Otro usuario le preguntó a Sebastián "¿por qué la llamaban "la señora de los besitos"? A lo que él contesto: "Mi mamá dice que cuando me preguntó le dije, como si fuera obvio, "pues porque da besitos..."
2.LA NIÑA DEL ESPEJO.
Shana era una chica vanidosa, fastidiosa con sus amigos, y le gustaba
hacer bromas pesadas. Una chica de muy buen ver, que tenía una fijación
con los espejos, no podía estar sin mirarse en uno. Un día se le ocurrió
jugar una broma a sus amigos de la escuela. Decidió retar a sus
compañeros a visitar una casa abandonada. Esta casa ha estado abandonada
desde hace mas de 43 años, fue la última vez que fue habitada, ya que
cuentan historias de la desaparición de personas.
Como toda casa abandonada, esta deteriorada, sin luz
eléctrica, la maleza crecida, apenas quedan algunos muebles empolvados y
en mal estado. La casa tiene dos plantas y un ático, el cual esta
cerrado y nadie ha podido entrar desde los últimos inquilinos. Era el
escenario perfecto para las bromas de Shana... ella pensaba llegar antes
de que sus amigos llegaran para colocar bromas en la casa y poder
disfrutar asustando a sus amigos. La cita era a las 12 de la noche, así
que ella se quedo sola una hora antes, para preparar todo.
Shana gozando adelantadamente de su diversión a costa de sus amigos,
maliciosamente colocaba todas sus bromas por toda la casa. Termino la
planta baja, y seguía en la parte alta de la casa, y aparentemente había
terminado.
De pronto miro al fondo del pasillo, oscuro… se escuchaba el rechinar de
las ventanas con el viento, en el silencio de la noche, cuando de
pronto vio un brillo por debajo de la puerta, un resplandor que despertó
su curiosidad, y poco a poco se fue acercando a aquella puerta,
sigilosamente tomo la perilla de la puerta y empezó a abrirla… cuando de
pronto… sintió un cosquilleo en los pies y al mirar hacia abajo vio
unas ratas corriendo sobre sus pies… lo cual provoco un grito y un salto
inesperado en Shana… y de pronto la puerta de aquella habitación se
abrió lentamente, produciendo un sonido espeluznante.
Al entrar despacio a la habitación del fondo, pudo notar que fue una
habitación para una niña, por la decoración, habían muñecas llenas de
telarañas y deterioradas, un oso de peluche sobre una cama vieja, ya se
encontraba negro de la suciedad y carcomido por las ratas del lugar,
pero en una esquina resaltaba un inmenso espejo, el cual Shana no pudo
resistir ir a mirarse. Dejo aun lado sus cosas, ya solo le faltaba
colocar trampas en esa habitación, y sin pensarlo automáticamente empezó
a posar en aquel espejo… de pronto, un viejo reloj empezó a sonar… a
dar campanadas… ya eran las 12 de la noche en punto, lo cual genero
desespero en Shana y volteo hacia la puerta pensando que ya los
invitados estaban por llegar. Al volver la cara… frente al espejo quedo
postrada, petrificada por el escalofrío y el miedo que sintió al ver el
reflejo en ese espejo… la habitación se torno helada, bajo de
temperatura en un instante… lo que Shana tenia frente a sus ojos era el
espíritu hambriento de una niña que habitaba en espejo, la cual con una
apariencia muy delgada, ojerosa, cabello largo y oscuro, con las uñas
desgarradas como si hubiera arañado algo hasta morir… empezó a abrir la
boca y a provocar un sonido muy agudo que podría ensordecer a
cualquiera, mientras abría mas la boca y comenzó a succionar el alma de
Shana quien se encontraba inmovilizada aterrorizada por aquel reflejo.
De pronto Shana… sintió desvanecerse y de pronto al mirar de nuevo… ella
veía su reflejo sonreír frente al espejo, pero ella no podía hacer
nada, estaba atrapada dentro del espejo… empezó a tratar de golpear las
paredes donde estaba atrapada y no podía salir, asustada gritaba y pedía
auxilio, mientras veía su reflejo reír irónicamente tomando un joyero
que se encontraba ahí y lo jugaba con sus manos. Shana por mas que pedía
auxilio nadie podía oírla, su alma estaba atrapada en aquel espejo y
aquella niña era dueña de su cuerpo.
La niña misteriosa del espejo, asomo por la ventana y vio un grupo de
muchachos queriendo entrar a la casa… eran los amigos de Shana… sonrío…
miro hacia el espejo… y con el joyero que sostenía rompió el espejo…
dejando así a Shana perdida en el olvido… nadie supo de su desesperación
y llanto por mirarse a un espejo…
José y Pablo eran casi hermanos se conocían desde pequeños y eran inseparables. Estaban en la misma clase y, casi siempre que organizaban trabajos en grupo se juntaban. El caso fue el mismo para una entretenida tarea de Ciencias: los alumnos debían traer muestras de distintos tipos de tierra según el nivel de profundidad, guardando en bolsitas un puñado de tierra. Era la excusa perfecta para que ambos obtuvieran permiso para ir al bosque.Decidieron que no deberían adentrarse demasiado ya que correrían el peligro de perderse. Marcaron todos los árboles para no equivocar el camino de vuelta. Llegado a un punto un extraño claro les llamó la atención. El sitio era perfecto para escavar, tras quince o veinte minutos de risas y bromas, acabaron su almuerzo y Pablo sacó una moneda diciendo: – El que pierda empieza -. José perdió el lanzamiento y un poco desganado buscó por todas partes para elegir donde comenzar a cavar. Un montón de hongos rojos con puntos blancos llamó su atención.Comenzaron entonces con la tarea, recogiendo muestras de tierra en las bolsas, – ¡Tengo frío, aquí hace más frío que en todo el bosque! – le gritó a Pablo. – ¡Jajaja!, ay sí, ay sí, estás encima de un lugar maldito o hay un fantasma justo donde estás cavando – le dijo Pablo ridiculizando a su amigo. José por hacerse el valiente siguió cavando, – ¡Mira! – gritó José cuando llevaba unos minutos cavando. Pablo fue corriendo a ver lo que José le mostraba con tanta exaltación una muñeca peligrosa de unos treinta centímetros. Al mirarla sintió que un escalofrío le recorría la médula y que el asco se anudaba en su cuello – ¡Aaaaaggh suelta eso! – exclamó Pablo con una mezcla de terror y asco mientras se apartaba de aquella repulsiva muñeca tuerta que José sostenía en su mano.José que parecía confundido miró de nuevo a la muñeca y la soltó horrorizado al ver lo mismo que Pablo: gusanos, enormes gusanos blancos. Se contorsionaban dentro de la cabeza de goma de la muñeca, se agitaban como poseídos y comenzaron a sacar sus pequeñas cabezas por la cavidad en que alguna vez estuvo el ojo faltante de esa muñeca pelirroja cubierta por una ropa que misteriosamente conservaba su blancura casi intacta. El único ojo que le quedaba a la muñeca era inquietante: grande pero con la parte blanca pintada de negro y con un iris pequeño e intensamente rojo en el cual había una diminuta y demoniaca pupila .Ambos chicos, realmente asustados, salieron corriendo del lugar, sintiendo como la mirada del único ojo de esa muñeca se les clavaba en la espalda. Únicamente pararon un par de veces, porque José se detuvo a vomitar. Al llegar a casa a José parecía que no le abandonaban las nauseas, seguía vomitando y se puso pálido. Los dos amigos pensaron que se recuperaría en una par de horas, pero no fue así, con el paso de los días cada vez estaba más delgado, pálido y débil. Tenía el aspecto de uno de esos enfermos terminales que llevan años luchando contra la muerte en una habitación de hospital y los médicos no acertaban a diagnosticar una causa para su enfermedad. Una semana después de desenterrar la muñeca José murió.Desconsolado por la muerte de su amigo, Pablo empezó a devoraba libros al por mayor. Los libros eran sus nuevos amigos, y su refugio. Buscaba explicaciones médicas para lo que le pasó a su amigo, pero los síntomas que sufrió José eran tantos que parecía que había contraído varias enfermedades mortales simultáneamente.Un día, en una extraña librería, Pablo encontró dentro de la sección de esoterismo un libro sobre ritos y leyendas. Era un libro viejo y usado, un libro de esos que ya casi no se encuentran y que tienen extraños dibujos entre sus páginas cubiertas de polvo. Allí decía lo siguiente junto al dibujo de una muñeca: “El que tenga un mal incurable, que entierre una muñeca igual a ésta mientras entona esta invocación. Su enfermedad quedará atrapada en la muñeca. Pero el primero que la encontrase recibirá la enfermedad y morirá salvo que realice este mismo ritual”.Todo estaba claro: los gusanos, los hongos, el frío, todos eran indicios de que la muñeca que encontraron en el bosque era una muñeca maldita. Una muñeca en la que por medio de algún pacto o brujería alguien había desatado una maldición que condenaría a enfermar a aquel que la encontrara mientras él curaba su cuerpo y sentenciaba su alma.
Les comparto mi historia sobre un sueño que tuve hace aproximadamente cinco años y que hasta el día de hoy tengo muy presente.Un día por la noche (poco antes de las 00:00 horas), me preparaba para dormir. Debido a que hacía mucho calor decidí dormir solo con un short.Mi cuarto tenía solo una ventana y recién había instalado una cortina que no dejara pasar nada de luz, así que en las noches al apagar la luz el cuarto quedaba totalmente oscuro.Mi cama en aquel entonces estaba en el centro de mi habitación con el respaldo pegado a la pared, y a la misma altura estaba instalado un mini-split. Siempre me acostaba con la cabeza del lado que daba a la pared, pero esa noche debido a la intensidad del calor decidí dormir al revés: con la cabeza donde van los pies y los pies hacia el respaldo de la cama para que me diera directamente en la cara y pecho el aire fresco del mini-split.Esa noche realmente no tenía sueño, pero al día siguiente yo trabajaba y debía levantarme temprano.