Puerto Rico Perfil: Roberto Clemente
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"Cuando
tienes la oportunidad de mejorar cualquier situación, y no lo haces, estás
malgastando tu tiempo en la Tierra."
-- Roberto Clemente
El 18 de agosto, el pueblo de Carolina en Puerto Rico conmemoró a su héroe
local. En su honor, el alcalde de la ciudad reveló una enorme placa de
bronce --- 10 pies de alto por 30 pies de largo.
Unos meses antes, el pueblo de Pittsburgh en Pennsylvania conmemoró a
su héroe local. 5,000 personas se dieron cita para dar su nombre a un
puente de la ciudad.
Carolina y Pittsburgh no tienen mucho en común, pero comparten el
mismo héroe local: Roberto Clemente.
La historia del gran deportista Roberto Clemente se ha relatado
infinidad de veces. Desde sus humildes raíces en el pueblo de Carolina,
"El Grande" alcanzó la fama en su posición de bosque de la
derecha para los Piratas de Pittsburgh. En 18 temporadas jugando en las
Grandes Ligas, fue seleccionado 12 veces como participante en el juego de
estrellas. Se le confirieron cuatro títulos por sus logros como bateador
y ganó 12 Guantes de Oro. En 1966 fue designado como el Jugador más
Valioso de la Liga Nacional y en 1971 llevó a los Piratas a su victoria
en la Serie Mundial con un índice de .414 al bate y fue galardonado con
el premio del Jugador más Valioso de la Serie Mundial.
Entonces el mundo lo perdió.
El 31 de diciembre de 1972, en una misión para llevar ayuda para las víctimas
del terremoto en Nicaragua, Roberto Clemente murió en un accidente aéreo
en las costas puertorriqueñas. Al año siguiente se convirtió en el
primer latino incorporado a la Sala de la Fama del Béisbol.
Clemente dejó su marca indeleble en el beisbol, dentro y fuera de los
parques de juego. Como jugador, fue la primera super estrella latina,
abriendo camino para mucho otros de los más destacados jugadores en la
actualidad tales como Sammy Sosa y Manny Ramírez. Fue una gran inspiración
para sus compañeros puertorriqueños, muchos de los cuales, como Juan
Gonzalez, Bernie Williams y Roberto Alomar, se encuentran perennemente
entre los mejores del deporte. Este año Orlando Cepeda se convirtió en
el segundo puertorriqueño en entrar a la Sala de la Fama... sin duda no
será el último.
Como humanitario, Clemente dejó al mundo un extraordinario ejemplo. En
1972 comentó que: "No existe nada malo en nuestros hogares y país
que un poco más de compasión, cuidado y amor no puedan curar. Somos
todos hermanos y hermanas y debemos ayudarnos mutuamente cuando es
necesario". Sus heroicos esfuerzos demostrando su convicción en esas
palabras fueron trágicamente cortos, pero su familia y toda una generación
de atletas latinos están llenando el vacío que él dejó.
Los hijos de Clemente han encabezado los esfuerzos por preservar la
herencia de su padre. En 1993, Roberto, Jr., fundó la Fundación Roberto
Clemente que provee capacitación en deportes y ciudadanía a los jóvenes
del área de Pittsburgh. Su hermano, Luis, es el director de Roberto
Clemente la Ciudad Deportiva, un complejo deportivo en Carolina que abarca
300 acres e incluye un dormitorio, siete campos de beisbol y enseñanza de
distintos deportes, desde golf a tae-kwon-do.
Cada vez con mayor frecuencia jugadores de beisbol de Puerto Rico y de
América Latina están siguiendo el ejemplo de Roberto Clemente. Han
creado centros comunitarios y clínicas de deportes que tienen como fin
mantener a los jóvenes ocupados y fuera de las calles mientras reciben
instrucción en las destrezas fundamentales del éxito. Carlos Baerga de
los Indios de Cleveland, otro destacado puertorriqueño, ha ido más lejos
que eso. Es el auspiciador del evento caritativo de beisbol más grande
del mundo: un juego de grandes estrellas que se realiza anualmente en San
Juan.
27 años después de su muerte, la memoria de Roberto Clemente sigue
reluciente. Pete Ridge trabajaba en el estadio durante los juegos de los
Piratas y fue testigo de algunos de los grandes momentos de Clemente
jugando beisbol. "Era un faro de luz para las minorías en
Pittsburgh, y en el mundo, así como para todas las personas, sin importar
su color u origen nacional. Murió igual que vivió, como un héroe. Era
un hombre bueno y decente".
El pueblo de Carolina, donde nació, y el de Pittsburgh, donde se
convirtió en una estrella, tienen un reclamo especial a la memoria de
Roberto Clemente. Pero tienen que compartirlo con todos los demás
norteamericanos, todos los aficionados al beisbol y todas las víctimas de
pobreza e infortunio a quienes inspira con fascinación y gratitud.
Artículo publicado por el Puerto Rico
Herald en 1999
Ver también: Roberto Clemente (Biografía)
Roberto Clemente, su
vida (Reportaje especial)
Roberto Clemente W. "El Angel Pirata"
Roberto Clemente, un pirata especial
Béisbol en Puerto Rico
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