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Resumen de la Pelota del 2003

Florida fue la sensación al llevarse la corona en el 2003 con un equipo plagado de novatos y astros que se creían en decadencia. Entre corchos y esteroides, maldiciones y fanáticos roba pelotas, los Marlins de la Florida saltaron de la ignominia para ganar la Serie Mundial y dar la sorpresa en el 2003 en el béisbol de grandes ligas.

Con un catcher puertorriqueño que todos creían acabado, un grupo de jóvenes e inexpertos lanzadores, y un dirigente que bien podría ser abuelo de la mayoría de sus jugadores, nadie apostaba un centavo por los Marlins. 

Sin embargo, el receptor Iván Rodríguez, contratado a principio de temporada por un año y 10 millones de dólares, se convirtió en el alma del equipo, sus jóvenes lanzadores Josh Beckett y Dontrelle Willis maduraron y aprendieron a dominar, y Jack McKeon mantuvo el barco a flote durante la temporada regular. 

Al llegar los playoffs, Florida se acostumbró a vencer favoritos, despachando a San Francisco en la primera ronda de los playoffs. Luego se deshicieron de los Cachorros de Chicago, con un poco de ayuda del fanático Steve Bartman y su ahora famosa atrapada de una bola de foul, para finalmente coronarse campeones al vencer a los poderosos Yanquis de Nueva York. 

McKeon, de paso, fue premiado por su labor al ser nombrado dirigente del año de la Liga Nacional. 

Willis fue una de las historias refrescantes del año. Llamado al equipo a mitad de temporada, el lanzador zurdo se hizo notar con un inusual movimiento en el montículo, y ganó el premio de Novato del Año de la Liga Nacional con marca de 14-6 y promedio de 3.30 de carreras permitidas. 

No fue el único novato de oro en los Marlins, ya que el guardabosque venezolano Miguel Cabrera se destacó por su poder con el madero. 

Chicago y los Medias Rojas de Boston, eliminados por Nueva York, se quedaron otra vez en el umbral de la Serie Mundial, y tendrán que esperar hasta la próxima campaña para intentar romper las maldiciones, reales o imaginarias, que se les achacan a ambos equipos por sus sequías de campeonato. 

Boston ya comenzó a armarse para el próximo año, adquiriendo en diciembre vía cambio al lanzador Curt Schilling. 

Un equipo que superó las expectativas fue los Reales de Kansas City. Sin grandes luminarias ni una nómina exhorbitante, la tropa dirigida por el dominicano Tony Peña estuvo en pelea hasta la última semana de la temporada por el liderato de la División Central de la Liga Americana. 

Su esfuerzo fue premiado con dos galardones: el dirigente del año para Peña, y el novato del año para su compatriota y campocorto Angel Berroa. 

El año 2003 también vio a dos latinos ingresar al exclusivo club de los 500 jonrones, el dominicano Sammy Sosa y el cubano Rafael Palmeiro. 

Otro latino, el dominicano Alberto Pujols, de los Cardenales de San Luis, coqueteó con la triple corona de bateo, promedio, jonrones y remolcadas, durante gran parte de la temporada. 

Pujols terminó segundo en la votación de jugador más valioso de la Liga Nacional, premio que cayó nuevamente en manos del toletero de los Gigantes de San Francisco, Barry Bonds, el sexto de su ilustre carrera. 

En la Americana, el reconocimiento fue para el descendiente de dominicanos Alex Rodríguez, a quien los Rangers de Texas tratan de canjear junto a su contrato de 10 años y $252 millones, por mucho el más jugoso del béisbol. 

El premio de Cy Young de la Liga Nacional fue para el taponero de los Dodgers de Los Angeles, Eric Gagne, quien estuvo impecable en sus 55 oportunidades de salvamento. En la Americana, recayó en el abridor de los Azulejos de Toronto, Roy Halladay. 

Por primera vez, un equipo jugó como local más de una serie fuera de Estados Unidos o Canadá. Los Expos de Montreal convirtieron el estadio Hiram Bithorn de San Juan en su hogar por 22 partidos, en un experimento de grandes ligas para generar ingresos para la maltrecha franquicia. 

Los partidos fueron un éxito de asistencia, y los Expos parecen encaminados a regresar a esta isla caribeña para otros 22 juegos en el 2004, mientras se busca un hogar permanente a la novena. 

La temporada también tuvo su cuota de controversia. 

Sosa, uno de los peloteros más populares en Estados Unidos y América Latina, fue suspendido por siete juegos después que se encontró corcho en su bate en un partido el 3 de junio. 

Sosa se disculpó públicamente, y luego de un lento inicio de temporada plagado de lesiones, terminó el año con 40 jonrones y 103 carreras remolcadas, el primer jugador de la Liga Nacional con seis campañas corridas con 40 o más cuadrangulares. 

A fin de año, se reveló que entre el cinco y siete por ciento de los peloteros arrojó positivo en las pruebas para detectar el uso de esteroides anabólicos. 

Esta era la primera vez que el béisbol estadounidense realizaba este tipo de dopaje, instituido como parte de las cláusulas negociadas en el último convenio colectivo. 

En un hito, Arturo Moreno se convirtió en el primer propietario de ascendencia hispana de un equipo de grandes ligas al comprar a los Serafines de Anaheim. 

Y en la pelota aficionada, Cuba confirmó su hegemonía, mientras que Estados Unidos se llevó el fiasco de quedar eliminada de los Juegos Olímpicos el año que viene. 

Cuba, con un plantel muy remozado, atrapó el oro en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo y después se proclamó campeón en la Copa Mundial, de la cual fue anfitriona. 

Los cubanos coronaron el año imponiéndose en el Preolímpico de Panamá y aseguraron su clasificación a los Juegos de Atenas 2004 junto a Canadá. 

La sorpresa la dio México que venció 2-1 a Estados Unidos en los cuartos de final, un desenlace totalmente inesperado, ya que de un solo plumazo marginó de Atenas a los campeones olímpicos vigentes. 

Cuba sigue en la cima pese a que otro de sus valores decidió desertar la isla para probar suerte en las grandes ligas. Un año después de la partida de José Ariel Contreras, quien firmó con los Yanquis, el turno ahora fue de Maels Rodríguez, uno de los serpentineros cubanos más cotizados. 

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