Este documento habla sobre los inicios de la CB (Banda Ciudadana) en España, en la década de 1960. Poco o nada hay escrito al respecto. Lo que aquí se recoge toma como base un artículo sobre este tema publicado en la antigua revista 27 MHz, en su número extra (nº 9) de julio de 1981. El artículo original (tal como se publicó) se muestra aquí. También se recoge una breve historia de la legalización de la CB en España, a principios de la década de 1980, historia que también está un tanto olvidada (y en la que quien escribe este artículo participó).
Hoy en día, modular en 27 MHz no representa ninguna dificultad, basta con encender la emisora, ponerte en un canal, medir las estacionarias, y pedir paso a los que estén en el canal, al momento llegarás a formar parte de la rueda.
Pero esto no ha sido siempre así de fácil, ni tan sencillo.
Ha pasado mucho tiempo desde que en 1898 Marconi transmitiese la primera señal por radio (más estrictamente, radiotelegrafía) desde un barco de guerra italiano, el San Martino, a 18 millas del receptor, situado en la base de La Spezia. Ha pasado mucho tiempo desde el que sería el primer DX en radio, que lo realizó también Marconi en diciembre de 1901, cuando desde la costa de Terranova (Canadá) con una estación receptora pudo copiar la letra S
(en radiotelegrafía) transmitida desde la estación transmisora construida en la bahía de Poldhu, en Cornwall, Inglaterra, a más de 3.300 km de distancia. También ha pasado mucho tiempo desde que en 1905 se realizase la primera comunicación por radio en España.
El servicio de CB es originario de Estados Unidos y sus orígenes se remontan a 1945, cuando el Gobierno de Estados Unidos estudió la posibilidad de permitir a sus ciudadanos disponer de bandas de radio que las pudieran usar para comunicaciones a cortas distancias de carácter personal, como son el uso de modelos telecontrolados, comunicaciones familiares, comunicaciones personales de tipo profesional, etc..
A este respecto fue un joven ingeniero norteamericano, Alfred J. Gross ("Al Gross", 1918-2000), quien destacó en la idea de la creación del servicio de Banda Ciudadana, presionando sobre el FCC norteamericano (Federal Communications Commission, Comité Federal de Comunicaciones de Estados Unidos) para la creación de este tipo de servicio en 1944-1945 (casi acabada la Segunda Guerra Mundial). Al Gross es considerado por algunos erróneamente el inventor del walkie-talkie en 1938, cuando aún era estudiante de ingeniería en Cleveland (Ohio, Estados Unidos), y con ellos dio la posibilidad de poner las comunicaciones personales por radio de corto alcance en manos del público en general, tema por el que se interesó rápidamente, creando en 1945 una empresa dispuesta a fabricar y comercializar equipos de comunicación personales, la Citizens Radio Corporation, en Cleveland. (Nota: Más estrictamente, el verdadero inventor del walkie-talkie fue el ingeniero canadiense Donald Lewes Hings, el cual lo diseñó en 1937 para su uso por los pilotos forestales y geólogos de la compañía minera canadiense para la que trabajaba, que en muchas ocasiones debían realizar desplazamientos con sus avionetas entre lugares remotos del extremo norte de Canadá, en la Columbia Británica).
Al Gross, junto con John Mulligan, consiguieron que en 1946 la FCC norteamericana (la agencia de telecomunicaciones de Estados Unidos) creara el “Personal Radio Service” (Servicio de Radio Personal), servicio en el cual se definieron, entre otros, varios canales de radio en la banda de 460 MHz (UHF) para uso de particulares, empresas y profesionales, y que fue el primer servicio de Banda Ciudadana. Por todo esto, y por otras contribuciones posteriores en el campo de las comunicaciones personales por radio, Al Gross es considerado con toda justicia como "el padre de la CB".Pero no sería hasta 1957 cuando la FCC norteamericana creó la Banda Ciudadana de clase D, para comunicaciones personales de tipo familiar y comunicaciones individuales en empresas. Fue asignada en la banda de 27 MHz o de once metros (por la longitud de onda), que entonces era una banda de uso gubernamental, y que es lo que hoy conocemos como Banda Ciudadana o Citizens Band (CB, en terminología inglesa). Pronto la CB se popularizó en Estados Unidos, y poco a poco empezó a extenderse a otros países, aunque sin ninguna cobertura legal en éstos.
Sobre los orígenes de los 27 MHz se han dicho muchas cosas, siendo de las verídicas (???) que los once metros eran utilizados en la Segunda Guerra Mundial por parte de la resistencia francesa en su lucha contra los ejércitos alemanes (También alguna fuente cita que los 27 MHz eran empleados en la II Guerra Mundial por el Afrika Korps alemán, que operaba en el norte de Africa, utilizándolos en los campos de batalla pensando que las comunicaciones eran locales, pero en aquellos meses la propagación por salto ionosférico era importante en 27 MHz, y los mensajes del Afrika Korps eran escuchados de forma rutinaria por los aliados en Gran Bretaña y Estados Unidos).
En España los orígenes de las comunicaciones en la banda de los once metros (27 MHz) son algo confusos, pues no hay casi nada escrito sobre el tema. Los primeros datos del uso de los 27 MHz en España como medio de comunicación personal (aunque al margen de la ley, ya que los 27 MHz no estaban asignados oficialmente para este uso) nos remontan hasta uno de los primeros oncemetristas conocidos en Madrid, la estación F5
, de QRA Fernando, un muchacho que estudiaba Maestría Industrial y que se dedicaba a reparar radios y televisores. Este colega fabricó a últimos de los años 50 y primeros de los 60 una emisora multibanda, y después uno de los primeros equipos de 27 MHz de España. Ésta era una época en que no habían apenas colegas en la frecuencia. F5
contaba que utilizaba la emisora para comunicarse con su madre, la cual le pasaba los avisos de reparaciones por frecuencia.
F5
fue uno de los primeros cebeístas de España, sin embargo, con el transcurso del tiempo, fueron surgiendo más oncemetristas. Fueron los primeros de España, fue la época de "Hotel Lima", de QRA José Luis, de "X4", de QRA José Luis, de "Sharp", de QRA Fernando, de "Flavia", de QRA Antonio, "Atila", de QRA José Manuel, "Romeo 2", de QRA Eduardo, "Rayd", de QRA Pepito, de "Caribe", de QRA Carlos, "Don Miguel", de QRA Juan Manuel, etc. Esta gente fue la que organizó en Madrid las primeras "verticales" en La Parcela (en la Casa de Campo) y en la cafetería del edificio Torres Blancas, normalmente los fines de semana. La totalidad de estos colegas se fabricaron ellos mismos sus propios equipos, pues en aquellos tiempos no había en España equipos comerciales de cebeistas, apenas sí había algún esquema para construir alguno, y lo poco que había casi siempre venía del extranjero, principalmente de Estados Unidos, donde sí estaba reconocida la Banda Ciudadana.
Uno de los principales problemas que se plantearon estos primeros oncemetristas fue la total carencia de componentes para la elaboración de estos equipos de construcción casera (también denominados equipos "autoconstruidos", denominación totalmente inapropiada ya que los equipos no se construyen solos), lo cual fue subsanado con la picardía e improvisación que caracterizaban a estas personas. Muchos de estos colegas se convirtieron en verdaderos genios de la improvisación electrónica, llegando a realizar verdaderos engendros radiofónicos. Los QSO's que ellos realizaban eran verdaderas clases de electrónica, pues mientras modulaban iban haciendo pruebas de modulación, de emisión, etc. con los equipos destripados y los iban retocando según iban modulando.
Un punto importante de la historia de los 27 MHz en España se encuentra ligado directamente con la introducción de los walkie talkies de 27 MHz en España. Pues estos colegas, con su curiosidad, se dedicaban a desmontar estos aparatos para así ver su funcionamiento, sacarles su esquema, y a partir de ahí, se dedicaban a construir ellos otros aparatos similares. De esta manera, empezaron muchos colegas, como es el caso de "Romeo 2" (Eduardo), el cual a mediados de los años 60, este cebeísta, después de los walkie talkies, pasó al equipo autoconstruido.
Otro gran problema con que se encontraron estos oncemetristas fue la carencia de antenas, dándose el caso de salir por frecuencia de las maneras más originales; se han dado casos de colegas que llegaron a utilizar como antena el somier metálico de sus camas, como fue el caso de "F5" y de "Tizón", otros utilizaron por antenas un paraguas, o la propia antena de televisión, como fue el caso de "Tauro". La razón de esto se debía a que las pocas antenas comerciales existentes eran muy aparatosas o a veces que el presupuesto no llegaba para comprarse una.
En esta época se empezaron hacerse famosas las antenas "F5", construidas por el propio "F5" (Fernando), siendo verdaderamente unas obras de artesanía. Este colega las construía, las ajustaba y las montaba. El sistema de ajuste de estacionarias no era el que hoy conocemos utilizando un medidor de estacionarias (comercial), ya que éstos eran caros o difíciles de encontrar. Antes, lo que se hacía era que se ajustaba el equipo con una carga no radiativa (una resistencia de carga), con unas condiciones parecidas a las que tenía la antena, y a partir de allí después se conectaba la antena al aparato, y se volvía a ajustar la emisora de tal forma que cargase igual que como cargaba con la carga no radiativa, y así se sabía que la emisora funcionaba a pleno rendimiento. Los medidores de estacionarias existentes eran también autoconstruidos por los propios oncemetristas, por lo que la fiabilidad de éstos no era demasiado elevada.
El canal principal de modulación era el canal 14 (27,125 MHz), al ser éste el canal que solía venir equipado en la mayoría de los walkies (con el correspondiente cristal de cuarzo), y la mayoría de los oncemetristas salían en esta frecuencia. La mayoría de los QSO's de la época solían tratar de electrónica o de emisoras, pues era el tema que mejor dominaban. Un punto importante que hay que reseñar, es que para salir por frecuencia en aquellos tiempos, era necesario disponer de al menos algunos conocimientos de electrónica, al haber sólo aparatos autoconstruidos. Esto limitaba los once metros a los entendidos de la electrónica, los cuales podían realizar sus propios equipos.
A comienzos de los años 70 ocurrió algo que contribuyó al aumento de los cebeístas en España, aparecieron los primeros equipos españoles gracias a CarKit y Sales-Kit, dos empresas españolas dedicadas a kits de electrónica. Dentro de estos kits, habían algunos referidos a los 27 MHz: kit de transmisor, kit de receptor, kit del modulador de AM, etc... Con cada kit se suministraba el circuito impreso, los componentes electrónicos sueltos y un pequeño manual de montaje y ajuste, y era el propio comprador del kit el que debía montarlo, siguiendo las instrucciones del manual del kit (básicamente, soldar los componentes a la placa de circuito impreso). Y juntando los kits adecuados, se podía construir un equipo completo básico de 27 MHz.
Éste fue un gran paso adelante para los 27 MHz pues así se simplificó de gran manera el problema de disponibilidad de los equipos, aunque todavía eran necesarios tener unos mínimos conocimientos de electrónica. CarKit tuvo una mayor aceptación, pues se lanzó de forma nacional (su origen es en Guipúzcoa en los años 60), mientras que Sales-Kit (de origen barcelonés), al principio, estuvo más limitado a Cataluña. CarKit comercializaba dos kits de emisor de 27 MHz, el 3 vatios y el 8 vatios, mientras que Sales-Kit elaboraba uno de 4 vatios. Ambas marcas también comercializaban kis de receptores de 27 MHz. Las dos marcas hacían equipos de una calidad bastante parecida, siendo considerado el emisor de CarKit de mejor calidad que el de Sales-Kit, mientras que el receptor de Sales-Kit era bastante mejor considerado que el de CarKit, y no habían problemas importantes para montar un equipo completo de 27 MHz usando el kit transmisor de una marca y el kit receptor de la otra marca.
Estos kits permitían poder montar un sencillo transceptor de CB de poca potencia de transmisión, modulación AM, y frecuencias controladas a cristal, por lo que para dotarlo de varios canales, el usuario debía adquirir los correspondientes pares de cristales de 27 MHz (de emisión y de recepción), si bien algún kit de receptor era de sintonía variable (lo que evitaba el uso de los cristales de recepción). Típico de los fabricantes de kits era que se comercializara una placa para el transmisor (típicamente dotada del cristal de cuarzo correspondiente al canal 14, frecuencia de 27,125 MHz), otra para el receptor (con el cristal de recepción del canal 14, 26,670 MHz, y Frecuencia Intermedia de 455 kHz), y otra para el amplificador de audio, que realizaba las funciones tanto del amplificador de recepción como del amplificador de modulación del transmisor.
Estos equipos en kits tuvieron una gran aceptación por parte del público, al ser fáciles de construir y no demasiado caros. No pocos oncemetristas (y también radioaficionados) de los años 70's comenzaron sus pinitos en el mundo de la radio con estos equipos.
A partir de los años 70 comenzó a tener en España un gran auge los once metros, y comenzaron a aparecer nuevos colegas, siendo famosos en Madrid los QSO's del canal 17, que casi siempre trataban de electrónica, o los QSO's del canal 14. No obstante, este auge sólo tuvo lugar en Madrid, Barcelona y algunas otras grandes ciudades españolas, la incipiente CB española aún no tenía casi penetración en pequeñas ciudades y áreas rurales.
También hubo un auge de los once metros en el sur de la provincia de Cádiz, pero motivado por otra situación ajena a la CB: el cierre de la frontera con Gibraltar por el gobierno español en 1969. Colonia británica en suelo español desde la Guerra de Sucesión (en 1704), ha sido reclamada en numerosas ocasiones desde 1940 por el gobierno español (del general Franco), y dado que no se obtenía nada positivo con estas reclamaciones, el gobierno decretó en 1969 el cierre de la frontera, cerrando la verja que desde el lado español da acceso a la frontera con Gibraltar (otra verja, en el lado británico, está separada unos 100 metros de la verja española), así como las comunicaciones telefónicas y postales directas con Gibraltar.
Este cierre supuso un aislamiento de Gibraltar, y muchas familias que se habían formado con miembros tanto de Gibraltar como de las vecinas localidades españolas, principalmente de la vecina ciudad de La Línea de la Concepción, quedaron separadas por la verja, sin posibilidad de comunicarse directamente. Incluso supuso un declive económico para La Línea y sus habitantes (Gibraltar se abastecía de La Línea, y muchos habitantes de La Línea trabajaban en Gibraltar). En esta situación de aislamiento de Gibraltar, fueron las ondas de radio (que no conocen fronteras) las que permitieron que numerosas familias y amigos separados por la verja pudieran comunicarse entre ellos, y ello fue gracias a equipos de CB, al principio con los walkie-talkies de juguete que se vendían entonces, que permitían cubrir bien el centenar de metros que separaban ambas verjas, en las que se agolpaban los familiares y amigos que querían hablar entre ellos, sobre todo durante los fines de semana. Posteriormente el uso de emisoras de CB (comerciales o montadas en kits) permitió que se pudiera hablar con el otro lado de la frontera desde los respectivos domicilios.
Finalmente, en navidades de 1982, y tras llegar a un acuerdo el gobierno británico con el gobierno español (presidido por el socialista Felipe González), España abrió la verja y de nuevo Gibraltar quedó comunicada directamente con España, permitiendo la reunificación de las familias que tenían miembros a uno y otro lado de la verja.
La CB sirvió, pues, para burlar el cierre de la verja de Gibraltar, fue un instrumento para mantener comunicadas las familias separadas por el cierre de la verja, pero también impulsó notablemente la afición a la radio y la CB en toda aquella zona. Muestra de ello fue que en 2010 se inauguró en la cercana población de San Roque un Museo de la CB, actualmente quizá el mayor de Europa, cuyo director y fundador, José María Yagüe (QRA "Veinte Duros") conoció de niño la CB en los años 70's precisamente por estas comunicaciones de algunos amigos suyos con sus familiares en Gibraltar.
También en aquellos años la Cruz Roja hizo uso de los 27 MHz. A principios de los 70, Cruz Roja creó las “Tropas de Socorro” y la ”Cruz Roja del Mar”, y si bien tradicionalmente la Cruz Roja empleaba la banda de 2 metros para sus comunicaciones por radio, la Cruz Roja del Mar utilizó los 27 MHz, empleando inicialmente algún equipo de 27 MHz comercial de fabricación española (como el modelo 6-6), y a partir de 1975 con un equipo fabricado específicamente por encargo de la propia Cruz Roja. Los 27 MHz fueron empleados hasta 1988 (ya con la CB legalizada en España), año en que se disolvieron las tropas de socorro y la Cruz Roja del Mar.
Volviendo a aquellos años, en 1974 apareció un fenómeno que llamó bastante la atención, principalmente en Madrid. Un grupo de amigos realizaron todos los lunes las famosas noches del canal 11, que era un programa de radio realizado por unos cuantos amigos, los cuales ponían los últimos éxitos de música, daban noticias sobre temas de la frecuencia, etc.
Sin embargo, el paso decisivo que simplificó los equipos de radio fue el uso de los transistores, y posteriormente los circuitos integrados. En la década de 1960 aún se construían muchos de los equipos de 27 MHz con tecnología de las lámparas electrónicas, pero cada vez aparecieron más equipos construidos con transistores (componente electrónico que comenzó a utilizarse desde mitad de la década de 1950). Y los transistores, junto con la posterior introducción de los circuitos integrados, permitió reducir en gran medida el tamaño de los equipos de 27 MHz, además de simplificar el manejo de los mismos, e incorporar un mayor número de canales de 27 MHz.
Los equipos de 27 MHz operaban por entonces con modulación de amplitud (AM), ya que era lo más fácil de implementar, pero en la segunda mitad de la década de los 70 se empezó a utilizar la modulación en banda lateral única (SSB), además de la AM. Empezaron a construirse los primeros amplificadores de potencia, los famosos "alfalimas". Como nota curiosa citaremos que el primer equipo transistorizado de 27 MHz de España, construido todo en una misma placa, fue el construido por "F5".
A partir de los grandes adelantos técnicos en el mundo de la electrónica, así como la favorable acogida que sufrió esta frecuencia entre los aficionados a la radio, fue la consecuencia de que se comenzase a fabricar gran cantidad de equipos comerciales, siendo éstos cada vez más accesibles por parte del público. En España aparecieron algunos equipos comerciales de 27 MHz, de tipo walkie-talkies o de móvil, de pocos canales, para el uso que establecía la reglamentación española al respecto en aquella época (reglamentación PR27 de 1974), como fueron por ejemplo los equipos de la serie "Mensajero" de la firma barcelonesa Retex, o los equipos fabricados por FERMAX.
Pero muchos de los equipos de 27 MHz comerciales que empezaron a comercializarse en España en la década de los 70's venían de Estados Unidos (donde la CB estaba reconocida desde 1957), y aunque en España la CB no estaba reconocida, los equipos se vendían sin problemas en establecimientos comerciales de la época. Destacaron marcas como Electrónica, Sommerkamp, Midland, Polmar, etc.... equipos que inicialmente disponían de un máximo de 23 canales, de acuerdo a la reglamentación de la CB de Estados Unidos, reglamentación que se modificaría en enero de 1977 para ampliar la CB a 40 canales.
En cuanto a las antenas necesarias para la CB, hay que destacar las antenas de fabricación nacional fabricadas por la empresa barcelonesa TAGRA S.A., que proporcionaron muy buenos resultados, y que incluso actualmente (2023) continúa fabricando antenas para CB y para otros usuarios de radiocomunicaciones.
Todo ello permitió que cualquier persona que tuviera algo de dinero pudiera comprarse un equipo de CB (y alguna antena) sin tener necesidad de ningún tipo de conocimientos técnicos. Ello condujo a partir de la segunda mitad de la década de 1970 a un notable aumento de usuarios de los 27 MHz, llevando a una gran masificación en las frecuencias de 27 MHz, sobre todo en las grandes ciudades (también comenzó a aumentar el número de aficionados en pequeñas ciudades, pueblos y zonas menos pobladas, donde apenas habían oncemetristas).
Esta masificación (que fue el despeque de la CB en España) supuso un cierto disgusto para los oncemetristas antiguos, ya que la CB comenzó a perder el carácter más técnico y de experimentación que tenía hasta entonces, y que aproximaba más a aquellos oncemetristas, auténticos aficionados a la radio, a los radioaficionados (por ello eran a veces considerados como los "hermanos menores" de los radioaficionados). Ahora cualquiera podía comprarse un equipo y ser usuario de los 27 MHz, sin necesidad de tener conocimientos técnicos. Ello hizo que la banda de 27 MHz se fuera convirtiendo rápidamente en una banda para comunicaciones personales y de entretenimiento, al estilo de la CB de Estados Unidos, y ello permitió a muchos usuarios conocerse a través de las ondas de radio. De hecho, se puede decir que la CB fue la primera gran red social, mucho antes de la aparición de Internet y las redes sociales en Internet.
Pero esta masificación de usuarios de la CB española también condujo a una pérdida en gran manera de ese sentimiento de camadería que antes existía en la frecuencia. Pues cada vez era mayor el número de oncemetristas y con ello la cantidad de problemas que los propios oncemetristas se causaban entre sí. Por citar algunos, se hicieron frecuentes las sobremodulaciones, las portadoras, los insultos, las groserías, la falta de educación, etc., ocasionando esto que aquellos primeros cebeístas españoles se pasaran a otras bandas (bandas de radioaficionados), pues en no pocas ocasiones era casi imposible hacer o tener un bonito QSO sin ser molestados por otros usuarios.
Se considera que a principios de los 80's habían más de medio millón de cebeístas en toda España, mientras que tan sólo diez años antes su número apenas rebasaba los mil.
Como punto curioso se puede citar que la mayor parte de los cebeístas españoles de esos años lo fueron por contagio, es decir, a pocos les surgió la iniciativa de hacerse cebeísta por iniciativa propia, sino que la mayoría se introdujeron en la CB por medio de algún amigo que ya tenía un equipo, o del hermano que tenía una emisora. Es también interesante mencionar que el número de cebeístas aumentaba siempre por navidades, cuando al nene de la casa le regalaban una emisora o un walkie de juguete, los cuales funcionaban en la banda de 27 MHz. Pero de todos estos nuevos cebeístas, después de unos meses, unos pocos continuaban en frecuencia, eran los que de verdad sentían la radio, y a los demás se les pasaba el entusiasmo después de unas cuantas noches de insomnio.
Sin embargo, había un gran problema: En España la CB era ilegal, ya que el uso de la banda de 27 MHz no estaba reconocido en España para su uso lúdico, sino para actividades profesionales y para pequeños walkie-talkies de juguete. En junio de 1974 la Administración publicó una norma sobre el uso y utilización de equipos radiotelefónicos de pequeña potencia y corto alcance en la banda de 27 MHz, denominados equipos PR27, que establecía su uso para comunicaciones de uso profesional, con walkie-talkies de medio vatio de potencia máxima en alguno de los 10 canales habilitados para ello (y las comunicaciones limitadas a un máximo de 2 km), y justificando su uso para obtener la licencia correspondiente. Al solicitar la licencia administrativa, el usuario debía indicar con qué otros equipos PR27 (podían ser de otros usuarios) tenía intención de establecer comunicaciones, no estando autorizado a comunicarse con otros, salvo en casos de seguridad de la vida humana.
Y en junio de 1976 una normativa de la Dirección General de Navegación autorizó el uso de equipos de 27 MHz de hasta 5 canales (al principio de la banda, siendo el actual canal 4 el de uso más habitual) y de hasta 5 vatios de potencia máxima, en embarcaciones españolas que operaran próximas a la costa (pesqueros cerca de la costa, barcos de recreo, etc..). Ambas normativas no contemplaban, pues, el uso lúdico de los equipos PR27, ignorando la recomendación que en 1972 había hecho la la CEPT (Conferencia Europea de Correos y Telégrafos) por la cual se recomendaba el libre uso de los equipos de 27 MHz de baja potencia en Europa (téngase en cuenta que las recomendaciones de la CEPT eran eso, recomendaciones, las administraciones de los países miembros podían aplicarlas o no).
Con la popularización de la CB en España a partir de la segunda mitad de la década de 1970 empezó a plantearse el problema de la legalización de la CB. La ilegalidad de la CB causó problemas a no pocos oncemetristas, considerados como "piratas" (de la radio) por la Administración y los radioaficionados, dando lugar a incautaciones y precintados de equipos por la Administración española, por ser considerado su uso ilegal en España (a pesar de que podían ser comprados sin problemas en los comercios del ramo de la electrónica). El primer equipo precintado, que se sepa oficialmente, fue el de la estación "Atila", de QRA José Manuel en el año 1974, en Madrid. Este hecho tuvo como consecuencia curiosa que durante un par de días nadie se hizo presente por la frecuencia, debido al miedo que este hecho ocasionó en Madrid.
Aunque hay que decir que normalmente la Administración no intervenía por iniciativa propia contra los cebeístas. Normalmente intervenía a causa de alguna denuncia por algún vecino del cebeísta, por causarle éste interferencias en algún equipo de radio, de música o en su televisor, lo que motivaba una visita por la Inspección de Telecomunicaciones. Muchas veces las interferencias no eran problema del equipo del cebeísta, sino que en aquella época muchos equipos domésticos no tenían medidas de protección suficientes frente a las transmisiones de radio de equipos transmisores cercanos (radioaficionados, cebeístas, otros....), cosa que actualmente está contemplado en las homologaciones de los equipos domésticos europeos. Y además, en algunas zonas de España, como en la zona centro (incluyendo Madrid), la primera cadena de Televisión Española se radiaba por el canal 2 de la antigua banda de televisión de VHF, y el primer armónico de la banda de 27 MHz caía de lleno dentro de este canal, por lo que un equipo de 27 MHz cuyo transmisor no estuviera finamente ajustado (algo habitual en muchos equipos autoconstruidos de la época) podía provocar serias interferencias en televisores próximos si radiaba el segundo armónico con potencia suficiente.
Sin embargo, no todo era tan malo como parece, habían de vez en cuando bonitos QSO's. Otro hecho curioso es el de los indicativos que se ponían los propios cebeístas (el "QRA" o "QRZ", según zona geográfica), los cuales cada colega se lo ponía por iniciativa propia, y como ejemplo de indicativos de la época se pueden citar: "Cesna 4", "Olimpic", "Alca", "Inca", "Tango", "Saba", "Romeo 1", "Delta 77", "Iris", "Alfa Tango Tango", "Gama", "Sabina", etc.
También fue importante la nueva aparición de asociaciones de 27 MHz, algunas de las cuales, también tenían fines de ayuda social, como fueron "RUTAS" en Barcelona, la "UNCA" y "BCV" en Madrid, o "ANARO", que era de ámbito nacional. RUTAS, por ejemplo, en las operaciones retorno en los fines de semana solía vigilar las carreteras de accceso al área metropolitana de Barcelona para ayudar a conductores con problemas o avisar y asistir en casos de accidentes de trafico o cualquier otra incidencia de tráfico.
En Barcelona también fueron bastante conocidos en aquella época los "Bravos", que era como se identificaban en 27 MHz los miembros de la AAEB (Asociación de Aficionados a la Electrónica de Barcelona), asociación con sede en Santa Coloma de Gramanet y que ya venía funcionando desde la primera mitad de la década de 1970. De Barcelona también serían bastante usuales los fines de semana desde finales de los 70's las "verticales" de cebeístas de Barcelona y su entorno metropolitano en la montaña de Montjuich (sobre el puerto de Barcelona). En el resto de España otras asociaciones y radioclubs de 27 MHz irían apareciendo en distintos puntos de España, sobre todo con el gran aumento de usuarios de 27 MHz en la segunda mitad de la década de los 70's, especialmente a partir del año 1977.
También hay que tener en cuenta la utilidad social que han tenido (y aún tienen) los cebeístas españoles en la sociedad, como, por ejemplo, la gran ayuda prestada en el terremoto de Managua (Nicaragua) de 1972 y en otros sucesos catastróficos, la colaboración en accidentes de tráfico y en las operaciones retorno de los fines de semana y días festivos, en los rallyes y en muchas otras actividades. Hay que tener en cuenta que en aquella época no existía la telefonía móvil, y una comunicación en CB permitía comunicar rápidamente una situación grave, incluyendo aquellas en las que un aviso rápido podía suponer el salvamento o la pérdida de vidas humanas (caso de los accidentes de tráfico). Esto fue muy importante sobre todo en carretera, a pesar que, debido a la situación de ilegalidad de la CB por entonces en España por la ausencia de una reglamentación, cualquier estación de CB instalada en "barra móvil" (en vehículo móvil) podía ser incautada por los agentes de Tráfico de la Guardia Civil en cualquier control de tráfico (o simplemente, si detenían un automóvil al ver que llevaba una antena de CB), y de hecho, no fueron pocas las incautaciones de aparatos instalados en automóviles en aquellos años.
Con la popularización de la CB en España a partir de 1977, surgieron pronto grupos y clubs de cebeístas en distintos puntos de España (principalmente en las grandes ciudades, que era donde había más actividad CB), y desde muchos de ellos se abogó por conseguir un reconocimiento oficial de la CB y que permitiera que los usuarios cebeístas pudieran disfrutar de esta afición sin tener que preocuparse por incautaciones de equipos ni multas por la Administración. Estos primeros intentos de reconocimiento de la CB en España no tuvieron éxito alguno, si bien hubieron algunos que se constituyeron como asociaciones deportivas, experimentales o humanitarias debidamente registradas ante la Administración que usaban equipos de CB, algunas de las cuales consiguieron de la Administración una concesión de estación de 3ª categoría consistente en una una estación fija y varias móviles, que podían usar uno o dos canales dentro de un área de cobertura dada en torno al punto fijo, de acuerdo a la reglamentación PR27 de junio de 1974.
Desde algunas publicaciones del ámbito de la electrónica, como la revista de electrónica Circuito Impreso, se hicieron eco y apoyaron el reconocimiento de la CB en España. A su vez, algunos clubs se unieron en 1978 para formar una comisión gestora con vistas a formar una posible federación cebeista nacional española. Dicha gestora llegó a formar parte de la Federación Europea de CB (ECBF, European Citizen Band Federation), que había sido fundada en 1976 por varias asociaciones de cebeístas de diversos países de Europa, para la defensa, potenciación y reconocimiento de la CB en los diversos países europeos. En 1978 organizaron una reunión general en París, a la que asistieron varios fundadores de la gestora española.
Sin embargo el trabajo de las tareas organizativas, el hecho de que muchos de ellos también eran radioaficionados y debían compartir ambas aficiones, y el desánimo, hizo que estos primeros defensores de la idea de organizar la CB en España y actuar ante la Administración para conseguir su reconocimiento, fueran abandonando estas tareas, se alejaron de a Federación Europea, y no se llegó a crear una Federación Española jurídicamente reconocida, quedando la situación en punto muerto.
En octubre de 1980 sale al mercado desde Madrid el primer número de la revista 27 MHz, de difusión nacional, primera revista española dedicada íntegramente a la CB, dirigida por los hermanos Francisco y Javier Medrano Rodríguez. Y a finales de ese año, la noche del 20 de diciembre, el programa "Radiación", programa semanal dedicado a temas de radioafición, diexismo y otras actividades de radio, emitido por las antenas de la antigua Radio Juventud de Barcelona, lo dedica al tema de la CB (que había sido solicitado por numerosos oyentes), y para ello participan en él dos importantes cargos de Telecomunicaciones en Barcelona, y dos jóvenes aficionados a la CB de entonces (entre ellos el que escribe este artículo) que fueron a a defender el reconocimiento de la CB en España, ambos miembros de la AAEB (Asociación de Aficionados a la Electrónica de Barcelona, los conocidos como “Bravos” en la frecuencia). En dicho programa, con cierta prepotencia por parte de los dos funcionarios de Telecomunicaciones, estos dijeron algunas inexactitudes (o quizás mentiras) sobre los 27 MHz (entendiendo como tales a la Banda Ciudadana), como que los 27 MHz no eran legales en ningún país, y todo lo enfocaban desde el punto de vista de que si quieres emitir, tienes que hacerte radioaficionado (esto es, examinarte, sacarte licencia, presentar un proyecto para montar una estación, etc…), y no veían (o no querían ver) que de lo que se trataba era que los 27 MHz (la CB) era una actividad de radio distinta de la radioafición. Realmente, los dos cebeístas que participaron en este programa, salieron un tanto decepcionados por lo allí ocurrido.
Sea como fuere, entre los oyentes de este programa estaba Albert Bertrana Bernaus (QRA Ofuna), el cual se sintió muy molesto con las inexactitudes (o mentiras) vertidas por los funcionarios de Telecomunicaciones (de hecho, en aquella época habían muchas agresiones verbales hacia la CB y sus usuarios "piratas" lanzadas públicamente por funcionarios de Telecomunicaciones), y a través de la frecuencia convocó una reunión para tratar el tema de la legalización de la CB, reunión que tuvo lugar el 10 de enero siguiente (1981) en la planta alta de un bar ubicado entre los barrios de Sants y Hostafrancs de Barcelona (no recuerdo ni el nombre del bar ni su dirección), a la que asistieron poco más de 20 cebeístas de Barcelona y su entorno inmediato (entre ellos el que escribe este artículo), así como Francisco Medrano (director de la revista 27 MHz, y venido expresamente desde Madrid a esta reunión). De resultado de lo tratado, se decidió constituir la una asociación que trabajara por la legalización de la CB en España, siendo la veintena de los asistentes los miembros fundadores de ésta, y se procedió en los siguientes meses a su registro legal como asociación de ámbito nacional ante el Ministerio del Interior, y cuya única finalidad social fue la de promover ante la administración española el reconocimiento legal de la CB en 27 MHz en España. Su nombre al ser registrada, un tanto largo, fue Asociación Pro Legalización del uso general de la banda de frecuencias de 27 MHz en España, aunque sería más conocida entre los cebeístas como Asociación Pro Legalización, para abreviar.
Los estatutos de la Asociación reflejaban este único fin social: "Conseguir la legalización del uso de pleno derecho de la banda de frecuencias de 27 MHz en España, mediante los adecuados aparatos emisores-receptores. Para la legalización de esta finalidad, organizará reuniones de estudio e informativas con los diferentes elementos, grupos y personas físicas interesadas en el tema, en base a todo lo cual, elaborará los correspondientes estudios, para trasladar a la Administración sus diferentes propuestas en los aspectos técnicos, prácticos, éticos y reglamentarios".
Desde el número 5 de la revista 27 MHz (de febrero 1981) se hizo un llamamiento a los cebeístas españoles para unirse en un proyecto de demanda a la Administración instando al reconocimiento legal de la CB en España, y con ello se consiguió que a la Asociación Prolegalización pronto se adhirieran cebeistas y clubs de CB de toda España, aunque la asociación no contó con todo el apoyo y colaboración por parte de los cebeistas españoles que sería deseable (algo que también quedó reflejado en los comentarios de algunos usuarios que no lo veían claro o no les interesaba el tema, publicados en números posteriores de la revista 27 MHz). De hecho, la Asociación Prolegalización nunca contó con demasiados socios en toda España (no llegaron a los 400 socios efectivos), lo que contrasta con la elevada cantidad de cebeístas que habían en España, estimada por entonces en unos 400.000 (reales ?). Se adhirieron a la Asociación tanto cebeístas individuales como clubs de CB (Radioclubs Distrito 24/11, ACAE y ANARO de Madrid, AAEB y Club Catalonia de Barcelona, Club Petrelda de Petrel Alicante, Radioclub Capdepera de Mallorca, etc...).
Nombres de algunos de los primeros fundadores de esta asociación (presentes en la reunión de enero de 1981), para la historia de la CB española: Albert Bertrana (QRA Ofuna, promotor y presidente de la asociación), QRA Caballo Blanco, Enrique Garriga Umbert (QRA Charlie Magoo), Fernando Fernández de Villegas (QRA Macuto, autor de este documento), QRA Capitan Grant, Marta Díaz Mondéjar (QRA Sedaca, la esposa de Albert Beltrana), Antonio Egea (secretario de la asociación), José Coma (vicepresidente de la asociación), Francisco Medrano (director de la revista 27 MHz), Oscar Huergo, Carlos Castellanos, entre otros. A través de la revista 27 MHz la Asociación Prolegalización tuvo una importante difusión nacional entre la CB española, y de hecho Francisco Medrano, director de la revista (editada en Madrid), estuvo en la reunión convocada el 10 de enero, que llevó a la fundación de la Asociación.
La Asociación Prolegalización mantuvo contactos periódicos con el entonces Ministerio de Transporte, Turismo y Telecomunicaciones, presentando propuestas, informes técnicos (de hecho, Albert Bertrana formaba parte del equipo técnico de la marca Sadelta, prestigiosa marca fabricante de micrófonos preamplificados para CB y radioafición) , etc... y siguiendo el proceso que llevó a cabo dicho Ministerio con vistas a publicar una normativa legal de la CB. El primer escrito dirigido al Ministerio se realizó en marzo de 1981 y es acusada por el Ministerio en julio, indicando que lo pasaba a las secciones competentes para su estudio. A finales de mayo de 1981 la Asociación es admitida como miembro de pleno derecho en la Federación Europea de la CB, integrada entonces por Reino Unido, Alemania, Luxemburgo, Francia y Suecia. Por su parte, la Asociación también informaba a sus socios de la evolución de dicho proceso en sus asambleas y a través de circulares, y a veces a través de la revista 27 MHz, al menos hasta la desaparición de ésta en verano de ese año (tras lanzar 11 números).
En octubre de 1981 tiene lugar una reunión de representantes de la Asociación con el Subsecretario de Transporte y Telecomunicaciones, y éste anunció que el Ministerio estaba preparando una Orden Ministerial que legalizaba y reglamentaba el uso de la banda de 27 MHz para comunicaciones de tiempo libre (con lo cual se estaban preocupando por este asunto), pero previamente se debía publicar un Real Decreto referido a los equipos radioeléctricos en general que estableciera las condiciones generales de tenencia y uso de los equipos radioeléctricos, así como las condiciones para el establecimiento y régimen de las estaciones radioeléctricas (no había casi nada reglamentado al respecto). Una vez publicado dicho Decreto, se podían publicar después disposiciones específicas para cada tipo de comunicaciones radioeléctricas y sus equipos, una de las cuales sería la que reglamentaría la CB en España. Dicho Real Decreto sería aprobado en el Consejo de Ministros el día 3 de septiembre de 1982, y publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 29-10-1982.
Importante fue la presencia de la Asociación Prolegalización en el famoso certamen internacional de la industria comercial del sonido y de la imagen que se celebraba entonces anualmente en el recinto de la Feria de Muestras de Barcelona, el Sonimag, en su edición número 20. Tuvo lugar la semana de finales de septiembre y principios de octubre de 1982 (del 28-09 al 03-10), y la Asociación contó con un espacio cedido en un rincón del stand de la de la UNCET (Unión Nacional de Centros de Enseñanza Técnica), entidad que también apoyaba la legalización de la CB en España (en sus boletines publicó notas y artículos al respecto).
En este stand la Asociación Prolegalización instaló una estación de CB de la época de 80 canales AM/FM, y que había sido legalizada ante Telecomunicaciones para su uso temporal durante ese certamen como estación experimental. Hay que recordar que la CB seguía sin estar legalizada como tal en España, seguía vigente la reglamentación PR-27 de 1974, que no contemplaba el uso lúdico de los equipos de 27 MHz. La estación podía conectarse a dos antenas, una de base externa, en la azotea del palacio de congresos donde estaba el stand de la UNCET, y otra de base de tamaño reducido, ubicada en lo alto de un mástil dentro del stand, colocada entre las varillas de una antena de televisión a la que se conectaron dos televisores en paralelo, uno de ellos de color, bien diseñado contra interferencias de radio, y el otro de menor calidad, de blanco y negro, más antiguo y susceptible de ser interferido por emisones de CB. Veremos más adelante el porqué de esto.
Dentro del marco del Sonimag 20, se iba a celebrar una mesa redonda para tratar el tema del presente y el futuro de la CB en España entre varios representantes de la Asociación Prolegalización, algún fabricante de equipos radiotelefónicos y accesorios, representantes de algunas de las más prestigiosas revistas técnicas especializadas en electrónica, un representante del Colegio Oficial de Telecomunicaciones (el ingeniero de telecomunicaciones Félix Pérez Martínez), y un representante del Ministerio de Transporte, Turismo y Telecomunicaciones. Por parte de la Asociación estaban parte de la junta directiva: Alberto Bertrana Bernaus (presidente), Antonio Egea (secretario) y José Coma (vicepresidente), mientras que el representante del Ministerio de Transporte, Turismo y Telecomunicaciones fue Pascual Menéndez Sánchez, jefe de la sección de utilización del espectro radioeléctrico y doctor ingeniero de Telecomunicaciones.
Dicha reunión tuvo lugar el martes 29 de septiembre, y el representante del Ministerio, sr. Pascual Menéndez, constató que el Ministerio iba a regular el uso de la banda de 27 MHz como banda Ciudadana una vez quedara aprobado y publicado el Real Decreto mencionado anteriormente (que ya estaba aprobado el 3 de septiembre, pero no publicado aún en el BOE), informando que el proyecto de normativa autorizaría 22 canales y FM como modulación única, normativa similar a la existente en Francia desde dos años antes. La Asociación le manifestó que dicha normativa no sería fácilmente aceptada por los cebeístas españoles por considerarla muy restrictiva, y proponía una CB de 40, e incluso hasta 80 canales, en AM y banda lateral única (SSB), y la FM opcional, aportando argumentos para ello, y solicitando al Ministerio que aportara si habían razones de índole técnico que no permitieran reglamentar la CB a una normativa más amplia como la solicitada por la Asociación. La Asociación consideraba que 22 canales eran insuficientes en la grandes ciudades, donde habían muchos cebeístas, y por otro lado, informó que en Francia la Administración estaba ya estudiando la ampliación a 40 canales en AM/FM/SSB, ya que los cebeístas franceses no respetaban su propia norma de CB.
Previamente a esta mesa redonda, Bertrana y otros miembros de la Asociación pasaron por el stand de la Asociación (en realidad, de UNCET) con el representante del Ministerio de Transporte, Turismo y Telecomunicaciones, lo que se aprovechó para demostar a este último que las interferencias que sufrían las televisiones de entonces por las emisiones de CB eran debidas más a los propios televisores que a las emisoras de 27 MHz. Y es que por entonces no eran pocas las interferencias que los equipos de CB provocaban en aparatos de televisión y equipos de audio de la época, y parecía que para el Ministerio el problema eran las emisoras de CB, pero también es cierto que en aquella época prácticamente no habían casi normas técnicas de protección de equipos domésticos frente a las interferencias de radiofrecuencia por emisoras próximas, y no pocos equipos domésticos captaban indebidamente ya no solo las emisones de cebeístas próximos, sino también de radioaficionados, e incluso de emisoras de radiodifusión en onda media próximas. Y también es cierto que estos equipos no dotados de protecciones contra la radiofrecuencia, apenas sufrían interferencias de emisiones moduladas en frecuencia (FM), y ello fue la principal razón que decantó al Ministerio por una normativa de la CB con la FM como modulación única.
Y el representante del Ministerio pudo observar cómo al transmitir con la emisora instalada en el stand, conectada a la antena que estaba dentro del stand entremezclada con la antena de televisión, uno de los dos televisores (recordemos que estaban conectados ambos a la misma antena) sufría interferencias, mientras que el otro era inmune a ellas. La sonrisa con que se presentó el representante del Ministerio se tornó inmediatamente en una expresión de sorpresa (¡doy fe de ello!). Ahora bien, entonces, ¿de quién era la culpa de las interferencias, de la emisora de 27 MHz o del televisor? Creo que quedó demostrado.
En honor a la verdad, para esta demostración hubo que hacer algo de trampa, ya que el televisor "malo" no era tan malo como se deseaba para esta demostración, y hubo que buscar un canal de 27 MHz que le hiciera algunas interferencias al televisor (sin embargo, el otro, en ningún canal sufría interferencias). Por cierto, la emisora también provocaba interferencias cuando estaba conectada a la antena interior del stand en la cadena de sonido de otro expositor de un stand próximo.
El sábado siguiente, día 2 de octubre, se realizó una conferencia sobre la CB en España, que también era asamblea informativa para los socios de la Asociación (ya que fueron informados por correo con antelación), y que estaba incluida en el programa oficial de actos de Sonimag. Junto con la presencia de Jean d'Avignono, presidente de la FFCBL (Federanción Francesa de la CB Libre), los representantes de la Asociación Prolegalización (miembros de la junta) hicieron un breve repaso a la historia de la asociación, se hizo un resumen de lo tratado en la mesa redonda del martes anterior, y se abrió después un debate con los asistentes (que no llenaron la sala, lo que supuso cierta decepción), algunos de los cuales expusieron las persecuciones e incautaciones de emisoras de CB que sufrían automóviles equipados con éstas en distintos puntos del estado, entre otras cuestiones.
Finalmente, en verano de 1983 la Administración española legalizó el uso de la CB en España (Orden Ministerial del 30-06-1983, publicada en el BOE el 1-08-1983), aunque con una normativa un tanto restrictiva, que autorizaba 40 canales en FM y 4 vatios de potencia máxima. Esta normativa supuso por ello un jarro de agua fría para los cebeístas españoles, que en su mayoría empleaban la modulación de amplitud (AM). No obstante, como aspecto "positivo", la normativa publicada permitía a los usuarios de CB que ya existían antes de su publicación y hasta que se homologaran los primeros equipos según la norma aprobada (equipos denominados en esta norma ERT27 ), que pudieran utilizar los equipos que ya tenían si los modificaban para operar en las condiciones indicadas (40 canales, FM, 4 vatios), algo relativamente fácil de realizar en equipos que ya contaran con la FM.
La CB se había legalizado tras algo más de dos años y medio de lucha de la Asociación Prolegalización. Se había reconocido y legalizado, ya había una normativa sobre la CB en España, que no fue a gusto de los usuarios, pero estaba ya legalizada. Como hecho incomprensible por parte de la Administración, tuvo lugar una vergonzosa inspección por parte de Correos y Telecomunicaciones en la sede de la Asociación en Barcelona unos días antes de la publicación en el BOE de la Orden Ministerial del 30 de junio que legalizaba y regulaba la CB, que ya estaba firmada desde hacía unas semanas (¿A qué vino esto? ¿Fue una pataleta de funcionarios de Telecomunicaciones que siempre habían denigrado la CB?).
Una vez legalizada la CB en España, la Asociación convocó una reunión en la que se decidió su disolución, ya que había cumplido sus objetivos de la legalización de la CB en España (además así lo establecían sus estatutos), y dejó la labor de organización de la CB y la petición de mejoras de la norma española de la CB ante la Administración a las federaciones de CB que surgieran en España posteriormente. Cuando se disolvió, la Asociación contaba con algo más de 300 socios.
Pero esto ya es otra historia...
Por Fernando Fernández de Villegas
Estación Macuto, antiguo Bravo-254 (de la AAEB), Barcelona.
Miembro fundador de la Asociación Prolegalización
Actualizado: 26-03-2023.