HISTORIA DE LA RADIO (GENERAL)

 

10.- LOS ALTOPARLANTES

 

Del nacimiento de la radiodifusión hacia el año 1920 hasta los años 1927-1930, esos años se denominan la "Era del altoparlante". Durante estos años los receptores de radio estaban compuestos como mínimo por tres partes separadas: la caja receptora que llevaba las lámparas, la batería o una unidad rectificadora que se podía conectar a la red eléctrica, y el altoparlante. En algunos casos también se añadía una antena interior que permitía ajustarla a la dirección de recepción de las ondas y también sintonizarla a la frecuencia de las emisoras.

Los altoparlantes (loudspeaker en inglés) eran una especie de bocina o trompeta que solía ser muy vistosa, que se añadía a aquellos primitivos receptores de radio de la época, también bastante vistosos.

Los altoparlantes nacieron el año 1907, y eran usados en aquellos años sólo para ensayos y pruebas de laboratorio. El gran "boom" de los altoparlantes se produjo con el nacimiento de la radiodifusión a inicios de los años 1920's. Sólo en los Estados Unidos diez empresas fabricaron 2 millones de altoparlantes en un par de años de un total de 5 millones de unidades de entre todo el mundo.

La necesidad del altoparlante con el nacimiento de la radiodifusión a principios de los años 1920's fue una necesidad para sustituir los auriculares de tipo telefónico que se empleaban en los primitivos receptores domésticos de la época. Ya fueran receptores domésticos sencillos de galena o receptores más sofisticados con lámparas, la escucha se realizaba empleando auriculares telefónicos de media-alta impedancia y de uso individual.

Posteriormente, para poder escuchar la radio en grupo y sin estos incómodos cascos auriculares de uso individual, se desarrolló un auricular de mayor formato, al que se acopló una especie de trompeta acústica que amplificaba y dirigía el sonido. Era el altoparlante, que fue el predecesor de los altavoces, y que representa la transición del auricular telefónico empleado con los primeros receptores de radio en los años 20's a los altavoces para escucha individual o colectiva más cómoda desde finales de los 20's - inicios de los años 30's.

A medida que la radio se fue popularizando, y los receptores dejaron de ser aquellos aparatos con cierto aspecto de aparato científico, complicado, caro e incluso peligroso (en la década de 1920), los aparatos de radio se fueron introduciendo en los hogares, normalmente ubicados en un lugar preferente, como podía ser el salón de la casa. Entonces se comprende que cuando comenzó a ser escuchada por aquellos radiooyentes en el salón de sus casas, éstos debían orientar sus orejas hacia donde provenía el sonido, y consecuentemente también la vista.

Para hacerlos agradables a la vista, los altoparlantes, que eran la imagen de la radio en aquellos salones decorados generalmente de una manera preferente, se construyeron lo más vistosos posible, y con los materiales más costosos: madera noble, bronce, tela, celuloide y baquelita. Todos los fabricantes realizaron diseños espectaculares, y muchos de ellos son verdaderas obras de arte. Se realizaron en diversos colores, y éstos tuvieron también una gran relevancia, y contribuyeron a que estos objetos con una finalidad técnica (reproducir la palabra y el sonido) consiguieran un lugar privilegiado en el salón de la casa.

El altoparlante más común es el denominado (por su forma) "altoparlante de cuello de cisne" o "altoparlante de cuerno", que fueron conocidos en España como "altoparlantes de trompeta". De todos los altoparlantes de la época, esta forma la tuvieron aproximadamente el 55% de ellos, mientras que un 20% eran altoparlantes colocados en el interior de una caja generalmente de madera, y el resto tenían formas muy diversas como lámparas de sobremesa, megáfonos, pedestales y figuras de otro tipos.

Los altoparlantes eran muy espectaculares por la variedad de formas, medidas, materiales, colores, decoración, etc, y ello era así porque iban destinados a ocupar un lugar privilegiado de la sala principal de las casas. En aquella época los altoparlantes tenían vida propia, ya que como se ha dicho anteriormente, no iban incorporados dentro del aparato de radio, y eran lo más visto de todo el conjunto. Había pues, una fuerte componente estética en este dispositivo, y denotaba una clase social, ya que los equipos de radio de la época no estaban económicamente al alcance de cualquier persona.

 

Altoparlantes diversos de trompeta, en el Amberley Working Museum (Inglaterra)
Diversos altoparlantes de trompeta de los años 1920's (en el Amberley Working Museum, Inglaterra). Hacia la derecha, se ve un altoparlante de una de las más conocidas firmas de la industria sonora de la época, Magnavox. (Clic en la imagen para ampliarla).

 

La incorporación de los altoparlantes en el mueble de las radios se produjo a principios de los años 30 junto con el nacimiento de las radios denominadas "radios de catedral"; por sus inventores norteamericanos, y que se conocieron en Europa como "radios de capilla", a causa de la forma y decoración de la caja que albergaba el equipo de radio.

Técnicamente los primeros altoparlantes no eran mas que un auricular telefónico de dimensiones ligeramente más grandes que los usados entonces en telefonía, a los cuales se había añadido un amplificador acústico en forma de trompeta. Eran conocidos como altoparlantes de "hierro móvil" porque era una placa fina de hierro (el diafragma) la cual vibraba de acuerdo a las corrientes eléctricas de voz procedentes del receptor de radio y que se aplicaban a la bobina enfrentada al diafragma, y ello producía las ondas acústicas o sonido que era conducido hacia el exterior por la trompeta. La trompeta además mejoraba la eficiencia del acoplo entre el diafragma y el aire exterior, por lo que actuaba en cierta manera como amplificador acústico pasivo, ya que el volumen del sonido generado era superior al percibido por el diafragma sin la trompeta. Esto fue algo importante en aquella época en que los amplificadores de lámparas de aquellos primeros radios no proporcionaban suficiente amplificación sonora, por lo que los altoparlantes ayudaban a conseguir un volumen sonoro adecuado.

Este tipo de altoparlante de placa metálica vibrante daba lugar a un sonido muy agudo y a unas frecuencias muy determinadas (por resonancia mecánica), y apenas reproducían las frecuencias bajas por debajo de una cierta frecuencia de corte, por lo que la reproducción sonora era de baja calidad y baja potencia. En otro tipo de altoparlante se sustituyó la placa metálica por un cono de cartón, también vibratorio, y, debido a la forma del cono de cartón, eran circulares, aguantados por un brazo y apoyados en un pie que aguantaban todo el altoparlante.

La era de los altoparlantes se acabó entre el año 1927 y 1930 debido al descubrimiento e implantación del nuevo dispositivo de reproducción sonora denominado "de bobina móvil", mucho más sensible, potente y de extraordinaria calidad de sonido. Estos nuevos dispositivos de reproducción sonora ya se pudieron incorporar dentro del mueble de la radio, y con ello la radio perdió la personalidad propia de los altoparlantes, pero fue en beneficio de la calidad y la estética de los receptores de radio. Fueron los primeros altavoces.

 

Altoparlante de la firma SAFAR, año 1928. Altoparlante de la firma alemana Baltic
Altoparlante modelo 345 de Freed - Eisemann Radio Corporation, año 1928. Altoparlante de cuerno realizado en chapa metálica
Diversos modelos de altoparlantes de la década de 1920. De izquierda a derecha, y de arriba a abajo:
1- Altoparlante de la firma italiana SAFAR, año 1928, en mueble de madera y con rejilla frontal de bronce decorativa y de protección, con la representación "Donna con Pierrot". De la colección privada de Nelson Manuel L. Rodriguez (Milán, Italia).
2- Altoparlante de la firma alemana Baltic, fabricado en Berlín. Metálico, 44 cm de altura y 35 cm de diámetro.
3- Altoparlante modelo 345 de Freed - Eisemann Radio Corporation, año 1928. En mueble de madera. La boca del altoparlante está protegida con tela y decorada con flores de lis de madera. Foto del Museo Nazionale della Scienza e della Tecnologia Leonardo da Vinci (Milán, Italia).
4- Altoparlante de cuerno, realizado en chapa metálica, 45 cm de altura, 28 cm de fondo y 27 cm de diámetro.

 

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11.- LAS RADIOS DE CAPILLA

 

Las radios de capilla son el exponente de las radios antiguas. Hablar de receptores antiguos es hablar sobre los famosos radios con forma de capilla.

La época de la radiodifusión sonora tuvo sus comienzos a inicios de la década de 1920. El desarrollo de los receptores de esta época estuvo inspirado en unas líneas rectangulares de tipo cajón, con el altavoz exterior al receptor (el altoparlante).

Realmente a principios de los años 20 el diseño de los receptores era sobre todo funcional o técnico: Se trataba de presentar un gran avance, el gran avance que conllevaba la aplicación de las válvulas en el desarrollo de la radio. Pero el diseño de la caja era más bien de tipo técnico, no obedecía a líneas de diseño artístico.

En los últimos años de la década de 1920 las empresas norteamericanas constructoras de receptores iniciaron contactos con firmas de diseño mobiliario, y fueron estas firmas de diseño las que introdujeron las líneas de diseño de radios tipo mueble, como fueron las famosas radios de consola, destinadas a ser ubicabas en el salón del comedor.

La empresa que inició el cambio más importante en el diseño de los receptores de radio fue la empresa Philco, una empresa de Filadelfia (USA) que a principios del siglo XX se dedicaba a la fabricación de baterías y mecanismos eléctricos para la industria floreciente del automóvil, y que en la década de 1920 se introdujo en el negocio de la radio.

Edward L. Combs (1906-41), un joven diseñador de muebles y aún estudiante de Artes de la Escuela de Artes de Filadelfia, y que había formado recientemente una empresa de diseño de muebles, fue encargado por Philco para que trabajara en exclusiva para ellos. Uno de sus primeros proyectos para Philco fue el Gran Fader, un receptor de radio colocado en un reloj de pie para salón. Y en junio de 1930 diseñó la primera radio de catedral (nombre con que se conocieron en Estados Unidos), radios que se bautizaron en Europa como radios de capilla, y cuyo diseño estaba basado en los ventanales de las catedrales góticas. Fue el modelo Philco 20. Como dato curioso, el primer receptor de capilla que se registró con patente no fue el Philco 20, sino uno de la competencia, el Atwater Kent 84, en febrero de 1931, hecho ocurrido 11 días antes de que Philco registrara las patentes de las series 70 y 90, "hermanos mayores" del Philco 20.

 

Radio catedral Philco 20, frontal Radio catedral Philco 20, abierto por detrás.
El receptor de radio Philco modelo nº 20, primer receptor "de catedral" (de capilla) lanzado al mercado en 1930 por la firma Philco. Vista frontal y vista posterior con la tapa de cierre retirada mostrando el equipamiento interior del aparato. (Clic en las imágenes para ampliarlas).

 

Los receptores de capilla eran unos muebles realizados en madera, y eran auténticas obras de arte, e interiormente ya llevaban un cambio tecnológico respecto a lo anteriormente existente. El Philco 20 era un receptor de tipo "Radiofrecuencia sintonizado", ya estaba equipado con 7 lámparas, constituido por un circuito de RF sintonizado con su etapa detectora, volumen regulado por amortiguamiento de la etapa de RF, etapa amplificadora de audio de tipo Push-pull, y altavoz de 8 pulgadas. La siguiente serie Philco ya empleaba el receptor tipo superheterodino, que es la tecnología que actualmente se usa en los modernos receptores de radio. También se pasó de los altavoces de hierro móvil a los de bobina móvil, con lo cual la calidad de audio fue completamente diferente.

El Philco 20 tuvo tan gran cantidad de ventas, que la empresa Philco patrocinó la famosa Orquesta Filarmónica de Filadelfia para retransmitir un concierto a todo el país todos los martes por la NBC, que era propiedad de una cadena de la RCA (que también era fabricante de aparatos de radio y en fuerte competencia con Philco). Philco pensaba que mediante esta propaganda hecha en la competencia podría introducirse en la propia RCA.

El receptor de radio Philco 20 fue el receptor de radio más vendido en la época (años 1930's), y debido precisamente a que las firmas RCA, Crossley y Water Kent estaban aún con los receptores de sobremesa, y Zenith y Majestic estaban haciendo aún cónsolas. También fue el primer producto doméstico en ser anunciado en spots a gran escala en los cines de la Paramount. Fue conocido también como "The Philco Baby Grand".

Aprovechando el liderazgo del Philco 20, Lee Coops en 1931 diseñó los Philco 70 y 90, al mismo tiempo que los técnicos de Philco introducían grandes mejoras técnicas, como era el circuito superheterodino.

En Europa se fabricaron modelos que imitaban a los de capilla, y que en el caso de Francia eran conocidos como "Le boite de jambon" (La caja de jamón).

Los radios de Capilla fueron todo un éxito.

 

Radio catedral Philco 90, frontal Radio catedral Atwater Kent 84, primer aparato de catedral registrado con patente.
Año 1931: El receptor de radio Philco modelo nº 90 (izquierda), receptor "de catedral" (de capilla) de Phico con receptor superheterodino, y el receptor Atwater Kent 84 (derecha), primer aparato de catedral registrado con patente. (Clic en las imágenes para ampliarlas).

 

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12.- EL HUNDIMIENTO DEL TITANIC Y LA SEÑAL INTERNACIONAL DE SOS

 

Por la radio y gracias a la electrónica aplicada a la medicina se han podido salvar muchas vidas. Pero la radio ha contribuido a salvar muchas vidas de otra manera, mediante el uso de señales radiotelegráficas.

Desde el inicio de la TSH (Telegrafía sin hilos), los barcos ya disponían de aparatos de radio que no solo les ha permitido recibir y enviar mensajes comerciales o personales, sino que en caso de emergencias podían pedir auxilio.

Fueron los italianos los primeros en proponer en 1903 que se usara una señal de peligro, la señal telegráfica SSSDDD. Aunque esta propuesta se discutió, no hubo acuerdo al respecto, y se deja el tema para más adelante.

La primera señal que se utilizó para pedir auxilio en TSH fue la abreviatura telegráfica CQD. Propuesta por Marconi en 1904 para las estaciones de su compañía a bordo de barcos, CQD no significa "Come Quick, Danger" (Venir pronto, peligro), o "Come Quick, Distress" (Venir pronto, muy urgente), como se cita erróneamente en muchos sitios, simplemente es la señal de llamada general CQ ("Copy Quality") seguida de la letra D, de "Distress" (muy urgente). La compañía Marconi (Marconi Wireless Telegraph Co. Ltd.) había ideado su propio código de señales en esa época en que la radio estaba aún en sus inicios, y en este código de señales, se había adoptado el código CQ con el significado de "Llamada general a todas las estaciones", y el uso de esta señal perdura hoy en día (sobre todo, entre los radioaficionados).

Mientras, los operadores de TSH de la compañía alemana Telefunken (que se había constituido como competencia de la compañía Marconi) en los barcos alemanes, adoptaron en 1905 el código de llamada de socorro SOS, como parte de una serie de regulaciones de radio nacionales que empezaron a ejecutarse en Alemania el 1 de abril de ese año.

Fue posteriormente, en 1906 cuando se celebró en Berlín la segunda Conferencia Internacional de TSH, y dentro del convenio de radiocomunicación que se aprobó, se suscribió también un reglamento entre todas las naciones para dar preferencias a los mensajes de auxilio, y se estableció la primera señal internacional de peligro o desastre. Marconi propuso que fuera la señal SOE, pero hubieron protestas porque la E final, que en telegrafía es un punto, podía "perderse" fácilmente entre el ruido de fondo, y finalmente se decantaron por sustituir la E por una S (que en telegrafía son tres puntos seguidos), quedando la señal SOS (la misma que usaban los operadores de la compañía alemana Telefunken), a la vez que se desechó la propuesta norteamericana de utilizar las siglas NC ("Necesidad de Ayuda inmediata").

La señal de SOS en telegrafía consta de tres puntos, tres rayas y tres puntos sucesivos, y durante mucho tiempo algunos han interpretado que era la abreviatura de "Save Ours Souls" (Salvad nuestras almas), "Save Our Ship" (Salvad nuestro barco), o "Send Out Socour" (enviad socorro). Pero esto no es cierto, las letras de SOS no tienen significado alguno ni es un acrónimo (por lo cual no se escribe colocando puntos entre las letras), simplemente se eligió esta secuencia de letras porque era una señal telegráfica nítida y fácil de identificar para cualquiera que la escuchara (secuencia de tres puntos, tres rayas y nuevamente tres puntos), tal como reconoció posteriormente Marconi en el 'Anuario de Telegrafía y Telefonía Inalámbrica' de 1918. Era una señal telegráfica que podía enviarse en cadena (incluso sin pausas entre las letras), podía lanzarse con rapidez y de forma repetida en breves intervalos, y requería poco esfuerzo para ello. Era una señal fácil de transmitir en código Morse durante una emergencia y era fácil de reconocerla incluso en malas condiciones de recepción.

Si bien fue en la conferencia internacional de TSH de Berlín de 1906 cuando se aprobó el uso de la señal SOS como señal estándard de petición de auxilio, se adoptaría oficialmente en todo el mundo (especialmente en el ámbito naval) el 1 de julio de 1908, pero los radiotelegrafistas británicos y los de la compañía Marconi siguieron utilizando instintivamente la señal CQD para petición de auxilio (asociada, si fuera necesario, con la aceptada internacionalmente SOS). Incluso Estados Unidos, que se resistió a la regulación de radio internacional, no firmó el acuerdo sobre el SOS. Y no sería hasta la siguiente conferencia mundial de radiocomunicaciones cuando se implantó definitivamente la señal SOS, dejándose de usar definitivamente la señal CQD. Ello ocurrió el año 1912, después de la tragedia del Titánic, que ocurrió la noche del 14 al 15 de abril de ese año.

La primera llamada de socorro mediante CQD tuvo lugar en 1908 por el barco californiano Santas Rosa. También ese mismo año el vapor Minnehaha, que iba de Nueva York a Londres, fue el primero en utilizar la señal de SOS al embarrancar en Inglaterra en medio de una fuerte niebla (otros citan al buque Slavonia el primero en emplear la señal SOS el 10 de junio de 1909). La frecuencia para las señales de SOS había sido fijada ya en 500 kHz (la cual ha perdurado como frecuencia de llamada de emergencias marítimas hasta la década de 1990), pero en Estados Unidos no se había oficializado aún ni la señal de SOS ni la frecuencia de llamadas de emergencia marítimas de 500 kHz, que habían sido oficializadas en Europa a través de la conferencia de Berlín de 1906, y tardaría Estados Unidos en aceptarlo plenamente, incluso varios años después de la tragedia del Titánic.

Fecha significativa no sólo para la historia de las telecomunicaciones, sino también para la Humanidad, fue el 15 de abril de 1912, fecha en que se hundió el famoso trasatlántico Titánic. En la noche del 14 al 15 de abril el Titanic colisionó con un iceberg en aguas del Atlántico Norte a unos 600 km al este de Terranova (Canadá), hundiéndose dos horas después en la ubicación 41°44' N - 50°24' W. Gracias a las comunicaciones inalámbricas, lanzó señales de socorro CQD, pero también utilizó la señal SOS, y pudo recibir ayuda (aunque una vez hundido el trasatlántico) pudiendo ser salvados 710 pasajeros (que estaban a la deriva en botes de salvamento del Titanic), pero murieron 1514 personas, algunas de ellas muy notables (Nota: Según la fuentes consultadas, el número de muertos y de supervivientes varía, pero están en torno a las cifras indicadas). Este uso de la señal SOS emitida por los operadores de radio del Titanic popularizaron su uso, y con ello prácticamente dejó ya de usarse la vieja señal CQD que aún empleaban los radiotelegrafistas de la compañía Marconi.

A nivel de las comunicaciones radiotelegráficas, a las 05.47 UTC (que correspondía a poco depués de la medianoche local) se recibió la última señal enviada por radio por el Titánic, se supone que pocos minutos después se partió el casco del buque y se hundió la sección de proa. Jack Philips y Harold Bride eran los radiotelegrafistas del Titanic, que eran empleados de la compañía Marconi, y los mensajes radiotelegráficos que enviaron permitieron la salvación algo más de 700 personas. Jack Philips, de 25 años, no sobrevivió a esta tragedia, muriendo de hipotermia en el agua tras hundirse el trasatlántico (ello, pocos días después de su 25 cumpleaños). Bride, segundo telegrafista de a bordo, sí sobrevivió, gracias a uno de los botes salvavidas plegables del Titanic.

 

Los dos operadores de la sala de radio del Titanic: Jack Philips (izquierda) y Harold Bride (derecha).
Los dos operadores de la sala de radiotelegrafía del Titanic: Jack Philips (izquierda) y Harold Bride (derecha). Jack Philips no sobrevivió al hundimiento. Observe el detalle en la gorra de Philips: el emblema de la compañía Marconi.

 

La señal de socorro inicialmente empleada para comunicar la situación del trasatlántico fue "CQD CQD CQD CQD CQD CQD de MGY MGY MGY MGY MGY 41.44 N 50.24 W", donde MGY era la identificación del Titánic. Pero como apenas contestó algún barco próximo, al cabo de una hora el capitán Smith dijo a Philips que usara la nueva señal de socorro (SOS), y Jack Philips usó un par de veces la señal "SOS MGY", por si algún operador de TSH de algún barco próximo no conocía una u otra señal de auxilio. Las señales de socorro indicaban además la posición del trasatlántico. Gracias a ello, el barco Carpathia lo pudo sentir, y acudió a toda máquina en ayuda del Titánic, que, si bien se hundió horas antes de su llegada, permitió el rescate de algo más de 700 personas.

MGY era el distintivo de radio del Titanic. La M de primera letra del distintivo de radio era la que usaban la mayoría de las estaciones de radiotelegrafía de la compañía Marconi. Era un año en el que aún los distintivos de radio eran un poco aleatorios, pues no habían sido normalizados en alguna Conferencia Mundial de Radio, y cada compañía los cogía y asignaba como quería. Por ello, la compañía Marconi Wireless Telegraph Co. Ltd. había adoptado la letra M como primera letra para los distintivos de radio de la gran mayoría de sus estaciones, mientras que la alemana Telefunken había adoptado la T como primera letra. La segunda letra indicaba el país al que pertenecía el barco (G = Gran Bretaña, F = Francia, etc).

 

Imagen que se presume auténtica de la sala de radio del Titanic MGY
Imagen que se presume auténtica de la sala de radio del Titanic MGY, con uno de los dos operadores en su puesto de trabajo. Sería la única fotografía existente de la cabina de radio del Titanic. Fue tomada por F. Browse, un pasajero que desembarcó en Queestown durante el viaje inaugural.

 

A comienzos del año 1912 la mayoría de los barcos de pasajeros que frecuentaban el Atlántico Norte ya disponían de estaciones de radiotelegrafía, pero éstas no pertenecían al armador del barco, sino que eran un servicio contratado a alguna compañía de comunicaciones. La compañía líder en aquellos años era la compañía Marconi, y el servicio estaba enfocado principalmente como negocio de comunicaciones. Naturalmente, en caso de problemas o catástrofe la radio era empleada y suponía una ayuda decisiva.

En 1912, tras la tragedia del Titanic, también se oficializó definitivamente la frecuencia de 500 kHz como frecuencia internacional de llamada de socorro en el mar, exigiéndose un silencio en esta frecuencia de tres minutos pasados los minutos 15 y 45 después de cada hora (algo que se reafirmó en la Conferencia Internacional de Radiotelegrafía de 1927, en vista de que los intercambios de tráfico de potentes estaciones en esta frecuencia podía interferir y anular posibles llamadas de emergencia). Algo similar pasaría con la frecuencia de 2182 kHz años después, para llamadas de socorro en fonía.

La señal telegráfica de SOS y la frecuencia de llamada internacional para emergencias marítimas de 500 kHz se continuaron utilizando hasta 1999, cuando los grandes buques dejaron de usar el código morse en favor del Sistema Mundial de Socorro y Seguridad Marítima por Satélite (GMDSS, Global Maritime Distress and Safety System).

Otra señal de urgencia que se empleó por aquellos años fue la señal XXX, que tenía una consideración menos urgente que la señal SOS. También se empleó la señal TTT como señal de peligro para advertir de hielos próximos, tormentas u otros peligros de navegación. También se adoptó la palabra española MEDICO cuando un barco sin médico a bordo necesitaba ayuda médica (que llevaran un médico desde tierra o desde algún barco próximo) por necesitarlo algún miembro de la tripulación. Y finalmente, cuando años después se impuso la fonía, la señal telegráfica SOS pasó a ser en fonía la palabra MAYDAY, la señal XXX pasó a ser la palabra PAN, y la señal TTT pasó a ser la palabra SECURITE, estableciéndose en la Conferencia Internacional de Radiotelegrafía de 1927 la frecuencia internacional de llamadas de socorro en fonía en 2182 kHz, y estableciéndose que se exigiera un silencio en esta frecuencia en los tres minutos que siguen a los minutos 00 y 30 dentro de cada hora.

MAYDAY surgió durante la II Guerra Mundial, y procede de la expresión francesa "m'aider" (traducible como "ayúdenme"). La expresión la inventó el oficial de radiocomunicaciones inglés Frederick Stanley cuando los aliados necesitaban establecer una llamada única para ingleses, americanos y franceses. Erróneamente Stanley interpretó la llamada de los aliados franceses "m'aider" como "mai-dai" (fonéticamente en inglés "Día de mayo"), y de ahí surgió la llamada de auxilio MAYDAY.

 

Historia de la tragedia del Titanic

Gracias a la popularidad que habían adquirido los trabajos de Guglielmo Marconi con la radio, esta tecnología se incorporó a los buques desde el cambio de siglo (del siglo 19 al 20), pero su uso estaba muy lejos de ser universal en 1912. Es decir, no todos los buques tenían su “correspondiente y reglamentado” equipo de radio. Más aún, la radio no era un elemento propiedad del buque, destinado a cumplir funciones de logística y/o estrategia para apoyar su operatividad. Los operadores de las estaciones radiotelegráficas, en este caso del Titanic, eran empleados de la Marconi Company, y no eran subordinados del capitán y/o los oficiales del buque. Eran personal autónomo, contratado en este caso por la empresa White Star Line, propietaria del buque Titanic, a la Marconi Company. Por lo tanto, los mensajes radiotelegráficos eran utilizados principalmente por los pasajeros del barco y para las comunicaciones entre los operadores de radio y la compañía de Marconi. Esto significa que fueron considerados como una simple ayuda a la navegación ya que, como se ha mencionado, esta práctica carecía de todo tipo de regulación. Y es que en aquellos años, la sala de transmisiones era en realidad una diversión ideada para los adinerados pasajeros de primera clase, que podían enviar mensajes a través del Atlántico. El precio de aquellos “Marconigramas” (nombre que recibían esos mensajes telegráficos) era equivalente a unos 63 dólares de la actualidad (del año 2020), y fue todo un éxito entre los pasajeros.

La tragedia del Titanic destacó este hecho, ya que se habían recibido varias advertencias de presencia de hielo en la zona, pero al no estar subordinados los operadores de la sala de radio a los oficiales del buque, por no ser oficialmente miembros de la tripulación, estas advertencias no fueron informadas al puente de mandos del barco.

Volviendo al Titanic, el barco se botó sin chimeneas ni mástiles el 31 de mayo de 1911 en Belfast (Irlanda del Norte), y terminarlo llevó 11 meses más. En enero de 1912 se le asignó por error el indicativo de radio MUC, pero éste estaba asignado al buque Yale de los Estados Unidos, por lo que se le cambió a los pocos días por el indicativo MGY. Los indicativos eran asignados por la Compañía Marconi (sus indicativos comienzan por la letra M), ya que ésta iba a equipar una estación radiotelegráfica en el barco.

Por entonces, los indicativos de las emisoras de radio a bordo de embarcaciones comenzaban por la letra que identificaba el fabricante de la emisora que llevaba a bordo: M = Marconi, T = Telefunken, etc... , por lo que la emisora de a bordo del Titanic era una Marconi, y por tanto, la primera letra del indicativo era la M. La segunda letra identificaba al país al que pertenecía la embarcación: G = Reino Unido, F = Francia, etc...

El 2 de abril de 1912 se incorporaron al buque los equipos de radio que constaban de dos transmisores y dos receptores, todos instalados como un equipo único en la sala de radio, la "Sala Marconi". El propio Guillermo Marconi dirigió el montaje de la sala. El transmisor principal era una estación radiotelegráfica a rotor multichispa que se alimentaba con la tensión de iluminación de la nave y era capaz de entregar 5 kW (5000 vatios) en antena. El segundo transmisor era para emergencias, funcionaba a baterías junto a un “moto-generador” independiente, constituida por un carrete de Rumkoff de 25 cm de diámetro, y podría proporcionar una potencia de 1,5 kW. Por supuesto que los transmisores de la época no eran nada parecidos a lo que hoy podemos conocer como un transmisor de radio. Su principio de funcionamiento se basaba en una máquina rotativa o un carrete de Rumkoff que generaba alta tensión, la que, al operar el manipulador telegráfico, generaba arcos eléctricos que se descargaban en la antena, tras atravesar elementales circuitos sintonizados L-C. Eran, pues, antiguos transmisores de chispa.

Por su parte, el receptor principal era un modelo Marconi moderno (para la época) y trabajaba por detección magnética con la correspondiente escucha a través de auriculares. El receptor de reserva era un modelo más antiguo (basado en el cohesor de Branly, menos sensible) que aseguraba una recepción sin inconvenientes y registraba la actividad (las señales telegráficas recibidas) en una cinta de papel que iba avanzando lentamente.

La antena del Titanic estaba ubicada en la parte más alta del buque, entre los mástiles de proa y popa, elevada a unos 250 metros del nivel del mar. Había sido diseñada por el propio Marconi y era una antena de cuarto de onda en forma de “T” preparada para trabajar en frecuencias cercanas a los 700 kHz, aunque mediante un acoplador inductivo en la sala de radio podía trabajar en 500 kHz. La primera frecuencia estaba dentro de la banda de frecuencias utilizada para comunicaciones entre naves marítimas (barco – barco), mientras que la banda de los 500 kHz estaba establecida desde 1908 para comunicaciones con estaciones en tierra y para llamadas de socorro.

Ese mismo 2 de abril de 1912, el Titanic zarpa desde Belfast con destino a Southampton (sur de Inglaterra) para realizar las primeras pruebas de navegación. Phillips y Bride, los dos radiooperadores del Titanic, por su parte se dedican a instalar la estación de radio en la denominada Marconi Wireless Room (Sala Marconi de telegrafía sin hilos, lo que actualmente se denominaría “cuarto de radio”) y por la tarde se dedican a realizar contactos con estaciones costeras locales, a baja potencia, iniciando de este modo, los ajustes de la antena, los transmisores y los receptores. Al día siguiente, terminan los ajustes de la estación por la mañana, y al llegar la tarde se hace una prueba de la estación a plena potencia. Se realiza la llamada general “VVV CQ DE MGY” (“Transmisión de prueba, llamada general del buque Titanic”). A esta primera llamada contesta la Estación Radiotelegráfica de Tenerife (Islas Canarias), con lo que se convierte en la estación "madrina" del Titanic. La distancia alcanzada fué de 2000 millas náuticas (unos 3700 km). Curiosamente, el centro radiotelegráfico de Tenerife, instalado también por Marconi, estaba también en fase de pruebas en aquellos días, disponiendo de una gran antena soportada por cuatro torres de 75 metros de altura, y estaba ubicada en el actual barrio de Las Cuatro Torres de Santa Cruz de Tenerife.

Luego de intercambiar reportes de señales y de calidad de transmisión con la estación de Tenerife, hicieron otra llamada y contestó una estación de Port Said, en Egipto (3000 millas, unos 5.500 km). Estos dos comunicados confirmaron que la estación de radio del Titanic estaba en condiciones operativas, ya que el barco siempre podría estar comunicado con radios costeras de un lado u otro del Océano Atlántico. Los equipos de radio provistos al Titanic estaban garantizados para comunicaciones de 250 millas náuticas en cualquier tipo de condición, pero se podían mantener comunicaciones de hasta 400 millas de día y 2000 millas en la noche, teniendo buenas condiciones de propagación.

El Titanic zarpó el 10 de abril de 1912 desde Southampton en su viaje inaugural. Pasa por Francia ese mismo día para recoger pasajeros y varios automóviles Renault, y después se dirige a Irlanda, fondeando en Queenstown el día 11, donde vuelve a recoger más pasajeros. Dos horas después, leva anclas con destino a Nueva York. Curiosamente, el propio Marconi iba a embarcarse en este viaje inaugural, pero una gripe se lo impidió.

Durante la travesía, la emisora no para de trabajar, los pasajeros envían numerosos telegramas de salutación a sus familias y conocidos en tierra celebrando la alegría del viaje, junto con los mensajes protocolares que los operadores debían mantener con la empresa Marconi Company. También recibían las noticias del "La Patrulla del hielo" de la Armada de Estados Unidos, que transmitían la situación de los icebergs que se desprendían de la zona ártica y que iban al Atlántico Norte.

Los dos jóvenes operadores, Jack Philips (oficial jefe radiotelegrafista) y Harold Bride, ambos empleados de la compañía Marconi, trabajan a turnos. En las primeras 36 horas de viaje, los dos operadores de la estación enviaron más de 250 telegramas. Poco podían imaginar que apenas tres días después, estarían enviando un mensaje de socorro rogando por sus vidas.

Pero la noche del viernes día 12 se produce una grave avería en la estación de radio, y como Philips y Bride no quieren hacer la travesía del Atlántico con el equipo de reserva, de menor alcance, intentan reparar la estación principal, trabajando sin descanso durante lo que quedaba del día 12 y todo el día 13. Al día siguiente, el domingo 14 de abril de 1912, pasado el mediodía, logran resolver la avería. Las transmisiones del Titanic se retoman con la estación de Cabo Race (Terranova, Canadá). Tenían que enviar aún más de 200 telegramas acumulados de los pasajeros, y tardan varias horas hasta dar salida a todos, ya al anochecer. La avería, su resolución y el ritmo de la transmisión posterior de los telegramas de los pasajeros dejaron agotados a los dos operadores, y posiblemente les supuso no haber prestado atención a mensajes de otros barcos, algunos de los cuales informaban de la presencia hielo a la deriva.

40 minutos antes del choque del Titanic con un gran iceberg de hielo, y mientras aún estaban pasando telegramas con Cabo Cape, la radio del Titanic es de repente interferida por fuertes señales provenientes de dos buques, el “Californian” (MWL, un buque de transporte mixto) y el buque alemán “Frankfurt” (DTF), cuyos radiooperadores están charlando desenfadadamente. El Califonian estaba a pocas millas del Titanic, y sus señales debieron ser atronadoras en la sala de radio del Titanic, y más teniendo en cuenta la pobre selectividad de los receptores empleados y el gran ancho de banda de las transmisiones de las estaciones radiotelegráficas a chispa.

En esta conversación, Cyril Evans, radiotelegrafista novato marconista del Californian, comenta al operador de Frankfurt (de Telefunken, y por tanto, de la competencia de Marconi) que estaban detenidos, sin navegar, debido a la presencia de demasiado hielo flotando a la deriva (aunque no se citaban posiciones geográficas, pero seguían la ruta del Atlántico Norte, la misma que seguía el Titanic). No se trataba de un aviso, era una charla informal, y sin advertir la peligrosidad de este comentario, a partir de ese momento, los operadores del Titanic comienzan a indicar a ambos buques que se trasladen a la frecuencia superior de la banda (en 700 kHz), destinada a la comunicación entre navíos, para continuar su diálogo, ya que Titanic estaba en una situación precaria de comunicación radial y necesitaba la frecuencia de 500 kHz para comunicar con la estación de Cabo Race.

Se dice que Jack Phillips, agobiado por el trabajo que tenía en ese momento, dijo a Cyril Evans “Keep out. Im working MCE” (Manténgase en silencio. Estoy trabajando Cape Race), aunque otros dicen que fue “Shut up. Im working MCE.”, que vendría a significar “¡Cállese! Estoy trabajando Cape Race”. El buque Californian cesó la comunicación de inmediato y Cyril Evans, posiblemente enfadado por la reprimenda de Jack Phillips, apagó su estación radiotelegráfica para irse a dormir, mientras que el Frankfurt, continuó emitiendo en la frecuencia baja de 500 kHz. Nunca se supo si fue por inexperiencia (era un radiooperador novato) o, lo más probable, por la tremenda rivalidad que existía por aquella época entre las compañías Marconi y Telefunken (por entonces estaba muy mal visto que los operadores de compañías rivales mantuvieran comunicaciones entre ellos), pero el Frankfurt no abandonó su emisión, resultando una molestia terrible para la estación de radio del Titanic. Esto ocurría 40 minutos antes de que el Titanic tuviera el fatídico encontronazo con un gran iceberg.

Antes de 14 de abril 1912, el Titanic había recibido varias advertencias de hielo, por parte de los buques “Caronia”, “La Touraine”, “Amerika”, y “Rappahannock”. Harold Bride apagó el telégrafo por un lapso de tiempo, ese 14 de abril de 1912, para evitar que la máquina se sobrecalentase y se perdió una advertencia de hielo del buque “Californian”. 40 minutos más tarde, ya cerca de la medianoche local (a las 23:40 horas), el Titanic roza lateralmente contra la parte sumergida del iceberg mientras navegaba a 22,5 nudos (41,7 km/h). Ello rasga el lado derecho del casco a unos 5 metros por debajo del nivel de flotación, y aunque la anchura de las rasgaduras no superaban los 5 cm, al afectar a cinco compartimentos estancos de la cubierta inferior del barco, que comenzaron a inundarse, ello supuso un daño mortal al barco. Aunque los daños no parecían importantes al principio, cuando se comprueba que el barco va a hundirse en unas dos horas por la gravedad de los daños causados, comienzan las labores de desalojo del barco (aunque no habían suficientes botes salvavidas) y comenzaron las desesperadas llamadas de auxilio desde el buque a todas las estaciones que pudieran estar a la escucha en ese momento.

Los dos operadores del Titanic comienzan transmitiendo el clásico (para la época) CQD y posteriormente intercalarían la señal CQD con la nueva señal SOS, e indicando la posición del barco (latitud y longitud). El primer mensaje fue CQD CQD CQD CQD CQD CQD de MGY MGY MGY MGY MGY 41.44 N 50.24 W. La sigla CQD estaba considerada desde 1903 como una creación de Marconi. CQ era una señal de llamada general, mientras que la letra D le añadía una expresión de urgencia o peligro. En 1906 la Convención Internacional de Radio Telegráfica en Berlín estableció la señal SOS como señal internacional para pedir ayuda. En 1908, SOS oficialmente sustituyó a CQD como la llamada de socorro, pero los operadores de Marconi rara vez utilizaban la nueva señal de socorro y siguieron empleando la señal CQD. Sólo después de que Harold Bride emitiera su famoso y desesperado SOS desde el Titanic mientras se hundía, la nueva señal de socorro se convertiría definitivamente en norma internacional.

Varios barcos recibieron la llamada de auxilio, entre ellos el “Mount Temple”, el “Frankfurt”, el “Birma”, el “Baltic”, el “Virginia” y el “Carpathia”. El Carpathia, un trasatlántico de pequeño tamaño que cubría la ruta de New York a Fiume (ciudad del entonces en el imperio austrohúngaro), se encontraba a 58 millas (93 km) de distancia, y tras recibir la llamada cambió de rumbo y se dirigió a toda velocidad hacia la posición del Titanic, a pesar del riesgo de encontrar otros icebergs. Y aunque se dirigió a toda máquina hacia la posición del Titanic, tardaría en llegar unas 4 horas, llegando cuando la tragedia ya se había consumado. El Olympic, hermano gemelo del Titanic, también escuchó la llamada de socorro, pero no pudo hacer nada: se encontraba a 500 millas (926 km) de distancia, demasiado lejos para llegar en un tiempo razonable.

Por la hora a la que ocurrió la primera llamada de socorro del Titanic, no debía haber nadie en la sala de radiotelegrafía del Carpathia y los equipos apagados, ya que en aquellos años los radiotelegrafistas de los barcos estaban operativos solo ocho horas al día, pero dado que el radiotelegrafista del Carpathia, Harold Thomas Cottam, era muy amigo de Jack Phillips, se quedó en la sala de radio del Carpathia tras acabar su turno una hora antes para charlar con su amigo cuando acabara de transmitir los mensajes pendientes de enviar, y por ello escuchó la llamada de socorro del Titanic.

En pleno tráfico de socorro del Titanic, el operador del “Frankfurt”, que no conocía bien del idioma inglés, no se acababa de enterar de lo que pasaba y preguntaba machaconamente "¿Qué pasa?", por lo que ya a punto de hundirse totalmente el Titanic, Jack Philips le dice enfadado la famosa frase: "Es usted un imbécil. Manténgase a la escucha. No intervenga". Mientras, en el buque Californian, que estaba tan sólo a unas 10-13 millas de distancia del Titanic y a la vista de éste, no se enteraba de nada al estar apagada su estación radiotelegráfica (Su operador Cyril Evans había apagado su receptor y se había ido a dormir cuando Phillips le mandó callarse). Y aunque desde el Californian observaban que algo raro sucedía en el Titanic (el cual estaba lanzando bengalas blancas), a nadie se le ocurrió despertar al radiotelegrafista para que conectara la estación y preguntara si ocurría algo. Y el capitán (Stanley Lord), que por lo visto estaba borracho en aquellas horas, informado de los hechos, no hizo nada, dijo "Bueno, anótenlo en el cuaderno de Bitácora", y siguió durmiendo la borrachera.

El Titanic, que se estaba hundiendo de proa y escorándose, acabó por partirse por la mitad y poco después se hundió definitivamente, dos horas después del choque y en plena noche. Parte de los pasajeros y la tripulación (710 personas) se salvaron gracias a los botes salvavidas del barco, que resultaron ser totalmente insuficientes para salvar a todos los pasajeros y tripulantes del barco (pero su número estaba dentro de lo establecido). Del resto (unas 1514 personas), la mayoría acabaron en las gélidas aguas y murieron la gran mayoría de hipotermia, otras se hundieron con el trasatántico.

Hacia las 4 de la madrugada (hora local) llegó el buque “Carpathia” al lugar del desastre, y rescató a la mayoría de los náufragos que iban en los botes salvavidas. Logró rescatar a 706 pasajeros (uno fallecido) y además subió a bordo 13 botes del extinto buque, y se retiró del lugar a las 8:50 con rumbo de regreso a New York, momento en el que el “Californian” apareció en el horizonte acudiendo al rescate tardíamente, y fue encargado por Arthur Rostron, el veterano capitán del “Carpathia”, de rastrear la zona en búsqueda de posibles supervivientes.

Jack Phillips, que hacía estado transmitiendo hasta que el barco quedó sin electricidad antes de partirse y hundirse, murió en esa noche fatal, pocos días después de su 25 cumpleaños. Debido a que había estado despierto toda la noche anterior, ocupado a pleno con la reparación del equipo de radio, Phillips estaba demasiado agotado para sobrevivir en el agua helada del océano. Murió de hipotermia cerca del bote salvavidas plegable B y su cuerpo nunca fue recuperado. Harold Bride sobrevivió en dicho bote salvavidas. A pesar de que Bride estaba con los pies quebrados y congelados después del hundimiento del Titanic, mientras se recuperaba en el “Carpathia” insistió en ayudar al único operador de radio del “Carpathia” (Harold Thomas Cottam) realizando el envío de una lista de los sobrevivientes identificados a Nueva York.

En el libro de guardia del radio-operador Thomas Cottam del “Carpathia” se puede leer lo siguiente:

El testimonio de Bride no solo elevó el invento de Marconi a la categoría de leyenda y a su creador a la categoría de héroe. Bride y Marconi restaron importancia a la rivalidad entre los competidores inalámbricos (Marconi y Telefunken) en un testimonio anterior a una investigación del Congreso estadounidense de 1912 sobre el desastre del Titanic. Tras su declaración ante el Congreso, Marconi dejó una corona de flores en una ceremonia en honor al operador del telégrafo del Titanic Jack Phillips.

El Senado estadounidense concluyó que las comunicaciones inalámbricas en el mar debían operar las 24 horas del día en cualquier barco (y no 8 como hasta entonces si había un único operador radiotelegrafista) y exigió una regulación de la industria de la radio de Estados Unidos, lo que impulsó la Radio Act de 1912 en Estados Unidos que se aprobó 4 meses después del hundimiento, en la que se restringió el uso de las frecuencias de onda larga (la onda media en Europa) y se incluyó una disposición según la cual Estados Unidos adoptaba (finalmente) la señal SOS como llamada de socorro estándar. La Radio Act motivó ese mismo año la celebración en Londres la Segunda Convención Radiotelegráfica Internacional, en las cuales se tomaron decisiones que revolucionaron las comunicaciones marítimas y se profesionalizó el trabajo de los operadores de radio a bordo de los barcos.

La tragedia hizo que Marconi lamentara su decisión de monopolizar las radiocomunicaciones de onda media (onda larga en Estados Unidos) en usos marítimos. “Ahora soy consciente de mi error”, dijo en un discurso de 1927.

Después de la catástrofe del Titanic, Harold Bride recibió una bienvenida como héroe cuando regresó a su casa en Beckenham (Inglaterra), y trabajó como telegrafista en una oficina de correos de Londres. Volvió a trabajar en buques en 1913, como operador a bordo del "SS Medina". La Primera Guerra Mundial lo encontró como un operador de radio en un pequeño barco a vapor (Isla de Mona) y más tarde se embarcó en una carrera como vendedor. Harold Bride se casó con Lucy Downie en Stranraer, Wigtownshire, Escocia, el 10 de abril de 1920. La pareja se asentó en ese país y tuvo tres hijos. Bride era un feligrés ávido y rara vez hablaba de lo ocurrido en el Titanic. Murió de complicaciones bronquiales el 29 de abril de 1956.

 

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13.- LA RADIO Y LA TORRE DE EIFFEL

 

La famosa torre metálica Eiffel de París fue diseñada por el ingeniero francés Alexandre-Gustave Eiffel, e inaugurada en 1889 con motivo de la Exposición Universal de París de ese año. Aunque estaba previsto su posterior desmonte, finalmente la torre Eiffel no fue desmontada y se mantuvo como elemento decorativo de la capital francesa.

Ya en 1898, apenas dos años después que Marconi obtuviera su primera patente sobre lo que por entonces se conoció como Telegrafía sin hilos (TSH), el francés Ducretel realizó las primeras experiencias de TSH en Francia, realizando las primeras transmisiones utilizando la torre Eiffel como antena transmisora, y siendo las señales transmitidas recibidas en el Pantheon de París, a unos 4 km de distancia.

A partir de 1905 el interés práctico de la torre Eiffel de París creció notablemente con el uso que se hizo de ella en experimentación de TSH. Por ello en ella se instaló una estación de TSH, realizada por el capitán Ferrié (posteriormente ascendido a general).

Después de varias experiencias negativas realizadas por Ducretel, se llegó a la conclusión de que la capacidad metálica (a efectos eléctricos) de la torre era tal, que no permitía acomodarse a la recepción de las ondas radioeléctricas. El eminente físico Mescat no participó de esta opinión, y puso en contacto al señor Eiffel (creador de la torre en 1889) con el capitán Ferrié, el cual se había especializado en la TSH. El Sr. Eiffel, para evitar que su torre fuera demolida (como estaba previsto), escribió en 1903 a la Dirección del Servicio de Telegrafía Militar poniendo la torre Eiffel a su disposición para ensayos de TSH. Después de aceptar el ofrecimiento, y tras continuas prácticas metódicas coordinadas por el capitán Ferrié, al cual el ministerio de Guerra francés confió en 1904 la gestión de la estación radiotelegráfica instalada en la torre, en los años 1904 y 1905 se obtuvieron algunas comunicaciones a más de 400 Km de distancia (esto queda lejos de los más de 3000 km que consiguió Marconi en 1901 en la primera comunicación trasatlántica de la historia, pero aquí se conseguían comunicaciones fiables desde la torre Eiffel, con una instalación fija en esta torre, y que tenían algún tipo de utilidad, en principio militar). La torre Eiffel se convirtió así en la antena transmisora de TSH más alta del mundo.

En la primavera de 1908 se firmó un convenio entre el ayuntamiento de París, el Ministerio de Guerra y la Sociedad de la Torre Eiffel, lo que permitió multiplicar los perfeccionamientos de las instalaciones, y haciendo de la estación ubicada en la torre Eiffel la primera dentro de las comunicaciones radioeléctricas francesas. En estas instalaciones, la torre servía de soporte de la antena de la estación, mientras que el equipamiento de la emisora estaba ubicado bajo tierra en la base de la torre.

Aparte de las experiencias realizadas con la estación, encaminadas más al ámbito militar, desde el punto de vista práctico la estación de la torre Eiffel se utilizó para la transmisión de las señales horarias y comunicados meteorológicos (dedicados principalmente a la navegación marítima).

Y durante la I Guerra Mundial (1914-18), la torre Eiffel tuvo su importancia como emisora militar. Así, en 1914, iniciada la guerra, desde la torre se pudo escuchar algún mensaje alemán que permitió a las tropas francesas parar con éxito el ataque de las tropas alemanas y el posterior contraataque en la región del Marne. También la interceptación de mensajes alemanes permitió el arresto de la famos espía Mata Hari.

Las señales de la torre Eiffel fueron casi las únicas transmisiones de radio que se pudieron escuchar en España (sobre todo en el norte de España) por los aficionados de la época, ya que hasta la década de 1920 no empezaron a transmitir las primeras estaciones de radio en España.

 

La antena de la torre Eiffel hacia 1914
La antena de la torre Eiffel hacia 1914 (clic en la imagen para ampliarla). Esta instalación radiotelegráfica se instaló en 1908, fue destruida por una inundación del río Sena en 1911, y de nuevo reconstruida. Seis conductores en hebra (brins) aislados en sus extremos con cadenas de aisladores (isolateurs) descendían desde el extremo superior de la torre hacia el suelo del Campo de Marte con la ayuda de cables de tensión atados a pilones de amarre, antes de penentrar con un único conductor por un pozo cuadrado en la estación (poste) subterránea de Telegrafía sin hilos (TSF). Una sala subterránea de motores de suministro de energía, situada bajo uno de los pilares de la torre, estaba conectada a la sala de la estación mediante un pasillo (couloir) subterráneo.

 


Emisora militar de la Torre Eiffel.

 

En junio de 1920 nació la primera emisora de radio de radiodifusión que se puede considerar como tal, la KDKA de Pittsburg, en Estados Unidos, y pronto comenzaron a surgir nuevas emisoras de radiodifusión en Estados Unidos y también en Europa. Impulsada por el ya general Ferrié, la estación militar de la torre Eiffel va a ser convertida en 1921 en la primera emisora civil de radiodifusión francesa, la emisora Poste de la Tour Eiffel (Radio Tour Eiffel).

Se inician las emisiones en pruebas utilizando la estación militar allí instalada y operada por personal militar el 1 de noviembre de 1921, transmitiendo cada día de 16 a 17 horas en una longitud de onda de 2600 metros (113 kHz), y con una baja potencia de 400 a 600 vatios. Durante estas pruebas, se lee en los periódicos, novelas y algunos aficionados pueden cantar o tocar sus instrumentos. A veces series de cifras se emiten para la verificación de la recepción por estaciones militares. Regularmente, un altavoz anuncia: "Aló, Aló, aquí la estación de la Torre Eiffel". En diciembre continúan las pruebas a diario de 16:30 a 17:00, y se radían algunos conciertos utilizando un gramófono colocado delante de un micrófono. El 6 de febrero de 1922 fue la fecha de la inauguración oficial de las emisiones de la Poste de la Tour Eiffel, siendo el inicio oficial de la radiodifusión francesa. Sus transmisiones fueron en la frecuencia de 113 kHz (onda larga) y con una potencia de 1 Kw, transmitiéndose los primeros conciertos y los primeros boletines meteorológicos al gran público. Estos boletines meteorológicos se transmitirían cada día a las 16:30, seguidos de un concierto.

La transmisión en fonía de los boletines meteorógicos desde la Torre Eiffel fue el primer servicio civil radiado regular de información meteorológica. Los boletines meteorológicos diarios se habían comenzado a radiar por radiotelegrafía (TSH) ya el 1 de septiembre de 1913, y durante la I Guerra Mundial tuvieron la consideración de secreto militar. Los boletines meteorológicos radiados a partir de noviembre de 1921 por la ya estación de radiodifusión de la Torre Eiffel eran boletines de difusión nacional de corta duración que resumían las observaciones de los seis centros meteorológicos dispersos por toda Francia que eran comunicadas al centro meteorológico de Toulouse (sur de Francia), y que desde aquí se transmitían a París. Los boletines nacionales eran radiados 4 veces al día (02:15, 08:15, 14:15 y 19:30).

La estación de la torre Eiffel se hizo muy popular, no sólo en Francia, sino que también en los países vecinos, donde muchos aficionados tratan de escucharla utilizando sus primitivos receptores. Esta estación representó el inicio de la radiodifusión francesa. Estuvo activa entre 1921 y 1940 (cuando París fue ocupado por las topas alemanas en la II Guerra Mundial).

 

Emisora de la Torre Eiffel en 1922
Emisora de la Torre Eiffel en 1922.

 

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14.- LOS INICIOS DE LA APLICACIÓN MILITAR DE LA RADIO

 

Desgraciadamente la radio ha demostrado ser ya desde sus orígenes una gran utilidad en el campo militar, ya en la época de la TSH (Telegrafía sin hilos) tuvo una decisiva importancia como arma militar en 1905 en la guerra ruso-japonesa.

En esta guerra la armada japonesa, a pesar de la niebla existente en aquel momento, coordinó el movimiento de sus barcos mediante el uso de la TSH, y con ello consiguió destruir la flota rusa, que sólamente disponía de semáforos de luces para comunicarse, y que fueron ineficaces en la niebla.

Más adelante, en agosto de 1914, recién iniciada la I Guerra Mundial, Inglaterra cortó los cables submarinos que conectaban Alemania con el resto del mundo. A su vez muchas naciones reafirmaron el monopolio del estado sobre todas las comunicaciones, y la TSH pasó bajo el control militar. Se prohibió cualquier tipo de comunicación de TSH fuera del ámbito militar (lo que por otro lado fue una gran dificultad para los primeros radioaficionados, que ya existían en aquella época).

En Estados Unidos provocó un gran escándalo el ataque con torpedos por un submarino alemán al barco Lusitania y su hundimiento, del cual conocían su ruta gracias a las transmisiones del emisor Telefunken situado en la costa americana.

La torre Eiffel de París ha sido siempre emblemática en la historia de la radio, ya que en ella se instalaron emisoras desde la primera época de la radio. Desde ella se emitieron primero señales horarias, después se radiaron los partes meteorológicos, primero en TSH, y más adelante el fonía.

En aquella época había una emisora militar ubicada en dicha torre, cuyo equipamiento estaba ubicado bajo tierra en la base de la torre, y se le confió la misión militar de escucha de las emisiones enemigas. Iniciada la I Guerra Mundial, en septiembre de 1914 se interceptó un telegrama del Estado Mayor alemán en el que se decía que la división que avanzaba hacia París estaba preparada. Esta información se comunicó al general Galieri, y contribuyó en gran manera a parar el avance alemán y a derrotarlos en la primera batalla del Marne.

Por otro lado en el aire los zepelines alemanes aparecen sobre el cielo francés, y Ferrier, el encargado de la instalación militar de la torre Eiffel, utiliza las interferencias para confundir las indicaciones de vuelo dadas por los alemanes desde tierra a sus zepelines, y los hicieron dirigir sobre las líneas francesas, donde fueron invitados a rendirse.

Todo esto confirmó a la radio como una gran arma militar.

 

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15.- DAVID SARNOFF Y EL INICIO DE LA ERA DE LA RADIO. LA COMPAÑÍA RCA.

 

Pocos individuos tienen más derecho a la fama de haber creado la era de la radio que David Sarnoff. Hubo otros antes que él, inventores como Sir Michael Faraday que descubrió los principios de la inducción eléctrica en 1831, o el matemático escocés James Clerk Maxwell, que predijo que las ondas electromagnéticas existían y viajarían a la velocidad de la luz. Pero la verdadera senda que conduce a la radio y la difusión modernas tuvo que esperar algunos años y entonces los inventos entraron rápidamente.

En 1877 el joven científico alemán Heinrich Hertz inventó un aparato para producir ondas electromagnéticas. En 1895, en los EE.UU, Thomas Alva Edison patentó un sistema de inducción telegráfica que resultó ser un desarrollo capital para las comunicaciones inalámbricas. Pero el verdadero genio resultó ser un joven que experimentaba en el huerto de su padre, cerca de Bolonia.

Guglielmo Marconi tenía 17 años en 1895 cuando jugando y experimentando con cables de poste a poste descubrió el principio de lo que sería la antena de recepción. La Oficina de los Correos Británicos le invitó a demostrar su teoría un año después y consiguió la primera patente para telegrafía inalámbrica mediante ondas electromagnéticas.

David Sarnoff nació en la actual Bielorusia en 1891, en la villa de Uzlian, cerca de Minsk. En ella pasó los primeros años de su vida, alejado de todo lo que pudiera significar progreso. A los 4 años su padre partió hacia América, y a los 8 años, con el resto de su familia, salió hacia Liverpool (Inglaterra) y en barco de vapor hacia Montreal (Canadá) y por tren para llegar al punto de entrada de los pobres inmigrantes y las masas de desprotegidos en Manhattan (ciudad de Nueva York). Llegaron el 1 de julio de 1898 poco antes del centenario de los EE.UU. Allí se encontraron al padre agotado y en estado de salud deplorable, por lo que David debió de hacerse cargo de su familia, en calidad de hijo mayor, con apenas nueve años.

Marconi, mientras tanto había ido a más, en 1897 fundaba su Marconi Wireless Telegraph Company. El año siguiente consiguió enviar señales a 29 Km de distancia, y alcanzaba los 68 Km en 1898. Entonces, como suele suceder, la suerte vino en su ayuda. Corría el año 1899, cerca de la costa de Dover un barco estaba en dificultades. Afortunadamente tenía el aparato de Marconi a bordo, utilizando el código telegráfico de Samuel Morse el capitán envió un mensaje pidiendo ayuda y su rescate fue seguido a nivel nacional y dió la vuelta al mundo. En 1901 Marconi, utilizando un cable como antena fijada a una cometa en una colina de St John's en Newfoundland (o Terranova), consiguió recibir los tres puntos que representaban la letra S que había sido transmitida a través del Atlántico mediante un pequeño emisor situado en Poldhu (Cornwall, en Inglaterra), algo que le daría fama para siempre.

Estas historias de señales a través del océano inspiraron al joven Sarnoff y debo decir que su historia completa llenaría una gran biografía. Comenzó vendiendo periódicos por las calles de Nueva York, y posteriormente como mozo de una carnicería, consiguiendo reunir y ahorrar el dinero suficiente que le permitió a los 13 años comprar y ser dueño de su propio kiosco de periódicos, en el sórdido barrio de Hell's Kitchen (en la esquina de la calle 46 con la 10ª avenida en New York), donde aprendió a defenderse de los granujas de la vecindad.

Como se movía en el entorno de la prensa le pareció natural entrar en un periódico y a los 15 años comenzó a trabajar en el famoso New York Herald de James Gordon Bennett's, ganando 5 dólares a la semana como mensajero. Por accidente, entró un día en la oficina de la Commercial Cable Company y contempló fascinado los mensajes que por cable llegaban de Tokio, Londres, París y Ciudad del Cabo.

Sus primeros ahorros los destinó a la compra de un manipulador Morse, y se puso a practicar el código Morse con este manipulador (que todavía se conserva en el Museo Sarnoff), y pronto empezó a enviar y recibir mensajes en sus ratos libres. Lo que le interesaba eran las comunicaciones inalámbricas. Leía libros sobre la nueva tecnología, y al poco tiempo consideró que tenía bastante experiencia, lo que le llevó a solicitar un puesto de telegrafista en la compañía de Marconi, consiguiendo eventualmente un empleo en la Marconi Company ubicada en William Street, New York, como chico de los recados.

Esta fecha (30 Septiembre de 1906) es celebrada hoy día como el nacimiento de la industria de la radio y la difusión en América. Sarnoff sólo tenía 15 años y la compañía Marconi también era joven porque solo tenía 7 años. Los dos crecerían juntos. En 1904 la telegrafía inalámbrica estaba en pleno auge, existían estaciones en ambas costas de los EE.UU que recibían y transmitían señales de todo el mundo. El 24 de diciembre de 1906 pudieron oírse las primeras palabras enviadas por el eter por el Dr. Fessenden, que había utilizado su primitivo equipo transmisor de onda continua.

Sarnoff llegó a conocer a Marconi en persona, y a pesar de la gran diferencia de edad entre uno y otro, Sarnoff consiguió entablar una relación amistosa con Marconi, su verdadero ídolo.

A los 17 años David fue nombrado operador de la estación de TSH (telegrafía sin hilos) de la isla de Nantucket, en Masachusetts. Esta estación poseía una biblioteca muy nutrida, y Sarnoff devoró todos sus libros, y motivó que sus compañeros, el más joven de los cuales le doblaba en edad, empezaran a hacerle el vacío. Pero su talento excepcional y su técnica de manipulación, que fue posteriormente célebre entre los telegrafistas de la época, no pasó desapercibida para sus jefes, y fue pronto destinado como operador en la potente estación que acababa de ser instalada en el último piso de los almacenes Wannamaker, en el barrio neoyorkino de Manhattan. Los almacenes Wanamaker comercializaban productos para radio de la época, y utilizaban los operadores de Marconi como reclamo para empujar las ventas de receptores de radio.

Sarnoff, disponiendo de las noches libres, se inscribió en el Instituto Pratt, en Brooklyn, consiguiendo realizar en un año los estudios de electricidad que normalmente se realizaban en tres años.

En esta situación llegamos a 1912 cuando Sarnoff, trabajando en la estación de los almacenes Wannamaker, el 14 de abril, escuchando mensajes de entrada, pudo captar una débil señal del SS Olympic, situado a 1400 millas. El mensaje decía "El Titánic ha chocado contra un iceberg, se hunde rápidamente". Sarnoff preguntó más detalles y pudo retransmitir la informacion al resto de América.

Permaneció 72 horas en su puesto, recibiendo y enviando mensajes del Titánic, el Carpanthia y otros barcos cercanos a esa terrible posición. El presidente de los Estados Unidos incluso dio la orden de que cesaran las transmisiones de las estaciones de TSH próximas de la de Sarnoff para minimizar las interferencias, y la policía tuvo que contener a las alocadas muchedumbres de familiares y amigos de los pasajeros del Titánic, hasta que desde el primer navío que llegó a la zona del desastre, el Carpantia, se comunicó a Sarnoff los nombres de los últimos supervivientes, 72 horas después del naufragio del Titánic.

La tragedia del Titánic permitió descubrir el alcance y el verdadero valor de la radio a la nación americana y la historia de David Sarnoff con ella. La radio, hasta entonces, no era mas que una curiosidad científica. El Congreso norteamericano no tardó en promulgar una ley que obligara a todos los navíos de pasaje a disponer de un aparato de telegrafía, y dos años más tarde 500 navíos norteamericanos ya estaban equipados de esta forma.

A consecuencia de estos hechos, Sarnoff ascendió rápidamente en la Compañía de Marconi. En 1913 fue nombrado Inspector jefe y en 1914 Director adjunto. Sus ingresos iban en aumento, y como sus hermanos comenzaban a ganar algún dinero, su familia pudo mejorar, aún cuando ocupaban un lóbrego apartamento en uno de los barrios más sórdidos de Brooklin.

En 1914 Sarnoff fue nombrado director de contratación de Marconi. En el año siguiente escribió un manual a sus jefes sugiriendo que el receptor de radio (todavía en fase primitiva para entusiastas del dispositivo de cristal) debería ser revisado radicalmente. Decía "Tengo en mente un desarrollo.. que traerá la música a los hogares por un sistema sin hilos. El receptor puede ser diseñado como una simple Caja de Radio Musical equipada para recibir varias longitudes de onda que podrán ser variadas por el usuario, apretando un simple botón...", pasaba a describir como la Radio Music Box llevaría una antena, como las señales débiles podían ser amplificadas, como podrían darse los resultados del beisbol, trasmitirse conciertos, conferencias y recitales musicales y como podrían anunciarse eventos de importancia nacional. También incluía un cálculo exacto de la cifra de ventas de estas cajas de radio musical en el transcurso de los primeros años. Sus superiores leyeron el informe y lo archivaron. Habían muchos obstáculos técnicos por resolver para llevar a cabo el proyecto, y además, Estados Unidos iba a entrar en la Primera Guerra Mundial.

El año 1914 vió como Europa entraba en guerra, un conflicto que muchos americanos se resistían a aceptar. Marconi America era una compañía británica y el ejército de los EE.UU quería que la organización estuviera bajo su control. Marconi estaba dispuesto a ceder a corto plazo y visitó los EE.UU en 1915 para examinar el nuevo transmisor inalámbrico de General Electric (GE) y convencido presentó una oferta para comprar las patentes de G.E.

La entrada de Estados Unidos en la guerra abrió los ojos de los norteamericanos sobre la importancia capital de las comunicaciones por radio, sistema de comunicaciones que el enemigo no podía cortar. Bajo la presión de las necesidades militares la radio consiguió enormes progresos en muy poco tiempo. En 1917 el gobierno de Estados Unidos se hizo cargo de las patentes de radio de las compañías más importantes de Estados Unidos, para dedicarla tecnología de la radio al esfuerzo de la guerra, y toda la producción de equipamientos de radio fue asignada a las distintas fuerzas armadas de Estados Unidos.

Al final de la Gran Guerra (noviembre 1918), los altos cargos del ejército americano estaban determinados a conseguir una supervisión permanente de los intereses de Marconi en los EE.UU., y que hubiera un sistema de radio nacional en Estados Unidos. La Marconi Wireless Telegraph Company of America (Marconi America) había sido fundada con capital británico y se mantenía bajo control inglés. El presidente Wilson animó a que la General Electric comprara los activos de Marconi en los EE.UU. Con ello se conseguiría que hubiera una compañía de radio propiamente norteamericana, y que el ejército y la armada (Navy) de Estados Unidos pudieran monopilizar las comunicaciones por radio a largas distancias a través de esta compañía.

Esta operación concernía a una multitud de enormes intereses y al rescate de millones de dólares de acciones, y el grueso de este difícil conflicto recayó sobre Sarnoff. Todo ello condujo finalmente a la compra de la Marconi America y la creación el 17 de octubre de 1919 de la nueva compañía, que se llamó la Radio Corporation of America, RCA, naciendo el que sería un gigante de la comunicación. David Sarnoff, procedente de Marconi America, fue nombrado director comercial de la RCA, cuyo primer presidente fue Owen D. Young. Dos años más tarde Sarnoff ya era Director general, y en 1930 su presidente, a la edad de 39 años. RCA nació como la división de General Electric para el negocio de la radio, y estableció acuerdos de colaboración con las compañías Westinghouse Electric Corporation, United Fruit Company, y la American Telephone & Telegraph (AT&T) para el desarrollo de la tecnología de radio.

Logo original de la RCA
Logo original de la RCA

La compañia creció y tuvo gran éxito. Sarnoff no había abandonado la idea de su caja de música, y al poco tiempo fue autorizado a invertir 2000 dólares en su quimera, suma con la que consiguió construir su modelo.

La elección presidencial de 1920 entre el recién llegado Warren G. Harding y el achacoso presidente Woodrow Wilson vió como se vendían receptores por decenas de millares gracias a la primera emisora de radio de los EE.UU, la estación KDKA de Pittsburg. Al año siguiente se dieron 32 licencias para emisoras de radio y en 1922 su número subía a 254. Se abrieron cientos de tiendas de radio.

Pero fue el 2 de julio de 1921 cuando Jack Dempsey, el gran nombre del boxeo, tenía que pelear con el campeón francés George Carpentier y el combate iba a ser transmitido por radio gracias a un emisor que la Marina cedió a Sarnoff. El combate se radió round por round, y el país se volvió loco intentando escucharlo y más de 200.000 personas llenaron clubs, salas y teatros para escuchar la transmision en vivo. Esta transmisión fue todo un hito y los últimos excépticos de la compañía RCA quedaron convencidos. Había nacido la era de la radio. La Westinghouse y la General Electric no tardaron en fabricar receptores que vendían por mediación de la RCA.

En mayo de 1921 Sarnoff fue nombrado Director General con un salario anual de 15.000 dolares. Los aparatos de radio se vendían con la rapidez que podían ser fabricados a precios entre 25 y 400 dolares. La RCA seguía creciendo sin parar. En 1929 la RCA, que había dudado en invertir 2000 dólares en la caja de música de Sarnoff, obtenía una cifra anual de 176,5 millones de dólares.

Sarnoff desde 1922 lanzó la idea de la creación de una red de emisoras, pero las fábricas de la RCA trabajaban a pleno rendimiento, el mercado de la radio comercial estaba en plena expansión, y no era cuestión de crearse nuevos inconvenientes. Pero su idea se llevó a cabo en 1926 con la creación de la National Broadcasting Company, NBC tras adquirir RCA varias estaciones y cadenas de radiodifusión.

También Sarnoff durante esos años lanzó ideas como el hecho de que la radio no mataría al fonógrafo, sino que coexistirían juntos en un mismo mueble, la posibilidad del uso de aparatos de radio conectados a la red eléctrica (entonces funcionaban con pilas y baterías) y en automóviles, así como predijo la existencia de equipos transmisores-receptores portátiles individuales (los actuales walky talkies).

También se mostró interesado por la televisión, y en 1923 ya vaticinaba que la televisión a distancia llegaría a su debido tiempo. En 1923 el Dr. Wladimir Zworyking había patentado el iconoscopio, el cual sustituyó al disco de Nipkow de barrido mecánico de la imágen (originario de 1880), dando paso al moderno barrido electrónico de las imágenes. Sarnoff atrajo a Zworyking a los laboratorios de la RCA y aprobó un programa de investigaciones sobre televisión cercano a los cien mil dólares.

Logo Nipper 'La Voz de su amo'
Logo Nipper "La Voz de su amo"

En 1928, RCA compró la Victor Talking Machine Company, el mayor fabricante mundial de fonógrafos (en el cual se incluye su famoso gramófono "Victrola") y de discos fonográficos, entrando así en el mercado del sonido comercial y de entretenimiento bajo la marca registrada RCA Victor. La compra de la Victor Talking Machine Company incluyó a su filial japonesa, la Japan Victor Company (JVC), y RCA adquirió los derechos de uso en América del logo Nipper, logo comercial adoptado por la Victor Talking Machine Co. en 1901. El logo Nipper fue muy conocido y llegaría a ser el símbolo mas difundido de la industria discográfica. Mostraba al perrito Nipper sentado y mirando un gramófono, al que se le solía añadir el lema "His Master's Voice" (HMV, La voz de su amo).

En 1930 el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó cargos antimonopolios contra RCA, General Electric y Westinghouse. Ello provocó que General Electric y Westinghouse abandonaran sus intereses en la RCA, con lo que RCA se separó de GE (GE comenzó a fabricar sus propios equipos de radio) y pasó a ser una compañía independiente. Se permitió a RCA mantener sus propias factorías de radio. David Sarnoff fue nombrado presidente de la nueva RCA. La RCA ya era un organismo colosal que abarcaba todas las ramas de la radio y de la electrónica: investigación, fabricación, radiodifusión, comunicaciones y telefonía, cine, registro en discos, transmisiones radiofotográficas, etc..., y además disponía de empresas filiares, incluso en otros países.

La RCA también entró en el negocio del cine desde que hubo películas habladas y muchas cintas antiguas llevaban el slogan de "RCA Sound". Dio pie a que surgiera la Compañía que se hizo con el naciente y creciente mercado fonográfico. Sarnoff entró en el negocio de la distribución de cine con Joe Kennedy (padre del Presidente John F.Kennedy) creando el circuito Radio-Keith-Orpheum, mas conicida como la RKO. La compañía estuvo en los primeros experimentos en TV y cuando se realizó la primera demostración de una transmision de TV comercial en los EE.UU, durante la Feria Mundial de New York el 30 de abril de 1939, fue Sarnoff quien inaguró el nuevo servicio.

La RCA había invertido 50 millones de dólares en la televisión antes de que ésta se convirtiera en un servicio público funcionando en gran escala, gasto que se recuperó con creces en tres años gracias a la venta de receptores de televisión.

Una de las premisas de la RCA para conseguir que la radio (y después la televisión) tuvieran gran arraigo era que los programas fueran interesantes para todo el público norteamericano, y que la radio debía de ser un instrumento democrático al servicio de la cultura. Se pensó en la transmisión de las óperas representadas en el famoso Metropolitan de Nueva York, pero presentaba numerosos problemas técnicos de registro y retransmisión, así como batallar contra los arraigados perjuicios de los medios teatrales y contra las objeciones financieras de las personas interesadas en estos asuntos. Finalmente en 1931 Norteamérica oyó por primera vez Hanzel and Gretel, la conocida ópera de Humperdinck, retransmitida directamente desde la escena. Con ello la ópera quedó vinculada a la radio.

También se consiguió el contrato con el famoso maestro Toscanini, lo cual fue un acto de fe mayor. El maestro no consentía actuar en la radio más que disponiendo de una orquesta de primer órden. Los gastos fueron tan elevados que la experiencia no proporcionó otra cosa que un aumento del prestigio de la RCA, pero dio lugar a la creación de la primera orquesta sinfónica actuando exclusivamente para la radio bajo la batuta del mejor director de orquesta de esa época.

Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial en 1939, Sarnoff llevó a efectos un ambicioso programa de fabricación, investigación y producción en el campo militar. De sus talleres y laboratorios que la RCA disponía en Princetown (Nueva Jersey) salió una flota de armas y accesorios destinados a las fuerzas combatientes aliadas: instrumentos de radar, aparatos de televisión aerotransportadas, armas guiadas por televisión, telescopios infrarrojos, aparatos electrónicos de medida, instrumentos auxiliares de navegación Loran y Soran, así como instrumentos de detección submarina y comunicación. En 1944 Sarnoff pasó el océano Atlántico para organizar y dirigir bajo la dirección del general Eisenhower las comunicaciones aliadas antes del desembarco de Normandía, contando para ello con el grado de General. Ya tras la finalización de la guerra, en 1947 el Gobierno francés lo nombró "Comendador de la Legión de Honor". En 1950 obtuvo la más alta distinción de la Sociedad de Ingenieros y Doctores de Francia.

En 1946 Sarnoff inaguró el centro de investigacion de RCA en Princetown (centro que ahora lleva orgullosamente su nombre) con cerca de 900 personas involucradas con todos los aspectos de la investigación industrial y electrónica. Resumir los logros de Sarnoff llevaría un libro. Durante los últimos años el ahora centro independiente ha realizado trabajos pioneros en física del plasma, medicina ultrasónica, energía solar y amplificación de comunicaciones por satélite. Sarnoff Research ha contribuido a desarrollar los codificadores para DirectTV, el servicio americano DBS digital.

La revista Time llamó a David Sarnoff el "hombre del milagro de la radio" cuando lanzó la TV en color en los EE.UU en 1951. Entonces la RCA era propietaria de la organización NBC de difusión que tenía 13 plantas dedicadas a producir aparatos de radio y TV con una facturación cercana al billón de dólares. En septiembre de 1951 Sarnoff celebró su cumpleaños en la radio y su nombre pasó a designar el centro de investigación de la RCA.

Sarnoff murió en 1971 a los 80 años, un poco antes de ver como su concepción del mundo audiovisual se convertía en la fuerza dominante que es la television. En la actualidad hay color, difusión por satélite y ahora la TVAD (TV alta definición) y la televisión digital, Sarnoff se sentiría orgulloso.

En cuanto a la compañía RCA, ha contribuido enormemente en el desarrollo de tecnologías de la industria y la electrónica. De sus laboratorios de investigación surgieron innovaciones referidas a la televisión en color (el sistema de TV analógico norteamericano NTSC fue un desarrollo de la RCA, adoptado como estándard de TV color en 1953 en Estados Unidos), el microscopio electrónico, la tecnología de circuitos integrados CMOS, los visualizadores de cristal líquidos (LCDs), los videocasettes domésticos, radiodifusión por satélite, y la televisión en alta definición. También se dedicó al ámbito de la computación en los años 1960's, siendo una de las principales compañías fabricantes de ordenadores (junto con IBM, Digital Equipment Corporation, Burroughs, Control Data Corporation, General Electric, Honeywell, NCR, y Sperry Rand) hasta que dejó en 1971 el negocio de los ordenadores. Pero en la década de los 80's problemas financieros de la compañía llevaron a que General Elecric se hiciera cargo de la compañía en 1986, lo que supuso de hecho el final de RCA. GE se hizo con los derechos de RCA, y en años siguientes vendería o transferiría las diversas secciones y derechos de la RCA a otras compañías, quedándose sólo con la sección de Servicios para el Gobierno de la RCA.

 

David Sarnoff en 1922 David Sarnoff en 1956
David Sarnoff en 1922 y en 1956. En esta última muestra uno de los primeros receptores de transistores fabricados por la RCA (clic en la imagen para ampliarla).

 

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16.- EL NEGOCIO DE LA RADIO

 

La radio, de una forma u otra, siempre ha sido, y sigue siendo, un negocio, y en sus inicios el negocio se planteaba de una manera totalmente distinta a la actualidad.

En la década de los años 1920's, el negocio de la radio consistía básicamente en la venta de aparatos de radio, y las emisoras cuidaban sus programaciones para estimular la compra de aparatos de radio, en parte porque eran las primeras interesadas en tener oyentes, y los oyentes los traían los aparatos de radio.

Unos años más tarde, cuando los aparatos de radio ya están prácticamente en todos los hogares de Estados Unidos, se descubre que el verdadero negocio de la radio son los ingresos publicitarios que recaudan con la explotación de las emisoras. En realidad lo que pasó es que se creó otro negocio, ya que el negocio propiamente dicho de la radio seguía siendo la fabricación y venta de aparatos de radio.

Para asumir una importante producción de aparatos de radio, a principios de la década se hicieron acuerdos entre los principales fabricantes de Estados Unidos, poniendo punto y final a las disputas legales sobre los derechos de las patentes. Partimos de que General Electric era la propietaria de la patente de la lámpara diodo de Fleming ; AT&T (la sucesora de la empresa de comunicaciones Bell) era la propietaria de la patente de la lámpara triodo de Lee De Forest ; Westinhouse era la propietaria de la patente más importante, la del circuito receptor superheterodino de Armstrong. Y lo curioso del caso es que jurídicamente ninguna de las tres partes podía utilizar los derechos de su propia patente sin el permiso de las otras. Y es que, por ejemplo, la fabricación de receptores superheterodinos requiere del uso de triodos y diodos.

Finalmente General Electric y Westinhouse se unieron para formar en 1919 la nueva sociedad RCA (Radio Corporation of America), y llegaron a un acuerdo con AT&T (American Telephones & Telegraphs) que hizo que la RCA fuera la sociedad fabricante más grande del mundo de aparatos receptores superheterodinos, de tal manera que incluso el resto de fabricantes de aparatos de radio debían de pagar a RCA un 7% del valor de venta en concepto de licencia si querían utilizar sus patentes para realizar sus receptores. De aquella época, la gran mayoría de receptores de radio de Estados Unidos eran fabricados por RCA o llevaban licencia de RCA si eran de otras marcas.

RCA tuvo la exclusiva del circuito superheterodino hasta 1930. En Estados Unidos, desde que se desarrolló el circuito superheterodino, la inmensa mayoría de aparatos receptores de radio se construyeron con el circuito superheterodino, sea por RCA o por otras firmas con indicación de licencia de RCA.

En Europa fue diferente, el circuito superheterodino no se impuso hasta la mitad de la década de 1930. La holandesa Philips construía sus aparatos receptores con circuitos como el neutrodino o el superinductancia, y la alemana Telefunken tenía también sus propios diseños. Todos estos diseños eran más complicados y caros, y finalmente tuvieron que adoptar el sistema superheterodino, aunque ya entonces no tuvieron que pagar derechos de licencia a RCA.

El negocio de la radio, pues, se desarrolló en dos ámbitos: la publicidad y la fabricación de aparatos de radio. En Estados Unidos se predijo desde los inicios de la radiodifusión que en los años 1930's no habría una habitación de cualquier casa sin aparato de radio, lo que parecía un tópico cuando en España sólo habían 30 o 40 mil aparatos receptores. Hoy en día en cualquier casa española se encuentran tres o cuatro receptores. Y si en los años 1930's en España conseguir un aparato de radio costaba los ahorros de medio año, hoy en día se puede adquirir un receptor de radio por 2 o 3 euros.

 

Guión original de Joan Julià
Programa L'Altra Ràdio, 20-10-2003
(Ràdio 4 - Radio Nacional de España)

 

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17.- ORSON WELLES Y LA GUERRA DE LOS MUNDOS

 

El domingo 30 de octubre de 1938, en la tradicional noche de Halloween, ocurrió un suceso que cambiaría el modo de escuchar la radio. Esa noche, el joven actor norteamericano George Orson Welles (1915-1985) provocó el pánico en la ciudad de Nueva York y en el estado vecino de Nueva Jersey, al sorprender durante 59 minutos a más de 12 millones de personas que lo sintonizaban a través de la estación radiofónica CBS (Columbia Broadcasting System) con la adaptación de la novela de ciencia ficción La guerra de los mundos (The War of the Worlds), del novelista y profesor de ciencia británico Herbert George Wells (H.G. Wells, 1886-1946), escrita en 1898.

Orson Welles ya trabajaba como actor de teatro desde 1931 (a los 16 años de edad), y en Nueva York fundaría en 1937 la compañía teatral Mercury Theatre, con la que obtuvo gran éxito. Orson Welles fue el director de esta compañía, además de actor junto con otros intérpretes de reconocida talla. Gran parte de este elenco aparecería años despuésen las sucesivas películas dirigidas por Orson Welles.

Orson Welles había adquirido cierto prestigio dramatizando algunas obras como 'Los miserables' en programas de radio, por lo que en julio de 1938 la cadena de radio CBS (Columbia Broadcasting System), con sede en New York, le ofreció realizar un programa semanal en la cadena en el que realizaran la adaptación radiofónica de una serie de obras clásicas de la literatura inglesa y estadounidense, 9 obras en total. Nació así un creativo programa de radio semanal de la emisora de la CBS en New York llamado The Mercury Theatre on the Air (El Teatro Mercury en el aire). En el verano de 1938 dramatizaron en vivo, a su manera, con una hora de duración (los lunes a las 9 de la noche), una serie de obras como Drácula, La Isla del Tesoro, Historia de dos ciudades, Los 39 escalones, el Conde de Montecristo, El hombre que fue jueves, y la que aquí nos concierne, La Guerra de los Mundos.

Esta novela de H.G. Wells, publicada en 1898, narraba la invasión de Inglaterra por extraños seres cefalópodos alienígenes procedentes de Marte, que usaban trípodes y rayos de calor para destruir importantes monumentos ingleses y otros lugares, creando el caos entre la población, pero la novela escondía una crítica a la sociedad victoriana inglesa de la época (fácilmente extrapolable al mundo actual), donde deja en entredicho al alma humana, cuando en un periodo de caos sale lo peor de las personas en la reación de la masa humana (el egoísmo y la hipocresía de la supervivencia, el miedo social, falta de altruismo en estas situaciones...), ya fuera por una invasión procedente del espacio (argumento de la novela) o por otro país con una superioridad tecnológica mucho mayor que el nuestro.

H.G. Wells ya era una sensación en el mundo gracias a la publicación de dos obras maestras de lo que sería conocido posteriormente como Ciencia Ficción, "La Máquina del Tiempo" y "El hombre invisible". Su interés por la ciencia era inferior a su pasión por la sociología, y como los marcianos de su novela, H.G. Wells observaba el comportamiento humano, y se lamentaba de los límites que se podían llegar a transgredir, no en vano culturas más adelantadas habían exterminado a veces a pueblos enteros más prehistóricos que ellas, y el colonialismo británico era una muestra de ello por el uso de la fuerza sobre comunidades y países sin la capacidad militar suficiente para defenderse. Su novela La Guerra de los Mundos era una sutil indirecta, lo de menos era que se tratara de una novela de marcianos, Wells retrataba el tipo de mentalidad invasora y dañina que forma parte del ser humano. No había, pues muchas diferencias en el comportamiento de los marcianos y de la raza humana, algo que Wells llega a plantear en la novela.

 

El joven Orson Welles en la CBS
El joven Orson Welles en la CBS. (Clic en la imagen para ampliarla).

 

Volviendo a Orson Welles, ese domingo 30 de octubre de 1938, víspera de Halloweeen, se procedió a radiar la adaptación y dramatización en forma de noticiero de La Guerra de los mundos (de H.G. Wells), una obra en la que unos marcianos despiadados y asesinos invadían la Tierra, y ya minutos antes de comenzar el programa, anunció “esto es una adaptación radiofónica” (y por tanto una ficción) del Mercury Theatre on the Air, aviso que de repitió otras dos veces a lo largo del programa. Pero a pesar de dicho aviso, y dado el gran realismo que tuvo la representación, millones de personas de Nueva York y del estado de Nueva Jersey (donde ocurrían los hechos ficticios) creyeron que lo que se narraba era un suceso real (sobre todo los que sintonizaron la emisión pero no escucharon la introducción) y los periódicos informaron el día siguiente que mucha gente entró en pánico e histeria, algo que en realidad no fue así (como veremos más adelante).

La emisión se iniciaba con una alocución introductoria de Orson Welles como presentador, que era un párrafo del comienzo de la novela La guerra de los mundos adaptado al momento actual, y en el que se sugería que la Tierra podría estar siendo vigilada por inteligencias extraterrestres. Siguió un informe meteorológico, y a continuación, la transmisión de un concierto musical que supuestamente realizaba la orquesta musical 'Ramon Raquello and his Orchestra' desde el hotel Park Plaza de Nueva York. Esta transmisión musical, que simulaba ser la programación habitual de la emisora, sería interrumpida de vez en cuando en directo para informar, con un formato de noticiario y con voz alarmista, de los sucesos que iban (supuestamente) acaeciendo. La primera interrupción daba paso a la siguiente noticia:

"Señoras y señores, les presentamos el último boletín de Intercontinental Radio News. Desde Toronto, el profesor Pearson de la Universidad de McGill informa que ha observado un total de tres explosiones en el planeta Marte entre las 7:45P.M. y las 9:20P.M"

Tras ello continuó con la transmisión del concierto musical (como si fuera la programación normal de la emisora), y de nuevo volvía a ser interrumpido, con nuevos flashes informativos que informaban de nuevas explosiones de gas en el planeta Marte. En una entrevista entre el profesor y científico Pearson (interpretado por el propio Orson Welles) y el reportero Carl Philips, se especuló sobre la posibilidad de vida en Marte. Nuevos flashes informativos posteriores, cada vez más frecuentes, empezaron a informar de la ficticia invasión marciana. Primero se dio el aviso a todos los ciudadanos neoyorkinos que un objeto en forma de meteorito acababa en Grover's Mill (Nueva Jersey), cerca de la ciudad de Nueva York. En supuestas conexiones con Carl Philips, reportero que se había desplazado en el lugar junto con el profesor Pearson, se fue describiendo a la perfección cada uno de los hechos que iban ocurriendo, desde el sonido extraño que estaba saliendo del objeto, que no se trataba de un meteorito, sino de un cilindro metálico que ocasionó la muerte de 1500 personas causa del choque con la Tierra, y de que este cilindro transportaba los extraterrestres, procedentes de Marte, que comenzaron a invadir Nueva Jersey (en la novela original de H.G. Wells, la acción transcurría en los alrededores de Londres).

 

Welles y su equipo del Mercury-Theatre en plena emisión del programa
Welles y su equipo del Mercury-Theatre en plena emisión del programa.

 

Con efectos sonoros especiales durante la narración (realizados en el mismo estudio de la emisora), se fue narrando la ficticia invasión por supuestos seres marcianos contra los que no se podía hacer nada, contra los cuales las fuerzas armadas norteamericanas desplazadas al lugar se mostraban ineficaces, y cuya invasión se estaba efectuando de forma imparable y destructiva, con máquinas que emitían mortíferos y destructivos rayos de calor y gases venenosos, y que dichas máquinas se dirigían a la ciudad de Nueva York.

Durante la representació, Welles interpretaba al profesor de astronomía Richard Pierson, el científico de la Universidad de Princeton, mientras que el actor Frank Readick interpretando al reportero Carl Philips. Una de las intervenciones del personaje Carl Philips desde Grovers Mill (lugar del impacto), fue:

"Señoras y señores, esto es lo más terrorífico que nunca he presenciado... ¡Espera un minuto! Alguien está avanzando desde el fondo del hoyo (donde había caído el supuesto meteorito). Alguien... o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos discos luminosos... ¿Son ojos? Puede que sean una cara. Puede que sea.."

El programa duró casi 59 minutos. Los primeros cuarenta correspondieron al falso noticiario de la invasión marciana, que terminaba con el otro reportero (interpretado por Ray Collins) que estaba transmitiendo desde la azotea del edificio de la CBS la invasión de la ciudad y falleciendo a causa de los gases venenosos, cortándose la comunicación. Después de un periodo de silencio, se volvió a avisar que se estaba radiando una adaptación radiofónica de la obra de H.G. Wells, y tras otro corto silencio, el programa continuó con la narración en forma de monólogo del profesor Pearson (que había sobrevivido al ataque marciano en Grover's Mill), que dirigiéndose a Nueva York dio cuenta de la muerte de los invasores (según la novela original, afectados por los microbios terrestres, ante los cuales no estaban inmunizados los invasores).

Orson Welles despidió el espacio que acababa de ser radiado con el siguiente comentario:

"Recuerden en los próximos días la terrible lección que han aprendido esta noche: (...) si su timbre suena y no hay nadie allí, no era ningún marciano, esto es Halloween".

Orson Welles en 1938
Orson Welles en 1938, el Rey del Drama, trabajando en la CBS.

Toda esta dramatización hizo que muchos neoyorkinos y ciudadanos de Nueva Jersey (que sintonizaron la emisión y no escucharon el aviso inicial de que se aclaraba que lo que venía a continuación era la adaptación radiofónica de la obra de H.G. Wells) pensaran que era algo real lo que se narraba, y los periódicos informaron el día siguiente que muchos ciudadanos entraron en pánico, colapsaran las carreteras para huir de la supuesta invasión, las comisarías de policía estuvieron ocupadas con llamadas telefónicas y personas con un miedo cerval. Se dice que incluso algunos ciudadanos se encerraron en sus hogares porque creyeron que Welles estaba narrando un ataque de la Alemania Nazi a Estados Unidos, ello un año antes de que comenzara en Europa la II Guerra Mundial.

En realidad, todo este alarmismo fue una exageración del impacto del programa por parte de los periódicos con la clara intención de desacreditar la radio como nuevo medio de comunicación, que aunque sólo tenía casi 20 años de historia, se estaba convirtiendo en una seria competencia de la prensa escrita. En realidad sí hubieron muchos oyentes preocupados que llamaron a las comisarías y a la propia CBS, ingenuos que incluso se echaron a la calle para ver qué era lo que pasaba, e incluso hubo quien llamó para informar que habían marcianos aterrizando en su patio trasero. Sí hubo cierta histeria en la población de Groover's Mill (New Jersey), donde el programa situó el inicio de la invasión marciana, y que esa noche estaba invadida por una densa niebla: Varios lugareños se echaron a la calle con escopetas dispuestos a cargarse a los marcianos, y llegaron a pensar que la torre con el depósito de agua que abastecía la población se había convertido en una máquina de guerra marciana, y se liaron a tiros con ella. Las autoridades pidieron ayuda al ejército, que envió un contingente de 100 soldados para calmar la población.

Sin embargo la CBS también recibió llamadas que la felicitaban por el original y emocionante programa de radio. El programa no sólo se había radiado para la zona de Nueva York, sino a todo el país a través de las 151 estaciones asociadas a la compañía CBS.

Para crear la angustiosa atmósfera en la que transcurría la ficción, Welles contó con la ayuda del guionista Howard Koch, a quien le dijo: "Dramatiza esto (la novela de Wells) en forma de boletín de noticias, como si estuviera ocurriendo ahora mismo". Koch no era un cualquiera: cuatro años después escribió el guión de la famosa película Casablanca.

Este programa cambió la forma de escuchar la radio, y confirmó la gran facilidad de transmitir noticias falsas como si fueran verídicas en cualquier medio de comunicación. La supuesta histeria colectiva (que informaron los periódicos al exagerar el impacto del programa) se menciona como una demostración del poder de los medios de comunicación de masas. Los registros de este programa constituyen un valiosísimo documento de la historia de la radio norteamericana.

Se puede pensar que el supuesto caos que Orson Welles causó en Nueva York fuera el fin a su carrera en la radio, sin embargo fue todo lo contrario, fue el inicio de una leyenda. Al día siguiente de la emisión hubieron protestas exigiendo responsabilidades, la cabeza de Orson Welles y una explicación, de modo que el propio Orson Welles pidió perdón por la broma de Halloween (era la noche de Halloween) que fue considerada una burla por los oyentes. El serial de radio "The Mercury Theatre on the Air" aumentó considerablemente su audiencia y siguió realizando nuevas dramatizaciones radiofónicas a través de la CBS, y el 9 de diciembre de ese año pasó a llamarse "The Campbell Play House", al conseguir ser patrocinado por la marca de sopas Campbell, contando con un mayor presupuesto para realizar el programa, lo que le permitió invitar a estrellas del cine y del teatro para protagonizar sus ficciones radiofónicas. La última emisión de este programa fue en marzo de 1940.

Pero gracias a este sensacional programa radiofónico de la noche de Halloween, la compañía cinematográfica RKO Pictures le ofreció un año más tarde un contrato para realizar tres películas en sus estudios cinematográficos de Hollywood (en California, a donde se tuvo que trasladar Wells), otorgándole libertad absoluta en sus realizaciones. Sin embargo, sólo uno de los tres proyectos previstos pudo ver la luz: Citizen Kane (Ciudadano Kane, 1941), su película más exitosa, y que revolucionó la estética cinematográfica. Y a partir de aquí, protagonizaría como actor importantes películas y se convertiría en uno de los grandes cineastas de la historia del cine. Y ello sin olvidar su dedicación a la radio, ya que paralelamente a su nueva carrera como cineasta, Orson Welles continuó realizando programas radiofónicos, emitidos a través de la CBS (desde su estación de California), en los que aunaba magistralmente voz, música y efectos especiales. Incluso, finalizada la II Guerra Mundial, en 1946 Orson Welles resucitó "The Mercury Theatre on the Air", realizando dos series cortas en verano de ese año.

 

Un precedente: Pánico en Londres en 1926.

12 años antes de la histórica emisión del programa, la cadena británica BBC ya se adelantó con una ficción radiofónica que sí alarmó seriamente a no pocos oyentes. Ocurrió el 16 de enero de 1926, y la broma consistió en que durante la emisión de una aburrida charla académica sobre literatura del siglo XVIII desde la universidad de Oxford, se emitieron una serie de falsos boletines informativos en los que se informaba de disturbios provocados por un numeroso grupo de desempleados en la plaza de Trafalgar, en Londres, que condujeron al asedio y asalto del palacio real de Buckingham, la destrucción del famoso reloj Big Ben por una bomba, el hotel Savoy en llamas, el Ministro de Transporte (Mr. Wutherspoon) colgado de una farola, y una multitud amenazadora que se acercaba a las oficinas de la BBC.

Todo transcurrió a lo largo de 12 minutos, y a pesar de que las falsas noticias estaban llenas de detalles satíricos, nombres inventados y bromas sobre la política británica, muchos oyentes lo creyeron, se asustaron, colapsaron de llamadas la centralita de la BBC, e incluso muchos de ellos huyeron al campo para librarse de la histeria popular que supuestamente tenía lugar en las calles de Londres. Y es que aún estaban bastante recientes la Primera Guerra Mundial y el triunfo de la Revolución Rusa, y muchos pensaron en una posible revuelta bolchevique en Londres.

La mente pensante de estuvo detrás de todo esto fue el sacerdote católico y escritor de novelas policiacas Ronald Knox.

 

Otras adaptaciones radiofónicas posteriores de La Guerra de los mundos

El gran impacto mediático de la adaptación de “La guerra de los mundos” de Orson Welles dio lugar a que se realizaran adaptaciones similares en otras emisoras de radio posteriormente, con resultados diversos. Así, seis años después, el 12 de noviembre de 1944, en plena II Gherra Mundial, la cadena Radio Cooperativa Vitalicia de Chile realizó una adaptación de esta obra desde su emisora de Santiago de Chile, que causó también el pánico en parte de los oyentes. Pero el impacto más sonado por la adaptación de “La guerra de los mundos” de Orson Welles ocurrió casi 10 años después, en Quito (Ecuador), y éste sí desató el pánico de la población.

El sábado 12 de febrero de 1949 en la ciudad de Quito (Ecuador) se radió una adaptación similar a la de Welles, en Radio Quito, una de las emisoras más prestigiosas del país y que estaba gestionada por el mismo grupo empresarial que también gestionaba el principal periódico del país, El Comercio. De hecho, los estudios de la emisora estaban en el mismo edificio que el periódico.

El director artístico de la emisora, el periodista Leonardo Páez, junto con el guionista de origen chileno y experto en radionovelas Eduardo Alcaráz (de nombre real Alfredo Vergara Morales) adaptaron un guión firmado por Howard Koch (el guionista de Orson Welles) para que transcurriera la acción en la zona de Quito, y consiguieron que los directivos de la cadena la posibilidad de radiar esta adaptación en las antenas de Radio Quito, cosa que se realizó en riguroso directo dicho sábado y con un esquema similar al seguido por Orson Welles 11 años antes.

 

Leonardo Páez, director artístico de Radio Quito
Leonardo Páez, director artístico de Radio Quito

 

Un locutor interrumpió la transmisión de música criolla en vivo interpretada por un dúo de conocidos músicos de la región (los cantantes Benítez y Valencia), para informar sobre un supuesto objeto volador no identificado (un OVNI) sobre las islas Galápagos, y que horas más tarde, el platillo volador había descendido y aterrizado en Cotocallao, a unos 32 km de Quito, lanzando gases venenosos contra la población.

El programa musical continuó como si nada hubiera pasado, y de nuevo volvió a ser interrumpido por otra conexión informativa, en la que supuestos militares informaban de que los marcianos habían destruido la cercana ciudad de Latacunga y la base aérea de Quito. Posteriores conexiones informativas emitieron falsos mensajes del Ministerio de Interior llamando a la calma y a la unidad nacional frente al invasor, y del alcalde de Quito llamando a la población a defender la ciudad. Además, se informó que la amenaza había crecido: Ya eran varios los platillos volantes que asediaban Cotocollao.

En Quito no se contaban con muchos medios para hacer que la pieza completa fuese más "sofisticada": Los actores del radioteatro hablaban a través de un vaso para distorsionar su voz, y se oían supuestas órdenes militares de fondo, y supuestos mensajes provenientes de otras radioemisoras del país (Radio Continental, de Ambato ; Radio La Voz de Tomebamba, de Cuenca ; Radio Cenit, de Guayaquil, y otras) avisaban del peligro de una nube de gas venenoso que se estaba esparciendo.

La transmisión debería acabar con la muerte del propio Leonardo Páez, el cual supuestamente estaría en el tejado del edificio de la emisora transmitiendo en directo el avance de los invasores, siendo alcanzado por un rayo láser. Pero el programa no llegó a finalizar, tuvo que ser interrumpido a los 20 minutos cuando el caos se apoderó de la población de Quito.

Y es que en ningún momento se avisó de que el programa era una dramatización (a pesar que el guionista Alcaraz había pedido a Páez que sí se informase de ello), y por otro lado el periódico El Comercio llevaba días informando falsamente de avistamientos OVNI, para crear expectación ante la inminente emisión del programa. La población de Quito, y también autoridades y fuerzas de seguridad se creyeron que aquello era realidad y que los marcianos estaban invadiendo el país. Muchos se echaron a la calle, llenaron las iglesias, bares y lugares públicos, y la policía y bomberos de Quito se dirigieron con sus vehículos hacia Cotocallao para enfrentarse a los invasores.

Pronto los quiteños se dieron cuenta de que aquello era una ficción, y se produjo una verdadera agitación popular. Muchos se dirigieron enfurecidos al edificio donde estaban las oficionas de la emisora y del periódico El Comercio, en el centro de Quito, y comenzaron a lanzar piedras y ladrillos contra el edificio. Los productores del programa, viendo que la cosa de les había ido de la mano, suspendieron el programa e informaron de que se trataba de una dramatización similar a la que Orson Welles había realizado 11 años atrás. Pero los quiteños seguían furiosos por el engaño, se sentían burlados y ultrajados, prendieron fuego a la puerta del edificio, y cuando las llamas alcanzaron pilas de periódicos que esperaban ser repartidos, el desastre fue total : Los aceites de la imprenta del periódico, sumados al papel, hicieron que el incendio se descontrolara y tomara fuerza rápidamente, consumiendo el edificio en poco tiempo y reduciéndolo a ruinas.

La policía, bomberos y servicios de emergencia, cuya mayor parte de efectivos estaban de camino hacia Cotocallao, viendo que la emisión se trataba de una broma en la que ellos mismos habían caído, no socorrieron a los artistas, periodistas y demás trabajadores del edificio, quienes suplicaban ayuda desde el interior del edificio. Intentaron ponerse a salvo saltando al techo de otro edificio colindante, una oficiona de correos. Finalmente intervinieron para auxiliar a los heridos y detener el fuego para que no se extendiese a edificios vecinos.

Cinco personas murieron entre las llamas en el edificio, entre ellas la joven novia del locutor Leonardo Páez. Otras fuentes hablaron de unos 20 fallecidos. Hubieron decenas de heridos. Los daños fueron muy cuantiosos y muy por encima de lo que cubría el seguro (se valoraron los daños en ocho millones de sucres), el edificio había quedado reducido a cenizas. Aparte, varios oyentes se suicidaron debido al susto causado. Cuando se calmó la situación, las autoridades detuvieron a varios manifestantes y a algunos miembros de la emisora, entre ellos Páez y Alcaraz. En el proceso judicial los directivos de la emisora alegaron desconocimiento de lo que iba a radiarse, pero fue presentado un contrato firmado con el guinista, Eduardo Alcaraz, que demostraba lo contrario. Páez y Alcaraz fueron absueltos, y la emisora no sufrió represalia alguna.

Todo este suceso fue narrado por el periódico después de la tragedia. Radio Quito estuvo fuera del aire durante dos años, reanudando sus transmisiones el 30 de abril de 1951.

Esto ocurrió en Quito (Ecuador) en 1949, pero no fue la primera vez que una supuesta invasión alienígena terminaba con trágicas consecuencias. Unos años antes, al anochecer del 12 de noviembre de 1944, se realizó otra transmisión radiofónica de La Guerra de los Mundos desde las antenas de la emisora Cooperativa Vitalicia de Santiago de Chile, siguiendo la versión de Orson Welles. Y aunque se había anunciado, incluso en los periódicos, de que esa noche se iba a transmitir una ficción, muchos se creyeron que aquello iba en serio, que los marcianos estaban invadiendo el país, y cundió el pánico. Muchos se echaron a la calle para comprobar si aquello era cierto, otros huyeron despavoridos de Santiago, los hospitales y comisarías de policía recibieron muchas llamadas pidiendo ayuda, en pueblos de los alrededores se organizaron partidas para ir a ayudar a Santiago, e incluso un gobernador de provincias, alarmado, llamó al ministro de guerra para informarle que había mandado sus tropas para enfrentarse a los invasores.

Todo se calmó cuando quedó claro que aquello era una ficción. Varias personas fueron a quejarse a la sede de la emisora. Y un electricista de Valparaíso, José Villarroel, falleció de un ataque de corazón por el susto que se llevó a consecuencia de este programa. Fue la primera persona fallecida en el mundo por culpa de una invasión alienígena, aunque ésta fuera ficticia.

Muchos años después de todos estos hechos, en 1998 y con motivo del 60º aniversario de la histórica transmisión de La guerra de los mundos, dos emisoras de radio, una en Portugal y otra en México, emularon a Orson Welles transmitiendo de nuevo una versión contemporánea, con los mismos resultados entre los radioyentes. En México, la emisora de radio XEART (en el estado central de Morelos), fue la que transmitió una de las versiones, producida y adaptada por el divulgador científico mexicano Andrés Eloy Martínez Rojas, con gran éxito. El gobierno de México procedió, ante los rumores generados, a una búsqueda exhaustiva de los restos de un supuesto meteorito marciano que había caído en la zona.

Y en España, la noche del 30 de octubre de 2008, para conmemorar los 70 años de la histórica emisión, por una iniciativa de Academia de las Artes y las Ciencias Radiofónicas de España, varias cadenas de radio españolas transmitieron conjuntamente la versión íntegra de dicha emisión traducida al español, interpretada en el Teatro Mira de Pozuelo de Alarcón (Madrid) por voces muy conocidas del panorama radiofónico español como Luis del Olmo, Juan Ramón Lucas, Primitivo Rojas, Ángeles Afuera, Juan Manuel Gozalo y José Manuel Alfageme, ayudados de música y efectos especiales en directo. Participaron en esta transmisión RNE, Cadena SER, COPE, Onda Cero, Punto Radio, Intereconomía y Onda Madrid.

 

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18.- LOS PRIMEROS REGISTROS SONOROS. EVOLUCIÓN.

 

Ligado a la historia de la radiodifusión ha sido el registro de música y programas en soporte físico, registros que ya se hacían incluso desde los primeros años de la radiodifusión, y muchos de los cuales han llegado hasta nuestros días, quedando como testimonios sonoros de lo que se hacía en esa época tan temprana de la radiodifusión. A ello contribuyó el fonógrafo de Thomas Alva Edison, ideado en 1877 (un año después de la aparición del teléfono), que permitió registrar voces y sonido sobre un papel de estaño que envolvía un cilindro rotatorio. La primera grabación que realizó Edison fueron los versos de la canción popular “Mary had a little Lamb” (María tiene un corderito). El aparato fue presentado en noviembre de ese año y obtuvo la patente el 19 de febrero de 1878.

Sin embargo, el fonógrafo de Edison no fue el primer dispositivo conocido en registrar sonidos, el primero fue el fonoautógrafo, desarrollado por el francés Leon Scott, el cual lo patentó, recibiendo la patente el 25 de marzo de 1857. Édouard-Léon Scott de Martinville (1817 - 1879) fue escritor y librero e impresor de oficio en París, y se interesó en la posible grabación del sonido y la voz humana mediante procedimientos estenográficos, similares a los medios fotográficos para registrar la luz e imagen (la fotografía era algo relativamente reciente en aquella época), aunque por medios mecánicos. Para ello buscó imitar mecánicamente el funcionamiento del órgano auditivo, sustituyendo el tímpano por una membrana elástica, la cadena de huesecillos del oído por una serie de palancas que actuaban sobre un estilete que presionaría en una superficie de papel, madera o vidrio cubierta por negro de humo (hollín).

El fonoautógrafo básicamente consiste en un cilindro rotatorio (accionado manualmente) revestido por un papel ahumado, sobre el que se apoyaba el estilete (si bien en los primeros modelos se usaba un cristal ahumado). Al hablar, una especie de cuerno o un barril recogía las ondas y las dirigía hacia una membrana elástica que estaba conectada al estilete mediante una cuerda, de manera que las vibraciones sonoras eran transferidas al estilete, el cual grababa en la superficie del cilindro ahumado (que giraba) una línea con pequeñas variaciones transversales debidas a las vibraciones sonoras.

El fonoautógrafo no pasó de ser un instrumento de laboratorio, pero sirvió para demostrar que la grabación de sonido era posible, aunque era imposible reproducirlo posteriormente, y fue empleado para experimentar en el campo de la acústica, ya que fue el primer aparato en poder registrar y visualizar el sonido y se podían realizar algunos análisis y comparaciones sobre las grabaciones registradas, denominadas fonoautogramas, aunque lo grabado era una simple línea bidimensional insustancial. Aunque el aparato fue todo un éxito cuando fue presentado, pronto fue olvidado al no poder reproducir los sonidos grabados (aunque Leon Scott no tuvo interés en encontrar la forma para reproducir los sonidos registrados, solo se interesó en “visualizar” y estudiar los sonidos registrados). Leon Scott no pudo sacar provecho económico a su invento y siguió ejerciendo de librero en París el resto de su vida.

 

El fonoautógrafo de Leon Scott
El fonoautógrafo de Leon Scott.

 

El fonoautógrafo de Leon Scott fue la base para que Thomas Alva Edison desarrollara en 1877 su fonógrafo. El fonógrafo de Edinson básicamente consiste en un cilindro rotatorio (accionado manualmente) revestido de una capa de cera, de manera que al hablar delante de una membrana flexible muy próxima a la superficie del cilindro y dotada de una pequeña aguja o punzón que llega a tocar la superficie del cilindro, las vibraciones de la membrana provocadas por las ondas sonoras se transmiten a la aguja, la cual va “escribiendo” un surco en la superficie cérea del cilindro, cuya profundidad dependía del vaivén de la aguja. Con ello el surco registraba la amplitud de las ondas sonoras captadas por la membrana. A diferencia del fonoautógrafo, que sólo registraba una línea plana bidimensional, el fonógrafo registraba una línea tridimensional, el surco, donde se registraba tanto la frecuencia como la amplitud de las ondas sonoras registradas. Esto abría la puerta a poder reproducir los sonidos grabados.

En reproducción se realiza el proceso inverso: Apoyando la aguja en el surco grabado en el cilindro, al girar éste, la aguja oscila con las variaciones de profundidad del surco a medida que éste va pasando, y estas vibraciones son transmitidas a la membrana flexible, y de ésta al aire como ondas sonoras.

Inicialmente Edison utilizó cilindros de cartón recubiertos de un fino papel de estaño para su fonógrafo, más tarde fueron de cartón parafinado y, finalmente, de cera sólida. El cilindro de cera, de mayor calidad y durabilidad, fue comercializado desde 1889. Los cilindros eran intercambiables, por lo que se podían realizar y guardar distintos registros sonoros en distintos cilindros.

 

Fonógrafo de Edison de 1877   Fonógrafo comercial de Edison
Fonógrafo de Edison de 1877. (Clic en la imagen para ampliarla).   Fonógrafo comercial de Edison. (Clic en la imagen para ampliarla).

 

El fonógrafo de Edison fue sustancialmente mejorado por el norteamericano Charles Sumner Tainter (1854 - 1940), creando el dispositivo grabador-reproductor que denominó grafófono. Ingeniero e inventor estadounidense, dedicado a la producción de instrumentos científicos y conocido por ser colaborador de Alexander Graham Bell (inventor del teléfono), Tainter obtuvo patentes por su grafófono, lo que supondría posteriormente una demanda por infracción de patente de Edison a la Compañía Grafofónica Volta, de la que Tainter era uno de los propietarios, y que se resolvió mediante un compromiso entre ambos inventores. Las mejoras posteriores del grafófono desarroladas por Tainter conducirían años después a desarrollar y comercializar el Dictáfono, una máquina de dictado basada en el grafófono.

Posteriormente, en 1887 el alemán emigrado en 1970 a Estados Unidos Emile Berliner (Hanover 1851 – Washington DC 1929) patentó un nuevo sistema de registro sonoro no basado en los cilindros de Edinson, sino en el uso de discos planos revestidos de cera, y que serían los antecedentes de los discos de vinilo. A través del mecanismo del sistema de registro, el estilete de grabación se movía de forma horizontal, en lugar de vertical, eliminando las distorsiones generadas por la gravedad sobre la aguja de grabación. Berliner apostó por el disco como medio de registro sonoro, ya que resultaba más fácil de imprimir y con mejor precisión de corte que los cilindros habituales. Buscó materiales de mayor duración y ligeros. El invento supuso que la reproducción del sonido fuera potencialmente comercial, y ello le llevó a desarrollar el gramófono, patentado en 1887.

El gramófono de Berliner fue el primer equipo grabador-reproductor de discos planos, y comenzó a ser comercializado en 1893 por la compañía fundada por Berliner, la Berliner Gramophone Company de Filadelfia. Incluso en 1896 Edison realizó una patente sobre un disco plano similar, pero Edison no vio efectos prácticos en este medio de registro de sonidos, y continuó fabricando fonógrafos con cilindros revestidos de cera hasta bien entrados los años 1920's. Por entonces Berliner y otros investigadores llevaban ya tiempo apostando por los discos planos revestidos de cera, más fáciles de fabricar en serie y de mejor manejo que los cilindros de Edison, discos que tenían por entonces una capacidad de registro de unos 4 minutos.

Hacia 1899 el invento de Berliner estaba en manos de tres compañías: The Berliner Gramophone Company de Filadelfia, que fabricaba los gramófonos y los discos, The Seaman National Gramophone de Nueva York, que llevaba a cabo la comercialización, y The United States Gramophone Company en Washington. Pero a principios de ese año, la segunda de las compañías mencionadas negoció un acuerdo con la American Gramophone and Columbia Phonograph para fabricar el “zonófono”, un aparato similar. Berliner lo consideró una traición al acuerdo de exclusividad que tenía, lo que se agravó cuando, mediante un juicio comercial, la Seaman National Gramophone logró que se prohibiera a la compañía de Berliner vender su invento en Estados Unidos. Consecuentemente, el 2 de enero de 1900 Berliner trasladó su empresa a Montreal, la cual pasó a llamarse Berliner Gram-O-phone Company, dotada sucursales en Europa como la Deutsche Grammophon y la Britain's Gramophone Co. La compañía de Berliner comenzó a fabricar los discos de siete pulgadas de una sola cara o “singles”.

El 16 de julio de 1900 Berliner registró el logotipo de su compañía que con el tiempo se hizo muy popular: un perro escuchando un gramófono de la época (fue conocido como Logo Nipper o “His master's voice”, La voz de su amo). En 1924 la compañía fue comprada por la Victor Talking Machine Company, por entonces el mayor fabricante mundial de fonógrafos, pasando en 1929 a llamarse RCA Victor, tras ser adquirida a su vez por la RCA (Radio Corporation of America) el año anterior.

 

Logo Nipper 'La Voz de su amo'
Logo Nipper 'La Voz de su amo'
El popular logo Nipper "La Voz de su amo", en su versión de la compañía RCA Victor.

 

Por su aspecto, los discos revestidos de cera se han conocido con las denominaciones de "placas", discos de piedra o discos de pizarra, sin que en ningún caso fueran realmente discos realizados en piedra o pizarra.

Fueron los equipos de discos planos de pizarra los primeros sistemas de amplia difusión de registro sonoro que podían ser reproducidos. Ayudó a ello el hecho de que en 1925 las grabaciones se pudieran ya realizar ya por medios eléctricos y no simplemente mecánicos, empleando micrófonos piezoeléctricos.

Este tipo de registro evolucionó posteriormente a los discos de vinilo de larga duración (realizados en material plástico) en el ámbito de la reprodución músical, ideado por el físico hungaroamericano Peter Goldmark en 1948 para la CBS, y conocidos como discos LP ("Long Play", larga duración), que giraban a una velocidad constante de 33,5 revoluciones por minuto. En 1949 la RCA presentó su disco de vinilo de 45 rpm, que se hizo rápidamente popular, en competencia con los LP's de la CBS. Mientras, los gramófonos fueron evolucionando con los años para dar lugar a equipos reproductores de discos más modernos, que se han conocido con la denominación de tocadiscos. Actualmente los discos de vinilo están totalmente obsoletos frente a los modernos sistemas de almacenamiento digitales de sonido y datos en discos Compac Disc (principios de los 80), y más modernamente, los DVD's (finales de los 90), y más actualmente en forma de archivos de sonido digitalizado que se pueden almacenar en discos duros y otros sistemas de almacenamiento digital.

También a partir de los años 1950 se introdujo el registro magnético, que se convirtió en el principal método de registro de sonido, y que subsiste en nuestros días en los grabadores y reproductores de casettes y equipos de vídeo domésticos, y a nivel de la informática, en los discos magnéticos empleados por los ordenadores.

La idea de la grabación magnética de la voz y los sonidos ya parte de finales del siglo XIX, de hecho los inventores de los fonógrafos y de los gramófonos se interesaron por la grabación magnética. El ingeniero electrotécnico danés Valdemar Poulsen, que trabajaba para la Compañía Telefónica danesa, en 1898, cuando la telegrafía sin hilos apenas había comenzado a funcionar, realizó experiencias de grabación magnética de sonidos. Había comprobado que si una lámina de acero es tocada en algún punto por un imán, ese punto de la lámina, y no otro, es capaz de atraer limaduras de hierro, lo que indicaba una magnetización puntual de la lámina. Continuando con los ensayos, Poulsen extendió un hilo de acero arrollado sobre un cilindro, sobre el que se deslizaba un pequeño electroimán conectado a un micrófono a medida que giraba el cilindro, de manera que todo el hilo acerado pasaba delante del electroimán (el desplazamiento lineal del cabezal estaba acoplado mecánicamente al giro del cilindro, con lo que se conseguía que todo el hilo del aparato pasara delante del cabezal de grabación). Utilizando un segundo electroimán similar, conectado a un auricular, y deslizándolo a lo largo del hilo mediante el mismo procedimiento mecánico, fue capaz de escuchar y entender las palabras pronunciadas anteriormente cuando el micrófono estaba conectado al electroimán: El hilo había registrado magnéticamente la voz del experimentador. El aparato que diseñó en base a estos experimentos se denominó "Telegráfono", y fue el primer aparato capaz de registrar conversaciones telefónicas por medios magnéticos.

Poulsen creó una empresa en Copenhague (Dinamarca) junto con un hombre de negocios y otros ingenieros, y en 1900 se relaccionó con la firma berlinesa de construcciones telefónicas Mix und Genest para la fabricación del grabador que fue presentado en la Exposición de París de 1900. A pesar de sus imperfecciones, el aparato obtuvo un gran "Prix", pero apenas llamó la atención del público y de la industria, por lo que no tuvo éxito comercial, y la firma Mix se retiró.

Consultada Siemens Halske, no resultó interesada en el tema, y Poulsen se dirigió a los Estados Unidos, donde en 1903 fundó la American Telegraphon Company, para fabricar y vender el aparato perfeccionado. Poulsen tenía la idea de sustituir la impresión mecánica de voz en cilindros de cera y discos de piedra que se empleaba entonces por la impresión magnética dejada en un hilo magnetizable. Incluso en la mencionada exposición de París de 1900 ya se exponía una aplicación del aparato grabador en hilo de acero, un contestador automático para líneas telefónicas que usaba este método de almacenamiento de voz.

Los trabajos de Poulsen establecieron los fundamentos de la grabación magnética, y hasta después de la Segunda Guerra Mundial se estuvieron usando registradores/reproductores magnéticos de sonidos que usaban como soporte un largo hilo de acero que se recogía en sus dos extremos en sendos carretes. Estos equipos tenían problemas de tracción mecánica del hilo, eran de manejo engorroso, y sólo quedaba que la técnica avanzara para hacer equipos más fiables.

Esta tecnología ya fue una realidad práctica en la década de los 1920, y como ejemplo, en el número 16 de la revista Radiotécnica (una de las primeras publicaciones en España sobre la telegrafía sin hilos, y editada en Barcelona por el ingeniero y experimentador Agustí Rius), del 21 de enero de 1926, ya se explicaba "cómo registrar y producir los radioconciertos en un aparato de fácil construcción que consistía en un hilo de acero resbalando entre dos electroimanes".

Entre la mitad de los años 1930's, y culminando tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial surgió un nuevo avance técnico, la sustitución del hilo magnetizable por la cinta magnética, lo que permitió la aparición de los magnetófonos, equipos de funcionamiento similar a los grabadores sobre hilo, pero que usaban una cinta magnética (una larga tira de material plástico recubierta por una de sus caras por una delgada capa de material magnetizable), mucho más manejable que el hilo de acero, y con una mucho mayor calidad de los registros. Los primeros magnetofonos de cinta magnética surgieron en 1935 de la firma alemana AEG, pero sólo se emplearon para usos profesionales.

Los magnetófonos se conocieron posteriormente como equipos de "cinta abierta", porque las cintas empleadas se usaban recogidas en un único carrete de soporte, con un extremo de la cinta libre, y cuando debía ser usada, debía fijarse ese extremo libre de la cinta en un carrete vacío que iría recogiendo la cinta a medida que ésta avanzaba y era reproducida (o grabada) en el aparato.

Los magnetófonos se convirtieron en un sistema de registro de sonidos (voz y música) muy importante durante los años 50 y 60 en el ámbito profesional de la radiodifusión (y de la música), lo que permitió incluso de disponer de equipos de registro de voz portátiles, y que nos ha dejado muchos testimonios sonoros de esos años.

En España no hubo una producción autóctona de equipos de grabación magnética sobre hilo acerado o cinta magnética hasta los años 1950's, donde firmas como Sitra, Ingra, Faro, Lavis, y otras, presentaron modelos interesantes para la época, y que son apreciados hoy en día por los coleccionistas.

En 1963 nace el casette por evolución de los magnetófonos. El casette fue una invención de la firma Philips, y era un aparato que maneja unas cintas magnéticas contenidas junto con los dos tambores que la recogen por ambos extremos bajo una misma carcasa, y ello posibilitó que el casette tuviera gran difusión en el ámbito doméstico gracias a su gran sencillez de uso. Al cassette sigió la difusión de las cintas de vídeo en los 80, y prácticamente esta tecnología ha tocado techo en los años 1990's, y en la década del 2000 ha ido perdiendo peso rápidamente frente a los modernos sistemas de registro digitales de sonido.

 

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19.- LOS INDICATIVOS DE RADIO O IDENTIFICADORES DE ESTACIONES DE RADIO

 

Las emisoras de radiodifusión, así como de otros servicios como los radioaficionados, se identificaban oficialmente por una serie de letras y números, y ello procede de los principios de la década de 1910, cuando la radiotelegrafía era empleada principalmente para las comunicaciones marítimas. Por entonces dominaban las comunicaciones radiotelegráficas la Marconi Wireless Telegraph Co. Ltd., que era la compañía dominante en las actividades radiales marítimas (las cuales quería monopolizar), y la compañía alemana Telefunken, que era su competidora para los navíos alemanes. La compañía Marconi asignaba a sus estaciones en barcos indentificadores que comenzaban con la letra M seguido de otra letra que indicaba el país a la que pertenecía el barco (G = Gran Bretaña, F = Francia, etc..), y una tercera letra de serie, mientras que Telefunken usaba identificadores que empezaban por la letra T.

Es en 1906, cuando se celebra en Berlín la primera Conferencia Internacional de Radiotelegrafía, y entre otras cosas, se decidió que las estaciones radiotelegráficas se identificaran con un identificador constituido por un grupo de tres letras, que fueran propio y por tanto no asignable a otra estación radiotelegráfica.

Los avances y la extensión de las comunicaciones por radio avanzan a lo largo de la década de 1900, y a finales de la década comienzan a tornarse un tanto caóticas las comunicaciones radiotelegráficas al no haber apenas regulaciones nacionales e internacionales, con los transmisores de chispa tanto de estaciones comerciales, marítimas y de aficionados compitiendo por el mismo espectro radioeléctrico (por debajo de los 1200-1500 kHz), y pronto surgió la necesidad de ordenar las comunicaciones a nivel mundial, y más después de la tragedia del hundimiento del trasatlántico Titanic en abril de 1912, en el que la radiotelegrafía tuvo un papel muy importante para el rescate de los supervivientes. En agosto de ese año se aprueba en Estados Unidos la Radio Act, primera regulación nacional sobre las comunicaciones radioeléctricas, en la cual se estableció la obligatoriedad de que cualquier estación de radio de Estados Unidos tuviera un indicativo de llamada o callsign (en terminología inglesa) propio, como identificador de la estación. La Radio Act se aprobó el 17 de agosto de ese año, siendo firmada por el presidente William Howard Taft, ya casi al final de su mandato (1908-1912).

Motivado por la Radio Act norteamericana (que aún estaba debatiéndose), en julio de ese mismo año se inicia la segunda Conferencia Internacional de Radiotelegrafía, y en la cual se estableció que a nivel mundial cualquier estación de radio debía tener una identificación, y asignó a cada estado miembro un indicativo propio constituido por dos o tres letras, lo que actualmente se denominaría un prefijo nacional de radio. Este prefijo de radio serían los primeros caracteres de los indicativos de radio de las estaciones de radio de dicho país. Tras 9 sesiones de discusiones, todos los estados miembros de la Conferencia aprobaron esta convención, que comenzaría a aplicarse a partir del 1 de julio de 1913.

Siguiendo esta segunda Conferencia Internacional de Radiotelegrafía, en Berna (Suiza) la Oficina de la Unión Telegráfica Internacional (Bureau of the International Telegraph Union) publicó desde agosto 1912 a abril de 1913 tres circulares al respecto, y un apéndice de 145 páginas en el que se listaban todas las posibles combinaciones para indicativos de radio, que quedó a disposición de las administraciones nacionales, compañías telegráficas e incluso usuarios privados.

En el marco de esta nueva convención, en Estados Unidos se asignó al Bureau of Navigation la responsabilidad de licenciar las estaciones de radio norteamericanas, incluidas las ya existentes que tenían indicativos de dos letras. Sin embargo, el Departamento de Comercio de Estados Unidos mantuvo durante unos años distintos esquemas de indicativos de llamada para las estaciones en barcos y comerciales por un lado, y para las estaciones terrestres (incluidos los radioaficionados) por otro lado. En el caso de las estaciones de radioaficionados, en mayo de 1913 se estableció que sus indicativos estarían constituidos por por una cifra seguida de dos letras. La cifra indicaba el distrito de radio (1 = Distrito de Boston, que incluye Maine, New Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut ; 2 = Distrito de New York, etc...). Así, por ejemplo, fue asignado el indicativo 1WH para Hiram Percy Maxim, y 1MO para Fred Schell, dos de los radioaficionados más conocidos en Estados Unidos aquellos años.

Aunque todos los estados que formaban parte de la Convención Radiotelegráfica Internacional fueron invitados por la misma a aplicar esta convención, en Europa y en muchos otros países tardó unos años en aplicarse en el ámbito de los radioaficionados, debido en gran medida a la inexistencia de radioaficionados experimentadores. En Europa sólo en Gran Bretaña, Bélgica y Francia había un puñado de radioaficionados que experimentaban de vez en cuando con transmisores de chispa. En los demás países europeos, los aficionados a la radio básicamente eran oyentes de la banda de 200 metros empleando receptores de cristal dotados de una larga antena. Por ello, hasta principios de la década de 1920 no se comenzarían a asignar indicativos a las estaciones de radioaficionado en Europa.

En Estados Unidos, después de la I Guerra Mundial, surgieron algunos problemas para asignar los indicativos a las distintas estaciones de radio de todo tipo, y además habían diferencias entre el sistema de indicativos asignados a las estaciones terrestres y las marítimas, y pronto comenzaron a faltar letras para seguir asignando identificativos de radio. Por ello en 1922 se comenzaron a asignar indicativos de 4 letras a las estaciones de radiodifusión de Estados Unidos, mientras que los radioaficionados continuaban usando los indicativos constituidos por una cifra y dos o tres letras.

El Departamento de Comercio de Estados Unidos, responsble de las radiocomunicaciones, estableció ese año el uso de los prefijos nacionales K y W para todas sus estaciones de radio: El prefijo W se utilizaría para las emisoras de la mitad este del país, y el prefijo K para las que estuvieran en la mitad oeste. En enero de 1923 se estableció el límite para estos prefijos en el río Mississippi, que corta Estados Unidos (en vertical sobre el mapa) en dos mitades prácticamente iguales, con lo cual el prefijo K se asignó para todas las estaciones al este del río Mississippi y el prefijo K para todas las estaciones al oeste del río. Extrañamente, a las estaciones de barcos en el Atlántico y Golfo de Mejico se les asignó el prefijo K, mientras que a las del área del Pacífico se les asignó el prefijo W. Es decir, contrariamente a las asignaciones de las estaciones terrestres. Quizá se hizo así para no confundir las estaciones terrestres con las marinas en cada mitad del país.

Así, por ejemplo, para los indicativos de sus estaciones de radiodifusión norteamericanas, a continuación de la letra del prefijo de radio irían las correspondientes a la identificación de la población, compañía de radio, estado, etc... a la que pertenecen, y ello se mantiene hoy en día, incluso con las cadenas de televisión, aparecidas décadas más tarde (Así, la famosa cadena de televisión NBC se identifica como WNBC en el lado este de Estados Unidos, o como KNBC en el lado oeste).

En Europa, donde habían muy pocos radioaficionados, esta convención no empezó a aplicarse hasta la década de 1920. Los indicativos de radioaficionados comenzaron a asignarse con un esquema parecido al empleado en Estados Unidos, esto es, constituidos por una primera cifra seguida de dos letras, y la primera cifra actuaba como prefijo de radio, que identificaba al país. Así, en Reino Unido asignó los prefijos 2 (en 1920), 6 y 7 (en 1921). Francia asignó el prefijo 8 (en 1921), Luxemburgo e Italia asignaron el prefijo 1 (en 1923), y en 1924 Finlandia asignó el prefijo 3, Bélgica y Alemania el 4, Dinamarca el 7, Suecia el 9 y Holanda el 0.

El sistema de indicativos con un prefijo numérico seguido de varias letras se demostró no satisfactorio para los radioaficionados, sobre todo en las comunicaciones trasatlánticas, ya que en Estados Unidos y en Europa habían numerosas estaciones con el mismo indicativo, y en la conferencia de fundación de la IARU (Unión Internacional de Radioaficionados) de 1925 varios miembros indicaron que este sistema no era satisfactorio. Francia sugirió emplear la letra F como prefijo nacional y Luxemburgo la letra L. Otros prefijos se asignaron a los estados miembros. El acuerdo sobre estos prefijos se firmó, pero no se llevó aún a cabo.

Y fue en 1927 cuando todos los radioaficionados de Estados Unidos añadieron los prefijos K y W a los prefijos que estaban utilizando, dependiendo de su lugar de residencia. Así, la estación oficial en la sede de la ARRL, la organización nacional de radioaficionados de Estados Unidos, que tenía el indicativo 1MK, pasó a tener el indicativo W1MK.

Ese mismo año tuvo lugar la primera Conferencia Internacional de Regulaciones de Radiotelegrafía en Washington D.C., en la que se reconoció formalmente la radioafición, se asignaron varias bandas para los radioaficionados, y se se asignaron nuevos distintivos de llamada internacionales y se modificaron otros. En dicha conferencia se estableció una lista oficial de prefijos nacionales, estableciéndose para las estaciones de aficionado que los indicativos de llamada deberán construirse tomando la primera o primeras letras del prefijo (o de uno de los prefijos, si habían varios) asignados al correspondiente país, para así indicar la nacionalidad de la estación de aficionado. A este prefijo (normalmente de dos o tres letras) seguiría una cifra y dos o tres letras, dependiendo de la cantidad de radioaficionados existentes en el país.

Entre el 10 de diciembre de 1928 y el 5 de enero de 1929 tuvo lugar una conferencia de la ITU en Washington, en la cual se revisaron los prefijos nacionales de radio de todos sus estados miembros. Estados Unidos recibió las letras A, N, W y KDA a KZZ, Alemania recibió las letras DAA a DQZ, Francia recibió las letras FAA a FZZ, Gran Bretaña y sus colonias recibieron las letras G y M, Rusia la R, Bulgaria LXA a LXZ, Bélgica y sus colonias ONA a OTZ, etc... Así quedó establecido el actual sistema de prefijos de radio nacionales (que lógicamente ha ido variando con el tiempo por las apariciones de nuevos países, desaparición de otros, etc...).

Con ello en 1929 todos los miembros de la ITU revisaron su sistema de indicativos de llamada de todas sus estaciones de radio, y se incluyó el prefijo nacional de radio como inicio de los indicativos de radio.

Aunque es la ITU la que maneja la asignación de prefijos de radio nacionales a cada país, son las administraciones nacionales de cada país las que asignan informalmente y sin ninguna coordinación internacional los indicativos de llamada de sus estaciones de radio, siempre dentro del rango de los prefijos nacionales que tiene asignado el país.

Con el paso del tiempo, al cabo de unas décadas tras la conferencia de la ITU en Washington de 1929, debido al incremento del número de estaciones de aficionado en varios países, la ITU asignaría nuevos prefijos para las estaciones de aficionado de varios países, como por ejemplo 2A para Reino Unido, 3A para Mónaco, 8Z para Arabia Saudí, etc..

En Estados Unidos, hasta el final de la II Guerra Mundial, la administración asignó los prefijos W a todas las estaciones de radio del continente, y el prefijo K a las posesiones de Estados Unidos (Alaska, Puerto Rico, Guam, Hawaii, etc...). Sólo en los años 1950's se comenzaron a asignar los prefijos K a los radioaficionados de Estados Unidos al agotarse los indicativos con el prefijo W.

Estados Unidos también fue de los pocos estados en asignar indicativos a sus estaciones radiodifusoras. Actualmente, con las nuevas tecnologías, muchas radiodifusoras mantienen sus indicativos de llamada de 4 o 5 letras, pero seguidos de un sufijo que indica su modo de transmisión: -FM (Emisora de FM), -LP (Baja Potencia), -TV (Televisión), -DT (Televisión digital), etc...

 

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Recopilado por Fernando Fernández de Villegas (EB3EMD)
Actualizado: Enero 2024