se preparan para pasar de un régimen de supremacía, a un régimen de fraternidad. Mundos que por su progreso, son padres de sistemas, mundos que aún van ligados por el cordón umbilical a su progenitor, y en todos esos mundos, no he visto ni santos, ni muertos. Y no me refiero solamente a los hombres; me refiero también, a todos los reinos, desde el mineral, hasta el reino animal; y desde la planta más rústica, hasta la flor más delicada. Y en ninguna parte he encontrado la muerte ni los santos.

Y entonces, hermanos míos, si no he podido encontrar ni lo uno, ni lo otro, ni la muerte ni la santidad, ¿de dónde salieron estos entes, estos fantasmas de la devoción y el terror? ¿De dónde han salido estos hombres, que, en los unos encuentran los perversos un cómplice que les perdona todas sus faltas, y en los otros, el terror para entrar en la sumisión incondicional de los hombres que se anulan, al arrodillarse ante los que le infunden terror?

Y si esto no salió de la ley, porque la ley es amor y justicia, ¿de dónde salió tanta maldad? Porque no ha sido más que la maldad de los hombres la que ha hecho estas invenciones en perjuicio de sus semejantes.

¡¡Religiones!! ¡¡Religiones!! ¡Cuánta culpa os cabe en el hoyo que habéis cavado para la humanidad! Pero he querido llegar a estas conclusiones, para demostraros que no existe más, que la vida eterna y continuada, mundos de luz y de tinieblas, espacios interplanetarios que sirven para señalar los derroteros de los mundos que corren por el infinito universo; nebulosas con sus miriadas de mundos, centros de amor y de progreso, donde el amor es el ambiente, donde la justicia ejerce su acción, donde la fraternidad es un hecho, donde el hermano ve en su semejante al hermano, y donde el padre goza viendo a sus hijos leales, amorosos y buenos, que cumplen con su ley al unísono de la armonía de todo el universo.

Hermanos míos; de todo lo expuesto, he querido manifestar el error de las religiones, que son, las culpables de estas dos plagas, que han sido la causa de todos los males de la humanidad: los santos y los muertos. Y digo estas dos plagas, porque si en el número de santos hubo algunos hombres que fueron justos, no fueron santos; y los muertos, que sembraron el terror entre la humanidad, ha sido la causa de este terror, porque las religiones dejaron para esta etapa de la vida, el infierno para todo el que no se sometía a su yugo.

De modo que, sintetizando os digo, que en el infinito universo, sólo hay amor, sabiduría y tinieblas.

Buscad lo primero, que os llevará de la mano a lo segundo, y estudiad y ser leales y amorosos para salir de las tinieblas de la ignorancia.

Mi amor os dejo para todos. Vuestro hermano que os ama

José Echegaray.

José Echegaray

Por el Médium M. Muñoz.

Buena tarde hermanos míos. Paz y Amor para todos.

He dicho en mi anterior conferencia que no había encontrado en los mundos que he recorrido del infinito universo, que no había encontrado la muerte, ni la santidad, y particularizando más, ni los santos ni los muertos.

Hoy digo, que no sólo no he encontrado la muerte ni la santidad, sinó que tampoco he encontrado la injusticia. Con frecuencia, oímos a muchos hombres que se lamentan de su mala fortuna, y por que les ocurren tales y cuales accidentes considerándoles haber nacido bajo una estrella fatal, cosa que lejos de ser injusticia como ellos lo llaman a estos hechos, es absoluta justicia de necesidad, o ley fatal, según los dictados de la justicia. Pero llega un momento en que los hombres reciben como una bendición una ola de buena ventura, una ola de bienestar, una ola de bienes materiales, que los hombres traducen en felicidad, pero que esa felicidad, bien pronto se trueca en desgracia, tedio fastidio, sin satisfacción y por último, en una constante desesperación, que no tarda, en muchos casos, en llegar hasta el suicidio.

Ya véis, hermanos míos, que os he expuesto los casos más extremos, los dos polos más opuestos, el uno el en que el hombre se lamenta y clama a la justicia porque cree que todo lo que le sucede es una injusticia, y en este estado llega, hasta creer que el Creador y las leyes que rigen el Universo, son injustas, y que por lo tanto, parecen que están hechas para martirio de los hombres.

Veamos el otro caso, el polo opuesto a la pobreza, el antagónico de la clase proletaria; al hombre en el estado de abundancia, en ese estado en que el hombre se cree feliz, porque dispone de medios de subsistencias, no ya los necesarios para la vida, sinó un grado más, que le sobran medios y bienes, para adquirir lo superfluo y hasta lo inútil.

Antes de seguir adelante, quiero que mis oyentes, que tienen la bondad de escucharme, por lo cual les estoy sumamente agradecido, tengan presente, repito, que el primer caso que he citado es el hombre en estado de pobreza, el hombre en el estado precario, el hombre sin recursos, y que considera su vida desgraciada por esta falta de recursos, por la escasez de bienes de fortuna, que cree, no sin una razón aparente, que todos estos sinsabores y vicisitudes, hacen su vida desgraciada.

Entended que si este estado de cosas hacen a un hombre desgraciado, la felicidad, necesariamente, debía estar en el lado opuesto; es decir, en el hombre que hemos imaginado, pero que es real; en ese hombre pletórico de bienes, de fortuna, que le sonríe la felicidad porque nada le falta, de todo tiene en abundancia, medios de vida, lujos y todo cuanto puede desear una imaginación caprichosa y veleidosa.

Pues bien, a este hombre nada le falta, este hombre alcanzó todo cuanto se proponía en su imaginación egoísta y materialista, y sin embargo, han visto que estos hombres, viven martirizados por el tedio, la fatiga, la insatisfacción, el no saciamiento de sus aspiraciones, llegando hasta la desesperación y muchas veces al suicidio.

¿Cómo podemos entender que ni el uno ni el otro sean felices, cuando los dos son polos opuestos y por lo tanto, si el uno se considera desgraciado, el otro que está en sentido opuesto en posición económica invertida, debía ser absolutamente feliz y por el contrario, si el uno se cree desgraciado, el otro se suicida, porque cree que no hay mayor fatalidad que la suya en todo el planeta?

¿Qué quiere decir todo esto? ¿Será que el primero tenía razón? ¿Será que la tiene el segundo? Quizás alguno dirá que en un tercer estado, en un término medio estaría la felicidad; pero la experiencia nos demuestra que los términos medios adolecen de la falta de uno y de otro extremo y que por lo tanto, no es éste el estado de la vida, la posición que hace al hombre feliz. Pues bien, hermanos míos, la felicidad que el hombre busca, no puede encontrarla ni en la pobreza ni en la más fastuosa riqueza, porque si la una traduce el sufrimiento, la otra, generalmente, produce cargos de conciencia, porque el hombre no hace el uso debido de aquello que la naturaleza le dio tan pródigamente, y esto, hermanos míos, es una nueva carga para el espíritu que necesariamente le hará infeliz, y, corta su existencia, porque ve, que en su desenfrenada carrera irá irremisiblemente a la caída, sin hacer obra de provecho.

Veamos por último el otro caso, el caso del obrero sin recursos, el obrero que no encuentra lo necesario para la subsistencia, el que clama contra la injusticia, porque cree que hasta la creación va contra él, y este hombre que se lamenta; este hombre que clama contra Dios y los hombres, está haciendo la obra de regeneración; o sea, su propia obra, su propio sendero, su propia dignidad, su propio progreso, y su propia sabiduría.

Pero he aquí, que he presentado a dos hombres, he presentado dos estados de una existencia, y ahora os voy a decir lo más grave, pero lo más grande, lo más verídico, y es que, aquel potentado que hemos visto nadando en los placeres de la vida, aquel que puso fin a una existencia porque el fastidio lo acosaba, aquel, es ese obrero que hemos visto clamando contra Dios y los hombres, porque se creía el ser más desgraciado del planeta.

Y diréis ¿cómo puede ser el mismo hombre? Sí hermanos míos, es el mismo espíritu que viendo aquella existencia perdida pidió, en justicia, una nueva existencia, en una vida de trabajos, sufrimientos y de privaciones para adelantar el tiempo que perdió en aquella existencia que nadaba en abundancia.

He aquí porqué dije que no existía ni la santidad, ni la muerte, ni la injusticia. He dicho.

Vuestro hermano que os ama.

José Echegaray.

Ismael

Por la Médium del consejo

Buenas tardes hermanos míos. Que la Paz y el Amor sea entre vosotros.

Breves palabras os voy a decir, en atención de lo que ha de deciros otro hermano, para señalaros el camino del deber y dejaros abierto el libro de enseñanzas.

Porque muchas veces os preguntáis en vuestro propio yo, ¿porqué ocurre tal o cual cosa?, y encontráis la respuesta en vuestro doble yo, en el Espiritismo, al que muchos tomaron como curiosidad, y como tantas veces y en tantas cosas os parece que vais desorientados, creéis que disienten de cómo lo han sentado.

Precisamente, esto desaparecería, si estuviera en vosotros el estudio; si hubierais estudiado desde el principio, que es como se debe estudiar el Espiritismo.

Por desgracia, el principio espiritualista y la amalgama religiosa, al adiparse lo de todas las religiones, trajeron como consecuencia el desequilibrio de las ideas puras, aquellas que renuevan las ideas de los seres, que habrían de recorrer el velo de toda la humanidad y enseñar los nuevos rumbos que partían de aquellos hombres que admiráis como perfectos, como sabios y como enseñadores de la humanidad del planeta tierra.

Descorrer el velo de cada uno, recoger pensamientos y explicaros la verdad que la moral nos enseñó; pero a fin de que no fuesen así vertidas, muchos las desligaron de su origen y dijeron con los labios y hablaron a voz en cuello, pero que todos los desfiguraron en la conciencia de los hombres.

Así y por ello, se impuso el conocimiento en la verdad del principio del Espiritismo Luz y Verdad. Entonces, si así estudiáis, aprenderéis el camino, recorriéndolo sin tropiezos, sin esas preguntas que os hacéis en vuestro propio yo, que susurra en vuestro espíritu y que no es precisamente el guía, sinó que está en contraposición con él, para sugerirnos la duda que mata, que detiene, y que no es por cierto el mejor fin, ni el mejor aliciente.

Y diciendo esto, me retiro para que hable este hermano, al que acabáis de escuchar.

ISMAEL.

Florentino

Hermanos, Paz y Amor sea entre vosotros.

Paz y Amor es la base de la gran humanidad. Paz y Amor que es la base y el principio por el cual los hombres habrán de aprender el camino verdadero.

Si no existe en la obra de los hombres la Paz y el Amor, es inútil que busquen todas las orientaciones, es inútil que hayan de concentrarse dentro de su propio yo.

La paz del alma, la paz del espíritu y la paz de la conciencia, es la base de un amor pleno, por el cual se emprenden las más grandes obras, que se ven coronadas por el triunfo. Sí; el hombre que emprende obras y no lleva como caudal esta base, esta paz del alma y del espíritu, no podrá llegar a tener esta grandeza y encontrará siempre grandes inconvenientes. Y aquel que se ve con la voluntad de la justicia, aquel que encontrará todos sus enemigos, no será jamás vencido, aunque tenga que luchar con ellos denodadamente.

Por eso, hermanos, es necesario llevar todas las obras con verdadero amor, con todo desinterés pecuniario, sin interés banal y sólo por amor a la obra, indudablemente triunfaréis. Pero no han de ser esos triunfos que los hombres esperan en la vanidad, esos triunfos de la bambolla. Yo os hablo del triunfo del ideal, el triunfo que todos llevamos en la grandeza de nuestro ser, y tenemos que llevar como primer bagaje, la nobleza, la sinceridad y el amor.

Se discutió mucho por los supremáticos que quisieron poner como empíricos a los hombres que se habían llamado a estudiar, a todos los que habían llegado a ciertos estudios. Pero los hombres de ciencia que surgieron, ya como Pasteur y Pascal y, los que pasaron desapercibidos como hombres, los encontramos en el espacio con un solo espíritu. Pero espíritus, que si pudiesen brillar materialmente, cada uno de ellos brillaría como una estrella. No como una estrella, sinó que cada uno de ellos brillaría como uno de los astros mayores que admiráis, y esto hace que os sintáis pequeños y desapegados a este ideal grande, que vosotros habéis tenido la suerte de encontrar y comprender. ¿Por qué? Porque es espiritismo. Sí, hermanos, todos los ideales grandes, bellos; todos los ideales nobles, son espíritu. Todas las esencias puras, emanadas del amor a las ciencias, es espíritu. Todos los científicos y hombres que obra han hecho a la humanidad, son espíritus.

¿Y sabéis por qué? Hermanos, es porque todos cumplimos la misión de nuestro propio espíritu, porque todos venimos a hacer obra y queremos cumplir.

Si otros claudicaron y fueron vencidos por la vanidad humana antes de haber empezado la obra, no es por cierto, porque estuviese en ellos, no; sinó por cobardía, unos y por acomodaticios otros. Y así, hermanos, cuando se encontraron ante los grandes hombres, se admiraron.

¿Pero qué tiene que ver Pasteur y Pascal y cualquiera de los otros hombres? ¿Qué tienen que ver con el espiritismo? ¿A qué poner estos hombres, y qué tienen que ver ellos con los espíritus? Sí hermanos, hay que ponerlos aquí, porque: en la obra común y solidaria del universo, ellos como todo, es Espiritismo.

Y vendrán los científicos y los sabios de bambolla, a preguntarnos demasiadas cosas; porque está hecho esto de una manera o de otra; y si nosotros no le contestamos, dirán que, “eso de los espíritus no es verdad”. Y nosotros diremos, ¿dónde estaría la obra de ellos y el cumplimiento de la misión de cada uno de ellos? ¿Y con las enseñanzas recibidas, qué harán? Lo que han hecho con los aeroplanos, con los gases asfixiantes, con la química y la física y lo que han hecho con todas las generaciones de la humanidad: La degeneración que se ha ido infiltrando fatalmente, en toda la humanidad, en la vida de aquellos que no nos encontramos en las grandes ni pequeñas guerras, ni encontrándose, en aquellos vicios y pasiones.

¿Y sabéis por qué? Porque los hijos de aquellos degenerados y corrompidos, fueron y buscaron a los hijos de los obreros nobles y puros de sangre y de conciencia. Y los buscaron para sanarse y asimilarse a costa de ellos, y entonces las impurezas de su cuerpo, de su ser, de su conciencia, de su alma y espíritu, se adhieren y se mezclan en la sociedad del obrero para infiltrarle su virus, pero ellos, tratarán de absorber la sangre pura del obrero, la ciencia y la conciencia pura sin perversidad, sin prejuicios, sin doble intención.

Mas, hermanos, perdonad que me voy extendiendo por los campos del pensamiento y la realidad, y ya sea en espíritu como en materia, en el espacio como de hombres, todos tenemos un lado flaco, y yo me he dejado llevar por éste.

Os he hablado de cosas científicas y profundas. Y he dicho mal, porque, ¿qué hay más científico que el Espiritismo? Pero acaso no sea esto de interés primordial, pero como ya tenéis sentado en esta escuela que las ciencias son hijas predilectas del Espiritismo, yo os he hablado de ello porque todo lo que es bello, bueno y de sabiduría, todo lo que es talento y todo lo que os han señalado rumbos buenos y más altos, todo es obra del Espiritismo, del Espiritismo Luz y Verdad.

Bien es verdad que las obras son de Espiritismo aunque ellas sean malas, pero estas, son las de los negros de hollín, llenas de pasiones, llenas de lacras de su propia perversidad.

Y así, hermanos míos, cuando os pregunten ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Ya lo sabéis, la tiene todo, como os hemos recordado; y recordamos, no solamente el placer, sinó que experimentamos la vanidad del hombre que se ve halagado por un alto grado.

Siempre estaré con vosotros; siempre he estado donde está lo más grande y lo más bello. ¿Y qué mejor lugar que donde están los hombres de grandes y nobles deseos y grandes aspiraciones?

Mucho tendría que deciros, mucho tendría que extenderme, y no debo abusar ni hacer esperar a otros hermanos.

Pero os debo decir, que todo lo que existe, y la corona de las ciencias, como también la base de la sabiduría es el Espiritismo Luz y Verdad, que es, la base de todo.

Que la paz y el amor reine entre todos vosotros.

Buenas tardes. Firmaré hoy

FLORENTINO.

Por fin; Juanucho y su amigo se encontraron; siguen el mismo camino y se dirigen al mismo fin, inseparables de la Verdad, pero se encuentran como antes, a la hora de la gran batalla, pesándose en “LA BALANZA”


 

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