Yo les contesté: "La manera apostólica de recibir el Espíritu Santo es poner manos sobre ellos". Correcto.

Sí poniendo las manos es como recibimos el Espíritu Santo, una persona ungida poniendo las manos.

Déjenme ponerles las manos y estos ministros aquí que...

Usted sabe, Pedro fue y predicó. Felipe descendió y bautizó a las personas en Samaria, pero no habían recibido el Espíritu Santo aún. Pedro fue y les puso las manos y recibieron el Espíritu Santo. Eso es exactamente lo que la Escritura dice.

Venga ahora para su consagración; venga para este tiempo en que usted... Hay mucho Bálsamo en Galaad, ¿lo creen ustedes?. Muy bien, vamos al cuarto ahora para imponer las manos sobre ellos para orar y que reciban el Espíritu Santo. Ahora es el tiempo. No lo pospongamos para otra hora. Esperar otra hora pudiera ser demasiado tarde. No sabemos cuanto tiempo más vamos a vivir, pero sabemos una cosa; si tenemos Vida eterna, no podemos morir. ¿No es así mis hermanos?, no podemos morir.

Bueno, bien, ahora con sus rostros inclinados, vamos a orar para que Dios le llene con el Espíritu Santo allí donde está. "Hermano Branham, ¿quiere usted bajar e imponer sus manos sobre mí para el Espíritu Santo?" Yo no tengo que hacerlo.

Mientras Pedro hablaba estas palabras en la casa de Cornelio, el Espíritu Santo cayó en los que oyeron la Palabra. Fe viene por el oír, no imposición de manos, pero por el oír. ¿Oír qué? La Palabra de Dios.

¿Creen Uds. con todo su corazón, todos Uds.? [La congregación dice: "Amén".-Ed.] ¿Cada uno de Uds. creen? ["Amén".] La Simiente de Abraham poseerá la puerta, la puerta del enemigo. ¿Son Uds. la Simiente de Abraham, por medio de Jesucristo? Levanten sus manos si Uds. son. ["Amén".]

Entonces pongan sus manos sobre su prójimo, en su prójimo, en uno al otro. Pongan sus manos el uno al otro. Posean la puerta ahora. Es suya. Pertenece a Uds. "La oración de fe salvará al enfermo. Dios los levantará". Muy bien, oren en su propia manera. Oren de la manera que Uds. lo hacen en su iglesia. Oren por la gente que está con Uds. Ahora. Sólo pongan sus manos el uno al otro y oren.

8.Noviembre.59

¡Oh, me gusta eso! Dios lo hizo a él un apóstol. Ningún anciano puso manos sobre él, ningún obispo lo envió a alguna parte, pero Dios lo llamó y lo hizo un apóstol.

Uds. gente querida, Uds. están enfermos, o no estarían parados allí sólo por estar parados. Yo soy su hermano. Tengo una comisión de Dios para orar por los enfermos. No como mi...como que tengo poder para sanar, no lo tengo. Pero tengo poder de oración. Como dije esta mañana, David no tenía nada más que una pequeña hondita, pero él dijo: "Yo sé lo que hará con el poder de Dios en ella". ¿Ven? Sólo tengo una pequeña oración que ofrecer por Uds., y mis manos para ponerlas sobre Uds., pero yo sé lo que la fe en Dios hará. Lo ha hecho por otros, lo hará por Uds. Crean eso ahora mientras se acercan, sólo un poquitito más cerca al lugar.

Ahora recuerden, la semana pasada cuando yo estaba tan enfermo con ese aceite de ricino, hubiera dado cualquier cosa si alguien hubiera pasado por allí y hubiera puesto manos sobre mí.

Ahora si el individuo tiene fe, ellos ven como el Espíritu santo va sobre la audiencia y dice ciertas cosas suceder: "usted es fulano de tal", "usted viene de tal lugar", y "... una cierta cosa que usted ha hecho" y, "será de esa manera" y vea todo esto sucediendo exactamente de esa manera, aun el individuo sentado ahí debería mirar arriba y decir, "Ese tiene que ser Dios. Yo acepto mi sanidad". Pero en vez de eso el individuo dice, "Ponga las manos sobre mí y ore por mí para que sea sanado".

Pero hemos sido enseñados en la imposición de manos sobre los enfermos y cosas como esas. Esa es la causa por la que no funciona muy bien en América.

Le vamos a imponer las manos antes de orar por los enfermos, para así ordenarle como un ministro, uno de nuestros propios hermanos, para que salga a las iglesias a predicar el Evangelio.

Ahora miren. Si Uds. vienen aquí, y me tocan todo el día, no haría nada de beneficio. Si Uds. tocan a cualquier otro hermano, hermana, no haría nada de beneficio, es solamente el orden de imponer manos, es todo. Pero si Uds. Lo tocan a El, eso es todo lo que Uds. tienen que hacer.

Amada hermana o amado hermano, seguro, yo pondría mis manos sobre Ud., pero eso no lo libertaría. Lo que lo libertará a Ud., Ud., está...es el hecho de que Ud. entienda que Ud. ya es libre. Ud. ya está desatado. Ud. no tiene que preocuparse de ser libre, ¡Ud. ya es libre! Jesús lo hizo libre. No se enrede otra vez con el yugo de la esclavitud. Ud. está totalmente libre. Ud. no tiene que estar enredado. El poner mis manos sobre Ud. es sólo una tradición. Pudiéramos hacer eso. Eso, yo pudiera hacer eso, pero eso todavía no lo libertaría a Ud. hasta que Ud. acepte lo que El hizo por Ud.; eso es solamente yo diciendo: "Señor, yo lo creo".

Sí la imposición de manos, es-es una gran cosa, yo creo en eso. Yo creo en la imposición de manos, seguro que sí. Pero eso no es lo que lo hace. Yo podría poner las manos sobre la gente, semana tras semana, y eso todavía no haría nada hasta que Uds. aceptaran lo que Cristo hizo por Uds. El imponer mis manos, eso es solamente mi confirmación. Ellos impusieron sus manos sobre los ancianos. Ellos hicieron esas cosas, esa fue su confirmación ante Dios, de que ellos ponían su fe en eso, ellos ponían su creencia en eso. ¿Ven? .

Ahora, la manera en que ordenaban a un ministro en los tiempos Bíblicos era; reconociendo un don de Dios en éste ministro--ministerio. Allí es donde yo creo que los Santos del Ultimo Día, (perdón no son los Santos del Ultimo Día), los hermanos de la Lluvia Tardía cometieron un terrible error al imponer las manos y decir: "Te entregamos el don de sanidad. Te damos el don de profecía." No hay tal cosa como esa. "Dones y llamamientos son sin arrepentimiento." Dios da. "Dios tiene en la iglesia apóstoles, profetas," y todo lo demás, ¿ve?.

No hay tal cosa como un hombre dándole un don a otro. Los dones vienen de Dios y sólo de El. Y para entrar a la iglesia, usted nace en ella. No hay otra manera de entrar. Entonces usted llega a ser un miembro de la familia de Dios, siendo un hijo y una hija de Dios; no una organización, sino un miembro de la familia.

Ahora, en los tiempos Bíblicos, dice... Toman la Escritura cuando Pablo le dice a Timoteo que a él le fue ministrado el don. Le dijo que le fue ministrado por su abuela Loida ¿ve?. Este don que vino de su abuela, Loida, le fue entregado a él. Ellos notaron en él, además de ser un Cristiano sólido, también un don de predicación y le impusieron las manos como un reconocimiento de ello. Los ancianos de la iglesia le impusieron las manos, reconociendo a este hombre e imponiéndole el ministerio apostólico de poner las manos sobre él, para que fuera a predicar el Evangelio; enviado, teniendo como testigos a éstos hermanos que creían que el don de Dios estaba obrando en él.

De la misma manera hicieron con los ministros imponiéndoles las manos y dándoles la diestra de compañerismo (para trabajar juntos) como un acuerdo delante de Dios, diciendo que habían visto el don trabajando en éste hermano; que él fue llamado para algo y que creían en eso. Imponían las manos sobre él para que Dios le bendijera. Esa era una confirmación. Tal como esto; yo no pudiera...

Así es que como hicimos con el hermano Jim Sink, con el hermano Graham Snelling, Junior Jackson, Willard Krase y a todos los que enviamos desde aquí, los traemos delante de esta congregación, dando este testimonio como ustedes lo han oído. Imponiendo las manos sobre ellos diciendo que creemos que ellos son llamados por Dios, damos nuestra confirmación a ello y pedimos las bendiciones de Dios para que vaya con ellos. Encuentre usted algo diferente en la Biblia. Si es que lo encuentra de seguro será algo fuera de la Biblia.

Esa es exactamente de la manera en que lo hicieron en los tiempos Bíblicos; imponer las manos sobre ellos, ordenándolos. Imponían las manos sobre los diáconos y los ponían en la iglesia. Todo fue a través de imposición de manos; no firmando un montón de papeles y uniéndose a cierto credo o algo así. Les imponían las manos, los entregaban al Espíritu Santo y los dejaban ir. Amén. Dios los guiaba de la manera en que El quería, eso es todo. Esa es la manera en que creemos al hacerlo.

Nosotros creemos que el Espíritu Santo llama a los hombres. El Espíritu Santo ordena a hombres. No importa cuanto pudiéramos poner la manos sobre el hermano McKinney o cualquier otro ministro hora tras hora por todo un día y darle un gran montón de papeles para que los firmara, votos de creencias; eso nunca cambiaría algo en él. Pero deje que el Espíritu Santo lo golpee una vez , eso es todo, eso funciona. Nadie tiene que decirle alguna otra cosa. El está listo para marchar ¿ve?, eso es todo. Y luego, lo único que nosotros podemos hacer, es tener compañerismo y decir que reconocemos que nuestro hermano está en esa posición.

Cuando ordenamos a estos ministros por la imposición de manos... Ahora, entendemos que la forma Escritural de ordenar a un ministro es mediante la imposición de manos. Pienso que en eso fue que nuestros hermanos de la "Lluvia Tardía" o la gente de Battleford se mezclaron, cuando ellos vieron la imposición de manos, para impartir los dones espirituales. Ahora, nosotros no creemos que los dones vienen por la imposición de manos. Creemos que la imposición de manos es una aprobación para lo que ya hemos visto. ¿Ven? Es un "amén". ¿Ven?

Si Ud. es salvo, y no está sano, entonces acéptele a El como su sanador. Entonces nadie puede decir: "El Hermano Fulano de Tal puso las manos sobre mí". No. Ud. puso sus manos sobre El, luego esa es la cosa principal.

Ahora ya que han sido perdonados, mientras que están aquí, hermanos impongan sus manos nuevamente sobre ellos, para que reciban el bautismo del Espíritu Santo.

¿Saben Uds. lo que ella me quiere pedir? "Imponerme las manos" y así "pueda recibir el bautismo del Espíritu Santo." ¿Ven? ¿Ven? ¿No es eso correcto? Levante su mano si eso es correcto. ¿Ven? ¿Ven?, ella tiene una gran cosa. Amado Padre Celestial, dale a esta hija Tuya el deseo de su corazón, que ella reciba el bautismo del Espíritu Santo. Asimismo lo recibirá. Amén. Ud. lo recibirá. Dios le bendiga.

 Pero también tiene un deseo: de recibir el Espíritu Santo. ¿Ha confesado todo? ¿Cree Ud. que si yo pongo mis manos sobre Ud. y le pido a Dios que lo haga, que el Espíritu Santo en verdad vendrá? ¿Cree Ud. eso? Bien pues.

Oremos: Amado Dios, impongo mis manos sobre esta mujer, en la forma apostólica, pidiendo que ella reciba el bautismo del Espíritu Santo. En el Nombre de Jesucristo, que ella lo reciba. Amén. No lo dude, ya le pertenece, es suyo. Es el Pan de los hijos.

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