PALAIS DE TOKIO
En el pasado mes de febrero
y luego de años de expectativa, se
inauguró
en Paris el Palais de Tokio, un espacio para el arte
contemporáneo
en el que el Ministerio de Cultura de Francia invirtió
fuertes
sumas de dinero. La idea era readecuar un gran edificio situado
al borde
del Sena, al lado del Museo de Arte Moderno y enfrente de la
torre
Eiffel.
Vista
aerea del Palais de Tokyo
Nicolas
Bourriaud y Jerome Sans, dos figuras jóvenes de la escena
parisina,
fueron designados por el Ministerio para concebir y
programar
este super proyecto que aspiraba devolver a Paris el brillo
de otras
épocas como centro de avanzada enlas artes. Para ello sus
entusiastas
directores trabajaron duro y tomaron todos los riesgos:
nada de
paredes blancas y espacios inmaculados. La apuesta fue
la de
transformar un edificio de los años treinta en una especie de
espacio
abandonado: concreto y vigas a la vista. Cero panelería y
grandes
espacios.
Se
programó para tres años, tiempo en el cual Bourriaud y Sans
dejarían
el mando a nuevos directores con nuevas ideas. Todo pintaba
muy
bien.El espacio definitivamente prometía. Pero no. Ha generado
demasiada
polémica a todos los niveles: sus críticos cuestionan tanto
el
excesivo presupuesto destinado a un super galpón que quiere
parecer un
Squat o una fabrica "tomada" por artistas, como
la
"calidad" de su programación.
Por otra
parte dicen que los espacios son tan grandes y las obras tan
insignificantes
que la gente no las ve o simplemente no hay una
diferencia
clara entre "obra" y "edificio". Para rematar, el nuevo
gobierno
está pensando seriamente en no dar ni un euro para su
funcionamiento
el año entrante y mucho menos para los que siguen. Lo
más
posible es que cierre a fin de año.
Que pasó
realmente? Pueden las instituciones –invirtiendo el
cometario
de Bernardo Rengifo- jugar impunemente con lo
no-institucional?
Tiene futuro la idea de que el Estado financie la
construcción
de galpones, squats y lugares maquillados de "espacios
independientes"?
Es posible para las instituciones "absorber" los
modos de
operar de las prácticas independientes?
No es el
Palais de Tokyo el perfecto ejemplo de lo que Juan Andrés
Gaitán
señalaba como la capacidad de las instituciones "para
absorber
los instantes de resistencia, lavarlos y fijarlos, darles
un acabado
y devolverlos "convertidos" a la esfera publica."?
Anexo
abajo el texto de presentación del Palais que sus directores
bautizaron
como Manifiesto Programatico.
Jaime Iregui
PALAIS DE TOKYO
NICOLÁS
BOURRIAUD & JEROME SANS / Directores
Hace ya
tres años que nos asociamos para trabajar con el ánimo de que
la unión
de nuestras carreras y nuestras dos formas de compromiso
sirviera
como ayuda en la lucha conta la rígida escena del arte en
Francia.
Un año más
tarde, nuestra nominación para dirigir el Palais de Tokyo
por parte
del Ministro de Cultura y Comunicación hizo que pudiesemos
materializar
este deseo al poder proyectar el Palais como una
plataforma
de diálogo para la creación artística francesa e
internacional,
como un lugar de ideas e intercambios, como un espacio
para un
debate artístico abierto.
Que es un
palacio, si no una casa deshabitada abierta día y noche a
los
visitantes más diversos? El lugar está abierto todo el día hasta
la media
noche para invitar al público a disfrutar de una cálida y
menos
distante relación con la creación contemporánea, gracias a unas
políticas
de recepción basadas en una relación cercana con los
trabajos y
los artistas.
MANIFIESTO
PROGRAMÁTICO
EXPERIMENTAL,
INTERDISCIPLINARIO, PLANETARIO...
La
programación del Palais de Tokyo ha sido construida a partir de
principios
muy simples: flexibilidad, capacidad de reacción, más
énfasis en
los proyectos que en la definición de espacios, continuo
contacto
con los artistas, relaciones con otras disciplinas, una
visión
propia de la globalización y, finalmente, la idea de trabajar
non stop,
dejando a la vista del público los procesos de producción
como montaje
y adecuación de espacios.
FLEXIBILIDAD
Con este
inmenso espacio (9000 metros²), sus tres áreas laterales y
su amplia
zona central, el uso del espacio en el Palais de Tokyo no
está
definido ni predeterminado: exhibiciones colectivas o
individuales
pueden tener lugar aquí o allá, dos proyectos se pueden
cruzar y
enriquecerse mutuamente, diferentes personalidades pueden
rozar sus
bordes sin volverse una sola cosa. Todos los principios que
orientan
la programación pueden ser cuestionados por un proyecto en
particular...
Sólo esta flexibilidad extrema puede dar al Palais de
Tokyo el
sentido para jugar su papel como laboratorio de arte
contemporáneo.
CAPACIDAD
DE REACCION
Desde un
evento de una sola noche de duración, de una semana o seis
meses, la
programación incluye formatos y posibilidades muy
diferentes.
En principio, cuatro meses para las grandes exhibiciones
en el área
central, dos meses para las salas laterales y un mes para
la sala de
proyectos. Sin embargo, algunos artistas tendrán la
posibilidad
de intervenir el espacio por periodos más largos.
Paralelamente,
es importante reaccionar con rapidez para eventos que
necesita
un tipo de progarmación un poco más espontánea, que pueda
cambiar
mes a mes para canalizar oportunidades y encuentros
imprevistos.
De esta forma el Palais de Tokyo estará constantemente
reactivado
por los trabajos, proyectos y exposiciones que puedan
programarse
en un tiempo muy corto.
ESPACIOS
EXTERIORES
Todo el
espacio sirve como herramienta para el artista, como medio
para su
trabajo. Pero la idea no es "llenar" el espacio a como de
lugar,
sino encontrar el tiempo y el sitio correcto para cada
proyecto
ya para cada exposición – desde el espacio que rodea el
edificio
y, si es necesario, hasta otros países. Después de comenzar
a explorar
el vecindario con el programa "Tokyorama", e imaginar
nuestra
estación virtual de televisión "Tokio TV", el Palais de Tokio
está
proyectando varias actividades más allá de sus muros para
enfatizar
su imagen como lugar de producción y distribución.
ACTIVIDAD
NON STOP
Finalmente,
los visitantes del Palais de Tokio encontrarán siempre
una nueva
exposición para recorrer así las otras acaben de cerrar:
en vez de
camuflar el montaje o desmontaje de los eventos, los
visitantes
podrán apreciar de cómo operan estos procesos, no
necesariamente
para hacer este tipo de trabajo un espectáculo
sino para
acercar a la gente al arte contemporáneo.
Intervenciones generadas por este artículo